Que nada se anteponga al Oficio divino
“Si la misa es aburrida y carece de significado, se abandona la práctica”
Monseñor Nicola Bux es una referencia en temas litúrgicos.Su autoridad ha trascendido el ámbito de lo puramente académico y el público más general interesado en la materia tiene sobrada referencia de él. De gran sintonía con el Pontífice Benedicto XVI, sus ideas muy ancladas en la tradición, pueden leerse en español en dos magníficos libros, el que hoy reseño y uno anterior “La reforma de Benedicto XVI: la liturgia entre la innovación y la tradición".
En este volumen se nos ofrece otro gancho, en especial para personas con un nterés en la liturgia más atemperado. Vittorio Messori, uno de los grandes apologetas de nuestros días, más por su éxito que por su originalidad, colabora con un epílogo sustancial. Todo lo que tiene monseñor Bux de preciso y prolijo, lo tiene Messori de ágil y chispeante. Escribe este último sobre un tema trascendental en el laico qe acude a misa; el sermón. Muestra Vittorio las tres claves que considera imprescindibles para que la homilía llegue a sus destinatarios. Habla de SIMPLIFICAR, PERSONALIZAR y DRAMATIZAR. Y relata una entrañable anécdota sobre cómo la madre de don Bosco, con tan sólo dos años de escuela primaria en su haber, pasó a revisar todos los textos del hijo antes de las predicaciones.
El texto que ha preparado monseñor Bux puede resultar árido para el común de los lectores, pero resulta clamorosa la necesidad del texto. Explica con detalle todos los aspectos de la misa en su dos formas e incluso detalla aspectos de otros ritos que apoyen sus ideas. Lo considero de lectura obligada de todo sacerdote, pues como dice monseñor sobre la misa:
“Hay que conocer cada una de sus partes, pues sirve para que su servicio sea decoroso y nuestra participación devota".
BUX & MESSORI
“Cómo ir a misa y no perder la fe”
Stella Maris, 2015
9 comentarios
"sin dramatizar, se consigue un discurso que, a falta de adversario, ya no es humano; se afloja, provocando no la atención y la pasión, sino las miradas al reloj para ver si la predicación está ya a punto de acabar."
Saludos
Otra acotación: ¿Por qué se permite, y si no se permite por qué el Oficiante se hace el tonto y no pide silencio a tanta conversación, llantos y pataletas de los niños en la Santa Misa?
Muy agradecido,
JGCC
Nuestra sociedad occidental no es la de antes ni mucho menos: hay que hacer mucha autocrítica. La avalancha de información por todo tipo de medios, el ritmo de vida frenético, y aquello de que es tan importante empezar puntual como acabar puntual exigen dinamismo (sin interrupciones cansinas) en la celebración de la Misa, con unas homilías cortas (casi esquemáticas), que lleguen (penetrantes) y se entiendan correctamente y motiven (el sermón no es el "acto central" de la Misa). Conozco a muchos creyentes que van poco a Misa ahuyentados por el hastío y el mal hacer (siento decirlo). Está estudiado que no se puede mantener la plena atención más allá de 45 minutos. Creo que la Misa debería durar no más de 30 minutos en la sociedad occidental actual.
Es una cuestión de educación. Nadie conversa en la ópera o el teatro. En misa, por no creernos de verdad lo que ocurre, pasan esas cosas.
Respecto a los niños, hay que tratar de contenerlos los padres, pero los demás fieles debemos entender cierto alboroto. No se acostumbrarán a la misa y acudirán si no la viven desde pequeños.
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