Un sistema corrupto
Con el díptico sobre las drogas y los cárteles mejicanos que supuso “el poder del perro” y “el cártel” Don Winslow se ha encumbrado en la narrativa criminal mundial. Libros muy documentados, llenos de detalles y de historias, muchísimas historias que se cruzan se desarrollan, mueren, se desvanecen.
Su novedad se titula “corrupción policial”, un título cuando menos sugerente y trata sobre una unidad especial de la policía de Nueva York. Libro muy voluminoso al principio pudiera provocar el rechazo de los lectores menos acostumbrados a la lectura. No se preocupen, es un libro de los que te atrapan. Lo leerán de corrido.
La historia trata sobre todo de un policía, con todas las cualidades que se le podrían pedir al mejor. Fortaleza física, sentido del deber, entorno familiar policial y un sentido de que los más indefensos precisan de especiales atenciones y cuidados. Pero todo esto sin una guía termina fallando. Así, Denny Malone, irlandés, detesta a la Iglesia y los curas católicos. Tampoco siente mucho más respeto por los pastores evangélicos. A unos los acusa de pederastas y a los otros de corruptos. Y así cuando paso a paso se adentra en la corrupción, con pequeños pasos inapreciables, no dispone de una guía moral. Tan sólo un recuerdo de un padre policía un tanto difuso y un ambiente que le rodea también corrupto.
Finalmente, no pudiendo salir de una vida totalmente corrupta cimentada en la impunidad que le da su cargo (prácticamente es la ley y el orden en Manhattan Norte) tiene la suerte (mala) de ser atrapado por los federales que le obligarán a delatar a cuantos corruptos conoce y a tras una catarsis dolorosísima arreglar su vida y lograr la redención (parcial y sólo terrena).
Resulta una historia fabulosa sobre la pena y la redención, sobre el perdón no concedido y el servicio a la comunidad bien entendido. Una historia que muestra bien que todo el sistema está podrido, que la corrupción es inherente a los grupos humanos y sobre todo al sistema en el que nos movemos, que mientras cínicamente la denuncia la sostiene desde la jerarquía hasta el último eslabón del sistema.
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