Un vaso de agua o un sombrero
Algunos tienen la idea de que, en Inglaterra, cuando Enrique VIII rompió con la Iglesia Católica para crear el Anglicanismo (y poder casarse con su amante), la gran mayoría de la gente, clérigos y seglares, se hicieron inmediatamente protestantes sin ningún problema. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que se produjeron levantamientos armados de ingleses que querían ser fieles a la Iglesia, como la Peregrinación de Gracia y la rebelión de Bigod en tiempos de Enrique VIII y el Levantamiento del Norte durante el reinado de Isabel I. Multitud de mártires dieron su vida por Cristo y, durante siglos, las leyes persiguieron y destruyeron física o económicamente a los que seguían siendo católicos ocultamente, para conseguir extirpar el catolicismo en Inglaterra.
Alguna vez he pensado escribir un libro sobre las gloriosas páginas de martirio y fidelidad de los católicos ingleses. Si tuviera que elegir solo una de esas páginas, me resultaría difícil, pero, ya que estamos en julio, voy a relatar una muy sencilla que me encanta y que siempre me recuerda a aquella frase tan tierna de Cristo: os aseguro que todo aquel que dé de beber un solo vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa. Es una historia que, en mi mente, he bautizado como la historia del mártir cortés.