Las cruzadas y la guerra santa
Recuerdo que, cuando comenzaron a leerse en los periódicos los mensajes de Bin Laden y sus variados satélites, en el marco de la guerra de Afganistán y luego la de Irak, me llamó la atención oír llamar “cruzados” a los cristianos o, en general, a los occidentales. No es esto algo propio únicamente de algunos radicales en oriente medio, también los musulmanes españoles comparten en muchos casos este trauma ancestral. puede leerse un artículo de WebIslam, un foro islámico español en Internet, que interpreta toda la historia de Europa como una consecuencia (perniciosa) de las cruzadas.
Hasta aquí, todo normal. Esta fijación es, en mi opinión, una muestra natural y hasta cierto punto comprensible de la memoria histórica de los países musulmanes, que, como suele suceder, es más bien un sinónimo de “rencor histórico” por hechos del pasado.
Lo que ya no resulta tan comprensible es que los propios cristianos hayamos asumido la opinión de que las cruzadas fueron un ataque injustificado, por parte de fanáticos cristianos, contra los inocentes musulmanes (que, como se supone que sucedía en la España musulmana, convivían pacíficamente con las otras culturas). Es ésta una idea procedente de la Ilustración, que se complacía en denigrar todo lo que fuera medieval, cristiano o, a ser posible, ambas cosas.
Como consecuencia, resulta frecuente en nuestra época oír hablar de las cruzadas como un argumento en contra de la veracidad del cristianismo e, incluso, como la equivalencia cristiana de la guerra santa musulmana. En mi opinión, esto es un disparate que no resiste un mínimo análisis.
Los lectores que conozcan el inglés, pueden leer muy interesante del profesor de Historia Medieval, Marco Meschini, sobre este tema. En la entrevista, Meschini ofrece algunos breves puntos sobre las diferencias esenciales existentes entre las cruzadas y la guerra santa islámica.
Al hilo del artículo mencionado, me gustaría resumir muy brevemente las tres grandes diferencias entre las cruzadas y la jihad o guerra santa musulmana.
Las cruzadas fueron, ante todo, una lucha defensiva, mientras que la guerra santa islámica es esencialmente ofensiva
Las cruzadas tuvieron la finalidad fundamental de recuperar los Santos Lugares, que habían caído en manos del Islam. La expansión musulmana había conquistado, a sangre y fuego, todo el oriente medio y el norte de África, cristianos en su mayor parte. Los cruzados querían simplemente, recuperar la parte más importante de estos territorios cristianos que habían sido invadidos, al estilo de lo que sucedió en España. Es decir, si alguien puede calificarse de invasor eran los ejércitos árabes primero y turcos después.
Una muestra clara de ello es que las primeras cruzadas tenían, en un principio, la intención de devolver los Santos Lugares a la soberanía del Emperador Bizantino, a quien pertenecían antes de la conquista musulmana y que, en todas las tierras que lograron conquistarse, existía una numerosa población cristiana, más o menos oprimida.
Las cruzadas no forman parte de la esencia del cristianismo, pero la jihad es algo sustancial del Islam
A este respecto, pueden citarse varias frases del Corán y de los dichos de Mahoma animando a la guerra santa contra el infiel, que es el quinto pilar fundamental del Islam. Sin embargo, este camino suele llevar a diversas teorías sobre la interpretación de los textos, que, en mi opinión, intentan hacer que esos textos digan una cosa diferente de lo que es evidente que dicen.
Utilizaremos, pues, para comprender la posición de la guerra santa en el mahometanismo un ejemplo claro, que nadie discute: la actitud de su fundador, Mahoma. El profeta del Islam impulsó a sus seguidores a la lucha en diversas ocasiones y dirigió sus incursiones, asaltos a caravanas y primeras batallas contra judíos y otros “infieles”. Resulta difícil encontrar un ejemplo más distinto que Jesucristo, que mandó presentar la otra mejilla, fue voluntariamente a la cruz, como cordero llevado al matadero, y murió perdonando a los que le mataban.
Los mártires cristianos no son los que mueren matando, sino los que mueren perdonando
La palabra mártir cristiana y la utilizada por los musulmanes, “shahid”, significan lo mismo, “testigo”. Sin embargo, es necesario recordar que el mártir cristiano, para ser reconocido como tal por la Iglesia, tiene que haber muerto por la fe y perdonando a sus enemigos, como hizo Jesucristo. Un terrorista suicida o un soldado que muere matando a los infieles, ambos considerados mártires desde la perspectiva musulmana, nunca serían considerados mártires en el cristianismo. El mártir musulmán aspira a colaborar con el dominio vencedor de Alá sobre la tierra, mientras que el mártir cristiano es testigo de la misericordia y del perdón de Dios.
Estos tres puntos no pretenden ser una defensa de la inocencia de los cristianos de todas las épocas, ni una apología a ultranza de las cruzadas, sino que, simplemente, intentan colocar cada cosa en su lugar. La jihad y las cruzadas son realidades profundamente diferentes que apenas admiten comparación. Esto es, en mi opinión, un hecho innegable, al margen de las valoraciones que se puedan realizar posteriormente.
6 comentarios
Recuerdo que, cuando estuve en Túnez, me llamaron la atención los restos cristianos presentes por todas partes: ruinas de basílicas e iglesias, mosaicos con escenas del evangelio e imágenes de santos, catacumbas comparables a las romanas en pequeña escala, una maravillosa piscina bautismal, etc. Todo eso está prácticamente oculto porque al Estado tunecino le avergüenza el pasado cristiano del país.
Si es verdad que los intereses en el fondo eran económico-politicos (como ocurre hoy en oriente medio) ¿no es una manipulación plantear que la solucion -es decir la culpa- es de las religiones intolerantes, sobretodo la católica?
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