¿Más sabio que Santo Tomás?
Hace tiempo, escribí un artículo titulado “Mejores que Jesucristo”, sobre la plaga de eclesiásticos que, claramente, consideran que son más misericordiosos, inteligentes y avanzados que el mismo Hijo de Dios encarnado. Generalmente, como es lógico, no se atreven a decirlo con esas palabras, pero sí lo hacen con los hechos cuando defienden que habría que cambiar el Evangelio o la fe y la moral reveladas por Cristo, que es lo mismo que defender que ellos saben mejor que nuestro Señor lo que debe hacer el ser humano, o cuando pretenden que permitir el divorcio y demás inmoralidades es mucho más misericordioso que ser fieles a lo que Jesucristo enseñó.
En ese contexto, no es extraño que también hayamos terminado por tener a un Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que da por hecho que es más sabio que Santo Tomás. Era inevitable que sucediera antes o después. Lo digo con todo el respeto debido a su dignidad episcopal y reconociendo que, por supuesto, Mons. Fernández no lo expresa así, ni será consciente de que piensa así, pero los hechos son los hechos y lo cierto es que propone exactamente lo contrario que Santo Tomás y espera que le creamos a él en lugar de al santo y Doctor de la Iglesia, algo que solo se explicaría si fuese más sabio que él.
En efecto, Mons. Fernández nos asegura que los obispos no deben pretender corregir nunca al Papa en materia de fe, porque “si me dicen que algunos obispos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma”.
¿Es eso cierto? ¿Los obispos deben quedarse calladitos y no criticar nunca algo que ha dicho el Papa, porque hacerlo sería caer en la herejía y el cisma? Veamos qué decía Santo Tomás sobre el tema (al igual que toda la Iglesia anterior y posterior): “en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos” (S. Th., II-II, 33, 4). El inferior no solo puede, sino que debe reprender públicamente a un superior si habla contra la fe católica. Y esto es un principio universal en la Iglesia, de manera que no solo los obispos, sino también los simples sacerdotes o incluso los fieles pueden y deben rechazar cualquier error de fe, lo defienda quien lo defienda, aunque sea un papa. Pero está claro que Mons. Fernández debe de ser más sabio que Santo Tomás y habrá que hacerle caso a él y no al Doctor de la Iglesia.
¿Y qué dijo San Pablo? “Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal 1,8). Parece que está muy claro: si alguien dice algo contra la fe, aunque sea un ángel o un Apóstol o, presumiblemente, un Papa, no hay que hacerle el más mínimo caso. San Pablo no dijo, “bueno, si lo digo yo que soy Apóstol, entonces sí vale”. Nadie, sea quien sea, puede afirmar nada contra la fe en la Iglesia y, si lo hace, hay que rechazarlo.
Pero, si nos queda alguna duda, preguntémonos: ¿qué hizo San Pablo? Exactamente lo que había dicho que debía hacerse. Cuando el primer Papa llevaba a error a los fieles al volver a las prácticas del judaísmo, San Pablo reprendió en público a San Pedro: “dije a Cefas en presencia de todos…” (Gal 2,14). ¿Por qué públicamente? Porque su conducta había sido públicamente escandalosa y estaba extraviando a los fieles. Y no solo reprendió públicamente al Papa, sino que contó que lo había hecho en la Carta a los Gálatas, que es Palabra de Dios. Santo Tomás explicó este hecho diciendo que así San Pedro dio humildemente ejemplo a los superiores para que aceptaran la corrección de sus inferiores si se habían apartado del buen camino. O quizá debamos concluir que Mons. Fernández es más obediente que el Apóstol San Pablo y más humilde que San Pedro, además de saber más sobre la Iglesia que la propia Palabra de Dios.
¿Y qué han dicho los concilios? El III Concilio de Constantinopla, por ejemplo, condenó al Papa Honorio por haber coqueteado con las ideas de los herejes monotelitas, condena que fue confirmada por el Papa San León y por los Concilios II de Nicea y IV de Constantinopla. ¿Será que no sabían que no se puede corregir a un Papa en materia de fe? El Concilio Vaticano I como es sabido, definió las circunstancias en que el magisterio del Santo Padre es infalible. No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que eso implica que hay otro magisterio papal que no es infalible y, por lo tanto, puede estar equivocado si se aparta de la Tradición y la Escritura. Y, si está equivocado, ¿no habrá que rechazarlo como nos recordaba San Pablo en el párrafo anterior? Bueno, supongo que Mons. Fernández sabrá más que cuatro Concilios ecuménicos.
El Concilio Vaticano I, por cierto, refuta otra teoría de Mons. Fernández expresada en la misma entrevista, en la que nos asegura que: “Cuando hablamos de obediencia al magisterio, esto se entiende al menos en dos sentidos, que son inseparables e igualmente importantes. Uno es el sentido más estático, de un «depósito de la fe» que debemos custodiar y preservar incólume. Pero, por otro lado, existe un carisma particular para esta salvaguardia, un carisma único, que el Señor ha dado sólo a Pedro y a sus sucesores. En este caso no se trata de un depósito, sino de un don vivo y activo, que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni usted, ni el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el Papa Francisco.”
Este doble carisma es algo completamente ajeno a lo definido por el Concilio Vaticano I, que además lo negó expresamente: “Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe” (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Pastor Aeternus, 18 de julio de 1870). ¿Cuál es, por tanto, el carisma de Pedro? El de guardar santamente y exponer fielmente el depósito de la fe. Ese otro carisma del que habla Mons. Fernández, que “no se trata de un depósito” y que “actúa en la persona del Santo Padre” parece ser, pues, una invención, es decir una de esas nuevas doctrinas que el Concilio rechazó expresamente.
¿Y qué nos dice la historia de la Iglesia? Cuando el Papa Juan XXII afirmó que las almas de los justos solo verían a Dios después del Juicio Final, es decir, una herejía, los teólogos de París, sus propios cardenales y varios príncipes católicos se volvieron contra él e incluso le amenazaron con la hoguera hasta que el Papa se retractó de sus errores antes de morir. Su sucesor, Benedicto XII, definió como dogma de fe la doctrina que había negado su predecesor, para que no hubiera ninguna duda. ¿Será que no sabían que no se puede corregir a un Papa? El Papa Adriano VI enseñó que un Papa podía errar en materia de fe e incluso enseñar una herejía. Inocencio III dijo que la fe es algo tan importante que, como Papa, solo podría ser juzgado si se apartara de ella. ¿Les haremos caso? Claro que no, habrá que creer más bien que Mons. Fernández sabe más de historia de la Iglesia que la propia Iglesia y más teología que el Papa Benedicto XII o Adriano VI.
¿Y qué han hecho y dicho los santos? Hay multitud de ejemplos. Santa Catalina de Siena, con mucho cariño, echaba unas broncas terribles al Papa de la época. San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia, en De Romano Pontifice, habló de la posibilidad de que un Papa cayera en la herejía (citando el caso de Juan XXII como herejía material) y consideró la opinión contraria como una mera “creencia piadosa”. San Alfonso María de Ligorio dijo que, si el Papa incurriera en herejía, por eso mismo quedaría privado del pontificado. ¿Y los teólogos? Multitud de los mejores teólogos han enseñado que el Papa podía caer en herejía, como mínimo material, pero también en muchos casos formal. Por ejemplo, el Cardenal Cayetano, Melchor Cano, Francisco Suárez, Domingo Báñez, Billuart, Juan de Torquemada, Billot, Ballerini o Juan de Santo Tomás, por citar solo unos pocos. Sus opiniones sobre cómo podía solucionarse ese problema fueron muy diversas, pero el reconocimiento de que el problema de hecho podía darse es habitual entre los teólogos y todos defendían que la herejía también debía combatirse si era afirmada por un Papa, porque eso es lo que siempre ha enseñado la Iglesia sobre el tema. El Decreto de Graciano, en el siglo XII, afirmaba que el papa no es juzgado por nadie, “a no ser que se desvíe de la fe”. En fin, supongo que ya podemos tirar los escritos de santos y teólogos a la papelera, ahora que Mons. Fernández nos ha explicado las cosas mucho mejor.
Todo esto (y otros muchos ejemplos más que podrían darse), por supuesto, no decide el tema de si conviene corregir a un Papa en concreto o no, que es una cuestión prudencial y en la que conviene ser muy humildes y cautelosos, pero muestra sin lugar a dudas que la idea de que los obispos no deben corregir nunca al Papa en materia de fe es completamente ajena a la enseñanza de la Iglesia a lo largo de los siglos.
Sería injusto centrarnos demasiado en el pobre Mons. Fernández, que simplemente es hijo de una época en que la mala formación es habitual y se encuentra en un cargo que le supera, porque el problema, como decíamos está mucho más extendido. Tiendo a pensar que los católicos del futuro se maravillarán al pensar en nosotros y dirán que vivimos en una época asombrosa, en la que no solo tenemos clérigos que son más misericordiosos que el mismo Jesucristo, sino también son más sabios que Santo Tomás, más obedientes que San Pablo y más santos que San Roberto Belarmino o San Alfonso María de Ligorio y conocen mejor la fe que los Concilios Ecuménicos que la definieron o que la propia Palabra de Dios. Todo un portento.
¿Qué debemos hacer en una época así? Lo que siempre han hecho los católicos: amar a la Iglesia, rezar mucho por el Papa y los obispos, ser fieles a la Tradición recibida y a la fe de la Iglesia, rechazar humildemente pero con firmeza todo lo que sea contrario a ellas y confiar en Cristo, que es el único Señor de la Historia.
195 comentarios
Benedicto XVI:
"El Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley. Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad"
La Virgen nos anuncia en el Mensajes al P. E. Gobbi (Mov. Sacerdotal Mariano) del 4-junio-1995, Solemnidad de Pentecostés, que: “En el Cenáculo espiritual de mi Corazón Inmaculado, ahora debe realizarse el prodigioso acontecimiento del segundo Pentecostés, invocado y esperado por vosotros. ..Este tendrá lugar con el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo…Permaneced reunidos en la oración Conmigo, Madre de la Misericordia, en la esperanza y en la anhelante espera del segundo Pentecostés, ya próximo”.
Y, Pío XII, en su Discurso dirigido a los jóvenes de la Acción Católica el 19 de marzo de 1958 (L’OSSERVATORE ROMANO - EDICION SEMANAL EN LENGUA CASTELLANA
Año VII N º 329 -- BUENOS AIRES -- JUEVES 3 de ABRIL de 1958) dijo: “¿Podemos recordaros, por lo tanto, que a vuestras espalda queda un invierno oscuro, pero que ante vosotros se presenta u verano luminoso? ¿Podemos invitaros a vivir con el máximo empeño la primavera que Dios está dando al mundo, que está dando a la Iglesia?...
“haced vuestra nuestra esperanza y decid a todos que nos encontramos en una primavera de la historia; quiera Dios que sea una de las primaveras más hermosas que los hombres han vivido: tras uno de los inviernos más largos y más crudos, una primavera que precede a uno de los veranos más ricos y luminosos”.
Por su humildad, María ha merecido ser elevada a la dignidad de Madre de Dios, del Rey del Universo, y de todos los Títulos eminentes que la enaltecen por arriba de los ángeles y bienaventurados.
Así, sólo a Ella, la Mujer del Génesis, le ha sido confiada la misión de aniquilar al anti-cristo y abrir el Nuevo Universo del Reino de Dios a una nueva sabiduría, santidad y poder, ante la cual palidecen los acopios del patrimonio cristiano del “hombre viejo del pecado” reunidos desde la Creación del mundo hasta hoy.
Toda indagación sobre las Escrituras y la Tradición que sea llevada a cabo sin la Luz de la Gloria de Cristo irradiada por la Aurora de María es pobre esfuerzo de un hombre esencialmente limitado a causa del pecado original. Esfuerzo y frutos insuficientes para participar de los trabajos eminentes que nos propone el Espíritu Santo, a los que nos convoca María sólo bajo su Conducción.
Debemos, en esta hora trascendente de la Iglesia y de la humanidad, orar intensamente a fin de que se manifieste en nosotros el “hombre nuevo”, nacido en Cristo, dado a Luz por el Corazón Inmaculado de María por Obra del Espíritu Santo que nos hizo hijos del Padre.
“Cuando Cristo se manifieste, entonces, vosotros también os manifestaréis en gloria con Él” (Col 3, 4).
La Misión que la Virgen lleva adelante por Decreto de Su Hijo, está rasgando las tinieblas ontológicas de los hombres y de las cosas, tras lo cual da a Luz todo cuanto a sido asumido por Cristo en Sí: ángeles, hombres y cosmos, Ella, la Madre y Reina de todo lo creado.
El balbuceo de los milenios cesa ante la potencia de la Voz de María que derriba las murallas y abre las Puertas del Nuevo Paraíso Terrenal al que nos invita pasar. El ángel de espada flamígera que las guardaba, se ha retirado. María es la Puerta por la que debemos pasar e ingresar.
Toda demora en nuestra decisión nos aproxima al precipicio de la rebelión del orgullo que resiste a María en su Humildad y Majestad de Madre de Cristo, Esposa del Espíritu Santo, Hija del Padre, Trono y Santuario de la Santísima Trinidad.
El “mundo viejo del pecado” es un liquen que perece y se desprende de las ramas marchitas del “árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis), cuyo ciclo se ha cumplido.
El “nuevo tiempo de María ha llegado”, la Mujer por excelencia trae los perfumes de la nueva primavera de la historia, anuncia los frutos inconmensurables de un verano inaudito.
“Algunos os turban y pretenden pervertir el evangelio de Cristo. Pero aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciase otro evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal. 1, 7-8).
Tiene también mucho interés el comentario de San Vicente de Lerins en el Commonitorium (nº 8):
“La autoridad del Apóstol se manifestó entonces con su más grande severidad: aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema (Gal. 1, 8).
¿Y por qué dice San Pablo "aun cuando nosotros mismos", y no dice "aunque yo mismo"?
Porque quiere decir que incluso si Pedro, o Andrés, o Juan, o el colegio entero de los Apóstoles, anunciasen un Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema."
Lo mismo vale para cualquiera de los sucesores de San Pedro o para el colegio entero de los obispos.
Rechacemos, por lo tanto, las novedades y aferrémonos a las tradiciones.
Más bien se deja que el polvo se acumule sobre ellos, como escribió ya en 1966 Guido Morselli en la profética novela "Roma sin Papa", publicada póstumamente en 1974 (hay traducción al español en la editorial Anagrama):
"¿No es más cómodo, más tranquilo ... dejar que el polvo se acumule sobre los dogmas? Basta con declarar que es interés supremo (o único) de la Iglesia hacerse promotora de la paz mundial, aunque esto signifique poner a la Iglesia a la altura de la Cruz Roja Internacional" (pág. 120 de la versión española, ed. Anagrama, Barcelona, 1987).
"Pero, por otro lado, existe un carisma particular para esta salvaguardia, un carisma único, que el Señor ha dado sólo a Pedro y a sus sucesores. En este caso no se trata de un depósito, sino de un don vivo y activo, que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni usted, ni el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el Papa Francisco"
Solo con este resumen de las palabras del Trucho, como le llaman cariñosamente en argentina, al experto sanador en osculos, es imposible concederle el mas mínimo beneficio de la duda de que actua con buena Fe.
No hace falta recordad que el Trucho es de la escuela Bergogliana, mejor dicho Bergoglio es de la escuela del Trucho. El trucho es la mano que le mueve las enciclicas a Bergoglio, ese intento fallido de ser el Trucho.
Explica usted muy bien el error de concepto que pretende colarnos el Trucho inventandose un nuevo carisma que habilitaría a Bergoglio para cambiar verdades de Fe. La verdad es que tendría que ser no un carisma sino un sado de ellos para que alguien con una formación tan roma en teología, y con una formación en general tan tosca y gruesa pudiera tener ese don.
Sin embargo la mera mención a Burke es consciente y malevola por parte del Trucho.
El presenta una falsedad a sabiendas, MIENTE A TODOS LOS CATOLICOS. El problema para el es que como dice el refran la mentira tiene laspatas cortas.
Al citar a BURKE esta desvelando su falsedad y su felonía.
El Trucho presenta una situación en la que supuestamente algunos obispos le han comentado que disponen de un carisma especial cuando son reconvenidos por recordar verdades de Fe a Bergoglio.
Resutla de todo punto imposible que eso sea cierto, porque Burke que si es una persona con una educación teológica y personal exquisitas, no como ese par de dos, y que les da millones de vueltas en teología y en señorío, jamas podría decir una cosa así.
Pero es que no solo Burke, un STRICKLAN, un SNEIDER, etc, todos ellos tienen una buena formación para su cargo, y saben que no tienen un carisma especial, sino simplemente el de su estado por ser obispos para custodiar el depósito de la Fe.
El trucho miente. Miente a sabiendas, y una vez mas, especialidad del Jano Trucho/Bergoglio vuelve a intentar tomar a los católicos por imbéciles.
Esto es un burdo ataque mas a Burke. No me creo ni que el Trucho se crea sus propias palabras. El como Bergoglio juega en otra liga. Es comunicación política, imagen al modo político.
El va a realizar vericuetos, pero jamas se va a atrever a entrar en materia. Si no lo tiene muy facil, que le diga a Bergoglio como contestar los Dubia, que ya estan tardanto y es su principal misión desde hace muchos años.
El Trucho, como propagandista, se dirige a una audiencia objetivo, y me temo que no es a los católicos practicantes preocupados por vivir y mejorar su Fe, sino a muchisimo otros que no son practicantes pero son bautizados, y que lo que pretenden es precisamente lo contrario, barra libre moral, para justificar hacer lo que ellos decidan.
PREGUNTA CONCRETA.
Si San Alfondo María de Ligorio dice, que el Papa si incurre en herejía deja de ser Papa, eso aparte de parecer algo lógico, ¿tiene algún tipo de validez efectiva? Y si la tiene, ¿la tiene por la santidad de San Alfonso o es que esta recogido en algun cannon?
Ellos saben a donde van y lo que quieren y por sus actuaciones podemos predecirlo.
Estas declaraciones del Trucho se producen antes del sinodo anodizante.
Ni Bergoglio ni el Trucho han dicho nada de las barbaridades de los obispos alemanes,al contrario han promovido y aupado a sinverguenzas como Paglia o a herejes como HOLLDERLICH, que curiosamente es el relator del Sinodo, la zorra puesta a cuidar las galllinas. Este es el mundo corrupto de Bergglio.
El Trucho critica a Burke y con ello a todos los obispos rectos, no a los obispos herejes.
¿Casualidad? ninguna.
Estan trabajando para ver hasta donde puede Bergoglio en su proceso de deconstrucción gradual de la Iglesia católica.
Debe hacerlos sospechar esa mención a un nuevo carisma, y mucho de que Bergoglio esta preparando como los asamblearios marxistas que en el Sinodo varios herejes de un pequeño paso adelante y luego Bergoglio dar dos.
Y tiene que ser algo que chirrie y de cierto nivel. No va a hacer todo de un plumazo, sino que sus secuaces van a sacar algo en el sínodo claramente no permitido para que lo ratifique Bergoglio.
De ahí el avance del carisma.
Pueden ser cutres y zafios hasta la saciedad, pero son astutos y saben donde quieren ir.
Es más, Roberto Bellarmino enseña que tenemos la obligación de resistir al Papa en caso de que atente contra la fe.
Así que nada, a resistir. Motivos hay
Sepulcros blanqueados es una excelente descripción para ambos.
Ahí lo dejo.
Por eso, aunque algunos de los balaanes actuales nos den palos, nosotros, como la terca burra de Balaán, pues al final, el profeta resultó más burro que el semoviente, y a lo mejor salvamos a algún Balaán que otro...
¿A que la Burra de Balaán tiene más derecho a estar en las hornacinas que los bueyes de S. Isidro, el perro de S. Roque, la ciervita de S. Gil, el cuervo de S. Elías, el cochinito de S. Antón y el caballo de S. Jorge? El único que le hace sombra es la Borriquita de la Entrada Triunfal en Jerusalén, que seguramente era descendiente de la burrita de Balaán.
Y cita usted el caso de Juan XXII, un caso al que dediqué atención hace años... La crisis actual es como la del Arrianismo, con la diferencia de que el Papa no es un Liberio sino un Juan XXII
Muchas gracias
"A mi modo de ver, es una típica exaltación del líder, de modo místico, como otros líderes en la historia"
Sí. Desgraciadamente, el propio Papa juega al mismo juego, contra los rígidos, indietristas y neopelagianos, que en realidad parece ser cualquiera que se atreva a corregirle.
"Y recordemos... Benedicto XVI"
Hay infinidad de textos, como es lógico ya que se trata de lo que siempre ha enseñado la Iglesia. Estuve a punto de añadir lo que dice Newman de que el carisma de Pedro es, en esencia, un carisma de inmovilidad y rémora contra las novedades, pero no quise alargar demasiado el artículo.
"Hay infinidad de textos, como es lógico ya que se trata de lo que siempre ha enseñado la Iglesia."
Sí, comenzando por el mismísimo código de derecho canónico.
"1) El nuevo Prefecto tiene la misión de custodiar la doctrina de Francisco"
Solo el hecho de usar esa expresión "la doctrina de Francisco" ya pone los pelos de punta.
"Tiene también mucho interés el comentario de San Vicente de Lerins en el Commonitorium"
¡Muy bueno!
"Santo Tomás, de hecho, siguió la filosofía platónica, no la doctrina católica"
Es difícil meter más la pata con menos palabras.
"Es más, Roberto Bellarmino enseña que tenemos la obligación de resistir al Papa en caso de que atente contra la fe"
Todos los autores afirman lo mismo sobre ese punto y no puede haber ninguna duda sobre él. Lo asombroso es que el Prefecto del Dicasterio para la Doctrian de la Fe no lo sepa.
Hay que tener en cuenta que se puede dejar atrás a Dios Padre Creador, como si su función hubiese terminado; a Dios Hijo porque vino a este mundo hace más de veinte siglos y quedarnos con el Espíritu Santo cuya función podemos adaptar a lo que nos conviene.
Esto lo mismo sirve para acallar a un obispo, que por lo visto no cuenta con la asistencia del Espíritu Santo, como para que cualquier cosa que diga quién tenga las más altas funciones se convierta en inspiración directa del Espíritu Paráclito. La única posibilidad que tenemos para saber si el Espíritu Santo inspira a alguien son las palabras de esa persona, si dice aquello que siempre se dijo o dice algo que no se había dicho nunca. El Espíritu Santo no va a ponerse a decir ahora cosas nuevas, hay que tener eso en cuenta.
Sus escritos están repletos de ideas modernistas, populistas y políticamente correctas. Como he dicho, es un político, al igual que quien le ha nombrado. Habla y escribe para ser aplaudido por una masa inmensa de lerdos: no para remover las conciencias -como debería- y, haciéndose dócil canal de la gracia, ayudar a la conversión de los pecadores y a la confirmación en la fe de los sencillos.
Después de haber escrito Amoris laetitia, haber defendido la moral de situación -con el rechazo del intrinsece malum- y haber declarado lo que se denuncia en el post, no cabe esperar de él, humanamente hablando, más que las sandeces a las que, para nuestra desgracia, nos tiene acostumbrados. Lo mejor que podemos hacer, por él y por nosotros, es elevar nuestro punto de mira y rezar para que rectifique. Sería un milagrazo impresionante, ya lo sé. Pero es lo que está en nuestro mano haber. Y en mismo pack, metamos también a quien lo ha nombrado. ¡Vete tú a saber lo que el Señor está dispuesto a hacer, si se lo pedimos con confianza y perseverancia!
"Bien entendidas las palabras del Tucho, ya ha confesado lo que va a pasar con el Sínodo: ya esta todo preparado, las conclusiones ya están hechas..."
Temo que así sea.
Cierto que Juan XXII erró como doctor privado en un solo punto de doctrina.
Pero por lo demás fue ortodoxo en todo y gran administrador de la Iglesia. Defensor aguerrido del primado y de la buena doctrina, canonizó a Santo Tomás de Aquino ¡que no fue un filósofo neoplatónico!
En cambio, en este pontificado calamitoso no es un único punto de doctrina el atacado desde las alturas pontificias.
Son todos los dogmas los que se deforman hoy con el polvo y aroma modernistas de la confusión.
Que Romano Amerio denunció en 1987, con el nombre de circiterismo, como característico de la crisis espantosa que padece la Iglesia desde hace ya medio siglo, agudizada en nuestros días. Nada que ver con el buen Juan XXII de Aviñón.
Reconozco que esto es algo nuevo que no sabría clasificar porque oscila entre lo improvisado y lo que puede tener un objetivo preciso envuelto en falsa simplicidad. A veces se atisban claras intenciones en medio del florido pensil. El Sínodo de la Sinodalidad engañó a todo el mundo con una apariencia de hacer cosas por aquello de hagan lío sin mucha precisión, pero a estas alturas se atisba una intencionalidad bastante preocupante.
En general los católicos llamados tradicionales somos muy directos, razón por la cual se nos da mal el lenguaje zigzagueante- a mí, personalmente, se me da fatal- y cuando alguien empieza a decir cosas raras lo tomamos por falta de formación, deficiencias personales, etc...cuando, probablemente, no es necesario ser Santo Tomás de Aquino para demoler a Santo Tomás de Aquino quitando arena bajo los pies, y el que hace eso no sirve ni para descalzar al santo, pero tiene esa extraña capacidad deconstructora. Las palabras que nunca han sido utilizadas en Teología y que ahora salpican el habla de los eclesiásticos pertenecen a esa categoría.
El don que el Señor ha dado sólo a Pedro y a sus sucesores es la asistencia para no afirmar errores en ejercicio de su magisterio extraordinario. No para no afirmar errores en ejercicio de su magisterio ordinario ni mucho menos para no sostener interiormente errores.
Una afirmación puede ser errónea tanto por contradecir el depósito de la fe (el cual se cerró con la muerte de S. Juan Evangelista) como por contradecir la realidad natural. El hecho de que ningún Papa definió solemnemente la facticidad del geocentrismo, de la Creación hace pocos miles de años o del diluvio universal es parte de esa asistencia. Probablemente la mayoría sino todos ellos hasta hace 100 o 200 años sostuvieron interiormente esas nociones como verdaderas.
Sabrá mucho de Dionisio el aeropagita y Plotino. Pero sobre Santo Tomás sabe poco. Los dos autores que más cita el Aquinate son Aristóteles en primer lugar y San Agustín en segundo
Yo lo tengo muy claro. Si sale algo contrario a la fe, lo voy a resistir.
Exurge Domine et judicam causam tuam
"El único que le hace sombra es la Borriquita de la Entrada Triunfal en Jerusalén, que seguramente era descendiente de la burrita de Balaán"
Me ha gustado la idea de que el asnito en el que montó Jesús era descendiente de la burra de Balaam.
"Propongo que el 1% lo demos a este portal"
¡El mejor comentario de todos!
Bueeeno, quizá no sea el mejor, pero sin duda es excelente, oportuno y signo de gran sabiduría.
Más claro imposible, demasiado elogio compararlo con Santo Tomás, el Aquinate no merece esto...
En estos momentos la vigencia de Veritatis Splendor es atronadora:
"Cada uno de nosotros conoce la importancia de la doctrina que representa el núcleo de las enseñanzas de esta encíclica y que hoy volvemos a recordar con la autoridad del sucesor de Pedro. Cada uno de nosotros puede advertir la gravedad de cuanto está en juego, no sólo para cada persona sino también para toda la sociedad, con la reafirmación de la universalidad e inmutabilidad de los mandamientos morales y, en particular, de aquellos que prohiben siempre y sin excepción los actos intrínsecamente malos.
Al reconocer tales mandamientos, el corazón cristiano y nuestra caridad pastoral escuchan la llamada de Aquel que «nos amó primero» (1 Jn 4, 19). Dios nos pide ser santos como él es santo (cf. Lv 19, 2), ser perfectos —en Cristo— como él es perfecto (cf. Mt 5, 48): la exigente firmeza del mandamiento se basa en el inagotable amor misericordioso de Dios (cf. Lc 6, 36), y la finalidad del mandamiento es conducirnos, con la gracia de Cristo, por el camino de la plenitud de la vida propia de los hijos de Dios.
Como obispos, tenemos el deber de vigilar para que la palabra de Dios sea enseñada fielmente. Forma parte de nuestro ministerio pastoral, amados hermanos en el episcopado, vigilar sobre la transmisión fiel de esta enseñanza moral y recurrir a las medidas oportunas para que los fieles sean preservados de cualquier doctrina y teoría contraria a ello.
A todos nos ayudan en esta tarea los teólogos; sin embargo, las opiniones teológicas no constituyen la regla ni la norma de nuestra enseñanza.
Su autoridad deriva, con la asistencia del Espíritu Santo y en comunión «cum Petro et sub Petro», de nuestra fidelidad a la fe católica recibida de los Apóstoles.
Como obispos tenemos la obligación grave de vigilar personalmente para que la «sana doctrina» (1 Tm 1, 10) de la fe y la moral sea enseñada en nuestras diócesis.
Vean también de Ratzinger: CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE NSTRUCCIÓN "DONUM VERITATIS" SOBRE LA VOCACIÓN ECLESIAL DEL TEÓLOGO.
Muy cierto. Que la Revelación terminó con la muerte del último de los Apóstoles es una verdad católica negada por los modernistas, o más bien oscurecida y deformada (porque los modernistas prefieren siempre oscurecer y deformar en lugar de negar nada).
Por eso San Pío X condenó el error opuesto:
"La Revelación que constituye el objeto de la fe católica no quedó completa con los Apóstoles" (proposición nº 21 condenada en el decreto Lamentabili -1907- contra los errores de los modernistas).
La Revelación “se contiene en los libros escritos y las tradiciones no escritas que, transmitidas como de mano en mano, han llegado a nosotros desde los Apóstoles, quienes las recibieron o bien de labios del mismo Cristo, o bien por inspiración del Espíritu Santo” (Concilio de Trento, sesión IV, 1546).
Desde entonces no cabe ninguna novedad sustancial en el depósito de la fe confiado a la Iglesia.
Únicamente cabe el progreso homogéneo, orgánico y accidental en su conocimiento y exposición, “solamente en su propio género, es decir, en el mismo dogma, en el mismo sentido, en la misma sentencia" (Commonitorium de San Vicente de Lerins, citado por el Concilio Vaticano I en la constitución Dei Filius -1870- y por San Pío X en el Juramento contra los errores del modernismo -1910).
¿Quien es Bruno, qué carisma recibió del Espíritu Santo sobre el, es teólogo, para tan escueto blog?
No existe canon en el derecho canónico que exhorta a corregir al Papa públicamente.
Lo que hizo San Pablo con San Pedro fue más una corrección fraterna y frentera cara a cara, no cobardemente como el traidor Lutero que publicó a sus espaldas, a traición y miré las consecuencias.
Por otro lado no puede apelar a Santo Tomás de Aquino porque el no está por encima de la iglesia y no es el culmen de la revelación y el magisterio. No todo lo que digan los santos es magisterio. Santo Tomás también habló de la vida del embrión, lo cual la iglesia rechaza.
Las correcciones al papa deben ser de tipo privado, fraterna, frentera, cara a cara.
ningún católico se atrevería públicamente a corregir al papa porque sería dejarlo en detrimento en su imagen y buen NOMBRE.
cuidado están jugando con FUEGO, Bruno
En germen, en el nº 8 de la constitución Dei Verbum (1965) del Concilio Vaticano II:
“Dios, que habló en otro tiempo, habla sin intermisión con la Esposa de su amado Hijo; y el Espíritu Santo, por quien la voz del Evangelio resuena viva en la Iglesia, y por ella en el mundo, va induciendo a los creyentes en la verdad entera y hace que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente (cf. Col 3, 16)”.
Avanzó por la misma senda Pablo VI en su carta del 11 de octubre de 1976 al arzobispo Marcel Lefebvre:
"La Tradición no es un elemento fijo o muerto, un hecho en cierto modo estático que bloquearía en un momento determinado de la historia la vida de ese organismo activo que es la Iglesia".
Y Juan Pablo II en el motu proprio Ecclesia Dei (1988), cuando reprocha al mismo arzobispo “una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición”.
Por igual camino que Juan Pablo II, Benedicto XVI confirma y explica esta idea de Tradición viva:
"La Tradición es la continuidad orgánica de la Iglesia … Así, la Tradición es la presencia permanente del Salvador que viene para encontrarse con nosotros ... Así pues, concluyendo y resumiendo, podemos decir que la Tradición no es transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas. La Tradición es el río vivo que se remonta a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes están siempre presentes" (alocución del 26 de abril de 2006).
La misma idea e imagen en palabras del papa Francisco: “Hermanos, hermanas, volvamos al Concilio, que ha redescubierto el río vivo de la Tradición sin estancarse en las tradiciones” (homilía del 11 de octubre de 2022). Confesión abierta de una nueva religión: la Tradición pretendidamente redescubierta, como si durante casi dos mil años la Iglesia se hubiese extraviado.
El río es idéntico, se nos sugiere, aunque las aguas fluyan y cambien. Al modo de ver de Francisco, que es agudizado aquel modo de ver de sus predecesores posconciliares, el sujeto-Iglesia permanece, mientras que el objeto se transforma.
Pero, como dijo Heráclito en uno de sus más conocidos aforismos: “No es posible bañarse dos veces en el mismo río, porque nuevas aguas corren siempre sobre ti". Tampoco es posible bañarse dos veces en la misma Iglesia que se llama conciliar y ahora sinodal, porque nuevas aguas turbulentas corren siempre sobre ella.
No sabemos todavía hasta dónde llegará el camino o río o vendaval sinodal. Pero sabemos de dónde proviene: de la idea errónea de Tradición viva.
Diga usted que sí, hombre, ya sabemos: tener que ver blanco lo negro, obediencia ciega de juicio bajo los acordes del "Perón, Perón, que grande sos", y con los chillidos de Evita: "para nosotros Perón es dios y aquí nadie tiene la verdad más que Perón"; o si prefiere lo de D. Adolfo Ein Volk, ein Reich, ein Führer. ¿Esa es su idea de Iglesia? ¿Para usted todo lo que sale de la boca del papa es infalible, requiere asentimiento de fe y ha sido inspirado por el Espíritu Santo? Por favor, caballero.
Lo que dice Bruno, y lo que dice santo Tomás es verdad no porque lo hayan dicho ellos, sino porque responde, se adecua a la realidad. Si algo era verdad antes, sigue siendo verdad después. Y dado que el papa puede meter la pata, y en la historia la han metido bastantes veces, cuando lo que estén peligro es la fe, es de puro sentido común y sentido de fe contraponer la verdad al error. Le recuerdo que prácticamente todas las manifestaciones de un papa no son de fe, mientras que hay otras afirmaciones que sí lo son. Si lo que dice el papa se opone a la fe, sin más hay que denunciarlo ¿tan difícil es de entender? Con todo el respeto que se quiera, pero hay que advertir a quien pueda confundirse.
"Buenas. ¿Quien es Bruno, qué carisma recibió del Espíritu Santo sobre el, es teólogo, para tan escueto blog?"
Me temo que no ha entendido nada. Lo que se han dado en este artículo son argumentos racionales. Eso es lo que importa y no yo.
"Lo que hizo San Pablo con San Pedro fue más una corrección fraterna y frentera cara a cara, no cobardemente como el traidor Lutero que publicó a sus espaldas, a traición y miré las consecuencias"
Con que lea el artículo (o la Carta a los Gálatas) verá que San Pablo corrigió a San Pedro públicamente. Y después, además, se lo contó a todo el mundo en la Carta a los Gálatas.
Lutero, por cierto, también hizo sus críticas públicamente. Su problema no fue que actuara "a traición", sino que en vez de defender la Tradición de la Iglesia se inventó otra que le gustaba más.
"Por otro lado no puede apelar a Santo Tomás de Aquino porque el no está por encima de la iglesia y no es el culmen de la revelación y el magisterio. No todo lo que digan los santos es magisterio. Santo Tomás también habló de la vida del embrión, lo cual la iglesia rechaza"
Santo Tomás de Aquino, al hablar de la corrección en materia de fe, no dijo más que lo que siempre ha enseñado y hecho la Iglesia sobre el tema (como muestran todos los otros ejemplos de Papas, concilios, santos y la propia Palabra de Dios que se dan en el artículo).
Sobre el embrión, veo que no sabe usted de lo que habla y, en cualquier caso, es irrelevante, así que no nos vamos a meter en ello.
"Las correcciones al papa deben ser de tipo privado, fraterna, frentera, cara a cara"
Eso se lo ha inventado usted. Como he mostrado en el artículo, lo que siempre ha hecho y enseñado la Iglesia es lo contrario: cuando el pecado o el error es público, lo que corresponde es la correción pública.
"ningún católico se atrevería públicamente a corregir al papa porque sería dejarlo en detrimento en su imagen y buen NOMBRE"
He dado un montón de ejemplos de lo contrario. Y, en cualquier caso, si un Papa dice algo contrario a la fe, el que va en detrimento de su imagen y buen nombre es él y no el pobre fiel que sufre ese escándalo y que es la víctima en todo esto. Culpar a la víctima es propio de miserables.
Ya me dirás tú a quién apelan los católicos chinos cuando les encierran para reeducarlos, al Papa no, desde luego.
"Hace muchos años, por desgracia, que me topo con heterodoxos, y os lo puedo asegurar, son más intransigentes, sectarios, autoritarios, totalitarios y violentos que cualquier fanático ortodoxo. Desde arrancar reclinatorios hasta exhortar a los que se arrodillan en la Consagración a que ya no hay que hacerlo, tratar de malos e hipócritas a los que no les siguen sus consignas y hacerles el vacío, ridiculizar a los que rezan el Rosario y siguen tradiciones centenarias..."
Así es. Y se debe a que, una vez abandonada la fe, ya no tienen freno. Lo único que les queda es su voluntad, absoluta y sin límites. Como le gusta citar a Luis, hoc volo, sic iubeo, sit pro ratione voluntas.
"Mejor equivocarse con el Papa que acertar contra él. Siempre con el Papa, ni un paso más atrás ni un paso más adelante, siempre al mismo paso del Papa de turno. Sois unos soberbios que os creéis en posesión de la verdad."
Es lo mismo que nos decían cuando durante casi cuarenta años denunciábamos la traducción tramposa y escandalosa del "pro multis" como "por todos" ¡en el corazón de la Misa!
Hasta que Benedicto XVI corrigió la infamia y dejamos de ser "soberbios".
Pseudo-Dionisio es realmente el tercer autor más frecuentemente citado por S. Tomás luego de S. Agustín y Aristóteles. Pero S. Tomás transforma el pensamiento de Pseudo-Dionisio al integrarlo en su propia obra. Las referencias al respecto que conozco están en inglés. Doy 3.
El libro "Pseudo-Dionysius and the Metaphysics of Aquinas" de 1992. Gran parte disponible en:
www.academia.edu/9861840/Pseudo_Dionysius_and_the_Metaphysics_of_Aquinas
El capítulo "Albert, Aquinas and Dionysius" en el libro "Re-thinking Dionysius the Areopagite" de 2008. Disponible en:
afkimel.files.wordpress.com/2018/08/burrell-on-aquinas-and-dionysius.pdf
La tesis de maestria "Pseudo-Dionysius the Areopagite: His Metaphysics and Medieval Reception" de 2017. Gran parte disponible en:
www.proquest.com/docview/2116232223
crisismagazine.com/opinion/solum-magisterium
Me figuro que Bruno se referirá a una afirmación que hizo Adriano de Utretch, que llegó a ser Adriano VI en su comentario al IV libro de las Sentencias de Pedro Lombardo. En ese tomo se habla de los sacramentos, y al tratar de la confirmación examina diversas opiniones, y tiene que criticar a algún papa anterior. Ahí dice que el papa puede errar (obviamente no se refiere a la proclamación de una verdad definitiva). Ese libro lo volvió a publicar siendo ya papa Adriano, con lo cual, aunque no sea lo que hoy entendemos por magisterio, sí que se puede decir que estaba aprobado por el mismo papa, que era quien lo publicó.
Cuando el Vaticano I estudió lo referente a la infalibilidad se conocían todos esos casos de errores históricos, pero precisamente por eso en la definición de la Pastor aeternus se restringió la infalibilidad a casos muy circunscritos y concretos, en los que quedara claro el carácter definitivo de la sentencia y que era para toda la Iglesia.
Por otro lado no puede apelar a Santo Tomás de Aquino porque el no está por encima de la iglesia y no es el culmen de la revelación y el magisterio
LF:
CVII, Optatam Totius:
Ordénese la teología dogmática de forma que, ante todo, se propongan los temas bíblicos; expóngase luego a los alumnos la contribución que los Padres de la Iglesia de Oriente y de Occidente han aportado en la fiel transmisión y comprensión de cada una de las verdades de la Revelación, y la historia posterior del dogma, considerada incluso en relación con la historia general de la Iglesia; aprendan luego los alumnos a ilustrar los misterios de la salvación, cuanto más puedan, y comprenderlos más profundamente y observar sus mutuas relaciones por medio de la especulación, siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás (en latín: ea ope speculationis, S. Thoma magistro)
Canon 212 (los fieles) § 3. Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.
PD. Como se advierte claramente los fieles en general tienen derechos y deberes, es sencillo ejercer y exigir los "derechos" y vemos que todos los días de reclaman, pero es más que difícil encontrar valientes que peleen hasta el fin el buen combate, mantengan la Fe y se atrevan a ejercitar sus "deberes" entre los que están manifestar a los Pastores y a los demás fieles "su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia".
Baste señalar hechos graves: el actual obispo de San Nicolás, Mons. Santiago, ha dispuesto desde el 2017 hasta la fecha NO PUBLICAR NI DIFUNDIR los Mensajes dados por Jesús y por Su Madre, de acuerdo, según él, con el criterio del Vaticano avalado por teólogos y “psicólogos”.
Las actuales Apariciones de Jesús y de María cuentan con el respaldo de los obispos Mons. Castagna y Maulión que fueron titulares de esa diócesis y con el Decreto que reconoce el carácter De Supernaturalitate expedido por Mons. Cardelli que dio publicó los Mensajes de Jesús y de María dados durante más de veinticinco años.
El Papa Francisco afirmó con falta de respeto, que la Virgen no es una “Jefa de Correos para dar Mensajes todos los días”, cuando a él le consta que es así, y que la Virgen lo ha afirmado explícitamente. Además, el Papa se ha referido a la Virgen diciendo: “No es Jefa de Telégrafos, para indicar a los pastorcitos el lugar y el día de su próxima Aparición” (entrevista periodística en el avión de regreso), con lo cual NIEGA LAS APARICIONES.
Además, es ostensible que no se hacen referencias por parte de obispos y sacerdotes al Triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, conforme Ella lo ha anunciado.
En términos generales, se silencia y obstaculiza la Misión extraordinaria encomendada por Cristo a Su Madre de “llamar a la Conversión al mundo entero”, derrotar y demoler la moderna Babilonia, y pisar la cabeza del dragón infernal, anticristo, demonio, o satanás.
No sorprende la forma astuta de esta ofensiva contra María por parte del demonio. Emplea la soberbia como su arma más efectiva. Propone un Cristo sin María y una Iglesia sin María.
Por eso, la Virgen advierte; “Derribaré a cualquier enemigo que se oponga a dar a conocer lo que te doy”, y Jesús ratifica: “Quien rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza”.
Nadie puede resistir el ataque escatológico y final lanzado por el demonio contra la Iglesia: sólo María ha recibido la Misión de aniquilarlo y de proteger a sus hijos fieles.
Si Spadaro se atreve a hacer correcciones a Jesucristo y luego viene Fernández a decirnos que los obispos no pueden corregir al Papa, la deducción más elemental indica que la Iglesia está recién fundada por este Papa y no por Jesucristo porque Jesucristo estaba sometido a cambios de humor y meteduras de pata y en cambio el Papa es omnipotente.
Ante eso no es extraño que los católicos pongamos pie en pared: ¿Quién cómo Dios? Porque Jesucristo es Dios antes de todos los siglos, que quede claro.
El Triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo abrirá las Puertas de la Iglesia y de la humanidad a Cristo que Vuelve, que instaurará su Reinado de Rey del Universo. No hay cristocentrismo sin la Mediación de María. No hay caída de la Babilonia, ni derrota del anticristo sino por la Intervención Omnipotente e Intercesora de María, Madre y Reina de la Iglesia.
Sólo a María le ha sido confiada la Misión de poner fin al tiempo del “hombre viejo del pecado” e iniciar “los nuevos tiempos” del Espíritu Santo, de quien es Su Esposa. Para lo cual trae Su Aurora que irradia la Luz de la Gloria de Cristo en preparación del Camino a Su Venida.
Sí. En el artículo solo hemos tratado la cuestión de si es posible en algunas circunstancias corregir al Papa (o a cualquier otro superior) cuando hay peligro para la fe, cosa que hasta donde puedo ver es innegable según la Tradición de la Iglesia.
En cambio, como se dice en el propio artículo, la cuestión de cuándo y cómo debe hacerse esa corrección es más compleja, por ser prudencial, así que hay que tener mucho cuidado con ella. Según el derecho canónico (que habla de un caso más amplio), hay dos normas fundamentales: una corrección así debería hacerse siempre a) con caridad y b) guardando el respeto debido a la dignidad de la persona corregida.
Me parece que tratamos esas normas en un post antiguo, titulado: Pero Don José Fernando, no es esa la verdad católica
"En este contexto, cabe preguntarse si con estas premisas tiene algún sentido un Papa o una Iglesia cuya misión es presentar las verdades en las que creer y los sacramentos para santificar. En estricta lógica no."
me dio pie a revisar mi afirmación anterior "esto es joaquinismo puro", porque en la tercera edad de la historia segun la interpretación de los escritos de Joaquín de Fiore por Gerardo de Borgo San Donnino, la edad del Espíritu Santo, "no será necesaria la instrucción, pues todos los hombres conocerán a Dios, ni el conocimiento teológico, pues el conocimiento de Dios será místico y suprarracional" y "quedará superada la economía sacramental y la constitución jerárquica de la Iglesia. Los hombres serán guiados directamente por el Espíritu Santo, sin necesidad de otras mediaciones humanas, como son los sacramentos, las constituciones religiosas, el derecho canónico, etc." [1]
Por lo tanto la posición de Fernandez no es joaquinismo puro sino la conducción por parte del Papa, quien gozaría de un carisma unico de iluminación para ese oficio, de una inteligencia progresiva de la Revelación, la cual está ya presente en un trabajo que publicó en 1998 [2] del cual cito un par de párrafos a continuación:
"Lo que en definitiva quiere decirse es que el Espíritu puede explicitar nuevos aspectos del Evangelio escrito que la conciencia de la Iglesia había ignorado por completo a lo largo de la historia.
[...]
Lo expresado por Cristo en su vida terrena no abarca todo lo que dijo al hombre el Misterio insondable del Verbo encarnado y resucitado. ya que El se reveló con miles de gestos y palabras que no han podido ser
recogidos por escrito (Jn. 21, 25), aunque en el Evangelio escrito se diga lo esencial, con lo que se relaciona todo lo demás. Además hay cosas no dichas por Cristo porque los discípulos "no podían con ellas" (Jn. 16, 12-
13), pero que se expresaron plenamente en el acontecimiento de la Pascua. más que en las palabras. Es el Espíritu quien, tomando de la plenitud de ese Misterio, todavía no captada por nosotros, asombra constantemente a la Iglesia:"
[1] dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4102513.pdf
[2] repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7743/1/dinamismo-espiritu-santo-lenguaje-fernandez.pdf
Notese que la segunda mitad del artículo trata justamente del joaquinismo.
"¿Creo que así se respetaría la décima regla para sentir con la Iglesia de san Ignacio?"
Hasta donde puedo ver, en este caso, quien no respeta la décima regla para sentir con la Iglesia es, más bien, el que llama neopelagianos, rígidos, indietristas, etc. a todos los que tienen apego a las "costumbres de nuestros mayores" mientras se esfuerza (consciente o inconscientemente) por cambiar la moral y la fe de la Iglesia mandando que se dé la comunión a los adúlteros impenitentes, poniendo al mismo nivel el Islam que el cristianismo, diciendo que a veces Dios quiere que pequemos y que no siempre da la gracia necesaria para pecar, tolerando las bendiciones a las parejas del mismo sexo, etc.
Denunciar esas cosas no es vulnerar la décima regla de San Ignacio, sino al contrario, pedir que se cumpla.
"Lo difícil es corregir públicamente evitando que se entere más gente del error..."
Siempre hay que intentar no escandalizar, pero eso se aplica fundamentalmente a los pecados/errores privados (por eso, al menos en InfoCatólica, no nos metemos en ellos, considerando que son asunto del interesado y, como mucho, de su confesor). En cambio, cuando son públicos esa precaución en principio ya no tiene aplicación y lo que sería escandaloso sería, precisamente, que no se denunciaran esos errores/pecados patentes, sobre todo, como dice Santo Tomás, cuando hay peligro para la fe.
"La Virgen es la Medianera Absoluta entre Cristo y los hombres. Nadie llega a Cristo sino sólo por medio de Su Madre", "No hay caída de la Babilonia, ni derrota del anticristo sino por la Intervención Omnipotente e Intercesora de María, Madre y Reina de la Iglesia", "Sólo a María le ha sido confiada la Misión de poner fin al tiempo del “hombre viejo del pecado” e iniciar “los nuevos tiempos” del Espíritu Santo, de quien es Su Esposa"
Hasta donde puedo ver, eso no es cierto.
El peligro de esta idea está en que el mismo Jesucristo se va quedando atrás y, nosotros, gentes del S. XXI, ya no podemos hacer mucho caso de lo que se dijo hace veinte siglos. Jesucristo se tuvo que amoldar a la burrez de la época y cantidad de cuestiones de gran peso se quedaron sin responder, dicen. Y aquí está el superhombre, a punto de acceder al transgenerismo y a ser medio máquina medio ser humano, al que solo puede responder un hombre de la época, que, naturalmente, es el Papa del momento.
Solo los que creemos que el hombre es sustancialmente el mismo en cualquier época no percibimos avance alguno en la condición humana y no nos dejamos engañar por avances científicos o tecnológicos, de manera que aprendemos de Jesucristo lo mismo que nuestros antepasados. Todo esto no es más que un ejercicio de enorme soberbia por parte del hombre, que, siendo esencialmente el mismo, piensa que es mejor. A Lucifer le pasó lo mismo y ahora anda tratando de convencernos otra vez para que comamos del Árbol del Bien y del Mal para ser como Dios.
Santo Tomás de Aquino es uno de esos gigantes, como San Agustín, San Buenaventura y otros y debemos darnos cuenta que los gigantes solo aparecen cuando florece la humildad. La combinación de soberbia y desprecio del pasado es letal porque es deconstructiva, de manera que nos deja a la altura del barro donde nacimos porque hemos derribado a los gigantes pero, en realidad, no sabemos por dónde empezar de nuevo porque no damos la talla. El secarral teológico, cultural y artístico en el que vivimos, pretendiendo además ser mejores, solo nos va a llevar a una distopía. Yo vivo con los muertos, hace años que lo hago, y eso es muy católico ya que Dios lo es de los vivos, no de los muertos, por lo que los que no están siguen estando. Y la Iglesia solo tiene ese camino que parte de Jesucristo y se asienta en los Apóstoles, los Padres y los Doctores de la Iglesia, sean estos de la época que sean.
El triunfo de María Santísima se está gestando en un ejército de escondidas almas humildes consagradas a su Corazón Inmaculado.
Animo hermano! No dejemos de orar!
Los modernista hacen lo mismo, pero la llaman "Doctrina de Francisco". Solo el nombre revela el origen espurio de ella.
Aclara usted:
"Según el derecho canónico (que habla de un caso más amplio), hay dos normas fundamentales: una corrección así debería hacerse siempre a) con caridad y b) guardando el respeto debido a la dignidad de la persona corregida."
Podría entonces hacer la oportuna corrección a los irrespetuosos comentarios de Juan Nadie y Miguel de la Cierva?
Gracias!
Bendiciones
Su inteligente observación es muy oportuna. Porque si la frase del Prefecto se refiere estrictamente al Magisterio Infalible (del que hasta el momento no ha producido el Santo Padre) sería absolutamente ortodoxa.
La Iglesia es y será siempre indefectible, y esto supone la infalibilidad del Papa en materia de fe y moral en las condiciones que declara el dogma.
Le recomiendo la lectura del blog "Vademecum" para este tiempo de crisis'
de Néstor Martínez en este mismo portal.
“si me dicen que algunos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma”.
Urbel:
Usted con el afán de llevar agua para su preconciliar molino lefevbrista atacando infantilmente a los Papas precedentes ...pues hombre, usted se hace una prueba viviente de lo que dice el Prefecto!
Intenté ya, dejar de confundir.
La tradición siempre será "viva" porque "va creciendo en la comprensión de las cosas y las palabras trasmitidas", dónde lo implícito se hace explícito por el soplo del Espíritu.
Y esto es lo que han dicho los Papas precedentes y lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica. Punto.
Bendiciones
Dice el Prefecto de Doctrina:
“si me dicen que algunos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma”. Lo cual es cierto, pero algunos obispos, como Strickland o Schneider, no dicen que tengan ningún don especial, lo que les hace hablar es la incongruencia manifiesta entre algunas afirmaciones papales y la Doctrina de siempre. Y si Strickland puede encontrarse en problemas tampoco es porque sea muy original, cosa que necesariamente tiene que ser cualquier hereje, sino por todo lo contrario. En este momento, dado que la Congregación de la Fe, ha tomado un camino de no represión de la heterodoxia, si yo me baso en la utopía joaquinita y, además soy mujer, lo más probable es que fuera aplaudida hasta con las orejas. Las mujeres también podemos ser herejes, aunque no haya precedentes históricos, pero tenemos patente de corso como los indios, ya que somos grupos a integrar a como dé lugar.
“Si me dicen que algunos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma”.
Pero, a juicio de muchos (entre otros el autor), se puede juzgar la doctrina de Francisco, por las razones magníficamente explicadas en el artículo comentado, sin entrar por ello en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) ni caer por eso en herejía y cisma.
En cambio, escribe Óscar Alejandro, no se puede juzgar la doctrina de los predecesores de Francisco, ya que se cae en un círculo vicioso (en el que cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y se cae por eso en herejía y cisma.
Muy coherente.
Es más, si se investigan los antecedentes de la deriva de Francisco se cae en el infantilismo.
Pero Francisco no es un meteorito que nos haya caído inopinadamente encima. Es el primer papa puramente pos Vaticano II, formado (más bien deformado) íntegramente en la confusión posterior al Vaticano II.
Y los frutos pútridos de esta deformación están a la vista. De la Tradición viva a la sinodalidad.
Para empezar, se mencionan el Depósito de la Fe y la Tradición (viva, por supuesto, que no falte nunca este adjetivo perturbador) como si la segunda no perteneciera al primero.
Cuando, en realidad, el Depósito de la Fe (que es la Revelación confiada a la Iglesia) "se contiene en los libros escritos y las tradiciones no escritas que, transmitidas como de mano en mano, han llegado a nosotros desde los Apóstoles, quienes las recibieron o bien de labios del mismo Cristo, o bien por inspiración del Espíritu Santo" (Concilio de Trento, 1546, Denz 783).
Muy significativo: para los modernistas las aguas cambiantes de la Tradición viva fluyen como las de un río (el camino o río sinodal). Esta Tradición no es la Revelación no escrita que nos llega desde los Apóstoles y forma parte del Depósito de la Fe, sino la cambiante experiencia religiosa de la Iglesia.
Por eso, siembre cabe que las aguas sigan fluyendo, lo cual llaman «desbordamiento» de la Gracia:
"Volver a cuestionar el Depósito de la Fe y la Tradición viva de la Iglesia."
Los católicos, en cambio, sabemos que no cabe poner en cuestión el Depósito de la Fe, tampoco la Tradición que es parte de éste.
"Podría entonces hacer la oportuna corrección a"
Como ya le he explicado repetidas veces, no se admiten comentarios sobre la moderación. Ya moderaré yo, cuando tenga tiempo, lo que considere oportuno en mi blog. Especialmente teniendo en cuenta que ya he tenido que borrarle a usted en muchas ocasiones. Deje de comportarse como un troll centrándose en lo malos que son otros comentaristas y limítese a los temas que se tratan.
No le he borrado yo. Le ha borrado un responsable del portal por ser un conocido troll que va cambiando de nombre. Muchas gracias por confirmarlo con sus comentarios en este mismo blog, en los que se ha hecho pasar sucesivamente por un sacerdote, una mujer, et al.
Lo siento, pero ya es demasiado. He aguantado años de impertinencias, malos modos, politiquerías e intentos de reventar el blog, confiando en que, quizá, detrás de todo eso, había un cierto deseo de conocer la verdad. He llegado a la conclusión de que no le sirve de nada comentar aquí y lo único que se consigue es que impida a los demás tener un debate interesante sobre los temas. No se moleste en seguir intentando comentar en este blog, porque borraré sus comentarios sin leerlos. Dios le bendiga abundantemente.
A mi entender, no tiene sentido centrarse en el término "Tradición viva", que sin duda puede ser utilizado de forma heterodoxa por algunos para crear confusión (y actuar contra la propia Tradición), pero también tiene evidentemente un significado ortodoxo, porque la Tradición es algo que se transmite y para transmitir hay que estar vivo, además de que esa transmisión no es puramente pasiva, sino que implica la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la reflexión teológica, etc. para comprender mejor lo transmitido. Todo eso podría haberlo dicho Santo Tomás y no hay nada de raro en ello.
También las expresiones Trinidad, tres personas en una naturaleza, etc. eran nuevas cuando se utilizaron por primera vez.
En cuestión de verbis, lo más importante es definir los términos.
"si la frase del Prefecto se refiere estrictamente al Magisterio Infalible (del que hasta el momento no ha producido el Santo Padre) sería absolutamente ortodoxa"
Eso no tiene sentido. Puesto que el Papa nunca ha ejercido su magisterio infalible, es absurdo pensar que el Prefecto está afirmando que hay obispos que pretenden corregir ese magisterio infalible.
Lo evidentemente falso es el fondo del barril de los argumentos.
"La Iglesia es y será siempre indefectible, y esto supone la infalibilidad del Papa en materia de fe y moral en las condiciones que declara el dogma"
Absolutamente nadie ha negado eso en esta discusión, luego, o bien es por completo innecesario mencionarlo o usted, ilegítimamente, pretende hacer como el Prefecto y dar a entender que eso se amplía a las ocasiones en las que el Papa ha dicho cosas contrarias a la doctrina católica.
"Bruno, se te ha colado un coliridiano por aquí, je je"
Tengo pendiente escribir un post sobre la diferencia entre las revelaciones privadas y la revelación pública, y las consecuencias prácticas de esa diferencia, pero temo que van a saltar chispas.
"En estos momentos la vigencia de Veritatis Splendor es atronadora"
Sí, la Providencia quiso que se dejaran claros los temas que precisamente se iban a negar al más alto nivel en este pontificado.
Eso hace mucho más sospechoso que se haya dejado pasar el trigésimo aniversario de la encíclica (el pasado mes de agosto) sin pena ni gloria.
Primero, porque la Tradición es viva en el sentido activo o subjetivo de transmisión del depósito de la fe a lo largo de los siglos.
Y segundo porque, incluso en el sentido pasivo u objetivo, la Tradición es viva en el sentido del desarrollo homogéneo en su conocimiento y explicación.
Pero, sin hacer de ello el principal caballo de batalla, es preferible hablar sencillamente de la Tradición y no de la Tradición viva. Escritura y Tradición, no Escritura y Tradición viva.
Porque el adjetivo es equívoco, admite también el sentido modernista de evolución sustancial. Prueba de ello es que a los modernistas no se les cae de la boca y la pluma, como he mostrado con la cita del "Instrumentum Laboris".
Depósito de la fe es una expresión luminosa, porque tiene de suyo la connotación de fijeza e inalterabilidad.
Tradición viva es en cambio una expresión equivoca que conviene evitar.
[...]
La expresión "tradición viva" es perfectamente ortodoxa.
Dónde quiere usted poner la fecha de caducidad al Espíritu Santo que asiste a la Iglesia? La sentencia de San Juan Pablo II sobre la imposibilidad de ordenar mujeres, por ejemplo, ¿no constituye para usted ya parte de la tradición? Los documentos conciliares ¿no constituyen para usted magisterio de la Iglesia? Este Magisterio ¿no es puesta en práctica de la tradición y a su vez nuevo documento de la tradición?
¿Toda la Iglesia se detuvo en octubre de 1962?
[...]
Bendiciones.
No pongo ninguna fecha a la asistencia que la Iglesia recibe del Espíritu Santo. Ni 1962 ni 2013.
Únicamente subrayo y reitero que todo lo afirmado y justificado por el autor en el artículo comentado sobre la licitud de resistir al Papa cuando se aparta de lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre se aplica igual antes como después de 1962 o 2013.
Lo único que no cambia es el ejercicio absolutista de la autoridad del Obispo de Roma impuesto como reacción a 1789. Ejercicio contrario a la Tradición.
Y así nos va.
Por favor, olvídese de los demás comentaristas. No intente amonestarlos ni animarlos ni nada. Céntrese en los temas, en los argumentos, y todo irá bien.
Hoy hay una reacción, a todas luces visibles, que pretende reducirla a límites que la “moderen” frente al Infinito de Cristo. Es una astucia del demonio plantear esta falsa disyuntiva de supuesta oposición entre Cristo y Su Madre; verdadera blasfemia.
María es categórica, Cristo la respalda: “Yo no creo en términos medios: se está o no se está con el Señor” (18-12-83).
¿Alguien se atreverá a desafiar las Apariciones y Mensajes de La Salette, Lourdes, Fátima y las actuales, como las del P. E. Gobbi y San Nicolás? ¿A poner sus manos encima?
Que nadie se atreva a interponer objeciones a que Cristo y Su Madre hablen cuándo quieran, dónde quieran y cómo quieran.
Sería una pirueta habilidosa para reconciliar Dignitatis humanae con la doctrina tradicional católica.
Pero esa pirueta habilidosa se da de bruces con el nº 2 in fine de la propia declaración conciliar:
"el derecho a esta inmunidad permanece en aquellos que no cumplen la obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella, y su ejercicio no puede ser impedido con tal de que se guarde el justo orden público".
Y se da también de bruces con cincuenta años de enseñanzas posconciliares de papas y obispos sobre la libertad religiosa, con arreglo a las cuales todos los hombres tienen derecho a no ser impedidos de practicar en público o en privado, de manera individual o comunitaria, y propagar su religión (sea la única verdadera o cualquiera de las falsas), cambiar de religión o no tener ninguna.
Es la doctrina católica sobre los deberes de los Estados para con la única verdadera religión la que ha dejado de enseñarse, mientras que se exalta en cambio la pretendida neutralidad religiosa de los Estados (en realidad, afirmación del indiferentismo práctico, cuando no incluso teórico, cuando no incluso del ateísmo).
Como ha escrito Luis Fernando, Tradición viva es "ahora cambiamos lo que nos da la real gana, de forma que donde decíamos digo ahora decimos diego, y decimos que hay continuidad".
Por supuesto, continuidad absoluta entre la doctrina católica del reinado social de Cristo y la exaltación de la pretendida neutralidad religiosa de los Estados ¡son únicamente los Estados los que han cambiado!
San Juan Enrique Newman
Como si los millones de hombres que durante los siglos de Cristiandad vivieron sin libertad religiosa, en comunidades políticas fundadas en la unidad católica y la prohibición de las manifestaciones públicas y la propaganda de las falsas religiones, no hubieran podido adherir a la única religión verdadera.
Pero sí pudieron, en grandísimo número y con gloriosos frutos de santidad y civilización.
No es ese el tema del post.
Tampoco puede enseñar en su magisterio pontificio ordinario, ninguna herejía.
Y esto no tiene que ver con quién sea el sucesor de Pedro, sino con la promesa y la palabra de Nuestro Señor, en quién únicamente debemos confiar.
Tantas dudas, tantas conjeturas, tantos temores, en el fondo, son expresión de falta de fe.
Confiemos en las promesas de Nuestro Señor y sigamos al Papa que es el garante último de la ortodoxia.
Bendiciones!
O tal vez ni siquiera lo ha leído...
Por ejemplo "Católicos", donde ya a comienzos de los 70 del pasado siglo se dio una sugestiva presentación del tema objeto del artículo y de este hilo de comentarios: la Tradición agredida por las autoridades de la Iglesia.
Buenas noches,
III Concilio de Constantinopla
Honorium es el Papa Honorio.
Magnífica película, Urbel. Se puede ver integra en YouTube
Me refiero a si el error es público, en cuanto que se pueda leer en una web u oír en un vídeo, pero realmente muy poca gente se entere de él y corregirlo públicamente hiciera que muchos que no sabrían de otra forma del error, se enteren y "se indignen contra sus mayores". He visto casos en Twitter. No sé si me explico.
En cuanto a los trolls, ¿dónde está Gandalf cuando se le necesita?
"Un papá por definición no puede ser hereje. Tampoco puede enseñar en su magisterio pontificio ordinario, ninguna herejía"
Eso lo ha inventado usted y no pasa de ser una opinión piadosa, como decía San Roberto Belarmino, luego no es útil como argumento.
Además, en otras épocas se podía quizá mantener esa opinión (como mera opinión), pero en la nuestra ya no, porque, por ejemplo, en Amoris Laetitia se encuentran varias afirmaciones heréticas, como ya le hemos mostrado más de una vez.
"Y esto no tiene que ver con quién sea el sucesor de Pedro, sino con la promesa y la palabra de Nuestro Señor, en quién únicamente debemos confiar"
Un católico no debe atribuir a Nuestro Señor sus propias ideas. El Señor prometió lo que prometió y no lo que se inventa usted.
"Tantas dudas, tantas conjeturas, tantos temores, en el fondo, son expresión de falta de fe"
No, falta de fe es construirse una "fe" que no es la católica y tratar de imponérsela a los demás, por muy piadosa que le parezca.
"Confiemos en las promesas de Nuestro Señor y sigamos al Papa que es el garante último de la ortodoxia"
Si hubiéramos seguido a Honorio, Juan XXII o a San Pedro en todo, ahora seríamos monotelitas, negaríamos la fe católica sobre la visión beatífica o seríamos judaizantes. Eso debería indicarle que no sabe bien de lo que habla.
"Bruno, creo que se ha confundido de regla. ¿Se refiere a la nona? La décima es la de "debemos ser más prontos para abonar y alabar...""
Décima regla de San Ignacio: "debemos estar más dispuestos a aprobar y alabar constituciones, recomendaciones, como igualmente costumbres de nuestros mayores; porque aunque algunas no sean o no fuesen válidas, hablar contra ellas predicando en público, o hablando delante del pueblo sencillo, engendraría más murmuración y escándalo que provecho; y así se indignaría el pueblo contra sus superiores, temporales o espirituales. De manera que, así como hace daño el hablar mal de los mayores en su ausencia a la gente sencilla, así puede hacer provecho hablar de las malas costumbres a esos mismos superiores que pueden remediarlas."
Esas costumbres, etc. de nuestros mayores son, precisamente, las que critican y desprecian el Papa y Mons. Fernández un día sí y otro también, con una grandísima imprudencia (y, en ocasiones, lo que es gravísimo, tirando por la borda la fe y la moral de la Iglesia). Luego, en este caso, aplicar la regla les corresponde a ellos y el escándalo lo cometen ellos.
Quien rechaza esa forma de actuar no vulnera la regla de San Ignacio, sino que la está defendiendo. Y como el escándalo es público, la corrección debe ser pública, precisamente para proteger a los sencillos escandalizados (y los primeros que deberían corregirles son los obispos, para no dejar a los fieles como ovejas sin pastor).
El hecho de que haya gente que no se haya enterado de esos errores podía tenerse en cuenta al principio, cuando eran un par de errores puntuales y sin relación con lo demás (y así tratamos de hacerlo en InfoCatólica); cuando son numerosísimos y además se están intentando imponer a toda la Iglesia, deben ser rebatidos con la mayor publicidad posible, porque nos jugamos la fe.
Lo siento, ya sé que no es agradable de escuchar (ni tampoco de decir), pero así de mal están las cosas. Ojalá no lo estuvieran.
P.S. En cuanto a los trolls, he intentado seguir el ejemplo de El Hobbit y esperar con paciencia a que salga el sol y se conviertan en piedra, pero por ahora con poco éxito. Siguen dando la lata (en algunos casos, durante años).
Cuando hablo de errores públicos que la mayoría de la gente desconozca, me refiero a cosas tipo "el obispo Mengánez ha hecho una cosa mal de la que solo se han enterado en su diócesis pero alguien de otra se entera de casualidad y cree que hace una favor a la Iglesia criticándolo públicamente, donde todo el mundo se va a enterar, lo que solo consigue que haya unos cuantos que pongan a parir al obispo". Algo así. Lo que usted dice es cuestión de hacerlo, como bien afirma al final del artículo, con amor a la Iglesia y humildemente.
La diferencia entre otras épocas de la historia y la actual, es que cuanto antes los Papas, empezando por Pedro, metían la pata hasta el fondo, les replicaban y les instaban a corregir. Hoy les aplauden o callan. Y he dicho "les". Plural.
"Bruno, ahí san Ignacio se refiere por "nuestros mayores" a "superiores", no a quienes nos han precedido en la Fe, como se ve en la última frase"
No lo tengo nada claro. Cuando quiere decir superiores dice superiores. De hecho, la expresión costumbres de nuestros mayores está tomada de Mc 7,5, traditiones seniorum, donde envidentemente se refiere a los predecesores. Aunque es verdad que es una regla algo confusa (todas en general usan un lenguaje informal).
En cualquier caso, sobre lo que dice del hipotético obispo, estoy de acuerdo en general y a no ser que sea un ejemplo de algo extendido y que a muchos les parezca bien, por lo que debe combatirse (por ejemplo, un obispo que bendiga parejas del mismo sexo). Me parece mejor ejemplo, quizá, otro hipotético obispo que tenga una amante secreta. Es un pecado muy grave, pero no algo que deba difundirse, porque nadie duda de que está mal y es más bien asunto del interesado y su confesor. Publicarlo sería, muy probablemente, pecado de difamación.
Lo siento, quien niega la realidad más evidente no puede participar en una conversación de adultos.
En Amoris Laetitia, como se le ha mostrado muchas veces, se dice directamente que Dios a veces quiere que pequemos y que a veces no da la gracia para no pecar y que en ocasiones adulterar es lo mejor que se puede hacer y que no existen los actos intrínsecamente malos. Todo eso son afirmaciones heréticas. Al principio, podía pensarse que solo era confusión y expresiones desafortunadas, pero después el Papa se encargó de dejarlo meridianamente claro, haciendo que se diera la comunión a los adúlteros impenitentes.
Por no hablar de otras numerosas afirmaciones posteriores sobre diversos temas.
No hay peor ciego que el que no quiere oír.
Me alegra ver que el pequeño malentendido se ha solucionado. 🙂
Lo que pasa es que criticamos por el simple vicio de criticar, y eso nos impide observar este grandísimo descubrimiento teológico que representa un antes y después es la Iglesia, una tenebrosa y fría era antes de Fernández y una cálida, amorosa y luminosa era después de Fernandez, a.F. y d.F.
En efecto, en la Iglesia Católica existe por un lado, un pantanoso y cenagoso depósito de la Fé de verdades estancadas, aguas cerradas y turbias, que de una manera rígida, se van estratificando y petrificando en el fondo del líquido fangoso, lodoso, cienoso, del que surgen vapores mefíticos, fétidos, involucionados...
Pero de otro lado, existe un chorro de agua alegre procedente de un manantial, fuente, cascada de agua viva que surge, corretea, cabritolea, juguetea y danza en mares de aguas cristalinas, puras y limpias. Es de esta fuente dinámica y dialogante de donde surgen nuevas verdades que son generosas sorpresas del Espíritu, adaptadas a la praxis de la problemática apremiante del mundo de hoy.
Sólo me queda saber si este chorro fresco de agua viva y cambiante no tiene su origen en Apocalipsis 12:
"vomitó la serpiente de su boca, detrás de la mujer, agua como un río para hacer que el río la arrastrara"
Pero seguro que esto es un temor infundado y necio mío, porque ¡oh monseñor Fernández!, tu mente preclara supera mil veces en inteligencia a Santo Tomás de Aquino...
"Acabo de comprobar..."
Pues estupendo. Me pliego a la sabiduría del P. Dalmases y de la eximia Parmandil.
En cualquier caso, no afecta al fondo de lo discutido, creo, porque es obvio que no se refiere a cuestiones en las que hay peligro para la fe.
"Lo que pasa es que criticamos por el simple vicio de criticar, y eso nos impide observar este grandísimo descubrimiento teológico que representa un antes y después es la Iglesia, una tenebrosa y fría era antes de Fernández y una cálida, amorosa y luminosa era después de Fernandez, a.F. y d.F"
Aunque lo dice jocosamente, recuerdo con estremecimiento que, durante los Sínodos de la Familia, un cardenal español propuso que podría descubrirse un poder nuevo del Papa que le permitiera divorciar a la gente para que se volviera a casar. Es decir, la fe ha decaído tanto, incluidos los obispos, que ya no les parecen absurdas cosas como su parodia, sino lo más normal del mundo.
Por supuesto, el cardenal no se retractó después, ni nadie, que yo recuerde, protestó por su afirmación disparatada más que este blog. No pasa nada, nunca pasa nada.
No puedo poner comillas, lo siento.
Eso me recuerda que en mis investigaciones sobre persecuciones encontré a un sacerdote católico alemán, lamento haber olvidado su nombre, que murió en un campo de concentración porque se había negado a casar a un oficial de las SS, que estaba divorciado, con una de sus feligresas. El tribunal sentenció que las Leyes del Reich estaban por encima de las de cualquier iglesia y, para los efectos legales, el oficial ya no estaba casado. Que alguien pueda llegar a morir por eso y luego la Iglesia cambie las reglas es trágico, de manera que mejor no recordar su nombre porque santo no le van a hacer por indietrista.
"Eso me recuerda que en mis investigaciones sobre persecuciones encontré a un sacerdote católico alemán, lamento haber olvidado su nombre, que murió en un campo de concentración porque se había negado a casar a un oficial de las SS, que estaba divorciado, con una de sus feligresas. El tribunal sentenció que las Leyes del Reich estaban por encima de las de cualquier iglesia y, para los efectos legales, el oficial ya no estaba casado"
Muy bueno. Si te acuerdas del nombre, me interesaría.
.https://omnesmag.com/foco/sacerdotes-santos-beato-otto-neururer/
https://en.wikipedia.org/wiki/Otto_Neururer
https://es.aleteia.org/2016/07/28/la-cura-del-alma-y-el-nazismo-el-parroco-de-gotzens-tirol/
Ser católico estaba permitido pero si la Doctrina colidía con las Leyes del Reich se les condenaba. Por eso digo que si empiezas a tocar la Doctrina muchos no tenían por qué haber muerto. Ahora ya me diréis dónde cabe aquí el subjetivismo, todos ellos eran pepinillos en vinagre porque con un poco más de mano izquierda se podían haber salvado.
Ahí tenemos a dos teólogos, casi de la misma edad, y ambos jesuitas: Alfred Delp y Karl Ranher, el primero andaba por ahí explicando a grupos de conspiradores la Doctrina Social de la Iglesia, aunque solo fue dos veces y con ese único fin, pero lo enchironaron, juzgaron y ahorcaron; Karl Ranher estaba de párroco en una remota aldea austriaca, como consecuencia de que no llamó la atención no le pasó nada. Que yo sepa Alemania estaba llena de jesuitas y yo solo encontré a cuatro que fueron eliminados: Tres del mismo grupo y el Beato Rupert Mayer, cuyo delito consistía en ser demasiado popular en Múnich y, si eras demasiado popular le quitabas protagonismo a Goebbels cuando hablaba por la radio. De todas maneras fue a parar a Dachau, que está demasiado cerca de Múnich, y como era mayor y estaba enfermo, lo mandaron a un monasterio para que muriera allí y no se escandalizaran los muniqueses.
Si vas a utilizar el descarte por lo menos descarta a los buenos porque los demás son pura masa.
Dice usted no mitifiquemos la Historia, despues de dar a entender que el papa correspondiente estaria dispuesto a conceder una nulidad segura a Enrique VIII si su esposa no hubiese estado emparentada con Carlos I.
Me da la impresión de que usted simplifica demasiado y da por hechos suposiciones en base a comparaciones, en realidad deducciones suyas, sobre otros casos. Mi impresión es que usted desconoce los hechos y no se ha documentado mínimamente para poder afirmar eso.
Yo no puedo rebatirle con rotundidad, porque algunos de los protagonistas de esa historia me son desconocidos, en el sentido de no haber leido cosas solventes sobre ellos.
Pero una cosa es que no pueda rebatirle rotundamente y otra que piense que puede tener razón. No se olvide de que en la edad Media la gente, incluida el Papa tenían una conciencia de Dios muchos mas asentada que ahora. Es algo para pensar antes de hacer juicios ligeros.
Al blogger o a quien sepa.
Si San Alfondo María de Ligorio dice, que el Papa si incurre en herejía deja de ser Papa (de facto aunque formalmente lo parezca), eso aparte de parecer algo lógico, ¿tiene algún tipo de validez efectiva? Y si la tiene, ¿la tiene por la santidad de San Alfonso o es que esta recogido en algun cannon?
Algunos defienden que un concilio ecuménico, reunión de todos los obispos del mundo, si puede destituir al Papa por herejía.
Ahora bien como sólo el Papa puede convocar un concilio, estaríamos ante un concilio imperfecto, como el concilio de Constanza.
Por tanto, esa destitución pudiera incurrir en conciliarismo.
Para evitar esta acusación se argumenta que el concilio no sería superior al Papa, sino que se limitaría a constatar una situación de facto, que previamente existe, es decir estaríamos ante un acto declarativo de la herejía, no ante un acto destitutorio, propiamente dicho, la consecuencia de dicho acto declarativo sería que el Papa dejaría de serlo, porque un Papa no puede ser hereje.
"un papa no puede ser hereje"
¿De dónde saca usted esa afirmación?, porque en la relatio que precedió a la votación de la Pastor aeternus en el Vaticano I se dijo explícitamente que la definición que se iba a votar no incluía esa posición maximalista. Simplemente se definía que el Magisterio ex cathedra no podía contener herejías. Del resto no se trataba; sólo falta que ahora se nos quiera vender el hiperpapalismo de que todo lo que diga el papa, por el hecho de decirlo es infalible...
"Si San Alfondo María de Ligorio dice, que el Papa si incurre en herejía deja de ser Papa (de facto aunque formalmente lo parezca), eso aparte de parecer algo lógico, ¿tiene algún tipo de validez efectiva? Y si la tiene, ¿la tiene por la santidad de San Alfonso o es que esta recogido en algun cannon?"
Es que es mucho más complicado. En principio, la norma tradicional es que un hereje no puede ocupar ningún cargo en la Iglesia, incluido el de Papa, ya que la herejía coloca al hereje fuera de la Iglesia. San Roberto Belarmino, el cardenal Cayetano, San Francisco de Sales y, en general, todos los padres, papas y teólogos que han hablado del tema, coinciden en eso. Pablo IV, en Cum ex Apostolatus Officio, declaró que el nombramiento como Papa de un hereje sería nulo, aunque fuera por unanimidad de todos los cardenales.
Dicho eso, el problema es que ese tipo de nulidades solo tienen efecto una vez que la autoridad competente las declara. Un obispo puede ser hereje y, por eso mismo, queda desposeído de su cargo, pero eso no tiene efectos canónicos hasta que la Iglesia lo declara hereje.
En el caso del Papa la cuestión es que nadie tiene autoridad en la tierra sobre él y, por lo tanto, no está claro quién podría declararlo hereje. Algunos teólogos han especulado que podría hacerlo un concilio imperfecto (es decir, un concilio sin la firma del Papa, porque obviamente él no se va a condenar a sí mismo), otros lo dejan al juicio de Dios cuando se muera... No está claro porque nunca ha sido necesario dar una respuesta a esa cuestión.
Recordar nombres chinos no es fácil, pero si rezas por ellos todas las noches y los nombras de uno en uno acabas memorizándolos.
Creo en la Comunión de los Santos y no en la fraternidad universal y mientras ellos permanezcan lejos del Sínodo de la Sinodalidad yo me destierro con ellos. Un sínodo en que participan gentes que no son obispos mientras otros obispos están en paradero desconocido, y nadie les echa de menos en el Vaticano, me importa un pito. Sé que Monseñor Fernández tiene mucho poder y Monseñor Cui Tai ninguno, pero, por eso mismo, me quedo con el chino y no con el argentino.
No tenemos autoridad para afirmar que fuese o sea un hereje formal. Salvo cuando la autoridad lo haya declarado.
Por otro lado, los santos y doctores que escribieron sobre la cuestión terrible del papa hereje parecían contemplar el caso de un papa aislado y una herejía determinada o, a lo sumo, de una herejía determinada compartida por un papa y parte de la jerarquía.
No la crisis espantosa que vivimos en nuestros tiempos, cuando no se trata de un papa aislado ni de una sola herejía determinada, sino de la deformación o confusión generalizada de todas las verdades católicas que padece la Iglesia desde hace décadas y que se agudiza ante nuestros ojos.
Y si ésta es la situación, la misma se agrava más ante la ceguera respecto a la Misión que lleva adelante la Virgen encomendada por Cristo. En efecto, Dios no abandona a Su Iglesia en medio de la tempestad desatada por el demonio.
Por eso ha preparado y puesto en las Manos de María la Nueva Alianza que viene del Sur, según nos lo revela Ella. El Espíritu Santo habla y hace oír su Voz al Universo entero. ¿Quién podría negar Su Autoridad absoluta para decidir los caminos de la Salvación?
Es necesario no hacer el juego al demonio, el que intenta torpedear el Plan de ayuda que Dios ha dispuesto ejecutar por Mediación de Su Madre en favor de la Iglesia y de la humanidad toda.
La conspiración del enemigo en contra del Reino de Cristo, que crece como la planta de mostaza, a ejemplo de su Fundador “en sabiduría, estatura y gracia” (Luc 2, 52), puede ser resistida y vencida sólo por María, La Mujer Vestida de Sol, que pisará la cabeza del dragón infernal.
Luego de lo cual, la Iglesia será purificada de los límites del “hombre viejo del pecado” que la paralizan, cuando se manifieste en nosotros el “hombre nuevo” (Col 3, 4) nacido en Cristo por el Bautismo, desde el Corazón Inmaculado de María, por Obra del Espíritu Santo que nos hizo hijos del Padre.
Es nuestro deber ayudar a la Virgen en su Misión, encomendada por Cristo para “preparar el Camino a Su Venida”, según Ella lo afirma.
Pero sí, desde que empezamos Infocatólica tuve y tuvimos claro que íbamos a informar todo lo posible de la Iglesia perseguida. China, India, Pakistán, África, últimamente sobre todo Nigeria, ahora Nicaragua. Son ellos, mártires y confesores, quienes sostienen la Iglesia en medio de la miseria moral, doctrinal y humana que venimos sufriendo desde ya hace demasiado tiempo. Esas no son las noticias más leídas, pero son las más queridas, y a veces lloradas, para mí.
Si alguien ora todas las noches para que al levantarse estos cristianos tomen su cruz y sigan adelante los contemplativos, que se pasan la vida haciendo eso, conectan enseguida.
Ya me había dado cuenta de que Infocatólica también tiene esa sensibilidad porque es la web que más información da y, sin ninguna duda, es un termómetro de Catolicidad porque para un católico no hay nadie más querido, respetable y admirado que un Testigo de Cristo esté dónde esté. Sería horrible que en una situación como la que estamos viviendo no hubiese mártires, es una situación nueva en la historia de la Iglesia, pero no tan nueva para que sea una época sin mártires, gracias a Dios. Mientras ellos permanezcan aferrados a la Fe la Iglesia seguirá adelante. Laus Deo.
Hasta ahora no he encontrando ninguno al que se le pudiera llamar progresista, los antiguos y los nuevos de progresistas tienen poco, parecen estar a lo de siempre y lo de siempre es el fundamento de la Fe y no las novedades. Si, a pesar de los acuerdos con Roma, algunos católicos chinos siguen siendo clandestinos es que, como dijo el Obispo Guo Xijin, cuando dimitió: Yo soy un pobre campesino y esta iglesia es demasiado complicada para mi, no puedo entenderla.
Cuando vea al Padre James Martin condenado a once años de prisión por entrar en una clínica abortista aumentará muchos puntos en mi consideración, mientras viva estupendamente aplaudido por todas las organizaciones habidas y por haber no le haré ningún caso, porque un mundo que persigue a los católicos a él no le persigue ni le descarta sino que lo acoge y lo aúpa.
Por eso, Cristo ha dispuesto establecer la Nueva Alianza con la humanidad desde el Sur, cuya ejecución ha encomendado a Su Madre.
La Virgen convoca a trabajar en su Causa a eclesiásticos y laicos. Éstos deben organizarse como fuerza según nuestros propios carismas: teólogos filósofos, científicos, artistas, intelectuales, hombres espirituales, técnicos, productores del agro-industria-comercio-finanzas-transporte-comunicaciones-de la salud- políticos, etc., todo el enjambre de la colmena humana debe alistarse conforme a los “nuevos tiempos de María” que desde la Aurora irradian la Luz de la Gloria de Cristo que incuba la manifestación creciente del “hombre nuevo” (Col 3, 4).
Este “hombre nuevo” que gozará de la “armonía primitiva restablecida” (Pío XII), habrá recuperado el señorío sobre las cosas de la tierra y del cosmos, pudiendo ordenar el clima hasta volver habitable la totalidad de las regiones del planeta, muchas de las cuales hoy son inhóspitas. Además, podrá hacer emerger nuevos Continentes desde los fondos oceánicos, para una humanidad inmensamente mayor que la actual.
Empresa de dimensiones cósmicas a realizar como preparación del Camino a la Venida del Señor por parte de una humanidad convertida en la gran familia de los hijos de Dios. La Iglesia tiene la responsabilidad de presidirla, ordenarla, alentarla y bendecirla desde su Magisterio y Sagrada Liturgia.
La Virgen ha iniciado el Camino desde el Sur, quiera el Señor que pronto penetre en el Norte que hoy resiste a Él y a Su Madre.
Lo segundo, L.F. y Bruno, no os canséis citando a San Juan Enrique Newman, a San Agustín, al III Concilio de Constantinopla, etc, etc. El ultramontanismo es inasequible al desaliento.
Para terminar, recordar que en Ut unum sint, Juan Pablo II pidió a los ortodoxos que explicaran qué forma de ejercicio del ministerio petrino podría ser aceptable para ellos. Quizá esa exhortación a los ortodoxos fue más profética de lo que imaginamos, porque podría ampliarse al seno de la propia Iglesia y convertirse en objeto de una necesaria reflexión.
Saludos.
Hacer una interpretación de la resurrección de Lázaro como salir del armario no es una muestra de tradición viva sino de traición, que es distinto; deducir de la petición del centurión romano de que curara a su criado que entre amo y criado había una relación homosexual y otras lindezas no es una tradición viva sino una interpretación espuria. Por la misma razón en un mundo distópico futuro los teólogos podían interpretar que la resurrección de Lázaro auguraba que el hombre iba a vencer a la muerte y que la petición del centurión fue porque estaba ciber-conectado con su criado de manera que si a aquél se le paraba el motor a él se le pararía también. No es que nos falte imaginación, es que no queremos decir chorradas...y no quito el término porque eso es lo que es.
Desde luego que si ella hubiese estado enferma habría yo acudido a Jesús para pedirle que la sanara. ¿Desde cuándo no existe más amor que el que tiene componente sexual? ¡Qué asco¡
No es casualidad que hace unos pocos años todos fuéramos católicos y ahora haya que poner un adjetivo que aclare qué tipo de católicos somos porque eso es un cisma sí o sí. Pero si hay un especialista en adjetivos peyorativos aplicados a católicos éste es, sin ninguna duda, el mismo Papa Francisco. Y, como es natural, eso provoca que los indietristas, también los apliquemos porque si no resulta que somos el único subconjunto del conjunto y, por mucho que caminemos sinodalmente, si algo tiene la iglesia de hoy son subconjuntos.
Yo a un católico senegalés, pakistaní o chino le llamo simplemente católico, pero la deriva de los católicos occidentales hace que tengamos que hacer subconjuntos necesariamente porque si me meten católicos abortistas como Biden tendré que adjetivarme yo misma para que no me confundan con él. Es absurdo llamar a un católico pro-vida pero si se les llama así es porque ante las narices del Vaticano, y con entrevistas muy afectuosas, resulta que hay católicos que son pro-muerte y nadie dice nada.
Sobre este Totum o Corpus debemos trabajar para desentrañar el Caudal Inconmensurable de la Verdad Insondable de Cristo.
Las Sagradas Escrituras y la Tradición convergen, conforme los límites del “hombre viejo del pecado” iluminado por la Gracia, a constituir el Patrimonio Doctrinal de la Iglesia, absoluto y definitivo.
Mas, he aquí que el orden de la Gracia es sobre-elevado al orden de la Gloria por la Luz de la Gloria de Cristo irradiada por la Aurora de María; de modo semejante, aquel sobre-eleva al orden de la naturaleza (S. Luis de Montfort).
Es en esta sobre-elevación al orden de la Gloria donde radica el Misterio que expone la Virgen bajo la forma de Mensajes asequibles a nuestra inteligencia y voluntad que permanecen adormecidas y entumecidas dentro del capullo de crisálida del “hombre viejo del pecado”.
Necesitamos de la Luz transfigurante de la Aurora que hace manifiesto nuestro “hombre nuevo”, para desplegarnos por los ámbitos sacros del Reino que Viene.
El pensamiento aristotélico-tomista está preparado para continuar su camino hacia los abismos ontológicos de la realidad participada por el Verbo Creador. La pura INTELIGIBILIDAD de todo ser material-singular-concreto permanece como su última realidad que late viva en espera de ser manifestada bajo la luz de una nueva sabiduría. Ésta debe revelarnos el contenido inagotable de la realidad en su fluir incesante participado por el Discurso del Creador.
Así, el universo será contemplado por la inteligencia en su esplendor oculto tras las apariencias físicas sensibles, el cual hace palidecer los mundos de los espacios siderales. Objeto eminente que reclama la atención de la Sagrada Liturgia para extender hacia él la jurisdicción de la Iglesia como administradora del Reino.
“El abismo invoca al abismo” (Ps 42, 8), el cosmos que nos envuelve y al que pertenecemos espera de nosotros ser convocado a “participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8).
Miremos hacia la Aurora de María, irradia la Luz de la nueva sabiduría que ha de transfigurar a la Iglesia y al mundo.
He visto que se ha discutido en los comentarios de arriba, el tema de las apariciones de la Sma. Virgen. Sobre esto y las revelaciones privadas, recomiendo este libro. Se trata de una tesis doctoral presentada en la Gregoriana de un sacerdote coreano, que encontré en uno de mis viajes a Roma.
Augustinus Suh, Le rivelazioni private nella vita de la Chiesa, Bolognia, Edizioni Studio Dominicano, 2000.
Toca todos los aspectos sea de revelaciones privadas como apariciones de la Sma, Virgen, profecías etc. Hoy en día se lee en Internet muchas páginas sobre las profecías y creo que a un católico le serviría un estudio serio y completo sobre el tema. Lamentablemente, no está traducido al español.
«Santo Tomás, fiel al primado de la caridad, afirma que los pecados carnales encierran menor culpa que los espirituales, ya que los espirituales tienen más de aversión a Dios, «de la cual procede la razón de culpa», mientras los pecados de la carne no brotan de una oposición a Dios sino de un impulso más vehemente, «que es la misma concupiscencia de la carne, que es innata” (ST I-II, 73, 5). Pero, con la misma coherencia, se preocupa por hacer una salvedad en lo que se refiere al adulterio, ya que allí se añade una injusticia contra el cónyuge engañado (ibid, ad 1)».
Es decir, que si no entiendo mal hay que darle caña al adúltero, pero si dos hombres se aman y ninguno está casado, su pecado es menor que el adulterio por mor que no dañan a terceros. Ahora bien, para no ser adúltero está el divorcio, si te divorcias no eres adúltero en propiedad y, por ende, la situación en que quede el otro cónyuge ya no es de tu incumbencia, porque si no fuera así Amoris Laetitia no tendría razón de existir.
Aquí no se tiene en cuenta que no todo el mundo tiene la misma pulsión sexual y las personas de baja intensidad en cuanto a apetitos sexuales pueden compensarlos con el poder o el dinero. Y los hay que le dan a todo.
Otra cosa es que sea pecado si realmente existía un matrimonio en conciencia, cosa que está por ver en cada caso. De ahí la duda.
Entiendo, por lo que pregunta, que no es usted católico. Los católicos sabemos que el sacramento del matrimonio es indisoluble y, por lo tanto, el adulterio siempre es un pecado grave. Da igual que el matrimonio tenga hijos o no, que les apetezca divorciarse o no, que sea jueves o que sea martes y todo lo que usted quiera. El marido y su mujer son una sola carne y quien adultera no heredará el reino de los cielos, sino un puesto en un lugar bastante más caluroso. Lejos de no haber "daño a terceros", hay daño para todos, porque el adúltero ofende a Dios, es injusto con el cónyuge (quiera lo que quiera el cónyuge), se destruye a sí mismo mintiendo, fornicando y abandonando el plan de Dios para él, destruye a la mujer con la que adultera llevándola consigo al infierno, escandaliza a todos los que están alrededor y, si tiene hijos, destruye su capacidad de amar, confiar y comprometerse.
Lo que usted está diciendo, en definitiva, es que abandonemos toda esperanza porque no existe el amor verdadero hasta la muerte, pero los cristianos sabemos que eso no es cierto y que el sacramento del matrimonio no se basa en las meras fuerzas humanas, sino en el amor de Cristo por la Iglesia, que nada puede romper.
Lamento haberle dado esa impresión, aunque yo hablaba del divorcio y no del adulterio. La maltratada divorciada si no se casa otra vez no adultera y si fastidia a su cónyuge maltratador, que se fastidie, se lo merece.
Por otra parte también es posible que ni siquiera haya habido un auténtico matrimonio, pues todos sabemos que existe la nulidad matrimonial, en ese caso incluso se podría volver a casar, aunque visto lo visto, supongo que se lo pensaría dos veces.
En definitiva, que sustancialmente estoy de acuerdo con usted, pero también me parece escandaloso que se consideren "matrimonio indisoluble" ciertas uniones que yo metería en el "excepto en caso de unión ilícita" del evangelio. Y de ahí mis dudas.
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Regards,
Joanna
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