El velo del templo
Siguiendo la tradición de años anteriores, he escrito para el blog un sonetillo de Viernes Santo. Esta vez, los versos contemplan ese detalle tan profundo e intrigante que recoge el Evangelio: tras la muerte del Hijo de Dios, el velo que cubría la entrada del santo de los santos se partió en dos.
Por supuesto, el sentido de ese acontecimiento tiene ante todo que ver con el paso de la Antigua a la Nueva Alianza, pero también puede adquirir un significado más personal, que es el que se le da en el sonetillo.
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El velo rasgado
Terminada la Pasión,
un gran arcángel del cielo
con su espada rasgó el velo
del templo de Salomón.
¿Por qué tú, mi corazón,
hecho de piedra y de hielo,
no te quiebras sin consuelo
ante la crucifixión?
Manda tu arcángel, Señor,
para que rasgue mi pecho
con vergüenza y con dolor.
Así, en lágrimas deshecho,
seguiré a mi Salvador,
pobre, sufriente y maltrecho.
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En realidad y hablando más propiamente, solo existió un templo, el de Salomón, que, después de ser construido por este, fue arrasado por los babilonios y reconstruido (y agrandado)por Herodes.
Pero por supuesto que la cosa no tiene importancia, Aunque el edificio no fuera el mismo, su emplazamiento y significado religioso sí lo eran. La verdad es que al leer el poema ni siquiera he pensado en ello, sólo he caído en la cuenta al leer el comentario.
Y alabaré al Señor agradeciéndole el recuperar mi vista perdida.
La Virgen nos transmite las advertencias severisimas de Su Hiijo.
La Cruz es Signo de dolor, pero mucho más, es Signo de Victoria sobre el demonio y sus secuaces.
La Cruz ha roto el velo como acto de guerra. Todo parece confirmar que el incendio está a las puertas de una sociedad que mira indiferente sus crímenes y aberraciones.
Y espero que se desgarre el velo
Que me separa del reino de los cielos,
Clavado aquí en mi cruz, sin esperanza
Atravesado el costado por la lanza
Sin esperar amparo ni consuelo
Inicio por fin mi último vuelo
Y me pierdo cuando la luz me alcanza
Y se deshace mi alma totalmente
Y me olvido por completo de mí mismo
Y se pierden los recuerdos de mi mente
Y me quedo sumido simplemente
En el Amor que me llega del abismo
Y me uno a la Luz eternamente
Aquí un par de versos de Lope de Vega:
Al despegarle la ropa
las heridas reverdecen,
pedazos de carne y sangre
salieron entre los pliegues.
Alma pegada en tus vicios,
si no puedes, o no quieres
despegarte tus costumbres,
piensa en esta ropa, y puede.
Viernes Santo vivido con trazos patéticos de un desprecio hipócrita hacia Cristo, hacia Su Madre y hacia la Iglesia naciente al pie de la Cruz.
Cristiandad que, como los judíos, resiste a humillarse ante su fracaso e impotencia para cumplir la misión encomendada por Dios de continuar la evangelización de la humanidad.
Pretende reescribir sobre las glorias de un patrimonio que no le corresponde. Palimpsesto falsificado por amanuenses improvisados.
Viernes Santo sombrio en el abandono de una cristiandad sumisa a los vítores de un mundo extraviado en sus delirios de triunfalismo suicida.
Viernes Santo en el que el Sacrificio de la Cruz se perpetúa bajo los signos aciagos del derrumbe del mundo moderno en una tragedia de horror, mientras la humanidad continúa indolente bajo los efluvios somniferos de los "prodigios".
Y se te ha colado «desecho» por «deshecho».
Sí. ¿Cómo olvidar los preciosos libros de Esdras y Nehemías y el retorno de los desterrados?
Preciosos los versos de Lope. No los conocía (o no los recordaba) y me han encantado.
"Si me operan de cataratas, también veré rasgado el velo que dificulta mi visión"
Je, je. Quizá sea una profecía. Ánimo. Todo sucede para bien de los que aman a Dios.
¡Dichosos los ojos! Me apunto lo de vernos. Si Dios quiere, en agosto podríamos organizar una merendola jocoso-poética.
A mí también me gustaría oír el soneto.
"La Cruz es Signo de dolor, pero mucho más, es Signo de Victoria sobre el demonio y sus secuaces"
Un gran amén y un aleluya adelantado.
"Con este fascinante poema CONTEMPLO (con el significado preciso de esta palabra) a Nuestro Señor sufriente, a fin de detestar al pecado"
Muy bueno y apropiado. Hasta que lo ha dicho nunca había pensado en que contemplar viene de templo.
El tuyo, Bruno, es muy bueno, pero el que ha puesto M. Angéles de Lope de Vega me ha llegado al alma porque he estado estos días meditando sobre eso. Lo voy a copiar en mi agenda para que no se me olvide.
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