De la República al Imperio: Hispania
La primera guerra civil de la República de Roma ocurrió durante el siglo I a. C. propiciando su final y la instauración del Imperio romano, con César Augusto como primer Emperador romano. La guerra tuvo lugar cuando los líderes de las dos facciones enfrentadas en el senado los Optimates (la facción aristocrática de la República) y Populares, Lucio Cornelio Sila y Cayo Mario respectivamente, compitieron por los honores de liderar la guerra contra Mitrídates VI rey del Ponto, quien había invadido la provincia romana de Asia y asesinado a miles de romanos. Inicialmente Sila obtuvo el respaldo del Senado para liderar la guerra, pero los populares anularon esta decisión recurriendo directamente a la decisión de la asamblea popular, otorgando el mando a Mario. Sila marchó sobre Roma con sus legiones, haciendo huir a Mario y reotorgándose el mando. Ya en Roma el senado romano declaró enemigo de la República a Mario, y Sila embarcó hacia Grecia sin contratiempos. Lucio Cornelio Cinna un cónsul electo popular, ante la ausencia de Sila propició el retorno de Mario desde su exilio, y juntos marcharon sobre Roma, se hicieron nombrar cónsules y establecieron una sangrienta represión contra los optimates, pero tras unos pocos días en su cargo Mario murió. Sila tras terminar la guerra en oriente con el Tratado de Dárdanos, regresó a Italia donde derrotó a los populares y se estableció como dictador, reformó la Constitución Republicana cediendo más poder al Senado, recortó el de los tribunos y el de las asambleas populares.