InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: General

28.06.23

¿Salvar la democracia?

He visto por ahí en Internet un mensaje que empezaba diciendo “Hermanas y hermanos católicos” y terminaba con un lapidario “Salvar la democracia es salvar a México“. Las disquisiciones intermedias se referían a la oportunidad de votar a un candidato u otro y no nos interesan, pero el principio y el final me parecen dignos de atención, porque son signo de algo muy importante.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero sería más apropiado decir que es el único animal que tropieza una y otra y otra vez en la misma piedra hasta dejarse los tobillos como un acordeón. Uno de estos tropiezos o errores recurrentes de la humanidad es el de confundir la moda del momento con la verdad o el bien absolutos.

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13.06.23

El enemigo de la familia

“Conviene repetir a tiempo y a destiempo que quien ha destruido la familia en el mundo moderno ha sido el capitalismo. Sin duda, podría haberlo hecho el comunismo, si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo, fuera del desierto cuasimongol en el que florece actualmente. No obstante, en lo que nos concierne a nosotros, quien ha quebrado los hogares, fomenta los divorcios y trata las viejas virtudes domésticas cada vez con más desprecio es la época y el poder del capitalismo. Ha sido el capitalismo quien ha impuesto una lucha moral y una competencia comercial entre los sexos, quien ha arrancado a los hombres de sus hogares para que busquen trabajo, quien les ha obligado a vivir cerca de sus fábricas o empresas en vez de cerca de sus familias,  y, sobre todo, quien ha fomentado, por motivos comerciales, un desfile de publicidad y de estridentes novedades que, por su propia naturaleza, acarrean la muerte de todo lo que componía la dignidad y la modestia de nuestras madres y nuestros padres. No ha sido el bolchevique, sino el jefe, el publicista, el vendedor y el anunciante quienes, como una horda desenfrenada de bárbaros, han derribado y pisoteado la antigua estatua romana de Verecundia [es decir, de la modestia]”.

G. K. Chesterton, The Well and the Shallows, 1935

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El enemigo está dentro. Tirad sobre nosotros”, transmitieron por radio desde el cuartel de Simancas, en Gijón, al comienzo de la guerra civil. Algo similar deberíamos retransmitir nosotros desde nuestras casas, porque, como señalaba Chesterton con su habitual clarividencia, el enemigo está en ellas. Ni siquiera hemos opuesto una resistencia numantina, como los valientes defensores del cuartel, sino que hemos dejado entrar al enemigo por nuestra propia voluntad.

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10.05.23

Nueva novela: Yo fui secretario de León XIV

Últimamente, me encuentro cada dos por tres con las mismas preguntas de los lectores: ¿y si las cosas siguieran igual de mal en la Iglesia en lugar de arreglarse? ¿Y si se pusieran aún peor? Son preguntas más que comprensibles en estos tiempos de crisis eclesial, sobre todo cuando uno va viendo que pasan los años y no parece que se vislumbre una solución en el horizonte.

Esas preguntas me preocupan tanto como a los lectores, así que he escrito una novela para hablar de ellas: Yo fui secretario de León XIV. Memorias de un futuro próximo.

En un futuro más o menos cercano, a cuatro o cinco desastrosos pontificados del presente, la Iglesia no solo no ha mejorado sino que ha ido cayendo más y más bajo, hasta el punto de que humanamente está agonizante, el Vaticano se encuentra en bancarrota y el papado está completamente desprestigiado. Claro que el mundo no está mucho mejor. El estancamiento del progreso, la desorientación moral y la crisis demográfica han hecho que Occidente pierda el liderazgo mundial y vegete en la irrelevancia, la desunión y el paganismo. Mientras tanto, en Oriente y África, tres grandes bloques guerrean entre sí de forma casi permanente.

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9.04.23

Las puertas del paraíso

La muerte y resurrección de Cristo han abierto lo que estaba cerrado. Las puertas del paraíso, custodiadas por un querubín con una espada de fuego para que ningún ser humano las traspasara desde el pecado de Adán, están ahora abiertas de par en par para los que siguen fielmente a su Señor.

¿Cómo no alegrarnos? Los barrotes se han quebrado, el cerrojo está roto y la prisión de la muerte ya no puede encerrarnos. Cristo ha resucitado, aleluya, aleluya. Verdaderamente ha resucitado, aleluya, aleluya.

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7.04.23