InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Signos de la fe

14.11.14

Los ateos pueden ser buena gente, pero…

Traduzco hoy para Espada de doble filo unos párrafos curiosos sobre el ateísmo que he leído en un blog norteamericano (Creative Minority Report). Aunque breves y con un lenguaje algo vago, resultan provocativos y creo que podrían ser un buen punto de partida para una interesante discusión sobre el ateísmo y la moralidad.

A mi entender, el punto más débil del pensamiento de los ateos modernos está en que su propio materialismo les lleva a posiciones contradictorias con todo aquello que hace humano al ser humano, tanto en general como en su caso particular, incluida la moral. Esta contradicción interna entre teoría y práctica, entre posturas intelectuales y vida concreta, entre ateos-que-no-creen-en-el-bien y ateos-que-se-comportan-bien (casi me atrevería a decir entre fe ateo-materialista y realidad) produce una curiosa tensión que, al menos desde fuera, resulta fascinante.

Yo no plantearía la cuestión como los párrafos traducidos, pero me parece muy curioso que precisamente lo que le llama la atención al bloguero norteamericano, hasta ahora, siempre se haya cumplido en este blog. Creo que sería interesante reflexionar sobre eso.

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21.10.14

Mi Señor, el gran Poeta

PoesíaEn una iglesia en la que suelo rezar todos los días, hay un gran Cristo crucificado sobre el altar mayor. Es un Cristo enjuto y con cara de castellano viejo. Sufriente, el pelo empapado en sudor y las costillas bien marcadas, pero sereno y con los golpes y llagas apenas sugeridos. Moderno, pero devoto y de talle elegante, con un leve toque de la curvatura de los antiguos crucifijos de marfil.

Por alguna razón, siempre le he atribuido en mi mente a ese Cristo en particular la advocación de “mi Señor, el gran Poeta”. No es, ni mucho menos, la imagen más bonita que he visto, pero tiene la virtud de hablarme del más hermoso de los hombres, como dice el salmista, del amado de mi alma, como suspira el Cantar de los Cantares. Cuanto rezo ante él, de algún modo, mi alma se llena de la hermosura de la creación, que refleja la Belleza eterna del Verbo de Dios, y me alegro y siento nostalgia por el recuerdo de cosas que aún no he visto y que me esperan en el cielo.

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19.11.13

No se nos ha prometido el éxito

MBHace unos meses, durante la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, un lector tuvo la amabilidad de enviarme la historia de los Mártires de Brasil. El relato, totalmente desconocido para mí, me impresionó bastante.

En 1570, partieron desde Lisboa para Brasil setenta jesuitas portugueses y españoles en tres barcos. Fue el mayor envío de misioneros jesuitas realizado desde Lisboa hasta la supresión de la orden. Iban dispuestos a evangelizar los inmensos territorios de Brasil, a llevar allí la fe que vale más que el oro y a “ganar almas” para Cristo.

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8.09.13

El último estilita

Simeón Estilita el ViejoUno de mis santos favoritos siempre ha sido San Simeón. No me refiero a San Simeón Metafraste (como habrán pensado muchos lectores), sino a San Simeón el Estilita. La razón de mi preferencia por este santo de Cilicia del siglo IV radica en su sobrenombre, “Estilita”, que hace referencia a su peculiar vocación.

Los estilitas eran monjes de la Iglesia de Oriente que, buscando una mayor soledad en zonas en las que había otros monjes casi detrás de cada árbol y donde los fieles acudían constantemente a pedir consejo, se subían a una columna (στήλη o stile, en griego, significa “columna") para vivir encima de ella como ermitaños, dedicándose a la oración y a la meditación. San Simeón, uno de los padres del desierto, permaneció casi cuarenta años en sucesivas columnas, cada vez más altas, huyendo de las multitudes que acudían a él por su fama de santidad.

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27.06.13

¿Dios no existe porque el infierno no puede existir?

Portada TIME infiernoEn uno de los posts anteriores, un lector del blog, Gringo, ha puesto un comentario interesante. Como está algo enterrado por los 275 comentarios anteriores, voy a responder a él en este nuevo artículo.

El comentario en cuestión dice así:

“No, Dios no obliga a nadie amarlo… pero si no lo amas te manda al infierno. Y encima se supone que Dios te ama aunque tú no lo ames, pero si no le correspondes te manda al infierno. Al final Dios trae al mundo a las personas (porque todos venimos al mundo por voluntad de Dios ¿o no?), para que vivan unas pocas décadas en este valle de lágrimas, y para después hacerles pasar a algunos toda la eternidad en el llanto y rechinar de dientes. Y te dicen que Dios te ama.

Y eso es así aunque algunos no lo queráis admitir porque no os entra en la cabeza las contradicciones en las que os han educado desde pequeñitos. Dios te ama, aunque tú no le ames, pero te puede condenar al peor de los castigos para siempre, porque tú no le has amado, aunque él te ama. De locos”.

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