No nos avergoncemos del combate
Sucede a veces que los ancianos, al final de su vida, cuando se les va la cabeza, comienzan a decir barbaridades e incluso insultos, groserías y procacidades. Sus cuidadores y familiares, como es lógico, lo pasan muy mal e incluso pueden escandalizarse de ello, sintiéndose desilusionados, como si esas barbaridades fueran un indicio de que el anciano había estado engañándoles toda su vida. Nada más lejos de la realidad.
Cuando algo así sucede, ya no es el anciano el que está hablando, sino los demonios con los que combatió y a los que mantuvo a raya toda su vida en una lucha sin cuartel. Una vez que su mente, debilitada, ya no está presente para hacerles frente, los demonios rugen y alborotan, intentando desquitarse con su cuerpo enfermo de lo que no pudieron lograr en buena lid. No se trata, pues, de algo de lo que haya que avergonzarse, sino de un timbre de gloria de ese veterano guerrero.
Nada tiene esto de extraño, porque la vida cristiana es un combate, aunque muchos lo hayan olvidado para su perdición. La misma Palabra de Dios lo dice: una milicia es la vida del hombre sobre la tierra (Job 7,1). Eso significa que el único que no tiene luchas durante su vida es el que ya ha sido vencido completamente. El demonio solo deja de tentarte cuando ha conseguido todo lo que quería y ya estás muerto por dentro. La única paz que está dispuesto a dejarte es la del cementerio.
Cristo ha vencido y, aunque nosotros sigamos en la batalla, luchamos por Él y con Él, y vencemos por aquél que nos amó. Por lo tanto, no tenemos que avergonzarnos nunca de encontrarnos en lucha, sino, al contrario, tomar el combate como prueba de que Dios está llevando a cabo su obra en nosotros y el enemigo no puede soportarlo e intenta impedirlo. Tampoco debemos escandalizarnos al ver que otros tienen que pelear o que lo han hecho durante toda su vida. Ese combate junto a Cristo no quedará sin recompensa y las heridas que recibamos serán nuestra gloria durante toda la eternidad.
Bendito sea Dios, que nos consuela en todas nuestras luchas.
47 comentarios
"¿No lo habrás escrito por los tres en quienes tú y yo estamos pensando? Como te metas con ellos no se lo que te haría"
No tengo ni idea de qué estás hablando.
"pueden tener problemas mentales como el Alzheimer o la demencia senil. No son demonios que hablan por sus bocas"
Una cosa no quita la otra.
Un saludo muy cordial a los tres.
Nietzsche, que murió con 55, apuntaba maneras desde años atrás, yo leí un escrito de un amigo suyo, que lo admiraba porque fue un genio, que decía más o menos que se dio cuenta que no podía seguir su amistad porque por mal camino le llevaba y entonces "le dejó caer" (sic).
He conocido vecinos con una buena cantidad de hibris en su juventud y que son encantadores en la vejez, los he conocido que siguen igual y, en menor medida, los que se han vuelto agresivos con la edad.
En general ese cambio se da por una gran carga de sufrimiento moral: los que confiaban y fueron decepcionados, los que pusieron su amor y recibieron indiferencia, los que dieron y nadie se lo agradeció, los que han sido muy resolutivos y ni oyen, ni ven bien y empiezan a fallar revolviéndose contra ellos mismos, etc...
Aparte de eso están las enfermedades que todos conocemos las cuales también pueden causar reacciones de ese tipo.
Las personas que han amado mucho, han confiado en los demás y nunca creyeron que la sociedad llegara a degenerar tanto son muy vulnerables, sobre todo si eso va seguido de una enmienda a la totalidad y no tienen a Dios como faro que ilumine su vida. La acidez y el escepticismo es una de ss características.
"encantadores en la vejez, los he conocido que siguen igual y, en menor medida, los que se han vuelto agresivos con la edad"
Yo no hablo de nada de eso, claro, sino de lo que sucede cuando alguien pierde la cabeza y ya no es responsable de sus actos.
En relación con tu tema, yo diría que la vejez es el periodo en que Dios nos obliga a darnos cuenta de que no vamos a vivir para siempre y nos va debilitando para que recordemos aquello de "desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él". Es decir, que no tenemos nada propio, ni siquiera nuestras fuerzas, nuestra salud o nuestro cuerpo y ya va siendo hora de que pongamos toda nuestra esperanza en Dios.
Algunos reaccionan convirtiéndose, otros hacen oídos sordos y fingen que no pasa nada y otros, finalmente, se rebelan contra la voluntad de Dios y contra todo. Que el Espíritu Santo nos ayude a ser de los primeros.
En mi caso reconozco que con la edad me he vuelto más gruñón. Que digo más las cosas que quizás debia retener.
La vejez es el periodo en que Dios nos prepara, a base de molernos a palos de dolores, como a un pulpo, para que no nos cueste deshacernos de nuestro cuerpo y podamos entrar por la puerta grande al cielo.
En cualquier caso siempre se dijo que sólo los niños, los borrachos y los viejos son los que dicen la verdad ;-)
PD. No sé si hay algún santo que sea "abogado de una santa vejez"
"En mi caso reconozco que con la edad me he vuelto más gruñón"
Eso es un punto de humildad, que es mucho más importante que los gruñidos o su ausencia, así que bendito sea Dios.
"PD. No sé si hay algún santo que sea "abogado de una santa vejez""
San Simeón y Santa Ana, ¿no?
"Si lo bueno, breve: 2 veces bueno"
Je, je. Así es. Me cuesta escribir artículos cortos, pero sin duda es mejor cuando se puede.
Ese tipo de personas lo que hacen, si llegan a muy viejos es invertir los papeles, mi abuela me llamaba hija y mi madre me dijo dos veces: "Dios mío, Afri, he estado a punto de llamarte amá". Su debilidad hace que la nieta se convierta en hija y la hija en madre, aunque saben cual es la filiación.
Ahora a sus 92, terminó postrada, sin hablar, ni moverse.
No hay que defender la religión, sino acpger al desfavorecido, no hay que combatir con el demonio (El demonio no existe) sino anunciar la Buena Noticia, no hay que restañar las heridas sino la desigualdad.
Recuerda lo que le dijo Cristo a Pedro en Getsemani, cuando sacó la espada.
En fin, allá vosotros
"no hay que restañar las heridas sino la desigualdad"
Confieso que me he reído muy a gusto y en voz alta. ¿Así que lo que de verdad "hay que" hacer, la esencia del cristianismo, en realidad consiste en la última obsesión progre? Ahora entiendo por qué no le hace falta creer en la Escritura para conocer a Jesucristo, porque para usted lo que Jesucristo decía es lo que diga el progresismo en cada momento, aunque vaya cambiando con los años.
Desde luego, es un criterio de interpretación muy cómodo. Completamente absurdo, eso sí, pero muy cómodo.
Y si va a insistir en que sí cree en la Escritura (usando la pequeña trampa evidente que suele hacer, diciendo que cree en la Escritura, cuando, por supuesto, cree que existe físicamente una Escritura, pero no cree que sea Palabra de Dios, con lo cual no se puede fiar de ella), vamos a hacer un pequeño experimento con este último comentario suyo.
Usted dice "Que manía tenéis con las analogías bélicas"... pero la Escritura (incluido el Evangelio) está llena de analogías bélicas.
Dice "no hay que combatir con el demonio (El demonio no existe)"... y en la Escritura (incluido el Evangelio) se menciona a los demonios numerosísimas veces y, de hecho, se dice literalmente "combatid con el demonio, que huirá de vosotros"
Dice, citando selectivamente "Recuerda lo que le dijo Cristo a Pedro en Getsemani, cuando sacó la espada"... Pero es el mismo Cristo el que dijo: "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada".
Conclusión inevitable: usted se ha inventado su religión, despojando el cristianismo de todo contenido y rellenando ese envoltorio vacío con los diversos y contradictorios dogmas progres de cada momento. Allá usted, cada uno hace lo que quiere con su vida, aunque sea evidentemente absurdo. Lo que no entiendo es por qué se empeña en no reconocerlo. ¿Es porque al primero que intenta engañar es a usted mismo? ¿O es porque si lo reconoce se acaba la diversión de meter cizaña, que es lo que realmente le gusta? No acabo de ver cuál de las dos cosas es correcta, la verdad.
Su post de 10. Para enmarcar. Seguimos en la lucha. Hasta el último aliento. Librar el buen combate de la Fe. No nos confiemos.
Chesterton decía que todos los demonios vivían en él. En él y en todos, claro. Se puede estar endemoniado y tener alzheimer. Se puede estar endemoniado y no tener alzheimer. Pero tener alzheimer y no estar endemoniado, no. No estoy de acuerdo con eso. Todos los estamos en determinado modo. Aunque no todos precisarían un exorcismo y podemos mantenerlos a raya con la práctica sacramental, oración, etc, habitual. Normal que en una persona con las capacidades mentales reducidas pudieran querer mostrarse rabiosos para dejar mal a quien se les está escapando. Dios sabe lo que hace, lo que permite y por qué. Y siempre es por Bien. Otros envejecen con una paz envidiable. Quizá ya habían librado su batalla antes y ya estaban total o cuasi totalmente purificados. Quizá Dios no quería más de ellos. A saber...
Me siento algo identificada con en comentario de jandro. Pero creo que superada la maternidad, Dios me regalará una abuelez (me acabo de inventar la palabra) más tranquila. O no... Dios haga y deshaga en mí lo que quiera.
"Bruno, en el ejemplo que pones de los ancianos demenciados, ¿no puede ser simplemente demencial senil?"
Buena pregunta. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el hecho de que alguien tenga demencia no excluye que los demonios actúen. Es más, los demonios siempre están haciendo de las suyas, así que lo raro es lo contrario.
En segundo lugar, conviene tener en cuenta también que la demencia no es mágica. Alguien que está senil no empieza a hablar en chino si nunca en su vida ha estado en China ni ha aprendido a hablar esa lengua. De forma similar, si alguien con una vida buena y que se ha caracterizado por ser una persona amable, cortés y cristiana se pone a decir barbaridades y maldades cuando se le va la cabeza, eso tampoco puede ser algo mágico. Se trata, más bien, de todo aquello con lo que había estado luchando con los demonios (y sus secuaces, el mundo y la carne) durante toda su vida. Esa persona había estado en lucha, manteniendo todo eso a raya y, por eso, cuando por la demencia o cualquier otra causa, la persona ya no tiene el control, los demonios y toda esa suciedad salen a flote, triunfantes y sin que nadie ya les pueda hacer frente. Es decir, las barbaridades son lo que habría sido habitual en esa persona durante su vida si no hubiera mantenido a raya a los demonios. Por lo tanto, se trata de un motivo de admiración por ella, que, como decía San Pablo, ha "luchado el buen combate" contra terribles enemigos, sin que los que estaban a su alrededor se dieran cuenta de ello.
No he explicado estas cosas en el artículo porque siempre me dicen que debo escribir artículos más cortos. Pensé que más o menos se podía deducir de lo escrito.
"creo que superada la maternidad, Dios me regalará una abuelez (me acabo de inventar la palabra) más tranquila"
Je, je. Sin duda y si se deja le regalará una abuelez santa, que es algo mucho mejor y lo que más le conviene a sus hijos y sus nietos.
"Y si pasa al revés? Mi padre siempre fue muy bueno, pero cuando estuvo más malito se fue haciendo más bueno aún cada vez. Puede ser señal de algo en el aspecto espiritual"
Claro, es señal de que aprovechó el regalo que es la vejez: un tiempo para poner el corazón más y más en Dios, sobre todas las cosas.
"seguir adelante sin él, aunque crea que nos volveremos a reunir, se me hace muy difícil. Incluso me hace tener pensamientos muy malos, como desear morir pronto"
No pasa nada por desear morir pronto. No es algo malo, el mismo San Pablo lo deseaba, como dice en sus cartas: "deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor" (Filipenses 1). Ese deseo es inofensivo, siempre que uno desee más hacer la voluntad de Dios, sea morir o sea vivir. Es decir, lo malo sería desear el suicidio, que es, precisamente, la forma de asegurarse de que uno no va a reunirse con sus seres queridos en el cielo.
Ánimo. No tiene que seguir adelante sin él. Sin duda alguna, él estará velando y rezando por usted a cada paso.
A ver si lo entiendo...
Esto: "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncian la Buenas Noticia." lo dijo Lenin, no Cristo ¿No?
Y lo de "Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis."... fue cosa del Che Guevara no de Jesucristo.
O eso tan bonito de «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí»... esto fue La Pasionaria quien lo dijo. Jesús de Nazareth de esto ni palabra.
SI BRUNO, lo que hay que combatir es el sufrimientos, la desigualdad, el dolor, la pobreza, la opresión, porque es sobre eso sobre lo que serémos juzgados, y seremos juzgados con misericordia infinita sí, pero serña eso lo que el Padre te pregunte (Y a mi) cuando te acoja en sis brazos amorosos.
Nada de defender la fe y combatir al demonio.
Pero tu mismo, sigue defendiendo la fe, combatiendo el demonio y si puedes además discriminar a un gay o deportar un inmigrante, mejor.
Eso es lo que Dos quiere, sí.
No hay mejor forma de reconocer que uno no tiene argumentos que cambiar lo que ha dicho su interlocutor, para ahorrarse argumentar contra ello. ¿He dicho yo que no haya que anunciar la buena noticia? ¿He dicho yo que Dios no vaya a saciar a los hambrientos y consolar a los que sufren? ¿Dudo yo en lo más mínimo que sea verdad lo que Cristo dijo sobre el Juicio? Etcétera.
(Un momento, ¿no era usted de los que decían que no existían el Juicio ni el infierno? ¿cómo es que ahora pretende alegar en su favor precisamente el pasaje en el que Cristo habla de esas dos cosas? Es francamente curioso)
Me he reído de su idea de que el Evangelio consiste en que los hombres acabemos con la desigualdad porque eso no lo dice el Evangelio, sino la ideología progre, como usted demuestra al dar citas sobre otras cosas, pero no sobre lo que yo le reprochaba con toda la razón.
Además, tiene la desfachatez de repetir "nada de defender la fe y combatir al demonio", a pesar de que el Nuevo Testamento, como le acabo de mostrar en el comentario anterior, pide que hagamos expresamente eso, combatir al demonio, y de que sabe perfectamente que también pide, en muchos lugares, defender la fe. El mismo Cristo habló de ello en varias ocasiones.
A lo que se suma, que no soy yo, sino de nuevo la Escritura, la que dice expresamente que los que practican actos homosexuales, entre otros pecadores, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Es decir, me temo que ha demostrado una vez que usted no cree en el cristianismo, ni en la Escritura, ni en Jesucristo, ni en nada parecido, sino en una religión de su invención, que, casualmente, coincide en todo con los dogmas progres del momento. Pero seguro que es una coincidencia, claro que sí.
Yo no gano nada con decirle todo esto (que, por otra parte, es evidente), pero es usted hijo de Dios como yo y, por lo tanto, no me gusta verle esclavizado por una ideología absurda, contradictoria y anticristiana. Ya sé que no escucha mucho lo que le digo, pero espero que no me considere impertinente por seguir intentándolo y rezando por usted. Ánimo, hombre, la fe católica es estupenda y liberadora y no tiene sentido pasarse la vida intentando evitarla.
Intentaré explicar un poco tu post, con tu permiso, claro.
Los demonios actúan controlando nuestra mente, así por ejemplo, la tristeza, el miedo, la angustia, son la mayoría de las veces provocados por demonios. Esto hace que de vez en cuando tengamos que estar discerniendo de dónde procede este estado de angustia que tengo, pues si tengo estado de angustia que no responde a una causa conocida por mí, está claro que es el demonio.
Cuando somos adultos sanos tenemos capacidad de discernimiento, y cuando vemos que este estado de angustia es provocado por el demonio, cogemos la espada y sin contemplaciones, cortamos la cabeza del capitán Holofernes que fue justo lo que hizo la bella viuda judía, Judit hasta que veamos que la sangre de la cabeza del capitán asirio Holofernes, que estaba apunto de destruir la ciudad de Betulia, va desangrándose. Pero hay que llegar hasta Holofernes. Hay que cortar el cuello con decisión, sin miedo, y sin ninguna misericordia. Tenemos que ser inmisericordes con su cabeza.
Lo que sucede es que cuando ya somos mayores sobre todo si tenemos alguna enfermedad como demencia senil, no podemos sujetar ni siquiera la espada y mucho menos discernir. La cabeza de Holofernes nos parece un lindo ratoncito que pasea por el salón y nadie de la familia se le va a ocurrir rezar por nosotros porque lo primero que piensan es: "es la edad, con lo que ha sido!! Entonces los demonios nos atacan: venid, vamos! ataquemos juntos!!
Nos vendría bien usar las 8 claves de discernimiento de San Ignacio de Loyola:
1- Los verdaderos movimientos de Dios y de sus ángeles traen alegría y gozo; el Enemigo tristeza, angustia, miedo, turbación.
2- Ambos, ángeles y demonios pueden traer consolación; pero los ángeles buscan nuestro crecimiento, y la consolación de los demonios buscan destruir y perjudicar.
3-Los ángeles buenos actúan dulcemente en nuestra mente; los demonios actúan en nuestra mente produciendo inquietud y turbación.
No han debido de leer los relatos del GULAG que insisten siempre que el primer indicio de que vas a morir es la pérdida de memoria y que los que sobrevivieron fueron los memoriosos.
Me acuerdo de aquel relato del pastor protestante que en su litera recitaba por la noche los nombres de los 12 apóstoles y el que estaba arriba le dijo: "Pastor, está usted equivocado, Pablo no fue uno de los apóstoles escogidos por Jesús". Al día siguiente el susodicho (quiero decir el de la litera de arriba) vio que el pastor estaba como confuso y se arrepintió de haber dicho nada, los siguientes días la cosa fue a peor y ya lo daba por agonizante porque si los guardianes veían que no reaccionaba lo sacaban al hielo para que muriera. Sin embargo, una noche notó un grito sofocado y luego una reacción de alegría: "¿Qué le pasa, pastor?". "Me he acordado, me he acordado, quitando a Pablo solo me quedaban once, pero esta noche he encontrado a Bartolomé". Y al día siguiente el hombre se levantó como siempre.
Los que sobrevivieron bien por memoria visual (Nikolai Getman), bien por memoria semántica (Eugenia Ginzburg) consiguieron contarnos lo que pasó.
"El traidor hablando de lucha y combate"
No entiendo su comentario ni a qué se refiere, pero si está hablando de mí, tengo que reconocer que es acertado el apelativo: para mi vergüenza, traiciono una y otra vez a mi Señor. Por fortuna, en su infinita misericordia, me perdona cada vez que me arrepiento y me confieso, a la vez que me da la gracia para intentar de nuevo serle fiel. Y en esas estoy...
Se agradecen oraciones.
Es que la Buena Noticia habla del demonio por todas partes, básicamente, la Buena Noticia es que hemos sido liberados del demonio, sacar el demonio es reducir los Evangelios a folleto parroquial breve.
Sobre todo, en fin.
Saludos cordiales.
Eso es como entienden la Buena Noticia los cenizos y los inquisidores.
La Buena Noticia es que Dios es un Padre Bueno y Misericordioso que nos ama y que su Hijo Jesucristo, verdadero camino, verdad y vida, sal y luz de los Hombres, nos a mostrado la manera de ser como Dios: Amar al prójimo que significa próximo.
Vive como quieras, piensa lo que te de la gana. Es tu vida y tu libertad y si Dios te hizo libre ¿Quién soy yo para llevarle la contraria? (Tampoco tú sobre nadie) Pero no sólo no estaras siguiendo a Cristo sino que tus, sin duda muchos, talentos no se estarán poniendo a trabajar paea la construcción del Reino... y ya sabes lo que pensaba Cristo de ello.
Y Satanás, que sigue sin existir, pinta en esto menos que Cafachorras en Madrid
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