La autoridad en la Iglesia
La autoridad que Cristo dejó a la jerarquía de la Iglesia es inmensa, estremecedora y sobrehumana, porque es reflejo de su propia autoridad divina: quien os escucha, me escucha a mí y quien os rechaza, me rechaza a mí; a quien les perdonéis los pecados, les quedan perdonados y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos; te daré las llaves del reino de los Cielos, lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo; apacienta mis corderos; el Espíritu Santo y nosotros hemos decidido; columna y fundamento de la verdad; la autoridad que me dio el Señor; velan sobre nuestras almas. Como enseña el Concilio Vaticano I, la potestad de Pedro sobre la Iglesia universal es “plena”, ”ordinaria”, “inmediata” y “sobre todas las demás”.
Al mismo tiempo, la autoridad eclesial, del Papa y de los obispos, está limitadísima por la fe, la Escritura, la Tradición, la ley moral y el Juicio que espera a los que ejercen esa autoridad. Nadie, ni siquiera el Papa, puede enseñar nada contrario a la fe y, si lo hiciera, como enseña San Pablo, la única respuesta posible de un cristiano es anathema sit, sea anatema. Nadie, ni siquiera el Papa, puede mandar o enseñar algo contrario a la ley moral y, si lo hiciera, como siempre ha enseñado la Iglesia, es moralmente obligatorio desobedecerle y resistirle. Nadie, ni siquiera el Papa, puede enseñar algo contrario a la Tradición o ajeno a ella, porque, como recuerda el Concilio Vaticano I, “el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe”. Nadie, ni siquiera el Papa, es impecable o puede esperar librarse del Juicio justo por sus infidelidades o pecados y ese Juicio final y universal será, además, mucho más duro para los pastores que para las ovejas.
Pedro está en el lugar de Cristo y ejerce la autoridad recibida de su Señor, ante la cual los reyes se pondrán en pie, los príncipes de la tierra se inclinarán. Sin embargo, no ha recibido esa autoridad como un juguete, para emplearla a su gusto, sino como un férreo deber, para ejercerla como el mismo Cristo. La imagen que Cristo nos da de Pedro no es la de un tirano absoluto, cuyo capricho es ley, sino, al contrario, la de un cautivo de la Voluntad de Dios: cuando seas viejo, otros te ceñirán y te llevarán a donde no quieres. Cuanto mayor es su autoridad, menos puede usarla para sus intereses u opiniones personales, para granjearse el prestigio mundano o para contentar a sus aduladores, porque más obligado está a ser estrictamente el transmisor de la Tradición (y no de las novedades), el confirmador de la fe y la moral (y no de las modas y errores mundanos), el discípulo de la Palabra de Dios (no su dueño) y el siervo de los siervos de Dios (no su tirano). Como el mismo Cristo, solo puede decir: no he venido para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Lo mismo puede aplicarse, mutatis mutandis, a las demás autoridades que hay en la Iglesia.
Todo esto es verdad y lo ha sido siempre, desde que Cristo fundó su Iglesia. El problema de nuestro tiempo, sin embargo, como hemos dicho muchas veces, es un problema de fe y no es exclusivo de los fieles, sino que afecta también a los clérigos. Incluso se podría decir que afecta especialmente a los clérigos, porque la crisis que sufrimos desde hace medio siglo es principalmente clerical.
Era inevitable que esa crisis de fe se manifestase en un ejercicio del poder eclesial cada vez más autoritario y arbitrario. En efecto, si la gran limitación del poder jerárquico está en la fe y la moral, cuando un prelado no tiene fe y desprecia la moral católica, ese prelado ejercerá la autoridad tiránicamente, sin frenos de ninguna clase. Si el único ámbito en que puede ejercerse ese poder es la Tradición de la Iglesia, un prelado con afán de novedades y zarandeado por cualquier viento de doctrina se permitirá pontificar de todos los temas bajo el sol, basándose en una hinchada percepción de su propio saber e imponiendo sus disparatadas opiniones como si fueran ley. Si la Escritura transmite la revelación de Dios, ese prelado la “interpretará” para que diga lo contrario de lo que dice, de conformidad con las modas mundanas. Si el Juicio es la palabra última y definitiva de Dios sobre la vida de todos los hombres, un prelado que no cree en el Juicio no tendrá ningún escrúpulo en hacer lo que le dé la gana en cualquier ocasión: ni temo a Dios ni me importan los hombres. La falta de fe lleva inevitablemente a la tiranía en la Iglesia, porque corroe los estrictos límites que el mismo Cristo puso al gran poder que dio a los apóstoles y sus sucesores.
En esos casos, con todo el respeto y el cariño del mundo, los fieles tienen el derecho e incluso la obligación de resistir al ejercicio tiránico de la autoridad. Esa resistencia no es desobediencia, sino, al contrario, obediencia, porque no existe la obediencia al margen de la fe, la moral, la Tradición o la Escritura. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, nos dijo el primer Papa.
Por otro lado y paradójicamente, la fe, la moral, la Escritura, la Tradición y el Juicio no son solo los límites de la autoridad eclesial, sino también su fundamento y su razón de ser. Por lo tanto, cuando los malos prelados pretenden mandar al margen de esos fundamentos, aunque a corto plazo su poder parezca total y absoluto, en realidad están destruyendo la base de su propia autoridad y el resultado final solo puede ser que esa autoridad caiga en descrédito entre los hombres. Se secarán como la hierba, como el césped se agostarán.
Aunque todo esto sea muy grave y muchos sufran en su propia carne ese ejercicio arbitrario de la autoridad, no debemos angustiarnos, sino encontrar en ello una razón para volver con más fuerza nuestra mirada a Cristo. Confía en el Señor y él actuará. Hará brillar tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía. La última palabra siempre, siempre la tiene nuestro Señor. El que habita en el cielo sonríe, el Señor se burla de ellos.
88 comentarios
Yo fui secretario de León XIV, novela de Bruno Moreno
Pues bien expulsado está.
Anda que se hubieran atrevido a hacerle eso a Woytila. El si que privó de ejercer el sacerdocio a muchos. Pero si hasta intervino la orden de los jesuitas!!
No en vano la pregunta "Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” (Mateo 18,8).
La dimensión trascendente de esa pregunta de Cristo indica perfectamente lo que hay que tener, pero hoy, no se sabe cuando vendrá, pero se sabe que buscará la Fe.
Hebreos 11.1 La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
11.6 Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
Tienes razón, sin Fe no hay nada.
Es una demostración, donde hay Fe se hace la voluntad de Dios y no la nuestra.
Del propio lenguaje que se utiliza y de la forma en que se escriben algunos documentos, para agradar a los demás, se advierte que hay una elección que desplaza a la Fe, lo terrible es cuando la crisis se presenta a partir de la autoridad.
Si eso que usted afirma de un tweet es verdad, es algo que deberá constar en un proceso canónico, contradictorio y público, con sentencia pública y motivada ¿Qué pena tiene un acto de ese tipo en el código? ¿es más grave eso que negar la fe, dar la comunión a adúlteros impenitentes o bendecir uniones homosexuales?. Dado que un obispo es tan sucesor de los apóstoles como el papa, el atentar una deposición (con la ambigüedad canónico-jesuítica del sollevamento) es sencillamente injusto, y una ley injusta, por definición, no obliga ya que es nula. Me da igual que la implemente Bergoglio o Wojtyla. Todo esta injusticia, y por tanto nulidad radical de la decisión, se acrecienta todavía más cuando otros obispos están cometiendo crímenes graves, como dar la comunión a un musulmán, o negar la moral que aparece en la Escritura (lo cual supone herejía en sentido estricto, al menos material), y el obispo de Roma no hace nada.
Respecto a lo de la Compañía de Jesús, sencillamente lo mejor es suprimirla, tal cual, como hizo Clemente XIV, que no era menos papa que Paulo III quien la aprobó, iniciando toda una serie de desastres que desde entonces padece la Iglesia por haber querido justificar la espiritualidad y la disciplina en el nominalismo y voluntarismo del líder, que es lo que ahora padece toda la Iglesia. Sólo una seria obediencia a la fe por parte de los obispos y fieles, que conlleva la resistencia a mandatos injustos de Bergoglio, puede poner un poco de orden, cosa que no se realizará si Dios nuestro Señor no se apiada de nosotros.
No exactamente. Strickland retuiteó un vídeo de Michael Matt, en el que decía cosas como estas:
"Un movimiento que es digno de Judas Iscariote. Dejar que la izquierda sin Dios divida la Iglesia de Cristo es un pecado y debemos rezar todos por la salvación del alma del Papa Francisco esta noche".
“Roma y el Papa han perdido su autoridad para enseñar.”
“I have no temptation to leave my Church for the same reason that Francis is always attacking it, because it’s the true Church and a diabolically disoriented clown like Francis knows that it is it’s his job to destroy this Church because he has to get rid of true religion.”
"No tengo ninguna tentación de dejar la Iglesia por el mismo motivo que Francisco siempre la está atacando. Porque es la verdadera. Y un payaso diabólicamente desorientado como Francisco sabe que su trabajo es destruir la Iglesia porque se tiene que quitar la religión verdadera".
"Francisco no está pretendiendo ser una autoridad moral en nada excepto en cambio climático y equidad"
“"Este Papa está predicando un Evangelio completamente nuevo, y bajo su guía, la Iglesia que se consideraba luz en la montaña... No se puede confiar en ella"
"Francisco es solo sonrisas, risitas y abrazos. Por el amor de Dios..."
"La enseñanza cristiana "ha sido progresivamente socavada por el experimento Francisco que, por supuesto, es una continuación del experimento del Vaticano II"
El sevillano. Mi arma, que tu llames impresentable a un gran obispo con Strickland, es obsceno.
Supongo que no es por maldad, [...].
Ya lo dice el refran "quien dice las verdades pierde las amistades".
Mal que nos pese, Francisco ha cometido muchos errores y cada dia hay mas gente que tiene serias dudas de que Francisco profese la Fe Catòlica.
Tal como decis Sto. Tomas, es una gran obra de misericòrdia corregir a un superior que se equívoca, puesto que sus errores pueden llevar a la condenacion a muchas almas
Lo de Pedro Sánchez es parecido porque los progresistas han pasado a ser los vigilantes del sistema.
"Es una prueba tan grande para nuestra fe todo lo que está pasando que parece que nunca va a acabar. ¡¿Hasta cuádo, Señor. Hasta cuándo?!"
Las pruebas son distintas, pero lo que no cambia es el hecho de ser sometidos a prueba. La causa de Cristo está siempre en su última agonía, decía Newman. Nos derriban, pero no nos rematan, decía San Pablo.
Lo propio del cristiano es el combate. El día que ya no tengamos que combatir será porque nos hemos muerto o porque nos hemos rendido al enemigo.
Si lo piensa un poco, verá que resulta desolador que, para usted, lo imperdonable sea atreverse a criticar al jefe. Eso es lo que no se puede permitir. Que otros obispos nieguen públicamente la fe y la moral de la Iglesia, eso no es importante, pero sugerir siquiera que el Papa, como ser humano falible que es, puede meter la pata y meter la pata gravemente (algo, por otro lado, cada vez más evidente) es inadmisible y causa de expulsión.
Esa forma de pensar es precisamente, la propia de la tiranía, que soporta cualquier desmán e inmoralidad, menos el humor a costa del tirano.
Por otro lado, su comparación con Juan Pablo II es evidentemente ridícula. Durante su pontificado se sancionó a algunos (pocos) sacerdotes y algún obispo por abandonar la fe católica y negarse a retractarse de sus herejías. Nada tiene eso que ver con echar a un Sucesor de los Obispos por la osadía de defender esa fe, mientras otros, como los obispos alemanes, la rechazan impunemente y enseñan barbaridades de forma pública.
"donde hay Fe se hace la voluntad de Dios y no la nuestra"
Rem acu tetigisti. Y, como sugería C.S. Lewis, solo hay dos tipos de persona, los que dicen a Dios "hágase tu voluntad" y aquellos a los que, al final, Dios les dirá "hágase tu voluntad".
"Del propio lenguaje que se utiliza ... se advierte que hay una elección que desplaza a la Fe"
Consciente o (esperemos) inconscientemente, es la vieja táctica modernista: no decir con claridad, pero sugerir clarísimamente.
No es tema baladí ni tiene fácil solución. Y marca una de las crisis más graves que puede tener la Iglesia.
""la crisis que sufrimos desde hace medio siglo" ¿ A qué te refieres Bruno? Pienso que sería el modernismo pero ello está más atrás... ..el post Concilio?? No sé.."
Creo que es innegable que llevamos cincuenta o sesenta años en una crisis tremenda. Basta comparar las cifras de sacerdotes, religiosos, seminaristas, fieles, etc. que había hace sesenta años y las que hay ahora. Se ha producido una apostasía de decenas o cientos de millones de fieles, la gran mayoría de las congregaciones religiosas han caído en picado o han desaparecido ya, la gran mayoría de los "católicos" que quedan no creen en la fe ni en la moral de la Iglesia, los matrimonios por la Iglesia han descendido a niveles estadísticamente casi irrelevantes, han desaparecido los antiguos países católicos que había, llevamos medio siglo escuchando herejías en innumerables parroquias, colegios religiosos, universidades católicas y declaraciones de clérigos y en los documentos de este Papa se pueden encontrar afirmaciones prima facie incompatibles con la fe. Todo eso se puede interpretar de muchas maneras, pero de lo que no cabe duda es de que estamos inmersos en una tremenda crisis.
Ciertamente, las raíces de esa crisis son mucho más antiguas, como ya discutimos en un artículo hace tiempo (titulado "La desistencia de la autoridad en la Iglesia"). Una de esas raíces es, sin duda, el modernismo y, en ese sentido, a mi juicio, la crisis actual puede considerarse un rebrote de la crisis modernista en sentido amplio, que ees un proceso de varios siglos, como lo fue la crisis arriana.
Corregir personalmente, ante un testigo, ante la comunidad.... y apartarse de él como si fuera un pagano.
Mi problema es que no percibo cuando una autoridad católica va contra la fe, la moral, las enseñanzas bíblicas, la tradición, por carencia de conocimientos bíblicos sistemáticos y de la sagrada escritura. Si estos problemas empezaron 50 años, debe ser el Concilio Vaticano II, que cerró el concilio Vaticano I, la causa, razón, motivo y fundamento de la huida de los seminaristas, y la peticion al Vaticano de la dispensa de su obligación al celibato y la reducción al estado laica de sacerdotes y religiosos. Esperemos que esto no suceda cuando el año que viene finalice el Sinodo de la Sinodalidad, hecho que esté año se dará en Alemania, como el anterior y el anterior.
Al principio se puede alegar que no se debe temer a quien puede matar el cuerpo sino a quien puede hundir cuerpo y alma en el infierno. Consumada la sustitución, se puede citar que las autoridades son puestas por el Cielo que bendice la espada del magistrado. Impecable y efectivo una y otra vez en la historia.
¿Por qué no empiezas por la misma Confesión de Fe que es el Credo? Los artículos del Credo han sido objeto de varios lbros porque no se puede hacer una confesión de fe sin saber lo que se está diciendo. ¿Qué piensas cuando dices "Creo en la Comunión de los Santos", por ejemplo?
¿No percibes la ausencia de verdades de la Fe como los Novísimos? ¿No te das cuenta que están cargando contra algunos sacramentos?
¿No te alarma que en el sínodo hablen del espíritu continuamente y muchas veces ni siquiera precisan de qué espíritu hablan?
En una entrevista al Cardenal Müller le preguntaron qué era eso de apelar al Espíritu Santo continuamente y el contestó que no hablaban necesariamente del Espíritu Santo, que hablaban más bien del espíritu.
¿No percibes la diferencia entre el "espíritu" y el Espíritu Santo? El espíritu puede ser cualquier cosa porque el Diablo también es espíritu.
La Oración a San Miguel Arcángel dice: "Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas".
Por otra parte si hay algo claro es la moral, porque está perfectamente especificada, no veo cómo alguien pueda tener prooblemas con algo tan práctico y tan poco teórico como la moral.
¿Qué cosas se pueden discernir? Aquellas que no están normadas, del tipo de si debo hablar o callarme ante la situación de la Iglesia, si debo ayudar a los perseguidos o puedo inhibirme, si debo vacunarme o no vacunarme, si debo ir a protestar ante los abortorios, la actitud que debo tomar en el caso de tener un hijo o hija homosexual, etc...
Los católicos, sorprendemente, siempre han dado muestras de gran discernimiento en situaciones difíciles sin necesidad de incidir en el palabro extendiendo su radio de acción a lo que no es discernible. Evidentemente una mujer divorciada y vuelta a casar, una que ha abortado, un homosexual activo, un mentiroso patológico, una adúltera, etc...no tienen nada que discernir porque están en pecado, lo único que pueden hacer es arrepentirse.
En cambio durante el IIIReich hubo gente que discernió que debía hacer algo y gente que discernió que no porque eso no está reglado de forma clara. No se puede acusar a los que no hicieron nada de faltar a ningún mandamiento, más bien exponer la vida por salvar a otros o por abrir los ojos de los alemanes fue un grado de excelencia que va más allá de lo estrictamente estipulado por los Mandamientos.
El discernimiento suele emplearse casi siempre para saber cómo puedo yo inhibirme sin pecar, y si puedo ser cobarde sin que Dios me lo reproche, que es lo que están haciendo en este momento multitud de obispos y un buen número de laicos, entre ellos yo misma.
Otro caso es el de Mary Wagner, la activista católica pro-vida, que también discernió en conciencia lo que tenía que hacer. Muchos no vamos ante los abortorios porque no es obligatorio pero hacer lo que hace ella supone un grado de excelencia.
Puedes decidir si eres valiente o mediocre, lo que no puedes decidir es si cumples los Mandamientos o no.
Justamente al revés.
El otro día me fui a confesar y se lo pregunté al cura y él me contestó que yo solo podía hacerme responsables de pecados concretos que hubiese cometido y, como comprenderás, la salud pública, la acogida a los inmigrantes y la ecología no entran dentro de ese concepto.
Yo puedo confesarme de haber despreciado o ninguneado a un emigrante en concreto, porque es pecado contra la Caridad, pero no de la política migratorio del gobierno.
Seguiré a Mons. Strickland, él es un pastor con olor a oveja que me confirma en la fe y me enseña a ser descaradamente católico.
Thank you, bishop Strickland! God bless you!
Claro que a eso podrás decirme que a lo mejor has estado en un colegio católico, etc...pero, por desgracia eso hace tiempo que no es garantía de nada.
Los conocimientos bíblicos sistemáticos no son tan necesarios, mis padres y mis abuelos no los tenían, pero sabían lo que decía la Iglesia. Yo no estudié en colegios católicos sino en públicos, pero entonces los públicos daban una buena formación religiosa tomista.
No empecé por la Biblia sino por la interpretación que de ésta hacían aquellos sacerdotes que traducían la Biblia y añadían comentarios, así como por las homilías en las misas. Ahora sí he leído la Biblia pero multitud de católicos antiguos no la leyeron.
Después he hecho muchos trabajos de católicos en situaciones especiales, como los ingleses, los vandeanos, los alemanes, afectados por la Kulturkampf, etc... y ahí el discernimiento está a la orden del día.
Los padres de W. Shakespeare fueron recusantes católicos, pero la recusación le hubiera impedido a él estrenar sus obras, así que en algún momento debió "discernir" si eso le convenía o no. Si fue un criptocatólico, como algunos aseguran, es evidente que hizo una elección. Yo no le juzgo porque ya sé lo que significaba ser católico en Inglaterra hasta 1826.
En ese tipo de cosas la Iglesia suele permanecer al margen esperando el gesto heroico de cada católico, pero en ningún caso suele alentar públicamente a desobedecer las leyes de un estado.
Por lo que los católicos se han pasado dicerniendo siglos, pero en cuestiones de ninguna manera lo que es pecado o no lo es.
Lo nuevo de este Papado es que alienta a discernir precisamente eso.
Por supuesto, tiene algo de caricatura, pero refleja muy bien la relación entre abandono de los fundamentos del catolicismo y tiranía en la Iglesia.
por deformación en la educación en donde tengo un gran respeto a los que detectan una autoridad en la Iglesia católica. Y no no he escrito ningún libro.
Escuché al padre Jesús Silva en una de sus magníficas homilías que todo el mundo sabe lo que está bien y lo que está mal.
El resto es enredar y ya sabemos quién es el maestro del enredo.
Tenemos un Decálogo y excelentes sacerdotes (hay que buscarlos) para guiarnos. Y dada la actual situación de la Iglesia eso nos debe bastar por ahora.
Además quién le pasó la "visita" a monseñor Strickland es s un obispo (bueno, fueron dos), que comulga con los homosexuales y está a favor de los LGTBI. Qué se podía esperar del poco ortodoxo obispo? O más bien heterodoxo?
Sí, he estado leyendo su comentario inicial y es más fácil deducir de ese comentario que no haya recibido enseñanza católica como es debido que del mío que haya escrito un libro.
Son gente que cree que la Iglesia Católica es como la secta de los Testigos de Jehová, en la que Roma haría las veces de la Watchtower.
Pero hay que decir que esa mentalidad sectaria se ha visto beneficiada, por no decir fomentada, por la reacción absolutista en torno al primado de Pedro que llegó tras los hechos acontecidos en 1789. El absolutismo monárquico, que no existía ni por un casual en el príncipe de los apóstoles ni en los siglos posteriores, es peligrosísimo para la salud de la Iglesia, pues la deja sin defensa cuando la tiranía llega a la cúspide de su autoridad humana. Autoridad plena y efectiva, sí. Absoluta, sin control posible alguno, no.
Indico dos párrafos del documento y pregunto:
"Un transexual -que además se ha sometido a un tratamiento hormonal y a una operación de reasignación de sexo- puede recibir el bautismo, en las mismas condiciones que los demás fieles, si no se dan situaciones en las que exista el riesgo de generar escándalo público o desorientación entre los fieles".
A las mismas condiciones que los demás fieles se les agregan otra dos condiciones más -totalmente ajenas al sacramento- que no se den situaciones en las que exista el riesgo de generar escándalo público o desorientación de los fieles, y si se presentan esas dos condiciones de escándalo y desorientación qué hacemos ?.
Y qué nombre de pila llevará, de varón, de mujer o de transexual ?.
"En determinadas condiciones, un transexual adulto que, además, se haya sometido a un tratamiento hormonal y a una operación de reasignación de sexo puede ser admitido para desempeñar la función de padrino o madrina. Sin embargo, dado que esta tarea no constituye un derecho, la prudencia pastoral exige que no se permita si existe peligro de escándalo, legitimación indebida o desorientación en el ámbito educativo de la comunidad eclesial".
El transexual puede ser admitido como padrino o madrina, con qué nombre de pila, quién elige si es padrino o madrina o puede ser ambos
en diferentes situaciones ?.
En definitiva si se admite que existe peligro de escándalo, legitimación indebida o desorientación en la comunidad eclesial, para qué generarlo con el anuncio antes que ocurra en la realidad ?.
Por eso el Cardenal Müller dijo a una revista algo tan fuerte como que las herejías de Francisco son herejías pastorales, pero no formales.
La pastoral es un modo o manera de enseñar la doctrina, si ésta no es correcta la doctrina puede permanecer aparentemente inalterable mientras en la práctica los católicos están aprendiendo otra cosa.
Lo curioso es que de todas las verdades de la Fe la única que parece quedar intocable, tanto en forma como en modo, es que el que manda es él. En este momento un católico solo tiene que saber una cosa: se hace lo que diga el Papa sin cuestionarse nada. Pero el Papa no está en el Credo, el artículo del Credo dice: "Creo en la Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica". Y es evidente que Monseñor Strickland cree eso a pies juntillas y por eso defiende a la Iglesia, lo mismo que tratamos de hacer otros. Muchísimo menos probable, si es que alguna vez reza el Credo, es que lo crea James Martin porque sabe perfectamente que lo que está haciendo es dinamitar la Iglesia.
El pecado lo es, independientemente de las circunstancias. Y aquí es donde está la trampa: Puede haber diferente grado de pecado según las circunstancias: voluntariedad, flojera, etc. Pero de lo que no se puede partir nunca es de que no haya pecado según circunstancias. Y esa es la gran herejía de AL. refrendada y sancionada por Francisco. El mayor patazo de todo su pontificado y él lo sabe.
Ya sé que hay un hermoso catecismo, y muy bueno por cierto, pero es un catecismo de consulta y el catecismo debe ser memorizado en la niñez.
El otro día en un vídeo un sacerdote dijo: "las potencias del alma son dos: entendimiento y voluntad", y en los comentarios le puse: "No, Padre, son tres: memoria, entendimiento y voluntad" y me dio la razón después. No me lo inventé yo, lo decía el Catecismo Ripalda, pero ni modo que un niño católico de 10 años sepa eso hoy en día. Si se aprende la Doctrina es difícil que te la den con queso, por eso las catequesis modernas no emplean catecismo alguno.
Puesto que cada día mas gente tenemos serias dudas de que Francisco profese la Fe católica, la única solución que veo, es que los cardenales, obispos o fieles promovamos una exigencia a Francisco a que declare su Fe, y se retracte de sus errores.
Me parece la única solución para salir de la situación esperpéntica en que nos encontramos.
No tienen, por tanto, por muy encumbrada que sea su jerarquía, poder (potestas) para romper las vasijas y cambiarlas por otras, llenas de veneno, ni para vaciarlas, ni para agrietarlas, porque se perdería así el agua que salta hasta la vida (Jn., 4, 14).
Al que eso haga, sea anatema, aunque sea un ángel o "uno de nosotros" (Gal.1, 8).
La Iglesia sabiamente, y por Revelación, dice que somos pecadores y, efectivamente, lo somos, pero la democracia, que es muy optimista, no ha caído en que probablemente también seamos estúpidos.
Todos pecamos y para eso está la confesión, todos somos estúpidos también y para eso está la reflexión.
Si negamos el pecado y no nos confesamos el pecado se cronifica, de la misma manera no darnos cuenta de nuestras estupideces puede llevarnos a la condición de estúpido crónico.
Muchos dicen que la situación de España no es tanto culpa de Sánchez como de los españoles y puede que la situación de la Iglesia no sea tanto culpa del Papa Francisco como de los católicos. Y los católicos que hemos llegado hasta aquí somos una mezcla de pecadores y estúpidos.
La papolatría, por ejemplo, es un ejemplo de estupidez; el que el PSOE, haga lo que haga, sea el rey del mambo es otro ejemplo de estupidez.
El mismo Niëmoller cometió una estupidez votando a Hitler, pero no tardó mucho en deshacer lo que había hecho. Tener que luchar contra el pecado y la estupidez a la vez es una enorme carga que llevamos a cuestas. Ahora bien, el problema que se me presenta es que Nuestro Señor Jesucristo juzgará a vivos y a muertos, y siempre hemos pensado que se refiere a que juzgará nuestros pecados, pero no sabemos si las estupideces entran o no en el juicio.
Y mira, ya que salió el tema, y de menos a más: Me parecen estúpidos los que al finalizar la Misa y ante la última canción del coro aplauden estando el Santísimo delante. Me parecen estúpidos los que afirman que hay que ser tolerantes con los que viven en pecado permanente y están orgullosos de ello y me parece estúpido el Papa y quienes le apoyan en este pontificado con su política de la Iglesia es de todos y aquí caben todos.
La Iglesia es de los católicos y de quienes desean serlo y trabajan por ello. No caben parcheos ni componendas. Cristo es exigente pero jamás pide más de lo que podemos dar.
Niëmoller tenía otros antecedentes y, seguro de que todos los príncipes alemanes habían favorecido el luteranismo, pensó que Hitler era otro príncipe alemán. Eso justifica que los católicos, siempre a la defensiva, tuveran periódicos, organizaciones, sindicatos y hasta un partido político, de manera que, aunque Hitler barrió con todo, estaban acostumbrados a luchar. Sin embargo, al tomar la decisión de secesionar la Iglesia Luterana porque los llamados "Cristianos alemanes" se les infiltraron y querían cambiarlo todo, los luteranos no-estúpidos que se fueron a la Iglesia Confesante cayeron bajo las iras de Hitler mucho más que los propios católicos.
Católicos: 42
luteranos; 22
T. de Jehová: 6
Otros: 2 (se refiere a otras confesiones)
No consta: 28 (podrían ser ateos o gente cuya religión, si la tenían, no consta en la biografía, casi todos miembros de "La orquesta Roja" en la cual había gente de todo tipo y, a veces consta su confesión religiosa y a veces no).
Hay que tener en cuenta que no investigué a los católicos sino a todos los resistentes y que en aquel momento los católicos solo eran un tercio de la población alemana por lo que la diferencia porcentual se acentúa.
Pero la experiencia en estos 10 años es que solo se cumple lo que el Papa dicta, de vez en cuando saca citas de documentos eclesiales, en algunas expresiones de sus propios documentos, y a tirar para adelante.
Como dice Hollerich ya no nos guia las letras ni las leyes sino el dice que es el Espiritu Santo.
Una situación muy peligrosa, porque ¿ quienes son los que tienen el Espiritu Santo,? ¿ es la mayoría como afirma el al decir que los escritos del sinodo han sido aprobados por el 80% y que por eso es la Iglesia que se va implantar dentro de unos años? (en muchos aspectos ya está) o son los gobernados por el Espiritu Santo los que aspiran a la santidad cumpliendo las leyes de Dios, el Evangelio, y la doctrina que todos creiamos hasta ahora provenia del Espiritu Santo, cuando Jesus dijo : " El os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho?. ¿ Es posible que hasta ahora el Espiritu Santo no nos haya enseñado la Verdad ? El evangelio es la Palabra de Dios escrita.
Por otra parte esta jerarquía dice que hay que ir a buscar a la gente fuera, porque ya no van a venir. Desde luego que no van a venir, si no hay Fe, ni amor a Dios.
" Si alguno me ama guardará mi palabra y mi padre lo amará y vendremos a el y haremos morada con el"
No vamos a proclamar lo buenos que somos, sino lo bueno que es Dios, y lo mucho que nos ama.
Estamos donde estamos porque no queremos enfrentar la realidad en la que se encuentra la Iglesia, basta ya de imaginarnos "fuerzas" ocultas que son responsables, por no querer asumir la realidad de que la Iglesia se encuentra gobernada por un Papa tirano y hereje.
Cinco Cardenales presentaron sus dubia y Francisco los ignoró.
De hecho en la "Oración por el Triunfo de la Fe Católica" de Monseñor Schneider uno de sus fragmentos dice "concédenos la gracia de estar decididos a sufrir mil muertes por un solo artículo del Credo".
El hablar del Espíritu Santo unas veces, solo del espíritu en otras, en cualquier contexto no es la negación de nada, sino que, por abuso, se llega a la banalización.
Hasta ahora al Espíritu Santo se le mencionaba, se le pedía, se le rezaba, pero no se le forzaba a venir con tanta insistencia ni mucho menos se decía por boca de quién hablaba. Llegar a la conclusión que por el sensus fidelium las personas que están convocadas en un sínodo, que no es de obispos siquiera, puedan estar asistidas por el Espíritu Santo y hay que escucharlas por eso, suena bastante herético porque es como decir que quién no las escuche no escucha al Espíritu de Dios.
Es más: Apretándoles las clavijas afirmarían que invocaron la asistencia del Espíritu Santo y no otra cosa.
Eso le deja sin argumentos y por eso tiene que tomar medidas arbitrarias.
Y también de acuerdo con lo que tenemos que hacer todos y yo añado: No callarnos ante las arbitrariedades.
En qué piensan los monseñores???
"Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.
En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca;
y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre". (Mat 24, 37-39).
Cuando intentan proponer soluciones a las dificultades temporales de los hombres, se valen de los esquemas de la ciencia y técnica ateas-nihilistas. La sabiduría que ofrece el Espíritu Santo por Mediación de la Aurora de María no es ni entendida, ni aceptada, pues excede infinitamente a sus pareceres humanos, serviles admiradores del mundo y sus prejuicios.
Además, la soberbia inficionada por el demonio, perturba profundamente sus espíritus, se revuelven ansiosos ante una realidad teológica que desconocían, porque les ha sido negado desde los seminarios: que la Madre de Cristo es Mediadora entre ellos y Su Hijo, que ellos deben trabajar siempre bajo la Conducción de María y tomados de sus Manos, que deben estar atentos y dóciles a las enseñanzas que la Madre nos da por medio de sus Intervenciones y Mensajes actuales, que la Virgen nos revela a todos sus hijos, en primer lugar a la Iglesia, su hija predilecta, verdades que ignoraban acerca de la preparación de la Venida de Cristo.
Así, aceptan agendas y poderes mundiales del enemigo, ignorantes de la batalla decisiva y final que libra nuestra Madre, mientras silencian y rechazan la Misión confiada por Dios a Su Madre: convertir a la humanidad, advertirle el peligro que la acecha, conducirla a constituir la gran familia de los hijos de Dios, sólo la cual podrá crear en la Tierra las condiciones que exige la Nueva Edad del Reino: “restablecer la armonía primitiva” (Pío XII) para acoger una humanidad inmensamente mayor que la actual bajo un clima que vuelva habitables las enormes regiones que hoy permanecen desérticas, incluidas las polares, y hasta mandar a los fondos oceánicos se eleven como nuevos continentes plenos de vida vegetal, animal y humana, en espera de llevar nuestra misión hasta los mundos que nos rodean en los espacios siderales.
Para esto, deben salir de los límites estrechos que ha padecido la humanidad desde los tiempos del pecado original, responder a los llamados de Cristo y de Su Madre a despertar bajo la Luz de la Gloria de Cristo que se manifiesta mediante la Aurora de María, su Poder hará manifiesto nuestro “hombre nuevo” nacido en Cristo, por el Bautismo, engendrado y dado a Luz desde el Corazón Inmaculado de María, por Obra del Espíritu Santo, que nos hizo hijos del Padre.
formó parte de España desde que los romanos le llamaron Hispania.
Si tanto se equivoca el Papa y tan grande es vuestra razón y vuestra (Que no la de los católicos) tradición...
¿Qué hacéis que no fundáis la Sempiterna Iglesia Tradicionalista de la Tradición Tradicional (Mas conocida como la Iglesia Supercatólica)?
Así todos sabríamos de qué ìe cpjea cada uno.
Tenéis todos un complejo de Atanasio que no os cabe en los pantalones
"¿Qué hacéis que no fundáis la Sempiterna Iglesia Tradicionalista de la Tradición Tradicional (Mas conocida como la Iglesia Supercatólica)?"
¿Por qué vamos a fundar otra iglesia? Lo que nosotros hacemos es defenderla. Que se vayan los que no les gusta la Iglesia y quieren cambiarla por algo totalmente distinto, pero con el mismo nombre.
"Tenéis todos un complejo de Atanasio"
Imitar a los santos, que es nuestro deber como católicos, no tiene nada que ver con creerse igual que ellos. De hecho, es lo contrario. Si nos creyésemos iguales a ellos no tendría sentido imitarlos.
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