El pueblo de la bendición
Hace un par de días, rezando la Liturgia de las Horas, me llamó especialmente la atención una frase del himno de Laudes: noctem canendo rumpimus, es decir, rompemos la noche cantando.
No es más que una pequeña frase y, sin embargo, me ha hecho caer en la cuenta de lo distintos que son los cristianos, cuando lo son de verdad. Se trata de un himno pensado para ser cantado en medio de la noche o a primera hora de la mañana y revela, creo yo, una forma de levantarse cuando aún es de noche que no es lo normal.

Varias bitácoras de Religión Digital han analizado y criticado ya la entrevista a Julio Lois realizada por J. M. Vidal. Por mi parte, en vez de intentar tratar la entrevista como un todo, me voy a limitar a las reflexiones que me ha sugerido un pequeño detalle que, en mi opinión, es muy significativo.
Leyendo ayer un blog de Religión Digital que no acostumbro a visitar, me puso de mal humor la siguiente frase:
El viernes, día de Nuestra Señora del Pilar, bautizamos a nuestro hijo Esteban. Para nosotros fue un día de inmensa alegría.
Francisco nació en Gandía. Era pariente de Papas, reyes y emperadores, como miembro de una familia de la alta nobleza: los Borja, también llamados Borgia en Italia. Desde pequeño, permaneció en la corte del emperador Carlos V, al que luego acompañaría en sus batallas. Se casó y tuvo ocho hijos.








