Sin cruz no hay gloria ninguna

Con un poco de retraso (fue ayer) quiero felicitar el cumpleaños a Lope de Vega, que en gloria esté. Nació en 1562, hace 446 años, el 25 de noviembre.

No sé si le cantarán el “cumpleaños feliz” en el cielo (o en el purgatorio, que tuvo una vida bastante ajetreada) o si allí se celebrará un dies natalis distinto, pero yo he decidido celebrar esta fecha ofreciendo a los lectores un poema precioso de Lope que yo no conocía. La literatura española está cuajada de temas profundamente religiosos y creo que ya es hora de que aprovechemos este tesoro para la evangelización.

No podemos desperdiciar estas obras en las que la belleza literaria está unida a una sustanciosa teología de la vida cristiana y de la Cruz. Gracias a ellas, las verdades de la fe se quedan marcadas en la mente de forma profunda y con mucha más facilidad. En mi opinión, todos los católicos de habla hispana deberían aprenderse de memoria varios poemas de Lope de Vega y otros autores del Siglo de Oro, que pueden servir de oración (al menos aquel de “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?”).

Ya verán que, después de la primera estrofa, fácil de memorizar y que es una magnífica síntesis de la visión cristiana de la cruz, el propio Lope alarga el poema (la glossa), explicando cada línea con una estrofa más. Que lo disfruten.

…………………………………….


Sin cruz no hay gloria ninguna,
ni con cruz eterno llanto,
santidad y cruz es una,
no hay cruz que no tenga santo,
ni santo sin cruz alguna.

Glossa

Pablo su gloria tenía,
en la cruz y confessaba
que sin cruz no la quería,
a Christo en cruz predicaba,
de Christo en cruz escribía:
en esta vida importuna
dos cruces hay, destas dos,
alma, procurad alguna,
porque en el Reyno de Dios
sin cruz no hay gloria ninguna.

Cruz buscad, cruz os convino,
o interior, o material,
que este Capitán divino
puso su cruz por señal
para no errar el camino:
si vais a su Reyno santo,
que no tendréis os avisa,
Christo, que la estima tanto,
ni sin cruz eterna risa,
ni con cruz eterno llanto.

Como hace resistencia
al peso la fuerte palma,
dan victoria a la paciencia,
porque a la quietud del alma
no impide la penitencia:
que a ser santos no repugna
lo que los cuerpos padecen
por aspereza ninguna,
que aunque dos cosas parecen
santidad y cruz, es una.

No hay perfecto en tal estado
de que no pueda caer,
aunque suba al mayor grado,
y assí es menester hacer
que sienta el cuerpo el cuidado:
santo y cruz, pues se aman tanto,
no implican contradicción,
cruces no han de dar espanto,
que aunque diferentes son,
no hay cruz que no tenga santo.

Con trabajos y aflicciones
este instrumento se templa,
que no disminuye acciones
al que más alto contempla
mortificar las passiones:
senda y patria es Dios, y es una,
y vemos por experiencia
pocas veces, o ninguna,
perfecto sin penitencia,
ni santo sin cruz alguna.

Felix Lope de Vega y Carpio

12 comentarios

  
Carmen
Bueno, algo sobre la cruz he escrito, pero hoy no funciona la página.

Estoy de acuerdo en que la poesía española e hispanoamericana tiene una colección de poemas religiosos a rescatar.

Saludos
26/11/08 9:12 PM
  
Juana de Arco
Mil gracias por traernos este poema. Es tan bello como real.

Un saludo
26/11/08 9:26 PM
  
Vicente

"PER CRUCEM AD LUCEM".-

POR LA CRUZ A LA LUZ.-
26/11/08 10:53 PM
  
Miguel Serrano Cabeza
Muy buen post, Bruno.

Sin conocer poemas como este, las nuevas generaciones de españoles serán incapaces de entender cómo fue posible que Hernán Cortés controlara a cinco millones de indígenas, acabando de paso con los dos o tres mil asesinatos rituales anuales que practicaban, con sólo trescientos hombres.

No podrán entender cómo es posible que la mayoría de la población boliviana siga siendo indígena. No podrán entender que los españoles, al llegar al Nuevo Mundo, crearan aldeas, pueblos y ciudades organizadas alrededor de iglesias que, organizadas como parroquias incardinadas en obispados, facilitaron la aparición de las municipalidades primero y de las Universidades después. No podrán entender que Felipe II, a petición de los teólogos tridentinos de la Escuela de Salamanca, declarara a todos los habitantes precolombinos súbditos de la Corona española.

Claro que era una sociedad de contrastes y claroscuros, como los hombres que vivían en ella. Pero era algo más que esos claroscuros.

Era la sociedad en la que vivió don Félix Lope de Vega Carpio.

Un saludo.
26/11/08 11:21 PM
  
RNA
Y aunque no vaya diectamente de "cruces" (sí indirecatmente), al traer aquí al Fénix de los Ingenios, quiero recomendar a los lectores unos versos de este grandísimo pecador que fue Lope de Vega, tantas veces arrepentido y caído de nuevo, cuando canta las excelencias d la vida conyugal. Hay poquísimos ejemplos en la literatura española de este tipo de poemA

Tiene un """Quien no sabe del bien del casamiento
no diga que en la tierra hay gloria alguna"" que acaba, tras recomendar vivamente la fidelidad a la propia esposa (que e´l no solía cumplir mucho aunque quería ser guerte para conseguirlo) diciendo ""los hombres hacen las mujeres buenas,
y sólo por su culpa viene el daño"".

Pero la cumbre de este lirismo dedicado a la paz del amor conyugal es la "Epístola al doctor Matías de Porras", (un amigo presidente de Audiencia en el Perú). Cosa tan deliciosa no se ha escrito nunca, ni se volverá a escribir posteriormente, cantando las excelencias de la vida reposada en una familia asentada sobre el amor conyugal, la felicidad y las alegrías de los hijos. Caso singiularísimo en la historia literaria (fuera de una epístola de Boscán en respuesta a Hurtado de Mendoza, varias décadas anterior, en las que se trata el mismo tema), invito a buscarla en Cervantesvirtual o en buscadores. Es, definitivamnete, una cumbre líica dedicada a la familia. Estoy segura de que a muchos lectores de estos pagos les parecerá insuperable. A mí me lo ha parecido siempre.

Y como prueba del desgarro de Lope, poco tiempo después de verse en esta felicidad familiar, la elegía por la muerte del hijo (Carlos Félix, el hijo que le dio la estabilidad conyugal durante poquitos años pues falleció muy pequeño) es otro canto a la familia y también una conmovedoa muestra de aceptación de la cruz que le llevó a la conversión (casi, en él siempre casi)definitiva; pues perdió en un año y pico a su esposa y al niño, cuando al fin había conseguido sosegar sus impulsos hacia la vida dsipada y asentarse en un a felicidad doméstica tantas veces anhelada.

Buscad los tres poemas de losq ue os hablo en google o el Lope de Vega en Cervantesvirtual. O en alguna antología de los Siglos de Oro. Es todo deliciosos, conmovedor y muy ilustrativo de los que verdaderamente anhelan las almas en la vida terrena.
27/11/08 7:40 AM
  
Noby
Que lo disfrutéis.Un abrazo

"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera."

Anónimo
27/11/08 4:25 PM
  
RNA
Noby: ese fue el primer poema que me hicieron memorizar de pequeña.
27/11/08 7:55 PM
  
Noby
RNA
Espero que te ayude, y más en la situación que vives.Un fuerte abrazo.
27/11/08 8:11 PM
  
Bruno
Noby y RNA:

Yo de pequeñito no llegaba a tanto. Primero aprendí pequeñas rimas como el Jesusito de mi vida, el Ángel de mi guarda o el Bendita sea tu pureza.

Unos años después sí que me aprendí este soneto y, desde entonces, lo rezo muchas veces (por ejemplo, para sustituir algunos himnos horrendos que tiene la Liturgia de las Horas).
27/11/08 8:31 PM
  
Bruno
Miguel:

Totalmente de acuerdo. Para los que no conocen (o prefieren no conocer) el cristianismo, resulta incomprensible la mayor parte de la Historia, la Literatura y la Pintura españolas.
27/11/08 8:33 PM
  
Bruno
Vicente:

Gracias por esa antiquísima frase monástica, cuyo origen concreto yo, al menos, desconozco. Tiene esa simplicidad del latín que se graba a fuego en el alma.
27/11/08 8:34 PM
  
Alejandro S.
Conocía esa poesía de Lope. La había leído hace mucho en una revista católica; una muy vieja revista que hallé en mi casa, de la década de 1950. Vaya a saber a quién pertenecía. Tal vez a mi abuelo materno, que era más católico que el papa, y el cual hizo a mi madre tomar la comunión como media docena de veces, porque nunca quedaba conforme con el ritual. Aprendí de memoria el verso inicial, porque me gustó muchísimo.
Por cierto, debo decir que la puntuación que aparece es incorrecta. Si fue copiada de un libro, es seguro que son errores de imprenta, porque es inconcebible que Lope tuviese errores de puntuación. Así es la puntuación correcta:

"Sin cruz no hay gloria ninguna,
ni con cruz eterno llanto; (punto y coma)
santidad y cruz es una; (punto y coma)
no hay cruz que no tenga santo,
ni santo sin cruz alguna."

¡Saludos!



15/10/24 7:44 PM

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