La biblia de los evolucionistas de hoy
Estos días, uno de los libros más vendidos en los Estados Unidos es The World Without Us (El mundo sin nosotros), de Alan Weisman. Supongo que pronto será traducido al español y llegará a España, aunque, en nuestro país, este tipo de libros suele tener bastante menos éxito que allende los mares.
El tema de este libro, en principio, es bastante curioso. Especula sobre lo que sucedería en la tierra si (por razones que no especifica) la totalidad de los seres humanos desaparecieran de pronto, de ahí la referencia en el título a un mundo sin nosotros. Los bosques irían, poco a poco, volviendo a cubrir las ciudades, las centrales nucleares terminarían por fundirse o explotar, los plásticos tardarían miles de años en desaparecer, el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera se iría reduciendo paulatinamente…
A falta de leer el libro, lo que me gustaría comentar no son esas hipótesis, más o menos acertadas y sin mucha importancia práctica (después de todo, un mundo “sin nosotros” habría dejado de ser nuestra responsabilidad, digo yo). Me llaman más la atención algunas valoraciones de los temas tratados que han recogido las reseñas y que, en mi opinión, revelan la enorme confusión que se esconde detrás del Evolucionismo de pacotilla de nuestra época.
Por ejemplo, citando al paleobiólogo D. Edwin, se dice en el libro: “Los humanos nos vamos a extinguir finalmente: no hay razón para pensar que somos diferentes a otras especies, pero la vida continuará y seguirá evolucionando a mejor, estemos nosotros o no”. Afirmar con absoluta seguridad que los humanos nos vayamos a extinguir es un claro ejemplo de mentalidad evolucionista de andar por casa. Es decir, no sólo es una pura especulación sin fundamento desde el punto de vista racional, sino que además no cuadra con el propio evolucionismo. Nada en la teoría de la evolución afirma que una especie en particular deba extinguirse y, de hecho, mientras algunas especies se extinguen y son sustituidas por otras mejor adaptadas, otras permanecen inalteradas durante enormes periodos de tiempo y, en principio, pueden hacerlo de forma indefinida.
A la frase “no hay razón para pensar que seamos diferentes a otras especies”, hay que echarla de comer aparte. Es una obra maestra del sinsentido digna de Wodehouse o Groucho Marx. Imagínense a un mejillón o un ratón pensando algo así y, necesariamente, estarán imaginando un mejillón o un ratón de dibujos animados. La razón para pensar que somos diferentes de otras especies es, precisamente, que, a diferencia de cualquier otro animal, pensamos en las razones de las cosas.
Se dice, finalmente, que la vida “seguirá evolucionando a mejor”. Esta creencia se une a otras expresiones o ideas como “la pureza preindustrial de la tierra", “la vida triunfa siempre al final” o “la necesidad de proteger el medio ambiente". El autor y los demás autores citados en el libro no parecen darse cuenta de que todas estas valoraciones no tienen la más mínima base en la Teoría de la Evolución.
Por su propia naturaleza, la Teoría de la Evolución no tiene en cuenta conceptos como “mejor”, “peor”, “triunfar”, “pureza” o “necesidad ética”. Pretende ser una teoría científica de tipo biológico que describe, más o menos acertadamente, las cosas tal como son, sin preocuparse en lo más mínimo de cómo deberían ser. Por eso, utiliza conceptos como “más o menos adaptado", pero nunca “mejor o peor”.
Esa idea de que algunas cosas son mejores o peores que otras es propia de una visión del mundo en la que la evolución no tiene la última palabra. Es decir, supone una visión ética de la existencia, contraria a un Evolucionismo que haga de la Evolución el sentido último de la existencia y tome al Origen de las Especies de Darwin como su biblia.
Según la Teoría de la Evolución, la vida no “tiende a mejor", sino a una mayor adaptación a los entornos cambiantes. Desde ese punto de vista, pensar que un perro, por estar más evolucionado, es mejor que una babosa, es equivalente a que un físico diga que es mejor que las cosas estén cerca unas de otras, porque la ley de la gravedad hace que se atraigan entre sí. Todo esto confunde el “ser” con el “deber ser”, es decir, cómo son las cosas de hecho con su finalidad. En mi opinión, estos autores conservan, de forma inconsciente, la idea cristiana de que la creación está dirigida hacia el hombre, como ser libre, racional y con la capacidad de amar a Dios. Es la creencia en la creación la que permite ver el mundo como algo que forma parte de un plan y tiene una finalidad, que permite hablar del “deber ser” y no sólo del “ser” del mundo.
También la idea de “contaminación” se sale totalmente del ámbito de la Teoría de la Evolución, ya que esta teoría sólo trata de la adaptación al medio y no de la modificación del medio ambiente en sí. Para la Teoría de la Evolución no hay un medio mejor que otro, ni es preferible un entorno “puro” a uno contaminado. Al contrario, la evolución actúa precisamente como un mecanismo de adaptación a los cambios del medio ambiente. En cambio, en el justificado rechazo a la contaminación masiva de nuestro mundo se observa claramente la mezcla de la imagen ingenua de un prado idílico ensuciado por botellas y plásticos, con la creencia, que trasciende cualquier evolucionismo, de que el ser humano tiene obligaciones morales para con las demás personas de su época y para con las generaciones futuras.
Resulta evidente que la idea de que el ser humano tiene algún tipo de responsabilidad sobre el estado del mundo es también absurda desde el punto de vista de la evolución. Para esta teoría, cada especie busca únicamente su propia supervivencia, destruyendo para ello a las especies competidoras sin la más mínima preocupación. Podría, pues, decirse que los evolucionistas más consecuentes, mal que le pese a Greenpeace, son los cazadores de bebés foca. Una vez más, la idea de que el hombre tiene una responsabilidad sobre el mundo proviene directamente del Génesis, en el que se afirma que Dios entregó al hombre todos los animales para que los pusiera nombre. El ser humano, imagen del creador, tiene el mundo encomendado a su cuidado y debe dar cuentas de su misión.
El problema de los pseudoevolucionistas actuales no es que el Origen de las Especies sea su biblia, sino que su biblia mezcla, sin orden ni concierto, páginas del Origen de las Especies, del Génesis, del Planeta de los Simios y de las Mil y una ideas políticamente correctas. El resultado, como no podría ser de otra manera, es la confusión más absoluta.
40 comentarios
El Evolucionismo (o los evolucionismos, porque existen diversas variantes) es una postura filosófica que hace de la Evolución un principio metafísico que da un sentido último a la existencia o a la vida. Los distintos evolucionismos hacen afirmaciones como que "el sentido de la vida del hombre está en evolucionar hacia un nivel superior", "el individuo no importa, sino que es la raza la que debe progresar", "el pensamiento moderno es siempre superior al antiguo, porque está más evolucionado", etc.
Estas posturas filosóficas sí que tienen "biblias" (en el sentido de dogmas intangibles), hacen afirmaciones metafísicas y tienen mucho que ver en el pensamiento de Hitler.
En el artículo, yo sólo he hablado del Evolucionismo difuso que permea nuestra sociedad como teoría filosófica. Es decir, me he limitado a la filosofía (y solamente al evolucionismo ambiente de hoy en día, sin hablar de otros evolucionismos más serios, incluso alguno cristiano como el de T. de Chardin que tú citas).
La Teoría de la Evolución en sí, es un tema propiamente científico y, por lo tanto, no pertenece al ámbito de este blog, ni la he discutido en él en ningún momento.
De hecho y entrando por un momento en el ámbito de lo científico, la Teoría de la Evolución me convence bastante, a pesar de que aún tiene huecos importantes que llenar y, especialmente, porque no existe ninguna teoría rival digna.
No soy ni he sido nunca "creacionista" (es decir, alguien que cree que el mundo se creó hace seis mil años y que Dios lo creó de golpe en siete días literales, etc.). Ésa es una postura exclusivamente protestante y limitada, en la práctica, a algunos grupos fundamentalistas de los Estados Unidos.
Así pues, tus extensos comentarios se han dedicado a atacar una supuesta postura mía que yo no comparto y de la que, además, no he hablado en absoluto. Me temo que te he hecho trabajar en balde. Lo siento, debería haberme expresado mejor.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo con lo que dices. La evolución, como dato o teoría científica, puede y debe integrarse en las distintas teorías filosóficas que existen, como el resto de realidades que existen en el mundo.
A ese respecto, tiene interés el evolucionismo cristiano de Teilhard de Chardin, aunque ha dado pocos frutos en la Teología o en la Filosofía.
Lo que no es de recibo es usar la Evolución como pretexto para beneficiarse del prestigio que tiene hoy lo "científico", a la vez que se sostienen principios filosóficos que no tienen nada que ver con ella.
Repito lo dicho a Yolanda. He hablado del evolucionismo como teoría filosófica y no de la Teoría de la Evolución. Además, he querido limitarme al pseudoevolucionismo difuso de la sociedad actual y del que el libro de A. Weismann es un perfecto ejemplo (como muestra su éxito).
No me ha parecido interesante tratar el Evolucionismo filosófico puro y duro, porque no ha tenido nunca muchos seguidores, ya que, como señala LF, es una ideología tan profundamente inhumana que repele a casi todo el mundo.
Por supuesto, se pueden tratar muchos autores y temas relacionados con el Evolucionismo: el evolucionismo espiritualista hegeliano, el evolucionismo social marxista, el darwinismo político de los imperialismos del s. XIX con su derecho de conquista, el evolucionismo cristiano de Chardin, el evolucionismo moral, el evolucionismo racial - nacional de los nazis, el evolucionismo y el mito del Progreso y un largo etc.
Ars longa, vita brevis.
Reconozco que cada vez me sorprende más la amplitud de mi propia ignorancia.
"He hablado del evolucionismo como teoría filosófica y no de la Teoría de la Evolución"
¡¡¡?!!! Pero qué descaro. Has hablado de lo que has hablado. Pero tranquilo, que yo sé que no he escrito (que no "trabajado": es un placer corregir al que yerra) en balde. Si de "filosofía" se trataba (o de vulgarización popular de la ciencia en librillos de kiosko) haberlo dicho. Porque cualquier persona algo ilustrada entiende lo que hemos entendido.
Esto que dices:
"principio metafísico que da un sentido último a la existencia o a la vida. Los distintos evolucionismos hacen afirmaciones como que "el sentido de la vida del hombre está en evolucionar hacia un nivel superior", "el individuo no importa, sino que es la raza la que debe progresar" ESO NO ES LA TERORÍA DE LA EVOLUCIÓN. Si deliberadamente querías confundir, mal. Si ahora sales por los cerros de Úbeda porque en materia de evolución de las formas de vida no tienes mucha idea, mal también. Si pa...
Admites que: "cada vez me sorprende más la amplitud de mi propia ignorancia". Pues no te sorprendas tanto. La ignorancia, ya se sabe, es muy osada y se atreve a hablar de todo. Como este pobre señor Jaume Clavé, carente de sentido del ridículo.
Y, mira, Bruno:es natural que Greenpeace, una organización occidental esté impregnada de judeocristianismo, claro que sí. pero la responsabilidad del ser humano hacia la naturaleza ees poligénica, se ha dado en todas partes, siempre. Quizá sea eso tan grato a tu cuerda: moral natural, a través del génesis en nuestro mundo occidental y vehiculado por otros medios en otras culturas ajenas al judeocristianismo.
El éxito de ese librillo es como cualquier bazofia de cualquier´otra índole: ni es modernidad, ni nos la puedes apuntar en nuestro "debe". La teoría de la Evolución es algo suficientemente serio y muy currado para que la maltrates así. D...
O me sigo explicando fatal o no lees lo que digo sino lo que piensas que voy a decir.
El artículo entero está lleno de frases del estilo de "el evolucionismo afirma... pero eso se sale totalmente del ámbito de la Teoría de la Evolución", "los evolucionistas hablan de que la vida evoluciona siempre a mejor... pero la Teoría de la Evolución no utiliza el concepto mejor sino que habla de más apto".
Eso se debe, lo repito de nuevo, a que "Evolucionismo" y "Teoría de la Evolución" son cosas totalmente distintas, perteneciente una a la filosofía y la otra a la biología. Si lees el artículo con detenimiento verás que, precisamente, las he ido separando todo el tiempo (repitiendo una y otra vez que "eso no es la Teoría de la Evolución"). Me interesa hablar del primero, porque es el que afecta a la forma de pensar de la gente y el que más tiene que ver con este blog.
Me parece atrevido, como poco, que asumas que no se nada de la "evolución de las formas de vida" simplemente porque, en este artículo, he hablado de otro tema. Igualmente podrías asumir que no se nada de griego antiguo, de física de partículas o de gnomónica... quizá te sorprenderías.
Un saludo.
Según entiendo yo (y según han dicho los últimos papas), la evolución se puede entender como la forma que Dios ha utilizado para preparar el cuerpo del hombre (para "crearlo de la tierra", como dice el Génesis). Eso sí, hay que mantener siempre:
- Que el "azar" del que se habla sólo es aparente, ya que es el Plan de Dios el que dirige la Evolución
- Que la evolución sólo puede dar lugar al cuerpo humano, ya que el alma es creada directamente por Dios. Por lo tanto, entre el ser humano y los animales existe una diferencia cualitativa y no cuantitativa.
- Que el ser humano tiene valor por sí mismo y no sólo como un eslabón de la evolución.
Con esas condiciones, es posible para un católico aceptar la evolución como mecanismo biológico. Es posible, pero no necesario. También un católico puede rechazar la evolución. De hecho, una vez que se dejan claras esas condiciones, pasa a ser un asunto puramente biológico, sin afectar a la fe.
Segundo, los científicos no toman la evolución como certeza... NO CREEN en ella... la asumen como la única hipótesis razonable disponible, y por eso la mayor parte de la taxonomía biológica, por ejemplo, se basa en ella. El caso más llamativo ha sido el establecimiento de la relación filogenética de las aves con los popularmente conocidos ?dinosaurios?. No conozco a ningún biólogo (por muy recalcitrante católico que se declare) que no asuma la hipótesis de la evolución como adecuada... hasta la Iglesia católica, ya en tiempos de Pío XII, indicó que el mecanismo evolutivo no está en contradicción con nuestra fe.
Insisto una vez más en que "evolucionismo", en el lenguaje filosófico-teológico, no significa lo mismo que "aceptar la evolución". El evolucionismo es una postura metafísica que considera que la Evolución no es solamente un mecanismo biológico, sino que constituye el sentido último de la vida y del ser y que todo se puede explicar por ella (el pensamiento, el devenir histórico de la humanidad, la propia ciencia, la idea de Dios, etc.). Como dice Vitiza, el evolucionismo como sistema de pensamiento eleva las hipótesis a certezas y, además, las convierte en afirmaciones metafísicas en vez de biológicas de forma ingenua y apresurada.
Así como la evolución es perfectamente aceptable para un católico, el evolucionismo, tal como lo he definido y como se entiende en filosofía, no lo es (excepto con unos enormes cambios, como los realizados por T. de Chardin que, realmente, lo convierten en algo totalmente diferente).
"no lees lo que digo sino lo que piensas que voy a decir".
Sí que me sorprenderái que supieras algo de biología, de griego antiguo, de cualquier otra cosa y, a pesar de ello, te siga dedicando a la confusión deliberada. No cuela recular ahora.
Añades a Jaume que "es posible para un católico aceptar la evolución como mecanismo biológico. Es posible, pero no necesario. También un católico puede rechazar la evolución". Bueno, si rechaza la evolución un católico, será un católico bobo.
Si Bruno es físico, entonces la cosa ya tiene delito, que se haya autoencomendado la misión de crear confusión.
A mí nunca me has acusado de algo así. De hecho, yo no sé qué es lo que piensas sobre nada más que sobre los tres o cuatro temas en los que has intervenido en este blog. Leo lo que dices y lo discuto o estoy de acuerdo con ello, según sea el caso.
No he "reculado" sobre nada. No paro de decirte que leas el artículo y verás que diferencio en cada uno de los párrafos el evolucionismo filosófico de la teoría científica de la evolución.
En cuanto a lo del "católico bobo", Cristo no puso a nadie la condición de ser muy inteligente o saber mucha biología para seguirle. Yo creo que es muy probable que la evolución sea, a grandes rasgos, un mecanismo biológico utilizado por Dios para preparar el cuerpo del hombre y las distintas especies animales, pero no se me ocurre elevarlo a la categoría de dogma de fe.
Un saludo.
pues nadie diría que no pretendías ofender. Da igual: no has leído lo que yo decía o has hecho lo que acusa Bruno: leer lo que querías que dijera y no lo que decía realmente.
En fin, contigo me abstendré de hablar en futuras ocasiones. Buena gana de que salgas a defender pleitos pobres con/sin intención de ofender, pero que me sueltes los piropos que me has soltado. En cuanto a la caridad de Bruno, ejem, ejem... creo que tienes razón, igual que he dejado por imposible discutir con Bustamante, habrá que ir pensando que esto también es un club privado para Tartufos con el deliberado propósito confundir.
Mira, agradezco que te muestres interesada en mis comentarios. Pero he sido sumamente ingenua. En el mes de julio entré por casualidad y me encontré con un tipo de gente que ni sabía que existía. Nadie dirá que no he intentado entenderles. Pero no quieren eso: sólo quieren echar a todos los que no sean ellos, repartir certificados de catolicidad a sus secuaces. He visto lapidar a una monja, a un muerto, a obispos, curas y teólogos recibir los peores calificativos, pedir excomuniones, condenar, condenar, condenar, tergiversar maliciosamente. Me refiero a bloggers;a los que dan pie a los rebuznos de sus clacs. No he vuelto a creer que se podía dialogar con Bustamante; de cigoña, qué decir, o del servus iniquitatis; tampoco lo creo ya de este falso y melifluo Bruno. Se quedarán solos, están en ello, se les da bien.
Contéstame a lo de...
Quizá te vea de vez en cuando en algún blog como el de Pikaza o Fausto, o el interesantísimo de Piuñero, en el q8ue no suelo escribir pero leo siempre. Aquí, como en bustamante, cigoña, expósito, etc, ahora ya no me cabe duda de que hay verdaera malicia; no error ni ni siquiera simple fanatismo fundamentalista, no: es todo eso, claro, pero acompañado de enormes dosis de hipocresía y malevolencia maliciosa y deliberada.
Estoy de acuerdo. No intentaba negar la posibilidad de extinción de la raza humana en sí (aunque lo que dice el Nuevo Testamento sobre el Juicio Final parece indicar que seguirá habiendo hombres en la Tierra en ese momento).
Lo que me parecía filosóficamente absurdo es afirmar con seguridad que "los humanos nos vamos a extinguir", porque somos como otras especies. Ni somos como otras especies ni nadie puede tener la seguridad de que nos vayamos a extinguir.
Un saludo.
Bruno, me despido y déjate de hipocresías.
Lamento que en un blogg tan bueno haya "orcos" que insultan y parece que agreden. Que te llamen hipócrita sin venir a cuento sólo porque disientes es de aurora boreal. La educación en este país parece de minoría de edad.
Y el caso es que sustancialmente tienes razón.
Soy biólogo y me he creído lo de la evolución como una proclama ideológica o una religión.
En Paleontología no funciona. Lo cierto es que en la gran mayoría de las veces se da el fenómeno de "estasia" que durante millones de años la especie permanece exactamente igual y luego se extingue o aparece una como un salto cuántico enorme. Con lo cual el gradualismo darwinista no encaja ni a tiros.
En genética de poblaciones no ha demostrado de ninguna manera cómo se produce una especie. A lo sumo pueden predecir cambios en las frecuencias génicas en la población según la ley Hardy-Weinberg y lo demás son modelos hipotéticos. Pero los vaivenes de frecuencias son la misma especie.
El tan llevado y manido ejemplo del melanismo industrial (de la Biston Betularia) que lo ponen como modelo en todos los libros de bachillerato y biología general parece fascinante, pero ha tiempo que no ciega, no es un jemplo de evolución es cambio génico en la población, pero es la misma especie y se extrapola a como puede ser lo de la evolución. Pero es eso extrapolación, no hechos.
Hay todavía más ejemplos. Puede leerse el juicioso ensayo "Juicio a Darwin" en Homo Legens. Y le queda a uno bastante claro la pretensión naturalista ( o filosofía naturalista que es reduccionista y profundamente materialista) y eso es incompatible con la religión. La ciencia no, el naturalismo sí. Es ideología anti-
Pero el naturalismo pretende ser una explicación del todo. Y eso no es ciencia. La ciencia son hechos y sobre todo como perseguía Popper no debe buscar el verificacionismo en los hechos sino la falsación. Pero se parapeta detrás de la ideología y la explicación ad hoc cuando no encajan los hechos en el "corsé".
El simplismo de la explicación evolucionista para dar tazón, absolutamente toda la razón de la existencia del hombre, es realmente pasmoso.
A ver, a modo de ejemplo, "¿cómo ha llegado el hombre a adquirir la gran capacidad de resolver ecuaciones diferenciales"?. Seguramente la gran diva, la seleccion natural, operó sobre aquellos genes matemáticos porque daban mayor ventaja para conseguir alimento y competir por el apareamiento más eficazmente. Resulta que lo más es menos. Explicación vulgar todo se reduce a comer y a j. Y así llegamos a lo sublime de Bach, Miguel, la Callas y al de Asís.
Y, ahora, a descansar de tamaña parida.
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