Jornada de puertas abiertas en la Iglesia
Acabo de leer, en Germinans Germinabit, un artículo de Oriolt titulado “” que elogia una parroquia barcelonesa. Me ha gustado especialmente una frase (la negrita es mía):
Abierta todo el día, con misas cada dos horas, los días laborables, desde primeras horas de la mañana. Rosario diario, novenas, adoración nocturna, un cura siempre en el confesionario, vía crucis multitudinario cada viernes de cuaresma, adoración al Santísimo los viernes. Obviamente, la iglesia está a rebosar. Se quejan muchos sacerdotes de que sus templos están vacíos. Que prueben a tenerlos abiertos todo el día. La gente entra a rezar. Siempre hay alguien en la iglesia. Nunca está vacía.
No podría estar más de acuerdo. Una iglesia cerrada es un antisigno.