Cuento de Navidad
Hace tres años, por estas mismas fechas, hablábamos del magnífico cuento de Navidad de Natalia Sanmartín y, sin duda, es una época propicia para esos relatos, a veces tristes y a veces alegres, pero ante todo conmovedores. Este año, sin embargo, en vez de leer un cuento navideño me he encontrado con uno real inesperadamente.
Por razones que no vienen al caso, me ha tocado revisar los ingresos de InfoCatólica y, a diferencia de lo que esperaba, ha sido una labor preciosa. Primero, porque he podido palpar una vez más que InfoCatólica no es un medio como los demás: nació pobre y lo ha seguido siendo a lo largo de los años. Verlo de primera mano al comprobar los (más bien escasos) ingresos me lo ha recordado y ha avivado mi fe. Qué grande es Dios que ha querido regalarnos la pobreza. Así se cumple lo que dijo San Pablo: conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. ¡Es verdad, yo lo he visto!
Siempre me ha parecido que InfoCatólica es como el establo de Belén: un portal (digital) desvencijado, con goteras, algo frío cuando sopla el viento y sin ninguna de las comodidades de la posada, pero en el que, sorprendentemente, el Niño Dios parece estar a gusto, San José arregla lo que puede cuando se lo pedimos y nuestra Señora, bueno, nuestra Señora convierte cualquier lugar en un palacio con su presencia, como Reina que es. No faltan la mula y el buey, que somos los que escribimos en el portal, más bien brutos, pero ahí estamos, mirando al Niño. Y todos los que acuden, por supuesto, que no lo hacen por el portal en sí mismo ni por nosotros, que no somos precisamente una atracción turística, sino para contemplar al Salvador de todos los pueblos.
Cuando miraba la lista de donantes me parecía ver, a través de sus nombres, a todos esos pastores y otras gentes que acudían al portal llevando sus regalos para el Niño. Algunos había que, como los Reyes Magos, podían dar una ayuda más importante y siempre les estaremos agradecidísimos por ello. Otros son algunos de los mismos que ya regalan incontables horas de su tiempo para que este portal siga en marcha y acumulan así bondad sobre bondad. Cómo no recordar que D. Pedro Trevijano, que en gloria esté, se aseguraba de dar todos los años sin falta un buen donativo a InfoCatólica, además de contribuir regularmente con sus artículos. Dios se lo premie eternamente.
Quizá lo que más me ha conmovido, sin embargo, haya sido ver los numerosos donativos pequeñitos, de tres euros, cinco o diez, muchos de ellos provenientes de América o de países aún más lejanos y a menudo bastante pobres. Más que euros o dólares, eran la leche, el queso y el pan de los pastores, el óbolo de la viuda del templo, el pan y el aceite entregados a Eliseo o los panes y los peces del muchacho aquel que Cristo multiplicó. Y sabemos que otros, muchos más, sin que conozcamos sus nombres, rezan por nosotros y nos sostienen con su oración, como Aarón y Josué mantenían en alto las manos de Moisés. Todo lo que está escrito en los libros sagrados se cumple de nuevo ante nuestros ojos si sabemos verlo, porque Dios nos cuida y no deja de hacer milagros por nosotros.
Me alegraba también pensar que todos esos lectores/pastores estaban contribuyendo a la buena obra de InfoCatólica, que a mi entender es muy necesaria. En estos últimos días de especial confusión hemos podido comprobar una vez más lo importante que es defender públicamente la fe y la Tradición de la Iglesia, combatir los errores y animar a los que permanecen fieles, pero están cansados y algo desesperados, para que no se desanimen. Nuestros benefactores, con su labor humilde y callada, pequeña como Belén, están combatiendo a su modo por la fe y la verdad. Sin que hablen, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón.
Animo a todos a que sigan ayudando a InfoCatólica (o empiecen a hacerlo) en la medida de sus posibilidades, porque Dios no se deja ganar en generosidad y todo lo que recibe lo devuelve sobreabundantemente. Háganse un favor y dennos una limosnita o una oración de vez en cuando, que no quedarán sin recompensa. No necesitamos mucho y estamos acostumbrados a sobrevivir con lo mínimo, así que todo lo que puedan darnos lo agradeceremos inmensamente. Y en cualquier caso, mientras Dios quiera, seguiremos viéndonos en Belén.
¡Muy feliz solemnidad de la Epifanía del Señor a todos los lectores, los donantes, los orantes y los que, simplemente, pasen por casualidad por este blog!
28 comentarios
¡Y muy feliz Epifanía del Señor a ustedes también!
¡Feliz día de Reyes!
Érase una vez una ancianita que, a través de las maravillosas Navidades, calidas y luminosas de su prolongada vida, había albergado en su corazón una pequeña superstición: nada malo le ocurriría mientras estuviera al amparo de la Estrella y de las voces de los Ángeles que cantan junto al Portal, mientras el Niño sonriera y José y María lo contemplaran.
Pero este año esa maravilla se quebró de repente y empezaron a pasarle cosas desagradables alrededor de la Navidad. Así que miraba el Belén con otros ojos como si alguien la hubiera defraudado, como si ya no hubiera amparo...
Pero, aún así, siguió el calendario litúrgico: Nochebuena, Navidad, Maria Madre del Señor, Epifanía, yendo y viniendo en el tren hacia la Casa del Señor, la maravillosa iglesia toda encendida, amorosa y cálida y, poco a poco, su corazón se fue calentando y, de repente, entendió:
¡La Navidad no la había abandonado, estaba ahí refulgente en medio del dolor! Ya no tenía que contemplar ese tiempo bendito como un pararrayos, un talismán o el bálsamo de Fierabrás.
Cuando amaneció el día de Reyes, Epifanía del Señor, se encontró su regalito, alguien le dijo al oído: "¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?"
Corrió al Belén y lo vio como siempre lo había visto: San José en su sitio, siempre firme con su vara y su presencia silenciosa ¡el bendito secundario!, la Virgen sonriendo dulcemente y el tierno Niño en la misma cunita donde lo había visto desde su niñez.
Recordó que su madre le decía que, siendo pequeña, después de pasar la Cabalgata de Reyes y, cuando Gaspar la llamaba por su nombre, le subía la temperatura y pasaba la noche febril y sintió la misma felicidad.
Y así supo que la Santa Navidad estaría con ella, pasara lo que pasara hasta que Dios viniera a llamarla para llevársela con Él.
Religionen libertad si recibe subvenciones mete a veces algunos artículos propagando la imagen de quien se sienta en la silla de Pedro y algunos artículos más cercanos al sínodo..
Se le han colado varios ya
"Las donaciones a este destinatario no son compatibles en este país"
Ya se lo comenté a Juanjo un año anterior que me ocurrió lo mismo.
"No sé cómo hacer llegar mi pobre donativo. Cuando lo intento me aparece el mensaje"
Últimamente en PayPal se han puesto muy quisquillosos con las transferencias internacionales.
Pero no te preocupes, si alguna vez quieres hacer un pequeño donativo, lo echas en la parroquia o se lo das a un pobre en mi nombre, me lo dices en un correo electrónico y yo le envío la misma cantidad a InfoCatólica. Así nos beneficiamos todos.
Y gracias sobre todo por las oraciones, que valen incomparablemente más.
En efecto, la pobreza ayuda a ser más libres ante presiones e intereses non sanctos.
Da mucha alegría encontrar una web que no se mantiene con subvenciones porque éstas siempre tienen su contrapartida y se nota.
La mayoría de las webs, o tienen que recurrir a anunciantes de cosas bastante sorprendentes o a las subvenciones, como dijo un amigo: "es arriesgado andar por libre".
Será cabrón el viejo.
Gracias por seguir adelante. Para muchos sois parte de la familia: los que escribís, y los lectores que comentan.
Os encomiendo mucho, que sigáis siendo valientes y libres como son los hijos de Dios.
Abrazo grande y que la Sagrada Familia os cuide.
Eso es un índice de que Bruno dice verdades muy molestas para algunos y a falta de argumentos se envuelven en la capa de su anonimato e interceptan a los que argumentan. No se trata de buenas o malas argumentaciones sino de el puro trolleo.
Que Dios os bendiga.
No hay nada que valga más que la santa misa y las oraciones. Muchas gracias.
"En cuanto a óbolos, aunque sea el de la viuda"
¡Bien por las viudas, casadas, solteras, madres, hijas, nietas, sobrinas, hermanas y mediopensionistas infocatólicas!
"Para muchos sois parte de la familia: los que escribís, y los lectores que comentan"
Un verdadero honor.
"Os encomiendo mucho, que sigáis siendo valientes y libres como son los hijos de Dios. Abrazo grande y que la Sagrada Familia os cuide"
Muchísimas gracias por las oraciones y todo lo demás.
Todos los donativos son sinceramente agradecidos. Y si el donante no solo permanece fiel contra viento y marea, sino que además aumenta su donativo, entonces, además de admirados, estamos doblemente agradecidos.
https://www.youtube.com/watch?v=DOiuRGDtQgo
La Palabra de Dios siempre ilumina, purifica y da vida eterna.
Pues yo me siento mejor que en un hotel de cinco estrellas.
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