Qué desperdicio
Por desgracia, es una costumbre habitual entre buena parte de los católicos no pensar en lo que se está diciendo en las oraciones de la misa. ¡Qué desperdicio! Especialmente ahora en Adviento.
Entre los muchos tesoros que tiene la Iglesia y que regala a manos llenas a quien los quiere recibir está, sin lugar a dudas, la liturgia de Adviento. Las oraciones, los símbolos, las lecturas, los cantos de estos días, a poco que los aprovechemos y con la gracia de Dios, prácticamente nos obligarán a abrir el corazón al Rey que viene.