Polémicas matrimoniales (XXXIII): para que pueda actuar el Espíritu Santo
Desde que se hizo pública la lista de participantes en el Sínodo de la Familia de este año, me he encontrado con muchos católicos que se extrañan de que participen en el Sínodo bastantes obispos que han negado abiertamente la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad humana, como Mons. Bonny, Mons. Vesco y los cardenales Marx, Kasper, Schönborn o Sistach, entre otros, y alguno con una conducta vergonzosa en relación con esos mismos temas, como el cardenal Daneels.
Ciertamente, es algo extraño, pero el cardenal Baldisseri, Secretario del Sínodo, ha dado la explicación de este hecho tan curioso: «el sínodo tiene que ser un espacio protegido para que pueda actuar el Espíritu Santo, de manera que los padres tengan la libertad de expresarse con parresía». Es decir, el cardenal nos explica que, para que pueda actuar el Espíritu Santo, debe existir libertad completa, aparentemente también la de negar la doctrina católica sobre el tema discutido.