La importancia de las vacunas
No debería sorprenderme, porque todos los años sucede, pero aun así lo voy a contar: este año volví a coger la gripe. Todos los años me digo que tengo que vacunarme y todos los años lo voy dejando hasta que es demasiado tarde. En cambio, mi mujer, que es profesora y, como tal, tiene que vacunarse, suele estar fresca como una rosa los días de frío. Como comprenderán, eso aumenta bastante mi irritación por mi propia estupidez al no vacunarme.
El lector avispado se preguntará porqué hablo de esto en un blog de religión. Pues bien, la importancia de las vacunas no se limita a la salud física. También espiritualmente son necesarias las vacunas. Cuando, por experiencia, sabemos que un lugar o una situación son para nosotros ocasiones de pecado, debemos poner los medios para evitar ese pecado en lo posible. Es decir, debemos vacunarnos espiritualmente contra ese pecado probable, por medio de la oración, evitando las ocasiones en lo posible, armándonos con la armadura de la fe como dice San Pablo, etc.