Eutanasia para no creyentes (II)
Quaestio Quodlibetalis 14 (segunda parte). En el artículo anterior sobre el tema, dimos un primer paso para contestar a la pregunta: para los no creyentes, ¿quién es el titular de la vida humana? Parece que la respuesta inmediata es que cada uno puede hacer con su vida lo que quiera, siempre que no perjudique a los demás.
Sin embargo, yo cite una decena de ejemplos en los que, de hecho, nuestra sociedad y las demás consideran que esa libertad no es absoluta. Ante esos ejemplos, un lector, Kepa, ha planteado las siguientes objeciones:
Los ejemplos que planteas son espinosos, casos límites, pero en modo alguno tan evidentes como se pretenden. Voy uno a uno, y por si hace falta aclararlo soy liberal y no creo en el poder de la comunidad sobre los individuos, más allá de la defensa de terceras personas:
-Nadie va a vender un riñón, salvo por salvar algo más importante, como la vida. Por tanto, prohibir el tráfico de órganos supone condenar a la muerte a quien sufre la prohibición de venderlos. Piadoso resultado.
-Los motivos psiquiátricos (depresión, locura…) para el suicidio, implican falta de libertad del suicida potencial por enajenación. En este caso, habida cuenta de que la persona no es capaz de discernir, sí cabe protegerle de sí mismo. Es lo que se llama la curatela, y se aplica a cualquier acto del incapacitado.
-La esclavitud voluntaria es un contrasentido. Pero, por buscar una analogía cercana, ¿qué opinamos del enrolamiento militar voluntario para ir a guerras terribles al que se ven forzado muchos parias de la tierra? No veo que esté prohibido, y supone nada menos que arriesgar la vida por conseguir unos garbanzos.
-La prostitución no es una actividad respetable en absoluto, ni para la ramera ni para el cliente, pero debe pertenecer al ámbito de libertad de las personas (no así la trata de blancas, con la que a menudo se confunde).
-La pederastia, o el trabajo infantil implican el concurso de un menor, que por su falta de madurez no puede elegir libremente. Es un caso similar al incapacitado.
-La libertad de contratación no supone en absoluto una extensión de la jornada, ni un aminoramiento de los salarios, de la misma forma, que el establecimiento de leyes laborales fuera del libre contrato no suponen una mejoría de las condiciones de los trabajadores. Si no me crees, compara las legislaciones laborales de USA y de Bolivia, y verás cual es más proteccionista, y no parece que los obreros de USA emigren a Bolivia, por el momento.
-Por último, creo que el suicidio de una persona sin enfermedades psíquicas que le priven de juicio es un asunto del suicida. El problema que le veo a la legalización de la eutanasia es que acabaría siendo un coladero para la comisión de miles de asesinatos de viejos indefensos. El horrible ejemplo del aborto legal hace que ya no podamos chuparnos el dedo.
En definitiva, sí creo que ningún grupo de adultos pueden impedir a otro adulto que haga con su vida lo que quiera, aunque sea desaprovecharla. Cada uno es responsable de su vida, y no cabe delegación de esa responsabilidad en el Estado, al que se acaba por conferir un aurea paternal (lo cual implica convertirnos en niños).
Kepa:
Buen intento. Es el mejor tipo de argumentos: concretos, precisos y dando contraejemplos. Sin embargo, creo que se te han pasado algunas cosillas, que iré enumerando una por una.
La principal es que te has desviado del tema discutido. Veo que lo que intentas discutir es en qué medida el Estado puede o debe intervenir en la vida de las personas. Ése es, lógicamente, un tema de equilibrio entre la libertad individual y los poderes del Estado, así que no admite solución general y sencilla.
En cambio, lo que intentamos dilucidar es una cuestión más general: para los no creyentes, quién es el titular de la vida humana. Y, en el caso de que sea cada persona, si esa libertad tiene o no límites (aparte de la libertad de los demás). Y, en consecuencia, si la eutanasia es admisible o no para los no creyentes. Éste es el tema y conviene que no nos desviemos de él, para evitar mayor confusión.
La idea de todos los ejemplos que di es mostrar que, de hecho, todas las sociedades han considerado que esa libertad de disponer sobre la propia vida tiene sus límites. Esto, creo yo, es un hecho indiscutible, que debería hacernos pensar en porqué existen esos límite y en qué se basan. En la práctica, esos límites los suele imponer el Estado en casos graves, pero no de forma arbitraria, sino porque reconoce unos límites ya existentes, que es de lo que tendremos que discutir. Es decir, esos límites no se basan en el propio Estado sino en alguna otra cosa.
En cuanto a tus razonamientos concretos (verás que intento centrarme en los hechos):
- Venta de órganos: De hecho, el ser humano no actúa como dices. La gente corre riesgos mortales por las razones más tontas, incluyendo diversión, aburrimiento, despecho, etc. Lo mismo sucedería con la venta de órganos si estuviera permitida. En cualquier caso, el hecho aquí es que todos los países de la tierra consideran que es algo que debe prohibirse y que no pertenece al ámbito de la libertad individual. Es decir, es un caso claro en el que todas las sociedades han considerado que la libertad de cada persona sobre su vida tiene sus límites.
- Motivos psiquiátricos: es un buenísimo ejemplo, pero prueba justo lo contrario de lo que quieres probar. ¿Quién decide qué una persona está incapacitada para actuar libremente? La sociedad, a través del Estado, médicos, etc. Generalmente, contra la voluntad del propio interesado. Es decir, la sociedad afirma que hay tipos de libertad que son falsas libertades, que la libertad de cada individuo, para ser respetable, tiene que ajustarse a ciertas características externas a ella misma. En resumen, todas las sociedades han considerado que la libertad individual no es absoluta, sino que tiene que someterse a leyes externas.
- La esclavitud voluntaria: lejos de ser un contrasentido, era enormemente frecuente en la antigüedad. Aristóteles, Santo Tomás y multitud de otros pensadores la consideraban uno de los tres orígenes de la esclavitud. Se producía por razones económicas (era el “último recurso” que se podía vender para pagar deudas) o en el caso de personas que se veían incapaces de sobrevivir solas y preferían entregar su libertad a alguien a cambio de casa y comida. Puedes estar seguro de que hoy también sería común si estuviera permitida, pero algo así nos resulta totalmente rechazable, de nuevo porque pensamos que la libertad de disponer de la propia vida tiene sus límites.
- La prostitución: si la prostitución pertenece al ámbito de la libertad de las personas, también debe pertenecer al ámbito de la libertad de las personas el aconsejarla. Entonces, sin que tú puedas quejarte, cualquier profesor de colegio podría aconsejar a tus hijos, por ejemplo, que la elijan como carrera. El gobierno podría fomentarla para reactivar la economía de zonas con menor nivel económico o con poco turismo. En cambio, en mi opinión, por razones de dignidad humana, el Estado puede tolerarla en situaciones concretas para proteger bienes mayores, pero no considerar que es simplemente una opción más de la persona, sujeta únicamente a su propia libertad.
- La pederastia: los menores no pueden escoger libremente, pero, precisamente por eso, sus padres escogen por ellos. Si la pederastia en sí fuera admisible excepto por la falta de libertad, bastaría que los padres dieran el permiso para que hubiera que aceptarla según tus presupuestos. Por ejemplo, nadie prohíbe a los padres que obliguen o permitan a su hijo aprender ballet o hacerse musulmán, porque no se considera algo malo. En cambio, todos los países de la tierra prohíben la pederastia, por considerarla algo tan gravemente malo, que ni siquiera es posible con el permiso de los padres. Lo mismo sucede, por ejemplo, con la falta de escolarización, que no está permitida en los países occidentales.
Más aún, uniendo este apartado y el anterior, según los presupuestos de libertad individual total claramente se destruirían los impedimentos para la prostitución infantil, aberración monstruosa donde las haya.
- Trabajo infantil: es el mismo caso, a los efectos del tema discutido, que la pederastia o la prostitución infantil.
- Explotación obrera: tu argumento tiene varios puntos flojos (por ejemplo, sólo consideras la mayor o menor liberalización para decidir porqué un país atrae inmigrantes, cuando eso depende de muchos factores). En cualquier caso, no tiene que ver con el tema. De hecho, en los comienzos de la Revolución Industrial, la gente trabajaba quince horas diarias, en condiciones infrahumanas, porque así lo aceptaban “voluntariamente", por falta de opciones. Incluidos los niños. De hecho, a menudo las condiciones actuales en China no son mucho mejores. Creo que es evidente que este tipo de cosas son inadmisibles.
- Luchas a muerte: observo que no has tratado este asunto. No sé si será casual o se debe al hecho de que suena muy antiguo y brutal a la mentalidad moderna. En cualquier caso, según tus presupuestos, debería ser algo permitido y aceptable. Y lo mismo sucede con otras muchas cosas que a nuestra sociedad le parecen inadmisibles, como la violencia doméstica consentida, las novatadas degradantes, la poligamia, etc.
Finalmente, hablas del suicidio, diciendo que te parece respetable. Sin embargo, te limitas a afirmarlo. Ese es el último punto de la discusión. Para ello, primero tendrías que justificar que el hombre es el único dueño de su propia vida, sin más limitación que la libertad de los demás. Y, por lo tanto, primero hay que explicar el extraño hecho de que todas las sociedades de la Historia (con las religiones más variadas o basadas en el agnosticismo o el ateísmo) han considerado que podían imponer distintas limitaciones a esa libertad. ¿Cómo justificaban esas limitaciones? ¿Creían que era un derecho del Estado por ser Estado o que se basaba en algo aún más importante? ¿Por qué es algo común a todas las épocas, creencias y zonas geográficas?
23 comentarios
Pero no para anularse como personas sino para potenciar en otros los aspectos que yo no poseo o que no completo por mi mismo.
Siendo así, la vida de uno no le pertenece a si mismo porque, tiene padres, hermanos, hijos, esposas, mujeres, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, acuerdos comerciales, laborales, culturales, sociales, etc... Tú no eres tú del todo en tanto en cuanto que te configuras en base a los demás. Es verdad que el engaño, los creyentes decimos que del demonio, es el de llevarte a un egoismo que te cierra a los demás sin permitirte realizarte plenamente saliendo de ti mismo. Ese mismo engaño finalmente te lleva a pensar que tu vida es sólo tuya y que además no es plena.
Alguien que se siente acompañado nunca pedirá la eutanasia, porque se sabe parte de indispensable y querida de un algo mas.
La forma contraria de pensar, la que plantea que el hombre es dueño de su vida me plantea la siguiente paradoja... porque se legisla por ejemplo en contra del tabaco y de las drogas (que en el caso de drogas que no provocan humos no dejan de ser vicios privados), y en cambio se desea legislar a favor del suicidio?
Un abrazo a Bruno y a todos
Recuerdo el caso del eminente médico psiquiatra austríaco Viktor Frankl, quien con una carrera exitosa, unos padres a quienes veneraba y una amante esposa…, vivió la destrucción de todo su trabajo…, y de su familia, al ser separados y arrojados en un campo de concentración Nazi. Padres y esposa, asesinados, y él sometido a enfermedades, dolor extremo, humillaciones… En medio de todo ello, con su lúcida mente de científico, comienza a descubrir el sentido intrínseco de la vida humana…, que la forma en que nos despedimos de ella (de la vida), deja un legado que repercute más allá de lo que se supone, sobre los demás…, que la verdadera libertad esta dentro de nosotros mismos, más allá de las circunstancias..., que no somos titulares de nuestra vida, sino que esta forma parte del patrimonio de la humanidad, de la ecología humana…, y que ello limita nuestro propio poder de decisión sobre la misma y el de los demás sobre la nuestra… Para un sobreviviente de la shoah, médico psiquiatra, la eutanasia no es admisible (conoció el desarrollo de esta idea en su sociedad antes de la Guerra)…, que constituye una involución/retroceso para la especie humana (independientemente si se es creyente o no), un fracaso para la ciencia, para la sociedad, para la propia persona…, y de ninguna manera una evolución, desarrollo o progreso real… Saludos
He oido decir que los japoneses despreciaban a sus prisioneros por no haberse hecho honorablemente el harakiri, y haberse dejado capturar.
Una vez más el que me convence con sus "argumentos" es Amigo: la experiencia de Victor Frankl. Yo añado: la experiencia que tenemos cada uno de nosotros de los efectos devastadores del suicidio en las familias, los amigos, los conocidos, los que están en parecidas circunstancias al suicida.
En cambio el valor de las personas que apuestan por la vida en circunstancias difíciles da fuerza y optimismo a otras personas que podrían haberse desesperado sin su ejemplo.
Y es en ese punto en el que no le encuentro salida, porque sacando a Dios de la ecuacion de vida de un ser humano, lo que queda nunca te daria razones validas para vivir el sufrimiento sin buscar la "salida rapida". Sobre todo porque si algo carateriza al mundo actual, es la completa insensibilidad hacia cualquiera que no sea uno mismo.
Como decia un catequista: "somos completamente de carne, lo unico que no tenemos de carne es el corazon, porque lo tenemos de piedra! insensible ante el otro."
¿Quién es el titular de cada vida? Bueno, como mínimo, somos co-titulares. Los seres inertes o los seres vivos guiados por instinto sin libertad no pueden ser tiulares de nada. Los creyentes somos co-titulares con Dios, para empezar, que nos da una vida que no hemos pedido pero que conlleva resaponsabilidades, luego tenemos que aparejar esponsabilidades con algún derecho. Si no, sería una estafa.
Porque nosotros no somos meros usufructuarios temporales ce un derecho (la vida) que es un regalo que no hemos pedido, que implica numerosas y muy serias responsabilidades, pero ¿sin derecho alguno? No, no somos usufructuarios, somos titulares, co-titulares de una vida que, para ser propiamente humana, es ecir, imago dei, tiene que ser LIBRE. Libre hasta el extremo.
Pero los seres umanos vivimos en sociedad y adquirimos compromisos libremente.- Libremente, pero, una vez adquiridos, nos limitan. Si yo me comprometo con una persona y tengo hijos, soy responsable de esas personas y les entrego parte de mi libertad, de modo qeue son co-titulares conmigo de mi propia vida. Vamos, que no debo suicidarme sin contar con ellos, por ejemplo.
Entindo los argumentos e kepa. Y me sumo a los recuerdos históricos de Asun: el suicidio se ha visto, en sociedades altamente elaboradas y cmplejas como un derecho y un ejercicio de dignidad.
Creo que creyentes y no creyntes tenemos básicamente los mismos motivos para rechazar o aceptar circunstancias limitadas para el suicidio, asistido o no:
1-Somos co-titulares de nuestras vidas; siempre habrá alguien cuyos derechos pisoteemos si decidimos acabar con nuestra vida
2-Si encima pretendemos un suicido "asistido", tendremos que contar con la libertad de los demás para NO asistirnos en esa prtensión.
Finalmente, no me convence nada la myoría de ejmplos que pone Bruno. verbigracia, cuando habla de quienes no son capaces de sostenerse a sí mismos y cambián su vida por casa y comida. Añádase a este ejemplo el de la "tolerancia" de la prostitución en aras de preservar bienes mayores. Me escandalizan ambos ejmplos unidos, en boca de tradicionalistas y conservadoes. Entregar una vida, incapaz de sostenerse a sí misma, a cambio de casa y comida y hacer de prostitutas domésticas que eviten males mayores es lo que han hecho millones de mujeres en nuestras catoliquísimas sociedades conservadoras hasta hace muy poquito. Ese sitema tiene un nombre. Se llama matrimonio tradicional y, auqnue las leyes ya no lo permiten desde hace apenas tres décadas, es lo que siguen defendiendo y reclamando muchos católicos tradicionalistas y conservadores. ¿Por qué se defiende que la mujer ponga de titular de su vida a un intermediario entre ella y Dios, es decir, su marido? esos ejemplos, Bruno, echan por tierra todo tu planteamiento basado en que repugnan las "cesiones voluntarias" de la propia vida (esclavitud, luchas a muerte...)
¿Las guerras son espectáculos de lucha a muerte. Quienes las promueven no luchan: ponen los medios, reclutan a los luchadores, apuestan y contemplan desde la barrera. Y se considera, legal, legítimo y, desde los puntos de vista más conservadoresw, perfectamente moral. Los ejércitos "voluntarios" actuales... ¿qué clase de tropa reclutan? ¿no son precisamente los parias sin salida, que ni siquiera son de la nacionalidad del país por el que mueren?
No te vayas a los tiempos de Hammurabi para contemplar esclavitud voluntaria o lucahs a muerte voluntarias. Existe AHORA. Y se promueve y sostiene desde las visiones más conservadoras del mundo. No vale prohibir el suicidio asistido o no, pero consentir y promover la esclavitud disfrazada de matrimonio tradicional o las lucahs a muerte disfrazadas de "glorioso ejército de la patria".
Estoy, ciertamente, de acuerdo, en que lo que señaláis es parte de la cuestión. Me gustó mucho lo que escribió Asun en el post anterior sobre el suicidio. Tenemos deberes para con los demás seres humanos ("ecología humana"), especialmente los más cercanos. Además, estoy convencido de que este tipo de consideraciones ayudan a muchos posibles suicidas que no se suicidan por el daño que causarían a familiares o amigos.
Sin embargo, no puede ser la totalidad de la solución. ¿Por qué? Creo que por dos razones:
- El suicidio sólo sería algo malo para quien no esté solo. Por ejemplo, el típico náufrago de isla desierta estaría en una situación que justificaría el suicidio. Es decir, el suicidio no sería algo malo en sí, lo malo sería causar daño a otros.
- Creo que es evidente que, cualquiera que sea el daño que el suicida causa a los seres queridos o a la sociedad, desde su propio punto de vista, el que de verdad está sufriendo es él. Si el problema del que quiere escapar es tan grave que merece la pena matarse por él, parece lógico que tuviera que prevalecer sobre la pena que puedan sentir otros por el suicidio.
Por esas dos razones, creo que, además del daño causado a los demás, debe existir algo más que haga rechazar intrínsecamente el suicidio y, por lo tanto, que limite en algún sentido la libertad absoluta del hombre sobre su propia vida.
Para tu segundo párrafo, se aplica lo que les he dicho a Asun y a Amigo. Correcto pero incompleto, en mi opinión.
Creo que tu primer párrafo nos puede dar una pista sobre cómo completar el tema. Deberíamos reflexionar un poco sobre qué es la libertad humana. Si es una libertad absoluta, creadora, ilimitada y arbitraria o no.
Un saludo.
Como señaláis, es imposible que el ser humano por sí mismo, sin la gracia de Dios, instaure el Reino de Dios o que se salve a si mismo o que sea santo.
Sin embargo, lo que sí tiene que ser posible es que los no creyentes vean, más o menos y aunque sea confusamente, que hay cosas que son buenas y otras que son malas. Por ejemplo, también los no creyentes suelen ver que robar es malo, aunque haya muchísima gente que robe cuando tiene ocasión. Eso es lo que intentamos hacer: razonar a un no creyente porqué es malo el suicidio, porqué no puede hacer cualquier cosa con su vida.
Por supuesto, lo ideal sería anunciarle el Evangelio a ese no creyente, pero a veces es necesario hablarle desde un punto de vista meramente natural. Por ejemplo, Santo Tomás lo hizo así en su Summa Contra Gentiles, que se basaba en argumentos puramente racionales y naturales para hablar con los no cristianos. También es importante para las leyes. Si no, el gobierno podría poner las leyes que quisiera y los cristianos no podemos aceptar eso.
Saludos.
En primer lugar, un abrazo. Seguimos rezando por y con todos vosotros.
En cuanto a lo del artículo, por supuesto estoy de acuerdo en que somos co-titulares (de forma no simétrica) de nuestra vida con Dios. Sin embargo, estamos intentando ver quién es el titular de la vida para los no creyentes y, en caso de que sea cada persona, si la libertad de disponer de su vida es absoluta.
Parte de la respuesta, como han señalado Amigo, Asun, Óscar y ahora tú, es que el hombre no es algo aislado en el mundo, sino que es un ser social, que vive en comunidad con otros. Nuestra vida les afecta siempre y debemos tenerlo en cuenta. Sin embargo, creo que tiene que haber algo más.
Otra muestra de que tiene que haber algo más: ¿de dónde viene ese "debemos tenerlo en cuenta" del párrafo anterior? ¿Por qué un "debemos" que limite nuestra libertad?
En cuanto a los ejemplos, quizá no he dejado claro lo que quería decir. No son cosas que yo defienda o ataque, son simples hechos. El hecho es que todas las sociedades del mundo han considerado que el ser humano no tiene una libertad absoluta para disponer de su propia vida. En primer lugar, por supuesto, está la limitación de la libertad de los demás. Pero, además, siempre se ha considerado razonable imponer otras limitaciones que no estaban ligadas directamente a la libertad de los demás (limitaciones diferentes en cada época, como señala Asun con lo del harakiri, pero siempre limitaciones). Este extraño hecho me hace pensar, que la libertad de disponer de la propia vida tiene que tener alguna otra limitación que no sea sólo la libertad de los demás. Y eso es lo que me gustaría descubrir (también es posible que se trate de una simple aberración, supongo, pero eso habría que demostrarlo)
Algo muy breve sobre las cuestiones que planteabas en relación con los ejemplos, para no salirnos del tema.
Lo de la tolerancia en relación con la prostitución sólo explica algo con lo que creo que estarás de acuerdo: aunque la prostitución es algo objetivamente malo, no por ello tiene el Estado que meter en la cárcel a las prostitutas, que ya bastante tienen con ser explotadas y denigradas por clientes y chulos. Es decir, el Estado puede tolerar que esa mujer se dedique a la prostitución, sin castigarla, mientras lucha contra la prostitución de otra forma: buscando soluciones para que se puedan ganar la vida las prostitutas de otra manera, persiguiendo a los clientes (en mi opinión, de forma mucho más dura que en la actualidad), actuando contra la publicidad de la prostitución e imponiendo penas durísimas a los proxenetas.
Creo que por matrimonio tradicional entendemos cosas distintas. Más bien pienso que hablas de una perversión del matrimonio cristiano, porque la prostitución, el adulterio, la tiranía, etc. no entran en lo que es el matrimonio cristiano y no son cosas propias de personas "catolicísimas", sino quizás de personas falsamente católicas. Desde luego, el matrimonio de mis abuelos no era así. En cualquier caso, como es un tema amplio que se sale del asunto que tratamos hoy, podríamos dejarlo para otro post.
Un saludo.
Bruno, evidentemente cuando expuse mi razonamiento me daba cuenta de que aparecía una singularidad:
- ¿que sucede con un hombre que se encuentra absolutamente sólo? en un disierto, abandonado, sin padres, hermanos, mujer, amigos, vecinos. No conoce a nadie y nadie le conoce. ¿es legitimo entonces que disponga de su vida?
No, no es legitimo. Existe algo, una semilla interior en todo hombre que le dice que su vida sirve para algo. De ahí la pregunta antropológica por excelencia. ¿Quienes somos, de donde venimos, a donde vamos? ¿porqué vivo?
Esa pregunta se traduce en todas las especies vivas en un afán de por la supervivencia. Si tu a un suicida le coges del cuello y le intentas axfisiar lo que hará involuntariamente es defenderse.
Luego, en primer lugar, parte de la condición humana es intentar sobrevivir. El que no intenta sobrevivir no desarrolla completamente su potencial humano (si alguien quiere hablar del tema de los martires que no se resisten a la muerte baste decir que no se resisten porque tienen la certeza de que sobrevivirán de otro modo).
Luego la propia naturaleza humana nos inidca que el ser humano tiene un fin.
¿Y cual es el fin de la naturaleza humana? esta es una difícil pregunta si no se tiene fe. Desde el punto de vista animal el fin podría ser el de reproducirse y perpetuar la rama genealógica, este fin podría justificar en cambio el suicidio del hombre absolutamente solo que además es esteril. Aún y todo algo nos dice que no es correcto que alguien asocial y asexuado se suicide.
Pasemos a otro punto de vista, al del hombre como animal racional. Entonces descubrimos que la propia capacidad de desarrollar continuamente la inteligencia, de conocerse a si mismo y al entorno justificaria la vida. Pero... si hay un hombre asocial, asexuado y sin facultades mentales podríamos justificar el suicidio de ese hombre.
Luego no podemos justificar el no a la eutanasia desde un punto de vista utilitarista, porque intentar justificar el para que sirve la vida de alguien nos hace correr el riesgo de darnos cuenta de que, a efectos prácticos, puede que haya alguien que tenga una vida que no sirva para nada.
Ahora bien. Mas hayá de todo. Imaginemos ese hombre sólo, asocial, asexuado, privado de facultades mentales, ciego, sordo, mudo, paralítico... que tiene que nos indique que no debemos matarle? VIDA... y desde que el hombre es hombre, mucho antes de que se diera cuenta de que tenía identidad, de que podía morir, de que era social... se dió cuenta de que estaba vivo, y en aquel momento sintió verdadera reverencia y asombro por la vida, y, al igual que nadie en su sano juicio desearía destrozar a golpes la Piedad de Miguel Ángel porque al contemplarla te llena de asombro. Nadie en su sano juicio desea acabar con ninguna vida, porque es la mayor obra de arte que existe. Porque conmueve. Porque de la misma manera que tú no has pulsado el botón para que se ponga en marcha esa vida no puedes pulsar el botón para que se apague.
Porque el ser humano es gestor en este mundo de las cosas que en el se encuentran y sólo ha entendido que podía extinguir una vida siempre que fuera para un bien mayor, para un fin mas elevado. Que fin tiene matar una vaca? proteger la vida de los hambrientos. Qué fin tiene ir a la guerra (ya se que la guerra es discutibilisima pero una vez iniciada el fin es el que expongo)? proteger la vida de tus hijos.
La pregunta entonces ya no sería que fin tiene la vida de esa persona asocial, asexuada sin capacidad mental y sin capacidad social sino... ¿qué fin tendría su muerte?
Y no creo que nadie pueda demostrarme una causa elevada.
Resumo:
- El hombre no es propietario de su vida porque no la ha creado, y el no haberla creado además le genera una actitud de reverencia hacia la vida que le indica que la debe proteger.
- No es tanto el justificar para que sirve la vida de una persona y así ver si se le puede o no asesinar sino justificar para que sirve la muerte de esa persona.
Un abrazo, perdonad el rollo
Estupendo. Creo que por ahí van los tiros para completar la limitación a la libertad que supone nuestra relación con los demás.
De alguna forma, descubrimos que la libertad humana tiene una limitación intrínseca en el hecho de que no se hace a sí misma y claramente se percibe como no absoluta, como dependiente de lo que recibe, como depositaria de bienes cuyo valor intrínseco tiene que reconocer.
Creo que el ejemplo de la Piedad de Miguel Ángel es fantástico. En cambio, lo del suicida que intenta defenderse sólo puede ser un indicio analógico, porque está dentro del ámbito involuntario e irracional de los instintos y la naturaleza humana es esencialmente racional, de manera que el "potencial humano" del que hablas necesariamente tiene que ser algo racional.
Vamos a seguir pensando sobre ello (y sobre las demás cosas que puedan aportar otros lectores), para intentar sacar conclusiones finales sobre el tema el lunes.
Mientras tanto, he publicado un post sobre el belén navideño (que ya publiqué las Navidades pasadas) para descansar un poco de tanto post denso y trabajoso (y, al menos en mi opinión, muy interesante).
Para muchos no creyentes, puede ser muy valiosa la existencia hasta el último aliento y en cualquier circunstancia, pues…, es en la vida…, en la existencia…, donde “son” (de haber, o existir), y este “sentimiento” es muy fuerte, aunque no se sepa nada de filosofía…
Un enfermo terminal (en una isla desierta!), por ejemplo, puede sentir que libra una lucha hasta el final (incluso con satisfacción personal)…, la vida, en general, es lucha, es esfuerzo…, y en la enfermedad, en el sufrimiento, puede crecerse también el ser humano, y así lo intuye, lo siente… Dicho enfermo esta sufriendo porque “vive”, esta luchando…, y cumpliendo con la totalidad de su momento en el tiempo… Puede sentir que vale la pena seguir “siendo”, hasta el último aliento…, teniendo en cuenta que su alternativa después de la vida, piensa que es la “nada”, el vacío total, la perdida del ser…
P.D.: lo anterior, sólo una reflexión en cuanto al rechazo a la eutanasia por parte de no creyentes… En cuanto a la libertad, ciertamente fuimos creados con un sentido, en atención al cual, la libertad tiende a regularse, a pesar de la necedad humana…
Respecto al tema, no le veo mucha solución, pues ni siquiera estoy de acuerdo en que el naúfrago en la isla tenga que luchar hasta el final, sino que me parece razonable que se deje morir sin rebeldía cuando le llegue el momento, aunque no haga nada específico para dejar de vivir. No hay ninguna necesidad de revelarse contra lo que es cuando no tiene solución.
Para mí no existe otra razón para no suicidarse que la fe en el Amor, la convicción de que tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismos, y por tanto amarnos a nosotros mismos, y cuidar de nosotros, pues es nuestra responsabilidad. Aunque no se le llame Dios, existe la Vida, y nuestras vidas son expresiones de esa Vida, que se alimentan no sólo de alimento material, sino también de fe, esperanza y amor.
En el Evangelio hay algunas frases enigmáticas relacionadas con este tema: ¿De qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu vida?
Quien desee ganar su vida la perderá, pero quien la pierda por mí y por el evangelio la ganará para siempre (o algo así, no tengo aquí un NT)
Conocí a un chico que se suicidó y dejó escrito en su diario que Jesucristo había sido el primer suicida. Desde luego entendió mal lo que era dar la vida, pero no me cabe duda de que Dios supo ver la buena intención bajo el error de aquel joven de 18 años. En realidad pienso que él amaba la vida, lo que no le gustaba era lo que hay de muerte en la vida.
Pero yo deduzco de las palabras de Jesús que somos parte de la Vida, y tenemos que serlo conscientemente y creer contra toda esperanza en que el Amor es más fuerte que toda la muerte que podamos encontrarnos en esta vida, y tenemos que aprender a resucitar cada día la esperanza en el triunfo final de la Vida si nos dejamos caer confiadamente en ella con fe en que el Amor es el último fundamento de todo lo que existe.
Paz y bien
Me he acordado del soliloquio del farero de Luis Cernuda. Empieza diciendo:
"¿Cómo llenarte soledad, sino contigo misma?"
Y termina así:
"Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y ergido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aun cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora."
Saludos cordiales para tod@s
Sigue siendo un misterio para mí. Ahora más que nunca, ahora que he visto una paradoja mayor: aferrarse a la vida, a dos meses más de vida, a quince días más de vida, a unas horas más de vida; y al mismo tiempo, abandonarse a la voluntad de Dios, aceptar lo que tenga que ser sin la más mínima traza de rebeldía ni rabia. Otro admirable misterio.
Prometí no polemizar. Así que dejo aquí el tem,a. Siguen sin gustarme los ejemplos de Bruno y menos asegugurando que el matrimonio de su abuela no fue esclavitud "voluntaria". En tiempos de su abuela era imposible saber si era verdaderamente voluntario o no su matrimonio. Nunca se sabrá. No es un buen ejemplo el de la esclavitud o la lucha a muerte "voluntarias",no cuando al mismo tiempo que se denuestan se propician.
No te alegres de verme por aquí, Asun. No pensaba volver. Pero el abatimiento me hace buscar algún escape y releo algo de por aquí. Si me ves por aquí es por lo larga,lenta, gris y aplastante que es la primera tarde de domingo ahora.
Creo que está bien lo de no polemizar, pero tu comentario resulta de ayuda a mucha gente.
No creo que debas dejar de venir por completo por aquí, aunque comprendo lo que dices. Sabes que te queremos y no te olvidamos, y un ratito pequeño por aquí te puede venir bien a veces.
Ahora me voy a la Eucaristía, y os tendré muy presentes.
Paz y bien
Las sociedades han limitado la libertad de la gente desde siempre; la tendencia, en general, es a reducir esas limitaciones. Antes era impensable elegir oficio, o esposa, o vestimenta. Todas esas elecciones venían establecidas por la propia comunidad, por los padres o por el poder político. Pero eso no es bueno, aunque se hiciera así en todas las sociedades.
¿Quién es el titular de la vida de un no creyente? No lo se, pero sí se que el responsable es él mismo, exactamente igual que el creyente es responsable de su vida, porque Dios nos hizo libres para hacernos, también, responsables.
Ánimo, Yolanda.
Aguardo aún una contestación a mi pregunta argumentada con buenas razones: las dadas hasta ahora no son razones propiamente dichas. La dificultad básica para encontrarla quizá estribe en esto: en que la lógica de fe no alcanza para explicar la vida, porque lo suyo es sólo encontrarle un sentido que la aleje de la animalidad.
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