Matrimonio y sínodo
La Unión Internacional de Juristas Católicos, con Miguel Ayuso a la cabeza, con enorme preocupación debido a la situación del matrimonio en Occidente y con lo que está sucediendo con el Sínodo de la Familia que vivimos en dos entregas, ha sentido la necesidad de entrar en el debate desde la perspectiva que manejan. “Cumple así con una apremiante obligación civil y religiosa".
Para ello varios autores de diversos países y lenguas (editado el libro en la que han sido escritos los textos) ofrecen sus saberes referentes a la familia y el matrimonio. Terminada la lectura del libro puedo decirles que la lucidez de los escritos (alguno de carácter muy técnico, pero otros para casi cualquier lector) desasosiega por lo claro que muestra el desastre al que hemos llegado y en el que la Iglesia parece haberse introducido de manera irremediable. “Hoy la Iglesia no se halla ya en la posición de poder impedir la aprobación de esa u otras análogas leyes*. Pues la cultura católica va a remolque de la dominante, que lleva no sólo al divorcio sino incluso a la disolución del matrimonio y hasta de la pareja cuando dos personas sienten que han dejado de compartir un proyecto de vida en común.” Y señalan como unos de los enemigos de la familia a insospechados antagonistas “El igualitarismo y el democratismo contemporáneos sufren con dificultad los restos de desigualdad natural de los que la familia constituye una reserva privilegiada” DESIGUALDAD por la necesaria desigualdad natural del sexo de los cónyuges cuya existencia diferencia está basada en función de la procreación (algo ya sostenido por Aristóteles) y DEMOCRATISMO porque una sociedad de individuos eclipsa a la familia como agente político.
Sobre el matrimonio y el contrato y el sacramento se detallan las teorías al respecto y se deja muy claro que la tradición en la Iglesia es considerar que “Cabe aclarar que la dignidad sacramental del matrimonio no está vinculada ni a la forma canónica del matrimonio ni con la forma litúrgica. La efectiva forma sacramental del matrimonio es la manifestación del consentimiento.” Y por ello “Para los bautizados es imposible celebrar un matrimonio válido que no sea sacramento al mismo tiempo. Un bautizado que desea contraer verdadero matrimonio, podrá “no querer” su dimensión sacramental, mas este deseo -que no es voluntad prevalente- no alcanza fuerza jurídica invalidante” esto es, la falta de fe no es motivo para declarar la nulidad de un matrimonio. Así mismo aclara que "Presentar el modelo cristiano de familia como un simple ideal que debe luego ser adaptado, graduado desde una perspectiva humana, no es otra cosa que negarlo".
“El yerro consiste en entender el matrimonio como un simple contrato civil regulado por leyes humanas, las cuales deben ajustarse a las expectativas de los casados". Y “no podemos olvidar que Nuestro Señor permanece fiel al vínculo matrimonial, incluso si éste ha sido rechazado por el hombre".
Textos que debieran leer los obispos reunidos en Roma. Con urgencia
*(sobre el divorcio)
AYUSO, Miguel (ed.)
De matrimonio
Marcial Pons, 2015
4 comentarios
Si usted se retracta en la compra de un piso, pierde las arras, que es una cantidad no pequeña. si usted incumple un contraro mercantil, puede llevar aparejadas sanciones o penalizaciones.
Si usted rompe un matrimonio por cualquier ligereza no pasa nada e incluso puede que lleve premio si consigue sacarle dinero a su conyuge. Un contrato matrimonial es papel mojado, no vale ni la tinta con la que esta escrito, a efectos civiles.
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