Pidamos santos a Dios
En el artículo anterior, al hablar de los problemas de la Iglesia, algunos comentaristas señalaban sagazmente que lo que necesitábamos eran más santos. No les faltaba razón. En la historia de la Iglesia, una y otra vez los santos han transformado situaciones que no parecían tener solución, han reformado lo irreformable y han sabido ser fieles a Dios en las circunstancias más difíciles.
No está en nuestra mano, sin embargo, conseguir esos santos, porque la santidad excede con mucho nuestras fuerzas humanas. Si queremos santos, por lo tanto, lo primero que hay que hacer es pedírselos a Dios. También habrá que poner de nuestra parte lo que podamos, pero si Dios no nos los regala, no hay nada que hacer. Traigo, pues, de nuevo al blog esta oración en verso para pedir santos que compuse hace tiempo, por si les sirviera a los lectores.
Oración para pedir santos
En estos tiempos tan malos
de tibieza y confusión,
no nos dejes de tu mano:
danos más santos, Señor.
Si la esperanza ha enfermado,
la caridad se entibió
y la fe se va apagando,
danos más santos, Señor.
Cuando arrecia la tormenta
y ya no vemos el sol,
cuando crecen las tinieblas,
danos más santos, Señor.
Si las iglesias se cierran
y tu pueblo te olvidó,
si España no te recuerda,
danos más santos, Señor.
Ante insultos y mentiras,
ante el odio y el rencor,
en tiempo de dar la vida,
danos más santos, Señor.
En el gozo y la alegría,
en la pena y el dolor,
en el tedio y la rutina,
danos más santos, Señor.
En el huerto, en el Calvario,
en Emaús y el Tabor,
en la calle, ante el sagrario,
danos más santos, Señor.
Para que el demonio bufe,
huya con miedo el dragón
y los ángeles exulten,
danos más santos, Señor.
Como prueba de tu gracia,
de tu cariño y tu amor,
sin que merezcamos nada,
danos más santos, Señor.
Para gloria de tu nombre,
alabanza y bendición,
para cantar tus amores,
danos más santos, Señor.
Y para que el mundo en sombras
vea un milagro mayor,
por tu gran misericordia,
haznos más santos, Señor.
31 comentarios
Por si alguien estuviera interesado en el libro de poesía en el que aparece la oración para pedir santos:
Poemas en tierra extraña
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Regina Martyrum
Regina Confessorum
Regina Virginum
Regina Sanctorum omnium.
Pidamos también Santidad.
Que la Santidad sea verdaderamente Santidad.
Pero también héroes.
Con coraje eclesial.
Puntualizando el comentario de Víctor de María: ciertamente, es deseable que estemos preparados y dispuestos a recibir a los santos, pero eso no deja de resultar "irrelevante". Si no fuera así, en buena hora hubiera enviado Dios a sus profetas sabiendo cómo iban a acabar, por no hablar de lo que pasaría su propio Hijo. Sencillamente, hay que pedir santos porque hacen mucha, o mejor dicho, demasiada falta. Con frutos visibles o sin ellos, el testimonio de los nuevos santos quedará ahí, tanto el de los "grandes santos" como el de los "santos de la puerta de al lado".
Si no nos hace Sántos a nosotros , a cada uno de nosotros , de donde creemos que los va a sacar ??. A veces realmente no sabemos ni lo que se le pide , no
me extraña que no nos haga caso , y con las conversiones , igual , siempre son los demás quienes deben convertirse menos nosotros .
En fin
"Que texto más extraño . Pedimos a Dios que nos dé Sántos pero no se le pide que nos haga a nosotros santos"
Como tantas veces he repetido, lo mínimo que puede hacer alguien que quiera criticar el artículo es leerlo con atención antes de escribir. Así tendrá la caridad de no hacernos perder el tiempo a los demás. Citemos la oración, que convendría que usted hubiera leído antes de criticarla:
"Y para que el mundo en sombras
vea un milagro mayor,
por tu gran misericordia,
haznos más santos, Señor".
Ah, fallo mío. Creí que era un error de buena fe, pero veo que las tres veces que ha comentado en este blog han sido todas para insultar a su autor y a los demás comentaristas. Entonces no merece la pena discutir. Dios la bendiga abundantemente.
"Con coraje eclesial"
Decía Newman que, sin valentía, ninguna virtud puede subsistir mucho tiempo.
Santo Tomás de Aquino siguió a Aristóteles, pero cristianizó las virtudes morales.
Sin embargo, y sobre todo en épocas particularmente difíciles, es imprescindible.
Pedir la santidad propia es algo que hace todo el que reza "con fundamento", que diría Arguiñano, porque la oración tiene tres vertientes: 1º) La alabanza a Dios. 2) La petición de serle fieles y seguirle (santidad) y 3º la petición por los demás. Siendo las tres de tipo espiritual.
Van a beatificar, dicen, a Carlo Acutis, pero por mi experiencia buscando santos en medio de las persecuciones, me doy cuenta que Uno solo es Dios, entre las personas jamás hay uno, siempre hay más.
Cuando hay una persecución y aparece un santo, con frecuencia con aquello de "compañeros mártires", es que hay bastantes más completamente desconocidos. La misma Iglesia, cuando se trata de un grupo pone la festividad a nombre de uno de ellos. El 6 de febrero normalmente está a nombre de San Pablo Miki, pero hay 25 más; el 3 de junio a nombre de San Carlos Lwanga, pero no murió solo sino con varios catequistas; el 22 de septiembre a San Mauricio le sigue toda la Legión Tebana.
En eso los carlistas acertaron cuando dijeron: "Para Dios no hay héroe anónimo". Sin embargo si fuéramos más agudos y llenos de la Gracia de Dios podríamos ver ecos de santidad entre los anónimos, o al menos el brillo de ciertas virtudes podían dar pistas.
En algunos casos, como en el de Santo Tomás Moro, hasta los que lo mataron intuían su santidad.
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Preciosa composición, Bruno, en forma y fondo. Saludos
Te pido permiso, si se puede, para imprimir la oracion.
Saludos desde Guatemala
"Te pido permiso, si se puede, para imprimir la oración"
Por supuesto, estaré encantado de que lo haga.
"Soy sacerdote y te puedo que conozco almas que por GRACIA DE DIOS ni pecado venial cometen"
Muchas gracias por las buenas noticias.
Quinto Septimius Florente Tertuliano aun siendo Padre de la Iglesia y gran apologeta se quedó sin canonizar por caer en la herejía montanista.
El próximo día nueve celebramos a San Andrés Wouters, cura de vida escandalosa con hijos por aquí y por allá, pero llegado el momento, estando él a salvo, se metió en la boca del lobo calvinista para llevar el Sacramento a sus hermanos sacerdotes presos. Fue detenido y conociendo su triste pasado le dijeron que si renegaba de la fe católica le dejaban irse, a lo que él respondió con una frase para la historia:
"He sido fornicador y borracho pero hereje ¡nunca!"
Fue particularmente vejado y torturado pero él se mantuvo fiel. Como Dimas, metió el gol en el último minuto y se llevó la copa.
Qué granuja.
"También debemos reflexionar si estamos preparados y dispuestos para recibirlos"
Sí, y también debemos imitarlos, acompañarlos, ayudarlos, honrarlos y seguirlos al cielo. Pero si no los tenemos no podremos hacer nada de eso. De ahí que convenga empezar pidiendo a Dios que nos dé santos.
Me parece increíble que nadie hable del pasado negro de los hugonotes, que supera con creces cualquier hazaña oscura de la Iglesia Católica. Yo creo que con solo conocer esa historia, o las historias de los luteranos en Alemania con sus masacres a los campesinos, o las masacres a los monjes en Inglaterea, que ni a los silenciosos cartujos perdonaron, nadie tendría estómago para volverse protestante de ninguna clase.
"También debemos reflexionar si estamos preparados y dispuestos para recibirlos"
Podemos comenzar con Mons. Schnneider, un obispo santo, exactamente del tipo de obispos que necesitamos en abundancia en estos tiempos. No pocos lo critican y desprecian, y asi nos va.
Una cosa es que te persiga el PRI, los comunistas, los nazis, los luteranos o los hugonotes y otra bien distinta que tengas que aguantar a sacerdotes de la Iglesia Católica que ridiculicen la Santa Misa o te nieguen los sacramentos sin poder pedir socorro. Esa situación puede llevar a la apostasía, al cisma, a retirarte a tu casa en plan cartujo sin querer ver a nadie y rezando en solitario, a pasarte a la New Age, a volverte ateo o, simplemente, loco porque te están obligando a quitarte la cabeza. Pedir a alguien la Fe con el encefalograma plano es lo contrario que Fe y Razón que decía Benedicto XVI.
El sufrimiento de un mártir es personal, el sufrimiento de alguien que está viendo a Jesucristo reducido a la nada dentro de la Iglesia sin poder defenderle, es de naturaleza indescriptible.
En agosto volveré a mi pueblo y, solamente de pensar qué Misa de la Asunción puedo llegar a oír, se me abren las carnes.
A veces el diablo, con sus ataques, nos puede dar buenas lecciones.
"Puntualizando el comentario de Víctor de María: ciertamente, es deseable que estemos preparados y dispuestos a recibir a los santos, pero eso no deja de resultar "irrelevante". Si no fuera así, en buena hora hubiera enviado Dios a sus profetas sabiendo cómo iban a acabar, por no hablar de lo que pasaría su propio Hijo".
Y es que de ordinario ser santo es ser mártir, es dar testimonio de Cristo en terreno hostil. Pedimos santos, muy bien, pero hay que empezar por vivir cada uno en fidelidad a la voluntad de Dios, ya que Dios en medio de su Pueblo nos llama a todos a ser santos.
"El sufrimiento de un mártir es personal, el sufrimiento de alguien que está viendo a Jesucristo reducido a la nada dentro de la Iglesia sin poder defenderle, es de naturaleza indescriptible".
Comparto ese sufrimiento.
Eres de lo mejorcito que escribe poesía de temática religiosa y desde luego, el mejor dentro del carquerío en lengua de Cervantes.
Pero no estoy de acuerdo con el fondo.
No necesitamos santos.
Tenemos todo lo que necesitamos: capacidad de amar.
Quien ama lo tiene todo, Dios incluido
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