Nuevo equipo litúrgico de una parroquia de Linz
Linz, se hizo famosa por la pasada procesión del Corpus, que refleja la foto de al lado.
Claro, se empieza así y se acaba de aquella manera.
En las fotos siguientes pueden ver la presentación del nuevo equipo litúrgico de una parroquia de Linz.
Ahora empezarán a percutir los de siempre con el tema del sacerdocio femenino, aunque sea cuestión cerrada, aunque claro, en este caso, son los mismos ministros del Señor los que están dando pábulo a esas fantasías heréticas.
Y todo esto en Linz.
Mientras, el Cardenal Schonborn es acusado de pertenecer a la masonería.
¡Viva la revolución! (¡anda que no!)
Fuente: cathcon
25 comentarios
b)Me gustaría y le agradecería, ya que es usted sevillano, que me (o nos, a los que le leemos)valorara la celebérrima práctica del baile ante el Santísimo de los Seises. Recuerdo haber oido contar con enorme orgullo a familiares mios que ahora tendrían más de cien años, cómo habían bailado (sí, bailado) ante la custodia con el Señor en ella, provocando -según decían- tanto en los asistentes como en ellos mismos, una considerable devoción. Todo ello, naturalmente, mucho antes de ese desmadre litúrgico y devocional que un día sí y otro también atribuyen usted y sus afines al Concilio Ecuménico Vaticano II. Saludos cordiales
¿Me puede decir que qué tiene que ver eso, con lo que se ve en la foto, esto es, unas señoras llevando unas vestiduras litúrgicas junto al sacerdote?
Esto de la liturgia y la devoción es algo mucho más complejo de lo que ustedes los integristas parecen creer (en el fondo, a mi juicio, lo tratan con el mismo simplismo y miopía que los progres). Para terminar: aquellas liturgias que presidía JPII en sus viajes, tan llenas de color, danzas, canciones, instrumentos exóticos, etc., ¿eran un abuso litúrgico provocado en último término por la desmadrada reforma conciliar? ¿Porqué no debatimos en la iglesia -y a fondo- estas cosas, en vez de insultar y descalificar a los que, tal vez equivocadamente, creen dar una respuesta a necesidades sentidas en la expresión de la fe en determinadas comunidades y circunstancias? Saludos cordiales.
Sí.
Ahora bien, una vez dicho esto, le saco de la empanada mental que muestra con tanta beligerancia y ardor. Mire, una herejía, según el Código de Derecho Canónico (le cito para que nos podamos entender, si no el discurso es imposible) es:
«la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma» (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751).
Una herejía es un juicio erróneo de la inteligencia; como cualquiera puede comprender, a no ser que se sea una persona de cabeza decreciente, un error gramatical – que en este caso sería algo así como decir «hacia el principio» - no constituye una herejía. Ni pequeña ni grande.
Ahora bien, usted lo que quiere es establecer una especie de silogismo entre lo de Linz y el error gramatical del Gloria, para concluir de esta manera que no se puede juzgar a los hermanos; sin embargo, cae en una falacia enorme. Primero, porque el que juzga es Cristo, no yo; segundo porque, como le he demostrado, un error gramatical no constituye una herejía, y por último, porque las dos hechos son incomparables, ya que las mujeres no pueden acceder al sacramento del orden, y con este tipo de situaciones se promueve el lo que resulta muy peligroso, tanto por lo que se hace como por lo que se insinúa.
Vamos a ver, el baile de los seises está ligado a la procesión del Corpus (prefiero no saber a con qué están relacionados los bailes del jesuita indio, por ejemplo). En este enlace (http://www.formacioncofrade.org/curiosidades/seises.php) puede encontrar más información, pero en síntesis, se puede decir que:
«No se sabe con seguridad desde cuándo comenzaron a danzar los seises de la Catedral de Sevilla, aunque su aparición está fuertemente ligada a la procesión del Corpus. Por eso podemos afirmar, con toda claridad, que esta fiesta fue el acontecimiento que impulsó, durante el período renacentista, el nacimiento de la danza sagrada de los seises de la Catedral y ha sido, a lo largo de los siglos, la única razón de su existencia. Es verdad que la encontramos en la Inmaculada y en el Triduo de Carnaval, pero en estos dos casos surgió como derivación y a imitación de la practicada en el Corpus, según consta en los documentos de fundación de Núñez y Contreras.
Los primeros documentos de la Catedral que hacen referencia al baile de los seises se encuentran en el Libro del Veedor (años 1508 y 1509) y en los Libros de Fábrica (año 1512) del Archivo Capitular. Éstos señalan que en la procesión del Corpus de 1508 tomó parte activa un grupo de niños, con sus danzas, pero no dice nada del número ni de que dicha costumbre se iniciara aquel año. Aunque estos datos nos hablan de seises (=cantorcicos) que danzaban en la procesión, desconocemos el número de estos niños cantores que bailaban, por entonces, en la citada procesión. Más aún, los documentos del Archivo Capitular dan fe de que su número no era fijo, ni de que lo hicieran en un lugar determinado, o que siguieran un ceremonial concreto; incluso sus trajes eran muy distintos a los actuales.
Los ideales y en general el espíritu de la Contrarreforma católica, impulsado por el Concilio de Trento (1545-1563) frente al protestante, cristalizó en una cultura festiva muy característica del Barroco, centrada, sobre todo, en el culto a la Eucaristía, que condujo a unas celebraciones con un despliegue de medios grandilocuente. Esta explosión de júbilo popular llenó por completo el Corpus, que se convirtió en paradigma y fiesta barroca por excelencia. Danzas, autos, representaciones, desfiles y músicas animadas y alentadas por las autoridades civiles y eclesiásticas, dieron forma al Corpus español, convertido en una de las manifestaciones más llamativas, principalmente en Madrid, Toledo, Valencia y Sevilla.
Aquellas danzas sagradas que se realizaban en el siglo XVI de manera esporádica, durante la procesión del Corpus, se centraron en lugares bien precisos y determinados, a comienzos del siglo XVII. De entonces datan las tres de rigor que preceden a la procesión del Corpus todavía en nuestros días: una ante la Custodia, otra ante el Cardenal, y la tercera ante el Ayuntamiento y el Tribunal de la Inquisición, aunque las tres estuvieran dedicadas al Santísimo, presente en la Custodia. Además, durante la procesión intervenían frente al Real Acuerdo y el Tribunal de la Contratación de Indias, reunidos en el edificio de la Audiencia (Plaza de San Francisco), y por algún tiempo ante la puerta de la Colegiata del Salvador. Pero ambas danzas desaparecieron pronto y no volvieron ya más a intervenir durante la procesión.»
Efectivamente, éstos son los míos, los miembros de la Iglesia, con Pedro y bajo Pedro.
Segundo, ¿qué tiene que ver el Concilio Vaticano II con todo esto? ¿Quién atribuye qué al Concilio?
¿por qué no hemos de aceptar hoy también "Danzas, autos, representaciones, desfiles y músicas" y más si siguen centradas en el culto a la Eucaristía? (O incluso en el culto a la otra mesa, la de la Palabra de Dios).
(Quede claro que yo me adhiero en todo a lo que dice la Iglesia sobre el sacerdocio, el papel de la muejre, etc... pero si se llama "abuso litúrgico" a todo, cuando se produzca uno seriamente, luego nadie te hace caso... es como el cuento de Pedro y el lobo; denunciar por vicio es tontería...)
Y quien diga "pues los barrocos se equivocaron", que haga campaña también contra a) las misas rocieras, b) los bailes de bastones por santa Orosia en Jaca (campaña contra el obispo Jesús Sanz), c) los Seises, d) las danzas procesionales en las misas católicas latinas del Congo, etc.... [estoy poniendo casos plenamente aceptados con décadas o siglos de aceptación popular].
Ser ortodoxo (yo me considero ortodoxo) no debería significar ser gruñón. Creo que Chesterton nos puede iluminar en este sentido.
José Ángel Antonio: Le ruego que lea el artículo entero. La pregunta que habría que hacerse sería ¿qué condiciones tiene que reunir para que una danza sea "sagrada" (por llamarlo de alguna forma? ¿Responde a la Fe de la Iglesia? ¿Mueve a la piedad religiosa?
Evidentemente, la sociedad del Barroco, el arte, la cultura, la música, etc, no es la de ahora. La de España menos.
Pero ello no es óbice para que busquemos una respuesta a esa pregunta, en continuidad con la Tradición de la Iglesia.
¿Por qué las monaguillas, niñas o adultas, tienen siempre el pelo largo y lo llevan siempre suelto?
Desde ahora mismo, si alguien quiere organizar una campaña contra las misas rocieras que por favor me lo haga saber para aportar mi colaboración.
Algún tiquis-miquis me recordará aquello de que la revolución es contraria a la tradición, pero yo hablo de REVOLUCIÓN en su genuino, y original, sentido astronomico, que es completar una orbita, esto es VOLVER AL PRINCIPIO.
¡Que ganas de que pasen todas estas TONTERIAS "litúrgicas?"!
Una de dos o somos capaces de volver a la Tradición, Litúrgia... etc auténticas o el señor ya se encargará de purificar su Iglesia ... con todoa seguridad será esto último lo que ocurra (ya se está viendo) ... ¡pero atense los machos!
Increíble que en infocatólica, un espacio que se dice católico, se den microfonos a tipejos que promueven el libelo contra Cardenales y arzobispos, como es el infame blog que se cita en este tema
Si seguramente a Dios le preocupan mucho las vestimentas liturgicas
CAPÍTULO VII
[146.] El sacerdocio ministerial no se puede sustituir en ningún modo...
[147.] Sin embargo, donde la necesidad de la Iglesia así lo aconseje, faltando los ministros sagrados, pueden los fieles laicos suplir algunas tareas litúrgicas, conforme a las normas del derecho...
[151.] Solamente por verdadera necesidad se recurra al auxilio de ministros extraordinarios, en la celebración de la Liturgia...
[152.] Por lo tanto, estos ministerios de mera suplencia no deben ser ocasión de una deformación del mismo ministerio de los sacerdotes, de modo que estos descuiden ... no suceda que los sacerdotes, en las parroquias, cambien indiferentemente con diáconos o laicos las tareas pastorales, confundiendo de esta manera lo específico de cada uno.
[153.] Además, nunca es lícito a los laicos asumir las funciones o las vestiduras del diácono o del sacerdote, u otras vestiduras similares.
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