Interesante carta de Monseñor Fellay
Carta a los amigos y bienhechores n°76
Queridos amigos y bienhechores,
La situación de la Iglesia se parece cada vez más a un mar agitado, en todos los sentidos. En él vemos olas que pretenden cada vez más hacer zozobrar la barca de Pedro, arrastrándola a abismos sin fin. Desde el Concilio Vaticano II, parece que una ola quiere llevarse consigo todo hacia al fondo, no dejando sino un montón de ruinas y un desierto espiritual, al que los propios Papas han denominado una apostasía. No queremos describiros otra vez esta dura realidad, pues ya lo hemos hecho a menudo, y todos vosotros la podéis comprobar. Sin embargo, nos parece útil comentaros un poco los acontecimientos de estos últimos meses; quiero hablaros de esos golpes sorprendentes por su violencia y particularmente bien orquestados que se han lanzado contra la Iglesia y el Sumo Pontífice. ¿Por qué semejante violencia?
Volviendo a nuestra imagen, parece que desde hace algún tiempo, más o menos desde la subida al pontificado del Papa Benedicto XVI, ha aparecido una nueva ola, mucho más modesta que la primera, pero no obstante bastante persistente como para que la podamos percibir y que, contra todo pronóstico, parece ir contra el sentido de la primera. Los indicios son suficientemente variados y numerosos como para poder afirmar que este nuevo movimiento de reforma o de restauración es algo real. Se lo ve particularmente entre las generaciones jóvenes, manifiestamente frustradas por la poca eficacia espiritual de las reformas de Vaticano II. Si consideramos los reproches tan duros y amargos que los progresistas lanzan contra Benedicto XVI, está claro que ellos perciben en la propia persona del Papa actual una de las causas más vigorosas de este principio de renovación. Y por lo mismo, incluso si nos parece que todas las iniciativas del Papa son más bien tímidas, contrarían profundamente al mundo revolucionario e izquierdista, tanto en el interior como en el exterior de la Iglesia, y esto a varios niveles.
Esta irritación de los progresistas y del mundo se deja sentir, en primer lugar, en los temas referentes a la moral. En particular, la izquierda y los liberales están irritados por las palabras, no obstante bien sopesadas, del Papa acerca del uso de los preservativos sobre la cuestión del sida en África. Referente a la vida de la Iglesia, en 2007 la rehabilitación de la misa de siempre en su derecho y luego la anulación, dos años más tarde, de la pena infamante que podía descalificarnos a nosotros, han provocado la rabia de los liberales y progresistas de todo pelaje. Además, la acertada iniciativa de un año sacerdotal que vuelve a poner en honor al sacerdote, recordando su importancia capital y tan necesaria para la salvación de las almas, y proponiendo como modelo al Santo Cura de Ars, no sólo es una invitación dirigida al pueblo cristiano a rezar por los sacerdotes, sino también un llamamiento a recurrir al sacramento de la penitencia, que ha caído completamente en olvido en grandes porciones de la Iglesia, así como a cuidar el culto eucarístico, especialmente considerando la importancia de la adoración de Nuestro Señor en la Sagrada Hostia, indicación clara de la realidad de la presencia real y sustancial de Nuestro Señor Jesucristo.
Igualmente, la designación de obispos claramente conservadores, entre los cuales un cierto número ya celebraban antes la misa tridentina. Podríamos citar también como ejemplo innegable de la realidad de esta pequeña ola que va en sentido contrario la Carta a los católicos de Irlanda invitando a la penitencia, a la confesión y a los ejercicios espirituales, pidiendo también la adoración a Jesús Eucaristía. Aunque en nuestros medios se estime, con razón, que estos esfuerzos son aún insuficientes para frenar la decadencia y la crisis de la Iglesia, particularmente al ver cierto número de actos que se sitúan en la triste línea de su predecesor, como las visitas a la sinagoga y al templo protestante, con todo, en los medios progresistas ha sonado la hora del zafarrancho de combate. La gran ola se enfrenta con la pequeña con una violencia sorprendente. No es de extrañar que el encuentro de ambas olas, tan desiguales, cause tantos remolinos y tumultos, y provoque una situación muy confusa, en la que es muy difícil distinguir y predecir cuál de las dos olas va a prevalecer. No obstante, se trata de algo nuevo, y merece ser saludado. No se trata de caer en un entusiasmo inconsiderado, que pretendería hacer creer que la crisis de la Iglesia ya ha terminado; al contrario, como las fuerzas van envejeciendo y ven que otra vez se replantea lo que ellos pensaban que finalmente se había adquirido, seguramente van a emprender un combate de gran envergadura para intentar salvar ese sueño de modernidad que empieza a venirse abajo. Es muy importante que mantengamos una mirada lo más realista que podamos sobre lo que está sucediendo. Aunque nos alegramos de todo lo bueno que se hace en la Iglesia y en el mundo, sin embargo no nos hacemos ilusiones ante la gravedad de la situación actual.
¿Qué se puede prever para los años venideros? ¿La paz en la Iglesia o la guerra? ¿El triunfo del bien y su tan ansiado regreso, o una nueva tormenta? ¿Conseguirá la pequeña ola crecer lo bastante como para imponerse un día? La certeza del cumplimiento de la promesa de Nuestra Señora en Fátima –«al final mi Corazón Inmaculado triunfará»–, no responde necesaria ni directamente a nuestra pregunta, pues no queda completamente excluido si habrá que pasar primero por una tribulación aún mucho mayor antes de llegar al tan ansiado triunfo…
Volvemos a encontrar este tremendo desafío en nuestra cruzada de rosarios, aunque con esto no quisiéramos quitar nada a la alegría del anuncio del resultado extraordinario de nuestra Cruzada del Rosario. Hace un año, os habíamos pedido audazmente una docena de millones de rosarios para coronar y rodear con una magnífica guirnalda de alabanzas, como otras tantas estrellas, a Nuestra buena Madre del Cielo, la Madre de Dios, esa Madre que se presenta ante los enemigos de Dios como «un ejército en orden de batalla» (Cant. 6, 3). Vosotros habéis respondido con tanta generosidad que ahora podemos llevar a Roma un ramillete de más de 19 millones de rosarios, sin contar los de todas las personas que se han unido a nosotros sin ser directamente feligreses nuestros.
Desde luego no fue por casualidad que Pío XII, al proclamar el dogma de la Asunción, quiso cambiar el Introito de la fiesta del 15 de agosto por el fragmento del Apocalipsis que saluda al gran signo que apareció en el cielo. Este fragmento del Apocalipsis inaugura la descripción de una de las guerras más terribles expuestas en el Libro sagrado: el gran dragón, que va a barrer con su cola una tercera parte de las estrellas, viene a presentar batalla a la gran Señora (cf. Apoc. 12). ¿Está destinado a nuestro tiempo este pasaje? Podemos fácilmente creerlo, aunque evitando hacer aplicaciones demasiado literales y unívocas de estos misterios y descripciones proféticas. No dudamos en modo alguno que todas nuestras oraciones tienen su importancia, incluso una grandísima importancia, en este momento de la historia en que estamos. No obstante, pensamos que tenemos que exhortaros y alentaros en estas circunstancias de la historia de la Iglesia.
Vuestra gran generosidad muestra, sin que quepa duda alguna, vuestra adhesión y vuestro amor muy reales a nuestra santa Madre la Iglesia católica romana, al Sucesor de San Pedro y a la jerarquía, incluso si hemos de sufrir mucho de parte de ella. Dios es mucho más fuerte que el mal, y el bien vencerá, aunque tal vez no con toda la pompa que hubiéramos deseado.
Ahora hay que convencer a las autoridades para que realicen la famosa consagración de Rusia que ellos dicen que ya han realizado, y hay que recordar la actualidad de lo que decía Nuestra Señora de Fátima, siendo que, en el año 2000, quisieron pasar la página para no volver ya sobre el tema. Parecen multiplicarse las dificultades y los obstáculos para que no se pueda realizar de ninguna manera lo que pedimos. Poco importa; contamos mucho más con Dios que con los hombres; del mismo modo que esperamos de actos tan sencillos como el de la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María resultados sorprendentes para la Iglesia y para el mundo, y que superan todo lo que podemos imaginar. Se trata de una locura ante los ojos de los hombres, pero es realmente el reflejo de lo que ya predicaba San Pablo en su época: lo que es sabiduría a los ojos de los hombres es una locura para Dios, mientras que los sabios del mundo consideran la sabiduría de Dios como una necia locura (cf. 1 Cor. 1, 20).
Ahora que vamos a transmitir al Santo Padre vuestros notables esfuerzos, lo mismo que la razón de tales oraciones, esperando contribuir de este modo al bien de la Iglesia, os pedimos que sigáis con estos mismos esfuerzos. Siguiendo el ejemplo a que nos invita el propio Nuestro Señor en su exhortación tan conmovedora a la oración: «Pedid y recibiréis», insistiendo e insistiendo mucho (cf. Mt. 7, 7-11). La magnitud de lo que pedimos, aunque no quepa duda de que seremos escuchados, exige una insistencia y una perseverancia proporcionadas.
Recordemos también que lo esencial del mensaje de Fátima no consiste únicamente en la consagración de Rusia, sino sobre todo en la devoción al Corazón Inmaculado de María. Que todas estas oraciones y sacrificios nos hagan crecer y ahondar a todos en esta devoción especial al Corazón de la Madre de Dios. Dios quiere dejarse conmover por este medio.
Nuestro mayor deseo, a principios de este mes de mayo, mes de María, es que todos nos volvamos a poner bajo su maternal protección. Agradeciéndoos vuestra generosidad tan grande, le pedimos a Nuestra Señora que, junto con el Niño Jesús, se digne bendeciros.
+Bernard Fellay
1 de mayo de 2010, fiesta de San José Obrero
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41 comentarios
Y lo de Rusia la verdad es que ni lo he entendido ni nunca lo entenderé. ¿No será que las apariciones de Fátima se referían sólo a la URSS? Además, ¿hasta qué pnto una revelación particular vincula a la Iglesia entera? Y ¿qué pintan en esto los obispos ortodoxos, porque digo yo que algo pintarán? ¿No dicen las apariciones "el Papa y todos los obispos? ¿Quiénes son "todos los obispos" tratándose de Rusia?
Y si quiere usted darles voz por lo menos de su opinión no lo deje ahí para confusión de quien entra en un portal católico buscando cosas catolicas y lee a este obispo católico, que no lo es, aunque en su escrito parezca más católico que el Papa.
Este Obispo no tiene ya ninguna pena canónica y es tan Obispo católico como Don Braulio Rodriguez. El escrito este no solo es doctrinalmente impecable sino que da un analisis valiosísimo de la situación en que nos encontramos.
a Tulkas.
Las apariciones de Fátima aunque se dieron en estado de gestación de la revolucion, fueron anteriores al bolchevismo, y fueron dirigidas a la Rusia imperial ortodoxa separada.
Además tampoco muchos teólogos "progresistas" no tienen ninguna pena canónica sobre sus cabezas y bien que los criticamos y con razón. Hay que ser justos o por lo menos intentarlo.
Por lo demás, yo también constanto que el clero joven presenta una cada vez más clara inclinación a la Iglesia tradicional; ahora bien, ¿se tratará de un movimiento cíclico y, por tanto, temporal, de un "pendulazo" más de los que se han dado en la Historia?
Mucho ha cambiado la FSSPX, y su Superior General ha sabido pilotar los rápidos que han seguido al Motu Proprio y la revocación de las excomuniones. Ahora se navega en río tranquilo, con el agua más calma, pese a que la batalla se ve clara. Me alegro, de todo corazón, de que Mons. Fellay esté tan claramente del lado de Benedicto XVI. Es un gran alivio y una gran esperanza la que se pone en que los diálogos entre Santa Sede y Hermandad desemboquen en una plena comunión.
Dios quiera darle larga vida al santo Padre para que con su ejemplo siga animando a tantos sacerdotes jovenes a restaurar lo que otros tantos "en nombre del concilio" hicieron y destruyeron.
LARGA VIDA AL PAPA!!!
VIVA CRISTO REY!!!
VIVA MARIA SANTISIMA!!!
VIVDA LA IGLESIA, UNA, SANTA, CATOLICA, APOSTOLICA Y ROMANA FUERA DE LA CUAL NO HAY SALVACION!!!
-Continúa tocando el tambor de un antiliberalismo absolutamente trasnochado. Incluso nuestro gran teólogo y Papa Benedicto XVI reconoce que la "esencia del liberalismo se encuentra el enraizamiento en la imagen cristiana de Dios: su relación con Dios, de quien el hombre es imagen y de quien hemos recibido el don de la libertad".
-----> http://www.zenit.org/article-29393?l=spanish
No es casual entonces la coincidencia antiliberal entre Fellay, Hitler y Stalin.
-Continúa endosándole al glorioso CVII (de la década del 60) la responsabilidad del proceso de descristianización (apostasía le llama) que vive Occidente desde, es evidente, hace siglos. Es otra mala interpretación del CVII, pero en este caso de signo reaccionario. Que no toma en cuenta, además, la vitalidad de la Santa Madre Iglesia en Asia y en Africa.
-Sigue sin explicar Fellay y su Fraternidad cómo se puede estar en contra de un Concilio del cual el propio Lefebvre firmó TODOS sus documentos. Bueno, qué se le puede pedir a Fellay si ni el mismo Lefebvre supo justificar la hipocresía de aprobarlos y luego criticarlos duramente.
-Es incorrecto que se interprete cuestiones religiosas en clave y lenguaje politico, tal lo hace Fellay al igual que el reverso de su misma moneda: la heterodoxia católica, el magisterio paralelo.
-Por supuesto que no exite error total en los juicios de las personas. Hay cosas que Fellay dice aquí que son razonables y verdaderas.
-Por último, Felley y sus seguidores no tienen lugar en la Iglesia. Les falta la humildad hay que tener para someterse al Vicario de Cristo. Dios quiera la quieran y tengan el discermiento para desearla, sin condiciones.
Estoy convencido que harían mucho bien totalmente dentro, que parcialmente fuera, sobre todo en los países como Francia donde más arraigo tienen.
Lo bueno de la FSPX totalmente dnetro de la iglesia, es que harían su labor sin la medrosidad ni los obstáculos que hoy se ven en quienes desearían celebrar la misa tradicional, y si fueran una realidad pujante, es claro que la iglesia diocesana se vería también obligada a cambiar. Sobre todo en algunos lugares.
¿Una ola que quiere llevarse todo al fondo desde el CVII? Mn. Fellay seguro que sabe de historia de la Iglesia mucho más que yo, y a mi no se me escapa que la ola viene de muchísimo antes. Muchísimo.
"Con una lógica irreprochable, usted muestra cómo el liberalismo pierde su base y se destruye a sí mismo si abandona este fundamento"
Y el problema es, querido solodoctrina, que por su mismo fundamento el liberalismo pierde esa base de inmediato, porque el liberalismo es irremisiblemente antropocentrista.
Lo que dice Juan Stuse es una verdad como un templo.
Sencillamente, las declaraciones de Fellay son muy interesantes. Como dice Miguel Vinuesa muestran el giro que se está dando en la FSSPX y como lo está conduciendo Fellay. Hay que tener en cuenta que en la FSSPX hay de todo y, posiblemente - es mi opinión -, cuando encuentren su lugar canónico dentro de la Iglesia, se rompa.
Podría ocurrir que el giro de la FSSPX sea de 360 grados y terminen dónde están, es decir, desobeciendo todos los días al Papa y unida, en el cisma.
También está levantada la excomunión contra Miguel Cerulario y no por eso deja de ser un cismático. No hay excomunión contra ningún patriarca ortodoxo, que obispos son alfin y al cabo, y no por eso dejan de ser cismáticos.
Fellay dice cosas que son verdad, pero fundamentalmente las que dependen de mencionar una constatación apreciable, como por ejemplo que hay un ataque masivo contra el Papa o que el clero joven vuelve a la Tradición de la Iglesia.
Pero en cuanto analiza, en cuanto menciona al V-II, en cuanto plantea soluciones no con humildad sino con la soberbia propia del que se erige maestro sin serlo, ahí, es donde de forma constante agudiza el cisma.
Todo lo bueno que tienen los lefevrianos cismáticos lo tenemos también,y en grado sumo, en la comunión eclesial. Porque va a parecer ahora que todo lo que hay dentro de la Iglesia es modernismo, progresismo, rebeldía... NO, para rebeldes, ellos.
• El 28 de junio de 1993, el Vaticano revoca un decreto del 1 de julio de 1988 y declara que la acusación de cisma a la Fraternidad San Pío X carece de fundamento (declaración oficial nº 10311 de Monseñor Cacciavillan, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, de parte del Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe). Los hechos motivantes fueron que en los Estados Unidos unos fieles habían recurrido a uno de los Obispos consagrados por Monseñor Lefebvre para recibir la administración del sacramento de la confirmación. El Obispo del lugar, después de una monición canónica, excomulgó a los seis fieles. Roma, por medio del Nuncio Apostólico, y a solicitud del Prefecto para la Doctrina de la Fe, anuló este decreto argumentando que no existía causal de cisma.
• En una carta del 3 de mayo de 1993, el Cardenal Cassidy, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, respondió a una consulta de la siguiente manera: “En lo que se refiere a su pregunta, deseo subrayar que el «Directorio sobre el Ecumenismo» (reglas prácticas a seguir en la materia) no concierne a la Fraternidad San Pío X. La situación de los miembros de esta sociedad es un asunto interno de la Iglesia católica. La Fraternidad San Pío X no es otra Iglesia o una Comunidad eclesial en el sentido en que lo emplea este Dicasterio. Por supuesto, la misa y los sacramentos administrados por los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X son válidos (…)”
• “El examen de las circunstancias en la que el arzobispo Lefebvre ha procedido a las consagraciones episcopales, a la luz de los cánones 1321, 1323 y 1324, plantean al menos una duda significativa, si no una certeza razonable, contra l a validez de la declaración de excomunión pronunciada por la Congregación de los Obispos”. Esa es la conclusión de una tesis de derecho canónico obtenida en 1995 en Roma (Universidad Gregoriana) por el Padre Gerald E. Murray, y que mereció la felicitación del tribunal examinador. El Padre Gerald E. Murray no es un sacerdote de la Fraternidad San Pío X; ejerce su ministerio en la arquidiócesis de Nueva York.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Los españoles siempre nos hemos caracterizado por querer ser siempre más papistas que el Papa. Aunque, visto lo visto, sólo cuando interesa.
Ahora vamos a lo del cisma.
Cuando un futbolista joven se muerejugando muchos dicen que ha sido "un infarto". Hombre... técnicamente es más probable que sea una miocardiopatia hipertrófica, una displasia arritmogénica del ventrículo derecho, una taquicardia polimórfica catecolaminérgca... yo qué sé. Pero con el término "infarto" todos nos entendemos en lo fundamental: ha sido algo del corazón.
Pues aquí un tanto de lo mismo. Al parecer es necesario hacer una tesis doctoral para aplicar el término canónico "cisma" al caso de los lefevrianos, o para no hacerlo. Yo lo hago porque así todos nos entendems en lo fundamental: es del corazón, es decir NO ESTÁN EN COMUNIÓN CON LA IGLESIA.
Y no hay grados de comunión, es todo o nada.
"Aunque los católicos fieles a la tradición se vean reducidos a un puñado, ellos son la verdadera Iglesia de Jesucristo". San Atanasio (297-373), durante la gran ola de la herejía arriana.
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José María.
Es verdad. También es verdad que para ser lefebvriano es necesario desobedecer al Papa.
Son la desobediencia organizada.
Dice el Papa Juan Pablo Magno en el motu propio "Eclessia dei", excelente carta dónde está bien explicado el núcleo de la lamentable actitud de la FSSPX que:
"En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la ADHESION FORMAL AL CISMA constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia". (mayúsculas mías)
De manera que -un romano pontífice ya lo definió sin lugar a dudas- ordenar obispos sin mandato apostólico es un acto de desobediencia al sucesor de Pedro en materia grave y lo llama por su nombre: CISMA.
Disculpe pero, entre su opinión respecto al no cisma lefebvriano y lo definido, por el contrario, como tal -arriba citado- por el Papa Juan Pablo Magno, me quedo con la afirmación de este último, dada su gran jerarquía como Papa y su enorme excelencia como cristiano ejemplar.
Por otro lado, no sabemos ni usted ni yo si finalmente, la Iglesia de Dios va a oficializar la canonización de Juan Pablo II. Yo junto a millones de católicos la deseamos fervientemente. Ya es Venerable de la Iglesia y santo de mi devoción. Sin embargo, lo que es seguro es que la Iglesia jamás iniciará un proceso de este tipo con Lefebvre, por haber sido un hipócrita. Firmó TODOS los documentos del CV II y luego atacó violentamente lo mismo que aprobó. Fue cismatico, además, ordenando obispos sin mandato apostólico. Lo del estado de necesidad -de la FSSPX pero no de la Iglesia- es una fantasía para justificar la rebeldía con el Papa. Un cuento chino. Que no puede ser utilizado para desobecer al Santo Padre. Agréguese que queda la duda si Lefebvre era realmente presbítero y, luego, obispo ya que fue ordenado en ambas oportunidades por un masón.
Pioquinto. Me parece que usted carece de la información para postear con un minimo de sentido. Por ejemplo, afirma que no hay cisma, cuando se dan, hoy todavía mas que ayer, las condiciones para declararlo como lo hizo JP II:
1. Adherir a la conducta antieclesial -basada en una incompleta y contradictoria noción de tradición- de Lefebvre por encima de la obediencia al Papa.
2. Participar exclusivamente de la funciones eclesiásticas lefebvristas sin hacerlo en las de la Iglesia Católica ya marca -exteriormente- el ánimo cismático.
3. Y por último, la constitución de tribunales paralelos a Roma para entender casos de nulidad matrimonial, algo que se ve usted desconoce. Esto es asumir una juridiscción que no le corresponde a la FSSPX. Es la prueba irrefutable de que son y están en CISMA.
Para finalizar, rezo por todas las almas de los lefebvrianos, para que dejen de serlo. Su salvación está en juego. Porque Bonifacio VIII decretó solemnente que "someterse al Romano Pontífice, lo declaramos, decimos, definimos y pronunciamos como de toda necesidad de salvación para toda criatura humana"
Hay que recordar que el Papa tiene jurisdicción sobre todos los obispos. Que no las tenga sobre los de la FSSPX es decisión de ellos. Y que TODOS los cristianos, dice el CV I han de obecerle" no sólo en las materias que pertenecen a la fe y las costumbres , sino también en las régimen y disciplina"
FIAT VOLUNTAS TUA.
Despúes se vió que llevaba la razón y lo canonizaron. Hoy día el panorama es peor, porque el modernismo ha sido llamado ¨la madre de todas las herejías". No dudemos que Marcel Lefebvre ascienda a los altares, si Dios lo quiere. La FSSP X no tiene los graves problemas de pederastia, homosexualidad y abuso sexual rampantes en la Iglesia posconciliar, está pletórica de vocaciones, es más hasta tienen que mandar algunos chicos a casa por falta de cupo. Y no por soberbia, se han mantenido fieles a la doctrina católica de siempre, que usted dice conocer. Qué significa la plena comunión con Roma? Negar la resurrección, la divinidad de Cristo, la Inmaculada Concepción, la Trinidad, el pecado original y todo lo que niegan los Masiá, Casaldáliga, Queiruga, Hans Küng, etc. Ellos están en comunión?
No, no se equivoque solodoctrina, ya fueron muchos años de demolición, según lo dijo SS Paulo VI. Ahora toca recoger los escombros y reconstruir nuestra Iglesia, desde los cimientos. Hay excelentes noticias, UNA VOCE se extiende por todo el mundo, promoviendo la Forma Extraordinaria de la Santa Misa.
Que msr. Lefebvre haya sido consagrado por masones es irrelevante. El sacerdote es ¨sacerdos in aeternum¨, para siempre jamás. Allá Dios que les pida cuentas de sus actos. En cuanto a la canonización de Juan Pablo II, doctores tiene la Iglesia, pero ojalá tardara lo mismo que la de Santa Juana de Arco: 500 años.
Si el Papa levantó la excomunión en función de facilitar el diálogo. Y si la carta de Monseñor Fellay es de tanta moderación.
¿Es muy católico comparar a Mons Fellay con Hitler o Stalin?
Y "lefebvriano" se escribe con "bv", aunque yo sólo me declaro católico , apostólico y romano.
Benedicto XVI, en cambio, si parece ser un hombre de recta intención, y lo está probando tanto con esta dolorosa purga que está haciendo al interior de la Iglesia, como con sus impopulares enseñanzas, que hablan de un Papa que no busca el aplauso del mundo como su predecesor.
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