Una propuesta para la letra del Himno nacional
Lean, a continuación, los dos borradores que ha propuesto Joaquín Sabina para la letra del Himno nacional:
Borrador 2
Ciudadanos, / ni héroes ni villanos, / hijos del ayer, / hay tanto por hacer. / Ciudadanos, / tan fieramente humanos, / tan paisanos del / hermano de Babel. / Alta montaña / con puerto de mar / clave de sol España / atrévete a soñar.
Borrador 1
Ciudadanos, / en guerra por la paz / y la diosa razón / mano en el corazón. / Ciudadanos, / ni súbditos ni amos / ni resignación / ni carne de cañón. / Pan amasado / con fe y dignidad / no hay nada más sagrado / que la libertad.
Si bien en este blog no se tratan temas puramente políticos, me parece interesante analizar esta propuesta desde el punto de vista filosófico - religioso. No sé si consciente o inconscientemente, Sabina, con sus dos borradores, ha identificado perfectamente las dos posibilidades que existen para un himno nacional:
A) Una letra intrascendente
Esta posibilidad implica buscar imágenes que no signifiquen nada en particular, para así poder conseguir un consenso lo más amplio posible. Se evita cuidadosamente tocar temas importantes que, por su propia naturaleza, son polémicos. La apuesta más segura es, en general, hablar de geografía (alta montaña, puerto de mar, el sol…), de cosas que suenen bien pero sin ningún significado concreto (fieramente humanos, hijos del ayer, ni héroes ni villanos…) y de aspiraciones vagas y bienintencionadas (atrévete a soñar, hay tanto por hacer). Es decir, mucho ruido y pocas nueces.
Es posible que terminemos con una letra de este tipo para el himno, ya que hoy en día se valora el consenso por encima de todo. Sin embargo, me atrevo a aventurar que ese tipo de letra no tendría éxito popular, porque es lo contrario de un himno. Los himnos que tienen éxito (como el francés o el americano) son inspiradores, concretos y tienden a poner el “listón alto” hablando de heroicidades, sacrificios, sentimientos verdaderamente profundos, etc.
En ese sentido, una letra intrascendente no puede inspirar a nadie (como mucho puede ser pegadiza), sólo habla de los aspectos menos humanos de una nación y pone el listón lo más bajo posible para lograr el consenso. Equivaldría a una versión aguada, sin ritmillo, políticamente correcta y mucho más sosa del “Que viva España” (por supuesto, sin mencionar para nada la palabra España).
B) Una letra cargada de ideología
El borrador 1 es un claro exponente de la posibilidad contraria: una apuesta clara por un himno que transmite unas ideas muy concretas sobre lo que debe ser España.
En el caso de este himno de Sabina, es evidente que las ideas subyacentes son las de la Revolución Francesa, algo adaptadas a la visión actual de lo políticamente correcto. La diosa razón fue entronizada en Notredame por los revolucionarios franceses y, si bien ha sido abandonada totalmente por sus herederos, que prefieren el pensamiento débil, sigue “quedando bien” como símbolo del rechazo de la visión cristiana del mundo. En este sentido, el término “ciudadanos” del comienzo, que en el otro borrador no tenía un significado especial, es aquí claramente el apelativo fundamental de la Revolución Francesa del ciudadano Robespierre, del ciudadano Marat y del (pobre) ciudadano Capeto.
“Ni súbditos ni amos” muestra un cierto tinte anarquista que, hoy en día que ya ha desaparecido el anarquismo militante y peligroso, ofrece un atractivo destello de rebeldía al himno, pero sin consecuencias reales.
El rechazo a la resignación es, creo yo, otro ataque a la (equivocada y nietzscheana) idea que tienen muchos sobre lo que es la visión cristiana del mundo. Por otro lado, la referencia a la fe es mucho más insidiosa. Nada hay más típico de la ideología anticristiana que hablar mucho de fe, pero de una fe sin contenidos, una fe en nada y, sobre todo, en nadie.
Finalmente, la afirmación de que no hay nada más sagrado que la libertad es una muestra más de la ideología que está detrás de la famosa frase de “la libertad nos hará verdaderos”. Esa frase, al invertir lo que dice el Evangelio, tuvo la virtud de mostrar claramente que expone una ideología que es consciente y profundamente contraria al cristianismo. La idea de una libertad humana ilimitada, que no reconoce el bien ni la verdad (ni mucho menos a Dios), sino que crea ella misma lo que es verdadero o bueno es irreconciliable con la Iglesia y el Evangelio.
Supongo que ha quedado claro que rechazo vivamente el primer modelo de himno intrascendente. Al no significar nada, más que un himno, sería el reconocimiento oficial de que no somos capaces de tener un himno nacional.
El segundo modelo sí que se ajusta a lo que creo que debe ser un himno. Sin embargo, a mí, como cristiano, me parece odiosa la ideología que transmite este borrador en particular. Si se aprobase un himno así, no podría sentirlo como propio, sino que, más bien, me imaginaría a Sabina metiéndome permanentemente el dedo en el ojo cada vez que lo escuchara. Por otro lado, dudo que hoy sea posible una letra de este estilo pero acorde con la visión cristiana.
Si las dos opciones posibles son un himno intranscendente y, por lo tanto, inhumano, y un himno anticristiano, creo que más nos valdría esperar a mejor ocasión para tener letra en nuestro himno.
8 comentarios
A mí no me parece aceptable ninguna de las dos propuestas. Y dudo que le caiga bien ninguna letra a nuestro himno, que con todos mis respetos es bastante malo.
Yo cogía a un buen compositor y a un letrista y les ponía a hacer un nuevo himno. Espero que mi opinión no ofenda ninguna sensibilidad
Sin duda el segundo borrador es el mejor, el más claro. Queda patente la ideología de fondo, Seguro que se puede enseñar muy bien en Educación para la Ciudadanía.
Acabo de leer varios de los posts escritos en este blog con sus comentarios. Me hace gracia comprobar, que sin poner en duda la excelente preparación de Bruno, ni la buena intención de los comentaristas, se cae muchas veces no en la ofensa al prójimo (que ya que saldréis ahora con lo de que se ofende diciendo la verdad y tal), sino con la falta de sensibilidad. Acordaros de lo que significa ser cristiano, y aplicadlo en un primer lugar. No hay nada más aberrante que el comentario por ejemplo de Carmen Bellver, que comienza con un: "Sabina es un crápula y un canalla", y acaba con un "espero que mi opinión no hiera ninguna sensibilidad"; pero buena mujer, qué coherencia tienen esas dos frases???; qué conocimiento real tiene usted de la vida y personalidad del señor Sabina, sino es a través, no ya de terceras personas, sino de personas que no tienen ningún conocimiento real del señor Sabina (díganse periodistas por ejemplo)???. Y luego pone la col...
Y luego pone la coletilla de que espera no herir ninguna sensibilidad...usted quédese tranquila, porque evidentemente no ha herido la sensibilidad del primer afectado (Sabina), pero su intención por supuesto que ha quedado muy clara...pues eso, como muestra un botón. Ustedes que se enorgullecen de ser cristianos, y que gritan a viva voz su pertenencia a una Iglesia, son los que tienen una responsabilidad de dar una imagen verdadera y acorde con lo que se espera de ustedes (si chillas, di al menos lo que tienes que decir, no lo que quieres decir).
Esto va por todos: no se escondan detrás de Cristo y de sus enseñanzas para mostrar sus propias miserias...ese es el mayor pecado.
Y por supuesto, espero no estar hiriendo ninguna sensibilidad con mi comentario.
eolo.
Lo cierto es que en mi blog no permito que se insulte a nadie más que a mí.
Sin embargo, creo que en este caso los dos adjetivos usados por Carmen no son un insulto, sino que más bien son dos términos que se se suelen asociar a Sabina (yo creo que por voluntad del propio Sabina).
Como prueba, teclea en Google las palabras Sabina y crápula o Sabina y canalla y encontraras decenas de artículos favorables a Sabina que le llaman crápula y canalla.
Los cristianos no nos ponemos por encima de los demás, ni estamos orgullosos de lo buenos que somos, sino que estamos orgullosos de Cristo, que es el que nos saca del pecado y nos da la vida verdadera.
Un saludo.
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