Rojo y blanco: Benedicto XVI
Ahora que ya han pasado unos días desde que a todo el mundo le dio por escribir sobre los sombreros y zapatos rojos del Papa, voy a dar yo mi opinión, de forma más pausada (debo reconocerlo, soy bastante lento y prefiero darles vueltas a las cosas antes de hablar de ellas).
He observado que los artículos sobre la forma de vestir del Papa se centraban en dos aspectos fundamentales: la elegancia del Papa (los artículos favorables) y su deseo de recuperar prendas antiguas (generalmente, los artículos desfavorables). En mi opinión, ambas cosas se decían desde el punto de vista de la moda, porque lo que hoy es antiguo o elegante, mañana será moderno o disonante y viceversa. Yo de esas cosas no entiendo y, además, me interesan poco. Al igual que Chesterton, no he creído nunca que la moda o las convenciones sean algo lo bastante serio como para seguirlas o desafiarlas.