Los siete sabores capitales y el purgatorio


Como hace un calor horrible, me ha parecido una buena idea hablar de helados, para refrescar un poco el ambiente. Quizás recuerden los lectores que, hace tres o cuatro años, se lanzó una campaña de promoción de los helados Mágnum basada en los pecados capitales.

Avaricia: Cobertura de chocolate con leche, barquillo, amaretto y avellanas.
Envidia: Pistacho en el interior y cobertura de chocolate.
Gula: Chocolate, chocolate y más chocolate.
Lujuria: Sabor vainilla y la cobertura de fresa.
Pereza: Cobertura de chocolate con cacahuetes y el interior sabor vainilla.
Soberbia: Vainilla con champán, cobertura de chocolate blanco y bolitas de azúcar.
Ira: Frutas del bosque con cobertura de chocolate negro.

Esta campaña me causó cierta impresión. Si bien los helados eran deliciosos, a mí en particular me resultaba desagradable comer algo llamado “avaricia” o “lujuria”. Sin embargo, la campaña buscaba y supongo que conseguía atraer a los consumidores. Este hecho me pareció muy revelador del concepto que tiene la gente de lo que es el pecado.

Creo que, en general, la gente tiene hoy la idea de que el pecado es algo prohibido, pero muy bueno. Como se dice a veces, “todo lo bueno es pecado, es ilegal o engorda” o “está tan bueno que tiene que ser pecado”. Parece, pues, que cualquier pecado es algo que no debemos hacer, pero que nos gustaría mucho si lo hiciéramos. El que una acción sea pecado parece tener únicamente que ver con algo externo: el hecho de que Dios (o la Iglesia) lo hayan prohibido, de manera más o menos arbitraria. En definitiva, los mandatos de Dios y de la Iglesia no son más que una imposición, una carga que no nos permite ser felices haciendo lo que nos apetece.

A mi juicio, esto es una clara expresión del grado en que se ha descristianizado nuestra sociedad. No sólo se ha perdido el sentido del pecado, sino que ya ni siquiera se entiende lo que es un pecado.

El pecado NO es algo bueno pero prohibido por Dios. Si esto no queda claro, la evangelización es imposible. Si los pecados fueran algo provechoso y bueno pero prohibido arbitrariamente por la voluntad divina, ¿quién iba a querer ser salvado de sus pecados?

Los pecados destruyen al hombre. Tienen una apariencia de bien o de placer, pero, en realidad, dañan profundamente al que los comete y a los que están a su alrededor. Por eso nos pide Dios que nos apartemos del pecado. Dios no necesita nada de nosotros, ni nuestros pecados le quitan nada. Quien tira piedras contra Dios termina recibiéndolas todas en su propia coronilla. Los mandamientos, la moral, el sermón del monte, el evangelio entero son indicaciones de dónde está nuestra felicidad, nuestra vida verdadera. Precisamente porque los hombres de hoy ya no conocen esta vida verdadera, tampoco entienden el pecado, que es su negación.

En este sentido, resulta comprensible que nuestra sociedad considere que la Iglesia no hace más que prohibir y condenar. A menudo se dice, por ejemplo, que la Iglesia no permite casarse de nuevo a los divorciados porque es dura de corazón. ¡No es así! La Iglesia no hace más que mostrar la voluntad de Dios, que no quiere que nos privemos de lo que regala en el sacramento del Matrimonio: la posibilidad de amar a alguien hasta la muerte, suceda lo que suceda y haga lo que haga esa otra persona. Dios nos concede gratuitamente a los esposos la fuerza para servirnos mutuamente, sin esperar nada a cambio, para recibir de Dios los hijos y dar la vida por ellos. El divorciado que quiere volverse a casar piensa que Dios se ha equivocado con él, que no le ha dado la mujer que le convenía, que él sabe mejor que Dios lo que le conviene y lo que puede hacerle feliz. La Iglesia, sin rechazar a nadie, tiene la obligación de decirle que no es ése el camino que lleva a la vida.

Dios regala vida y felicidad que pueden saciar el hambre infinita de los hombres y nosotros preferimos migajas que nos dejan aún más hambrientos. Vendemos nuestra primogenitura por un plato de lentejas y, encima, reprochamos a Dios y a la Iglesia que nos lo hagan ver.

Mi padre me contó el otro día un sueño que había tenido la noche pasada. Soñó que estaba en el purgatorio y, allí, revivía el día que acababa de terminar. La tarde anterior había estado un rato con unas señoras y, quizás, se había mostrado un poco impaciente con ellas. Sin duda un pecado venial donde los haya, del que fácilmente se habría olvidado en otra ocasión. Sin embargo, en el purgatorio, la conciencia lúcida y simultánea de no haber hecho la voluntad de Dios y no haberse comportado con el prójimo como si fuera Jesucristo resultaba asfixiante e insoportable. El poder ver sus propios pecados como en realidad eran constituía la más severa penitencia que se pueda imaginar.

Por supuesto, sólo era un sueño, pero me pareció una expresión muy acertada de lo que son el purgatorio y, de forma definitiva y sin esperanza, el infierno. Tanto en uno como en el otro, se nos harán presentes y sin posibilidad de autoengaño los pecados cometidos durante la vida. Dios no condena a nadie al infierno, sino que, por respeto a nuestra libertad, acepta que podamos pecar y sufrir las consecuencias de nuestros pecados.

Nuestros pecados son, en realidad, algo horrible que nos cierra a la vida, nos destruye y destruye a los demás. Por eso el Hijo de Dios entregó su propia vida para sacarnos de ellos. San Juan María Vianney, el Cura de Ars, patrono de los sacerdotes y uno de esos santos excepcionales más admirables que imitables, pidió una vez a Dios que le mostrara sus pecados como eran en realidad. Dios se lo concedió y cuenta el Cura de Ars que cayó en una terrible desesperación hasta que Dios le sacó de ella. ¿Cómo lo hizo? Mostrándole también cuánto le amaba, a pesar de esos pecados.

Dios, que es el único que conoce verdaderamente nuestros pecados y al que no podemos engañar, es también el único que nos quiere como somos. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

53 comentarios

  
Bruno
Publiqué ya este artículo hace un par de años, por estas mismas fechas. Me ha parecido oportuno recogerlo aquí por la mención que hicieron ayer Asun y Ana MS de la conocida frase: "Todo lo bueno es pecado, es ilegal o engorda".

Y tampoco vienen mal unos helados en tiempo de calor, digo yo.
23/07/09 3:05 PM
  
Fredense
Buen artículo, Bruno. A mí también me llamó la atención (negativamente) aquella campaña publicitaria. Y hay muchas más parecidas.

Dicho esto, me quedo con el de chocolate ... ;-)
23/07/09 3:16 PM
  
jose de maria
Felicidades Bruno, magnifico para mi y para mis amigos y parientes a los cuales se los envio. Desde Mexico un abrazo a ti y a tus fans.
23/07/09 4:47 PM
  
Gallizo
Hola Bruno, por un momento creí que iba a hablar usted de quarks luego reparé en que sobraba un "sabor" ).

;-)))

Hablando más en serio, su comentario " A menudo se dice, por ejemplo, que la Iglesia no permite casarse de nuevo a los divorciados porque es dura de corazón. ¡No es así! La Iglesia no hace más que mostrar la voluntad de Dios, que no quiere que nos privemos de lo que regala en el sacramento del Matrimonio ", no le parece algo contradictoria con el principio del libre albedrío. Da la impresión que, más que libres, estamos atados a una cuerda lo suficientemente larga y laxa como para crearnos sensación de libertad, pero que en realidad está sujeta con firmeza por la doctrina de la Iglesia y en cualquier momento podemos recibir un tirón que nos deje sentados.
Un saludo.
23/07/09 5:06 PM
  
luis
Varias ideas que me dispara el post de Bruno.

Es típico del voluntarismo moderno esa idea del pecado: hacer algo contra la Voluntad discrecional de Dios, que establece en forma arbitraria prohibiciones. Que tiene raíces antiguas, ya Occam sostenía que el pecado era malo porque Dios lo prohibía, no lo prohibía porque era malo.
El voluntarismo, que en eso consiste esa posición teológica, se infiltró en el pensamiento barroco, "voluntarizando" la noción de pecado, identificando pecado con el acto realizado y el placer subsiguiente. De allí a considerar, como en el jansenismo o en ciertas casuísticas, que el placer es el pecado o que quita mérito al acto hay un paso.

Cuando en realidad, el placer es lo único no pecaminoso que tiene el pecado, aunque parezca paradójico. Lo malo es la búsqueda de placer en forma desordenada, pero el placer, aún el placer que proporciona el pecado, no es "moralmente" malo.

Por eso, la visión del padre de Bruno es bien antibarroca: al hacer residir el pecado en el desorden de la voluntad, prescinde de castigos que funcionan como "contrapasso" del placer, como les gustaba a los predicadores barrocos, para hacer residir el "contrapasso" en la voluntad y en la inteligencia, que en definitiva son las desordenadas y que requieren penitencia. Ese lugar común de la predicación jesuítica que "se pena mayormente donde más pecar se suele" habría que rectificarlo aclarando que la que peca siempre es el alma. El cuerpo es un testigo forzoso.

Santo Tomás, en un pasaje luminoso, se pregunta si la persona que se arrepiente del pecado debe arrepentirse de las consecuencias del pecado, por ejemplo, haber tenido un hijo. Respuesta: no. Lo que tiene la razòn de pecado es el desorden del acto en relacion con el fin último, y sòlo ésto tiene que detestar el pecador.
23/07/09 5:16 PM
  
azahar
Disculpe, luis:

No he entendido bien su último párrafo. Le agradecería me lo ampliara.
23/07/09 5:28 PM
  
luis
Pues santo Tomás se pregunta si una persona que ha cometido un pecado, por ejemplo, una relación ilícita, debe arrepentirse también de las consecuencias de ese pecado, por ejemplo, de tener un hijo. Y dice que no. El pecado no reside en las consecuencias del acto ilícito, ni siquiera en el placer que lo acompaña, sino exclusivamente en el desorden de la voluntad respecto de su fin, en una privación del bien debido a la voluntad, que es la rectitud; el pecado es una casi nada, una nada deliberada, màs que una cosa. Más que una "mancha", como le gustaba ejemplificar a la pastoral barroco-sulpiciana del siglo XIX, el pecado es un agujero.
23/07/09 5:38 PM
  
luis
Es más, si algo decididamente no hace el pecado es "engordar" el ser o darle placer.
El acto pecaminoso es placentero, no a causa del pecado, sino "a pesar" del pecado. Por eso, los peores pecados no causan placer. Esos pecados no se "salvan" ni siquiera con la bondad o excusa del placer: la envidia, el odio, la desesperación.
23/07/09 5:44 PM
  
luis
Huelga decir que todos los conceptos vertidos en los comentarios anteriores generan un indescriptible escándalo entre los alumnos del curso de Etica. Son las primeras clases, que llamo las de "antimoral", esto es, aprender a desandar la falsa moral "cristiana" que suelen traer a la Universidad catolica.
23/07/09 5:52 PM
  
azahar
Gracias. Hace poco me encontré con un caso de esas características. Y lo estuve comentando.
23/07/09 5:54 PM
  
asrone
¡Pues a promover una campaña de helados con los dones o frutos del Espíritu Santo como sabores!


Extracto de 'Cartas del diablo a su sobrino'

"Nunca olvides que cuando estamos tratando cualquier placer en su forma sana, normal y satisfactoria, estamos, en cierto sentido, en el terreno del Enemigo. Ya sé que hemos conquistado muchas almas por medio del placer. De todas maneras, el placer es un invento Suyo, no nuestro. Él creó los placeres; todas nuestras investigaciones hasta ahora no nos han permitido producir ni uno. Todo lo que podemos hacer es incitar a los humanos a gozar los placeres que nuestro Enemigo ha inventado, en momentos, o en formas, o en grados que Él ha prohibido. Por eso tratemos siempre de alejarnos de la condición natural de un placer hacia lo que en él es menos natural, lo que menos huele a su Hacedor, y lo menos placentero. La fórmula es un ansia siempre creciente de un placer siempre decreciente. Es más seguro, y es de mejor estilo. Conseguir el alma del hombre y no darle nada a cambio: eso es lo que realmente alegra el corazón de Nuestro Padre. Y los bajos son el momento adecuado para empezar el proceso."
23/07/09 6:01 PM
  
luis
Es exactamente asì Asrone. La ética cristiana no se funda en el deber, sino en el bien. Y el placer es la resonancia del bien conseguido por un acto perfecto.
Por eso, el mejor antídoto contra el peor de los pecados capitales, que no es la pereza (una falta menor) sino la acidia, es el placer que produce la delectación de los bienes divinos. Porque como bien enseña Santo Tomás, le es imposible vivir al hombre sin deleites, y si no accede a los divinos, se vuelca a los carnales.
23/07/09 6:07 PM
  
luis
Y qué luminoso y católico que es ese texto de "san" Jack Lewis, el "católico anónimo" más importante de Inglaterra.
23/07/09 6:18 PM
  
Bruno
Fredense:

Si no recuerdo mal, el helado de "pereza" estaba bastante bueno (y no lo digo porque ahora mismo esté trabajando y preferiría estar tomándome un helado).
23/07/09 8:59 PM
  
luis
De hecho, Asrone, me acabo de acordar que mi mujer ha impuesto una tradición similar en casa. El día de Pentecostés compramos bombones de fruta de todos los colores y se les da siete a cada uno de los niños. El màs pequeño tiene que ir nombrando cada don por el color del bombón, y lo va comiendo. La asignaciòn del color a cada don que hace la más chica es acatada en forma infalible. Ya hace años que lo hacemos, y es tan fuerte la asociación que cuando ven bombones de frutas los llaman "los dones", y eso que el mayor ya tiene quince años.
23/07/09 9:12 PM
  
Bruno
Luis:

Me encantan las tradiciones familiares, tanto las comunes a otros como las propias e inventadas, cuanto más ritualistas mejor...

...y el slow maturing of old jokes (como decían Chesterton y Lewis)

...y el inventar canciones e historias inverosímiles, a ser posible con los miembros de la familia como personajes

...y rezar juntos o ir todos a Misa

...y no necesitar decir con palabras algunas cosas, pero disfrutar de hablar de otras hasta la saciedad
23/07/09 9:39 PM
  
luis
Homo celebrans. Cuantos más ritos, más familia. Los padres son los sacerdotes de la familia, y los sacerdotes sin ritos, nada son.
23/07/09 9:44 PM
  
Bruno
Gallizo:

Demasiados filones, no tengo ya fuerzas para levantar el pico.

Como la pregunta merece una respuesta sosegada (y acabo de responder largamente a dos comentarios suyos en el post anterior), me la apunto para un post dedicado por entero a ella.

Saludos.
23/07/09 9:53 PM
  
asrone
luis,

gracias por contarnos lo de los bombones de fruta. Cuando me case procuraré vivir, junto a mi mujer y nuestra prole, esa hermosa tradición.
______________________________________________

Off-topic egoísta :)

os estaría muy agradecido si rezáis por mí el próximo 15 de agosto. Gracias.
23/07/09 11:02 PM
  
asun
Los fathers o los parents luis?
23/07/09 11:32 PM
  
asun
También hay tradiciones originadas por uno de los hijos, un sobrino, incluso una prima que está de paso.
Aunque sea menos corriente.
23/07/09 11:33 PM
  
luis
jaja, qué bueno que el español sea ambiguo, asun...

(otro rito, inventado por mi mujer, la gruta de Pascua. Se hace con la gruta del belén en cartón, con un redondel de cartón cerrando la puerta del sepulcro (la piedra del sepulcro). Adentro, un pequeñito altar, sobre el cual se coloca un lienzo blanco de unos quince centímetros con el dibujo hecho por los niños con carbonilla de la figura de un hombre muerto= la sábana santa. Cada niño fabrica una pequeña Sabana). El día de Pascua, se corre "la piedra", se pone un labaro blanco y rojo y queda el sepulcro vacío, con las Santas Sabanas. La encargada de "abrir el sepulcro", es, obviamente, nuestra niña Magdalena, a la que le preguntan los hermanos, ritualmente: "¿Qué viste, María? - Las vestiduras, los testigos angelicos, el Señor Resucitado"
Ideas de Pilar o.p.
23/07/09 11:48 PM
  
kepa
Los pecados (algunos) son como el tabaco; son placenteros, pero el daño es superior al beneficio. Aunque, a veces, por muy poco; de hecho, no has escatimado con el ejemplo que has puesto. Te has ido a uno de los pocos casos donde cuesta ver si el beneficio de amar a alguien para toda tu vida -sin ser correspondido, pongamos- es superior a tener otra mujer que sí te quiera. Parece más una ley pensada para naturalezas angélicas que para personas de carne y hueso.
La posibilidad de amar a alguien hasta la muerte, suceda lo que suceda, y haga lo que haga la otra persona es, sencillamente imposible.
Se puede amar -hay bastantes ejemplos- a una persona que sufre un accidente que la imposibilita por completo, y se puede sacrificar una vida más cómoda y agradable por cuidar a esa persona, pero nadie ama a quien le ha abandonado para irse con otro hace diez años.
Yo estoy convencido de que cualquier persona normal sería más feliz en su vida si se busca otra mujer, que si se dedica a filosofar sobre el amor eterno, que por cierto, no preconiza la Iglesia: solo habla de amor hasta la muerte. Ya puestos podía defender que si muere la mujer amada, lo mejor sería continuar pensando en ella el resto de nuestra existencia. Sería tan coherente como lo anterior.
Por tanto, en ese ejemplo valiente que has puesto, la ley de Dios solo entra en cabeza humana al estilo paternal de antaño de "por que lo digo yo, y basta", porque no creo que haya ni una sola persona en el mundo que defienda eso si no es porque lo manda su religión, aunque luego le busque explicaciones a lo inexplicable.
24/07/09 12:22 AM
  
Flavia
Asrone: Tengo las maletas casi a la puerta ( sí, " velay" tengo esa suerte, me voy el sábado otra vez veinte días por ahí ), pero tienes mi promesa de que no olvidaré pedir por ti el día 15 de agosto, como deseas que lo hagamos.
En primer lugar porque lo has pedido, y porque considero que la oración es una fuerza insuperable, capaz de cambiar la historia si reúne las condiciones exigidas. Citas en la Sagrada Escritura, las que queráis, pero las buscáis vosotros mismos. Con los índices temáticos finales, es fácil.
En segundo lugar, por gratitud como mujer: te has opuesto siempre al aborto - y he seguido todos tus comentarios - con argumentos irrefutables. Que Dios te lo pague y puedes sentirte orgulloso. Pienso que, algún día, la Santísima Virgen, Mujer con mayúscula, te felicitará personalmente.
El aborto es un tema que me crispa y me revuelve. Puedo perder toda la paciencia ante alguien que lo defienda, me parece algo tan atroz, tan envilecedor... Baste recordar que los asirios - y no eran precisamente ejemplo de civilización clemente - empalaban a los abortistas porque consideraban el aborto como la transgresión de todo lo tolerable. ( No estoy diciendo que se empale a nadie, que veo que ahora viene alguien partidario del aborto y sale por los cerros de Úbeda con lo que acabo de recordar... ).
Y me da exactamente igual que otros intervengan defendiendo el aborto. Yo te felicito a ti, asrone, como mujer y como seguidora de Cristo.
Ten la plena seguridad de que ese día pediré por ti. Jamás olvido una petición de oración. Nunca.
24/07/09 1:11 AM
  
Flavia
Cuando digo que me da exactamente igual que otros intervengan defendiendo el aborto, quiero decir que me importa un comino si me ponen verde por oponerme a él. Menos que un comino, para ser sincera.
24/07/09 1:29 AM
  
asun

Me acordaré también de Asrone. No olvidaré el día, porque es el de mi santo. Si no, no podría asegurarlo porque entre despiste y poca memoria las fechas no son mi fuerte.
Buen viaje, Flavia. Que lo pases divinamente, literal y figuradamente. :)
24/07/09 2:10 AM
  
Flavia
Pues te incluyo en la lista, Asun, de todo corazón. Faltaría más.
Y felices sueños a todos, desde mi terraza de octavo piso, bajo las estrellas. Puede parecer cursi, pero os aseguro que impresiona.
24/07/09 2:25 AM
  
Cristhian
No habia querido intervenir en esta discusion, aunque la he disfrutado, a mi me paso justo lo que decia Luis, tengo una hija de antes de mi matrimonio y me costo mucho llanto poder superar el remordimiento con ella, pero efectivamente me ayudo mucho la Iglesia a entender que lo malo fue el pecado no mi hija.

En una confesión una vez me dijo un padre: "muchas veces en el mismo pecado va incluida su penitencia".
24/07/09 5:33 AM
  
asrone
Flavia y Asun: muchísimas gracias por vuestras palabras y vuestras oraciones. Rezaré por vosotras :)

Flavia, hablas de las estrellas. Cuando uno mira el cielo estrellado está viendo presente y pasado: la historia en directo. Se ve , por ejemplo, una estrella tal como era hace millones de años o la Luna un segundo y medio atrás. Seguramente alguien podrá explicarlo mejor pero yo lo intentaré: creo que así es como nos ve Dios, en nuestra 'completa temporalidad'. Por eso no conviene nunca caer en la desesperación o la escrupulosidad. Es de 'capital' importancia que se examine el alma con la luz de Dios no con la nuestra. Si no se hace así, como dijo antes luis, se pone el acento en el deber y no en el bien. Y lo más triste, cerramos nuestro espíritu a una de las experiencias más hermosas de la vida: la de la paternidad de Dios.
En el libro 'Kepler' de Max Caspar (perdón por recomendarlo cada dos por tres) aparece una oración con la que el astrónomo cierra su gran obra 'Armonía del mundo':

"Oh Tú, Tú que mediante la luz de la naturaleza multiplicas en nosotros el deseo de la luz de Tu misericordia para que ella nos guíe hacia la luz de Tu gloria. Te doy las gracias, Creador, Dios, porque me has complacido con lo que creaste y me regocija la obra de tus manos. Mira, ahora he concluido el trabajo para el que fui llamado. En él empleé toda la capacidad espiritual que me concediste. He revelado a la humanidad la grandeza de Tus obras, todo lo que mi pobre inteligencia ha logrado discernir de su riqueza infinita. Mi espíritu estuvo preparado para seguir el camino correcto y verdadero del estudio. Si me dejé llevar hasta la osadía por la asombrosa hermosura de Tus obras o si me sentí complacido por mi propia gloria entre los hombres debido a la marcha favorable de mi obra, destinada a Tu gloria, entonces perdóname en Tu benevolencia y misericordia. Alabe mi alma al Señor, a Ti Creador, mientras yo viva. De él, por él y en él está todo; lo que se percibe por los sentidos y lo que se conoce a través del espíritu; lo que todavía se desconoce por completo y lo que se sabe, que asciende a una pequeña fracción de aquello, porque aún queda mucho detrás."
________________________________________

Siento ponerme tan tridentino, que dicen ahora, pero el helado de ron y pasas es insuperable :)

Saludos cordiales.
24/07/09 9:53 AM
  
Bruno
Asrone:

Me acordaré de pedir especialmente ese día.

O, mejor, empezaré a pedir ahora y así seguro que no me olvido.

Saludos.
24/07/09 10:04 AM
  
Bruno
Estimado Kepa:

Dices muchas cosas interesantes en tu comentario, pero hay que hacer, creo yo, algunas matizaciones.

- Dices: "Los pecados (algunos) son como el tabaco; son placenteros, pero el daño es superior al beneficio." En efecto, todos los pecados ofrecen algún tipo de bien. Así nos ha hecho Dios, no somos capaces de buscar el mal por el mal, lo que hacemos es anteponer un bien menor a un bien mayor o un bien debido. Y, como tú dices, eso está muy claro en algunos casos (el que mata a alguien para robarle el billete de autobús, por ejemplo) y menos claro en otros. Los casos en los que menos claro está son aquellos en los que el placer es muy escaso, como la envidia o la desesperación.

En cuanto a lo del matrimonio indisoluble, en mi opinión hay varios aciertos mezclados con algunos errores y omisiones (¡una combinación explosiva!). Dices: "La posibilidad de amar a alguien hasta la muerte, suceda lo que suceda, y haga lo que haga la otra persona es, sencillamente imposible" y mencionas el caso hipotético de alguien que te ha abandonado.

- Olvidas algo previo a la cuestión de si es posible o imposible: es lo que todos deseamos en nuestro interior. Las canciones de amor desde que el mundo es mundo han dicho "te querré siempre", "pase lo que pase estaré a tu lado", "nada nos podrá separar". Es decir, un amor así está inscrito, como deseo y aspiración, en nuestro interior.

- Es totalmente cierto que muchas de esas cosas que en nuestro interior sabemos que serían estupendas, en la práctica, pueden resultarnos imposibles. Como tú has dicho, hay mucha gente que se quiere mientras las cosas van bien. Hay también gente, aunque mucho menos numerosa, que se sigue queriendo cuando las cosas van mal y suponen un gran sufrimiento, como el caso de cuidar durante años de un marido o una mujer enfermos. Pero amar a alguien que me ha dejado y se ha ido con otro.... eso en la práctica resulta imposible.

- Sin embargo, curiosamente, yo sé que no es imposible, porque lo he visto hacer. Yo he visto a una mujer abandonada con varios hijos por su marido, que se fue con otra más joven y les dejó con grandes apuros económicos... y he visto a esa mujer pedir en Misa por su marido ¡y por la mujer que vive con él!

- ¿Cuál es el secreto de algo así? Una fe viva y real.

- Hay que tener en cuenta que la fe cristiana no busca hacerte bueno, ni majete, ni civilizado, ni siquiera perfecto. La fe lleva a algo mucho más maravilloso y también más misterioso: transformarte a imagen de Jesucristo, el Hijo único y eterno de Dios. ¿Parece imposible que Kepa pueda parecerse a Cristo? ¿Parece imposible que quien vea a Kepa pueda decir "he visto a Cristo"? No lo parece, lo es. Pero no para Dios.

- Cristo no ha venido a decirnos lo que está bien y lo que está mal. Eso ya lo sabemos. Él ha venido a solucionar el problema real: que sabemos lo que está bien y hacemos lo que está mal. Por eso, Jesucristo ha venido a hacer milagros en nosotros, regalándonos la gracia de Dios que nos hace criaturas nuevas que pueden parecerse a él. Kepa reconoce con sinceridad que se ve incapaz de amar a alguien que le abandona, pero eso que es imposible para él, es posible para un Kepa que es una criatura nueva, que ha sido transformado porque el Kepa antiguo ha muerto con Cristo y ha resucitado con él.

- Dios puede hacer milagros en tu vida y en la de todos. Para que, cuando veas que eres capaz de amar así, con el amor a tus enemigos que sólo puede venir de Dios, puedas tener fe de verdad, porque habrás experimentado que verdaderamente Cristo está vivo porque ha actuado en tu vida. Si Kepa ama a quien le abandona, es que Kepa tiene el mismo secreto de la mujer que mencioné antes: tiene dentro de sí una fuente de vida eterna que no se acaba y que le permite darse sin obtener nada a cambio.

- Por eso, el amor indisoluble en el matrimonio no es ante todo una "ley", como decías, sino que ante todo es una gracia, un regalo de Dios. Eso que todos deseamos de alguna forma pero, generalmente, vemos que nos resulta imposible, Dios nos lo regala, lo hace posible para nosotros.

- Una precisión, no confundamos el amor con que alguien "te caiga bien", con "tener mariposas en la tripa al verla", con que te apetezca estar con ella, etc. Amar a alguien es darse a ese alguien y entregar la vida voluntariamente por él o por ella. Lo demás son cosas que muchas veces vienen en el mismo paquete pero no siempre.

- Ese amor a los enemigos, que es un verdadero milagro, te lo puede dar Dios (y yo lo he visto) en todos los aspectos de tu vida: con el jefe injusto, con el vecino aprovechado, con el familiar que te quita la herencia, con el amigo que te traiciona, con el ladrón que te arrebata lo que es tuyo... Si le dejas, Dios puede hacer que en todos esos casos, así como en tu matrimonio, te parezcas a Cristo que, en la misma tortura de la cruz, pedía por sus asesinos.

- Si eso no es un milagro, no sé lo que es. Y yo diría que parecerse a Cristo y amar como él es un bien mucho mayor que cualquier cosa que uno consiga yéndose con una mujer que no es la suya.

Perdona si no me he sabido expresar bien. Saludos.
24/07/09 10:38 AM
  
Fredense
He disfrutado mucho con algunos comentarios, por ejemplo con este último de Bruno, con las tradiciones familiares que nos ha contado luis o con las reflexiones de Flavia y asrone (por cierto, cuenta también con mis oraciones).

Pero que conste que todo lo que se le añada al chocolate negro, sea lo que sea, es estropearlo ;-)

Un saludo muy cordial.
24/07/09 11:37 AM
  
asrone
La cuestión de Dios (Armand Nicholi)

http://books.google.com/books?id=fDyw_ixSCZsC&pg=PA169&
lpg=PA169&dq=c+s+lewis+no+nos+casamos+por+amor&
source=bl&ots=RWGgRvb_2P&sig=qs6Xsi8vPB3-oDQ6f9KXLFb1n-
s&hl=en&ei=qXlpSsSTAY2nsAbn2Pz-Bg&sa=X&oi=book_result&
ct=result&resnum=8
____________________________________________

Los cuatro amores (C. S. Lewis)

'El único lugar fuera del cielo donde se puede estar perfectamente a salvo de los peligros y perturbaciones del amor es el infierno.'

http://books.google.es/books?id=x9FxYgCLytQC&
printsec=frontcover&source=gbs_v2_summary_r&cad=0
24/07/09 11:45 AM
  
Gallizo
Bruno, en lo de que " no somos capaces de buscar el mal por el mal ", que quiere que le diga, me viene a la mente un libro de Robert Ressler ( el primer "profiler" del FBI y el que "creó" el término "serial killer" ) " El que lucha con monstruos " ( el otro día hablaba en otro post de la frase de Nietzsche con luis y asun ) y no tengo muy clara la verdad de su afirmación.
Un saludo.
24/07/09 12:22 PM
  
kepa
Te has expresado formidablemente bien, Bruno, y de hecho, me has convencido de lo que dices. Esa hermosa aspiración, que algunos poquísimos santos pueden llegar a realizar en la Tierra, sin embargo, no me parece razonable que se convierta en norma moral de obligado cumplimiento para el común de los mortales. Porque para todos los que no hemos alcanzado ese nivel de santidad -la abrumadora mayoría-, tal norma no es un faro que nos ayude a vivir más felices, sino un lastre que nos hunde. "Es mejor casarse que abrasarse" reconocía San Pablo, tras afirmar la superioridad del celibato por el reino de Dios.
Aquí, parafraseando al santo, la consigna parece ser "es mejor abrasarse que arrimarse".
Está claro que un amor como el que describes debe ser el modelo de amor cristiano, pero yo no veo que la Iglesia obligue a asistir a misa a diario, a confesarse cada tres días, o a rezar 5 rosarios al día. Tampoco que obligue a entregar todos nuestros bienes a los pobres -aunque habría buenos precedentes para poderlo exigir-, o que nos obligue a poner la otra mejilla cada vez que nos arreen un bofetón.
Aquí, en cambio, sí que convierte una aspiración estupenda en norma de obligado cumplimiento, y en pecado su transgresión. Supongo que, en la práctica, ante un cónyuge adultero que abandona el hogar conyugal, se podría aducir que el matrimonio fue nulo porque ese conyuge ya estaba previamente dispuesto a no guardar la fidelidad debida, y que, probablemente, se concedería la nulidad sin grandes problemas, pero no deja de ser una exigencia desconcertante, que, si se cumple, yo creo provocaría mas desgracia a quien de por sí, ya ha tenido bastante sin comerlo ni beberlo.
24/07/09 12:46 PM
  
Flavia
Claro, asrone, por eso me impresiona a mí tanto el firmamento visto de noche. Justo por eso que dices. A Kepler lo leí hace tiempo en relación con la estrella de Belén.En cuanto a examinar el alma con la luz de Dios ( el Espíritu Santo es nuestro gran aliado para eso ) ahí te remito a mi querido San Juan de la Cruz. Y no sólo nuestra alma, sino la de los demás. Siempre con la oportuna dirección espiritual, sin negar el mal que veamos, pero dejando el juicio sobre las almas a Dios. Nosotros podemos valorar los hechos, y de ahí deducir la situación interior de las personas, pero el verdadero estado del alma y las razones profundas por las cuales llega al pecado eso es cosa de Dios. Me impresionan mucho los pasajes evangélicos en que Jesús nos pide que no juzguemos y Él mismo defiende a la adúltera sin dejar de decirle: " No peques más ". No nos pide cerrar los ojos ( " Por sus obras los conoceréis " ) sino no atribuirnos el juicio que sólo a Dios corresponde.
Por último, y ya antes de salir de viaje, deseo dejar escrita una palabra clave: libertad.
La he echado de menos en algunos debates. Y es que Dios puede regalarnos su gracia en virtud de los méritos de Cristo, pero esa gracia no nos cambia si nosotros la rechazamos. Dios jamás fuerza nuestra libertad. Y podría poner ejemplos que a todos se nos alcanzan. ¿ Es que no hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios ? ¿ Es que no hemos recibido la filiación divina ? Pues no siempre lo parece. Ése es el misterio de la libertad.
En las cartas entre Juan Pablo II y su hermana-amiga polaca ( cartas edificantes que, en mi opionión, lo hacen más santo ) leí algo escrito por ella que me sigue impresionando. Padeció tanto en un campo de concentración y vio tantas torturas que escribía después esto aludiendo a los torturadores: " Entonces me dí cuenta de que no somos, automáticamente, imagen y semejanza de Dios. " ¡ Dios mío, qué frase tan profunda !
Atención a la palabra AUTOMÁTICAMENTE. Lo que Dios nos da, todo, hay que asumirlo, hacerlo nuestro. Porque el misterio de la libertad humana está ahí.
Es muy bueno comenzar el día con una profunda invocación al Espíritu Santo para decirle que aceptamos su obra santificadora en nosotros.
De adolescente, nos decían en el colegio una frase que meditábamos mucho: " Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti."
Libertad humana, con el binomio actos humanos-actos del hombre. Agradeceré todas las aportaciones y matizaciones al respecto y las leeré con verdadera atención. Seguro que aprendo algo.
24/07/09 12:49 PM
  
luis
Flavia, hay una buena distinción en Santo Tomás entre "imagen" y "semejanza". Mientras la "imagen" se recibe por naturaleza, es decir, somos "imagen" de Dios por tener, como El, una inteligencia y una voluntad espirituales (salvadas las distancias infinitas), no somos "semejanza" sino por la gracia libremente aceptada, que nos introduce en la naturaleza y en las operaciones divinas. De modo que la frase de la psiquiatra polaca es muy profunda: la semejanza no es "automática", precisamente en eso consiste nuestro Camino en esta vida.
24/07/09 12:58 PM
  
ciudadano
En algún comentario he leido que lo malo, lo pecaminoso, no lo es por que Dios lo prohibe, todo lo contrario Dios lo prohibe por ser malo. Esto de acuerdo con ello.

Como seres humanos y como cristianos tenemos el deber de cuidar nuestro cuerpo y nuestra alma, pues bien está claro que los pecados en general atentan a nuesto bienestar físico o psiquíco. Veamos algunos ejemplos:

Disfrutar comiendo no es malo, no es pecado, el exceso de comida, la gula es perjudicial para nuestro organismo.

El tener algunos bienes materiales, no es malo, no es pecado, el ansía de obtener bienes materiales, la avaricia es malo para nuestra salud psiquíca, es pecado.

¿Es malo o pecado el ejercicio físico, aparentemente no, sin embargo si la práctica de ejercicio físico se convierte en una obsesión, se puede llegar a la vigorexia, lo que resulta perjudicial para el ser humano, estamos tratando mal nuestro cuerpo, por tanto se podría considerar como un pecado.

Por tanto creo que podriamos pensar que Dios no nos prohibe nada Dios como Padre nuesro pretende la felicidad, pero la felicidad no se consigue haciendo excesos, ni con la comida, ni con el sexo, ni levantandonos un poquito más tarde, pero sí con aquello que puede atentar contra nuestra salud física, psíquica o moral. En definitiva los excesos, la pereza, la gula, la avaricia, la envidia, etc.
24/07/09 1:03 PM
  
Josafat
Personalmente, creo que la represión decimonónica ha traído estos lodos.

Generaciones enteras de individuos fueron asfixiadas con creencias arcaicas que mutilaron su autorrealización personal lo que trajo como reacción el ensalzamiento de los excesos todo tipo. No hay más que ver quienes son los personajes más admirados en la sociedad actual.

24/07/09 1:08 PM
  
Flavia
Luis, bravo por Santo Tomás. No sé si la psiquiatra polaca lo conocería, y yo no lo conozco demasiado pese a haber sido alumna de las dominicas muchos años y hacer mío el lema dominicano. Pero es que resulta clarísimo.
24/07/09 1:18 PM
  
luis
No creo que ni la psiquatra polaca ni su amigo fueran muy disertos en Santo Tomas, estimada ;)
24/07/09 1:20 PM
  
Josafat
Siempre me ha resultado curioso que por estos lares por lo general se ha ensalzado el sistema aquiniano.

Poco eficacia demostró cuando un par de siglos después Duns Scoto y Guillermo de Ockham lo tumbaron.
24/07/09 1:24 PM
  
luis
Josafat, primero aprenda a contar los siglos, un poquito de historia, y despues hable con tanta frescura del sistema aquiniano, que acaba de hacer a Occam y a Duns contemporáneos de Cristobal Colón.
24/07/09 1:27 PM
  
Josafat
Me disculpo de mi error estaba pensando en otra cosa al escribir.

De todas formas me reafirmo en lo principal el sistema aquiniano está totalmente desfasado y encuentro incongruente que se pretenda responder a los grandes interrogantes de la edad atómica con cábalas tan simples.
24/07/09 1:31 PM
  
luis
Simplísimas, Josafat, simplísimas...
http://hjg.com.ar/sumat/
24/07/09 1:44 PM
  
asrone
Pues nada, a investigar y a discutir:

- Aquinas Institute of Theology

- The Canadian Jacques Maritain Association

- Aquinas Center for Theological Renewal

- American Catholic Philosophical Association
24/07/09 2:27 PM
  
asun
Bueno, en algo coincido con Fredense:
Yo también me pido el de gula. Ni comparación.
24/07/09 3:06 PM
  
Pedro-1
Bruno, en el post "Cuatro brochazos" me comentaste que reponderías a las objeciones que hice. No sé si ya has respondido.
Saludos.
24/07/09 5:10 PM
  
Ano-nimo
Pues yo, como Asun, también; pero el de la gula de anchoas y aceitunas. Para vosotros todos, todos los helados. Yo, las anchoas de Santoña y la aceitunas de todos los sitios, tipos y colores.

Un cordial saludo.
24/07/09 6:02 PM
  
asun
Hay gulas para todos los gustos :D
Un saludo cordial.
24/07/09 7:57 PM
  
Bruno
Asrone:

Me ha gustado mucho la oración de Kepler (pero el helado de ron con pasas no me gusta nada, qué le vamos a hacer).
24/07/09 9:20 PM
  
Pedro-1
Bruno, ¿podrías decirme por qué no me has contestado a la pregunta que te he hecho a las 17:10? Gracias. Un saludo.
24/07/09 10:31 PM
  
Bruno
Pedro:

Lo siento, cuando hay varios artículos activos con comentarios, me resulta difícil estar a todo. Voy a echar un vistazo a las objeciones que dices.

Saludos.
24/07/09 10:59 PM

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