Nostalgia del cielo
Leyendo el salmo 23, me ha llamado la atención un verso en el que nunca me había detenido: habitaré en la casa del Señor por años sin término. En los salmos, como decía Santo Tomás, está contenida la Escritura entera, y al leer la frase he tenido que detenerme para rumiarla tranquilamente cual estólido buey.
Obviamente, el salmo hace alusión a la vida eterna en el cielo. En ese sentido es casi trivial, porque no hace más que repetir algo que todo cristiano sabe al menos desde que tiene uso de razón: que nuestro fin es la vida eterna en el cielo. Me ha parecido especialmente llamativo, sin embargo, que el salmo hable del cielo como la Casa del Señor. El cielo es un Reino, un banquete, una patria, una Ciudad… pero también, y quizá ante todo, es una casa, un hogar.