¿Qué podemos hacer para solucionar la crisis de la Iglesia?
Quizá la pregunta más frecuente que plantean los lectores desde hace unos años sea esta: ¿qué podemos hacer para resolver esta crisis que sufre la Iglesia? No podemos seguir así, tenemos que hacer algo. Rezar y todo eso está muy bien, pero ¿qué podemos hacer nosotros?
Teniendo en cuenta que son tiempos recios, como decía Santa Teresa, la pregunta es muy comprensible y yo me he preguntado lo mismo muchas veces. Es cierto que la situación de la Iglesia, en varios aspectos, es desoladora y angustiosa. Nada hay más normal que el hecho de que un hijo de la Iglesia ame a su madre y quiera encontrar una forma de ayudarla en ese trance. Veamos, pues, qué se puede responder a una pregunta tan natural en nuestros tiempos.
Hasta donde puedo ver, la primera y principal respuesta es la que nadie quiere oír: no se puede hacer nada. No estoy hablando hiperbólicamente, para decir que se puede hacer poco o que es muy difícil hacer algo. No. En el sentido más literal y más fundamental, no podemos hacer nada para solucionar la crisis de la Iglesia. Nada.
No podemos hacer nada para solucionar la crisis de la Iglesia porque la Iglesia no está fundada en las fuerzas humanas, sino en el poder de Dios. En última instancia, a la Iglesia no la conducen los hombres, ni siquiera los obispos, ni siquiera el Papa, sino el Buen Pastor. A fin de cuentas, la Iglesia es la Esposa de Cristo, es Él quien derramó su sangre preciosa por ella y es a Él a quien le toca protegerla y guiarla.
Es hora de que lo aceptemos de una vez, porque, de hecho, la mayoría de nuestros desánimos y angustias vienen de no querer aceptar ese hecho fundamental. Curiosamente (o mejor dicho, paradójicamente), esta respuesta no es fuente de desesperación, sino de esperanza y de una profunda alegría que, como nos prometió el mismo Cristo, nadie nos podrá quitar. Lo digo por experiencia propia. Descansa en el Señor y espera en él, no te exasperes por el hombre que triunfa empleando la intriga.
La Iglesia no funciona a base de nuestras buenas intenciones, ni de nuestra entrega, ni de firmas y ni siquiera de nuestra fe. Si fuera así, la Iglesia sería tan débil y cambiante como nuestras buenas intenciones, nuestra entrega o nuestra fe. Gracias al cielo, es Jesucristo quien lleva a la Iglesia sobre sus hombros, no nosotros. Todo lo que digamos nosotros se lo llevará el viento, pero sus palabras no pasarán. Es el Señor quien da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre. La esperanza de la Iglesia está únicamente en Dios y no en nosotros. Él sabe muy bien lo que hace. ¡Lo sabe!
Bueno, de acuerdo en que es Cristo y solo Cristo el que dirige la Iglesia, pero también quiere que colaboremos con Él, ¿no? Entonces, aparte de reconocer que la Iglesia, la historia y el universo entero están en manos de Dios, ¿qué quiere Dios que hagamos? La respuesta a esta pregunta tampoco suele gustarle a nadie, a pesar de que descuidarla nos granjea innumerables problemas y quebraderos de cabeza: Dios quiere que hagamos lo mismo de siempre.
Sus mandamientos no han cambiado, los consejos evangélicos siguen estando ahí, la Escritura no ha dejado de ser válida ni tampoco lo ha hecho la Tradición, el ejemplo de Cristo sigue siendo el mismo. Dios, en definitiva, nos pide lo mismo que siempre nos ha pedido: que nos convirtamos, que seamos santos como Él es santo, que imitemos a Cristo, que amemos a nuestros enemigos, que pongamos los ojos en las cosas de arriba y no en las de la tierra, que amemos a nuestra madre la Iglesia santa y católica, que tomemos nuestra cruz y le sigamos. Es una vocación altísima, la más alta que podríamos haber recibido. Pero como también es humilde y escondida a los ojos de los hombres, no nos gusta y nos resistimos a decir, con el salmista, Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad. Preferimos soñar con hacer cosas a la manera del mundo, en dar de patadas en el trasero a teólogos u obispos infieles o fantasear con “si yo fuera Papa se iban a enterar”, pero lo que Dios quiere de nosotros es mucho más que eso: sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
Vale, está bien, lo importante es Dios y ser santos, pero Dios nos pide que hagamos cosas por los demás, ¿verdad? ¿No querrá que hagamos cosas por la Iglesia? Sin duda, pero siempre según el orden que Él mismo nos ha dado: amarás al prójimo como a ti mismo. Cuanto más próximo, mayor y más concreta es nuestra obligación. A quien tenemos que ayudar de manera primordial e insustituible en estos tiempos de crisis es a los cercanos, a nuestros hijos, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestra parroquia, nuestros amigos, nuestro párroco o nuestro obispo. Es más fácil discutir en Internet sobre lo que deberían hacer los obispos que catequizar con perseverancia a nuestros hijos, estudiar para saber dar razón de nuestra esperanza, anunciar el evangelio a los vecinos o rezar el rosario en familia cuando lo que apetece es otra cosa. Es más fácil y placentero criticar al cardenal Herejini o a Mons. Nomentero que rezar y ofrecer sacrificios por nuestro párroco o nuestro obispo. Pero lo que nos pide Dios es ante todo lo segundo.
Y sí, antes de que insista de nuevo el lector preguntón, también es bueno (y en ocasiones una obligación) hacer cosas específicas para combatir la crisis de la Iglesia universal, cada uno según su vocación, su estado y su capacidad. De hecho, InfoCatólica se dedica en buena parte a esta tarea e incluso este blog hace lo que puede en ese sentido y es evidente que los obispos y en menor medida los sacerdotes tienen una gran responsabilidad en ese ámbito. Sin embargo, solo llegando a aquí en orden, es decir, a través de todo lo anterior, podremos hacer lo que tengamos que hacer sin agobiarnos, sin el celo amargo que pudre los frutos y repele a los que nos ven, sin la desesperanza que nos quita la alegría. Solo así mantendremos nuestra mirada donde debe estar, en Cristo Rey, y no en los pecados y las miserias de los hombres. Solo así nuestro amor por la Iglesia será caridad sobrenatural y no egoísmo e impaciencia ligeramente camuflados de celo y ortodoxia. Solo así estaremos haciendo la voluntad de Dios y no la nuestra. Dios nos lo conceda.
138 comentarios
Por tanto hay que volver a la Misa de Siempre, al Rosario, a la Adoración Eucarística, a las Misiones Católicas (y no al ecumenismo y la libertad religiosa), etc.
"A quien tenemos que ayudar de manera primordial e insustituible en estos tiempos de crisis es a los cercanos, a nuestros hijos, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestra parroquia, nuestros amigos, nuestro párroco o nuestro obispo"
Muy cierto todo este párrafo. Empecemos por los de casa y todo irá a mejor.
Muchísimas gracias por estas reflexiones.
"Por tanto hay que volver a la Misa de Siempre"
Bueno, por definición, toda Misa es la Misa de siempre, el mismo y único Sacrificio que nos abrió y nos sigue abriendo las puertas del cielo. Aunque, sin duda, no hay nada de malo (y sí mucho de bueno) en amar y apreciar la forma extraordinaria de la liturgia latina, que es a lo que supongo que se refiere.
"Muchísimas gracias por estas reflexiones"
Me alegro de que le hayan servido.
Yo me confirmo en la Esperanza, que es una Virtud Teologal, y luego atiendo al prójimo individualmente en la medida que puedo: la palabra al que desea hablar conmigo; el silencio para el que no desea hablar; el dinero para algo muy concreto, sea parroquia, sean misioneros sean órdenes contemplativas; el cuidado de los míos y de los allegados; si me quieren me acerco y si no me quieren me aparto (hay algún pariente al que mi presencia no le agrada y no se la impongo), las visitas a amigos enfermos...
Y en primera estancia el Primer Mandamiento: "Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas", lo que implica confesión, comunión, rezo del Santo Rosario, Adoración al Santísimo y otras prácticas religiosas.
No me angustio cuando oigo grandes propuestas porque las grandes propuestas no están en mi mano y muchas veces se hacen para que nos sintamos continuamente mal. Los emigrantes no son mi problema, si lo es aquel que entra en mi círculo por alguna razón, como ser el comerciante de al lado o el vecino que, además, tienen nombre y no son abstracciones.
Todo lo demás lo dejo en manos de Dios y si la Iglesia actual tiene la costumbre de hablar de grandes temas no le hago caso, así de sencillo.
Eso sí, me santiguo públicamente: al salir de casa, en los trenes y rezo el rosario tanto en hospitales como en autobuses o trenes de largo recorrido; saco balconeras de Navidad, Pascua de Resurrección y Corpus Christi y doy testimonio público de mi fe cuando viene a cuento: viacrucis, procesiones, etc...siempre que no sean demasiado turísticas y no me pueda concentrar, ya que cada vez huyo más del gentío.
Creo que ya muchos huyen de ese tipo de representaciones porque el Purgatorio ha quedado olvidado. Yo lo tengo siempre presente.
Lo que ocurre es que a veces nos impacientamos y nos ponemos nerviosos, como les ocurrió a los judíos comunistas que hartos de esperar al Mesías, decidieron ellos como instaurar el paraíso en la tierra con los resultados por todos conocidos.
Nunca cambio la foto de mi perfil de guasap, de Primera Comunión en la que aparezco con mi túnica (sí, túnica, no de almirante) en la que estoy guapísimo con mi flequillo, una mirada enternecedoramente pura e inocente y un Rosario entre mis manos.
Con los años me quedé calvo y me volví cabroncete, pero esta foto es una declaración de principios: Tras mucho recorrido quiero volver a ese momento. Quiero volver a Ítaca.
Et in Arcadia ego.
Yo creo que haciendo estas cosas nuestra humilde misión está cumplida porque Dios sabe muy bien en qué situación nos encontramos y Él guiará a la Iglesia, no sin tribulaciones como ya nos advirtió.
Por cierto, hablando de lo que le toca hacer a cada quien, mi madre tomó provisiones para que el párroco diese la comunión a los niños en la boca (cosa que no venía ocurriendo los años recientes), y que pusiera un reclinatorio para que los niños la recibieran de rodillas (cosa que no se hace absolutamente en ningún lugar de mi diócesis).
Creo que fue ayer, una famosa y algo mediática religiosa se reía y se escandalizaba en una red social de la opinión de aquellos que creen que en la eucaristía se conmemora y actualiza el sacrificio de Cristo. Sus seguidores le acompañaban en el lance
"con tanta ignorancia supina es imposible tener una conversación lógica, primero que hagan Catequesis básica al menos"
"Jajaja ya ví a varios perdidos y otros que quieren ser otro Martín Lutero 😂🤦🏻 .
Se nota a leguas que no conocen ni siquiera la catequesis básica para niños"
"🤣🤣
Hermanita, imposible discutir con esta gente! Mejor démosle más volumen a las canciones de Hakuna! Un abrazo! 🤗"
...
twitter.com/xiskya/status/1588185014382256129
Tuvo que salir Pedro Luis Llera a contestarle. Y lo triste de todo esto es que probablemente a esta mujer y a todos sus seguidores es eso lo que les enseñaron.
A veces pienso si el Señor, harto de nosotros - los cristianos que, como personas y como naciones, llevamos burlándonos de sus mandatos cada vez con más intensidad- no nos ha dicho ya eso mismo que les dijo a sus compatriotas judios: "vuestra casa quedará desolada".
Y la verdad: nos lo merecemos.
Adherir de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para el sostenimiento de esa fe. A la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad.
Y rechazar todo lo que se le opone, venga de quien venga, aunque venga de lo más alto.
Palabras de San Pablo comentadas como sigue por San Vicente de Lerins en el siglo V (Commonitorium nº 8):
“La autoridad del Apóstol se manifestó entonces con su más grande severidad: aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema (Gal. 1, 8).
¿Y por qué dice San Pablo "aun cuando nosotros mismos", y no dice "aunque yo mismo"?
Porque quiere decir que incluso si Pedro, o Andrés, o Juan, o el colegio entero de los Apóstoles, anunciasen un Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema."
Lo mismo vale para los sucesores de San Pedro o para el colegio entero de los obispos. Rechacemos, por lo tanto, las novedades y aferrémonos a las tradiciones.
Idem con las balconeras. Los balcones, al menos en esta comunidad, están llenos de balconeras de todo tipo, pero llega la Navidad y nadie pone ninguna en su balcón, ni siquiera los que van a misa, de manera que es lo mismo si hay católicos como si no los hay, pero no es lo mismo si se tratan de banderas deportivas, políticas, etc...
Aquí esta la clave.
La historia de la Iglesia esta compuesta de grandes crisis desde sus inicios. Pero también de grandes santos. Personas como nosotros, pero que en un momento determinado tuvieron una conversión, comenzaron a querer imitar a Cristo, con los ojos puestos siempre en las cosas del cielo, con mucho amor a la Iglesia, aún a veces siendo perseguidos por ella y llevando su criz. Alguna de estas personas la Iglesia les ha declarado santos.
Empezando por quitar a los niños de la asignatura de Religión, cosa que ya he hecho y ahora se la impartimos su padre y su madre, en la Iglesia doméstica, a salvo de payasadas.
Siguiendo con no aportar ni un céntimo a la Iglesia salvo a aquello que esté destino a fines materiales de la parroquia de los que todos seamos conocedores. Ni al DOMUND, lo siento, no hay tierra con mayor necesidad de misión que el Occidente moderno a la puerta de la esquina, aquí mismito compadre. Que vengan los orondos cardenales y obispos de Roma y de las CE'S a evangelizar a aquí.
Siguiendo con denunciar y oponerse frontalmente a todas las herejías y asquerosidades que.....¿vale de algo esto, Bruno? No haya nada que hacer. Sólo esperar a que intervenga Dios directamente, todas las batallas se van perdiendo humanamente una detrás de otra: el divorcio, el aborto, el casamiento homosexual y el re-casamiento bajo apariencia de matrimonio previamente blanqueado en los tribunales eclesiásticos y ahora la herejía pontificia.
A veces hay que recibir lecciones del que menos se espera, el pakistaní que tiene la tienda al lado de mi casa, tiene la costumbre de decir: "lloverá, si Dios quiere" y cosas así y me da tristeza que solo él utilice esa palabra y que yo solo a él le diga lo mismo con naturalidad, porque si se lo digo a otro se puede enojar. Ya van dos casos de personas que en una conversación ordinaria, en la cola de un banco cuando la pandemia y en un bar, sin decir oste ni moste se empezaron a meter con la Iglesia.y tuve que decirles que yo era católica, que la conversación no iba por esos derroteros y que yo a ellos no les había dicho nada.
Solo uno se disculpó: "Señora, yo no sabía, perdone" a lo que le contesté: "Hay iglesias a las que va gente ¿y a usted no se le ha ocurrido que pueda ser una de ellos?"
Por ejemplo, ser más prudentes que nunca y cuidar la conciencia, porque en líneas generales, la predicación de nuestros pastores no es igual de fiable que hace 100 o 200 años. Eso es una realidad y hay que aceptarlo. Siempre ha habido manzanas podridas, pero hace algún tiempo uno podía ir a una iglesia suponiendo con un cierto grado de confianza que uno iba a oír buena doctrina. Ahora, hay que mirar muy bien dónde va uno y quién predica, y cuando nombran a un obispo uno enseguida se pregunta si es progre o realmente católico. La prudencia siempre ha sido una virtud y ya Cristo nos pidió estar siempre vigilantes, pero creo que hoy en día esa prudencia hay que ejercerla, más que nuca, dentro de nuestra Iglesia, por el bien de nuestras almas.
Y yo digo más: precisamente poniendo la mirada en las cosas de la tierra y amándola por amor a Dios, y conquistándola, es cómo conquistamos el cielo. Y a los que pavonean de materialistas, les digo que soy más materialista que ellos, pues tengo una comprensión superior al valorarlas como huellas de la creación y como medio de sentido trascendente. Un materialismo abierto al espíritu frente a a un materialismo cerrado al espíritu, que hace incomprensible a la materia y a las cosas de la tierra.
Decía un sabio local algo así como: "Se ha acabado el dinero, se han acabado los vicios". Esto sólo se solucionará cuando los Estados (y demás ralea internacional) dejen de controlar a la Iglesia Católica con sus estipendios oficiales, todas ellos condicionados a tener el comportamiento deseado, y echemos a los infiltrados, aprovechados, traidores, oportunistas y corruptos de las jerarquías.
Igualmente hay que corregirlo. Cosa que esta persona puede tomar por un ataque personal u ofensa, injuria.
Hay mucha gente que calla, quizá sacerdotes, por desprecio del criterio del extraviado. Como si dijesen «todavía no llegó a una madurez en la fe para comprender». Y por eso no le pueden decir.
Ahí está el tema del amor al prójimo. Con estas actitudes de «inclusión», «no juzgar», «paz», se asiste pasivamente ante una persona que lleva largos años de pecado grave no percibido.
El Mandamiento del Amor al Prójimo, por ejemplo, no debe ampliarse como se está haciendo de manera que no podamos reconocer la Verdad de la mentira. Jesucristo dijo: "Ama al prójimo como a ti mismo" y narró la Parábola del Buen Samaritano.
Esta parábola hizo que el samaritano reconociera como tal al herido, que seguramente sería judío; algunos cristianos a los judíos perseguidos y yo al pakistaní de la esquina. Ahora bien, para un prójimo indiscriminado no hace falta fundar una Iglesia que pivote alrededor de Él mismo, porque muchos de esos prójimos no le reconocen.
Así que la filiación con respecto a Jesús solo es nuestra, es decir de los cristianos, y eso es un abismo que se abre que solo lo saltan los conversos utilizando una pértiga. Este "detalle" no puede ser nunca olvidado y, si en cuestión de la ayuda el prójimo basta, en la cuestión de la Fe el prójimo puede no estar en la Comunión de los Santos.
¿Y qué puede enseñarnos a nosotros un prójimo que no sea cristiano? Puede avergonzarnos si su conducta es mejor,, pero no enseñarnos nada porque ya nos lo enseñó Jesucristo. Por lo tanto a mi no me van a encontrar en reuniones pan-religiosas de ninguna clase.
Por otro lado, me da gran consuelo que pensemos igual.
😊
"Cómo sabemos que esto no es lo que Dios quiere en efecto? Los caminos de Dios son un misterio para nosotros. Quién puede decir lo que está bien y lo que está mal en su Plan?"
Que los caminos de Dios sean misteriosos no quiere decir que no sepamos nada sobre ellos. Por la razón sabemos muchas cosas sobre Dios y sobre su voluntad, gracias a la ley natural que Él mismo ha puesto en nuestros corazones. Sabemos que no es voluntad de Dios que matemos al inocente, que mintamos o que robemos. Además, Dios se ha revelado en su Hijo Jesucristo y nos ha dado la Palabra de Dios y la Tradición, que transmiten lo que nos reveló, junto con la Iglesia para que las preserve. Sabemos muchísimas cosas sobre lo que Dios quiere para nosotros.
"Entiendo que cuando dice que no podemos hacer nada para solucionar la crisis de la Iglesia, se refiere a iniciativas propias, pues, como dijo Jesucristo, sin Él no podemos hacer nada. Sin embargo, con Él, si es la voluntad de Dios, podemos mover montañas"
Por supuesto, sin Él no podemos hacer nada y con Él podemos mover montañas. Pero conviene tener en cuenta también que, a veces, incluso con Él, Dios no quiere que movamos una montaña en concreto. Podemos verlo en nuestra propia experiencia y en la vida de los santos. Hay algunas montañas que siempre quiere que movamos, como la de nuestra salvación, pero otras no, porque, y esto es lo importante, Dios no nos necesita para "arreglar las cosas", nosotros le necesitamos a él.
La tentación frecuente de los cristianos que se esfuerzan por salir de la tibieza es pensar que nosotros tenemos que hacer algo para arreglar la Iglesia, con la gracia de Dios. Pero quizá sea lo que Dios quiere para nosotros y quizá no. En cambio, sabemos con toda seguridad que Dios quiere que nos fiemos en todo de él, que seamos santos y que nos preocupemos de los que ha puesto a nuestro cuidado en concreto.
Por eso señalo que esas cosas que sin duda Dios nos pide deben ser el centro de nuestra preocupación y lo más importante que podemos hacer por la Iglesia. Si no lo son, es muy probable que, sin darnos cuenta, estemos usando el deseo de arreglar la Iglesia como una excusa para hablar mal de otros, para camuflar nuestra desesperanza y para descuidar lo que tenemos que hacer. En cambio, si cada cosa está en su lugar, podremos hacer lo que Dios nos pida en bien de la Iglesia, según nuestra vocación, con esperanza y frutos de vida eterna.
Qué Fe quiere hallar en la tierra ?.
Debe ser la que El enseñó, que sembró, que opera con los Sacramentos en las condiciones lícitas de los mismos, la que conocemos aunque nos hagamos los distraídos, en el fondo del corazón cuando vamos por un camino y llegamos a una bifurcación sabemos donde está el bien y dónde el mal, la decisión es nuestra, no nos engañemos.
Eso podemos hacer, mantener la Fe, prepararnos, estudiar, perfeccionarnos en la Fe, no se puede trasmitir lo que no se conoce y menos lo que no se cree.
El requisito es actuar de buena fe y no confundir que es lo que está pasando ahora con el Sínodo. Hay dos formas de confundir, una por ignorancia, moda, superficialidad, quedar bien y otra la maligna para dañar, "serán como Dioses".
En estas etapas de crisis siempre quedan ordenados y desordenados que saben lo que hay que hacer, porque haga lo que haga el hombre en el poder temporal la Iglesia de Cristo prevalecerá.
Algunos pecados, por su propia naturaleza, son contradictorios y es difícil que alguien peque de los siete o tenga la misma inclinación hacia ellos. El perezoso no suele ser avaricioso porque los avaros trabajan mucho por su pasión por el dinero; el soberbio puede no ser envidioso puesto que se cree mejor que nadie; pero allá en lo profundo del corazón puede que el perezoso juegue esperando siempre un dinero fácil, con lo que su espíritu sí está atado al dinero de alguna forma y el soberbio, aunque no lo reconozca, también puede sentir envidia por alguien que ha llegado más alto considerándose él más meritorio.
Yo nunca he estudiado Ascética y no sé si ésta puede ayudarnos en ese sentido, pero sí que lo veo necesario.
Una vez oí a un sacerdote decir que no confesaba porque todo el mundo iba siempre con los mismos pecados y nadie se corregía, pero ya entonces, y ahora, creo que ese sacerdote no entendió lo que significa "setenta veces siete". Si lo que esperaba es una variedad de pecados lo cierto es que los pecados, como las virtudes, son recalcitrantes: el lujurioso tiende a serlo una y otra vez y el justo aquilatará continuamente sus juicios y distribuirá equitativamente.
Yo estoy convencida que el primer paso que dio el modernismo, por la sospecha introducida como veneno, fue la pérdida de las virtudes y, con el tiempo, esto trajo como consecuencia la pérdida del sentido del pecado.
Sí creo que sea posible, al menos en situación extrema, pecar de muy diversos pecados. Incluso de aquellos que no suelen estar en nuestra lista. Nunca me vi envidiosa ni soberbia hasta me persiguieron. Tampoco perezosa. Ponía el despertador para ir con padre a trabajar cuando todavía estudiaba, sin que se me pidiera. Tras la persecución vi esos nuevos pecados asomar. La dificultad para "eliminar" el ídolo de poder llevar una vida #normal#, aunque no sea una envidia personal, lo encuadro ahí. Por normal entiéndase no perseguida. También la soberbia ante una gran humillación sin justicia, no esperada y no aceptada en principio. La pereza, o lo que sea, llegó tras el cansancio de estar empezando siempre sin poder levantar cabeza. Siempre tuve "fama," de paciente hasta que nació mi hijo mayor con su capacidad de desquiciarme a lo ShinChan.
Dígame el nombre de ese sacerdote doña África, que conmigo tendrá variedad. Y buena disposición a la enmienda.
Respuesta a DBruno. Santidad. La de Cristo se da por supuesta, la que sostiene la barca. Falta la nuestra. Qué poco tardamos de dejar de aspirar a la santidad, a ni molestarnos en intentar no pecar.
Usted habla de una persecución que, me temo, no entendemos.
"Bueno, por definición, toda Misa es la Misa de siempre, el mismo y único Sacrificio que nos abrió y nos sigue abriendo las puertas del cielo"
Por supuesto, totalmente de acuerdo.
"Aunque, sin duda, no hay nada de malo (y sí mucho de bueno) en amar y apreciar la forma extraordinaria de la liturgia latina, que es a lo que supongo que se refiere"
Aquí varios aspectos: primero lo de forma extraordinaria creo que forma ya parte del pasado. Con Traditiones Custodes un Papa enmienda la plana al anterior. Por tanto ya no "existe" esta clasificación en los ritos que en su día hizo Benedicto XVI y que a tantos nos hizo descubrir el tesoro de la Misa (que a estas alturas todos saben a qué Misa me estoy refiriendo). Después, si este rito tiene "mucho de bueno" como usted observa viene la pregunta que a todos nos tiene que remover las conciencias: ¿por qué se persigue, se prohíbe por la misma "Iglesia"?
"Una buena entrada, pero una buena reforma, la reforma que sugiere el padre Iraburu parece bastante necesaria. Se podría empezar por la formación"
He intentado mostrar en el artículo que, precisamente, para no engañarnos y para no poner lo que nosotros queremos por encima de lo que Dios quiere, lo que hay que hacer es empezar por lo más importante, que es a) reconocer que quien dirige las cosas es Dios, no nosotros, b) convertirnos y ser santos, c) cuidar de los más cercanos.
Empezando como se debe, entonces podemos (y en ocasiones debemos) dedicarnos también al d), que consiste en hacer cosas destinadas directamente a combatir la crisis de la Iglesia. Como InfoCatólica, sin ir más lejos. O, ciertamente, promover la buena formación (porque la que hay, en general, es desoladora y tiene consecuencias desastrosas, como muestra, por ejemplo, el caso del propio Papa Francisco). Hemos hablado varias veces de este tema aquí en el blog: Una asignatura pendiente y ¿Por qué los católicos están tan mal formados?
Si en Mateo 6:27 se nos advierte que no se puede aumentar un dedo a la propia estatura, cuando Juan 3:3 afirma que para ver el Reino se debe nacer de nuevo, más difícil aún, quizas nos quiere decir que no podemos en vida cambiar la personalidad.
1 Orar
2 Leer, documentarse
3 Dejar que el Espiritu de Dios intervenga
Hasta donde puedo ver, la primera y principal respuesta es la que nadie quiere oír: no se puede hacer nada. No estoy hablando hiperbólicamente, para decir que se puede hacer poco o que es muy difícil hacer algo. No. En el sentido más literal y más fundamental, no podemos hacer nada para solucionar la crisis de la Iglesia. Nada.Eso, y enterrar "los talentos" que nos otorgó el Altísimo es lo mismo. ¿Es esta la primera crisis de la Iglesia? Durante la crisis arriana, ¿San Atanasio de Alejandría se limitó a la inacción? ¿Se quedó cruzado de brazos San Hilario de Poitiers? ¿Se quedaba callada Santa Catalina de Siena ante la crisis eclesial de su tiempo?
«Abrid los ojos y mirad la perversidad de la muerte que ha venido en el mundo, y en particular en el cuerpo de la Santa Iglesia. ¡Ay de mí! ¡Qué estalle el corazón y el alma vuestra al ver tantas ofensas contra Dios! ... ¡Ay de mí! ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido! ¡La Esposa de Cristo se encuentra palidecida!».Y cuando al Papa Juan XXII se le ocurrió querer imponer su particular doctrina respecto de la visión beatífica, ¿los prelados de París se quedaron mudos? Se pueden citar casos similares en todas las crisis del catolicismo.
Lo primero que HAY QUE HACER ES DECIR LA VERDAD, decir que la doctrina está siendo adulterada y QUIENES la adulteran (sean quienes sean los autores y fautores de esta adulteración). Como ensenó San Pablo:
«Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su manifestación y por su reino. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, arguye, reprocha, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír, y apartando el oído de la verdad se volverán a las fábulas. Pero tú, en cambio, sé sobrio en todo, soporta los sufrimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio» (2Tim 4,1-5).Por supuesto que no todos tienen la misma responsabilidad, pero cada uno conforme a lo que le ha sido dado (al que mucho se le ha dado mucho se le exigirá) debería como primera acción, gritar con cien mil lenguas (para que quede bien en evidencia) el apartamiento de la sana de doctrina por parte de la jerarquía eclesiastica, empezando por el obispo de Roma.
Todo comenzó a marchar perfectamente el 8 de diciembre de 1965, fecha de la clausura del concilio Vaticano II: destrucción de la liturgia, hundimiento de la vida religiosa y de la educación católica, secularización masiva de sacerdotes y revolución en los seminarios etcétera.
De tanto mirar los pecados de los demás, ya no tengo tiempo de mirar los mios.
Complacencia, los santos no se complacen en sus vidas, todo lo contrario, cuanto más avanzan en santidad, más miserables se ven.
Denunciar los errores, pero con mucho cuidado de no tocar a la persona, no sabemos su responsabilidad. Existe la soberbia espiritual, que como todos los tipos de soberbia, es muy dificil detectarla.
Conocimiento: ¿ Que sabe quién no sabe padecer por Cristo ?
Caridad, ¿ de verdad amo al prójimo como a mi mismo ?
Mi projimo hoy en día, por toda la información que recibimos del mundo, no son solo los cercanos fisicamente, sino también de los que sabemos que sufren: persecución, malos tratos, injusticias etc. Pues si el Señor nos a a conocer su dolor será para algo. Siempre se puede rezar por ellos y a veces hacer alguna cosa más.
Tibieza, teniendo en cuenta que : " a los tibios los vomitare de mi boca". Descubrir la tibieza en la propia vida, no es solo asunto de la gracia de Dios, hay que tener auténtico interés en descubrirla.
Si de verdad nos convirtieramos....otro gallo nos cantaría
Si todos los católicos fueramos santos, no habria ninguna crisis en la Iglesia. Pero hay que recordar que solo conque hubiera habido 10 justos en Sodoma y Gomorra, el Señor no las hubiera destruido.
Si, la santidad personal puede acabar con todas las crisis, incluida la personal.
Nosotros no somos ni una cosa ni otra, pero podemos practicar ambas orando o dando limosnas por los que están lejos y entrando en acción con los que nos rodean (próximos).
El peligro es confundir los términos y creer que la Parábola del Buen Samaritano se puede aplicar con un cristiano chino, porque no se puede. Ya me gustaría a mi, pero no puedo y entonces tengo que recurrir a la oración para que sea Dios el que lo haga, pero no a través de mi, sino directamente Él. "Señor, hazlo tú", que decir Dom Dolindo Ruotolo.
"Si atropellan a alguien delante de mi que sea yo tu instrumento, Señor, pero si se hunde un barco en la Isla de Sajalín, ten piedad de ellos"
Fué en el año que Eta quiso poner dos furgonetas con bombas en un centro comercial de Madrid. La policia les intercepto de camino, gracias a lo cual no mataron a no se cuantas personas, esto fué cerca de la Navidad.
Ese dia en Bilbao un poco antes se celebró una misa por la paz, porque alguien tuvo ¿ la intuición ? de que Eta iba a atentar, ya lo habia hecho alguna vez unos dias antes de Navidad, y con gran esfuerzo y sufrimiento, porque a pesar de muchas llamadas, la gente estaba muy ocupada y se excusaba, además de que un dia antes de la celebración de la misa nos quitaron la Iglesia con lo que no se pudo avisar a casi nadie.
Al final la misa se tuvo que celebrar en una sacristía, y asistieron un grupo pequeño.
Este pequeño grupo, no conocia a nadie de los que estaban en el centro comercial a las 8 de la tarde, hora en que tenian puesta la explosión de la bomba, creo que eran 900 kg de explosivos, pero supo estar donde Dios quiso que estuvieran.
No es utópico tener Fe, ni tampoco, atender a una inspiración interior, es Dios el que lo hizo, por supuesto El es el que lo hace todo, pero a El le gusta la colaboración de los hombres.
"Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular." Es un concepto humanitario introducido por la Revolución Francesa que hemos mamado sin darnos cuenta, pero, si lo contrastas con los Evangelios, su falacia sale a la luz. En ningún momento Jesucristo dijo que se pudiera practicar la misericordia con el que está lejos y la prueba de ello la tienes en la parábola en la que está concentrada el concepto de Misericordia Cristiana.
El Yad Vashem de Jerusalén lo tiene claro: nadie se desplazó para salvar judíos, aquellos que lo hicieron eran próximos a ellos. Y como eso toda obras de Misericordia.
No puedo practicar esa Misericordia con los cristianos de Rwanda ni con los del Pakistán, pueden los misioneros que se desplazan, pero yo no. En cambio puedo preocuparme por mi vecina, por el tendero de la esquina, por los pobres de mi pueblo, por mi propia familia (me quieran o no), etc....
De hecho un cambio muy marcado en algo.
Pero no tiene por qué ser un cambio hacia mal
En realidad, la Iglesia lleva 2000 años en crisis porque lleva 2000 años cambiando su doctrina. Basta con leer cualquier libro de historia de la Iglesia Católica (Yo recomiendo el de Paul Preston, es muy bueno y se lee con facilidad; pero cualquiera vale) para darse cuenta de cómo ha ido adaptándose a los tiempos que corrían en cada momento.
Vivir ese cambio como un proceso de crecimiento personal en vez de amarrarse a certidumbres cada día más cuestionadas por la ciencia o la metafísica, es algo que cada ser humano debería hacer para poder vivir esa incertidumbre.
Es decir aceptar aquello que uno considere porque, de la misma manera que no todo lo que la Iglesia ha definido como doctrina es admisible, lo que propongan otros estamentos (desde el feroz ateísmo cientifista a la indiferencia budista o zen) probablemente se aún menos "fumable".
" [...] el ejemplo de Cristo sigue siendo el mismo. Dios, en definitiva, nos pide lo mismo que siempre nos ha pedido: que nos convirtamos, que seamos santos como Él es santo, que imitemos a Cristo [...]"
Me gusta tu propuesta Bruno. Trataré de imitar a Cristo que no se doblegó a los clérigos y teólogos de su tradición judaica y nunca fue a misa, ni se confesó, ni rezó el rosario. Trataré de ser un hombre libre de pensamiento libre, como Él.
Gracias
Las virtudes fueron importantísimas durante la Edad Media, Santa Hildegarda de Bingen en su "Ordo Virtutum" cita a algunas que pocos reconoceríamos; Santo Tomás de Aquino formuló las cuatro más importantes: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, de las cuales tres tienen que ver con uno mismo y la otra (Justicia) con el prójimo, pero hay muchísimas más.
Naturalmente hablo de las Cardinales porque las Teologales todavía se citan, pero no sé hasta cuando.
La Virtud es en positivo lo que el Vicio (o pecado) es en negativo, de manera que si no sabemos lo que está bien difícilmente conoceremos lo que está mal. Yo aprendí las virtudes en mi familia porque calificaban a las personas que las poseían* y, por inducción, llegué al concepto de Virtud que luego estudié con Josef Pieper y Alisdayr McIntire, los dos son filósofos cristianos, pero hay sacerdotes que también les han dedicado libros, hace mucho tiempo, eso sí.
* Sindicalista justo (justicia)
mujer abnegada (abnegación)
profesor probo (probidad)
amiga leal (lealtad)
comerciante honrado.(honradez)
Persona agradecida (agradecimiento)
Ahora de esas personas dicen que son guais y se quedan tan anchos, sin saber lo que dicen.
La última vez que oí calificar a una persona con ese adjetivo fue al personaje interpretado por Gregory Peck en "Horizontes de Grandeza". Un peón mexicano, que todavía sabía ver las virtudes, dijo: "Hombres tan templados que poquitos hay" y ese actor hizo también un personaje cuya templanza ha quedado como representativa: el de Atticus Finch en "Matar a un ruiseñor".
El control sobre si mismo es la característica que define a la Virtud de la Templanza, por lo que las personas templadas son, sobre todo, moderadas y contenidas: ni alardean, ni pierden los papeles, ni se dejan llevar por la ira y no caen en adicciones por ser muy equilibradas.
San Juan pablo II habló de esa Virtud en la Audiencia General del 22 de Noviembre de 1978.
Lo malo es que a los católicos los catequistas, sacerdotes o a quién le corresponda, ya no les hablan de las virtudes.
Sin embargo para el tema del post: "¿Qué hay que hacer entonces?" la enseñanza de las virtudes, porque las virtudes son hábitos, es fundamental.
Mateo 25, 32 y ss
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
33 y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
35 porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
36 desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
37 Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
39 ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
40 Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
41 Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
42 porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;
43 estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".
44 Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuando te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?".
45 Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo".
46 Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna».
"Lo que no tenemos es la llave para cambiar este desastre en poco tiempo y en mucho espacio, pero es falso afirmar que no se puede hacer nada. Es sencillamente falso"
Lo que no puede ser es que se lea por encima el artículo y diga estas chorradas. Tengo mucha paciencia con sus exabruptos, lo menos que puede hacer es tomarse el trabajo de leer tranquilamente lo que digo y pensarlo un poquito, en vez de inventarse cosas.
Y no, los refranes castellanos no son un argumento teológico.
Te recomiendo el "Compendio de teología ascética y mística" del P. Adolfo Tanquerey. Se puede descargar gratis en internet. Habla, entre muchas otras cosas, de las virtudes y de los pecados capitales, y explica todo de forma sencilla.
Ahora hasta el Papa habla de valores, y cuando empezaron estos es porque ya las virtudes habían desaparecido.
Es muy difícil que ahora alguien distinga la Caridad de la solidaridad, siendo la primera una Virtud Teologal, tampoco se distingue la Misericordia, que son siempre obras, de la oración que es una intercesión espiritual. El Amor y la Caridad son sinónimos porque es la misma Virtud, pero ahora al amor los mismos cristianos le dan otra interpretación.
Llevamos años de dejadez y, aunque algunos papas, como San Juan Pablo II y Benedicto XVI trabajaron mucho esos temas, muchos sacerdotes no les secundaron. Por no hablar ya de la formación de los catequistas y los profesores de religión.
Y no es porque no esté claro lo de las Obras de Misericordia ni lo que es la Caridad en San Pablo, por ejemplo. Pero las interferencias del mundo con su moral paralela han hecho su trabajo desde los enciclopedistas franceses y, claro, había que modernizar y así estamos.
En la conocida obra "Sentido y sensibilidad" se ve que, de las dos hermanas, una es templada y la otra no, pero vayamos ahora a preguntar por el ajuste fino, aunque el título lo dice claramente.
Cómo cansan los comentarios de evidentes jovenzuelos a los que se les nota el pelo de la dehesa, entrando como un macarra pendenciero de chupa negra en una bolera para soltar unos exabruptos que él los considerará geniales, pero que tienen el mismo mérito literario que el acné juvenil.
Yo suelo orar con la oración de Santa Teresa "Nada te turbe" y menciona dos veces la Virtud de la Paciencia, pero toda la oración es un canto a esa virtud. La Paciencia sostiene la Esperanza.
Jesucristo era un rabi que discrepaba de saduceos, fariseos o zelotes. Era un rabi que predicaba tanto en las sinagogas y al aire libre. Instituyo la eucaristia: haced esto en conmemoración mia. Tambien instituyo la confesion: confesaos los pecados los unos a los otros. Enseño a rezar a sus seguidores enseñando el Padrenuestro durante el Sermon de la Montaña.
Lo de “no podemos hacer nada”, yo lo formularía haciendo referencia a la experiencia que le tocó vivir al profeta Jeremías: anunció la caída de Jerusalén como fruto de las infidelidades de Israel y animó al pueblo a confesar sus pecados, arrepentirse y aceptar la penitencia que se les venía encima. A veces, cuando hemos construido gigantes con pies de barro, el primer paso hacia un cambio es que esos gigantes caigan y se pueda reconstruir sobre fundamentos sólidos, y no sobre arena o arcilla. Estos momentos de crisis revelan también quién es el resto fiel y suponen una verdadera purificación, un juicio donde estamos obligados a posicionarnos sin ambigüedad.
Como bien dices, haciendo referencia a la prioridad de la acción de Dios y a nuestra fidelidad a su santa voluntad, “hacer lo de siempre”, es decir santificarnos y ocuparnos de los más cercanos, es lo que sí podemos hacer, con lo cual yo reformularía tu expresión de “no podemos hacer nada” por esta otra: “no podemos hacer nada para obtener cambios profundos de manera inmediata y global (de manera que salgan en el telediario), pero sí podemos iniciar cambios o mantener lo que no ha de ser cambiado en nuestra realidad concreta”. Que el Señor nos de la virtud capital de la alegría ante todo el bien que se está haciendo en el mundo, aunque sea de manera discreta (y que nos libre del pecado capital de la tristeza que no sabe reconocer la acción de Dios, aunque esta sea muy humilde).
¡Ya sólo le falta poner allí una prostituta para dar un poco más de amor a eso…! Y para colmo, mientras crea confusión y división entre los católicos, se esfuerza en buscar una falsa unidad con enemigos declarados (no toméis como amigos a los cristianos), como si no fuera esa su "identidad propia".
"cuando su justa indignación (la de Dios) llega al exceso, envía el último y más atroz de sus castigos, permitiendo que ministros infieles, sacerdotes manchados, pastores escandalosos se coloquen entre los hombres. Entonces se verifica que las abominaciones del pueblo son causa de los malos sacerdotes y los malos sacerdotes son el mayor castigo con que Dios aflige al pueblo" (san Antonio María Claret).
(pero no te vayas a venir arriba).
1º) Aliarnos (asociarnos) con otros creyentes con ideales y sensibilidades compartidas, para organizar comunitariamente actividades que tengan más peso e influencia que la sola acción individual (véase el ejemplo de Infocatólica o de los diferentes movimientos eclesiales).
2º) Defender y propagar la ortodoxia católica para que la praxis pastoral no termine desviándose.
3º) Defender la ortodoxia católica de manera que suscite esperanza, es decir, mostrando pistas concretas por las que esa ortodoxia se pueda canalizar en la pastoral. Pongo un ejemplo: decimos que los adúlteros no pueden comulgar. Bien dicho. Pero si además de eso añadimos que existen los grupos Betania (para ayudar a los separados o divorciados) o incluso los grupos Betulia (para intentar salvar a los matrimonios), daremos pistas concretas para que, además de decir no al pecado, poder decir sí a la virtud.
En ocasiones anteriores quien no estaba de acuerdo se iba y fundaba otra institución, la herejía no se escondía sino que se manifestaba claramente, eso facilitaba su definición como tal.
Esa definición era posible porque la autoridad estaba firme en la Fe, tenía preparación dogmática, su moral era culta, sabía distinguir el bien del mal, había una formación sólida, pero además sabía que el hombre no es nada sin Dios, creía firmemente en eso.
Pero ahora no resulta así y cuando un ciego guía a otro ciego...
Aún así hay una norma válida "la peor gestión es la que no se hace".
No sé si finge que no entiende o de verdad no entiende nada, la verdad. En cualquiera de los dos casos, es señal de que no debería seguir por ahí.
El artículo habla claramente una veintena de veces de cosas que se pueden y se deben hacer: Dios quiere que nos convirtamos, que seamos santos como Él es santo, que imitemos a Cristo, que amemos a nuestros enemigos, que pongamos los ojos en las cosas de arriba y no en las de la tierra, que amemos a nuestra madre la Iglesia santa y católica, que tomemos nuestra cruz y le sigamos, que seamos perfectos, como nuestro Padre celestial es perfecto, que amemos al prójimo como a nostros mismos, empezando por los más próximos, que ayudemos a nuestros hijos, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestra parroquia, nuestros amigos, nuestro párroco o nuestro obispo, que catequicemos con perseverancia a nuestros hijos, que estudiemos para saber dar razón de nuestra esperanza, que anunciemos el evangelio a los vecinos, que recemos el rosario en familia, que recemos y ofrezcamos sacrificios por nuestro párroco o nuestro obispo y, sabiendo que todo eso es más importante, también que cada uno según su vocación, estado y capacidad, haga cosas específicas para combatir la crisis de la Iglesia universal.
Sin embargo, sigue siendo cierto que nosotros no podemos solucionar la crisis de la Iglesia, porque la solución solo viene de Dios, es sobrenatural y no natural. Todas las cosas buenas naturales que podamos hacer no avanzan un solo paso en el plano sobrenatural y de la gracia, que es en el que se juega esta partida. Nosotros no podemos hacer nada para que esa solución se dé, porque supera nuestras fuerzas y la gracia es eso: una gracia. Dios no nos necesita para solucionar la crisis de la Iglesia, nosotros le necesitamos a Él. Si quiere, y nosotros estamos dispuestos a ello, podrá asociarnos graciosamente a su solución, como el padre que deja que el niño de tres años le "ayude" a levantar una mesa caída. Pero la solución será suya. Su plan sobre la Iglesia se cumplirá con nosotros o sin nosotros y las puertas del infierno no prevaleceran sobre la Iglesia con nuestra ayuda o sin ella, porque la unidad, la santidad, la catolicidad y la apostolicidad de la Iglesia no son obra humana, sino don de Dios. La solución de los verdaderos problemas de la Iglesia no está en nuestras manos, sino en las de Dios: es una gracia. Si no reconocemos esto, todo lo que podamos hacer será como paja que se lleva el viento.
Por eso, sus objeciones son, con todo el respeto, meras chorradas, producto de no haber entendido lo que se dice en el artículo, que no es más que lo que enseña la doctrina católica sobre el carácter sobrenatural de la Iglesia. Como aconseja el refrán anglosajón, no enseñe a su abuela a sorber huevos. Sus aportaciones a menudo son interesantes y valiosas, pero, si no entiende algo, mejor es que pregunte o se abstenga de comentar y reflexione, en vez de pontificar a la ligera sobre eso que no entiende.
"No consigo apreciar ningun exabrupto de esos que me acusa"
¿De verdad? ¿Tengo que citar los centenares de ocasiones en que ha insultado a alguien en este blog, las faltas de respeto, los desvíos del tema, el aprovechamiento de los momentos en que no estoy, los aires de disputa de bar...? Por favor, he tenido muchísima paciencia con usted, suponiendo que eran excesos en el calor de la discusión. Pero si no lo ve, es que vive completamente fuera de la realidad y no puedo ayudarle.
"Y me resulta curioso que trague con la deformación que le hace HUGO zzz cuando le dice textualmente..."
Con esto ya riza usted el rizo. Innumerables veces he tenido que aguantar que otros alegaran (con razón) sus desmanes en este blog para justificar los que ellos estaban cometiendo. Y ahora usted hace lo mismo pero al revés.
Le digo lo mismo que a ellos: "Pepito también lo hace" deja de ser un argumento válido cuando uno sale del jardín de infancia. Si no es capaz de comportarse como un adulto, borraré sus comentarios. Y además, como sabe perfectamente, no se admiten comentarios sobre la moderación, que no consiguen más que hacerme perder el tiempo. Si a alguien no le gusta cómo modero, lo que tiene que hacer ese crearse su propio blog y moderar a su gusto en él.
He tenido paciencia y usted ha abusado de esa paciencia. A partir de ahora, cada vez que diga algo inconveniente, borraré su comentario sin seguir leyéndolo. Compórtese, que ya es mayorcito.
"en relación con la nueva entrevista aerea de Francisco..."
Me temo que las famosas entrevistas aeronáuticas no producen más que vergüenza ajena en los católicos y regocijo en los enemigos de la Iglesia. No sé si es que los que tiene alrededor son meros aduladores que no se lo advierten o que no hace caso a nadie, pero el propio Papa tiene que ser el único católico que no se dá cuenta de que esas entrevistas son, con todo el respeto, un cúmulo de disparates sobre temas que desconoce por completo.
Lo que yo quería decir, y no sé si he logrado hacerme entender, es que la misericordia con el prójimo, reflejo de la Misericordia de Dios, se manifiesta por obras y por eso se llaman "Obras de Misericordia", que es aquello de "porque me diste de beber", "porque me diste de comer", "porque me visitaste en la cárcel", etc... y solo se puede ejercer con personas a las que podamos ayudar directamente.
Antes la cosa estaba muy clara, pero ahora, debido a las ideologías hay una infiltración que apuesta por cambiar nuestro modesto entorno por las grandes obras universales que abarcan a todo el mundo, de manera que la oración y la acción directa se confunden.
Tanto en la oración como en las obras está Dios, pero lo está de manera diferente porque la oración es total entrega con plena confianza en manos de Dios y en las Obras de Misericordia no rezamos sino que actuamos por procedimiento vicario, es decir Dios se sirve de nosotros para remediar al prójimo. Tal cosa es imposible si el prójimo está alejado y, cuando lo está, solo podemos orar.
Yo, como todo el mundo sabe porque lo he dicho hasta la saciedad, oro por los cristianos chinos y por los africanos que sufren persecución, pero si me pusiera a orar por la vecina de al lado que está sola, entonces lo más probable es que en el Juicio de Dios se me reprobara el no haber hecho nada para remediar su solefaf, cosa que no se me ocurre que se me pueda reprochar en caso de los rwandeses o los pakistaníes porque Dios no pide imposibles.
Así que no debemos revolver la oración con las Obras de Misericordia, a mi entender. Es nuestra obligación remediar lo que podemos y orar por aquello que no está a nuestro alcance. Es imposible conocer a alguien por sus frutos si solamente ora porque los frutos de la oración no nos son dados conocer, en cambio la ayuda a los que nos rodean si es visible. La influencia de los primeros cristianos "miradlos como se aman" no se refería a que orasen los unos por los otros, cosa que los paganos no veían, sino a cómo se ayudaban, es decir a cómo obraban.
No sé si ha quedado claro.
Y gracias también a algunos bellos comentarios.
Qué hacer? Cómo solucionar la crisis de La Iglesia?.-.-.-.
Estamos en La Voluntad de Dios! Vivamos La Voluntad de Dios. Expresada en Los Mandamientos, los Evangelios y en su Iglesia.
Creo que llega el Final de La Iglesia, como la conocimos... Es La Parusía?
Unámonos a La Comunión de Los Santos, . .
Nos tocó vivir precisamente éste tiempo y esta crisis...
Pero Estamos en La Voluntad de Dios!
Confiemos y aceptemos Su Divina Voluntad. Hagamos continuamente Actos de Amor y Confianza en La Voluntad de Dios! Con María digamos Fiat, Fiat y Fiat! No pensemos ENTENDER sino REPARAR y AMAR.
"Sáquese el mal sabor con una buena barra de chocolate"
Amén. España descubrió América y la evangelizó y, como Dios no se deja ganar a generoso, no solo nos lo pagó con abundantes santos, sino también con el chocolate que vino de allí. Disfrutar debidamente de ese don de Dios es nuestro deber patriótico como españoles.
"Y la verdad: nos lo merecemos"
Así es. Dios tenga misericordia de nosotros, porque si lo que nos da es justicia, estamos apañados.
Eso es lo que hay que hacer.
Estas causas que arteramente nos dicen que son compatibles con la Fe lo único que hacen es desviar nuestros esfuerzos y nuestro Cristocentrismo poniendo la mirada en otro lado. Las causas son cada vez más: el feminismo, la igualdad, la inclusión, la muerte "misericordiosa", la hermandad universal, el ecologismo, etc...
¿Cómo voy a atender a lo fundamental si estoy totalmente ocupada con empresas que me superan?
Lo que han fundado es una nueva religión con sus valores, un nuevo concepto de lo sagrado (lo que no se puede tocar), una nueva liturgia y un nuevo dios cuyo reino es terrenal. Por eso han desaparecido las Virtudes y los Novísimos, porque no tienen papel en el Nuevo Orden Mundial. Y lo primero que tenemos que hacer es carpir el campo (desbrozar las malas hierbas) para que el mensaje de Jesús vuelva a ser el que fue, el que es y el que será, pero ya hemos sido tan maleados que esta labor nos supera. Hasta los Evangelios los leemos con las gafas que nos prestó la Ilustración.
Francisco, despues de las apariciones de la Virgen, quedó impresionado con el dolor de Nuestro Señor por los pecados de los hombres, y se dedica a hacer todos los sacrificios que puede y a ir a la Iglesia y consolar a Jesus en el sagrario. Francisco ni siquiera habia hecho la primera comunión durante los dos años que duró su vida despues de las apariciones, solo justo antes de morir, se confesó y comulgo.
Jacinta quedo impresionada por la vista del infierno y de todos los pecadores que caian en él, y se dedicó a hacer todos los sacrificios que pudo y ofrecerlos por la salvación de estos pecadores y por el santo Padre. Murio 3 años despues de las apariciones.
Claramente estos dos niños tuvieron una misión sobrenatural que trascendió de sus obligaciones con la familia, que como niños obedecieron a sus padres, menos en en los casos que iban en contra de su conciencia. La madre de Lucia no creia en las apariciones, y le amonestaba constantemente para que fuera a las autoridades a decir que habia mentido.
Tampoco sé porque se habla de las obras de misericordia, que por lo visto solo pueden ser de acción y no de oración y mortifiicación, cuando el post es sobre lo que hay que hacer por la crisis de la Iglesia, y que por lo visto mi error era haber señalado que también ADEMAS de los cercanos se debia uno ocupar de la manera que pudiese de los que se tiene conocimiento de que sufren.
Parece ser que esto es imposible, porque uno no da para tanto, y entonces no se ocuparía bién de los cercanos, aunque Francisco y Jacinta unos niños pequeños, parece que si pudieron.
En fin esto es lo que pasa cuando uno se dedica a descubrir tendencias protestantes, modernistas u otras malas tendencias en los demás, por las razones que sean, que prefiero no pensar cuales son.
Sobre la soledad de la vecina, puede que le encante que le vayas a visitar, pero también puede ser que encima de que se encuentra sola tenga también que aguantar visitas indeseadas, que le depriman todavia más.
A lo mejor lo que ella requiere es oración y ofrecer algun sacrificio, para ayudarle de verdad.
No sé si con esto quieres decir que Jesús nos pide eso a todos y cada uno de los católicos. Pues empecemos por pensar que la familia de Betania no hizo tal cosa.
Y ahora nos pasamos de atender a todo el mundo a no atender a nadie.
Está San Francisco de Asís, San Pío de Pietrelcina, los videntes de Fátima y estamos los demás, a los que Dios no ha señalado con dones especiales y tratamos de seguir el Evangelio menos radicalmente pero dentro de la ortodoxia.
Bruno, me gustaría que dijeras algo al respecto, porque creo que esto se pasa de castaño oscuro.
Argía, la palabra "obra" lo dice todo, la oración es un vínculo espiritual que no se puede calificar de acción.
La frase "Ama al prójimo como a ti mismo" está bien calculada porque Jesucristo no da puntada sin hilo, por lo tanto sabía que la cruz que cargamos somos nosotros (tú mismo) y el que está al lado (prójimo) y a los dos hay que amar. ¡Jesús, qué Cruz! que decía una compañera mía cada vez que se encontraba a sus alumnos saltando encima de las mesas porque se había tenido que ausentar cinco minutos.
J. Ratzinger, informe en la reunión de Rimini, 1987
Me parece que te contradices. Te preguntas qué podemos hacer para resolver esta crisis que sufre la Iglesia. Respondes que nada. Luego dices que lo importante es Dios y ser santos, que sin duda Dios nos pide que hagamos cosas por los demás y por la Iglesia.
¿Y no te parece que la crisis de la Iglesia se resolverá si los mil trescientos sesenta millones de fieles católicos hacemos lo que Dios nos pide? Porque en última instancia, a la Iglesia no la conducen los hombres, ni siquiera los obispos, ni siquiera el Papa, sino el Buen Pastor. Pero son los obispos y los sacerdotes y los fieles que no cumplen la voluntad de Dios y lo traicionan los que han provocado esta crisis, no el Buen Pastor.
Luego nos dices:
Preferís soñar con hacer cosas a la manera del mundo, con dar de patadas en el trasero a teólogos u obispos infieles o fantasear con “si yo fuera Papa se iban a enterar”. Os agobiáis y albergáis un celo amargo que pudre los frutos y repelen a los que nos ven. Camufláis vuestro egoísmo e impaciencia de celo y ortodoxia. Desviáis vuestra mirada de Cristo para fijaros en los pecados y las miserias de los hombres. Os es más fácil y placentero criticar al cardenal Herejini o a Monseñor Nomentero que rezar y ofrecer sacrificios por nuestro párroco o nuestro obispo.
Yo te respondo que no, que no tiene por qué ser así. ¿Tú llevas estos años fantaseando con traseros de obispos pateados por ti, o con la mirada desviada de Cristo? Pues si tú no, tus piadosos lectores, tampoco.
El hablar de las obras de misericordia, como el hablar de la oración, no es más que un posicionamiento. Para Hugo poner un ascensor, que además cobra, es una obra de misericordia, para él el simple vivir es una obra de misericordia. Eso sí, se posiciona contra la oración, y aquel que menosprecia la oración no es misericordioso porque, aunque son dos cosas distintas, dependen la una de la otra.
Pero las que son dificiles de reconocer, son las que se suceden como consecuencia de la oración, porque ni siquiera los católicos que presumen de serlo tienen Fe.
Cuando Jesucristo dijo que la Fe mueve montañas, no estaba hablando de que El iba a mover las montañas, sino nuestra Fe:
" si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible" Mt 17, 20
Si yo me encuentro con un señor tirado en el suelo mal herido, y no tengo movil, o algun sitio cerca para pedir ayuda, tengo dos opciones, dejarle sin más por no poder ayudarle, o pedirle a Dios y confiar en que pase alguién que pueda ayudar. Es muy posible que la ayude llegue mucho antes que si tengo que desplazarme muy lejos para obtenerla.
Lo que quiero decir es que la Fe es muy practica, y agrada mucho a Dios, y que muchas veces no podemos ayudar a algunas personas porque no estan cerca o porque no sabemos como hacerlo, sin embargo nuestra Fe, que es confianza en el Señor, si puede hacerlo.
Algo sí que comprendo. Por ejemplo:
"Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pediréis lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos."
Y Bruno tampoco puede. Si no, lo pondría. Diría "menos Bruno".
"Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Por lo tanto, queridos hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no solo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, trabajad por vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y el obrar para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis sea sin protestas ni discusiones."
Quiere decir que nada de frases mordaces ni exabruptos.
Las obras de Misericordia suelen tener un coste. La obra del samaritano lo tuvo, llamar al 112 no, por eso no es una obra de Misericordia.
La diferencia entre obrar por sentido del deber o por misericordia está en la carga que sientes, si lo haces por sentido del deber toda la carga recae sobre ti, si lo haces por misericordia sientes que Dios te ayuda a llevar esa cruz y llegas a amarla.
Ahora bien la misericordia puede aliviar soledades, evitar divorcios y familias disfuncionales, con el consiguiente daño a los hijos y, por ende, hacer la sociedad menos crispada.
Cuando he escrito que nos dices "camufláis vuestro egoísmo e impaciencia de celo y ortodoxia" y otras frases más, no estoy diciendo toda la verdad puesto que tú te incluyes escribiendo en primera persona del plural. Tú dices "nosotros camuflamos...", pero como nosotros significa vosotros y yo, he querido hacer hincapié en lo que a nosotros toca. Y luego me he preguntado en qué medida tú podrías caer en esos errores, y en un juicio benévolo, he pensado que en muy pocos casos o en ninguno. Por lo mismo y con mayor benevolencia, tú podrías pensar que esas tentaciones podemos vencerlas tus queridos y píos lectores.
He leído tus comentarios y me aclaran el sentido del artículo.
Un muy dilecto comentarista tuyo se dirige a mí y me dice que no he comprendido nada. En esto puede tener razón. Pero lo que sí tengo claro es que no se te puede atribuir la pretensión de que son todos los demás los que no pueden hacer nada mientras que tú sí puedes. Yo en ningún momento he pensado eso ni lo he dicho.
En primer lugar te diré que sí. Me considero modernista, pero eso que para vosotros debe ser terrible (entre otras cosas porque casi nadie sabéis lo que significa, ni habéis leído nunca ningún libro de teología modernista) para mi es motivo de alegría profunda.
En cuanto a mis buenas obras. Lo siento pero no vas a tener prueba ninguna. Ni tú ni nadie. Es cosa mía y de Dios, que tampoco va llevando la cuenta de las buenas obras de cada uno.
Dios nos conoce bien, no necesita pruebas. Dios sabe y quienes las reciben también. Con eso basta. Con todo el respeto, a ti no te importa. Yo no te pregunto cuales son las tuyas. Tu sabrás.
En cuanto a la oración. Sí. Rezo. Pero no como vosotros. Nada de rosarios u oraciones inventadas por otros. Se busca la intimidad con Dios y uno se manifiesta. No es difícil. Si tú no puedes, hay un convento de carmelitas donde enseñan como hacerlo pero está muy lejos de Madrid, en Extremadura. Tú mismo. te aseguro que merece la pena.
Paul Preston es un historiador científico, de educación y tradición católicas; pero bastante independiente y honesto en sus conclusiones científicas. No es mi "maestro" ni mi "gurú" pero en temas de Historia de la Iglesia su libro es fácil de leer y no es un ladrillo lleno de dogmas. plantea todas las preguntas y reconoce no tener todas las respuestas. A mi me gusta, pero cualquier libro científicamente honesto te vale. Incluso los más carcas si sabes leer entre líneas.
Ahora en lo de la confesión derrapas más que Valentino Rossi con la moto GP (A mi juicio). Jesús de Nazareth, no le dijo a nadie que se confesara (Me gustaría saber dónde). De hecho no instituyo "la confesión". Instituyó el sacramento de la reconciliación (de penitencia nada) pero no de la manera que lo hacen los clérigos católicos.
Simplemente dijo "A quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados" y haría falta un examen exegético de esa frase para evaluar si, la actual confesión, se parece a lo que Cristo estableció. Lo dudo, pero es que yo dudo de casi todo (Es lo que se espera de un modernista).
Y si el hecho de que Cristo "no tuviera pecado original" (Cosa muy relativa porque el pecado original es un invento bastante discutible) no significa que "no se confesara" porque Él mismo se "abajó" y busco el perdón cuando se bautizó con Juan el Bautista.
¿Que no es ortodoxo eso que te digo? Ya lo se. pero es que el ortodoxo eres tú, no yo.
Con cariño y respeto
Segun lo que se de los protestantes, es que en verdad es una falacia lo de solo Fe.
Intentan amar al prójimo con obras, el tema es que cuando tienen algun deseo que contradice lo mandado en el evangelio, se agarran a que el hombre es debil, y no puede hacer lo que Dios manda. Por ej. con las relaciones extramatrimoniales, intentan no dañar al conyugue, pero piensan que lo pueden hacer.
Lo de la falacia es porque lo que realmente les falta es la Fe. Fe en que la gracia puede hacer que venzan sus pasiones. Fe en que es posible amar a Dios sobre todas las cosas, a pesar de nuestras caidas, Fe, en que nuestra Fe, podría mover montañas si la tuviéramos de verdad.
Precisamente una de las características de un modernista es que no tiene un cuerpo común doctrinal estable. Entendemos la moral y la doctrina como algo que depende de la circunstancia y de la situación, nada es absoluto (Salvo Dios), todo es relativo. Todo el mundo tiene parte de razón y nadie la tiene toda.
Ese relativismo es el que nos caracteriza pero por eso, generalmente verás que un modernista y otro creen cosas diferentes. Yo incluso pienso que a pesar de ello, ambos pueden llevar razón.
En cuanto a que el Padrenuestro no es la única "oración válida" me llama la atención el concepto de "válida". Válida ¿Para qué?
Toda oración es válida.
La oración es tu (D
e cada uno) forma de comunicarte con Dios y aunque tenemos el Padrenuestro como la "propuesta de Cristo", cada quien que rece como Dios le de a entender (Nunca mejor dicho).
Yo ya soy viejo pero recuerdo un programa de televisión, de la Milá, que después de entrevistar (Y magrear un rato) a Miguel Bosé, entrevistó a una monja, superiora de un convento de Carmelitas, creo recordar que de Cataluña. La Milá, le dijo que no entendía eso de dedicarse enteramente a rezar y ella le contestó: "¿Por qué no rezamos juntas? Y sin dejar que la Milá contestara se puso a rezar empezando con un "Padre, estoy aquí con mi amiga Mercedes y queremos hablar contigo..."
Y nada más: La Milá se quedó en fuera de juego y se puso a rezar con la monja aquella (Por cierto era joven y muy guapa, para que luego digan que todas las monjas son feas).
Cualquier oración "vale", si es lo que necesitas comunicar con Dios.
En cuanto a lo que dices de la confesión o de lo necesario que es ir a misa, simplemente te diré que no coincidimos.
Sería muy largo explicarlo aquí y no es ni el objeto de un comentario ni el del artículo comentado.
Las interpretaciones que hacen muchos exegetas de las frases que mencionas son otras, pero no hace ningún daño creer lo que tú crees y si a ti te hace bien, sea.
Un saludo
Es un movimiento ideológico que destruye la inteligencia, la capacidad de razonar y conocer.
Es puro absurdo.
Pero tus prejuicios te llevan a equivocarte.
Pero no pasa nada, morirás con ellos y te perderás la fiesta.
Tú te lo pierdes, talibán.
Nota: No tengo ni repollera idea de lo que es la cabala y se perfectamente que la nada no puede ser.
¿De dónde lis sacas Bruno?
Además, como habrán podido verificar, el modernista suele ser rotundamente ignorante.
Respecto a recomendar leer a San Juan de La Cruz.. es algo atrevido....si uno no esta muy puesto en libros de profundidad espiritual. . Le va a ser muy difícil ....se suele aconsejar que alguien experto en el tema te vaya guiando....
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