Los primeros frutos extraordinarios
Cuando, el pasado 7 de junio, Benedicto XVI permitió de forma general para toda la Iglesia la celebración con el rito extraordinario de la liturgia romana, es decir, con la liturgia anterior al Vaticano II, inmediatamente se dispararon las predicciones, algunas marcadamente tremendistas y agoreras. En muchos casos, se advirtió del comienzo del derribo del Concilio Vaticano II y de una era oscurantista, en otros se afirmaba que no serviría de nada o que no tendría resultados apreciables.
Según informa Zenit (pueden leer el artículo en inglés), el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, ha realizado unas declaraciones muy interesantes sobre los resultados hasta la fecha de la decisión papal en el plano de la unidad.