Gran concurso detectivesco romano
El Colegio Cardenalicio se reúne hoy por primera vez en Roma. Mientras los Señores Cardenales discuten acaloradamente si es posible en Sede Vacante sustituir el Osservatore Romano por InfoCatólica, algo tendremos que hacer los demás. En tales circunstancias, ¿qué hay mejor que una carrera detectivesca por las calles de Roma, siguiendo pistas al estilo del Código Da Vinci para abrir el apetito? Para apreciar verdaderamente unos cannelloni o la pizza romana, primero hay que recorrer a pie media ciudad.
Sabiendo que muchos de mis lectores no están ya tan en forma como cuando tenían menos de setenta años y que quizá incluso haya alguno que no se haya trasladado a Roma para el cónclave, la carrera detectivesca será virtual, a través de Internet. Los lectores detectives aficionados sólo tienen que armarse con un buen mapa de Roma y exprimirse las meninges hasta que obtengan buen vino de sabiduría y astucia (una metáfora no muy acertada, me temo). Se trata, simplemente, de descubrir diez lugares o monumentos de Roma designados por enigmáticos cuartetos de arte menor. De esa forma, podemos evitar pensamientos vanos y periodísticos sobre quién será elegido Papa y podemos conocer un poco mejor la Ciudad Eterna.