Efectivamente, estamos ante una nueva religión: Congreso de Educación Religiosa, Los Ángeles 2.010
Demolición en directo de la Liturgia de la Iglesia, perpetrada por un sucesor de los apóstoles.
Rito de apertura:
Liturgia de clausura:
¿Se está rompiendo, de nuevo, la túnica inconsútil de Nuestro Señor?
¡Señor, ven pronto!
Visto en: Rorate Caeli y Santa Iglesia Militante.
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5. Dios, que "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tim., 2,4), "habiendo hablado antiguamente en muchas ocasiones de diferentes maneras a nuestros padres por medio de los profetas" (Hebr., 1,1), cuando llegó la plenitud de los tiempos envió a su Hijo, el Verbo hecho carne, ungido por el Espíritu Santo, para evangelizar a los pobres y curar a los contritos de corazón, como "médico corporal y espiritual", mediador entre Dios y los hombres. En efecto, su humanidad, unida a la persona del Verbo, fue instrumento de nuestra salvación. Por esto en Cristo se realizó plenamente nuestra reconciliación y se nos dio la plenitud del culto divino. Esta obra de redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo la realizó principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión. Resurrección de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, "con su Muerte destruyó nuestra muerte y con su Resurrección restauró nuestra vida. Pues el costado de Cristo dormido en la cruz nació "el sacramento admirable de la Iglesia entera".
En la Iglesia se realiza por la Liturgia
6. Por esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, Él, a su vez, envió a los Apóstoles llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica. Y así, por el bautismo, los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con El, son sepultados con El y resucitan con El; reciben el espíritu de adopción de hijos "por el que clamamos: Abba, Padre" (Rom., 8,15) y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre. Asimismo, cuantas veces comen la cena del Señor, proclaman su Muerte hasta que vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés, en que la Iglesia se manifestó al mundo "los que recibieron la palabra de Pedro "fueron bautizados. Y con perseverancia escuchaban la enseñanza de los Apóstoles, se reunían en la fracción del pan y en la oración, alabando a Dios, gozando de la estima general del pueblo" (Act., 2,14-47). Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo "cuanto a él se refieren en toda la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando la Eucaristía, en la cual "se hace de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su Muerte", y dando gracias al mismo tiempo " a Dios por el don inefable" (2 Cor., 9,15) en Cristo Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la fuerza del Espíritu Santo.
Presencia de Cristo en la Liturgia
7. Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.
Sacrosanctum Concilium
19. Ahora bien, el hombre se vuelve ordenadamente a Dios cuando reconoce su suprema majestad y su supremo magisterio, cuando acepta con sumisión las verdades divinamente reveladas, cuando observa religiosamente sus leyes, cuando hace converger en El todas sus actividades, cuando ‑para decirlo brevemente‑ presta mediante la virtud de la religión el debido culto al único y verdadero Dios.
20. Este es un deber que obliga ante todo a cada uno de los hombres en singular, pero es también un deber colectivo de toda la comunidad humana, unida entre sí con vínculos sociales, porque también ella depende de la suprema autoridad de Dios
Mediator Dei, Pío XII
La creatividad litúrgica es consecuencia de un supuesto falso: la liturgia debe expresar el sentimiento de los fieles y ser producida por ellos.
¿Y qué tienen las procesiones de Semana Santa que ataque al "catolicismo dogmático"?
Y estás equivocado al decir que la liturgia se hizo para alabar a Dios. Si crees eso, siento decir que no pintas nada en la Iglesia porque rechazas la doctrina de la Iglesia sobre esta cuestión, que con tanta claridad expuso infaliblemente el Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Sacrosanctum Concilium.
Blonsky: Si escribes "dios" con minúscula, debes referirte a Apolo, Zeus, Baal, Thor... o cualquier otro ser mitológico.
Cuando nos referimos al de Abraham y Jacob, al Padre de Nuestro Señor Jesucristo y Primera Persona de la Santísima Trinidad, se escribe con "D" mayúscula, Dios.
Puedes seguir escribiéndolo como te salga de las narices, pero la próxima vez que lo hagas no será por desconocimiento.
De todas formas le recomiendo la Mediator Dei, del Romano Pontífice Pío XII y la Sacrosanctum Concilium, que le ayudarán a comprender qué es la Sagrada Liturgia.
Igualmente le recomiendo el blog de Germinans Germinabit, donde han publicado tanto una historia de la liturgia, como de la celebración de la Misa.
Del primero al octavo, los vídeos muestran los ritos inciales. ¿Ha tenido la oportunidad de acercarse a la Instrucción General del Misal Romano?
A) Ritos iniciales
46. Los ritos que preceden a la Liturgia de la Palabra, es decir, la entrada, el saludo, el acto penitencial, el Señor, ten piedad, el Gloria. y la colecta, tienen el carácter de exordio, de introducción y de preparación.
La finalidad de ellos es hacer que los fieles reunidos en la unidad construyan la comunión y se dispongan debidamente a escuchar la Palabra de Dios y a celebrar dignamente la Eucaristía.
En algunas celebraciones, que se unen con la Misa, según la norma de los libros litúrgicos, se omiten los ritos iniciales o se realizan de modo especial.
Entrada
47. Estando el pueblo reunido, cuando avanza el sacerdote con el diácono y con los ministros, se da comienzo al canto de entrada. La finalidad de este canto es abrir la celebración, promover la unión de quienes se están congregados e introducir su espíritu en el misterio del tiempo litúrgico o de la festividad, así como acompañar la procesión del sacerdote y los ministros.
48. Se canta, o alternándolo entre los cantores y el pueblo o, de igual manera, entre un cantor y el pueblo, o todo por el pueblo, o todo por los cantores. Se puede emplear, o bien la antífona con su salmo como se encuentra en el Graduale Romanum o en el Graduale simplex, o bien otro canto que convenga con la índole de la acción sagrada, del día o del tiempo litúrgico,[55] cuyo texto haya sido aprobado por la Conferencia de los Obispos.
Si no hay canto de entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector, leerán la antífona propuesta en el Misal, o si no el mismo sacerdote, quien también puede adaptarla a manera de monición inicial (cfr. n. 31).
Saludo al altar y al pueblo congregado
49. Cuando llegan al presbiterio, el sacerdote, el diácono y los ministros saludan al altar con una inclinación profunda.
Sin embargo, como signo de veneración, el sacerdote y el diácono besan el altar; y el sacerdote, según las circunstancias, inciensa la cruz y el altar.
50. Concluido el canto de entrada, el sacerdote de pie, en la sede, se signa juntamente con toda la asamblea con la señal de la cruz; después, por medio del saludo, expresa a la comunidad reunida la presencia del Señor. Con este saludo y con la respuesta del pueblo se manifiesta el misterio de la Iglesia congregada.
Terminado el saludo del pueblo, el sacerdote, o el diácono o un ministro laico, puede introducir a los fieles en la Misa del día con brevísimas palabras.
Todo lo que hablemos a partir de este punto es perder el tiempo.
Lo que no entiendo es qué haces por aquí (eres muy libre en cualquier caso)
Otra cosa es la oportunidad en la liturgia (esta sí) de clausura de introducir unos bailoteos que a mí personalmente no me parecen sacrílegos pero sí poco adecuados, aunque ahí no veo que presida ningún Cardenal.
En fin, de patitas en la calle nadie, sino todos cumpliendo responsablemente el propio deber, incluido el de no confundir.
Me recuerdo que invitaron a un 'teologo' español donde dijo que la iglesia enseñaba en el pasado que las mujeres no tenían alma.
Otro punto 'curioso' es que invitan a obispos retirados o a obispos disidentes amantes de la 'teologia' de la 'liberación.'
Así tenemos que han invitado al obispo retirado de San Cristóbal de Las Casas, en Mexico, el obispo Samuel Ruiz García pero no al Cardenal Norberto.
Por una serie de razones que no vienen al caso, nací y vivo en una hermosa ciudad de Andalucía y sin ningún rastro de ascendencia griega. Puedes respirar que no es Sevilla, pero para tu alegría y satisfacción en unas dos horas estaré vestido de nazareno y participando en una estación de penitencia.
Y por otro lado, me encanta tu doble vara de medir, como resulta que lo que hacen lo de los videos es "alabar desde el amor y desde el respeto" mientras que los que participamos en las hermandades y cofradías somos supersticiosos, idólatras y soberbios.
En fin, es evidente que ni tú nos vas a convencer ni nosotros te vamos a convencer de lo contrario, pero solo digo una cosa:
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14, 15)
A tenor de la pregunta que hace usted le hago yo la siguiente, usted católico creyente, siendo tan solo una parte de la sociendad que conforma España, no veo por que tiene que decir al resto como de vivir su vida.
Ni más ni menos que lo que se intentó a fines del siglo pasado, con resultados más que desastrosos. Dicho por el actual Papa y visto por todos los que tiene ojos para ver.
Pero este despistadillo sucesor de los apóstoles, pareciera no haberse enterado. Al contrario, aparenta estar muy orondo y ufano con su enmohecida y naftalínica "creatividad".
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Hombre, ciertamente que alucinas.
El Papa (y no sólo éste, y en todas las épocas), es desobedecido repetida y sistemáticamente, tanto por los laicos como por los sacerdotes, los obispos y hasta por los Cardenales.
Considerar como tú lo haces, que estos abusos se producen por tolerancia, indolencia o desinterés del Papa, no sólo es una temeridad mayúscula, sino sobre todo una acabada demostración de ignorancia.
O en el mejos de los casos, una alucinación galopante.
Y gracias a Isaac García Expósito por denunciar unos abusos litúrgicos mamut. Emil Bronstein, si no tienes nada que hacer, no lo vengas a hacer aquí.
Seguro que sí hombre, ¿qué duda cabe?
Adonde patináis los lefes es cuando seguís el rollo afirmando temeraria y despistadamente que POR CAUSA del CVII pasó al revés. Pues no, de ninguna manera. Pasó al revés, claro, y pasó EN OCASION del CVII, sí, sin ninguna duda. Pero pasó lo que pasó A PESAR del CVII. Y muchísimas veces, ABIERTAMENTE EN CONTRA de lo dispuesto en el CVII.
La diabólica estrategia de hacer coincidir el furibundo ataque concertado por fuerzas externas (Medios+Aparato cultural) y fuerzas infiltradas (quintacolumnas progres) con la realización del CVII, y de atribuir maquiavélicamente al CVII la paternidad de esos ataques contra la Iglesia, encontró en la actitud de Mons. Lefebvre y sus seguidores una colaboración inesperada y sumamente valiosa.
Actitud que fue premiada con privilegios mediáticos muy, muy especiales.
Recordar mariachi : Hermenéutica de la continuidad, SI!, de la ruptura, NO!.
Un grupo de progresaurios secuestraron el V2 y le pusieron su sello indeleble. Desde entonces, han ido minando la auoridad papal y cambiado o atacado toda la sana doctrina. Ahí está la lucha: devolverle la corona al papa, rebajar el poder del colegio cardenalicio y que Pedro realmente esté en el timón. Jerarquías enteras discrepan del papa Benedicto XVI, en doctrina y en obra y socavan a cda paso el Summorum Pontificum. Y qué bueno que nos hayan dado esos privilegios, segun tú, porque gracias a ellos, pudo regresar la Santa Misa Tridentina y más cantidad de gente está conociendo esta perla de gran precio que estaba oculta, casi prohibida. "Lo más hermoso , de éste lado del Cielo". Su santidad lo ha dicho. La Iglesia no será lo que fué. Se reducirá mucho en tamaño. Pero la calidad del fiel aumentará proporcionalmente. Y en esas estamos. Déo Gratias!
Uno de los objetivos de la FSSP X se cumplió, como también el levantamiento de las excomuniones a los obispos. Una cosa es haber recuperado la forma Extraordinaria y otra conservarla. Loz buitres andan sobrevolando el valle, esperando la menor oportunidad para volver a proscribirla. De los sacerdotes y sus fieles depende proteger el patrimonio de la Santa Misa, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos, per secula seculorum. Amén.
En lo demás nada que objetar, salvo que estoy convencido que aunque no existiese la FSSPX, Benedicto igualmente hubiese restaurado la Misa Tradicional.
Seguid con el rollo de que la Misa Tradicional es vuestra "conquista", si ello os halaga. Pero yo bien se que esa liberalización era un largamente acariciado anhelo del Card. Ratzinger, mucho antes de ser Papa.
En la medida en que los lefes sigáis insistiendo en esa postura de barricadas, queriendo hacer creer que por vuestras "presiones" le torcéis el brazo a la Iglesia, la tan ansiada (por ambos lados) integración, se seguirá postergando.
Como ves, hay todavía necesidad de Iglesia militante y aquí estamos al pie del cañón hasta que Dios quiera.
En fin, el gran fracaso del V-II ha sido la Reforma Litúrgica: ni el Novus Ordo ni el Missal de Juan XXIII se ajustan completamente a la letra de la Sacrosanctum Concilium.
Pero ante la duda está claro: el Misal de Juan XXIII cuya revitalizaciónse la debemos, nos cueste o no reconocerlo, a los cismáticos lefevristas.
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