El cardenal Schönborn y las leyes injustas
Hace años, tenía buenas referencias del cardenal Schönborn, tanto indirectas (se decía que era uno de los principales redactores del Catecismo) como directas, por algún amigo que residía en su diócesis y hablaba muy bien de él. Por ello, cuando el cardenal Schönborn defendió las interpretaciones de Amoris Laetitia más claramente contrarias a la enseñanza perenne de la Iglesia y del Catecismo, me sorprendí bastante. Cuando lo hizo con la desfachatez de apelar a Santo Tomás de Aquino (que enseña precisamente lo contrario), paradójicamente ya no me sorprendí tanto. Cuando se mostró partidario de echar por la borda la doctrina tradicional de la Iglesia sobre la pena de muerte, o de ordenar diaconisas casi no me sorprendió. Y ahora, que acaba de realizar declaraciones contrarias a los principios más básicos de la moral católica y de la enseñanza de Santo Tomás, desgraciadamente no me ha sorprendido nada.
En unas declaraciones a la revista alemana Stern publicadas hace una semana, el cardenal Schönborn recuerda acertadamente que el matrimonio se celebra entre un hombre y una mujer, pero, en relación con el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, afirma que “hace mucho que aceptamos” que el Estado permite otra forma de matrimonio. Si una mayoría parlamentaria lo quiere, el Estado debe hacerlo de esa manera”.