Niño chico, milagro grande
Hace unos días mi hijo menor hizo su primera confesión, así que estuvimos hablándole sobre ese tema. Primero, para asegurarnos de que había entendido bien la mecánica, claro, y evitar que le contara al sacerdote los pecados de sus hermanos o algo así, pero ante todo para que comprendiera la importancia del sacramento, lo que era el perdón de los pecados y por qué se perdonaban, entre otras muchas cosas.
Mientras su madre y yo le estábamos explicando todo esto, pasó algo muy curioso: me quedé admirado de lo que decíamos. Ya sé que parece que no tiene sentido admirarse de algo que uno mismo está diciendo, pero el lenguaje sencillo que se usa con los niños tiene la virtud de ir al grano, a la realidad de las cosas, que es la que suscita la admiración.
El perdón de los pecados, como le decíamos a Tomás, es un milagro. Pero un milagro de los grandes, de los que quitan el hipo y son requetemilagrosos, no un milagrito como dar la vista a un ciego o convertir el agua en vino. A fin de cuentas, la medicina podría avanzar lo suficiente para curar a un ciego de nacimiento y en las viñas se convierte todos los años en vino el agua de la lluvia. En cambio, el perdón de los pecados es algo que está reservado únicamente a Dios.
La humanidad entera, dedicándole a la tarea todos sus esfuerzos durante un millón de años, no podría perdonar ni un solo pecado venial, una mentirijilla por vergüenza o un simple acto de pereza en la mañana. Igual que la distancia entre el cielo y la tierra es inabarcable, perdonar los pecados está infinitamente por encima de las fuerzas humanas. Por eso los enemigos de Cristo pudieron soportar que hiciera otros milagros, que siempre podían atribuirse a poderes malignos o a la credulidad de las gentes, pero no que perdonara los pecados y demostrara con ello que era el Hijo de Dios.
En ese sentido, el perdón de un pecado es algo comparable a la creación del mundo, con sus planetas, galaxias, supernovas y agujeros negros. Es, de hecho, una nueva creación. ¿A quién no le gustaría poder observar por un agujerito cómo fue la creación del universo? Pues eso mismo podemos presenciar cuando vamos a confesarnos y somos re-creados por la mano poderosa de Dios a imagen del único Santo. Como dice una oración de la liturgia, Dios creó de modo admirable al hombre y de modo más admirable aún lo redimió.
Es especialmente apropiado que los niños, como quiso San Pío X, reciban el sacramento de la confesión y el de la comunión cuando son aún pequeños y pueden aceptar con naturalidad algo tan sorprendente y milagroso como que Dios nos perdone los pecados. Como son chicos, entienden que Dios es grande y se alegran de ello, aunque no puedan entenderlo del todo. Los que somos viejos, más por la rutina y el cansancio que por los años, nos hemos acostumbrado a todo y ya no nos damos cuenta de lo que tenemos, del privilegio asombroso que es la confesión.
Todos los hombres que han existido y existirán se pasan la vida buscando el perdón de los pecados sin encontrarlo, como exploradores sedientos perdidos en el desierto que caminan y caminan en busca de agua. Unos se dedican a hacer cosas buenas en un vano intento de que compensen sus culpas, como si todas las buenas obras de la tierra pudieran borrar un solo pecado. Otros intentan negar esas culpas y persiguen a los que se atreven a defender que su comportamiento es malo, pensando que, quizá, si los acallan, también se apagará esa voz de su interior que les acusa. Otros inventan religiones, buscan salvadores terrenos, niegan que existan el bien y el mal, idean filosofías estoicas y desesperanzadas o pergeñan tristes utopías en las que no existirá la moral y todos serán felices. Todo sin éxito. Y siguen buscando, sin esperanza, que alguien les perdone los pecados.
El Beato Carlos de Foucauld contaba que se había hecho católico porque era la única religión que se atrevía a asegurar que realmente se perdonaban los pecados. Y los que somos católicos de toda la vida lo damos por supuesto. ¡Qué torpes y duros de corazón somos! Cada vez que un pecado se perdona, aunque sea uno pequeño, hay gran alegría en el cielo y gemidos de desesperación en el infierno. Y los niños (y los poetas, que son niños grandes) se quedan con la boca abierta, dándose cuenta de que el mundo ya nunca volverá a ser igual.
118 comentarios
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Bruno, nada hay más importante para la vida de un niño que enseñarle a vivir en la gracia de Dios. Esa gracia que le ayuda a no pecar y que cuando peca, obviamente a un nivel menos grave que ya de adolescente o adulto, le ayuda a arrepentirse de su pecado para recibir el perdón.
Y sí, no es "casual" que Cristo relacionara tantas veces los milagros con el perdón de los pecados.
El pecado es malo porque nos cambia el corazón, nos lo endurece. Cuando confesamos, reconociendo que lo que hemos hecho está mal, el amor de Dios se proyecta sobre nosotros y viendo la delicadeza de esta atención de Dios que no me juzga, sino que tiene misericordia, nos devuelve nuestro corazón de niño, el amor primitivo.
Pruébalo es precioso.
A veces nosotros mismos no nos lo podemos creer, pero creer que has sido perdonado es la base del Cristianismo y de la Virtud de la Esperanza, así como no creerlo es un pecado contra el Espíritu Santo.
Es Doctrina de la Iglesia que el arrepentido, que ha dicho sus pecados al confesor, perdonado por él y cumplido la penitencia alcanzará la salvación aunque sea a través del Purgatorio. Ahora no hay pena de muerte pero, cuando la había, la función del capellán era clave para preparar el buen morir; en estos momentos, en cambio, muchos que "compasivamente" no van al cadalso se condenarán por no darle importancia a este Sacramento. Que Dios nos libre de la segunda muerte.
"Si Dios no existe, nada puede ser perdonado"
Muy buena la frase (de Juan Manuel de Prada, me parece). La misma noción de perdón y nuestra necesidad de Él, incluso aunque no creamos que es posible, son una poderosa prueba de la existencia de Dios. En cierto modo se podría decir que, si Dios no existiera, habría que inventarlo, aunque en este caso lo racional es lo contrario: deseamos que Dios exista porque existe y anhelamos el perdón porque hemos sido hechos para vivir en amistad con Dios.
"No peques, que es malo; pero total, te perdonamos"
Deduzco por su tono irónico que no le convence lo que propone la fe católica. Luego usted propone otra cosa y, eliminado el perdón, solo hay dos posibilidades:
a) No existe el perdón. Moriréis en vuestros pecados. Abandonad toda esperanza; o
b) No hay nada que perdonar, porque no hay pecados, luego el bien y el mal no existen, ni el cielo tampoco, y solo queda esperar a morirnos para siempre como animalitos que somos. Abandonad toda esperanza.
No sé, me parece que se ha cubierto usted de gloria con su comentario.
Por otro lado, más que como "católico pensante", quizá podría firmar como "diablo tentante", por lo de fomentar la desesperanza y eso.
No se si los dos dijeron lo mismo, cosa que no sería tampoco tan extraña, teniendo en cuenta quienes fueron o si ya contamos tanto cosas de Chesterton que hasta le atribuimos lo de otro.
En todo caso la frase es muy correcta, como no podía ser menos viniendo de quien viene( sea Foucauld, Chesterton o los dos).
"Ese comentario del beato Carlos de Foucauld yo lo había leído referido a Chesterton. No se si los dos dijeron lo mismo"
Me parece recordar haberlo leído en el libro sobre carlos de Foucauld de Jean François Six, que me gustó bastante. Las dos cosas que, si no me falla la memoria, hicieron que se decidiera por volver al catolicismo fueron el perdón de los pecados y el voto de castidad, que le parecían únicos y muestra de la fe verdadera.
Se podía añadir para hacer un díptico, que los niños son grandes poetas.
Mi primo Wenceslao De la Pradera y Torregrande que se siente poeta aunque sea un matao a la hora de escribir, dice que crear un poema consiste en remontar la corriente para volver a encontrar la mirada pura de la niñez, ésa que sabía sin lugar a dudas que tras una confesión hallaba una extraña paz, y veía como lo más natural del mundo que en el Sagrario estaba Dios.
Y sólo con esa mirada se puede conocer el universo y escribir sobre él.
A mí, que me han tocado en medio de la pandemia, primeras confesiones de nietas, ese día merendaron en familia tarta o "brazo de gitano" regalo de los abuelos.
Y aprovecho para contarles un "cuento" a partir de la frase con la que S. Lucas inicia el relato de la Última Cena: "Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros"... y contigo, bonita (le digo a mi nieta) porque, ¿sabes desde cuando quería el Señor darte la Primera Comunión?, Y a partir de aquí, desde Melquisedec les doy un repaso de Historia Sagrada-Eucarística, hasta la Primera Comunión de los Apóstoles.
A la gente, por lo visto, le preocupa poco ser un oxímoron con patas, cargarse el principio de contradicción y presentarse como lo que no es. Si por el hecho de "pensar" el católico se carga la Doctrina de la Fe es que cree que ésta está en contradicción con la razón y, si cree eso, no puede ser católico. Para ser católico, como decía el mentado Chesterton, hay que entender la paradoja, sin lo cual Jesucristo no tendría sentido . La Persona de Jesucristo no puede ser más paradójica, que no es lo mismo que contradictoria. Jesucristo, que dijo que es Rey, a la vez es el paradigma de la verdadera humildad y, naturalmente, no entienden cómo puede ser eso; tampoco entienden que dijera: "Mi paz os dejo, mi paz os doy" y luego advirtiera que sería ocasión de guerras familiares; ni que las duras palabras contra el fariseísmo no fueran extensibles a los fariseos individuales como José de Arimatea, Nicodemo o hasta el mismísimo Gamaliel, cuya figura queda ahí entre claroscuros; ni que la Parábola del Hijo Pródigo no sea una alabanza del aventurero descastado y una amonestación a los hijos que viven en familia ganándose el pan con el sudor de su frente.
Hay una comprensión de los Evangelios que necesita a un cristiano que lo sea de corazón porque para algo el Corazón de Jesús suele estar solo en las casas de los que tienen "sensus fidei" y, por lo tanto, esas paradojas no son contradicciones.
Y por favor no me digas que nunca.
Estaba por poner lo mismo, pero citando a santo Tomás.
¡Más grande que la creación del mundo! Eso sí que es impresionante.
Excelente artículo, Bruno.
-Ningún hombre puede sostener la existencia de Dios durante toda su vida.
-Tú eres un hombre.
-Luego tienes que haber puesto en duda la existencia de Dios alguna vez.
La premisa es falsa y, por ende, la conclusión también.
Acaso si molesta es lo que cada uno concluye de dicha frase...
"Qué parte de mi afirmación va contra la Doctrina de la Fe?"
¿En serio lo pregunta? Se ha burlado usted del perdón de los pecados, que es el centro de nuestra fe y está en el credo. Si ha sido un lapsus, lo que procede es reconocerlo y disculparse; si ha sido intencionado, ¿de qué se queja?
Además, tiene usted un largo historial de comentarios cínicos y favorables a ideologías inmorales en este portal, así que hacerse el ofendido no cuela, lo siento.
Pues bien, cuando un católico se confiesa, vuelve realmente a entrar de nuevo en ese amanecer de su propio principio y mira con ojos nuevos, más allá del mundo, un Palacio de Cristal que es verdaderamente de cristal. Él cree que en ese oscuro rincón y en ese breve ritual, Dios vuelve a crearle a Su propia imagen. Se convierte en un nuevo experimento de su Creador, tanto como lo era cuando tenía sólo cinco años. Se yergue, como dije, en la blanca luz del valioso principio de la vida de un hombre. La acumulación de años ya no puede aterrorizarle. Podrá estar canoso y gotoso, pero sólo tiene cinco minutos de edad.
[…]
El sacramento de la penitencia otorga una nueva vida y reconcilia al hombre con todo lo vivo, pero no como hacen los optimistas, los hedonistas y los predicadores paganos de la felicidad. El don tiene un precio y está condicionado por un reconocimiento. En otras palabras, el nombre del precio es la Verdad, que también puede llamarse Realidad: se trata de encarar la realidad sobre uno mismo. Cuando el proceso sólo se aplica a los demás, se llama Realismo (Autobiografía 16, 13-14). Y la Gratuidad total del Don de Jesus en la Cruz ,por el que se nos perdonan,asi,sencilla y santamente ,nuestros pecados. ESO SI,SI NOS ARREPENTIMOS .Que con las actuales tendencias se cree en una rara misericordia automatica...Y NO .
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
Romanos 6:15
Y a mí no me engañas. Te tengo muy calado. Eres tan católico como yo sintoísta.
"el perdón de un pecado es algo comparable a la creación del mundo"
En realidad el Catecismo dice aún más:
"La justificación es la obra más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y concedido por el Espíritu Santo. San Agustín afirma que “la justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra” porque “el cielo y la tierra pasarán, mientras la salvación y la justificación de los elegidos permanecerán” (San Agustín, In Iohannis evangelium tractatus, 72, 3). Dice incluso que la justificación de los pecadores supera a la creación de los ángeles en la justicia porque manifiesta una misericordia mayor."
Esto, que en una primera lectura uno pensaría que es para no católicos, o "católicos" que no se confiesan (salvo tal vez si son obligados para un bautizo, o matrimonio), también se puede aplicar para nosotros, católicos de confesión frecuente. Y no porque nos tomemos a la ligera ese gran sacramento, sino porque en nuestra dureza de corazón no sabemos buscar lo que realmente se nos ofrece en ese sacramento, porque aún sin saberlo, todavía no llegamos a creer en el amor de Dios.
Yo vine a descubrir esa posibilidad, verdadera en mi caso, leyendo un libro precioso de Divo Barsotti, "La fe en el amor", que me hizo descubrir lo que dice el Señor en el Apocalipsis: "Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista. Yo corrijo y comprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete! Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos."
Ese libro de Divo Barsotti me hizo descubrir lo esquizofrénicos que podemos ser, en el sentido de que muchas veces pensamos que nuestro problema es que tenemos demasiada estima de nosotros mismos, cuando en realidad es lo contrario: sin ser conscientes de ello, nos consideramos tan miserables que no nos atrevemos a creer en el amor de Dios... y paradójicamente ahí se encuentra la raíz de nuestro orgullo, porque no hay nada más humillante que dejarse inundar por el amor de Dios sin merecerlo.
Como soy incapaz de expresar lo que tan sublimemente nos hace ver este gran sacerdote italiano, copio aquí unas líneas de lo que dice, espero que para provecho de alguno en esta sala:
«Nos conocemos demasiado bien para saber que no merecemos nada, que no sólo Dios, sino cualquier creatura puede prescindir de nosotros, y
nos sentimos no sólo desilusionados y descorazonados, sino como incapaces de voluntad, de cualquier deseo, de cualquier aspiración a ser diferentes de lo que somos. De antemano, si no tuviésemos la palabra de Dios, aceptaríamos nuestra condena: tan irremediable nos parece nuestra pobreza, nuestra miseria y mediocridad.
Pero Dios, en cambio, pronuncia una palabra que todo lo arroja al aire, remueve toda nuestra vida, y no porque sea una palabra de condena, sino porque es una palabra de amor. Si Dios nos condenase, estaríamos de acuerdo; si Dios nos condenase, no tendríamos nada que objetar a lo que nos dijese. Acentuemos el sentimiento de que no merecemos otra cosa que ser olvidados de Dios, porque no vale la pena que ninguna creatura piense en nosotros, y mucho menos que piense en nosotros un Dios infinito.
Y, sin embargo, la palabra de Dios está hecha justamente para sacudir hasta lo más profundo del ser: un Dios nos ama, un Dios espera algo de nosotros, un Dios tiene confianza en nosotros, y se revela a sí mismo, lo quiere todo de nosotros. He aquí la palabra que El nos dice. Sólo la palabra del amor nos puede dar la capacidad de resurgir, de ponernos en pie, de caminar.
Nos conocemos demasiado bien para saber que ninguna otra palabra puede ser capaz de devolvernos confianza, de infundirnos algo de
esperanza, de abrir una vía en nuestro camino. El nos ama. Hemos pecado, somos pobres, mayor incluso que cualquier pecado es nuestra presente mediocridad, esta incapacidad nuestra, no sólo para ser algo, sino para desearlo. Somos tan mediocres que ni siquiera somos capaces de tener un poco de esperanza. Queridos míos, Dios nos ama. No
pensemos en lo que somos, pensemos en lo que El es: El nos ha
llamado, nos ha querido para sí. Somos el objeto de un amor infinito.
La ofensa más grande que podéis hacer a Dios es no creer en su amor;
esto es lo que le ofende en lo más profundo, lo que más dolorosamente le hiere, porque le hiere en aquello que El es: el Amor. Tal vez nosotros no hayamos cometido otros pecados, pero hemos cometido éste que ha
entristecido nuestra vida y ha hecho que ésta no haya sido un camino hacia el Señor, sino un deambular por la tierra, sin levantarnos de nuestra mediocridad.
Y esto nos pide ahora el Señor, esto es lo que quiere: que creamos que El nos ama. El es quien te dice: ¿quieres?»
Al troll comentarle que jamás como católica había oído semejante cosa. Ese comentario no es católico. Es burlarse del pecado, grave ofensa a Dios y al prójimo, y del perdón que nos regaló Dios conociendo nuestra inclinación al pecado, siempre y cuando vea que no queremos eso en nuestra vida. Típico de los que pretenden robarnos la Redención para llevarnos a su desesperación. Dios nos libra de los enemigos. Sus enemigos son nuestros enemigos también. En principio y como poco, nos libra de su influencia, y finalmente si se niegan a salvarse, definitivamente con la separación Cielo/Infierno. Por ellos hemos de pedir. Conversiones más asombrosas se han dado en la historia.
Que pasen ustedes una fructífera Semana Santa.
Yo me pregunto: ?quizá si hiciéramos uso de esa misericordia que recibimos en cada celebración litúrgica a las que asistimos no sería más fácil que nos granjearàmos una posible vuelta al redil de una oveja apunto de perderse?.
San Pablo cuando se presentó en el Aerópago de Atenas pensando que iba ha ser una conversión espectacular, se encontró con un rechazo directo y una división total, sólo por haber afirmado con contundencia, lo que él creía firmemente. En cambio cuando hablaba desde la humildad, teniendo presente la nada de los que escuchaban, todo salía a pedir de boca y la adhesión a la fé, por el número de creyentes era espectacular.
Católico pensante habla así porque nunca ha experimentado esa misericordia de Dios, tampoco ha encontrado en su camino a nadie que le haya respondido a sus preguntas con las respuestas que él necesita para afirmar que Dios existe y mucho menos, lo que tantas veces oímos, que Dios nos ama. Quizá a él la vida no le sea tan gratificante como para creer sin dudar y sin plantearse preguntas. Dios nos da la inteligencia para que investiguemos y nos preguntemos en todos los ámbitos de la vida. "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis , llamad y se os abrirá". El nos da siempre la respuesta que necesitamos, después viene la fe. Para que ésto sea así, necesitamos entender al otro y acogerlo en su necesidad. En esto está incluida la manifestación de la desconfianza, la burla, la ironía, la desesperanza del que habla. Acusando no se gana a nadie, ni se aclaran sus dudas o herrores. Jesús no acusa a María Magdalena "Yo tampoco te acuso" y ella le siguió hasta el sepulcro.
Si en algo se diferencia el cristiano de las otras religiones o dioses es precisamente, no por saber más, sino por impartir misericordia.
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «Misericordia quiero y no sacrificio«: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores»
Evangelio Mateo 9, 12-13
Saludos cordiales.
Si hay un pecado que no se perdona, es el pecado contra el Espíritu, si caes en él tú mismo te precipitas por una iniquidad que no tiene perdón.
Así que si esa persona piensa que todo se perdona en cualquier condición y con un negro corazón de fondo, está muy equivocado.
Después de 20 siglos de Cristianismo, Marta, nadie puede aducir ignorancia invencible, al menos en Occidente, por lo que los griegos del Aerópago no tienen nada que ver con esto.
Dolor de los pecados
proposito de la enmienda
decir los pecados al confesor y
cumplir la penitencia.
Puede que se cumplan algunos requisitos, pero no otros, y el milagro ya no es el mismo.
Puedo reconocer que he hecho algo malo, pero ni tener dolor de el pecado, ni proposito de la enmienda, todo basado en que la culpa de mi pecado la tiene por lo menos en parte el otro. Aunque esto pueda ser verdad, no nos quita nuestra culpa.
El proposito de la enmienda tiene que ser verdadero, Jesus en el evangelio a la adúltera le dice vete y no peques más, al de la piscina le dice ten cuidado no te ocurra algo peor. En cambio al de la camilla del tejado, solo le dice tus pecados están perdonados.
A la mujer de la comida con el fariseo: "sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.»
Propósito de enmienda y amar, parece que es lo que más quiere el Señor.
Bruno, el libro de la humildad del corazón es muy bueno.
Se me rompen los huesos,
Por las burlas del adversario;
Todo el día me preguntan:
"Dónde está tu Dios?"
También para los que no saben o todavia no quieren saber que sí creen, porque saben que Dios existe, porque El mismo se lo ha dicho muchas veces, quizás en pequeños detalles, o en momentos terribles.
Cuando el pollino carga a Cristo, está contento, tiene la alegria de su carga, se siente feliz porque puede hacer cosas buenas...pero si su carga son sus pecados, el peso es insufrible, el desaliento le agota, no puede levantar la cabeza, el peso le abruma....camina como un borracho dando tumbos con su falsa alegria de vivir solo con uno mismo, sin contar con Dios.
La pasión de Cristo es tan dolorosa, porque el ha querido mostrarnos la fealdad de nuestros pecados. Miremosla de frente, con solo el miedo de no comprender su Amor, su Misericordia, con la esperanza de que despues de deshacernos de nuestra fealdad, resucitaremos con El.
Y sigo diciendo lo mismo: no me creo que nadie por muy creyente que sea nunca jamás haya dudado de la existencia de Dios.
Hasta los grandes Santos han tenido su noche oscura del alma, cuando parece que Dios ha desaparecido.
El que nunca ha dudado más que un creyente ne parece un fanático.
Respecto a "vacío troll sin nada en su atea cabeza", mejor ignorar a gente que vive en la desesperanza y en el vacío existencial, y que se dedica a incordiarnos un poco para rellenar su vacía vida... aunque creo que a veces está bien matizar los eructos de los enviados del maligno (lo sepan ellos ó no). Seguramente el pobre infeliz no sabe lo que hace, y menos lo que dice. ¡Qué bien haría en sacar provecho para su alma de estas lecturas!, pero nos lanza un ridículo sofisma de "alta inteligencia", jajajajajajajajajajajajajajajaja.
Muchos sufrirán un gran desengaño después de muertos si no se convierten... pero los que están vacíos de fe (y se permiten el lujo de venir aquí a molestar, como mofetas apestosas), no ven más allá de dos palmos de sus narices, y creen que nunca se van a morir.
"En aquel tiempo se apareció Jesús y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará."
Marcos 16, 15-20
Que le digan a una mujer que ha abortado y está a punto de suicidarse, deprimida por el terrible sentimiento de culpa (verdadero e insoportable) que invade su corazón, que no importan la confesión ni el perdón de los pecados... esa culpa no es borrable por hombres (aunque tengan muchos títulos de psicología), pero el Sacramento de la Confesión (bien hecha) borra literalmente los pecados, que dejan de existir. Habrá una penitencia por el mal hecho (muy reducida frente a la que pagaría sin el Sacramento), pero la culpa queda borrada, porque Jesucristo, Dios encarnado, le concedió a Su Iglesia ejercer ese poder EN SU NOMBRE.
¡GRACIAS DIOS MÍO!
Hay personas cabales incluso entre los que no tienen fe y, precisamente, se les conoce porque no intentan pasar por lo que no son.
Ya te he dicho que la premisa del silogismo: "Todos los hombres dudan en algún momento de su vida" es falsa y, además, indemostrable. Y si establecemos otro silogismo con tus afirmaciones:
-Toda persona, que no duda en algún momento de su vida de la existencia de Dios, es un fanático.
-Tú no dudas
-Ergo eres un fanático.
Es también un silogismo falso porque la premisa está trucada.
Si tú crees que todo aquel que reza el Credo creyendo lo que dice durante toda su vida es un fanático ya te has retratado a ti mismo.
Lo tuyo, además, no es una noche oscura que espera la Resurrección, lo tuyo es una vida oscura que espera la nada y que, después de su paso por este mundo en una continua pugna con los cristianos, aceptaría que Dios existiera para esperar la Resurrección en la que no cree pensando en una remota esperanza, que no es la Virtud de la Esperanza, que no le condene a la desaparición total porque esa idea no le gusta. Pues es lo que hay, y hay que hacer frente a eso sin tratar de alcanzar lo mismo que las personas de fe habiéndose pasado la vida llamando fanáticos a los creyentes.
Las cosas son más complicadas que esa simplicidad extrema.
Pregunta con resabio de herejía protestante pues cual mantra, las sectas protestantes para atacar a la fe verdadera emplean el manido "¿en qué parte de la Biblia dice eso?
La formación cristiana de nuestra generación mayoritariamente es de pena. Vivir en un entorno neopaganizado gnóstico orientalizado tampoco ayuda.
De los últimos comentarios que leí, con Cabanillas. Lo resalto.
*La confesión es una auténtica maravilla y un verdadero milagro... es a lo que vino Jesucristo, a perdonar nuestros pecados comprados a precio de Sangre.* Gracias, Señor.
En realidad el cumplimiento de este Primer Mandamiento es un voto de las órdenes contemplativas, que son cristocéntricas. Los demás, desde el Renacimiento, hemos girado hacia el antropocentrismo, o al Humanismo. Por eso las órdenes contemplativas suelen ser objeto de los ataques del demonio fuera y dentro de la Iglesia mucho más que los misioneros, por ejemplo, cuya labor se justifica más por el prójimo que por el mismo Dios, aunque los misioneros no lo vean así, la mayoría de la gente lo que ve es que construyen escuelas, hospitales y acompañan a los pobres, lo de que llevan la Palabra de Dios a los paganos es considerado como secundario.
No veo fanatismo alguno en creer en la existencia de un Ser Infinito, Supranatural y Creador de todo lo conocido y desconocido sin haber tenido nunca dudas de su existencia. De hecho es la única explicación lógica a la Creación (incluído el Universo) independientemente de cómo sucediera.
Otra cosa bien distinta es tener o haber tenido dudas de Fé, como bien señala LF.
¿Y no son esas las palabras de un fanático?.
Ahora resulta que la condición de católico la pierdes por dudar.
Es que si decimos que las cosas son complejas, pues entonces no es igual el ateo, que el agnóstico que quien tiene dudas.
El ateo afirma que Dios no existe.
El agnóstico es más bien indiferente, ni cree ni deja de creer, no niega la existencia de Dios pero en caso de existir su existencia no podría ser demostrada, ni aunque se demostrara tampoco influiría en su vida porque sería un Dios como concepto filosófico y nada más sin meterse en la vida de los hombres como pensaban los epicúreos.
El que duda tiene inclinación a desear que realmente Dios exista pero no encuentra fuerza o motivaciones, y a fin de cuentas la fe es una gracia que se concede ¿y si disminuye esa gracia, o no se aprovecha?.
Realmente es que no me creo que en toda la vida de alguien siempre haya creído en Dios y que ni un solo día haya dudado de su existencia.
Bueno, igual puede ser, pero sería muy raro.
Si tan evidente fuera su existencia y tan claro estuviera para todos y durante todo el tiempo para qué la escolástica iba a buscar demostraciones.
Ya que estamos en Semana Santa hasta el apóstol Tomás necesitó tocar las llagas de Jesús para creer en su resurrección.
Y para todos nosotros seguro que en algún momento de nuestras vidas se ha hecho muy difícil creer en la resurrección, la virginidad de María, la presencia real de Cristo en el pan y el vino de la eucaristía, o la propia existencia de Dios.
En cuanto al comentario de "católico pensante", ya que pregunta, la parte de su afirmación que va en contra de la doctrina de la Iglesia es la palabra "total", que en el contexto de esa frase no puede significar otra cosa que "qué más da", es decir, que da lo mismo pecar. Y decir que qué más da pecar es clamorosamente incompatible con la doctrina de la Iglesia.
Si se tienen dudas sobre la Resurrección de Cristo, vana es nuestra Fé.
Es imposible ser católico y dudar de la Resurrección de Cristo.
Aunque me parece que si se duda de la existencia de Dios carece de sentido plantearse dudas que atañen a Cristo.
Nadie empieza una formación por la mitad del curso.
El segundo momento fue poco después de mi (primera) conversión personal, a punto de cumplir los 30. Ahí tengo que reconocer que volvían más insistentemente las preguntas a mi cabeza, pero ya de otro modo: "¿Y si todo son imaginaciones mías?" ,"¿y si eso que experimenté fue sólo una sugestión?", "imagínate la guasa si ahora todo esto que he experimentado resulte no ser verdad". En este caso, las dudas también se esfumaban rápidamente, pero porque enseguida me di cuenta de que se trataba de una tentación del demonio como cualquier otra (cosa que cualquiera puede comprobar cuando se pone a rezar un avemaría: la tentación se esfuma).
A partir de ahí, fui creciendo en la fe y te puedo asegurar que ya no he vuelto a dudar. Más que nada, porque Dios ha ido apuntalando mi fe y me ha hecho ver y comprender las maravillas que también ha obrado en mi. Me ha dado tantas pruebas de su amor, tantas, que creo honestamente que sería imposible sustraerme a esa verdad de mi vida. Y si lo hiciere, sería por cobarde o por traidora. O por dejarme dormir.
Lo sabría muy bien santa Teresa de Calcuta, que pasó sus 30 ó 35 años de vida en esa noche oscura. Pero si supo perseverar, con la gracia de Dios, yo estoy segura de que fue porque conservaba vivo el amor real y personal que ella experimentó años atrás.
Yo, cuando rezo el Credo, digo cada uno de sus artículos con verdadera unción y un asentimiento total a cada uno de ellos pero, según él, eso no es necesario para considerarse católico, lo que implica que será católico todo voluntarista que dice serlo.
Por mi experiencia con los agnósticos veo que cualquier firmeza en la Fe que se demuestre es acogida como fanatismo. Por ejemplo, si por dar a Dios lo que es de Dios, una se empeña en ir a misa en plena pandemia lo verán como muestra de fanatismo; si te santiguas en un tren también; si pones a Dios por encima de ti y de tu familia otro tanto y etc..., etc...,etc...
En cambio sienten rechazo por los cristianos tibios porque les parecen cobardes y así viven sin vivir en ellos y sin saber lo que quieren que les demuestres. Tratar a un agnóstico con papel de fumar esperando así despejar sus dudas no suele funcionar. De hecho, si te fijas en los Evangelios, Jesucristo ni lo intentó. A la psicología hace dos días que se le concedió el nombre de ciencia, pero los buenos psicólogos han existido siempre y Jesucristo, como no podía ser de otra manera, es el mejor de todos. Yo no tengo esa facultad y por eso trato a las personas con franqueza según mi propio carácter esperando que me entiendan y, si no es así, ya me he dado cuenta que el ejemplo solo sirve para aquellos en los que la acción del Espíritu Santo ha comenzado a obrar, si no es así se las arreglarán para abajar al justo porque, en general, los agnósticos o creen que todos los hombres son buenos o creen que todos son malos y pueden ver freír a un cristiano en aceite hirviendo sin que eso les diga nada igual que muchos contemplaron los milagros de Jesús y se quedaron como estaban.
Sí, está claro que no es lo mismo ser católico que decir serlo.
En la película Se armó el Belén, el alcalde rojo y ateo dice: "Hombre claro, si yo no creo en la religión católica que es la auténtica". Siempre me ha hecho mucha gracia esa profesión de fe, aunque estuviera guionizada para provocar la carcajada, pero es bastante semejante a lo que parece ocurrirles a muchas personas: Las dudas me impiden creer plenamente, pero me gustaría tener fe y creer en Cristo y que Cristo es Dios.
Pero repito: Es que no es posible tener fe en Cristo ni creer en el Cristianismo si no se está convencido de la existencia de Dios. Entendido como Ser Supranatural, Eterno e Infinito.
Nadie se plantea estudiar Cálculo Infinitesimal teniendo dudas en aritmética. Si me explico.
Las dos, como tantos otros aquí, tenemos esa suerte tan inmensa como inmerecida que es haber conocido el amor de Dios, al que tratamos de corresponder a duras penas y en la medida de nuestras limitaciones. Ni qué decir tiene que sólo Él puede tocar el corazón de Tamayo y de cualquier otro, pero creo que nosotros debemos ser siempre luz, sin distinciones y en la medida de la paciencia de cada uno. Tú lo eres con tu amplia cultura y tus detenidas explicaciones y, como dices, con tu propio carácter. Yo trato de serlo también, pero con el mío.
Santa Teresa de Jesús experimentó su Epifanía personal siendo ya bien mayor, tras varios años en la orden carmelita.
Por tanto a mí si me parece legítimo esperar tal epifanía, pero desde luego que con dudas sobre la existencia de Dios no les va a llegar.
Es que estás pidiendo algo sin sentido.
Para empezar, tal como indicó África, esa clase de fenómenos no impide pecar en el futuro, ni disipan las dudas. Tampoco tienen ese fin.
Luego, está el hecho de que esas "epifanías" no tienen por qué reforzar la fe. De hecho, el camino más seguro para las almas es el de la fe oscura, y obrar según la voluntad superior.
Por último, ¿por qué Dios iba a manifestarse a alguien que no tiene dudas? Los testimonios de personas que tenían dudas y recibieron respuesta son numerosos.
Pecaron a futuro porque no comprendieron lo que vieron. ¿Pero qué tiene que ver el pecado con la Fé?
¿Crees que el rey David no tenía Fé?
S. Pablo no tenía dudas de la existencia de Dios, que es sobre lo que yo escribo, y como perseguidor de cristianos tuvo la mayor epifanía que se conoce.
Te recomiendo leas la vida de Santa Teresa de Jesús.
De la existencia de Dios tampoco he dudado. Lo típico de pensar momentáneamente, y si después de esto no hubiera nada? Personalmente mi vida sería la misma, salvo las profesiones de Fe, y estos pensamientos frugales no me afectan, no anidan. No es algo que nunca realmente pensara como posible. Nunca me tuvo sentido la vida sin Dios.
Creo que lo peor de los "cristianos" de mi época no es tanto el dudar en sí de alguna cosa en concreto, sino la ausencia de Dios en la vida cotidiana. La mayoría de los bautizados, supuestos cristianos, viven como si Dios no pintara nada en nuestras vidas. Si murió y resucitó por nosotros, muy bien, pero ya, como si no formara parte de esta vida. Yo vivía así hasta hace nada. Así el patas se cuela fácilmente. Cómo se zafarán de él después? Difícil papelera, pero no imposible.
Épocas oscuras, en mi vida, una sobre todo, los últimos 15 años. Ahí Dios me mostró y me muestra su Misericordia y su Justicia. En la noche oscura "vi/veo" (sentí/siento) el rostro de Dios. Gracias, Señor. Nunca me ha dejado sola. Pero no lo vi hasta hace poco.
Mi enhorabuena por tu fe.
Lo más importante es comentarte que la Resurrección de Cristo es un hecho además de ser dogma de Fé, desde luego. Y que es la piedra angular de nuestra Fé. Por tanto el que no crea sin ninguna duda que Cristo ha resucitado está haciendo el tonto como católico.
En ningún momento he planteado que el católico no pueda albergar dudas de Fé, es que ni los santos se libran de ello. Sequedades, vacío interior. Pero eso pertenece a una vida espiritual ya avanzada.
Aquí el tema surge en una persona que apenas acaba de convertirse o desea convertirse y que al mismo tiempo se cuestiona la existencia de Dios.
Es como el niño abandonado en la inclusa que dice querer conocer a su padre, y al mismo tiempo duda de si tiene padre.
Sobre las tentaciones del patas, por lo que han contado los santos, cuanto más avances espiriitualmente, más duras serán. A los tibios ya los tiene atrapados.
¡Dios te bendiga!
Sobre esto que escribes:
* Realmente es que no me creo que en toda la vida de alguien siempre haya creído en Dios y que ni un solo día haya dudado de su existencia.
Bueno, igual puede ser, pero sería muy raro.
Si tan evidente fuera su existencia y tan claro estuviera para todos y durante todo el tiempo para qué la escolástica iba a buscar demostraciones.
Ya que estamos en Semana Santa hasta el apóstol Tomás necesitó tocar las llagas de Jesús para creer en su resurrección.
Y para todos nosotros seguro que en algún momento de nuestras vidas se ha hecho muy difícil creer en la resurrección, la virginidad de María, la presencia real de Cristo en el pan y el vino de la eucaristía, o la propia existencia de Dios.*
Tengo 76 años y siempre he creído en Dios, desde párvulitos me interesaba la historia sagrada y el Mi Jesús en cuanto supe leer. Y como yo hay mucha gente que recibió la fe desde pequeños y nunca dudó de la existencia de Dios. No tenemos la demostración pero si la revelación. Las demostraciones que intentan son muy sesudas pero no se puede demostrar a Dios, no es objeto de la ciencia, ni de la inteligencia, sino de una convicción inexplicable, es una certeza que se tiene, se recibe y va a más por experiencias o vivencias espirituales, personales. Ayuda leer las escrituras sagradas, recibir los sacramentos, es el Espíritu de Dios que nos da Fe de Si mismo. Pero tenemos que usar la libertad que nos da para optar por El. Asi cuando algo no entiendo como las ofrendas, sacrificios de animales, o normas antiguas o actuales, buscó las explicaciones de los exégetas judios, católicos o evangelistas cristianos, cuando algo no veo claro confío en Dios y lo acepto por la Fe, luego hago oración para que el Señor me ayude y espero hasta que me llega la respuesta, que puede ser por medio de un libro, una conferencia, un curso, o cualquiera de tantas maneras que Dios tiene para comunicarnos lo que necesitamos saber, para seguir en comunión con El.
Es Dios quien toma la iniciativa para revelarnos que si existe, y cual es Su plan con nosotros.
Ya que no tenemos otra posibilidad, hay que estar atentos a El constantemente, durante toda la vida, porque venimos de El para volver a El.
Naturalmente que esas epifanías refuerzan la Fe porque los pastorcitos de Fátima no fueron los mismos antes y después de ver a la Señora, pero hay una tela, como las cataratas en un ojo, que a algunos no les deja ver la luz. Convertirse es una operación de cataratas, que es el símil que, de primeras, me viene a la cabeza, y aquellos niños no tenían ninguna telilla que les impidiera ver la luz, pero los que vieron el milagro del sol que danzaba se lo pudieron explicar perfectamente por algún fenómeno natural cuyo nombre ignoraban pero que, en alguna parte, tenía que estar descrito, y siguieron viendo mal.
Es decir, el milagro da luz al que no tiene cataratas pero no será percibido por el que las tiene; la langosta gustará a aquél que tenga un paladar muy fino, pero no al que tiene las papilas gustativas estragadas.
Y si Dios se manifiesta a algunos por medio de un éxtasis místico de una manera más luminosa que la manifestación que yo puedo esperar, no es porque tengan dudas, como les ocurrió a Santa Teresa de Jesús o a San Juan de la Cruz, sino porque son elegidos. ¿De dónde has sacado tú que Dios se manifiesta a los dubitativos exclusivamente? No es que los Apóstoles dudaran, es que Jesucristo era demasiado grande para ser visto, de sopetón, por unos pescadores de Galilea a los que les habían enseñado que Dios era Uno pero no Trino.
Si así fuera lo que la Iglesia tendría que fomentar son las dudas y no la fe y los misioneros tendrían que hacer lo contrario que San Francisco Javier que era un fuego ardiente de fe viva.
A alguien que duda de la existencia de Dios el Credo le cae muy grande.
Cuando yo le dije al párroco por qué mi madre decía que le gustaba el Credo Niceno-Constantinopolitano, porque definía las Tres Personas de la Trinidad y, aunque eso fuera un misterio decirlo en voz alta daba luz a lo que el intelecto no llegaba y desvanecía las sombras, se quedó sorprendido y lo apuntó en un cuaderno. La impresión de solidez en la Fe que transmitía mi madre era palpable, a algunos les dejaba admirados y a otros no les gustaba, pero, desde luego, según lo que piensa Tamayo, yo fui educada por una fanática de aúpa el Erandio, gracias sean dadas a Dios.
"Hay más cosas en el cielo y en la tierra que las que sospecha tu filosofía"
Shakespeare.
Esto incluye a ciertas personas que podrán en una rabieta enfadarse con Dios, pero que nunca dudarán de su existencia. Misteriosamente les fue dado ese don, como el girasol que siempre se orienta al sol pase lo que pase.
Es así. Usted no tiene la suficiente imaginación (Google no se la puede dar)
para entender que muchas personas no dudan ,sino que luchan ante el Misterio.
Su obsesión por rebatir a África Marteache es muy clarificadora de su confusión mental.
Por cierto: ¿Por qué no retoma su nick originario y así hacemos más risas sobre sus balbuceos improvisados?
La admiración y el entusiasmo son importantísimos en el Cristianismo y su presencia en ciertas épocas de la Historia hacen que éstas sean particularmente fecundas a la hora de propagar el Cristianismo.
Al menos respetémonos.
Yo estoy siendo sincero y confesando que después de mucho tiempo considerándome ateo, ahora tengo dudas y pienso que realmente sería estupendo que existiera un Dios que fuera amor y volver a creer como cuando era joven, aunque no voy a tener un arrebato de conversión tipo Saulo camino de Damasco que seguro quedaba más espectacular y lacrimógeno.
Si quieres cachondearte y decir que te gusta reírte de mis "balbuceos improvisados", pues bueno... realmente no me esperaba otra cosa de gente como tú.
[...]
Agur.
Benedicto XVI Auschwitz 28 mayo 2006.
¿No es eso un contrasentido?
BXVI. Auschwitz. 28 Mayo 2006.
A un perro por muy inteligente que sea le puedes enseñar solo ciertas cosas, la distancia entre Dios y los hombres es mucho mayor que la de un perro y una persona.
Pero tenemos una ventaja con El, y es el amor. El se revela a los que le buscan con verdadero interés y a los que quieren amarle, porque han visto todas las maravillas de la creación, o por que le han sentido cerca en muchas situaciones de la vida.
"El que busca encuentra, el que llama se le abre, y bienaventurado quién no se escandalice de mi" palabras de El.
Cuando Dios se te da a conocer, casi siempre es de una forma misteriosa, no se puede medir, ni comprobar, pero el que le detecta sabe que es Dios.
Muchos que han tenido dudas, y han hecho un acto de voluntad de querer creer, y le han pedido a Dios: si existes haz algo, lo han obtenido.
Si yo atribuyera a un marroquí que sea un terrorista me llamarías xenófoba. ¿cómo llamar a alguien que atribuye a otro a quién no conoce el alcoholismo?
A mi me han llamado muchas cosas pero jamás he supuesto que ellas fueran resultado de un estado etílico. Lo único que se te nota es el argumento ad hominem que utilizas, como tratar de descalificar a alguien, o bien con una verdad que no impide al otro tener razón (como ser vieja), o bien con una mentira que otros no pueden comprobar (como ser alcohólico). Pero en este caso es perfectamente comprobable, así que yo me disculparía.
¡Ja, ja! Seguramente hasta Haddock se rió al leer eso.
No se tomen las bromas tan en serio.
Por cierto, Tamayo, quizás le sirva ver los videos de "Adictos a la filosofía" en los que el youtuber explica las pruebas de santo Tomás.
Rezo por usted. Y felices Pascuas.
Balbuciente impenitente no sé, Scintilla, pero el puritanismo aplicado a Tamayo es más que para mí.
Empiezo a no entender nada, porque llamar modas modernas a leer a León Bloy ??? solo puede ser dicho por alguien pariente de Matusalén. Ya sé que le gustan los clásicos, pero tampoco hay que pasarse con las dataciones porque nos quedamos en el "Orlando Furioso". No se trata de garantías sino de pistas, a usted no le gusta León Bloy por algo y, a no ser que haya echado una enmienda a la totalidad a todos los escritores anteriores al S. XIX, será, seguramente, por su estilo. Pues, imagínese, el tipo de lectores a los que le gusta León Bloy, que no es Tolkien ni Chesterton, precisamente.
Son los pequeños actos los que nos acercan a Dios como dialogar con un pobre.
¿Por qué no entras en cualquier Iglesia -donde nadie te conozca incluso- y, al igual que ocurrió en aquella ocasión tras haberte encontrado con aquel mendigo, te arrodillas y le pides a Dios la gracia que te va a permitir descubrir ese amor que estás buscando: la contrición perfecta (un verdadero arrepentimiento de tus pecados que te impulse a acercarte al confesionario y experimentar por tí mismo lo que es sentirse mirado y amado por el Amor? Bastan sólo dos palabras: "Señor, perdóname".
Lo tienes a un tiro de piedra, tanto, que ya está dentro de tí. Sólo te hace falta afinar la vista y mirar en la dirección correcta, que es dentro de tu corazón. Si no puedes confiar en Él, porque dudas de su existencia, al menos confía en mi (que no soy un robot). No tienes nada que perder.
Mientras te escribo esto, me acuerdo de unas palabras de Jesús a santa Faustina Kowalska, cuando le pide oraciones por "los que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón". Quiera Dios que tú también te cuentes entre ellos.
Hoy parece que no eres buen católico si no has leído y te derrites con Bloy, Tolkien, Chesterton o Lewis. Aunque los leyeras en su momento. Es como el contraste de tu pertenencia a la comunidad, aunque digas una imbecilidad. No es por edad, es por el gusto: simplemente, nos lo han cambiado; y, de tal manera, que ha alejado un poco más nuestra tradición, el sabor de la verdad católica en nuestra lengua, así que me permito el gusto y el lujo de no leer esos autores y hasta de despreciarlos, en público y en privado. Esta no es la primera vez. Y sospecho de todo aquel que presume de leer a cualquiera de ellos. Es decir, que no sólo soy un católico sospechoso, sino que sospecha de la mayoría de los católicos que hoy están en los medios (este incluido), entre los que cunde la especie de estas gallardías que me parecen tontería infantil.
Puritano en cuanto al juicio ajeno: lo que Tamayo decía de Haddock yo sólo lo podía entender por sus referencias ocasionales a la buena mesa, que sólo un puritano podía considerar desviadas de la vida buena y exagerarlas hasta el punto de llevar a considerarlas propias de un borracho. ¿Que era una broma sobre el personaje de Tintín? Pues será para estos modos modernos, pero a mí no se me ocurriría decirle a nadie "no vuelvas a dirigirme la palabra" en broma y, de paso, lo llamo también en broma borracho amargado y mal hablado. Debe de ser que ahora a una señora, por llamarse Magadalena, le puedes decir en broma putón berbenero -"arrepentido", supongo que puntualizará el meapilas.
Doña África: que ya no entiendo el mundo ni quiero entenderlo y que para aprender a ser católico me aferro a nuestros clásicos y sus maestros. ¿Que lo que viene detrás lleva a muchas almas al cielo? Me alegro. El último día veremos el balance.
Pero sí que coincido con Scintilla en que la manera de dirigirse de Tamayo a Haddock ha sido insultante y despreciativa, no he visto broma basada en los personajes de Tintín en modo alguno.
Es cierto también que Haddock le provocó primero, pero la respuesta parece desproporcionada, seguramente originada por la alusión a anterior nick.
Se sea más joven o más veterano es bastante fácil notar un insulto.
Yo he leído infinidad de Crónicas de Indias porque fui derivando de la manera más tonta. Al no tener acceso a la Universidad por tener que ponerme a trabajar con 19 años, y era un trabajo de oficina, decidí tomar a alguien como guía y me incliné por Unamuno, así que me leí toda su obra. Como los artículos que él escribió hacían referencia a escritores hispanoamericanos y portugueses, me leí a esos autores. Los hispanoamericanos me llevaron a querer entender la Evangelización de América, la Evangelización me llevó a la curiosidad por entender las culturas pre-colombinas y meterme de hoz y coz en aquellos berenjenales y, para poder leer las crónicas llenas de indigenismos, tuve que memorizar cantidad de palabras en runasimi (quechua), náhuatl y ava-ñée (guaraní). De manera que lo mío no ha sido precisamente el camino más obvio. Hace años aparqué el tema, pero me llevó como mínimo 30 años.
Así que, con el mayor desprecio de mi hermano, que se dedicó a estudios más valorados, como la filosofía griega y otras yerbas, lo mío no tiene valor alguno pero, ¡qué duda cabe!, es bastante original.
Los autodidactas solemos saber muchísimo de temas muy concretos y muy poco de los generales porque nos falta la mirada generalizadora que dan los estudios académicos. Por eso, un historiador que haya echado una mirada rápida a la Conquista de América tiene poco que hacer conmigo pero sabrá más de la Historia General.
Por otra parte yo estudio por el sistema del puzzle, que consiste en reunir piezas como los detectives y recomponer la historia y la intrahistoria, de manera que, si estudio algo, suelo hacerlo a fondo y, casi siempre son temas de historia convenientemente parcializados y con muchos documentos incluidos de lo más áridos pero, por desgracia, esenciales..
Eso poco tiene que ver con ninguna generación en concreto, como se puede ver. En el pasado el autodidactismo era posible, hoy se encargan que cada vez sea más difícil.
Lo de León Bloy tiene que ver con el tremendismo, que suele ser la forma elegida por Haddock para irrumpir por aquí, atacando con las chuletas a los posibles veganos y con el vino de Rioja a la Liga contra el alcohol. Puedo asegurar, y aseguro, que la biblioteca de Haddock es mil veces más clásica que la mía y es una buena biblioteca con ejemplares rarísimos, aunque supongo, que también se puede llamar así al facsímil en tres tomos de "La Historia General de la Historia de la Nueva España" escrita por los informantes de Sahagún, donde se ve la letra de los copistas indios en español, náhuatl y, a veces, en latín, es decir escrita por los Trilingües de Tlalelolco que estudiaban el Trivium y el Quadrivium, además de la botánica y zoología en náhuatl ya que las plantas y animales de la Nueva España, en aquel tiempo, rara vez tenían nombre en ningún otro idioma
Para mi sois como una tertulia entre amigos, interesante y necesaria porque no abunda el hablar de estos temas fuera de aquí, así que es instructiva y buena.
Quienes tenéis inteligencia, formación, profesión, buena vida, viajes y estáis de vuelta de todo ¡gracias por estar por aquí!. Favor que nos hacéis y Dios os lo pagará. Y quienes tengan dudas, insuficiente Fe, falta de conocimiento Dios y Su ley, pues aquí estamos para recoger las migas que nos caen, ya que con la bendición de Dios tendremos un pan o tortas de vida divina.
Jorge Soley me parece que dijo en una de sus entradas que Stalin tenía una biblioteca bastante extensa, lo mismo que Hitler fue melómano, así que en asuntos de Fe de poco les sirvió a ambos leer lo que fuere que leyera Stalin u oír mucha ópera wagneriana en el caso del otro sujeto.
La Fe es un asunto de distinta índole, y parece que Cuauhtlatoatzin, más conocido por San Juan Diego, era de una inteligencia normal, campesino, pobre y bastante viejo para la época, lo cual no le impidió tener mucha Fe. Fue un hombre al que no se necesitaba recomendarle ningún libro sobre la Virtud de la Humildad porque ya lo escribió él como puede comprobar cualquiera que lea el "Nican Mopohua" (en realidad también era analfabeto, pero Antonio Valeriano transcribió su relato).
¿Hay algo más humilde que esta contestación a la Virgen?:
"Mucho te suplico, Señora mía; Reina, Muchachita mía, que a alguno de los nobles, estimados, que sea conocido, respetado, honrado, le encargues que conduzca, que lleve tu amable aliento, tu amable palabra para que le crean.
Porque en verdad yo soy un hombre del campo, soy macehuátl, soy parihuela, soy cola, soy ala; yo mismo necesito ser conducido, llevado a cuestas, no es lugar de mi andar ni de mí detener allá a donde me envías, Virgencita mía, Hijita, Señora, Niña; por favor dispénsame: afligiré con pena tu rostro, tu corazón; iré a caer en tu enojo, en tu disgusto, Señora Dueña mía".
Espero que quienes más sepan no estén de vuelta de todo.
En lo demás: la humildad y el amor a Dios se complementan perfectamente con conocer El Evangelio, Doctrina y Tradición de la Iglesia y saber defenderlos.
¡Dios la bendiga, Martinna!
Este es uno de los pocos blogs, si no el único, dinámico que queda en esta web. Se escribe y queda publicado el comentario inmediatamente.
Pero Bruno, el blogger, puede borrar comentarios y moderarlos a priori cuando lo estima conveniente. En ocasiones lo ha hecho sin ningún problema.
Espero se encuentre bien al leer mi mensaje.
Es difícil ignorar su comentario, principalmente porque es el primero, y segundo porque aún siendo yo el más ignorante de las personas que aqui escriben, no me es difícil ver el peligro para su alma.
Aunque no he leido sus otros comentarios, por cómo escribe este último me parece que está en la busqueda de algo sin decidirse por completo.
Algo que su alma anhela. De otro modo no visitaría usted esta página, porque siendo pensante: ¿Para qué poner en peligro su salvación por esos comentarios, teniendo más oportunidades de salvarse sin decir nada?
Por lo tanto, yo le abrazo, y con la caridad que nuestra Santísima Madre, La Siempre Virgen María nos pide para todos; sobretodo aquellos en peligro, yo le invito a decidirse sin temor ni demora a seguir a nuestro Señor Jesucristo. Esto requiere aprender cada dia más de nuestra Fe católica.
Como último comentario:
""No peques, que es malo;""
De acuerdo.
""pero total, te perdonamos.""
No se crea, no es así de fácil. A mí casi me regresan del confesionario sin absolución como dos veces. Y asi se aprende, aunque este método no se recomienda.
Ánimo y que Dios lo bendiga.
Dios existe y es demostrable. La filosofía lo ha demostrado. Lee este libro: La religión demostrada. ICAR. No necesitarás acabarlo pues la demostración de la existencia de Dios es lo primero que trata.
Si a pesar de ello, tienes más dudas sigue haciéndote preguntas; pero busca ayuda porque en tu estado no acertarás en las respuestas.
Efectivamente, nos cuesta creer hasta que tenemos una experiencia clara y directa de la intervención de Dios en nuestras vidas.
Para mi fue una bendición entrar en el Camino Neocatecumenal, ahí seguro que acabas experimentandolo. Ánimo. Dios te está esperando
Sí rompe el ayuno leer sus sandeces tabernarias con la ridícula pretensión de hacer gracietas.
En su ámbito prostibulario (de casta le viene al galgo) tal vez le aplaudan para recibir mayor propina.
En este portal, no.
En cuanto a las dudas de fe, son normales, como las tentaciones, sobre todo para los miserables como uno mismo. Lo que pasa es que la fe termina arrastrando de uno porque tiene su propia lógica y es como estar en el hogar de la abuela, donde todo encaja y es hermoso.
"Todos los hombres que han existido y existirán se pasan la vida buscando el perdón de los pecados sin encontrarlo, como exploradores sedientos perdidos en el desierto que caminan y caminan en busca de agua. Unos se dedican a hacer cosas buenas en un vano intento de que compensen sus culpas, como si todas las buenas obras de la tierra pudieran borrar un solo pecado. Otros intentan negar esas culpas y persiguen a los que se atreven a defender que su comportamiento es malo, pensando que, quizá, si los acallan, también se apagará esa voz de su interior que les acusa. Otros inventan religiones, buscan salvadores terrenos, niegan que existan el bien y el mal, idean filosofías estoicas y desesperanzadas o pergeñan tristes utopías en las que no existirá la moral y todos serán felices. Todo sin éxito. Y siguen buscando, sin esperanza, que alguien les perdone los pecados."
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