La vocación del Cardenal Rouco
Este mes, ha aparecido en la revista Chesterton una entrevista al Cardenal de Madrid, Monseñor Rouco. Les recomiendo que la lean entera, porque es muy interesante. Trata diversos aspectos de la vida eclesial y política española, sobre los cuales ofrece su visión el Cardenal.
Me voy a limitar, en este artículo a algunos párrafos que tratan sobre la vida cristiana y la vocación de Monseñor Rouco, porque pienso que tendemos a considerar a los obispos como meras figuras públicas y es muy saludable recordar lo que tienen de “cristianos como nosotros”.
El entrevistador le preguntaba a Monseñor Rouco cuándo supo que Dios le llamaba al sacerdocio y él respondía, de forma muy sencilla:
¡Uy! Desde niño. Los niños también tienen vocación. Yo era monaguillo y quería ser sacerdote. Hablar con Jesús en el Sagrario era esencial en nuestra vida. Yo jugué en mi casa a celebrar y predicar. Luego fui al seminario con 15 años.
No hace falta más. Dios actúa a veces con grandes prodigios, cuando es necesario salvar dificultades especiales, y otras veces actúa con un toque suave en aquellos que se dejan guiar. Siempre habrá Pablos, que necesiten milagros en el camino a Damasco, y Juanes, que escuchen una simple llamada y, sin mirar atrás, lo dejen todo para seguir a Cristo.
Me ha parecido especialmente oportuna la apreciación de que los niños también tienen vocación. Y, añadiría yo, no sólo pueden descubrir una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa, sino que, sobre todo, pueden y deben vivir su vocación a la santidad.
A veces parece que pensemos que los niños son tontos y que sólo podemos ofrecerles una versión aguada del cristianismo. En mi opinión, los niños son perfectamente capaces de entender que Jesucristo no sólo es su amigo, sino también su Señor, que su vida entera debe estar dirigida a Dios, que cuando jueguen o estudien deben ofrecérselo a él, que también ellos deben poner la otra mejilla y que lo verdaderamente importante en la vida es ser santos.
Como recordarán los lectores, fue el Papa San Pío X el que decidió adelantar la edad necesaria para la primera comunión a los 7-8 años (cuando, anteriormente, se retrasaba hasta los 12), pensando precisamente en esa vocación a la santidad que también comparten los niños: En Francia se crítica ásperamente la Comunión precoz, que Nos hemos decretado, sin embargo decimos que, por ella, habrá santos entre los niños y vos lo veréis.
Si a los niños se les presenta esta llamada de Dios a vivir totalmente para él, habrá multitud de niños que sean santos y grandes cristianos como Justo y Pastor (mártires madrileños), Tarsicio (mártir de la Eucaristía), Alexia (niña madrileña, a falta de que se apruebe un milagro para ser beatificada) o Domingo Savio (monaguillo, como el cardenal) entre otros (y habría muchos más niños santos canonizados de no ser porque, hasta 1988, se exigía para la canonización de una persona que se pudieran demostrar 10 años ininterrumpidos de virtudes heroicas, lo cual era claramente imposible en el caso de los niños).
Creo que esta llamada a la santidad estaba presente en el sabio consejo que dio su madre a Don Antonio María:
Mi madre me decía: “Si no vas a ser un buen sacerdote, mejor que no lo seas”.
Necesitamos sacerdotes santos, niños santos, ancianos santos, matrimonios santos y (para mi vergüenza) escritores de blogs santos. De los otros ya hay más que suficientes.
Otro de los puntos me ha parecido especialmente revelador. Ante la pregunta “¿Quién es Cristo para usted?”, el Cardenal respondía:
No tengo un Cristo mío. No creo que haya que subjetivizar esa experiencia, porque cuando lo haces tan tuyo que sólo puedes hablar de él como tuyo, lo has perdido.
Estas palabras podrían entenderse maliciosamente como una ausencia de experiencia personal cristiana del Cardenal, como si lo único que importase en su vida fuera el Derecho Canónico o algo así. Sin embargo, poco después, explicaba:
Eso toca lo más hondo e íntimo de mi vida. Es mi fundamento, mi base. Quien no conoce a Cristo no conoce lo que es hablar con Él de tú a Tú. A veces no caemos en la cuenta de que cuando hablas con Cristo, hablas con un ser con un rostro como el tuyo, pero que es el Hijo de Dios. La oración con Él es distinta e irrepetible.
Estas palabras llenas de entusiasmo, que llaman más la atención en alguien habitualmente bastante poco emotivo como es Monseñor Rouco, muestran la importancia de la relación personal con Cristo para cualquier cristiano (incluidos los obispos). ¿Qué quiere decir, entonces, el Cardenal al hablar de que no hay que “subjetivizar” en exceso la experiencia de Cristo?
Jesucristo es el que es, es quien me salva, el que está en medio de mi existencia, de la existencia del mundo, a través de la Iglesia. A Cristo lo vemos, lo palpamos, lo tenemos por la Iglesia. Y si no lo tienes en la Iglesia, pierdes su Palabra, sus sacramentos, su presencia.
Creo que estas palabras tocan el punto sensible de un error que está muy extendido en nuestro tiempo y, probablemente por eso, molestarán a muchos. El lugar natural para el encuentro con Cristo es la Iglesia. Los que pretenden ser cristianos “por libre” suelen estar esclavizados por su subjetivismo, de manera que, en mayor o menor medida, crean un cristo a su propia semejanza, a su medida, que no es más que un pobre remedo del Cristo real.
Fuera de la Iglesia o prescindiendo de ella, se puede conocer algo de Jesucristo, pero sólo se le vislumbra y se le conoce de lejos. Fuera de la Iglesia, se puede leer la Escritura, pero sin comprenderla en su contexto natural, que es la interpretación de la Iglesia y la Tradición eclesial. Fuera de la Iglesia, muchos celebran la cena del Señor, pero el sacramento eficaz se queda en un mero símbolo, la presencia viva y real no es más que un recuerdo. Fuera de la Iglesia, actúa el Espíritu Santo, pero atrayendo a los hombres a esa Iglesia que es el Cuerpo de Cristo, aunque ellos no se den cuenta.
Y todo esto, no por mérito de los miembros de la Iglesia (pues quien conoce a un cristiano conoce a alguien necesitado de la misericordia divina, desde el Papa o Monseñor Rouco hasta el último fiel), sino porque así lo ha querido Dios. Cristo edificó una Iglesia que, a pesar de acoger a los pecadores, muestra siempre al mundo la misericordia y la santidad de Dios. En su misericordia, ha elegido a los que éramos enemigos de Dios y ha hecho de nosotros un linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su admirable luz.
En la entrevista, Monseñor Rouco se define como hijo espiritual y hermano fiel del Papa, así que me parece oportuno terminar este artículo citando unas palabras de Benedicto XVI sobre la misión de la Iglesia que una comentarista me ha recordado: la Iglesia existe para que Dios, el Dios vivo, sea dado a conocer, para que el hombre pueda aprender a vivir con Dios, ante su mirada y en comunión con él.
29 comentarios
Y tomando las palabras del Papa Benedicto XVI: "la Iglesia existe para que Dios, el Dios vivo, sea dado a conocer, para que el hombre pueda aprender a vivir con Dios". "La Iglesia no existe para sí misma. Existe para que el mundo llegue a ser un espacio para la presencia de Dios, espacio de alianza entre Dios y los hombres."
A veces criticamosa la jerarquía como si fuesen entes diferentes a nosotros. Como todos tienen sus cosas buenas y malas y el estar cara a la galería y depender su imagen de las espectativas de quienes la reciben casi nunca es positivo.
Rouco ha sido un trepa compulsivo, para eso ha invertido su inteligencia, al final ha alcanzado lo que deseaba, alimentar su ego.
Sombra le hacen cualquiera de sus predecesores y sobre todo el cardenal Don Vicente Enrique y Tarancón.
Pero no sólo éste sino otros considerados "carcas", e incluso auxiliares de Madrid como Don José Guerra Campos (antípoda del cardenal TARANCÓN).
Todos ellos tuviesen la ideologóa que tuviesen aventajaron a Don Antonio Mª Rouco, que se ha quedado en la mediocridad por el exceso de alimentar su insaciable ego.
El cardenal de Madrid es un tarugo espiritual: a Cristo la Iglesia le viene muy estrecha y a veces sale de excursión para encontrarse con alguien de fuera que le entiende.
Las siguientes son todas frases de Cristo:
"Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"
"Recibid el Espíritu Santo"
"Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo... Haced esto en conmemoración mía".
"...ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".
Nicodemo:
La Iglesia es, según la Escritura, el Cuerpo de Cristo, así que difícilmente podría venirle estrecha, como si fuera sólo un traje.
Creo que Rouco eligió la figura del sacerdote y eso indica una vida piadosa. Podría haber elegido emular al Capitán Trueno, que seguro leía y le llamaba menos la atención. En fín, en cuestión de vocación y fascinación hay una sutil diferencia, ¿cuándo se produjo la misma?, obviamente, lo sabrá el Cardenal.
Si lee la entrevista, verá que, antes de ser nombrado obispo, Monseñor Rouco siempre creyó que su misión en la Iglesia era dedicarse al estudio y la teología. Fue Dios quien tenía otros planes y le llamó a servir a la Iglesia en el episcopado. Como Abraham, escuchó la voz de Dios que cambiaba sus planes: "Sal de tu tierra y ve a la tierra que yo te mostraré"
Amatoma:
¿De verdad cree que Dios no se puede servir de los sencillos deseos de un niño de ser como los sacerdotes que veía para llamarle al sacerdocio?
"Gracias Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla".
Me ha parecido tan apropiada la cita del Papa que, si no te importa, la voy a añadir al artículo. Muchas gracias.
Si lee la entrevista, verá que, antes de ser nombrado obispo, Monseñor Rouco siempre creyó que su misión en la Iglesia era dedicarse al estudio y la teología. Fue Dios quien tenía otros planes y le llamó a servir a la Iglesia en el episcopado. Como Abraham, escuchó la voz de Dios que cambiaba sus planes: "Sal de tu tierra y ve a la tierra que yo te mostraré"
Laída está: Los trapos sucios, se lavan en casa, no sea Vd. tan ingenuo o quiera Vd. que comulguemos con ruedas de molino.
Cada vez se conoce más la mediocridad de Rouco.
Reitero le hace sombra el que fuese brillantísimo axiliar, después obispo de Cuenca, gallego como Don Antonio Mª Rouco, Don José Guerra Campos y no digamos nada del cardenal Tarancón.
La causa de una vocación no es absolutamente nada humano, sino la Voluntad de Dios. Las acciones, circunstancias y mediaciones humanas sólo son ocasiones para descubrir esa Voluntad.
Dicho eso, no entiendo porque se niega a que Dios llame a un niño igual que puede llamar a un adulto. Esa vocación luego se irá confirmando según la edad que vaya teniendo el interesado, pero no veo porqué no va a llamar Dios a los niños. ¿Por qué no puede tener un niño un verdadero encuentro con Dios (sin ánimo de ofender, "experiencia mística fundante" me suena algo pedante)?
Conozco a muchos sacerdotes que encontraron su vocación de pequeños. También hay multitud de santos en la misma situación (para una descripción detallada, se puede leer, por ejemplo, "Historia de un alma" de Sta. Teresa de Lisieux).
Mientras no ofrezca usted pruebas de lo contrario, seguiré suponiendo la sinceridad de Monseñor Rouco en lo que cuenta (aunque a usted eso le parezca "ingenuidad").
En cuanto a comparar los méritos relativos de distintos obispos, prefiero dejárselo a Dios.
Enlace permanente Comentario por Bruno Moreno Ramos [Blogger] 10.12.07 @ 18:45
Sr. Moreno, en eso estoy de acuerdo con Vd., un niño puede sentir la vocación, yo el caso más allegado es de un tío, ya fallecido, que me contaba lo de su "fuerte" vocación de niño, despertada a los 10 años cuando recibió la Sagrada Comunión, fue un "impacto de fe", tan grande, aquel encontrarse "cara a cara" con Cristo Jesús, una experiencia mística, que le arrebató directo al sacerdocio.
Otros no hemos pasado por esa experiencia.
Mientras no ofrezca usted pruebas de lo contrario, seguiré suponiendo la sinceridad de Monseñor Rouco en lo que cuenta (aunque a usted eso le parezca "ingenuidad").
En cuanto a comparar los méritos relativos de distintos obispos, prefiero dejárselo a Dios.
Enlace permanente Comentario por Bruno Moreno Ramos [Blogger] 10.12.07 @ 18:47
Sr. Moreno, seguro ha oído: "por sus hechos los conoceréis..."
En cuanto a la intimidad de la fe y la relación personal con Dios, evidentemente sólo Dios conoce el interior de las almas, por lo que no nadie puede entrar a juzgar ni comparar, pero si en hechos y dichos contratables y comparables.
"De internis nemo iudicat, neque Ecclesia"
No me he expresado bien. No quería decir que no se debiesen comparar nunca las actuaciones de los distintos obispos, sino que yo, personalmente, prefiero dejar esas comparaciones a Dios. En cambio, no tengo reparo en discutir sobre una acción concreta de un obispo, cuando tengo algo que decir sobre el tema.
En cualquier caso, quiero aprovechar para darle la bienvenida al blog (pues me parece recordar que es la primera vez que leo sus comentarios en él).
Un saludo.
La Institución es la que en ocasiones pone trabas a las personas obstaculizando escandalosanmente sin respetar a los llamados por el Espíritu, extremo que deben planearse algunos Pastores, si quieren ser fieles al Espíritu.
Hace poco me comentaba angustiado un señor de unos 60 años o más que sintió la vocación pasados los 55 años, que le habían puesto trabas para su ordenación como presbítero en su diócesis porque el obispo no es partidario de ordenar hombres mayores.
Al parecer ya han encontrado solución y será ordenado, después de remover Roma con Santiago.
LAMENTABLE
No me he expresado bien. No quería decir que no se debiesen comparar nunca las actuaciones de los distintos obispos, sino que yo, personalmente, prefiero dejar esas comparaciones a Dios. En cambio, no tengo reparo en discutir sobre una acción concreta de un obispo, cuando tengo algo que decir sobre el tema.
En cualquier caso, quiero aprovechar para darle la bienvenida al blog (pues me parece recordar que es la primera vez que leo sus comentarios en él).
Un saludo.
Enlace permanente Comentario por Bruno Moreno Ramos [Blogger] 10.12.07 @ 19:22
Sr. Moreno:
Igualmente, un saludo y gracias por su acogida al blog.
Veo que tienes mucha paciencia para lidiar con comentarios inadecuados. Que Dios te la conserve ;) Entré por la tarde y vi un solo comentario, ahora he entrado y he visto 18 y he pensado "ya hay polémica"...
Enlace permanente Comentario por Juan Antonio 10.12.07 @ 21:32
Menos mal que está Vd. para enriquecer el blog con nulas aportaciones, excepto hacer la pelota al Blogger, en el blog porque eso es mas un mensaje de apoyo al buzón particular.
Pero con personas como Vd. se hunde el blog, ya que si no existe participación Vd. le llama polémica...Sr Juan Antonio, apaga y vamonos.
Ya estan ahí los plomos de turno, como veo que quien calla otorga, ¿Bruno Moreno Ramos, para qué y por qué de tu blog?.
A partir de ahora me abstendré de escribir (no deseo molestar a nadie).
No suelo meterme mucho en lo que unos comentaristas dicen de otros, a no ser que sean insultos gratuitos (en cuyo caso los borro).
Entiendo que Juan Antonio habla de polémica en el sentido positivo, de lucha por encontrar la verdad. De hecho, él y yo hemos discutido mucho sobre otros temas. La idea de este blog es favorecer ese tipo de discusiones o argumentaciones realizadas de buena fe.
Por otro lado, es verdad que a veces hay comentarios "inadecuados" que no aportan nada y sólo desahogan a los que los realizan. Por ejemplo, el comentario de Nicodemo, a mi entender, aporta poco a la cuestión más allá de comunicarnos que le cae mal Monseñor Rouco. Los comentarios de gabi suelen ser también bastante extravagantes.
No creo que Juan Antonio se refiriese a sus comentarios, que, al menos a mí, me han parecido interesantes.
Por cierto, veo que había omitido mostrarme de acuerdo con lo de las vocaciones "tardías". He conocido a varios sacerdotes o seminaristas de este tipo y para mí fueron un ejemplo magnífico de fidelidad a Dios. Uno de ellos, tras vencer una terrible oposición familiar, murió siendo seminarista y estoy convencido de que Dios le pagó con creces su disponibilidad y que esos pocos años en el seminario eran justo lo que necesitaba (por no hablar del bien que pudo hacer con su testimonio).
Creo recordar que el filósofo García Morente también se ordenó con una edad avanzada, después de su conversión.
Un saludo.
Has recordado el caso de García Morente.
Siempre ha habido sensibilidad por parte de la Iglesia y han sido ordenados hombres mayores u ancianos: Lope de Vega, Calderón de la Barca, etc.
El tema de que haya algún obispo que "no es partidario de ordenar a hombres mayores", ¿pero quien es él para poner límites al Señor que llama?, y en teoría (la práctica, por engreimiento y algún otro factor es distinta) es el obispo quien tiene que estar al servicvio de Dios y de la comunidad sean niños o ancianos.
Me veo moralmente obligado a pedirte disculpas.
Decirte que eres un buen blogger y tienes un espléndido blog.
Ha sido para mi un diálogo enriquecedor, por otra parte también me ha gustado la intervención de Francisco, en cuanto a que hay una constatación de que Dios suscita la vocación en cualquier edad, en niños, en jóvenes, adultos y ancianos.
La Iglesia tendría que tener todo esto en cuenta y no ser "capricho" del obispo de turno el establecer criterios que no respetan y limitan imponiendo muros o barreras a la llamada de Dios.
Me refiero en conclusión a los límites artificiales impuestos por determinados obispos que en ocasiones parece que su criterio está por encima de todo...
Tu paciencia con gabi no es ya cristiana, sino directamente angelical: lo de que a Cristo de las bodas sólo le interesaba el alcohol es una blasfemia. Así, directamente. Si fuera mi blog, lo borraba (una cosa es amar al enemigo y otra aguantar infinitamente a los necios). Pero como es tu blog (y qué gran blog), harás lo que consideres mejor, y a mí seguro que me parecerá bien.
Feliz Navidad y que el Señor te bendiga.
perdone no haberle respondido antes, estoy en Ginebra en una conferencia y ahora con reuniones, he tenido poco tiempo para leer el blog y aún menos para escribir.
Tiene toda la razón en lo de que mi aportación al blog es (casi) nula. La mayor parte de las veces estoy de acuerdo con lo que Bruno escribe, y escribir comentarios del tipo "estoy 100% de acuerdo" no me parece muy útil. Sólo escribo algo cuando es un punto de vista diferente que me parece que tiene algún interés. Otra cosa es que a usted le parezca una estupidez lo que digo, está en su perfecto derecho.
No tiene razón en lo de hacer la pelota al blogger. No tengo ninguna necesidad ni obtengo ningún beneficio al hacerlo. Si en mi vida profesional no hago ni he hecho la pelota a nadie, menos razón tengo para hacerlo con Bruno. Otra cosa es que Bruno, lo mismo que otros bloggers (y también algunos comentaristas), me merezca un gran respeto por el tiempo que dedican al blog, y a es...
Por último, mi comentario no se refería a usted sino a llamar borracho a Cristo. Me parece casi una blasfemia (como dice Nachet), o por lo menos una falta de respeto.
Enlace permanente Comentario por Juan Antonio 13.12.07 @ 11:57
Juan Antonio, ante todo disculpa, se trató de una interpretacion errónea por mi parte, y precipitacion en escribir.
Ya lo he comentado también con el blogger, en otra intervención.
"Errare, humanum est"
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