Hablando de las tentaciones
A veces pienso que la gran mayoría de las homilías mejorarían lo indecible si el sacerdote se limitara a contar lo que dijo sobre el tema algún santo o algún doctor o padre de la Iglesia. Como mínimo, sus palabras tendrían algo de sustancia y, además, tratarían temas que, por no estar de moda en nuestro tiempo, resultan prácticamente desconocidos para los fieles.
A modo de ejemplo, he traducido para el blog un breve fragmento de una homilía sobre las tentaciones pronunciada por San Juan María Vianney, el Cura de Ars y patrono de los sacerdotes. ¿Cuántas homilías se escuchan en nuestras iglesias que sean tan sencillas, claras y a la vez profundas y útiles para la vida cristiana de los fieles? Y eso que el Cura de Ars era más bien limitadito para los estudios. ¿Será que el secreto no está en las reuniones interminables, la psicología, la ecología, la actualidad periodística, el acompañamiento y otras zarandajas, sino en la vida espiritual, el conocimiento de los padres y de la Tradición de la Iglesia, el amor por la Escritura, la santidad y, ante todo, la fe católica?
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¡Cuán dignos de lástima seremos si no somos acosados ferozmente por el Diablo! Todo indica que somos amigos del Diablo: nos deja vivir en una falsa paz y nos adormece con el pretexto de que hemos recitado algunas piadosas oraciones, dado algunas limosnas y causado menos daño que otros. Según ese criterio, mis queridos hermanos, si se le preguntara, por ejemplo, a un asiduo del cabaret si el Diablo le tienta, respondería simplemente que no le incordia en absoluto. Preguntad a una joven vanidosa cómo son sus luchas y os dirá riendo que no las tiene, que ni siquiera sabe lo que es ser tentada. Aquí está, mis queridos hermanos, la tentación más terrible de todas, que es no tener tentaciones.
Aquí se ve el estado de aquellos a quienes el Diablo está reservando para el infierno. Me atrevo a decir que tiene mucho cuidado de no tentar o atormentar a esas personas acerca de sus vidas pasadas, para que no se les abran los ojos a sus pecados. El mayor de todos los males es no ser tentado porque entonces hay motivos para creer que el Diablo nos mira como de su propiedad y solo espera nuestra muerte para arrastrarnos al Infierno.
Nada podría ser más fácil de entender. Consideremos al cristiano que se está esforzando, aunque sea modestamente, por salvar su alma. Todo lo que le rodea le inclina al mal y apenas puede levantar los ojos sin ser tentado, a pesar de todas sus oraciones y penitencias. En cambio, un pecador empedernido, que durante los últimos veinte años se ha estado revolcando en el pecado, ¡os dirá que no tiene tentaciones! ¡Tanto peor, amigo mío, tanto peor! Eso es precisamente lo que te debería hacer temblar, que no sabes lo que son las tentaciones. Porque decir que no eres tentado es como decir que el Diablo ya no existe o que ha perdido toda su rabia contra las almas cristianas.
Si no tienes tentaciones, nos dice San Gregorio, es porque los demonios son tus amigos, tus amos y tus pastores. Al permitirte pasar tranquilamente tu pobre vida hasta el fin de tus días, lo que hacen es arrastrarte a lo más hondo. San Agustín nos explica que la mayor tentación es no tener tentaciones porque esto significa que uno ha sido rechazado y abandonado por Dios y dejado completamente a merced de sus propias pasiones.
(Sermón núm. 5, San Juan María Vianney, S. XVIII)
50 comentarios
DE los Apotegmas de San Antonio del Desierto.
Dijo Abba Antonio
“El que no ha sido tentado no puede entrar en el Reino de los cielos. En efecto suprime las tentaciones y nadie se salvará”
Para que vuelvan este tipo de sermones, previamente se debe volver a la verdadera Fé.
Con lo facil que seria mirarse en un libro de homilias la homilia para cada dia del año.
Hablando de tentaciones. Conocidos arrejuntados que se van cada uno por su lado, de vacaciones con los amigos a Ibiza. Cada uno por separado con los amigos. ¿ Pero tan dificil les resulta ver el peligro que se cierne sobre su relacion ? Si. Hoy dia la hablar de tentacion o tenerla en cuenta es cosa de beatillos.
PD. A ver si en el blog alguien, por favor, hiciera un articulo sobre la pelicula nefarious
"Para que vuelvan este tipo de sermones, previamente se debe volver a la verdadera Fé"
Sin duda, el problema principal, como se dice en el propio artículo, es de fe.
"Pues yo tengo que soportar la homilética de un cura que no se prepara nada la homilia"
Una plaga.
"Hablando de tentaciones. Conocidos arrejuntados que se van cada uno por su lado, de vacaciones con los amigos a Ibiza. Cada uno por separado con los amigos. ¿ Pero tan dificil les resulta ver el peligro que se cierne sobre su relacion ?"
No lo entiendo. Si no están casados, sino "arrejuntados", cuanto más lejos mejor, ¿no?
"A ver si en el blog alguien, por favor, hiciera un articulo sobre la pelicula nefarious"
Tengo ganas de verla, a pesar de que no me gustan las películas de horror.
Hoy, en muchas parroquias de mi país, ya es de rigor incluir un baile dentro de la Novena al Santo Patrono: se recoge dinero, se atrae a los jóvenes y todos se divierten y fraternizan.
Juzguen ustedes.
Si no se cree en Dios trino, la Iglesia de siempre fundada por Cristo, la prueba vital en la que estamos todos los vivos en el mundo, el pecado, la necesidad de conversión de corazón, la salvación_condenación posterior a esta prueba, etc, lógico que esas mismas personas no crean en las tentaciones y no sientan tenerlas.
Me apunto a la cadena de oración por los sacerdotes. Estupendo post. Muy oportuno en este tiempo de sal sosa.
Según este punto de vista, las tentaciones serían buenas, y la resistencia mala. Los curas tradicionales malos, los modernos buenos. ¿Cómo no va a ir el mundo de cabeza al abismo?
Veremos quién deshace semejante desorden!
""No lo entiendo. Si no están casados, sino "arrejuntados", cuanto más lejos mejor, ¿no?""
Ya, pero para mi en este caso no es el tema. No es de extrañar que un matrimonio canónico hoy dia haga eso igualmente y por eso el fondo del asunto es otro: ¿ Tanto le cuesta al ser humano de nuestros dias ver el peligro y la debilidad de la carne ?
""Tengo ganas de verla, a pesar de que no me gustan las películas de horror.""
No es una pelicula ni de horror ni de terror, se lo aseguro. Tiene suspense, intriga, sorpresa, pero ni terror , aunque si un poco de horror justo al final. Dos minutos de horror, no más. No se la quiero destripar.
Saludos
"El entendía que el baile (ayer como hoy, y casi de cualquier tipo que sea) es ocasión de pecado"
Hombre, yo diría que es evidente que depende del tipo de baile. Hay que distinguir. No son lo mismo el baile de David delante del Arca, el baile de los seises ante el Santísimo en la catedral de Sevilla, los bailes regionales, el ballet o el reguetón. Y depende también de las personas concretas, porque obviamente, por ejemplo, no es ocasión de pecado que un marido baile con su mujer.
Dicho eso, es cierto que nuestra época tiende al laxismo moral y se hacen todo tipo de cosas estúpidas y/o pecaminosas incluso en las parroquias.
"¿ Tanto le cuesta al ser humano de nuestros dias ver el peligro y la debilidad de la carne ?"
Sí, la existencia de ocasiones de pecado, como decía Vladimir, se ha borrado de la mente moderna.
Total ya a estas edades...
Buaj!
Paz y bien
Lo curioso es que el demonio no había querido ver al capellán de la cárcel en ningún momento y, cuando el psiquiatra lo hizo pasar y vio qué tipo de sacerdote era, se tranquilizó al momento porque vio que ni creía en los demonios ni, probablemente, en Jesucristo.
Hay una enorme ventaja a favor de los pecadores, el maligno tienta pero no conoce el resultado, gracias a Dios, el resultado de la tentación es nuestro. Apartarse de Dios es un acto voluntario, personal, individual, de un alma concreta, que rechaza a Cristo sabiendo lo que hace.
Es muy serio y debía ser tomado como muy grave por los efectos.
Cuenta la leyenda que en una oportunidad enviaron de Roma a Ars un monseñor para que viera al Cura en acción, fue invitado a celebrar y realizó una linda homilía. También escuchó una homilía del Cura de Ars.
Cuando al final de la visita le preguntaron qué opinaba contestó en diplomacia de Roma: he consultado a los feligreses y advertí una diferencia entre los efectos de la homilía del Cura de Ars y la mía.
De mi homilía dijeron qué bien habla monseñor, de la del Cura de Ars opinaron qué lindo entender a Cristo...
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
La vanidad suele ser pecado venial porque no se opone a la caridad, pero, como enseña Santo Tomás, también puede ser mortal en algunos casos: https://es.catholic.net/op/articulos/18683/cat/521/la-vanagloria.html#4
Saludos.
“ En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.»
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»”
Minihomilía sobre la Transfiguración del Señor del Cura Párroco de Albacete, arcipreste de la Purísima y profesor del Instituto Teológico Diocesano de Albacete, incorporado al Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad San Dámaso de Madrid.
Nuestra fe no se basa en fábulas fantásticas , sino en el testimonio de la grandeza de una vida de entrega a Dios y, por eso mismo, volcada en procurar el bienestar, la paz y la plena realización del ser humano. Eso es lo que se transfigura en el monte para que los discípulos de entonces, como los de ahora, no busquemos espectáculos de magia, ni derroches de poder, no fascinaciones momentáneas, sino que podamos reconocer en la vida de Jesús, en su predicación del evangelio y sus gestos de compasión la verdadera naturaleza de nuestro Dios: el amor que se da para que todos podamos vivir de verdad.
Gracias por la información. Si Dios quiere, mañana dedicaré un post a la minihomilía que citabas.
Así deben ser todas las homilías, con mucha fe en los Evangelios, no buscando excusarse públicamente por no creer y propagando entre los fieles la desconfianza y la incredulidad en la Sagrada Palabra. Los Obispos de estos Curas deberían hacer algo para evitar más daño.
Sin embargo en sus sermones se descubre una gran agudeza a la hora de descubrir el pecado lo que el pecador quiere ocultar o no reconocer.
No se cuantas personas hoy en día podrian resistir sus sermones, es directo, y no escatima la descripción de la maldad del pecado y sus consecuencias.
Los pecadores que no aman a Dios y el peligro de su condenación, era una de sus grandes preocupaciones, amaba al pecador y detestaba el pecado.
Su gran tentación fue la humildad, se sentia indigno, y queria retirarse para arreglar su vida antes de presentarse delante de Dios. Consiguió escaparse algunos dias, pero Dios le queria en primera linea, y alli murió
Un super enamorado de Dios, y de las almas.
San Juan Maria Vianney rogad por nosotros y por toda la Iglesia
Qué curioso que digas esto, Bruno, porque hace justo un momento, leyendo en tomo I de una obra llamada "Iniciación teológica" (Herder) me encuentro con este párrafo:
"Las admoniciones, por último, se encuentran en la liturgia bajo diversas formas. La más importante y universal es la que constituyen
las lecturas, bien sean lecturas bíblicas, al uso de la sinagoga, bien lecturas de «pasiones» o de «leyendas» de la vida de los santos, bien de escritos de Padres y Doctores, que durante los siglos de los bárbaros sustituyeron en los monasterios, casi en todas partes, a la primitiva homilía. Tales lecturas se introdujeron sobre todo en la trama del Oficio divino, aunque también algunas liturgias les dieron amplia cabida aún dentro de la liturgia sacramental".
Por lo demás, la tradición ascética es unánime en considerar la presencia de tentaciones no sólo como una especie de señal de vida espiritual, sino como algo en cierto modo necesario para el avance espiritual, ya que hay virtudes que no se desarrollan sino frente a la contrariedad, y vicios que no se desarraigan sino con ardua lucha. El P. Alonso Rodríguez habla largamente del asunto en su tratado "De la tentación", en el tomo II de su "Camino de perfección".
Si los demonios influyen en nuestras facultades al tentarnos, ¿eso no implica un menoscabo de nuestra libertad y demasiada libertad para ellos, que están encadendos en el infierno?
Influyen, pero no en todas las facultades (no en el entendimiento y la voluntad), y sólo influyen hasta cierto punto. Y no sólo porque Dios no se los permita, sino porque sin voluntad no hay pecado, y de nada le serviría a los demonios hacernos cometer actos que no nos separarían de Dios por no ser libres.
Pero también es verdad que, debido a nuestra naturaleza y a nuestra fragilidad, nuestros actos no son como los de los ángeles rebeldes. Nuestros pecados son perdonables, los de ellos no.
San Agustín nos explica que la mayor tentación es no tener tentaciones porque esto significa que uno ha sido rechazado y abandonado por Dios y dejado completamente a merced de sus propias pasiones.Esta frase da lugar para otro artículo tuyo Bruno, especialmente ahora en donde no hacemos más que leer y escuchar de un Dios TodoMisericordioso, que perdona aún a los que no quieren ser perdonados, que salva aún a los que no buscan ni quieren ser salvados, en donde el arrepentimiento no cuenta (vaya herejía).
Corroboro lo de las homilías. La mayor parte de las veces ni siquiera espero nada de ellas. Casi digo que son "buenas" si no contienen herejías.
Por cierto Bruno, he terminado hace unos días tu nuevo libro (lo he leído prácticamente de un tirón) es fantástico y espero la continuación que debe ser casi la Parusía.
Para quienes no lo conozcan: "Yo fui secretario de León XIV", me he reído e incluso he llorado.
Una historia tan triste como divertida.
Ojalá se pueda difundir en varios idiomas...
Una selección de homilías del Cura de Ars se puede descargar en:
www.apostoladomariano.com
en la sección "Grandes maestros".
Me alegra mucho que te haya gustado. Gracias por tus amables palabras.
"Me atrevo a decir que tiene mucho cuidado de no tentar o atormentar a esas personas acerca de sus vidas pasadas, para que no se les abran los ojos a sus pecados." ¿Vidas pasadas, quiere indicar que son conversos?
¿Haría falta vivir pensando en los pecados cometidos en el pasado, de manera que se vuelva insufrible la vida misma, y caer en la desesperanza?
No. Se está hablando de la táctica que utiliza el demonio contra nosotros.
Si uno es consciente de la gravedad de sus pecados y se arrepiente de ellos, es frecuente que el demonio se los recuerde y se los eche en cara, para que caiga en la desesperación creyendo que es tan malo que ni Dios le puede salvar.
En cambio, si uno no le da importancia a los pecados graves que ha cometido y no se arrepiente de ellos, entonces el diablo no le recuerda esos pecados, para que no se arrepienta de ellos, porque lo que quiere es que el pecador muera en sus pecados y se condene.
El trocito de homilía citado en el blog se refiere a esto último.
Yo he visto Nefarius. No es una película de terror. Al contrario, esa una muestra de cómo tienta el diablo.
Salí agradecido.
Es muy recomendable.
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