InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Liturgia

13.02.17

Sois reyes

Como llevamos varias semanas de artículos polémicos, necesarios pero fatigosos, creo que es buena idea traer al blog palabras de aliento, de gracia y de esperanza, así que he traducido para los lectores parte de un texto del Beato John Henry Newman. Se trata de uno de los sermones parroquiales que pronunció cuando aún era anglicano. Uno no puede evitar pensar que ojalá muchos sacerdotes católicos predicaran al menos como el Newman anglicano.

Este sermón en concreto versa sobre la ocasión en que David venció a Goliat con su honda, siendo todavía un muchacho. La formación bastante pelagiana que tantos han recibido hace que a menudo se tome la Escritura como algo puramente moral, pero la buena noticia es que los misterios anunciados se cumplen hoy en nosotros. Newman sabe que todo el Antiguo Testamento se cumple en Cristo y, por Él, también se cumple en nosotros. Leída así, la Escritura es el libro más emocionante que se ha escrito nunca, porque no sólo habla de luchas, batallas, aventuras, misterios y victorias maravillosas, sino de nuestras luchas, batallas, aventuras, misterios y victorias maravillosas en Cristo.

Que lo disfruten.

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3.01.17

El santo Nombre de Jesús

Hoy la Iglesia conmemora el santísimo Nombre de Jesús, una fiesta que siempre me ha parecido preciosa y especialmente tierna, propia de cristianos que se han hecho como niños por la gracia de Dios. Como enseña la Escritura, no se nos ha dado otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.

Decía San Bernardino de Siena:

“Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia. No pienses en un nombre de poder, menos en uno de venganza, sino de salvación. Su nombre es misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su rostro bello.

¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los atribulados y tentados se robustecen, y se sienten gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos, crecen los deseos, se obtienen los favores, las almas contemplativas se extasían; por ti, en definitiva, todos los bienaventurados del cielo son glorificados".

Para celebrar este día, invito a los lectores que lo deseen a recitar las letanías del santo Nombre de Jesús:

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23.12.16

Villancico navideño: Señora María

Como ya he contado alguna vez, en mi familia tenemos la costumbre de inventar un villancico para Navidad y cantarlo juntos. Aprovecho, pues, para felicitar el Nacimiento del Señor a los lectores, amigos y familiares con el villancico de este año, grabado con los niños. Podrán disfrutar de una gran interpretación musical… si asisten a un concierto en otro sitio. Aquí se trata, más bien, de sana algarabía, caos infantil, la felicidad de las pequeñas cosas y alegría navideña.

El villancico se llama “Señora María” y, como verán, es muy sencillito, centrado en el llanto y la risa del Enmanuel, o del Niño Manuel, como se le llama castizamente en los villancicos tradicionales.

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14.12.16

Del adulterio al suicidio... y lo que vendrá

Desgraciadamente, no ha tardado mucho en llegar: ya tenemos aquí la aplicación a otros campos de los errores relativos a la recepción de la Eucaristía por los divorciados en una nueva unión. Recuerdo que el cardenal Kasper nos aseguraba que lo de los divorciados no iba a ser algo masivo y frecuente, sino únicamente para algunos casos aislados. Pues bien, no sólo es evidente que la idea (y la realidad ya hoy en algunas diócesis) es legitimar el divorcio y las nuevas uniones de forma generalizada (y por lo tanto el adulterio), sino que esta forma de actuar ha empezado a aplicarse también a otro gran pecado (que ya no lo es tanto): el suicidio.

Después de que, en junio, se aprobara una nueva ley en el Canadá que legalizaba el suicidio asistido por profesionales “médicos”, los obispos canadienses de la región del Atlántico pensaron que había llegado el momento de trasladar la “revolución de la misericordia” a los futuros suicidas. El mes pasado, estos obispos escribieron una carta pastoral conjunta en la que se permite dar la Comunión y la Unción de Enfermos, además de confesar y absolver ¡a los que van a suicidarse! Parece una broma, pero no lo es.

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6.12.16

La situación de la Iglesia es muy grave

Después de más de dos años de escribir en mi blog la serie “Polémicas matrimoniales” en torno a los dos Sínodos de la Familia, en los que hemos visto a multitud de obispos pronunciarse como favorables al “divorcio católico”, a los anticonceptivos o a las parejas del mismo sexo, lo que más me sorprende es que constantemente aparece gente que me dice que “no pasa nada”, que las cosas “siguen igual”, que todo es un malentendido y que no hay que preocuparse.

Por un lado, creo que la estrategia del avestruz de hundir la cabeza en tierra y negar la crisis en la que estamos inmersos es ridícula. Por otro lado, sin embargo, entiendo que hay gente que sólo ha seguido de lejos la cuestión o no tiene la preparación necesaria para entender la gravedad de la situación, no sólo por la magnitud de la confusión creada, sino ante todo por la importancia de la materia a la que afecta esa confusión. Voy a intentar, pues, dar una idea resumida de la importancia de lo que la Iglesia se está jugando en este tema.

Sería imposible tratar en un artículo todos los casos, declaraciones, textos y sucesos concretos que han ido llevando a esta situación (muchos de los cuales ya traté en la serie Polémicas matrimoniales), así que me voy a limitar a analizar el hecho más importante y decisivo: la carta de los obispos de la Región Pastoral Buenos Aires sobre la interpretación de Amoris Laetitia, fechada el 5 de septiembre de este mismo año, y la carta del Papa Francisco, que aprueba esa interpretación. Esas dos cartas supusieron, a mi juicio, un punto de inflexión de toda esta crisis por la que está pasando la Iglesia. No parece que sea una casualidad que los dubia de los cuatro cardenales se presentaran unos días después de la fecha de dichas cartas. Como veremos, tras ambas cartas la confusión se hizo tan grande que la situación se tornó insostenible.

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