Un millón de muertos – Delenda est Carthago
Como ya habrán supuesto los lectores, el título de este artículo hace referencia a la conocida novela de José María Gironella, “Un millón de muertos”. En ella, Gironella escribe sobre la última guerra civil española y da la mencionada cifra de víctimas mortales del conflicto, que se ha convertido en un número mítico. Esta cifra, según creen los historiadores, es muy exagerada y el número real de caídos en la guerra, de ambos bandos y tanto civiles como militares, debió acercarse más a los doscientos cincuenta mil.
En contraste, esa cifra terrible de un millón de muertos, cuatro veces superior a la de las víctimas de la guerra, se ha superado hace poco en España en un contexto diferente: el aborto legalizado. Es algo que no puede dejarnos indiferentes. Es comprensible que la guerra civil haya marcado profundamente la historia y la conciencia de España en los últimos setenta años y, sin embargo, su gravedad palidece ante la escalofriante masacre que se está produciendo ante nuestros ojos.
A otras épocas se las reprocha, con razón, haber tolerado la inquisición, la esclavitud o muchas otras barbaridades que, gracias a la lejanía del tiempo, permiten a los simples mirarlas por encima del hombro. Estoy convencido de que el principal reproche que hará el futuro a nuestra propia época será haber permitido la inigualable crueldad del aborto.
En el primer Libro de los Reyes, después de que el pueblo hubiera abandonado a Dios para servir a los ídolos, se habla de siete mil hombres que no habían doblado la rodilla ante Baal. Desgraciadamente, España no tendrá la ya gloria de haber sido uno de los países que nunca doblegaron su rodilla ante la moda del aborto. Ese honor corresponderá, quizás, a Irlanda, a Costa Rica o a algún otro país que haya sabido mantenerse firme en la verdad y en la defensa de los más débiles.
En cambio, sí puede ser nuestro el galardón del pecador arrepentido. Podemos ser la primera nación que, después de haber cedido a las absurdas presiones de lo supuestamente “moderno” en este campo, vuelva a prohibir el aborto en todas sus formas.
Los católicos no podemos dejar de manifestar una y otra vez nuestra oposición frontal a esta masacre, aunque se nos tache de pesados o se nos acuse de reducir todos los temas políticos al del aborto. Nos jugamos demasiado como para no hacerlo.
Lo de ser pesados, me ha recordado a Catón, el moralista romano. Como sabrán, tras la segunda guerra púnica, en la que Aníbal había estado a punto de destruir completamente Roma, los ejércitos romanos habían conseguido vencer finalmente a los cartagineses en Zama y se había firmado la paz entre ambos contendientes. Sin embargo, Catón, un ilustre moralista y abogado, pensaba que un tratado no era suficiente y que era necesario acabar por completo con Cartago si Roma quería estar tranquila. Por eso terminaba todos sus discursos, fueran del tema que fuesen y aunque no viniera a cuento, con un “Delenda est Carthago”, es decir, “Cartago debe ser destruida”.
Aunque, como imaginarán, a Catón se le tachó con frecuencia de pesado e intransigente, su perseverancia fue recompensada y, con terrible severidad, Roma destruyó finalmente Cartago hasta sus cimientos y sembró de sal sus campos, para hacerlos estériles para siempre. Los que hayan estado en Túnez sabrán que no es posible visitar restos de la urbe cartaginesa porque no ha quedado nada de ella.
Resulta curioso que uno de los crímenes que los romanos reprochaban a los cartagineses era su costumbre de sacrificar a sus propios hijos al dios Moloc, conocido por los cartagineses como Baal-Amón. Los cartagineses sacrificaban a sus hijos para obtener prosperidad o la victoria en sus guerras. Los arqueólogos encontraron en la zona de la antigua Cartago un cementerio con los restos de unos 20.000 niños recién nacidos que, probablemente, perecieron inmolados ante Moloc. El historiador griego Diodoro Sículo relata, con un realismo escalofriante, los sacrificios al dios cartaginés que él llama “Cronos”:
Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.
Hemos revivido en estos tiempos modernos lo peor de Cartago. Moloc exige de nuevo sacrificios de niños, tras haber levantado de nuevo su inhumana cabeza, vistiéndose de modernidad, de ciencia, de falsa libertad de la mujer o, simplemente, de la comodidad de una vida sin problemas. Los veinte mil infantes cartagineses sacrificados que horrorizaron al mundo antiguo apenas pueden compararse con el millón largo de niños inmolados, sólo en nuestro país, a los ídolos de nuestra sociedad. Diecisiete siglos después, España ha vuelto a caer bajo el dominio de Cartago y sacrifica a sus hijos para preservar su nivel económico o su tranquilidad.
Los cristianos no podemos callarnos. Una y otra vez debemos exigir el fin de esta atrocidad. Sin descanso y venga o no o a cuento, debemos recordar a nuestro mundo: Delenda est Carthago.
17 comentarios
Ya Hipócrates, en su juramento, incluyó el no suministrar abortivos. Hemos retrocedido a muchos siglos antes.
Es una locura. Vivimos en una sociedad enferma
No obstante, es tal el estado de cosas, que aunque se ponga una denuncia en la fsicalía, porque conste que se practican abortos fuera de los casos permitidos, art 417 bis del Código Penal, no se hará aboslutamente nada. ¿Alguien se acuerda del reportaje televisivo sobre aquella clínica catalana? pues no tuvo consecuencias, porque ni siquiera se le impuso una sanción.Y es que el aborto mueve también mucho dinero.
Me alegro mucho de oír que reza todos los días por el fin del aborto legal en España. Sin ninguna duda, es lo mejor que podemos hacer, porque, como señala Montaraz, que España fuera la primera en dar marcha atrás en esto sería un verdadero milagro.
La hipocresía legal con que se trata este tema en España es increíble. Como dice Carmen, legalmente el aborto se considera un delito, que, en algunos casos determinados, no está penado. Sin embargo:
- Se permite legalmente su práctica, lo cual es totalmente contradictorio con la noción de delito, aunque no esté penalizado.
- El supuesto de salud psíquica de la madre es un coladero por el que, como todo el mundo sabe, se cuelan todos aquellos que quieren abortar.
- Incluso si alguien quiere realizar un aborto fuera del supuesto anterior (lo cual es difícil, porque en él cabe prácticamente todo, excepto los que han dejado pasar los plazos legales), puede hacerlo, como dice Juvenal, en clínicas bien conocidas y con total impunidad.
Es verdaderamente repugnante.
Hace tiempo, escribí un post sobre ese tema del juramento hipocrático y el aborto.
Yo no desespero de que España se dé cuenta de lo horrible que es el aborto. Para Dios todo es posible.
Como dices, yo también creo que esta barbaridad del aborto tiene la gravedad añadida de que todo el mundo sabe que está sucediendo. No hay excusas.
Creo que las generaciones futuras juzgarán nuestra época durísimamente... y con razón.
La victoria se le pide a Dios, pero tenemos que ensillar nuestro caballo.
Dios VALOR
El problema que yo veo en mí, por ahora, es que "sólo" encuentro la oración como solución a esta terrorífica situación. A partir de esta he sido inspirada para dar mi opinión clara alguna vez que se ha hablado de ello con gente a favor. Y también me planteo dar alguna ayuda económica. Pero de momento, "sólo" veo en mí la oración.
Nota: Pongo entre comillas "sólo", cuándo realmente es fundamental, imprescindible para esta batalla. Es lo primero que debemos hacer: orar todos los días por los niños abortados en nuestras ciudades, pedir perdón a Dios por el médico asesino y los padres abobados. Cuánto más le pidamos a Dios por esta intención, mucho antes será escuchada.
Fundamental para estar lista y no dormida a ensillar el caballo cuando sea preciso.
Me ha gustado mucho este último comentario. No sólo en el tema del aborto, con su especial gravedad, sino para todos los problemas: cada uno podrá hacer unas cosas u otras, según su situación, pero lo que todos podemos hacer siempre es rezar.
Gracias a Dios, que ha querido que siempre haya algo que podamos hacer.
Se dice muy a la ligera que la oración es todopoderosa para cambiar el mundo. No voy a decir yo lo contrario; pero hay que matizar sinó queremos incurrir en errores con consecuencias, a mi juicio graves, pues partiendo de conceptos poco precisos se puede llegar a dolorosas fustraciones.
La oración tansforma al devoto, y por lo tanto al mundo; pero hay que ser prudentes a partir de esto. De hecho, el apostolado se justifica, como actividad para cambiar el mundo: El mundo se cambia transformando a los individuos uno a uno.
Hoy,en está situación, donde lo intrínsicamente maligno nos acosa a todos los niveles, tenemos mucho que pedirle a Dios, pero nosotros tenemos que ocupar nuestro papel, con coraje y buena disposición, y dar la batalla que nos corresponde en todos los frentes El Padre Eterno nos quiere valientes y victoriosos, como no puede ser de otra manera.
Dios es VALOR
Esto sólo podemos recibirlo del Espíritu Santo si nos ponemos en contacto con él, con tanto más ahínco y perseverancia cuanto más desemos alcanzar el objetivo. Que a su vez, el mismo E.S. alienta. Es imprescindible, y mientras no lo hagamos con más ganas, tendremos aborto despenalizado pa rato.
Por otra parte, esta que nuestra oración es intercesora, y arranca del Padre de forma misteriosa gracias de todo tipo en terceras personas que de otro modo se quedarían en el Cielo. Santa Teresa de Lisieux es un gran ejemplo.
Supongo que ya sabes todo esto, pero de esta forma completamos entre los dos a qué nos referimos con oración.
Dicho lo cual, se entiende que como consecuencia estoy abierta a comprometerme con propuestas contra aborto activas que entren dentro de mi margen de acción y de lo que Cristo desee de mí, al respecto.
Las preguntas que te haces muestran una honradez intelectual, que te reportará muchos beneficios. Eclesiásticos de mucho título y muchos años no han sido capaces de hacerselas.
Mira, todo eso se alcanza ejercitandose en el amor a Dios. Tenemos la inmensa fortuna de tener unos Maestros maravillosos en este oficio, que están deseando enseñarnos todo lo que saben: que es todo. Particularmente, yo recomiendo vivamente a S. Francisco de Sales, que recoge todas las enseñanzas de los maestros españoles que fueron, y son, maravillos.
Pero aquí, de manera breve te diré,o mejor te recordaré, que el amor tiene la propiedad principal de unir y hacer iguales a los que se aman. Supongo que tienes alguna esperiencia en el amor carnal, ¿verdad? Pues básicamente igual; pero el "objeto" que has de amar es el Padre Eterno, su eternidad, su infinita bondad, su poder ilimitado, su luz eterna, etc, etc.
Recuerda que con el objeto de nuestro amor, se dialoga, se le escucha, ...
Nuestra Santa nos dice que al principio es dificultuoso, que es tan pesado como sacar el agua a cubos de un pozo, pero el ejercicio se va haciendo cada vez mas fácil y etc, etc.
Un abrazo.
Dios es VALOR.
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