Suicidio moral
Ayer, en la homilía de la fiesta de la Sagrada Familia, el abad del Valle de los Caídos habló de que Europa está encaminada a un “suicidio moral”. Trazó una línea desde la aparición del matrimonio civil y el divorcio, con la Revolución Francesa, pasando por el crecimiento de la mentalidad divorcista, las parejas de hecho, el aborto y el matrimonio gay hasta la actualidad.
Estaba pensando en ese suicidio moral del que hablaba el buen abad, intentando decidir si era un término adecuado o si había en él algo de exageración, cuando he leído esta noticia: la cámara alta del Parlamento suizo ha elaborado un proyecto de ley para despenalizar el incesto. La justificación, según Daniel Vischer, del Partido Verde, es que “no hay nada malo en que dos adultos se acuesten juntos, aunque estén emparentados”.