Necesitamos el rocío del cielo
Quiero dedicar este artículo a un antiguo himno latino de adviento, basado en el profeta Isaías, que es verdaderamente maravilloso, el Rorate Coeli. Todo aquel que tenga algo de poesía en su alma quedará sobrecogido al leerlo. Puede usarse además como una magnífica oración para repetir todos los días en este tiempo de Adviento.
Animo a los lectores a ir leyéndolo despacio, quizá en voz alta, imaginando lo que cuenta: la situación de sufrimiento del que lo canta, que compara con la destrucción de Jerusalén, arrasada por sus enemigos, de manera que donde un día se cantaba la gloria de Dios hoy no se escucha más que un silencio de muerte. Es el pecado el que nos ha apartado de Dios, nos ha hecho insustanciales como hojas caídas que lleva el viento, nos ha encadenado con nuestra propia maldad y nos oculta el rostro del Señor, de manera que no hay ninguna luz que alivie nuestra oscuridad.
En esa situación angustiosa, que parece que no tiene salida y de la que uno mismo no puede salir, el cristiano se acuerda de la promesa de Dios o, mejor, del Prometido por Dios, del salvador que Dios anunció desde antiguo. El cantor grita, como los esclavos hebreos en Egipto, para que Dios venga a romper nuestras cadenas que no nos dejan vivir y a consolarnos en nuestra aflicción de muerte. La sequía abrasadora de nuestra vida necesita el Rocío del cielo, el Justo que tiene que venir de Dios.
En la última estrofa, es el mismo Señor el que habla, para consolar a su pueblo con una ternura que conmueve el corazón. Como un padre al hijo que se despierta asustado por la noche, le dice: no temas, estoy aquí, ya llego junto a ti.
El himno, traducido rápidamente, dice así en castellano:
No te enojes Señor,
no te acuerdes más de nuestra maldad.
La ciudad del Santo está desierta;
Sión ha quedado arrasada,
Jerusalén, desolada,
la casa de tu santidad y tu gloria,
donde te alabaron nuestros padres.
Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.
Hemos pecado y estamos manchados.
Hemos caído como las hojas
y nuestras maldades nos arrastraron como el viento.
Nos escondiste tu rostro
y nos dejaste con nuestra iniquidad.
Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.
Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo
y envía al Prometido:
envíanos al Cordero que rige la Tierra,
desde el desierto de Petra
hasta el monte de la hija de Sión,
para que rompa el yugo de nuestra esclavitud.
Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.
Consuélate, pueblo mio, consuélate,
que pronto llegará tu salvación;
¿Por qué te consumes de tristeza?
¿Por qué se renueva tu dolor?
Te salvaré, no temas:
yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu redentor.
A continuación, incluyo un vídeo del canto en latín, para que disfruten escuchándolo. Es una melodía preciosa pero bastante sencilla, así que, si la escuchan un par de veces, luego se sorprenderán canturreando el gregoriano por la calle. En vez de cantado por monjes, he elegido uno cantado por dos chicas para que sea más claro y se pueda entender mejor, pero en Internet lo pueden encontrar cantado en varios monasterios. Incluyo también el texto en latín, para que puedan seguirlo (aunque también va a apareciendo en el vídeo) o incluso aprenderlo de memoria:
Rorate caeli desuper et nubes pluant iustum.
Ne irascaris Domine,
ne ultra memineris iniquitatis;
ecce civitas Sancti facta est deserta,
Sion deserta facta est,
Jerusalem desolata est;
domus sanctificationis tuae et gloriae tuae,
ubi laudaverunt te patres nostri.
Rorate caeli desuper et nubes pluant iustum.
Peccavimus,
et facti sumus tamquam immundus nos,
et cecidimus quasi folium universi;
et iniquitates nostrae
quasi ventus abstulerunt nos;
abscondisti faciem tuam a nobis
et allisisti nos in manu iniquitatis nostrae.
Rorate caeli desuper et nubes pluant iustum.
Vide Domine afflictionem populi tui
et mitte quem missurus es;
emitte Agnum dominatorem terrae,
de petra deserti ad montem filiae Sion
ut auferat ipse iugum captivitatis nostrae.
Rorate caeli desuper et nubes pluant iustum.
Consolamini, consolamini, popule meus:
cito veniet salus tua.
Quare maerore consumeris,
quia innovavit te dolor?
Salvabo te, noli timere,
ego enim sum Dominus Deus tuus,
Sanctus Israel, Redemptor tuus.
Que ésta sea nuestra oración en este tiempo de Adviento: Vide Domine afflictionem meam et mitte quem missurus est, ut auferat iugum captivitatis meae. Mira, Señor mi aflicción y envía al Prometido, para que rompa el yugo de mi esclavitud.
26 comentarios
Cuando me topo con cosas como esa entiendo realmente porque tuvieron que pasar la liturgia a los idiomas de los pueblos.
La verdad es que pueden ser las palabras mas hermosas pero si no las entiendes??? El latin ha de ser muy elegante. Pero que porcentaje de personas en esta edad moderna pueden entederlo? comprender realmente la profundidad de lo que se esta diciendo?
Es como que enfrente mia digan un hermoso poema en Alemán (idioma que no hablo) simplemente no comprendería ni de que va la cosa. Por hermoso y profundo que sea.
Me he tomado la libertad de copiarlo y reproducirlo en nuestro blog de madres que educamos en casa, pues me parece ser de lo más bonito que nuestros hijos pueden ir aprendiendo para Adviento.
Supongo que nunca ha vibrado su alma oyendo una opera de Wagner (aleman), Bizet (frances) o Verdi (italiano).
La musica unida a las palabras tiene la capacidad de conferir a éstas una fuerza de significacion que va màs allà de la mera comprension intelectual y racional.
La traduccion no es necesaria ni oportuna, pues texto y musica componen una unidad artistica, un lenguaje distinto, capaz de comunicar su mensaje a las almas por encima de los diferentes idiomas.
El Rorate no es una poesia, sino una pieza musical, cuyo texto y musica pertenecen al tesoro espiritual de la Iglesia, la cual nunca considero que sus fieles fueran tan groseros de alma que no pudiesen acceder a la belleza de una pieza musical en una lengua distinta de la propia.
En cambio, segun usted, los catolicos espanoles deberian conformarse con los canticos espanoles y nada mas, incapaces de comprender el resto. Para mi, una vision semejante me resulta estrecha y empobrecedora. Es tan solo una opinion.
Gracias por la cadena de oración, en mi ha tenido feliz fruto.
Los cristales de los automóviles, empañados, pedirán que las escobillas aparten las gotas para que muestren el camino al conductor. Parece que la tierra descansa, pero se nutre, y recupera energías, para nutrir a frutales y cereales, a hortalizas y olivares, a pinares y alcornocales, y toda suerte de vegetales.
Sí, definitivamente nos hace falta el rocío, mejor dicho el Rocío, para que nos vivifique, nos renueve, nos nutra, nos haga fecundos. En la compañía de María, ahora que está encinta y preocupada por José, tenemos garantizado que acabaremos empapados de rocío, digo de Rocío, que es un trasunto del Espíritu Santo.
Feliz Adviento.
Hay que ver lo que te ha dado de sí el análisis de una sola palabra del himno. Si comentas así todo el himno, tenemos el blog completo hasta el año que viene. :)
Ahora en serio, gracias por el bonito comentario sobre el rocío. Y un feliz adviento a ti también.
No creo que las posturas de ambos sean contradictorias, sólo diferentes.
Creo que es cierto lo que dice Nemo de que no es necesario entender algo para disfrutarlo. Todos los días vemos a chicos cantando canciones en inglés que no entienden. Aparte de eso, los hispanohablantes entendemos al menos un poco el latín, sobre todo el de las oraciones comunes. Por ejemplo, la mayoría de los católicos saben cantar la salve en latín y entienden perfectamente lo que dicen. Lo mismo pasaba antes con el Padre Nuestro, el Ave María, el Credo y las partes comunes de la Misa. Mi abuelo rezaba siempre las letanías del rosario en latín y yo recuerdo como todos las entendíamos sin dificultad.
Sin embargo, creo que también es evidente que siempre es mejor entender lo más posible, como dice Cristhian. Así lo ha afirmado siempre la Iglesia, ya sea en la liturgia en lengua vernácula o, dentro de la liturgia en latín, animando a los fieles a seguir las oraciones y las lecturas con sus misales bilingües.
Otra cosa en la que creo que estaremos los tres de acuerdo es en que los himnos de la Tradición de la Iglesia son una riqueza que debe conservarse, tanto en latín (¿quién no ha cantado nunca el Pange Lingua, por ejemplo?) como en versiones en lenguas modernas (lo cual también ha sido siempre una práctica de la Iglesia).
Con esto no quiero decir que Nemo y Cristhian tengan que estar de acuerdo en todo. Gracias a Dios, la Iglesia Católica es muy amplia y, dentro de lo bueno, cada uno puede seguir su propia inclinación.
Un saludo a ambos.
Porque puede ser que yo te ponga una cancion cuya musica sea magnificamente preciosa y que este siendo cantada en zulu. Y tu te sientas tranquilo y amado y etc. y al final resulta que al traducir la letra era un anuncio de detergente, me explico?
Este himno que ha puesto Bruno es maravilloso no solo por como "suena" ni solo por lo que "transmite" sino también por el poderoso mensaje de salvación que conlleva el significado de su letra.
Gracias Bruno por los detalles que tienes en el bloc.
A todos os deseoa que el Señor os conceda un buen Adviento y aumente vuestra Esperanza.
Un abrazo
Me he hecho últimamente asiduo de tu blog, y creo que es la primera vez que escribo un comentario. Así que aprovecho para decirte que recuerdo con mucho cariño aquella peregrinación a Santiago de Compostela contigo en ese verano de 1994, cuando aún eras un joven seminarista.
Como espero que no será la última, me alegro de recuperar la relación, aunque sea virtualmente.
Un abrazo y feliz Adviento. Marana-thá!
PS. Si te mueres de curiosidad te daré otra pista: nos vimos en el Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, y conocí a tu familia.
Gracias, Bruno. Lo tendré presente estos días.
Pero bueno, uno puede escuchar y dejarse llenar de la belleza de esta oración, de este canto, de entrada sin entender, y leer la traducción -gracias por proporcionárnosla- para profundizar. Un regalo de Adviento.
Además de que nos enseña a todos también a apreciar el gregoriano, y es también, porqué no, un estímulo para aprender latín. Es cierto que es más fácil el litúrgico, y así cantado, no digamos.
(Para adultos hay un libro en EUNSA, Salve, aprender latín en la tradición cristiana. No sé si este es sitio para recomendar libros concretos, si no lo es, pues me borrais este post.)
Me alegro mucho de encontrar de nuevo a un viejo conocido. Me temo que me vas a tener que dar más pistas, porque soy bastante desmemoriado y ahora no caigo en quién eres.
Feliz adviento a ti también.
¡Estamos en 2011! No hay ningún problema con el latín ni con obtener su traducción y tenemos multitud de medios que nos ayudan, como esta página.
Si bien, no es tan fácil cantarla bien... No sé leer partituras (¡pero si escuchar mp3!). Me cuesta al cantarla saber lo larga que es cada sílaba (a parte de otros problemas propios de oído). Estoy reescribiéndome el texto de modo que me resuelva este problema.
Muchas gracias.
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