La autocrítica es demasiado poco
En el artículo de ayer, comentando un programa de la televisión, hablábamos del feng shui y las creencias supersticiosas de que los desagües, las vibraciones de los minerales y las energías positivas determinan la felicidad de las personas que viven en una casa. Una lectora, Yolanda, preguntaba:
¿No hay alguna autocrítica que hacerse al respecto? No hay que irse hasta los tiempos de Feijoo para reconocer un catolicismo plagado de supersticiones pintorescas;
En mi opinión, Yolanda, es probable que algunas supersticiones de hoy sean consecuencia de excesos de la piedad popular (que yo, la verdad, siempre he visto combatir a los curas). Además, precisamente esas supersticiones son las que me parecen más repugnantes, como la santería, que mezcla elementos claramente paganos e incluso demoníacos con el nombre de los santos. Sin embargo, cosas como el feng shui, las brujas, etc. no tienen nada que ver con el cristianismo y parece evidente que, cuanto menos cristiana es la sociedad, más terreno ganan esas cosas, precisamente porque no son cristianas.
En cualquier caso, en mi opinión, la principal autocrítica que hay que hacer en estos temas no es ésa que mencionas. Lo verdaderamente importante es que si esa señora del programa y los demás españoles (o sus padres) hubieran sido catequizados de verdad, hoy seguirían siendo cristianos y no habrían cambiado la luz de Cristo por los espejismos de las brujas de la televisión, los hechiceros africanos, el tarot, el budismo light, los amuletos, los cristales mágicos o el feng shui. Eso sí que es importante y eso sí que es 100% culpa nuestra y una vergüenza. No hemos sabido y seguimos sin saber evangelizar.
¿Quieres autocrítica? El cristianismo prácticamente está perdiendo Europa. Estamos dejando que se seque un árbol con raíces cristianas de más de mil quinientos años. ¿Qué dice eso de los jardineros? ¿Cuándo fue la última vez que cada uno de nosotros habló de su fe en el trabajo, con miembros de la familia que no crean, con los vecinos, con amigos agnósticos? ¿Cuándo fue la última vez que fuimos capaces de amar a nuestros enemigos con la ayuda de Dios?
Conozco parroquias a las que van cientos de inmigrantes a recibir una ayuda para trabajar y, gracias a Dios, la reciben, pero paralelamente pierden totalmente la fe católica que traían de sus países de origen, porque nadie les ayuda en eso. Conozco colegios religiosos que, a pesar de tener una oportunidad inmejorable de evangelizar, con los chicos escuchando día tras día y año tras año, se han convertido en fábricas de agnósticos y ateos.
Los Mormones y los Testigos de Jehová, que defienden un cúmulo de inventos y tonterías en torno a un núcleo de verdad, consiguen atraen mucho más que nosotros, porque se dedican sinceramente a predicar y dan la vida haciéndolo. Generalmente, quien se hace testigo de Jehová o se dedica a ir a una adivina es porque no ha encontrado en su parroquia lo que buscaba y se tiene que conformar con los simulacros de verdad que le ofrecen en otros sitios.
Y todo se debe a que no hay entre nosotros un San Pablo, un San Francisco Javier, un San Ignacio, un Santo Domingo, un San Francisco de Sales o un beato Junípero Serra. Por la sobreabundancia de la gracia de Dios, basta un puñado de santos para evangelizar un país… y no hay entre nosotros ese puñado de personas que se decidan a vivir por entero para la gloria de Dios y para el bien de los hombres. ¿No habrá en toda España un grupo de personas que se dejen guiar por el Espíritu Santo y evangelicen a nuestro país? ¿Habrá, entre los lectores de este blog, quienes se pongan totalmente en las manos de Dios para que él los haga santos, de manera que yo pueda decir un día con orgullo, en su canonización o en el Reino de los Cielos, “ése fue lector mío”?
¿Autocrítica? Eso es muy poca cosa. Yo creo que lo que tenemos que hacer es penitencia, vestirnos de saco y echar ceniza sobre nuestras cabezas, como la ciudad de Nínive. Reconozcamos que nuestra vida está llena de ídolos. Confesemos que intentamos servir a la vez a dos Señores, a Dios y al dinero y, a la hora de la verdad, suele ser el dinero el que manda en nuestras vidas.
¿Autocrítica? Creo que mejor será escuchar las voces llenas de sufrimiento de millones de personas que necesitan escuchar el Evangelio y encontrar en Cristo la razón y el sentido de sus vidas. Son las mismas voces que deberíamos prepararnos a escuchar, con temor y temblor, el día del Juicio, acusándonos de no haberles dado gratis lo que nosotros hemos recibido gratis. El mundo tiene hambre de Dios y, si no hacemos lo posible por saciar esa hambre, un día el Señor nos dirigirá esas terribles palabras: porque tuve hambre y no me disteis de comer.
¿Autocrítica? Más bien, tenemos que dejar que la Palabra de Dios nos juzgue y que, como espada de doble filo, penetre hasta el tuétano de nuestros huesos. Que, como un bisturí del divino Médico, saque a relucir el pus de nuestros pecados enquistados y, con un sufrimiento saludable, nos traiga la curación que necesitamos. Que nos saque del envilecedor aburguesamiento en el que nos hundimos hasta el cuello. Que nos lleve a prender fuego al sofá y a la televisión y nos lleve al mundo entero a proclamar el Evangelio.
¿Autocrítica? Me temo que eso suele desembocar en mirarnos el ombligo. Pasarnos el día pensando en lo malos que somos se diferencia muy poco de pasarnos el día pensando en lo buenos que somos. Al final, todo es dedicarnos a mirarnos a nosotros mismos.
Más bien, lo que hay que hacer es poner los ojos en Cristo, nuestra única esperanza. Él conoce mucho mejor que nosotros mismos nuestras infidelidades y pecados y ha respondido a ellos con su misericordia.
Poniendo en él nuestros ojos recibiremos esperanza para nosotros y para nuestro mundo. Poniendo en él nuestros ojos, recibiremos la gracia necesaria para evangelizar, para ir al mundo entero o a nuestro vecino de enfrente, donde se tercie. El mundo se convertirá cuando podamos decir, con San Pablo: ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Que Dios nos lo conceda.
19 comentarios
Si al Vaticano le preocupa la formación que se da en los seminarios y facultades teológicas, si cada día sale un sacerdote o teólogo católico, incluso algún cardenal que tiene conversaciones nocurnas, diciendo y haciendo cosas chocantes, ¿qué se puede esperar de la masa de lo fieles?
Y lo peor no es eso, que se crean en cosas como las que mencionas, lo peor es lo que sucedió en el norte de africana tras la invasión musulmana, donde la población asolada por herejías, con ideas vagas y confusas sobre su religión cristiana, no tuvo inconveniente en convertirse al islam, cosa que puede sucederle perfectamente a la Europa actual.
¿Realmente pensamos qué el paganismo despareció? ¡en absoluto! muchos de sus elementos fueran integrados en el XTMO en el gran proceso de inculturización acaecido en el Imperio Romano, pero es que además el Xtmo también fue absorbiendo cultos paganos de los pueblos bárbaros, amerindios, africanos, asiáticos.....
Pero este proceso no sólo ha sido del Cristianismo, Mircea Eliade nos va mostrando como todas las religiones a lo largo de la historia y en cualquier cultura han ido haciendo una ingente labor de síntesis.
Pero todo nuestro bagaje de Fe, proviene de los cultos prehistóricos acaecidos en la noche de los tiempos, concretamente cuando el hombre empieza a ser hombre.
Posiblemente estamos asistiendo un proceso de este tipo.
Sin embargo, yo también opino como Bruno, hace falta salir al ágora pública como cristianos, sin temor. Es necesario evangelizar. Y por supuesto orar mucho.
La piedad religiosa nada tiene que ver con la superstición. Yo recomiendo el rosario y la meditación de la Palabra, además de la liturgia de las horas.
Creo que ya conté alguna vez lo que me impresionó ver, en Túnez, las ruinas de basílicas majestuosas y los museos llenos de mosaicos cristianos y antiguas piscinas bautismales... en un país que es ahora totalmente musulmán, con la excepción de un pequeñísimo grupo de cristianos de creación reciente.
La cristiandad en Túnez (como en Argelia, Libia o Marruecos) desapareció por completo. Sin duda, nos puede pasar a nosotros lo mismo.
Un saludo.
Por otra parte se menciona y glosa la autocrítica respecto de cuestiones varias; pues bien el concepto de autocrítica no es cristiano, fue editado para abochornar (más bien despellejar públicamente) a los disidentes de la línea oficial por parte del Soviet Supremo del PCUS. Por tanto yo prefiero emplear el término penitencia,o, conversión para referirme a los asuntos que menciona Bruno,la diferencia está en que la penitencia es asunto de la conciencia y, por tanto, de Dios en la persona del Espíritu Santo lo que se traduce en gracia santificante.
La autocrítica se traduce, con frecuencia, en "vana palabrería" en el sentido de Mateo 6, 7-15.
Feliz Adviento
Yo creo que sí que se puede uno lamentar "de perder lo que tuvo en parte",¿por qué no? Si tengo la mitad de un millón de pesetas y la pierdo, lo sentiré mucho, aunque sólo sea la mitad y no el millón entero.
Coincido contigo en que en ningún momento hemos tenido una Europa compuesta totalmente por santos (que sería el objetivo último de la evangelización). Sin embargo, por ejemplo, basta leer la literatura de hace cuatro siglos y se ve que la comprensión fundamental del mundo que tienen la inmensa mayoría de los autores era la cristiana, incluyendo su moral, su filosofía, su concepción de la Historia y del ser humano, etc. Eso no quita, por supuesto, que cada autor pudiera ser personalmente mejor o peor cristiano, pero claramente eran cristianos. El cristianismo había empapado toda la cultura y la sociedad. Eso hoy ha desaparecido y el tono general europeo es agnóstico o relativista.
En cuanto a lo del concepto de autocrítica, estoy de acuerdo. Creo que ya nos hablaste una vez de ello o quizá fue otro comentarista. En cualquier caso, pensando precisamente en eso (aprendo mucho en el blog), he escrito en el titular que la autocrítica es "demasiado poco", porque lo que hace falta es una conversión, como tú dices. Como siempre pasa, las imitaciones meramente humanas de una realidad cristiana se quedan bastante cortas.
Por cierto, en cuanto a lo del "rápido desarrollo del protestantismo", es un tema que vengo estudiando algo últimamente y, de hecho, la realidad es sorprendentemente distinta de lo que habitualmente se piensa.
Un saludo.
El famoso Mircea Eliade, a pesar de sus pretensiones de objetividad científica, realmente transmite en sus estudios una clara ideología sincretista oriental basada en el típico subjetivismo de los yoguis. Es decir, Eliade parte del sincretismo y, tras años de estudio, llega a deducir, "sorprendentemente", que el sincretismo es lo propio de todas las religiones.
En realidad, el cristianismo se relaciona con las religiones como el cumplimiento con lo deseado, como la realidad con las sombras. Las religiones son el intento del hombre de llegar a Dios. El cristianismo consiste en Dios que se ha acercado al hombre.
Ante Dios que se hace hombre, la Historia misma se parte en dos mitades. Si uno ha conocido ese hecho irrepetible e inimaginable, no puede decir que "todo nuestro bagaje de Fe, proviene de los cultos prehistóricos".
Un saludo.
Lo que "tuvimos"era cristiano, en las élites culturales, que en principio, hasta el Renacimiento, era clerical. Te recuerdo, al respecto, que p.e. el Rosario se "inventa", para que el pueblo, analfabeto, pudiera rezar, a imitación de los monjes, un sucedáneo de la L. de las de las Horas.
Amigo, lo que hemos perdido es la supremacía, incluso hegemonía, cultural de inspiración cristiana, no el cristianismo, es más la preocupación, de toda época, pero sobre todo postconciliar, de vivir un "cristianismo auténtico", hace que, sin lamentos yo vea un presente y un futuro mejor, y "la pérdida de Europa", la hegemonía cultural, me trae sin cuidado.
Los Movimientos Seglares son la nueva vía que el Espíritu Santo ha puesto en marcha para la permanente renovación y edificación del Reino de Dios."Varones galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo."
Es que yo vivo, quiero vivir, pese a mis muchos pecados, de esperanza, de "esperar contra toda esperanza", eso me alienta y sosiega a la vez, me fortalece y empuja hacia adelante.
Lo de la rapidez en la difusión protestante tiene sus matices, como tu bien señalas, sin embargo si se compara con lo que se tardó, en completar la llegada, al menos territorial del Evangelio a toda Europa, y lo que tardó la Reforma en adueñarse de los territorios obtenidos, creo que puede hablarse, en propiedad, de rápida, pero es lo de menos, creo yo.
Como nota mínima, sumarme a unas frases de Noby que vienen a decir que sólo se ha perdido la hegemonía ideológica católica de antaño. Sólo eso. Hay mucho, mucho que decir al respecto; pero estoy segura de que NO lo ignoras ni lo malinterpretas.
Tiene que haber razones muy poco explicitadas para que alguien como tú escriba un post como éste, tan aparentemente falto de perspectiva histórica.
Me refiero a afirmaciones como ···basta leer la literatura de hace cuatro siglos y se ve que la comprensión fundamental del mundo que tienen la inmensa mayoría de los autores era la cristiana, incluyendo su moral, su filosofía, su concepción de la Historia y del ser humano, etc. Eso no quita, por supuesto, que cada autor pudiera ser personalmente mejor o peor cristiano, pero claramente eran cristianos. El cristianismo había empapado toda la cultura y la sociedad"""
Me escandaliza, sí, que Bruno afirme tal cosa sin hacer el menosr aprecio de circunstancias históricas que NO IGNORA porque es una persona cultivada.
Ah, y yo también creo que Bruno es buena gente.
Losiento, Bruno,no estoy para polémicas. Quizá finalmente te escriba y et cuente privadamente qué pienso de este tipo de cosas. Al final, en público no se puede ser demasiado sincera,siempre me malinterpretan-
No te preocupes en absoluto. Nos conocemos desde hace tiempo y ya sabes que no me ofende que des tu opinión.
Lo cierto es que me ha llamado la atención que los comentarios se centren en lo de la Europa cristiana, que no era más que una frase dentro de un post muy largo, dedicado, como querías, al examen de conciencia cristiano (en un aspecto particular, claro).
Un saludo.
No sé si te entiendo muy bien. Tu ejemplo parece más bien un contraejemplo. El rosario, en esa época, era uno de los muchos medios de que la gente común que no sabía leer los salmos pudiera vivir el cristianismo y su vida de piedad. Lo que eso me indica a mí es que la gente común era cristiana. Y no creo que fuera un cristianismo "de chicha y ná", porque, de hecho, en principio el rosario se inventó para los hermanos legos de los monasterios, que eran monjes pero no sabían leer. Y ya querría yo llegarle a la altura espiritual de la alpargata a cualquiera de aquellos monjes analfabetos, la verdad.
Coincido contigo, por supuesto, en que lo importante para nosotros es que sean cristianas las personas, no la cultura. Una sola persona vale más que todas las expresiones artísticas y culturales del mundo. Sin embargo, no podemos separar la cultura de la gente, la cultura de cualquier época es una expresión de como piensa, siente y vive la gente de esa época. Si en la Edad Media la cultura era cristiana (tanto la cultura popular como las grandes obras de arte) es porque la gente era fundamentalmente cristiana. Si hoy la cultura no es cristiana es porque la mayor parte de la gente tampoco lo es.
En cualquier caso, como es lógico, no se puede hablar de periodos y fenómenos tan amplios de forma categórica y con absolutos. Al considerar cualquier época siempre tendremos una mezcla de bueno y malo, cristianismo y paganismo, cultura e incultura, etc., pero creo que se puede decir que la alta Edad Media era fundamentalmente cristiana. De la misma forma que se puede decir que yo, por ejemplo, soy cristiano, aunque sea un cristiano tibio, inconstante, con muchos criterios que no son los de Dios, equivocado en muchas cosas... pero, en conjunto, con una forma cristiana de ver la vida, creo yo.
Espero haber aclarado un poco lo que quería decir.
Un saludo cordial.
Metanoia si, Cristiandad...¡no gracias!
Sobre la situación en la Alta Edad Media, un vistazo a http://www.churchforum.org/santoral/Junio/0606.htm
Sobre el Rosario, "el contraejemplo", véase http://www.aciprensa.com/Rosario/surgio.htm
Sobre el resto, estamos en Vigilia de la Inmaculada, y lo dejo para más adelante.
Cuando has mencionado la "cristiandad", creo que he entendido a lo que te referías. Supongo que a la unión poder político - poder religioso en esa época. Las ventajas o desventajas de esa unión es un tema totalmente distinto. Quizá podríamos tratarlas algún día.
Yo simplemente hablaba de que la gente en general era fundamentalmente cristiana. En el primer link que das, además de la vida de tu santo patrón, que me ha parecido muy interesante, lo único que veo es que entre los cristianos de la época, como en todas las épocas, había muchos malos cristianos o cristianos tibios. Si a lo que te referías era a lo del antipapa, el hecho mismo de que hubiera grandes peleas por saber quién era el papa muestra que, para esa gente, el papado tenía una enorme importancia.
En cuanto a lo del rosario, ya conocía la historia, que me parece preciosa, pero entiendo que es una muestra de que la gente era cristiana aunque no supieran leer. Por eso rezaban el rosario.
De todas formas, como dices, ya discutiremos sobre el tema en otro post que hable de ello.
Saludos y feliz día de la Inmaculada, patrona de España.
Dejar un comentario