Boris Pasternak y la URSS

Corría el año 1958 y en Occidente se había publicado la novela Doctor Zhivago. Había resultado un superventas no sólo por la calidad literaria sino por un hecho relevante, en la URSS, dónde residía el autor y donde se le consideraba por muchos su más grande poeta vivo, era un libro impublicable, se había descartado su publicación. Fue tan grande el éxito y tan impactante la prohibición de su publicación que Pasternak, candidato anterior al nobel, resultó agraciado con el premio.

Nikita Jrushchov dirigía la URSS con mano de hierro (aunque con menor fiereza que su predecesor Stalin) y aunque no había leído la novela, se fió de quienes sí lo habían hecho y declaró que no sólo no debía recoger el premio Pasternak, sino que debía recibir un escarnio público desde varios frentes.

Así, se celebró una asamblea en Moscú (a la que se invitó a Boris Pasternak, que rehusó asistir) de a sección moscovita de la Unión de Escritores Soviéticos, asociación en la que si no se estaba inscrito no podía uno dedicarse profesionalmente a la escritura. La asistencia era obligatoria, salvo enfermedad, y el único punto del día “el comportamiento de Boris Pasternak". La idea era clara, una jauría enjaulada debería descuartizar a Pasternak presente o ausente y desde luego expulsarlo de la asociación (lo que equivalía a impedirle dedicarse profesionalmente a la escritura, su medio de vida). La asamblea transcurrió según lo previsto, amigos y enemigos destrozaron al ausente con opiniones más o menos fundadas, pero con toneladas de bilis. NADIE osó hablar en favor de Pasternak, ni sus amigos ni nadie. Años después aún lamentarían sus silencios. Terminaba la asamblea y quien la dirigía hizo que se votara a mano alzada (nadie tuviese arrestos de votar en contra gracias al caracter secreto del voto en urna) la expulsión de Boris. Finalizada la votación proclamó que la decisión se tomaba por unanimidad. Mientras todos se dirigían hacia la salida satisfechos bien por la expulsión de Pasternak bien porque aquel juicio de tricoteuses terminaba, una voz, una voz femenina a gritos y dirigiéndose hacia el escenario decía “¡No es cierto! ¡Por unanimidad no! ¡Yo he votado en contra!” Se trataba de Anna Aliluyeva, cuñada de Stalin y superviviente del gulag. Tan sólo una voz, tan poco valor hubo durante décadas en la URSS.

Sobre Pasternak, cómo se gestó la escritura y publicación del libro “el doctor Zhivago” (la implicación de la CIA en su primera edición en ruso incluída) y de las consecuencias que tuvo ello en Boris y sus allegados encontraremos muchos datos y anécdotas de interés en este libro. Aunque no se detenga mucho en ello, el libro trata en varios momentos de la fe cristiana (ortodoxa) de Pasternak, y de la importancia que concedía a la confesión, incluso al final de su vida. Es algo que se contrapone a su vida sentimental, pero que no debe ser desdeñada.

FINN, P. y COUVÉE, P.

“El expediente Zhivago“

Bóveda, 2016