Y dicen que la familia no está amenazada
En su número de ayer, La Razón recogía un comentario informal hecho por nuestro Presidente a los periodistas. Ante las preguntas sobre la nueva pareja del presidente francés, después de su divorcio, el político español comentó: “Sarkozy ha salido ganando con el cambio”.
No sé qué pensarán los lectores, pero creo que esta frasecita, siempre que haya sido recogida con precisión por el diario, muestra a la vez una insensibilidad pasmosa y la mentalidad que se extiende en nuestro país. El divorcio se ha trivializado hasta el extremo. Las familias rotas, los hijos traumatizados para toda la vida, la incapacidad de mantener compromisos duraderos y de entregarse totalmente a otra persona… todo ello se reduce a ganar o perder con el cambio.
Sin duda, es ésa la mentalidad que se esconde detrás del “divorcio express”, de la equiparación del matrimonio a las uniones homosexuales, de la insistencia en los distintos “modelos de familia”, del desprecio a las madres que quieren dedicarse a cuidar de sus hijos, de la trivialización de la sexualidad, el fomento general de la anticoncepción y del aborto y de una educación sexual en las escuelas que equivale a preguntar a niños de tres años si prefieren jugar con tijeras, con cerillas o con matarratas.
El mismo periódico decía ayer que se calcula que, en un par de años, el número de rupturas matrimoniales en nuestro país será igual al de matrimonios celebrados. Es decir, el divorcio o la separación han dejado de ser la excepción, para pasar a ser la regla. No se trata ya de que, en casos especiales y graves, pueda ser necesaria una separación temporal o indefinida de los esposos porque se haya hecho imposible la convivencia, sino que la más pequeña discusión o diversidad de pareceres es suficiente para romper una familia. El tiempo necesario para romper un matrimonio es ahora menor que el que se emplea para comprar un coche o decidir dónde se va a ir de vacaciones.
Lo más absurdo de todo esto es que se piensa que no tiene consecuencias. No nos engañemos, quienes más salen perdiendo con estas cosas son siempre los más débiles. En primer lugar, las mujeres, que emocionalmente sufren mucho más con las rupturas, con la infidelidad y, sobre todo, con un estilo de vida que sustituye la fidelidad y la entrega mutua por el egoísmo compartido y la ausencia total de compromiso.
En segundo lugar y aún más claramente, salen perdiendo los niños. La familia y las relaciones familiares constituyen el ámbito necesario para la formación equilibrada de la personalidad de los niños. Todo aquello que destruye sus familias deja en ellos graves heridas indelebles que tendrán que soportar durante toda su vida.
Durante un tiempo, fui catequista en una parroquia de un pequeño pueblo de los alrededores de Madrid, junto a un colegio de inserción para niños con problemas. Muchos de los niños que acudían a la catequesis eran de ese colegio y procedían de familias que en otro tiempo se habrían llamado destruidas y quizás actualmente se consideren familias modernas: mis padres se odian y se van a divorciar, no he conocido a mi padre, vivo con mi abuela, mi madre tiene un novio distinto cada mes… Nunca he visto a niños más destrozados sicológica y, sobre todo, afectivamente. Muchos de ellos sedientos de cariño, otros muchos incapacitados para fiarse de nadie, todos profundamente afectados en el núcleo de su personalidad. Desgraciadamente, todo eso que antes se reconocía como un grave problema se quiere convertir en la norma.
Tratar la familia a la ligera no es ya jugar con fuego, es hacer malabarismos con bombas nucleares. Quizá dentro de veinte años, cuando sean patentes las terribles consecuencias de la destrucción de la familia, se quiera dar marcha atrás, pero para entonces una generación entera habrá sufrido ya los efectos de estas políticas, que arrastraremos durante décadas.
Humanamente, resulta difícil concebir una solución posible para esta situación. Por eso me ha parecido tan oportuno que la concentración “Por la familia cristiana” del próximo día 30 de diciembre, que tendrá lugar a las 12:00 en la Plaza de Colón de Madrid, no sea simplemente una manifestación política, sino ante todo un encuentro de oración.
Como siempre hacemos los cristianos cuando las cosas parecen ir muy mal, además de hacer lo posible por cambiarlas, ponemos nuestra confianza en Dios, que nos ha prometido: Aunque una madre se olvidase de su hijo, yo jamás te olvidaré. En la palma de mis manos te llevo tatuada.
No es casual que ese domingo se celebre la Fiesta de la Sagrada Familia. La Santa Familia de Nazaret es el modelo de toda familia cristiana y, sin duda, es hoy uno de los más grandes tesoros que la Iglesia puede ofrecer al mundo.
30 comentarios
Recuerdo en mis años de juventud, de los que nos separan un buen número de años, cuando se hablaba de matrimonio, se hablaba de un concepto que a mí siempre me pareció mágico, "proyecto de de vida en común".
Lo que quiere decir es que no es suficiente el matrimonio, no es suficiente el tener hijos, es que se trata de un proyecto que trasciende de los avatares cotidianos. Obviamente eso significa compromiso, a veces tener que ceder en contra de nuestra voluntad, otras aceptar dignamente el sacrificio que puede hacer nuestro conyuge, en definitiva aceptar los avatares sin que ello ponga en riesgo grave la convivencia.
A mi entender la situación actual es que no se hace ese planteamiento de proyecto de vida común, si no que, simplemente, nos unimos para vivir juntos de una m...
Por que de la comparación, de las circunstancias superficiales, en resumen de la infidelidad, suelen venir muchos desencuentros que, como no hemos interiorizado el compromiso de vida en común, acaban en separación.
En esta ocasión, como en otras tantas, D. Bruno plantea un tema interesantísimo y que daría para escribir aquí mucho, lástima que el espacio aquí y mi tiempo no den para mucho.
Las personas con inclinación homosexual "deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta" (Cat. Igl. Cat. n. 2358), es decir, hay que respetarlas, ayudarlas y apreciarlas como a hijos de Dios que son. Su inclinación homosexual no les resta ni un ápice de su inalienable dignidad de personas.
Otra cuestión también distinta, pues ya se trata de materia grave de pecado, son los actos homosexuales. La Iglesia enseña a la luz de la Palabra de Dios que se trata de "depravaciones graves"; "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. (...) No pueden recibir aprobación en ningún caso" (Cat. Igl. Cat. n. 2357).
Yo trato de no mezclar la política, ni a los políticos, con las creencias, la ética o la moral religiosas. Creo que forman un cóctel muy explosivo, que suele estallar muy pronto.
Es mi impresión que se descuida la familia, porque creemos, a veces, que todo es sustituible, como un electrodoméstico.
No obstante, el amor existe y persiste, y es un buen apoyo para las familias, y para el matrimonio.
Dios siempre ayuda, si hay amor.
Me quedé sin espacio. Soy católico, que significa que pertenezco a la iglesia universal, donde cabemos todos.
Como cristiano, no tengo por qué juzgar a cualquier otro hermano mío, sino ofrecer mi mano abierta, sin importarme la inclinación sexual, ni el estado de salud de cada uno.
No me siento orgulloso de ser heterosexual, porque nací así, como creo que tampoco has de sentirte mal por ser gay.
Considero que Dios nos ama, tanto a tí como a mí.
Pretendo ser buena gente, pero no ser ejemplo de nada. Hay distintas ópticas para cada circunstancia.
Un fuerte abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo. Y a todo lo que ha dicho, desde el punto de vista natural, yo añadiría que el matrimonio cristiano incluye, además, un elemento sobrenatural.
Por el sacramento del matrimonio, Dios se compromete también en ese matrimonio, de manera que ya no son los esposos solos los que con sus fuerzas tienen que construir ese proyecto de vida en común, sino que pueden contar con Dios, con su gracia y con el Proyecto de Dios en el que el suyo se inserta.
Nuestro Presidente, a quien Dios guarde, no aparece en este artículo como cabeza de un partido, sino como exponente de la mentalidad social y del ambiente jurídico actuales, que, desgraciadamente, constituyen una grave amenaza contra las familias españolas.
Trasgu:
Creo que Servidor ha mostrado muy claramente los dos aspectos de la cuestión. Por un lado, el hecho de tener una inclinación sexual determinada no afecta en nada al valor de una persona. Tú, como Servidor o como yo, somos cada uno hijos amados de Dios y valemos para él más que todas las estrellas del universo.
Por otra parte, la Iglesia tiene una obligación de decirte la verdad con respecto a los actos homosexuales: no son lo que Dios quiere para ti ni para nadie, destruyen la complementariedad y la apertura a la vida que son la base del amor matrimonial. Precisamente porque a la Iglesia le importas como persona, te dice la verdad aunque sea incómoda. La felicidad que Dios tiene preparada para ti no está en la convivencia homosexual.
Un saludo cordial.
PORFAVOR DEJEN DE ARROJAR MIERDA A LA SOCIEDAD CON LA BIBLIA EN LA MANO.
Jesus hablo de AMOR, de pasar haciendo el bien, dejen a la gente tranquila.
Constantemente se oye que la única forma de que una mujer se "realice" es una carrera profesional, considerando el cuidado de sus hijos como algo inferior. Recuerdo una política famosa que dijo en una entrevista que había puesto su carrera política por encima de familia e hijos y estaba orgullosa de ello. NO creo que ignores los problemas que suele encontrar en el ambiente de trabajo una mujer porque se atreve a tener más de dos hijos, etc.
Estichu:
No entiendo a que se refiere, la verdad.
Me temo que si el Señor nos da vida para ello, vamos a asistir a tiempos muy difíciles, con una generación entera que habrá sido educada en la cultura de la muerte y la destrucción familiar.
hagamos y eduquemos a nuestros hijos en el respeto y tolerancia hacie en mundo. y en ese mundo hay modelos diferentes de familias, tan validos y maravillosos como el nuestro.
En cuanto a lo de los modelos de familia diferentes igual de válidos, ¿le parece igual de válido el modelo de familia en que el marido se divorcia para cambiar a la mujer por una más joven (el "pillín", como dice Yolanda)? ¿Le parece igual de válido el modelo de familia en que una mujer decide intencionadamente tener un hijo ella sola porque odia a los hombres, privando así a su hijo de un padre? ¿Le parece igual de válido el modelo de familia en que el marido tiene diez mujeres que trabajan para que él viva como un rey, como sucede en algunos lugares de África? Lo siento, pero eso de los "modelos de familia" es, en mi opinión, un claro ataque contra la familia cristiana.
Yolanda:
Pues como tú lo quieras expresar, porque está más desprotegida la mujer suele terminar llevando la peor parte cuando se prescinde de la fidelidad y del compromiso.
En relación al divorcio mi postura es contraria, a no ser razones de fuerza mayor, graves para la integridad física, ó síquica de las personas. Se puede aguantar mucho, y también se puede un día dejar de hacerlo, cuando tienen cubiertos los proyectos de vida en comun, y te quedan por cubrir los proyectos de vida personal que se quedaron en el camino. Soy partidaria de alargar una convivencia por los hijos, eso exige sacrificio por ambas partes. No todos pueden aceptar ese reto, entonces aparecen los egoismos pidiendo su racioncita de tarta, y se saltan los derechos de los hijos a tener un hogar donde formarse con su padre, y con su madre. ´Familias monoparentales, familias de dos papás, de dos mamás, en fin, un horror para que seguir. La culpa, la tiene la derecha, como siempre. Ah, y como no iba a ser menos la Iglesia Española, lo mismo.
Me han quedado una cositas en el tintero virtual
Cuando hablo de la Iglesia Española, me refiero a la Católica, evidentemente.
Las familias con dos papás ó dos mamás, me parecen simplemente aberrantes, las parejas de homosexuales tienen todo el derecho del mundo a convivir con sus elegidos, y aún así yo rechazo mentalmente esas uniones, me parecen insidiosas, una burla descarnada al matrimono hetero. Tardaré mucho en volver por aquí, quizá nunca más venga. Hasta la vista.
La amenaza no es contra la familia caólica sino contra lafamilia tradicional y patriarcal: esa, afortunadamente, está dando los últimos estertores. Y que los homosexuales se casen no amenaza mi modelo familiar estable; ni tampoco el divorcio esxpress porque no m...
Ah, sigo sin saber qué mujeres son ésas pobrecitas que quieren cuidar a sus hijos y son ridiculizadas. Yo cuido mucho y muy bien amis hijos; mis compañeras de trabajo también, según veo. Y nadie se mete con nosotras.
Habría que ir al matrimonio siendo consciente de que es un compromiso, una responsabilidad. Uno se compromete a ser fiel y a no dejarlo todo cuando viene lo malo. Debe imperar el cariño, y no equivocarse con la pasión momentánea.
Sobre el divorcio, está más que comprobado que los hijos son los grandes perdedores y sufridores; pero creo que más que nada porque no hay casi ningún divorcio en que se de la circunstancia de que sea de mutuo acuerdo. Siempre hay algún miembro de la pareja a quien le sorprende y se le cae el mundo encima. Y no precisamente tienen que ser las mujeres las sorprendidas.
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