Ataque informático
Después de varios días sin conexión a Internet, por problemas técnicos, por fin he podido abrir el correo del blog. Me he llevado una buena sorpresa al encontrar ¡800 mensajes nuevos que correspondían a 800 mensajes en el blog!
Me temo que no se trata de un nuevo interés por la teología y la religión. No es más que publicidad de casinos y juegos de azar online, repetida hasta el infinito en los comentarios de algunos de los artículos del blog. Por lo visto, algunas personas sin escrúpulos pero ingeniosas crean programas informáticos que navegan por la red en búsqueda de lugares en los que insertar publicidad de forma gratuita. Estos programas intentan encontrar lugares que reúnan requisitos predeterminados: algunas palabras clave, número de visitas, falta de seguridad, etc.
No sé muy bien cuáles habrán sido los criterios en particular que han hecho que un artículo sobre el Camino Neocatecumenal sea objeto de publicidad masiva sobre casinos y máquinas tragaperras virtuales. En cambio, en otro caso, la cosa está tristemente clara: en un artículo dedicado a la crítica de la prostitución, se han introducido multitud de anuncios sobre viagra, drogas y pornografía. ¡Hay que fastidiarse! Además, el problema no consiste únicamente en que aparezca en el blog publicidad inapropiada o repugnante, sino que los casi mil mensajes publicitarios me impiden ver y responder fácilmente a los mensajes auténticos de los lectores.
¿Cuál es mi conclusión con respecto a todo esto? Varias. En primer lugar, ante un ataque malintencionado y sin escrúpulos como éste, mi primer impulso sería maldecir abundantemente a sus autores y quedarme a gusto. Sin embargo, creo que hay que cumplir lo que dice el Señor: bendecid, no maldigáis. Por eso, pediré a Dios por los autores de este ataque informático y rogaré para que los cuide y les conceda la fe.
En segundo lugar, creo que también hay que recordar otra frase de Cristo: sed sencillos como palomas y astutos como serpientes. Como yo no me ocupo de los asuntos informáticos en Religión en Libertad, he acudido a Luis Fernando. Le he contado el problema y enseguida ha tomado medidas para intentar evitar este tipo de ataques en el futuro, bloqueando del sistema algunas de las palabras principales que utilizan estos anuncios, como “casino”, “slot”, etc. En efecto, desde ese momento la publicidad ha descendido hasta casi desaparecer.
En último lugar, se me ha ocurrido una reflexión sobre este asunto. Los autores de los mensajes publicitarios se han estrujado las meninges para inventar o buscar un programa que les permita atacar páginas de Internet en todo el mundo. Necesitan cambiar constantemente los mensajes para evitar las medidas de seguridad. Hacen algo claramente ilegal, además de inmoral. Se arriesgan a desagradables consecuencias si alguna autoridad se molestara en perseguirlos. Fastidian a innumerables personas… y todo ello por la remota posibilidad de conseguir algún cliente para sus juegos de azar. Es decir, por unas pocas monedas se han esforzado incomparablemente más de lo que la gran mayoría de los cristianos se esfuerza en evangelizar. Y nosotros nos jugamos la vida eterna, para nosotros y para los demás. Es triste. Ay de mí, si no evangelizare. Si en nuestras vidas dedicamos más tiempo, interés y esfuerzos al dinero, al trabajo, a la televisión o a los deportes que a Dios, quizás sea un signo de dónde tenemos puesto verdaderamente el corazón.
13 comentarios
Lo de "Ay de mí si no evangelizare" me recuerda mi frustración cuando asistí a una reunión en mi parroquia sobre "la nueva evangelización". El mensaje principal de la que habló fue que todos podemos evangelizar con nuestras vidas (nada nuevo allí), pero que como parroquia no nos preocupáramos por hacer todo lo posible enseguida, que no era un problema esperar para hacer ciertas cosas bien ya que el Señor esperó tres años hasta que mandó a sus apóstoles a predicar. ¡Como si los que estábamos allí no hubiéramos recibido ya una formación católica y el Espíritu Santo, para tener que esperar 3 años más a hacer algo nuevo en la parroquia! Y no se tomó de forma figurativa, sino literalmente. Cuando se recomendaron algunas cosillas prácticas en la reunión como añadir información en las hojas parroquiales para catequizar a la gente y ayudarles a comprender su fe o usar mejor el espacio virtual de la portal de la parroquia, se dió la impresión de que no se iba a hacer nada y de hecho no se ha hecho nada. Eran cosas que no cuestan nada más de dinero, por ejemplo, y no mucho más tiempo de parte de los sacerdotes ya que esta parroquia en particular está vinculada con el centro católico universitario más cercano - que ya tiene material en su portal disponible para poner en los boletines (no hay que buscar material nuevo) y con bastantes alumnos que se reúnen allí a menudo como voluntarios (que seguro que saben usar ordenadores).
Otra cosa que me frustra es ver que en mi diócesis el año pasado hubo un sínodo que organizó muchísimas reuniones en todas las parroquias a lo largo del año para sugerir cambios en diferentes aspectos de la diócesis y se formó un comité diocesano para producir de toda la información recogida una lista de cosas para implementar. Pues, tras todo un año de comités y reuniones, salió por fin un folleto a todo color para anunciar los primeros cambios: la formación de un grupo en la diócesis para planificar y facilitar la reunión de personas que estudiarán los posibles cambios que se recomendarán para la diócesis. Se presentaba en el folleto a las personas que han contratado dedicarse en exclusivo a esa tarea. ¿Y todas las otras reuniones para qué fueron? ¿Por qué hace falta un comité permanente para facilitar más reuniones como las que ya hubo?
La verdad es que no entiendo por qué tanta espera, tanta demora, pero supongo que tendrán buenas razones para hacerlo de las que no me entero por ser seglar. Mientras tanto, "Ay de mí si no evangelizare".
Te recomiendo también un potente antivirus de los que se actualizan todos los días.
De todos modos, aún así, mi última experiencia fue un troyano. ¡Tuve que formatear el disco duro!. Algo a lo que ya me he acostumbrado
Con no gritarle a nadie en el camino a la casa y cederle el paso a otros ya se evangeliza un monton. Creo que el trabajo de "hormiga" grita mas que las cosas bien institucionalizadas.
Te cuento uno: Yo trabajaba en una imprenta en la que estaban queriendo certificarse ISO y toda la historia. Bueno nos llenaron por todas partes de rotulos de no tire la basura, mantenga limpio, mantenga ordenado, etc. etc. Un dia llego el dueño y estabamos todos reunidos esperando el discurso de fin de año y camino al microfono vio un papel tirado, lo recogio y se fue al basurero mas cercano a botarlo. No dijo nada en su discurso de lo que acababa de hacer. Y todos entendimos! ;)
Perdón a todos por dejar un comentario tan largo como el artículo. No volverá a pasar.
Plantea el post una cuestión muy interesante y que desde hace mucho le vengo dando vueltas ¿Cómo evangelizar?
Es verdad lo que Cristhian comenta de que lo primero es el ejemplo, pero también creo que hay que utilizar la palabra y, ¿Cómo hacerlo sin que la Verdad parezca un arma arrojadiza que juzga en vez de liberar?
Pondré un ejemplo. Tengo unos amigos muy queridos que se han ido a "vivir en pareja" (podían casarse perfectamente porque medios económicos tienen de sobra y aunque no los tuvieran igual). Cuando les intento hablar del matrimonio me dicen que es una opción tan válida como la suya y, aunque lo contemplan con vistas a un futuro, anteponen otras prioridades como comprarse casa. En fín, que no sé como seguir la conversación para defender la Verdad y al mismo tiempo no juzgarles ni herirles.
Estas cuestiones prácticas en la evangelización me resultan enormemente complicadas y muchas veces al intentar exponer la fe católica me encuentro con los consabidos epítetos de "integrista", "fanática"...
¿Cómo proponer en vez de imponer?
Cuando la iglesia es presentada como un conjunto de NO's y DEBES's (cosa en la que hasta los que estamos adentro caemos a cada raro) la iglesia y toda su evangelizacion toma cara de madrasta regañona!
Pero cuando descubres y le ayudas a descubrir a otros como es en realidad la iglesia, como te ama, como te cuida, que si te dice "has esto de este modo y no de aquel otro", no es por mojigateria ni falso moralismo, sino en amor tuyo para evitarte errores tremendos que te dejaran cicatrices horribles en tu vida y a los que te rodean, entonces poco a poco la iglesia va tomando el rostro correcto: el de Maria, nuestra madre, amorosa, dulce, paciente.
Como decia Juan XXIII, en lugar de ocupar las armas del rigor hace uso de la misericordia. Evangelizar al final no es otra cosa que recordarle a otros que son amados, que no se les juzga, que hay Uno que los ha amado hasta el extremo, y sobre todo GRATIS!
No creo que tu comentario haya sido demasiado largo. Al contrario, me ha parecido muy oportuno.
Se habla mucho de evangelizar en la Iglesia, pero se evangeliza muy poco, por desgracia. Nos falta el entusiasmo evangelizador de otras épocas y eso se nota.
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