Pidamos el rocío de lo alto
Pocas cosas hay mejores para orar que los textos litúrgicos. Con ellos, podemos rezar con la oración de toda la Iglesia y desde su propio corazón. De algún modo, la oración se nos hace más fácil, porque vamos a favor de la inmensa corriente de súplicas de toda la Iglesia y porque todo lo que oímos esos días en la liturgia resuena con el mismo espíritu, haciendo patente que nuestra oración es parte de una música más amplia que se eleva hacia Dios.
En ese sentido, me permito proponer a los lectores que, cuando tengan tiempo, recen un rato en este tiempo de Adviento con el himno Rorate coeli, repitiéndolo despacio y saboreando cada palabra. Es un texto maravilloso, que va desgranando las súplicas del Profeta y, con él, las de todo el pueblo de Israel y de la Iglesia a lo largo de los milenios. Al rezarlo, se hace evidente que no rezamos solos, sino que lo hacemos con nuestros padres, los padres de nuestros padres y una larga cadena de voces que clamaban a Dios que enviara al Justo como el rocío que cae del cielo, que no recordase nuestras culpas y que mirase la aflicción de su pueblo.
En estos tiempos de dificultades para la Iglesia, ¿cómo no sentirnos identificados con el profeta cuando lamenta que la ciudad santa que se ha vuelto un desierto? ¿Cómo no pedir a Dios que retire el yugo de la esclavitud que nos oprime? ¿Cómo no conmovernos con la promesa de que pronto llegará nuestra salvación y de que no debemos temer, porque Él nos salvará? Dios lo quiera, Dios lo quiera.
Para ello, traigo al blog la traducción al español que un amable lector ha hecho del precioso himno latino. Como no hay una traducción oficial, el lector se ha ajustado al texto latino, intentando seguir a San Jerónimo, patrono de los traductores, y a la vez utilizando el lenguaje de los textos litúrgicos que se emplean en España de modo que resulte más familiar y católico en el sentido amplio de la palabra.
………………………………………………..
Rorate coeli
Destilad, cielos, el rocío de lo alto,
y que las nubes lluevan al Justo.
— No te irrites, Señor,
no recuerdes por siempre nuestra culpa.
Mira la ciudad santa, se ha vuelto un desierto:
Sion es un desierto,
Jerusalén un yermo,
tu templo santo y magnífico,
donde te alabaron nuestros padres.
Destilad, cielos, el rocío desde lo alto,
y que las nubes lluevan al Justo.
Pecamos y quedamos impuros,
caímos todos como hojas,
nuestras culpas nos arrebataron como el viento;
nos ocultaste tu rostro
y nos entregaste al poder de nuestra culpa.
Destilad, cielos, el rocío desde lo alto,
y que las nubes lluevan al Justo.
Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo,
y envía a Aquel que has de enviar:
envía al Cordero soberano de la tierra
desde la Peña del desierto al monte Sion
para que retire el yugo de nuestra esclavitud.
Destilad, cielos, el rocío desde lo alto,
y que las nubes lluevan al Justo.
— Consuélate, consuélate, pueblo mío,
pronto llegará tu salvación.
¿Por qué te consumes en la angustia,
quebrantado por la congoja?
Yo te salvaré, no temas,
porque Yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu Redentor.
16 comentarios
También me gustaría dar a conocer, dentro de la liturgia de este tiempo, las Antífonas de la O, basadas en los profetas, que desde el S. VII-VIII son propias de los días anteriores a la Navidad (17-23) y que empiezan con una admirativa Oh: O Sapientia-O Adonai-O Radix-O Clavis- O Oriens- O Rex-O Emmanuel.
mercaba.org/LITURGIA/Adv/antifonas_O.htm
También bellísimos los himnos de la liturgia hispana que ha publicado otro bloguero. Deo gratias!
pronto llegará tu salvación”…
Eh allí la esencia del Adviento!
Marana tha!
Es desconcertante.
No comentaré sobre la "Inmaculada Concepción". Me temo que sería demasiado ofensivo para algunos.
"No termino de entender como los cristianos, que tienen una oración preciosa salida de los labios del propio Jesucristo, donde se pide "Hágase tu voluntad" (La del Padre) se empeñan en crear nuevas oraciones donde se le pide a Dios que sea Él quien haga la voluntad del que ora"
Cuando leo esas cosas, me invade la firme certeza de que su propósito al comentar aquí es parodiar la heterodoxia para que todos podamos ver lo absurda que es.
En este caso, por ejemplo, es imposible que usted no sea consciente de que, como se recoge en los Evangelios, el mismo Jesucristo rezó de otras muchas formas, a veces junto con sus discípulos, luego no quería que entre los cristianos el Padrenuestro sustituyera a las demás oraciones. También es imposible que no se dé cuenta de que en el mismo Padrenuestro se piden otras cosas a Dios además de que se haga su voluntad, luego no hay problema alguno en pedir otras cosas (entendiendo implícitamente que esas cosas se piden siempre que sean voluntad de Dios).
Luego, o bien no es usted capaz de realizar razonamientos que están al alcance de cualquier niño de primera comunión o se está quedando con nosotros jocosamente con la benemérita intención de darnos un ejemplo práctico de que la heterodoxia pudre el cerebro. Y siendo usted ingeniero, si no recuerdo mal, me veo forzado a concluir que lo que ocurre es lo segundo.
Me permito aconsejarle que una parodia, para resultar mínimamente creíble, tiene que ser algo menos absurda. Ni siquiera un heterodoxo con las meninges derretidas por el relativismo podría decir cosas tan evidentemente erróneas. Aprenda de D. Higinio.
"No comentaré sobre la "Inmaculada Concepción". Me temo que sería demasiado ofensivo para algunos"
Como ya imaginará, si se permitiera ofender a nuestra Señora, no volvería a escribir aquí.
Eso sí: Como se le ocurra insultar a la Inmaculada Concepción, tal vez me encuentre de noche en el portal de su casa para darle un cursillo de urgencia de Mariología.
¡VIVA LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS, SIN PECADO CONCEBIDA, ETERNAMENTE VIRGEN Y ASUMPTA A LOS CIELOS!
Tota pulchra es, Maria
Et macula originalis non est in te.
Vestimentum tuum candidum quasi nix, et facies tua sicut sol.
Tota pulchra es, Maria,
Et macula originalis non est in te.
Tu gloria Jerusalem, tu laetitia Israel, tu honorificentia populi nostri.
Tota pulchra es, Maria.
Hay varias composiciones musicales sobre este tema, la de Cristóbal de Morales y la versión gregoriana, entre otras.
¡Gloria de Israel, Doncella sin mácula, Madre nuestra, intercede por nosotros ante tu Hijo, Jesucristo Nuestro Señor!
Feliz Día a todos.
Dejar un comentario