Liturgia de gente bien educada
Curiosamente, la frase de Benedicto XVI que me pareció más importante del famoso Motu Proprio Summorum Pontificum no formaba parte del mismo. Estaba incluida en la Carta que el Papa dirigió a los obispos como acompañamiento del Motu Proprio: “las dos formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente“.
Pocas palabras, pero importantísimas. Así es como ha funcionado siempre la liturgia en la Iglesia, con un desarrollo homogéneo mediante un enriquecimiento progresivo. Los defensores de la forma extraordinaria del rito romano señalan, con toda la razón del mundo, que algo tan importante como una reforma litúrgica no puede ser obra de una comisión. Es necesario que la forma ordinaria del rito se enriquezca en contacto con la Tradición viva de la Iglesia. Así pasará de ser el resultado de los esfuerzos de una comisión a constituir una expresión de la fe y la oración de la Iglesia. No olvidemos que, para la forma que tiene la Iglesia de medir el tiempo, el novus ordo está aún en pañales, en tiempo de rodaje. Y también la forma extraordinaria podrá enriquecerse, que no hay nada perfecto en este mundo.