Culpa, responsabilidad y autoridad en la Iglesia
En los comentarios del último artículo, me reprochaba un lector que culpara “a la jerarquía, al Papa y a los obispos” de la situación actual de la Iglesia. Nunca se me habría ocurrido hacer algo así, pero, en efecto, si lo hubiera hecho, el artículo sería injusto.
A fin de cuentas, la culpa es algo intrínsecamente personal, interior y misterioso. Eso significa que no podemos juzgar esa culpa adecuadamente en los demás. Por ello en el acto penitencial de la Misa decimos “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa” y no “por nuestra culpa” o “por la culpa de Juanito, que vaya un envidioso que está hecho”. Lo cierto es que, incluso en el caso de que las acciones de Juanito o de Monseñor Nomeacuerdo sean objetivamente malas, no conocemos sus circunstancias interiores, que pueden ser atenuantes (o agravantes, claro) de las mismas. Es decir, la cuestión de la culpa en principio se la dejamos a Dios: no juzguéis y no seréis juzgados.
A esto se añade algo que sabemos por revelación de Dios, pero que normalmente no terminamos de creernos: cada uno de nosotros tiene cierta culpa en relación con la crisis y los problemas de la Iglesia. Del mismo modo que, por la comunión de los santos, cada miembro de la Iglesia se beneficia de sus tesoros y de los méritos de los demás, también nuestros pecados, nuestra falta de santidad y nuestra tibieza dañan a toda la Iglesia. La crisis de la Iglesia es, en parte, culpa mía y en este tema siempre debemos partir de ahí, pidiendo perdón a Dios por nuestra propia culpa.
De todas formas y fuera de ese hecho dogmático fundamental, ni siquiera la propia culpa la conocemos del todo bien. Absuélveme de lo que se me oculta, dice el Salmista. El alma, por su propia naturaleza, es un misterio que supera nuestro limitado conocimiento y solo Dios la entiende de verdad. El día del Juicio nos llevaremos muchas sorpresas, tanto sobre nosotros mismos como sobre los demás y, en especial, sobre la justicia y misericordia infinitas e insondables de Dios.
Dicho todo esto, a veces se confunde la cuestión de la culpa con otra relacionada pero distinta: la cuestión de la responsabilidad. Si la culpa es algo interior, misterioso para nosotros y en gran parte subjetivo, la responsabilidad es algo exterior, claro y objetivo: quien recibe una misión tiene la responsabilidad de llevarla a cabo lo mejor que pueda. Es responsable de ella, es decir, debe responder de lo que ha hecho ante quien se la ha encargado y ante aquellos que se ven afectados por su cumplimiento o incumplimiento.
Esto se aplica a cualquier misión. Pero si se trata de una misión encomendada por Dios y destinada a la salvación eterna de las almas, la responsabilidad es incomparablemente mayor. Esta es precisamente, la responsabilidad de los obispos y el Papa. Sobre las culpas concretas por la crisis de la Iglesia, apenas podemos decir nada y ciertamente no podemos atribuirlas con certeza a ninguna persona en particular. En cambio, si estamos hablando de responsabilidad por la crisis de la Iglesia, la cosa cambia. Puesto que la Iglesia les está encomendada a los obispos y al Papa como pastores supremos, su responsabilidad es incomparablemente mayor que la de ningún otro. Y deben responder de ella. Sobre todo ante Dios, claro, pero también ante los fieles que tienen derecho a que sus obispos desempeñen adecuadamente esos deberes.
Tengamos en cuenta que la Iglesia, sobre todo en su parte Occidental, ha sufrido una crisis tremenda en el último medio siglo (una crisis que tiene raíces mucho más antiguas, pero que se ha acelerado en ese tiempo de forma asombrosa y aún más en la última década). Digámoslo de forma sencilla: la desbandada ha sido general. Los antiguos países cristianos se han descristianizado hasta extremos indecibles. Las apostasías se cuentan por cientos de millones. Esta descristianización, además, es muchísimo peor que lo que muestran las cifras teóricas, porque lo cierto es que la gran mayoría de los supuestos “católicos” no creen en la fe de la Iglesia ni en su moral ni su vida se diferencia en nada de la de los apóstatas o agnósticos. Los países antiguamente cristianos, tanto en sus habitantes como en sus leyes, tradiciones y costumbres, han dejado de serlo en todos esos aspectos. A lo que se suma que la crisis eclesial es, en gran medida, endógena: no se trata de una persecución terrible, como la que acabó con la Iglesia en el norte de África, sino de una corrupción interior que ha deformado o destruido la fe de los fieles.
Los responsables, por el ministerio que tienen, son ante todo los obispos, en el sentido de que deberán dar cuentas a Dios. En una curiosa transformación de la parábola, no solo no han incrementado los talentos recibidos, sino que ni siquiera pueden decir que al menos han conservado el talento enterrándolo, como hizo el siervo malo y holgazán. Dios les entregó el talento de millones de cristianos y los obispos del último medio siglo se presentarán a rendir cuentas con un número diez o veinte veces menor. Teniendo en cuenta la durísima reacción del Señor en la parábola, ¿qué les dirá a los que objetivamente lo han hecho mucho peor aún que el siervo malo? Es como mínimo para echarse a temblar.
Por supuesto, como decíamos antes, la culpa subjetiva que pueda haber no la conoce más que Dios, pero la responsabilidad es tremenda y debería producir una gran inquietud a los responsables. Sin embargo, esa inquietud brilla por su ausencia en las manifestaciones episcopales exteriores, que consisten más bien en la actitud constante de “aquí no pasa nada”, congratulaciones mutuas y sonrisas complacientes, una llamativa obsequiosidad ante las autoridades seculares frecuentemente anticristianas, la tolerancia del mal que se sigue extendiendo en la Iglesia y la adulación sistemática al superior incluso cuando dice barbaridades. Al verlo, uno está tentado de pensar que no creen en el Juicio. O que son unos inconscientes. O ambas cosas a la vez.
Tengo varios amigos sacerdotes que podrían ser buenos obispos y, a mi juicio, estarían muy por encima de la media de los actuales. Sin embargo, si les ofrecieran el nombramiento y me preguntaran mi opinión, les aconsejaría que se lo pensaran muchísimo antes de aceptarlo, porque temo que uno de los grupos que en la actualidad tienen mayor riesgo objetivo de condenación eterna sean los obispos.
A mi entender y a diferencia de tiempos anteriores, vivimos en una época en que los obispos casi solo tienen dos opciones: ser santos o condenarse. Pasó el tiempo en que era posible una mediocridad más o menos honrosa, en que bastaba no estropear mucho lo recibido para desempeñar aceptablemente la misión episcopal. En la grave situación actual de la Iglesia, esa mediocridad equivale a abandonar a los fieles a los lobos, del mismo modo que no es lo mismo que un médico calle o se dedique a hablar de ecologías y fraternidad universal cuando el paciente está sano que cuando está gravemente enfermo.
La responsabilidad episcopal es grande y, por diversas razones, parece tomarse muy a la ligera. Vivimos en una época muy blandita y los obispos, con honrosas excepciones, también tienden a ser así así, blanditos y acomodaticios. En fin, quizá en tiempos de tibieza la ignorancia tenga que hacer el papel de la caridad y cubrir la multitud de los pecados. En cualquier caso, a nosotros lo que nos toca es pedir perdón por nuestras propias culpas, confiar en Dios, rezar mucho por los obispos y cuidar a los buenos sacerdotes que, en unos años, serán los únicos que queden y, Deo volente, darán lugar a obispos según el corazón de Dios.
124 comentarios
Y no parece que la cosa esté en trámite de cambio.
Como, y aprovecho, tampoco decimos el Padrenuestro (la oración que) que Cristo nos enseñó, porque la última petición se ha trasformado, por arte de birlibirloque (siendo comedidos), en «líbranos de cualquier mal». Así que ese «cualquier» tergiversa el todo.
Tampoco parece que la cosa esté en trámite de cambio.
"En las misas oficiadas en la lengua vernácula de la Comunidad Valenciana (supongo que también en la de Cataluña) en el acto penitencial de la misa no decimos «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa» (traducido), porque se ha eliminado esa parte"
Sí. Lo mencionamos hace tiempo con respecto a Cataluña. Gracias a Dios, la versión latina sigue siendo correcta y podemos decir que la valenciana-catalana es, simplemente, un caso de mala traducción.
En cualquier caso, no desespere. En otras lenguas pasaba lo mismo y se cambió la traducción para hacerla más fiel al original latino. En Estados Unidos, por ejemplo, se cambió en 2011 la traducción de "he pecado por mi culpa" a "por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa". Es verdad que era otro pontificado, pero en cualquier caso muestra que las tonterías litúrgicas se pueden corregir.
Pienso sinceramente que el problema fundamental la Iglesia ya no está en los papas ni en los obispos. Hay algo preternatural que lo ha corrompido todo. No sé cuándo se originó o por qué, pero tengo la convicción de que lleva operando mucho tiempo. Y creo que ya no hay vuelta atrás.
El juicio contra los Papas, los obispos y los eclesiásticos será sin duda más riguroso que el que se nos hará a cada uno de los cristianos. Pero no nos hagamos la ilusión de que será mucho más duro. El de cada cristiano laico de nuestra generación será para echarnos a temblar. Porque somos -en brutal expresión de la Escritura- como "la cerda lavada que ha vuelto a revolcarse en el cieno".
"Si a cualquiera de nosotros nos arrojasen al abismo de las cataratas del Niágara, no se nos podrá reprochar nuestra impotencia para nadar contra corriente"
El problema es que, durante toda mi vida, en gran parte los obispos han nadado a favor de la corriente mundana. La deformación de la fe entre los católicos no ha caído del cielo. Si han sucumbido a la ideología relativista y agnóstica en buena parte es porque desde las propias parroquias se ha fomentado y se sigue fomentando esa ideología. Con la tolerancia, cuando no la entusiasta colaboración, de los obispos. Nuestra crisis tiene muchos factores externos, pero es fundamentalmente endógena. No es que el enemigo haya conseguido traspasar las murallas, sino que le hemos dado (y les seguimos dando) las llaves y le hemos invitado a entrar, a predicar desde los púlpitos, a enseñar en las universidades y los colegios católicos y a destruir las maravillosas órdenes religiosas. Con el latiguillo de "construir puentes y no muros" o "abrir las ventanas de la Iglesia" o "basta de profetas de desdichas" o de "los signos de los tiempos", llevamos décadas y décadas abandonando lo católico y sustituyéndolo por las ideas mundanas más casposas y superficiales que hemos podido encontrar.
"El juicio contra los Papas, los obispos y los eclesiásticos será sin duda más riguroso que el que se nos hará a cada uno de los cristianos"
Coincido en que será más duro porque han recibido más formación, etc., y que el de todos será duro, pero el artículo no habla de eso. Habla de que se les juzgará en particular por lo que han hecho con la Iglesia, que es una misión específica suya como pastores.
Por ejemplo, a mí se me juzgará en buena parte por cómo he educado a mis hijos, de forma añadida al juicio por mi propia conducta personal. A los obispos no se les va a juzgar por la educación de mis hijos, pero sí por lo que ha pasado con las Iglesias diocesanas que y la Iglesia entera que se les han encomendado. Su misión conlleva multitud de gracias especiales de Dios, pero también una responsabilidad grandísima. Que, por alguna razón, apenas parece preocuparles, porque, estando como está la Iglesia en cuidados intensivos, ellos se dedican a todo menos a su misión propia.
Sin duda, el Juicio será temible para todos, pero la situación particular de cada uno es diferente y difícilmente podemos hablar en general de eso. En cambio, la situación de la Iglesia es gravísima. Y es responsabilidad ante todo de los obispos.
Pero creo que sí hemos vivido y estamos viviendo una persecución. Pero no al uso. No como las conocidas. Lo comentaba otro bloguero de esta página. Persecución interna. Infiltrados que a su vez infiltraron a corruptores, o simplemente a desastres, e ideas, muchas ideas contrarias a nuestra Fe. Lo que no habían conseguido las persecuciones externas, comentó el mencionado sacerdote en su blog. En el poder también hubo un gran cambio al distanciarse de la Iglesia, y por momentos sí hay persecución (en España la II republica, ahora con leyes va más subrepticiamente,...).
La crisis fue de Fe, como se suele decir. Brutal. Por eso Dios necesitó reavivarla a lo heavy. Eso solo pasa con 'leones'. Dicha crisis se trasladó a todos los ámbitos. Yo viví esa crisis en mi familia. A mis padres no sé de dónde les vino. Con mis padres no iba a Misa, no rezaba, no veían nuestra salvación (de mi hermana y mía) y la suya propia como lo principal... Lo de la 'Salvación para todos' que no sé de dónde vino, también hizo mucho daño. Porque al dar el tema por sentado, y no hacer ni lo poquito que hemos de hacer, el Maligno se cuela. No existe la neutralidad. El Mal se cuela ante la ausencia de Dios en nuestras vidas.
Si y no. Sí en el caso de juzgarlo como réprobo por siempre, pues un arrepentimiento de último momento lo puede librar del infierno.
No para el resto de acciones. En los casos de cisma, herejía, apostasía, violación de verdades definitivas de doctrina católica y verdades seguras, así como en muchas otras cuestiones, hay que hacer un doble juicio: el objetivo, por el cual su conducta viola una verdad o norma; el subjetivo, por el que lo hacemos imputable, responsable y culpable de acuerdo con un juicio de fuero externo.
Jesús dijo que nuestro juicio debe de ser justo. Y si cualquier católico consagrado, del Papa a un diácono o teólogo, son objetivamente heresiarcas, subjetivamente son culpables, excomulgados, reducidos al mínimo exiguo, targets roja, rápido de patitas en la calle y a elegir a otro. Pues los consagrados tienen estudios teológicos y canónicos, y el Papa y los obispos tienen su teólogo y canonista oficial.
El heresiarca consagrado dice: sé el bien y el mal, la verdad y la mentira, quiero aceptar el mal y la mentira y las hago efectivas y eficaces con una norma coercitiva, omito disciplinar a los malos y mentirosos, mientras que condenó a los buenos y verdaderos. Pues no.
Gracias.
"Hoy en España se celebra la Fiesta de los Santos Cirilo y Metodio. Querría rezar Oficio de Lecturas pero cambia según si el santo celebrado es obispo o presbítero. El problema es que Cirilo no es obispo y Metodio sí"
En las simples memorias, como la de los Santos Cirilo y Metodio, no hace falta tomar el oficio de pastores, religiosos, etc., sino solo los textos propios del santo (la oración y la segunda lectura del Oficio de Lecturas en este caso, si no recuerdo mal). Lo demás se toma de la feria. De modo que no surge el problema que usted indica.
De todas formas, tenga en cuenta que todos los días se celebran varios santos y no pasa nada.
Matar almas por escándalo (empujar a pecar) es delito y conocemos muy bien el nombre de los delincuentes e incluso il Capo di tutti capi. No hay nada ni a nadie que juzgar como dice usted sino que ya lo dice claramente en el Evangelio el único Juez.
Confirmar al adúltero en su adulterio y empujándolo al sacrilegio es delito. Y quien lo hace es delincuente. Punto.
De acuerdo con lo de la culpa, solo Dios sabe la "responsabilidad" de cada uno, los demás conocemos la materia, pero no el discernimiento ni el consentimiento de la persona.
En el tema de las responsabilidades me parece que también hay otras circunstancias que limitan esas responsabilidades.
Mcarrick fué proclamado cardenal en el 2001 por San Juan Pablo II, ¿ como pudo ser eso ? cuando desde 1994 se habian hecho informes sobre sus actividades sexuales con seminaristas.
Seguro que esos informes no llegaron a JPII.
De la misma manera un obispo puede tener personal que le engañe, o que manipule la verdad para que vea lo contrario. También puede ser una persona de caracter debil, o ser una persona que tiene problemas sicologicos y no sirve para el cargo, sin embargo no darse él cuenta.
Creo que ni siquiera se puede juzgar la responsabilidad de una persona por el mal ejercicio de sus responsabilidades.
Solo se pueden juzgar los hechos, lo que es verdad y lo que no lo es, porque nos lo ha sido revelado. El resto lo tiene que juzgar Dios.
La Virgen en Fátima le dijo a Lucia que una amiga suya de 14 años iba a estar en el purgatorio hasta el fin del mundo. Lo que haya podido hacer una niña de pueblo para estar en el purgatorio tanto tiempo, solo lo sabe Dios, pero podemos discernir, que a lo mejor Dios le pidió muy poco pero lo poco que le pidió, lo hizo mal.
Habria que tener la cabeza de Dios para tener todos los datos, y asi todo no podriamos encontrar toda la verdad ni la proporción de responsabilidad de las personas, sencillamente porque no nos da.
Y muchos Pastores tampoco.
“…la responsabilidad es tremenda y debería producir una gran inquietud a los responsables…”
No hay inquietud, porque se han mentalizado con las ideas de que no hay infierno y de que en la Comunión de los Santos entran absolutamente todos.
“a nosotros lo que nos toca es pedir perdón por nuestras propias culpas, confiar en Dios, rezar mucho por los obispos y cuidar a los buenos sacerdotes…”
Y también denunciar en alta voz todo lo que está mal (como hicieron los Profetas y como hace Infocatólica).
En un barco en responsable es el capitán, punto. No hay otro. A él se le juzga y con él se habla si algo ha pasado. ¿Porqué? Porque para algo tiene autoridad. Si un marino se volvió loco y hundió el barco el capitán culpable no es. Pero si fue responsable o no habrá que ver la secuencia de los hechos.
Con la jerarquía eclesial pasa igual. Son responsables. Pero... El responsable puede pasar a ser también culpable por omisión (dejando que otros hagan). Y eso hay cantidad de casos.
Y siendo sincero, por acción también se dan casos. Que uno oye declaraciones "alucinogenas".
Así que claro que la jerarquía, en mi opinión, tiene que ver, y mucho.
Al Obispo se le juzgará quizás en un grado mayor, pero Dios también conoce que somos pecadores, finitos, limitados. Y además existe el influjo del maligno en el mundo que no podemos olvidar.
Aparte existen otros factores que van más allá.
El mismo Jesús experimento la dureza de corazón de las personas en su tierra.
También tenemos la dureza de corazón reflejada en la parábola del pobre Lázaro y el rico epulón.
A veces es difícil hasta por no terminar de perder la fe uno mismo. Porque una cosa es lo que dice la teología, la revelación. Es muy bonito saber que existe un Dios que te ha creado por amor, que es Providente que quiere que seas feliz... que Dios está presente en la Eucaristía. Pero luego vas todos los días a misa, rezas y te das cuenta que la vida es muy difícil. Y las cosas no mejoran. No tienes un trabajo, algo que te motive. Lo raro es que uno no pierda la fe...
Que Dios nos bendiga.
"En una curiosa transformación de la parábola de los talentos, no solo no han incrementado los talentos recibidos, sino que ni siquiera pueden decir que al menos han conservado el talento enterrándolo, ( o destruyéndolo)"
Yo creo que tan sólo se habla de la romana, solamente de 1/24 o sea, y contando a las otras 23 Iglesias Católicas, Apostólicas, más la romana?
Parece que en el Vaticano luego del Concilio Vat II no hace caso de lo que aprobó en los Documentos de La Iglesia, "que todas las 24 Iglesias, (no sólo la romana), en pie de igualdad se llamaban y conformaban La Iglesia Católica, Apostólica, Universal", pues forman la Única -Santa Católica y Apostólica Iglesia . UN SOLO Bautismo, y Fe en Jesucristo muerto-resucitado quien la fundó con los Apóstoles, siendo el 1° en la Caridad la romana, con Pedro. ¿Y los demás Apóstoles a quienes mandó a Evangelizar, Enseñar y Bautizar? ... Las 24 en Ecuménica Unidad... Son Las Iglesias por las cuales Oró el Señor antes de su Pasión... y NO el ECUMENISMO con otros dioses, o con los que niegan La Verdad y se separan, como los Protestantes, ni Pachamama, ni Buda, ni Islám, ni Alá, etc...
Por favor, en Google, a un clic. nos RECUERDAN LA VERDAD.
Estudiemos Los Documentos del Vat II. No dice que DIOS es el de todas las religiones... ni las cosas que quieren hacernos creer hoy desde el Vértice de La iglesia romana. ¡Qué pena! ... ajena !!! a La Verdad!
Pero sí son TODA LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA, UNIVERSAL, ( o sea la Unidad de las 24) UNA ESPERANZA , BASADA EN LA ORACIÓN POR LA UNIDAD, si han conservado "los Talentos"... que ha destruído últimamente La Iglesia romana. Eso creo y entiendo. Además por ese Fiel Ecumenismo,Oro y seguiremos orando!
En cambio si se trata de un sacerdote, y más aún de un obispo, la cosa se enjuicia de distinto modo porque la jerarquía ostenta una representatividad que los laicos no tenemos y, por lo tanto, su responsabilidad es mayor. Puede que el pecado o el acto heroico sea igual, pero no tiene el mismo eco.
Eso en la Edad Media estaba muy claro, ahora, por efecto de la igualdad, la responsabilidad se diluye. No se espera lo mismo de alguien a quién te diriges como D. Camilo o Señor Cura que de otro al que llamas simplemente Camilo. Todo va en consonancia.
Entiendo que al pecar tenemos culpa y pena. Que el sacramento perdona la culpa y la indulgencia se encarga de la pena. Mi pregunta es ¿qué es la culpa?
Si Biden fuera un católico ejemplar en su cargo de presidente de los EE.UU sería un católico mejor que yo porque al asumir más riesgos y más responsabilidades le fueron entregados más talentos y los negoció bien.
El caso del Beato Vilmos Apor es paradigmático en esta cuestión, asumió tantas responsabilidades que excedían con mucho a las de su función como obispo, ya que en un momento dado fue la única autoridad de su ciudad, y dio la vida por ello. En este caso la responsabilidad fue algo admirable porque su función de obispo no le exigía tanto. Por algo los húngaros le consideran héroe nacional. El máximo de responsabilidades para una sola persona con autoritas magníficamente bien resueltas por ella, hasta el punto que los sacerdotes de su diócesis, ante la llegada de los rusos, no se exilaron porque con un obispo de esa clase uno se ve comprometido a cumplir su última voluntad y su última voluntad fue que, pasara lo que pasara, no abandonaran a sus feligreses.
La responsabilidad individual y la pública son distintas. Por eso el pecado, aunque sea personal, tiene repercusiones y mucho me temo que esas repercusiones las veremos en el Purgatorio. El pecado que daña solo a la persona que lo comete no existe, siempre se proyecta sobre otros: el que nos admiraba por lo liberales que parecíamos, el que oyó una palabra de nuestros labios que hizo tambalear su fe, el perjudicado por las mentiras, etc...y eso es precisamente lo que nosotros nos vemos, podemos darnos cuenta del pecado pero no sabemos cuántos círculos hará la piedra. Yo, cuando pienso en la Almas del Purgatorio, siempre creo que esas llamas que aparecen en los cuadros son las visiones que tienen de la repercusión de sus pecados en los demás, las cuales en vida no percibieron.
de su amo, no se preparó, ni obró conforme
a la voluntad de éste, recibirá muchos
azotes. "En cambio aquel que, no habiéndole
conocido, haya hecho cosas dignas de azotes,
recibirá pocos. A todo aquel a quien se haya
dado mucho, mucho le será demandado; y
más aún le exigirán a aquel a quien se le haya
confiado mucho." Straubinger: Es de notar cómo este pasaje, que muestra la tremenda
responsabilidad de los que tienen cura de
almas.
"Straubinger: Es de notar cómo este pasaje, que muestra la tremenda responsabilidad de los que tienen cura de almas"
¡Grande Straubinger!
"Entiendo que al pecar tenemos culpa y pena. Que el sacramento perdona la culpa y la indulgencia se encarga de la pena. Mi pregunta es ¿qué es la culpa?"
Según explica Santo Tomás, la culpa es el mal de la acción y la pena el del agente. Es decir, la culpa es el mal que hacemos, el pecado en sí mismo en cuanto acto voluntario que requiere un castigo en justicia. La pena es el daño que sufre el alma por pecar; el retorcimiento o la deformación del alma, podríamos decir.
La culpa solo puede ser perdonada por Dios.
La pena puede ser temporal y eterna. La eterna, que es la separación de Dios, solo puede ser eliminada por Dios. La temporal se cura ante todo con la penitencia, la oración y la caridad (y las indulgencias, con las que la Iglesia, a través de la comunión de los santos, nos aplica los beneficios de la satisfacción realizada por Cristo y los santos).
"pero... ¿Puede haber responsabilidad sin culpa?"
Sí. Por ejemplo, un sacerdote que esté sinceramente convencido (por una mala formación o por lo que sea) de que lo que Dios quiere es que diga herejías en el púlpito. Cuando diga esas herejías, no será culpable, porque creía estar haciendo el bien; pero será responsable, tendrá que dar cuentas al obispo y ese obispo, si es bueno, le recordará lo que enseña la Iglesia y, si no quiere aceptarlo, le echará, por esa responsabilidad que tiene como sacerdote.
"intuitivamente creo que no"
Eso es porque habitualmente van unidas, que es lo que captura la intuición (como cuando uno camina por un mal barrio por la noche, la intuición le dice que eso es muy peligroso, aunque es posible que precisamente esa noche o en esa calle, por lo que sea, de hecho no haya ningún peligro). En cambio, para considerar la cuestión en abstracto y de forma general, no podemos utilizar la intuición, sino la razón, que nos dice que a) puede haber casos en que no haya culpa aunque haya responsabilidad objetiva y b) no sabemos en concreto cuándo se producen esos casos porque nos falta información, a saber, la que hay en el interior de las personas.
Todo esto, por supuesto, no quiere decir que no tengan culpa los obispos por el caos actual de la Iglesia. Lo más probable es que sí. Lo casi seguro es que sí. Pero no sabemos quiénes en concreto ni cuánto en concreto ni si el obispo en que estamos pensando precisamente no tiene culpa por tener la razón destrozada por el modernismo y no darse cuenta de nada o porque perdió la fe hace muchos años y la sustituyó sin darse cuenta por lo que dice la televisión o porque abusaron de él y lo ve todo bajo ese prisma o porque le enseñaron desde pequeñito que ser católico consistía en alabar mucho al Papa y decir que todo está bien en la Iglesia o por alguna otra razón de las muchísimas que puede haber.
Pero en cualquier caso, eso les importa sobre todo a ellos y a Dios.
"Y muchos Pastores tampoco"
Así es, por desgracia. Basta ver, por ejemplo, a los obispos alemanes. Pero otros muchos creen las mismas cosas sin decirlas tan alto, como mostraron los Sínodos sobre la Familia.
"No hay inquietud, porque se han mentalizado con las ideas de que no hay infierno y de que en la Comunión de los Santos entran absolutamente todos"
Entre otras cosas. Lo peor que tiene el modernismo es que destruye la capacidad de razonar, porque en su base está la negación del principio de no contradicción. Por eso el modernista puede creer una cosa y la contraria, sin que eso le parezca extraño en absoluto.
"Y también denunciar en alta voz todo lo que está mal (como hicieron los Profetas y como hace Infocatólica)."
Creí que eso quedaba claro, porque era lo que estaba haciendo en el artículo, pero bienvenida sea la aclaración.
"A no ser, claro, que el Día del Juicio Dios tenga en cuenta solamente el pecado y no el cargo que se ostentó haciéndonos a todos igualmente responsables"
Es que, como señalaba Juan Nadie y se dice en el artículo, culpa y responsabilidad no son iguales, pero están muy relacionadas. Sin algún tipo de responsabilidad no puede haber culpa, pero puede haber responsabilidad y no haber culpa subjetiva.
La importancia de la distinción es que nosotros básicamente podemos juzgar sobre la responsabilidad, pero no tenemos información suficiente para conocer la culpa subjetiva. Por ejemplo, si un obispo dice las cosas que están diciendo los obispos alemanes, sabemos que su responsabilidad objetiva de obispo es enorme al hacer esas cosas y que debería ser echado de su cargo inmediatamente, como dice el derecho canónico. En cambio, no sabemos qué grado de culpa tiene, ni lo sabremos hasta el día del Juicio, porque no conocemos los atenuantes y agravantes interiores. Eso impide que juzguemos en el sentido de ponernos por encima de ellos (porque no sabemos si realmente lo estamos), pero nos permite juzgar objetivamente que sus acciones son impropias de un obispo y que probablemente convendría ponerlos de patitas en la calle o mandarlos a un convento a pan y agua.
"A veces es difícil hasta por no terminar de perder la fe uno mismo. Porque una cosa es lo que dice la teología, la revelación. Es muy bonito saber que existe un Dios que te ha creado por amor, que es Providente que quiere que seas feliz... que Dios está presente en la Eucaristía. Pero luego vas todos los días a misa, rezas y te das cuenta que la vida es muy difícil. Y las cosas no mejoran. No tienes un trabajo, algo que te motive. Lo raro es que uno no pierda la fe..."
Es cierto, pero por ello San Pablo le llama "el Combate de la Fe", no perdamos la paz, la fidelidad, la paciencia y la conciencia de que todo esto es pasajero, El Señor nos espera al final del camino. Él mismo es el Camino y el Destino. La historia entera está en sus manos. Un día a la vez...
"He dado el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe; sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida." 2 Timoteo, 4,7-8
- Corregir a Cristo en la previa consideración de "El pan nuestro de cada día", por el "Danos hoy nuestro pan..."
- Supresión de los comulgatorios, e imposición de la comunión en la mano, cuando en Memoriale Domini, se concedía como "indulto" para las diócesis en que se hubiera "copiado" esa novedad, y en las diócesis españolas, a nadie se le ocurría comulgar en la mano.
- Desbandada de vocaciones consagradas.
- Desbandada de seminaristas y novicios.
- etc. etc.
¿Pudieron haber caído los obispos de esas fechas en ejercer el episcopado pastoral sobre su Iglesia Particular y sus fieles, a la "luz" de un "consenso colegial", sustitutiva de la Comunión Eclesial?
Aún le diré más, Juan: hay en derecho una responsabilidad objetiva, que es aquella que se exige aunque hubiéramos hecho lo debido y aun así, por causa fortuita se produce un desastre, como en el caso en los que los papas o los obispos piden perdón por eso o lo otro, que sienten un mal objetivo por el que tienen que responder en nombre de la Iglesia.
Tal como plantea Bruno el asunto, tiene explicación la salida de muchos cristianos de querer ver teorías de la conspiración y no corrupción, como hace él, en la situación de la Iglesia. Simplemente se trata de cambiar el punto de fuga: en realidad la situación sí que es producto de una persecución, de una oposición, pero que no se ve, que se infiltra, cuyo resultado es la aparente corrupción propia, un modo de acallar la verdad del asunto y su gravedad.
Es un tema apasionante y que daría para hablar mucho.
Esa sensación de que los obispos no hacen lo que tienen que hacer y si hacen lo que no debieran, y a pesar de eso se les ve contentos, desconcierta bastante, es una prueba que hay que ofrecer.
Vemos el mal desde fuera, y nos parece imposible que de ahi pueda salir algun bien.
Santa J. Bakhita, esclava africana, tratada como un objeto durante parte de su vida, daba gracias a Dios por haber sido esclavizada, porque si no fuera por eso, dice que nunca habria llegado a Europa y no hubiera podido conocer a Cristo. También ella cuenta que no entendia el mal que le rodeaba durante su vida de esclava.
A pesar de su situación Dios le protegió de traumas, y de odios.
¿ Tiene por eso menos responsabilidad el que la esclavizó ?
No lo creo, simplemente que Dios actua aunque solo a veces nos lo muestra, impidiendo muchas consecuencias de males.
"Muchos son los llamados y pocos los escogidos"
El que las iglesias se hayan vaciado, no solo depende de la acción de los obispos y sacerdotes, tambien la pedrastia sacada a la luz ha hecho mucho daño, sino de una sociedad que nos rodea que nos empuja claramente hacia el pecado y su abolición. Ya no necesitamos que Dios nos perdone porque somos nosotros los que ponemos las leyes, en las cuales Dios tiene que estar de acuerdo, en el caso de que exista.
"Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas...." Efesios 6,10
Y no es poca lucha, que el Señor nos ilumine para que caminemos no en pos de los hombres, sino por su camino, con su verdad y su vida, dentro de la Iglesia.
La autoritas, o capacidad de dirigir a otros, es natural, unos la tienen y otros no, pero no siempre el que la tiene ostenta un cargo, puede ser una persona del común que nunca la va a demostrar a no ser que algún suceso excepcional se lo permita.
Ahora bien, si el cargo, en sí mismo, inviste a la persona de autoridad, ésta no puede escaquearse de su deber. El deber y la responsabilidad tienen más en común que la culpa.
Saludos cordiales.
"Y no por lo que dice Bruno: mal ejemplo, amigo. El ejemplo que le pone a Juan, en derecho, es una comisión estrictamente culposa"
Es que no yo no estaba hablando esa culpa jurídica. Perdón por no haberlo dejado claro. La culpa de la que hablamos no la estudia el derecho, sino la teología moral. Las reglas no son las mismas. En derecho, por ejemplo, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento; en teología moral en principio sí.
En cualquier caso, no estaba mostrando que el cura que dice herejías esté limpio de culpa por ello (de hecho la presunción es la contraria), sino solo que puede estarlo y que nosotros no sabemos si lo está. Ciertamente es muy posible que no sea culpable por el hecho en concreto pero sí por la negligencia de no formarse como debería, por ejemplo (por eso he dicho antes lo de "en principio sí"). Pero de nuevo esa negligencia puede no ser negligencia culpable si él cree que está formado porque confunde la formación con la deformación que le dieron en el seminario x o por cualquier otra razón. Y así podemos seguir con multitud de otros posibles eslabones de esa "cadena de culpas" relacionadas (como el mal ejemplo, la omisión, la soberbia, etc.). Es muy posible que existan esas culpas, pero en un caso concreto no sabemos si están atenuadas o incluso no existen. Y, además, y esto es lo más importante, no nos importa: es algo que le atañe sobre todo al interesado y a Dios. Es una tentación pretender meterse como jueces en ese tema, que le corresponde a Dios, como dijo el Señor.
Lo que nos interesa a nosotros es lo que he llamado responsabilidad (y que podría llamarse también de otras maneras, por ejemplo, culpa jurídica, aunque esa terminología confundiría la cuestión en vez de aclararla, para cualquiera que no sea abogado). La responsabilidad es cuestión de fuero externo. Si un sacerdote es párroco, es responsable de la vida de esa parroquia. Y si desempeña mal ese deber, ojalá tenga muchos atenuantes o Dios le perdone por ello, pero en el fuero externo la autoridad tiene la obligación de corregirle o retirarle del cargo. Es una obligación de la autoridad para con los fieles, que tienen derecho a que el sacerdote cumpla esa responsabilidad pastoral como debe. Y los fieles pueden exigirlo, a pesar de que no conocen el fuero interno del sacerdote, ni falta que les hace.
"Muchos han optado por salir de la Iglesia o dejar las iglesias precisamente por esa culpa, por esa falta de oficio"
Esos muchos han caído, precisamente, en la tentación del demonio de ponerse a dar vueltas a las culpas de los demás. Aunque sea muy comprensible (y haga que justamente nos indignemos contra los que no cumplieron su misión y ocasionaron todo), no deja de ser una tentación en la que han caído y que los ha llevado a lo que quería el demonio: abandonar la única arca de salvación que se nos ha dado a los hombres. Lo que nos importa es la propia culpa y que Cristo ha tomado esa culpa sobre sus hombros. Eso es lo que nos salva.
"Los santos saben mucho de sentirse responsables sin ser responsables más que de bienes"
Yo diría que no. Es una concepción muy extendida, pero creo que incorrecta. La humildad es siempre la verdad. Eso sería una falsa humildad. Los santos no se sienten pecadores sin serlo, sino que ven la verdadera gravedad infinita de pecados y faltas que, a otros más tibios, les parecen insignificantes. No son los que ven mal, sino los que ven mejor que los demás porque tienen los ojos limpios por la gracia.
"de hecho, no fueron los laicos, en el post-Concilio, los que alborotaron a los sacerdotes, sino exactamente al revés"
A mí eso es algo que me parece evidente, pero veo que no lo es para todo el mundo. Habría que escribir un libro sobre ello o algo así.
No es el comentario correcto a esto: " Los santos saben mucho de sentirse responsables sin ser responsables más que de bienes".
El asumir una responsabilidad no tiene nada que ver con la no- humildad porque si no aviados estamos. Scintilla hablaba de la responsabilidad y vas y le contestas que "los santos no se sienten pecadores sin serlo", cosa que es algo así como "¿de dónde vienes? Manzanas traigo".
La asunción de una responsabilidad tiene que ver con placet que el sujeto da a la Gracia no con la Gracia misma que, se puede aceptar o no. Podríamos decir que la Santísima Virgen María, a través de su "Hágase en mi según tu Palabra" aceptó la responsabilidad, grandísima, de ser la Madre de Dios sin que eso afectara para nada a su manifiesta humildad. Y lo mismo podríamos decir de San José.
¿O no conllevó su aceptación al Plan de Dios responsabilidad alguna?
En la oración al Espíritu Santo decimos:
Por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
¿Y qué es el esfuerzo sino la responsabilidad?
¿Qué pasa con los europeos, católicos o no, eclesiásticos o fieles, lideres políticos o intelectuales de cualquier nivel, que callan, miran para otro lado, silencian, eluden, el incendio de la guerra que los amenaza?
¿Porqué no denuncian, es que no lo advierten, la traición anglo-americana que busca provocar una guerra ruso-europea, so pretexto de Ucrania, a fin de que se arrasen mutuamente ambos bloques de la cristiandad greco-romana, y los traidores queden dueños absolutos para imponer la tiranía demoníaca del NOM?
Oremos para que los europeos despierten a tiempo, e impidan que la OTAN los conduzca a su autodestrucción junto con Rusia.
Hay signos de que Putin ha comprendido la jugada, y lo habría comunicado a los gobiernos de Alemania y Francia.
Hay también señales de que los miembros de la OTAN comienzan a despertar ante el engaño montado por E.U. e Inglaterra, que provocan a Rusia con sus armas en Ucrania y luego la acusan de invasión.
Es de sentido común que Rusia no tiene el menor interés en separarse de Europa, ni que a ésta le convenga.
Pero hay algo más grave: Putin ha advertido a E.U. y a Inglaterra que si insisten en provocar una guerra ruso-europea deberán enfrentarse a la catástrofe nuclear total en el hemisferio norte, porque Rusia no aceptará jamás la hegemonía norteamericana del NOM.
Debemos orar por el triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, porque es de pensar que tal triunfo dispuesto por Dios no lo será sobre una humanidad aniquilada o desquiciada.
Sí presupone la derrota absoluta del mundo moderno, de la masonería, y por lo tanto la caída de la moderna Babilonia.
Luego de lo cual cabe esperar el cumplimiento de las esperanzas proféticas de tres grandes Papas: la restauración de la armonía primitiva (Pío XII), la Civilización del Amor (S. Pablo VI) y Cruzar el umbral de la Esperanza (S. J. P. II).
Los "nuevos tiempos iniciados por María" con su Aurora que irradia la Luz de la Gloria de Cristo sobre la Iglesia, la humanidad toda y el universo, preparan esta profunda transformación del mundo.
La Virgen cumple su Misión de conducir la humanidad a la conversión total, para conformar la gran familia de los hijos de Dios, recogiendo en ella cuanto haya de verdadero, bueno y bello en los pueblos, naciones y culturas, patrimonio constituido por la humanidad desde los tiempos de su caída original. El trigo bueno será llevado y transfigurado en los graneros del Señor, y la cizaña arrojada al fuego inextinguible.
Europa debe contribuir a la Misión de nuestra Madre y Reina, debe impedir la guerra con su hermana Rusia, y despojar a los traidores de su máscara demoníaca.
Dices al principio de tu escrito:
" me reprochaba un lector que culpara “a la jerarquía, al Papa y a los obispos” de la situación actual de la Iglesia. Nunca se me habría ocurrido hacer algo así, pero, en efecto, si lo hubiera hecho..."
Y al final de tu escrito escribes"
"temo que uno de los grupos que en la actualidad tienen mayor riesgo objetivo de condenación eterna sean los obispos."
No te extrañará si te digo que esto resulta sorprendente, pizca contradictorio y miejita atrevido.
Es verdad que que a lo largo de tu inteligente y elaborado escrito haces un encaje de bolillos, uniendo unas puntadas con otras y dicho encaje termina pareciendo un encante
Alguna de esas puntadas:
"Quien recibe una misión tiene la responsabilidad de llevarla a cabo lo mejor que pueda"
"Debe responder de lo que ha hecho ante quien se lo ha mandado"
"Pero se trata de una misión encomendada por Dios..."
Si reconocemos que es Dios infinitamente sabio, poderoso y bueno, quien ha mandado una misión concreta a una persona en concreto. ¿No deberíamos tener más respeto y aceptación de esa encomienda? Dices, lo mejor que pueda, y nosotros no conocemos sus fuerzas. Respondamos de las nuestras y no es poco.
Si debe responder ante quien se lo encomendó ¿No deberíamos ser más prudente de juzgar nosotros?
"La Iglesia ha sufrido en el último siglo una crisis tremenda"
"y los obispos, con honrosas excepciones, también tienden a ser así así, blanditos y acomodaticios."
"la gran mayoría de los supuestos católicos no creen en la fe de la Iglesia.."
Visto así por estas dos puntadas la responsabilidad o el fallo es de todos. Y no debemos olvidar lo que dices que se responde ante Dios.
Los obispos nos animarán, nos ayudarán y nosotros a ellos, pero con caridad y sin queja ante los demás, que puedan interpretar como falta de afecto o respeto.
No critico ni me parece mal lo que dices, pero debemos ser cuidadosos y prudentes en estos momentos en que parece que el Maligno ha movido a los suyos para atacar a la Igledia atacando al Vicario de Cristo. Lo digo por lo que dices de la condenación de los obispos. Atrevidillo y algo de meterse en camisas más grandes de lo que corresponde.
Las crisis son frecuentes en la Iglesia y los abandonos también.
La primera empezó en Galilea. No, no se produjo porque Jesús curarse enfermos o alimentarse a la multitud.
Se produjo cuando Jesús se ofreció a si mismo y dijo que El era el alimento.
Así eran y somos los hombres acudimos cuando nos dan lo que queremos.
Y nos vamos cuando nos dan lo que es mucho mejor y nos cuesta creerlo y nos parece que lo importante es lo otro.
Ahora estamos en unos tiempos en que la Iglesia desde hace siglos, al menos desde la Ilustración, ha ido perdiendo poder material fe forma progresiva y esto ha producido una criba. Ha venido el viento, se ha movido el bieldo y lo que era paja aunque parecía grano, pues se ha ido. No es cuestión de echarnos la culpa unos a otris.
Cuando la crisis de Galilea no echo la culpa Jesús a los discípulos, ni estos a Jesus. Podían haberle dicho es que no era el momento, es que tenías que haber tenido más tacto.
Sólo Jesús dijo una cosa: Y vosotros, no os vais?
Pregunta de actualidad pues lo malo es quedarse para incordiar, para criticar, para destruir, para dividir.
La pregunta que hace Juan Nadie, yo también me la hago, y tu contestación me parece muy académica. Otra cosa es si muy vivencial
Sinceramente, Gracias.
Tus escritos hacen pensar y estas reflexiones son sólo eso, te ruego lo comprendas.
Para mí la falta de responsabilidad está muy ligada al pecado de omisión, o si no ¿en qué consiste este pecado?
"El responsable puede pasar a ser también culpable por omisión (dejando que otros hagan). Y eso hay cantidad de casos. Y siendo sincero, por acción también se dan"
Sin duda habrá culpas. Sería un milagro más grande que el paso del Mar Rojo que, en medio de esta infinidad de barbaridades objetivas, no haya culpa subjetiva alguna.
El punto que quería dejar claro con el artículo a ese respecto es que no conocemos bien en concreto esas culpas y que, en realidad, no nos importan, porque nos basta con la responsabilidad objetiva. Si el señor obispo de Sankt Gallen dice que se imagina mujeres sacerdotes, es objetiva y externamente responsable de esas declaraciones contrarias a la fe de la Iglesia y debe ser expulsado o corregido públicamente. Para eso, nos da igual que sea culpabilísimo y lo haya dicho con malicia y conocimiento o que su ignorancia sea tan grande como el Everest y no sepa lo que dice. La responsabilidad externa como obispo de la Iglesia basta para que haya que denunciar sus palabras y que la autoridad competente deba corregirle y, si no hay retractación, expulsarle (como, por otro lado, dice expresamente el derecho canónico).
¿Qué tal va el asunto aquel de salud que mencionó? Rezamos.
"Me parece que lo tenemos crudo. Y cada vez más"
Así es, no hay que edulcorar la realidad. Pero también tenemos a Cristo de nuestra parte. Y a nuestra Señora. Y a los ángeles y los santos. Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Dios?
"¿Pudieron haber caído los obispos de esas fechas en ejercer el episcopado pastoral sobre su Iglesia Particular y sus fieles, a la "luz" de un "consenso colegial", sustitutiva de la Comunión Eclesial?"
El "consenso" sustitutivo de la auténtica comunión eclesial es lo que la Iglesia siempre ha llamado el Mundo, uno de los enemigos del alma. Y la historia muestra que los obispos, lejos de ser inmunes a sus atractivos, tienen un riesgo especial en ese ámbito por lo prominente de su ministerio.
Cuando la Iglesia libraba esas batallas, las de exigir el derecho, sus obispos solían ser doctores en derecho canónico, hoy algo menospreciado. Y no faltaron papas canonistas (Inocencio IV).
Creo que no has entendido lo que decía de los santos porque confundes el sentirse responsable y el ser responsable, el aspecto moral supererogatorio y el jurídico ligado al deber. El peso del mal, el sentido vivo del pecado original es característico de los santos. No hay más que ver la de veces que se confesaba san Ignacio, san Felipe Neri, las cuentas de conciencia de santa Teresa o san Juan de la Cruz. Eso es andar en verdad.
África: el responsable no es ni bueno ni malo, simplemente ocupa su lugar, es el que tiene un área a cargo (jurídica o moral, de ahí lo que dice usted sobre el pecado de omisión, muy bien dicho). Mientras que el que se siente responsable, entendiendo la responsabilidad como virtud (enlazada con la culpa moral y no jurídica), la virtud débil que han llamado algunos filósofos, se supone que, por así decirlo, rodea el ámbito de la responsabilidad propia, jurídica, con un ámbito de defensa, supererogatoria, el cual sí puede engañar o puede utilizar ese sentimiento de responsabilidad, ligándolo a la culpa, y echar balones fuera y confesar un sentimiento por algo absurdo (el sermón del diezmo de comino farisaico) mientras calla por otras cosas de las que es jurídicamente responsable, pero no se siente culpable por cómo ejerce esa responsabilidad. Que es la situación actual.
Por cierto, doña África, muy aguda su observación sobre la relación entre sentirse responsable y gracia. Resumiendo: no hay virtud de responsabilidad (que no es la responsabilidad jurídica a secas, va siempre más allá) sin gracia. Y es que está muy ligada a la virtud de la prudencia; sería, si me apura, la versión de cara al público de la prudencia, su racionalización. Todo "sentirse responsable" sin gracia es un engañabobos, un fariseísmo, como sugería también Bruno, una táctica electoral, de cara a la galería. Muy propia de estos tiempos sentimentaloides.
Dices:
"Si el señor obispo de Sankt Gallen dice que se imagina mujeres sacerdotes, es objetiva y externamente responsable de esas declaraciones contrarias a la fe de la Iglesia y debe ser expulsado o corregido públicamente,"
En todo caso debería ser corregido por quien tiene esa misión, en el sitio y momento adecuado, para cumplir el obgetivos con el mínimo daño y escándalo.
Un cirujano si tiene que cortar pues corta, pero con sumo cuidado y delicadeza.
No debe cortar cualquiera.
Hombre, dices sacar una espinilla, pues sí, pero una operación importante, no cualquiera.
También estoy de acuerdo que si la responsabilidad no es una virtud es porque está implícita en la Virtud de la Prudencia, que es primus inter pares dentro de las virtudes morales.
Ahora bien, el intento de hacer responsables a lo que no lo son de males varios, cosa que vemos a diario tanto en el mundo como en la Iglesia, es muy típico de estos tiempos que corremos dónde todos tenemos que hacernos responsables de todo para que nadie se haga responsable de nada, pero todos arrastremos la culpa de esa supuesta responsabilidad incumplida. La culpa y el consiguiente arrepentimiento solo debe sentirse cuando se falta a la Ley de Dios porque la Gracia solo viene de Él, lo demás son pamplinas propias de la astucia de los gobiernos y de la propia Iglesia cuando adopta las posturas del Mundo.
Hay un "sentirse responsable" propio de los santos y un "sentirse responsable" propio de los tontos, saber discernir entre ambas posturas es cosa de la virtud antes mencionada.
La Virtud de la Prudencia ve la realidad y te la enseña en un espejo (que es su símbolo) para que recapacites y des una respuesta, si lo que te está enseñando es el incumplimiento de los Mandamiento deberás dar una respuesta responsable, pero si te enseña una situación general que no puedes solucionar porque no entra dentro de tu competencia no responderás, o lo harás en la parte alicuota que te corresponda sin ninguna sensación de culpa porque eso en psicología se llama masoquismo o síndrome de Estocolmo y en teología son escrúpulos.
Ese sentirse responsable espurio esconde nuestra responsabilidad ante Dios y ante el prójimo haciendo que el Camino se convierta en multitud de senderos tortuosos.
"En todo caso debería ser corregido por quien tiene esa misión"
Así es. ¿Y quién es el que tiene esa misión? Escuchemos a Santo Tomás: “en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos” (S. Th., II-II, 33, 4). Es decir, que es misión de todo bautizado. ¿Y cuál
"en el sitio y momento adecuado, para cumplir el obgetivos con el mínimo daño y escándalo"
Así es. ¿Y cuáles es el momento adecuado para minimizar el daño y el escándalo? El momento presente. Porque el escándalo no lo da el que corrige esa barbaridad, sino el que dice públicamente esa barbaridad. Es decir, el escándalo ya existe. Y cada día que pasa sin que se corrija es un escándalo que continúa, porque con el poder de la Iglesia ese obispo está enseñando lo contrario de lo que enseña la Iglesia. Y cada día que continúa el escándalo, continúa el daño a los fieles, que pueden verse (y en muchos casos de hecho se ven) debilitados y confundidos en la fe y a los paganos, que piensan que la Iglesia estuvo siempre equivocada.
Eso es lo que ha enseñado siempre la Iglesia sobre estos temas.
La persona con responsabilidad que falla en su cometido es culpable por acción u omisión. Pero culpable es. Habrá que ver las atenuantes de esa culpa, si las hubiere. Pero escaquearse de la culpa, nanay de La China.
El médico que opera con una técnica ya obsoleta porque no se ha puesto al día con las nuevas técnicas es responsable de cuantos pacientes opere y culpable por negligencia por no haber querido aprender si ocasiona daños al paciente por usar esa técnica. Y es una culpa agravada.
El cura que predica herejías por ignorancia exactamente igual que el médico en cuanto a la responsabilidad y mucho más grave la culpa porque está malbaratando la Vida Eterna de los fieles.
Y El Papa cuando suelta lo de: "Los blasfemos y apóstatas también participan de La Comunión de Los Santos" Es responsable y culpable y en su caso la culpa es máxima pot ser Garante de La Doctrina y Cabeza visible de La Iglesia.
La ignorancia no exime de la culpa, porque esa ignorancia es fácilmente subsanable.
La única excepción es el caso de persona completamente aislada en el planeta (aborígenes en isla protegida, existen actualmente). Ahí no hay culpa pero es que no hay responsabilidad.
Claro que toda falta en el cumplimiento de nuestras responsabilidades es culpable.
El "si no sé no tengo culpa" no cuela.
Quedo Pasmado.
Saludos
Juan
En el caso de la persona aislada, sí que hay una responsabilidad: la del pueblo cristiano. Es nuestra responsabilidad dar a conocer a Cristo. Id y predicad el Evangelio. Es la Iglesia como madre amorosa de todos los pueblos la que, con ayuda de sus hijos, está destinada a dar a conocer a su Esposo a todas las gentes. Su ignorancia nos acusa.
Hay una evidente crisis de la responsabilidad en el mundo actual derivado de la crisis de responsabilidad en la Iglesia, donde los cocineros quieren ser pagados por lo bien que tocan el guitarrillo, como decía el sabio, y no por cómo sazonan la comida, en lo que parecen no tener mucho tino (salvo para los que gustan de la amargura de las tueras -no en vano también las llaman manzanillas de Adán-).
Las responsabilidades son sobre la sustancia de la función no sobre las particularidades de cada diócesis.
Me alegro que este bien.
Sobre Rusia, que está pegada a Europa, pero no forma parte de ella, hay tres aspectos imperdonables:
1.- Rusia ya ha invadido Crimea, y se la ha quedado por la cara.
2.- El hecho de que esté haciendo maniobras militares todo a lo largo de la frontera de Ucrania tiene un mensaje claro, porque sino las haria en otro sitio.
3.- Pone como condición que Ucrania no pertenezca a la OTAN, pero Ucrania es un pais INDEPENDIENTE, le guste o no a Rusia, y tiene la obligación de respetar sus decisiones.
A Europa no le interesa una guerra con Rusia, pero tampoco debe permitir que Rusia se vaya llevando trozos de otros paises porque si, o que nos amenace con guerra sino hacemos lo que quiere.
La OTAN, no está para atacar, sino para defender.
Si Rusia, declara la guerra a Europa, me parece que ya no tendriamos mucho más que pensar, ademas ultimamente Putin ha estado hablando con el malvado presidente de China, supongo para que en caso de guerra le ayude a derrotar a EEUU.
Por todo ello, yo también creo que necesitamos a la Virgen Maria.
Hay que rezar por Putin, porque él ha empezado todo esto.
Ud no entendió l o que dije. El Sr Bruno manifiesta conocer la responsabilidad de los Obispos en lo que él llama el caos de hoy.
A eso me refería.
Me pasma que sepa la situación de cada Obispado y la concreta actuación de cada Obispo, hasta llegar a decir que SER OBISPO ES PONERSE EN PELIGRO DE CONDENACION ETERNA:
Me pasma la erudición del laico Bruno sobre las responsabilidades de los obispos, que los condenan a un cuasi infierno.
Era mi humilde aporte.
Y me sigue pasmando
Saludos
Pero yo veo que los católicos en vez de dar Sabor, estamos impregnado del sabor del mundo, y nos preocupamos mucho más de corregir a los demás, que de corregirnos a nosotros mismos.
Queremos quitar motas, sin quita e nuestra viga.
Condenamos o creemos muy difícil la salvación de los obispos, como se la nuestra la tuviéramos segura, ganada por nuestras fuerzas y buenas obras.
No nos,damos cuenta que estamos desprestigiado y haciendo inoperante a la Iglesia por ataque al Vicario de Cristo.
Estamos a la caza de sus fallos o lo que nos parecen fallos y publicarlos y criticarlos constantemente, sin tratar de publicar, alabar y resaltar sus aciertos y ayudar a llevar adelante sus proyectos, al menos los que veamos positivos.
No hay nada peor para un jefe, un representante o un dirigente que el ataque de quienes pertenecen a la organización y lógicamente también para la organización.
Son mis reflexiones, reconozco de no tengo una gran formación.
Pero si mucho amor a la Iglesia a la qye debo mi fe, por encima de sus fallos que no debo condenar mientras los míos sean mayores.
Tambuen aprendí que para tirar piedras (condenar) hay que estar libre de pecado.
Y yo me confieso pecador a Dios y a los hermanos.
Muchas gracias
"pero... ¿Puede haber responsabilidad sin culpa?"Sí y solo sí, la conciencia del "pretendido" sacerdote se encuentra en un estado de error invencible (no sabe ni puede saber, sin culpa atribuible a él, que lo que enseña son herejías). Si el error es vencible y/o su conciencia no le ordena (solo le sugiere) pronunciar dichas afirmaciones heréticas, no solo tiene responsabilidad sino también culpa.
Sí. Por ejemplo, un sacerdote que esté sinceramente convencido (por una mala formación o por lo que sea) de que lo que Dios quiere es que diga herejías en el púlpito. Cuando diga esas herejías, no será culpable, porque creía estar haciendo el bien; pero será responsable, tendrá que dar cuentas al obispo y ese obispo, si es bueno, le recordará lo que enseña la Iglesia y, si no quiere aceptarlo, le echará, por esa responsabilidad que tiene como sacerdote.
Pero creo que en este ejemplo siempre hay culpa. Porque por su condición de sacerdote, estará o bien en un estado de error vencible, o bien conoce la doctrina verdadera y la descree (caso Lutero, que creía firmemente que lo que enseñaba tenía origen divino, echando por tierra todo el magisterio y tradición de la Iglesia, que reputaba erroneo). La conciencia que debe seguirse es aquella objetivamente verdadera, que se basa en los principios morales de la fe y de la razón natural (no los cuestiona, los aplica); de ningún modo es autónoma (como aducía Kant). La libertad de conciencia (tan en boga ahora), que considera a la propia conciencia (valga la redundancia) como arbitro supremo para determinar lo que es bueno o malo, es falsa y lo que se obre en función de ella acarrea culpa (más allá de nuestra facultad para establecerla sin incurrir en el peligro de formular juicio temerario). Pero dejando de lado este ejemplo, comparto el punto —que es lo medular de tu respuesta—, puede haber responsabilidad sin culpa
Por lo demás, ¡excelente el artículo!
"Me admira su inmenso conocimiento, y que pueda saber sobre la responsabilidad de los 5400 Obispos del mundo"
Quizá debería admirarse más de otras cosas. Por ejemplo:
- De que no sepa que ser obispo conlleva la responsabilidad sobre la Iglesia diocesana que se le ha encomendado y, colectivamente, sobre todas las Iglesias particulares. Esto lo saben los niños de primera comunión.
- De que hable a pesar de no haber entendido nada del artículo, ya que claramente confunde usted culpa y responsabilidad, que es lo que se distingue en el artículo. Yo no conozco la culpa de los obispos, pero su responsabilidad es algo inherente a su ministerio y que conocen, como decía, hasta los niños de primera comunión.
- De que no entienda que, entre adultos, lo que hay que hacer es dar argumentos racionales, no frasecitas irónicas que más bien equivalen a insultos que a otra cosa.
- De que no sepa que el sacramento del orden no confiere ciencia infusa y, por lo tanto, el hecho de que yo sea laico o no es irrelevante para el tema discutido, puro bulverismo.
- De que no entienda el español más básico. Yo no he condenado a nadie "a un cuasi infierno". He dicho que la situación de la Iglesia es tan gravísima y por lo tanto la responsabilidad de los obispos que la dirigen es tan grande que un obispo tiene que ser santo o corre un gran peligro de condenarse por omisión de esos deberes tan graves.
Si vuelve usted a intervenir para insultar sin aportar nada, borraré todos sus comentarios.
Un caso aparte es el de los obispos chinos, atados por el acuerdo Chino-Vaticano porque con la poderosa China hemos topado, Sancho.
Más le vale al Obispo Schneider que no le saquen de Astaná, hasta a mí me gustaría estar en Kazajistán.
Homilía pronunciada en la Parroquia del Espíritu Santo en Fall River, MA, el Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, Año A, So 2,3; 3,12-13; 1 Cor 1,26-31; Mt 5,1-12
La nota de ocho columnas la semana pasada no se la llevó el patriótico desfile del Súper Bowl ni quién sería el mariscal de campo, Drew o Tom, ni tampoco en el discurso del Presidente Bush al Estado de la Unión y su comentario de que hay muchos operativos de Al-Qaeda en los Estados Unidos que constituyen verdaderas "bombas de tiempo". Nada de esto fue la noticia principal.
Los encabezados fueron capturados por la muy triste noticia de que quizá hasta setenta sacerdotes en la Arquidiócesis de Boston abusaron de jóvenes a quienes estaban consagrados a servir. Es un escándalo mayúsculo, uno que muchas personas que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de alguna de sus enseñanzas morales o doctrinales lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo, tratando de implicar que después de todo ellos tenían razón.
[Resto de la homilía aquí]
Y, además, teniendo en cuenta el origen multiétnico de los católicos: polacos, ucranianos o alemanes, hasta puede que recupere el latín o tenga que aprenderme los ritos de los greco-católicos, cosa que no me importaría nada.
Es necesario no caer en el juego traidor de Inglaterra y E.U, que buscan afanosamente llevar a la guerra a Rusia y a Europa a fin de que se autodestruyan y dejen el campo del mundo libre absolutamente para la instalación de la tiranía del NOM. Se presentan como socios de la OTAN, pero son enemigos masónicos de la cristiandad, necesitan destruirla para llevar adelante su plan demoníaco del NOM.
Son hipócritas que se presentan como amigos de Europa, pero la detestan como obstáculo insalvable, igual que Rusia, para su plan del NOM.
Gracias a Dios, se observa un alto por parte de la diplomacia europea (Alemania y Francia) que no caen en el juego anglo-americano.
CARTA LOS LÍDERES CRISTIANOS CATÓLICOS Y ORTODOXOS
Mons. Gądecki pide a católicos y ortodoxos de Rusia, Ucrania y Polonia unión espiritual para alejar el espectro de otra guerra (Copiado hoy de Infocatólica)
Vladimir Putin en su reunión de hoy martes en Moscú con el canciller alemán Olaf Scholz aseguró que Rusia no quiere unvadir Ucrania.y ha dispuesto el retiro de algunas tropas.
Mientras se avance por vía diplomática disminuye el peligro de la guerra.
Es necesaria una visión objetiva de la realidad europea-OTAN porque Inglaterra y E.U. no cejarán en sus esfuerzos de provocar la guerra entre Rusia y Europa. Creo con absoluta certeza que la OTAN ha terminado como alianza militar, se disgregará en la medida que los traidores anglo-americanos vean descubierta su traición al occidente cristiano.
No conviene poner textos tan largos, que dificultan la lectura de los demás comentarios. Especialmente, como en este caso, cuando están copiados de otros lugares de Internet. Lo correcto es poner uno o dos párrafos y después el enlace, para que quien quiera pueda acceder a ellos. He modificado su comentario en consecuencia.
"Pero yo veo que los católicos en vez de dar Sabor, estamos impregnado del sabor del mundo, y nos preocupamos mucho más de corregir a los demás, que de corregirnos a nosotros mismos. Queremos quitar motas, sin quita e nuestra viga"
Eso, por mucho que pasivo-agresivamente lo ponga en primera persona del plural, no es un argumento. Es un insulto que dedica a los demás participantes en el blog. Y un insulto especialmente ridículo porque eso mismo es lo que está usted haciendo con su comentario: pretender corregir las faltas de los demás. No siga por ahí. Discuta con argumentos, como un adulto. Deje a los demás comentaristas en paz.
"No nos,damos cuenta que estamos desprestigiado y haciendo inoperante a la Iglesia por ataque al Vicario de Cristo"
¿De modo que San Pablo desprestigió a la Iglesia cuando reprendió públicamente a San Pedro? ¿O los teólogos cuando hicieron lo mismo con Juan XXII? ¿O el concilio de Constantinopla cuando lo hizo con el Papa Honorio? ¿O Santo Tomás cuando, como he citado más arriba, dice que debe hacerse?
Eso no es más que una apelación al sentimentalismo barato, alejada de la doctrina de la Iglesia y de la recta razón. Cuando hay un peligro para la fe por declaraciones o comportamientos públicos, corresponde rechazarlos y denunciarlos públicamente. Si no le gusta, las protestas se las presenta a la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, que son los que lo enseñan.
"Estamos a la caza de sus fallos o lo que nos parecen fallos y publicarlos y criticarlos constantemente, sin tratar de publicar, alabar y resaltar sus aciertos y ayudar a llevar adelante sus proyectos, al menos los que veamos positivos."
Esto es de niño pequeño. Si un cocinero deja una cucaracha en la sopa, no se le alaba porque "aparte de eso" la sopa es muy sabrosa. Su misión es no meter cucarachas y, si las mete, todo lo demás da igual. Lo mismo sucede con los comportamientos muy graves de los que hablamos. Además, eso de la "positividad" es una superficialidad moderna de la que se habría reído cualquier católico de los dos mil años anteriores.
"No hay nada peor para un jefe, un representante o un dirigente que el ataque de quienes pertenecen a la organización y lógicamente también para la organización"
Claro que hay cosas peores. Es mucho peor que ese jefe diga barbaridades contrarias a la organización públicamente. El que las critica no está perjudicando a la organización, sino defendiéndola. Parece mentira que haya que explicar esto. Todo su afán es atacar a las víctimas por el atrevimiento de defenderse. Qué vergüenza de comentario.
"Son mis reflexiones, reconozco de no tengo una gran formación."
Pues entonces, lo que toca es callarse, leer y aprender. No decir la primera insensatez que se le pase por la cabeza. Es de cajón. De otro modo, es inevitable sacar la conclusión de que ese "reconozco que no tengo que una gran formación" solo es una afirmación insincera de cara a la galería.
"Pero si mucho amor a la Iglesia a la qye debo mi fe, por encima de sus fallos que no debo condenar mientras los míos sean mayores"
¿Ve como no debe comentar porque no sabe lo que dice? La Iglesia es santa. Lo que se critican no son sus fallos, sino los fallos de otros hombres de Iglesia como usted y como yo, falibles y pecadores. Y no se los critica por fallos, sino por abusos de la misión que han recibido y, por lo tanto, vulneradores de los derechos de los fieles. Es decir, por amor a los fieles, que es amor a la Iglesia.
"Tambuen aprendí que para tirar piedras (condenar) hay que estar libre de pecado. Y yo me confieso pecador a Dios y a los hermanos"
Tiene usted una cara de cemento armado. Usted viene a tirar piedras aquí a los demás. Y, si eso que hace no es tirar piedras sino corregir, ¿por qué no podemos hacerlo también los demás? No tiene sentido nada de lo que dice. Es puro deseo de hacer callar a los demás porque no le gusta lo que dicen.
Ya se lo he advertido. Deje de comportarse así. Pórtese como un adulto y un católico. Céntrese en los temas y deje de intentar dar leccioncitas a los demás. Si no, estará mostrando que es un troll y tendré que borrar sus comentarios.
No tengo inconveniente en suponer que usted tendrá muy buena intención. Pero toda la buena intención del mundo no justifica comportarse de esta forma.
Saludos.
"la Iglesia es un cuerpo sobrenatural vestido por unas normas jurídicas. Las culpas morales tienen una traducción jurídica"
Sin duda, pero la relación no es biunívoca. No son lo mismo. Y a veces lo que es una cosa no es otra y lo que es la otra no es la una. Por ejemplo, la envidia no tiene efectos jurídicos y una herejía puede sostenerse pertinazmente con buena intención (que Dios conocerá) y aún así producir jurídicamente una excomunión. Los efectos jurídicos pertenecen al fuero externo, como esa responsabilidad de la que hablo, que también es jurídica, aunque no únicamente.
"Y es la falta de exigencia de responsabilidades jurídicas dentro de la Iglesia la que ha llevado a este despelote. Y en eso creo que coincidimos"
Sin duda. La desistencia de la autoridad ha tenido los efectos terribles que eran inevitables.
"Es más: que se eche la culpa o se alabe al CVII por la situación actual en el fondo no deja de reconocer ese aspecto: el conciliarismo se ha impuesto en la Iglesia (y por debajo la papolatría según la tendencia del papa). Un conciliarismo adaptado, por cierto, a la ideología del tiempo"
Sí. Es la autoridad, sea "monárquica" o "democrática", entendida como absoluta y arbitraria, sin sujeción a algo mayor que la justifica y limita.
"Cuando la Iglesia libraba esas batallas, las de exigir el derecho, sus obispos solían ser doctores en derecho canónico, hoy algo menospreciado. Y no faltaron papas canonistas (Inocencio IV)"
Hoy la inmensa mayoría de los sacerdotes, según mi experiencia, desprecian el derecho canónico por no ser "pastoral", como si hubiera algo más pastoral y que más defiende a los fieles de los abusos de autoridad que el derecho.
"Creo que no has entendido lo que decía de los santos porque confundes el sentirse responsable y el ser responsable, el aspecto moral supererogatorio y el jurídico ligado al deber"
No lo había entendido bien. Es el problema de la polisemia de "responsable".
"echar balones fuera y confesar un sentimiento por algo absurdo (el sermón del diezmo de comino farisaico) mientras calla por otras cosas de las que es jurídicamente responsable, pero no se siente culpable por cómo ejerce esa responsabilidad. Que es la situación actual"
Muy cierto y estupendamente explicado.
"hasta a mí me gustaría estar en Kazajistán"
Entiendo perfectamente el sentimiento. Extranjero y peregrino soy sobre la tierra, dice el Salmista. Nuestra patria está en el cielo y si, por alguna razón, el cielo está más cerca de Kazajistán, habrá que marcharse allí.
La Carta de Mons. Gądecki pone de manifiesto que hay quienes están tomando conciencia en Europa que debe decidirse activamente contra una guerra ruso-europea, porque por más que Inglaterra y E.U. finjan defender a Europa contra el supuesto ataque de Rusia a Ucrania, lo que pretenden estos dos traidores masónicos es arrasar a Europa y a Rusia conjuntamente mediante su mutua autodestrucción.
Hay suficiente información de que las cosas no marchan bien en la OTAN, como lo necesitan E.U. e Inglaterra para llevar a cabo una acción desesperada, urdida bajo el antifaz de Ucrania, por la que intentan detener la caída del NOM y asestar un golpe definitivo a Occidente cristiano.
Los gobiernos de Alemania y Francia encabezan esta tarea por vía de la diplomacia.
No es fácil deshacerse de los tentáculos con los que el NOM ha atrapado a Europa después de la II Guerra Mundial.
A ellos se suma la Carta de Mons. Gadecki, dirigida a sus hermanos Kirill, Patriarca de Moscú y toda Rusia, junto con seis arzobispos de Rusia y de Ucrania, por la que insta a unir los esfuerzos de los “seguidores de Cristo” para “alejar el espectro de otra guerra en la región”. Entiéndase la prudencia de Mons. Gadecki de no mencionar explícitamente a Europa.
En resumen, Europa debe entender que ha concluido en estrepitoso fracaso la trampa urdida por los anglo-americanos de arrasar conjuntamente a Europa y Rusia mediante una guerra mutua. La OTAN tiene los días contados.
Ahora continúa la gran tarea de recuperar Europa sus raíces cristianas, desprendiéndose de su sometimiento al NOM anglo-americano, convirtiendo y limpiando de masones sus estructuras, e iniciando una alianza espiritual con toda la cristiandad, no sólo europea, sino del mundo entero, a fin de trabajar en forma conjunta por el Reino de Cristo, y el triunfo del Corazón Inmaculado de María, que está llevando adelante este despertar europeo
Sobre lo que pasó en la URSS solo he visto dos reportajes, ambos producidos por esa asociación, uno sobre GULAG y otro sobre la obsesión de Stalin por no contar al mundo que habían logrado descubrir que Hitler se había suicidado en el búnker porque sus restos habían sido analizados y no dejaban lugar a dudas (tal cosa les costó 10 años de cárcel a algunos alemanes, entre ellos a la ayudante del dentista de Hitler que era la única capaz de reconocer su dentadura). Preguntemos por qué se ha empeñado en cerrar toda clase de investigaciones sobre ese periodo, por qué no quiere que la URSS aparezca más que como la gran triunfadora en la Guerra, por qué no quiere hablar de las deportaciones de las minorías, de las cuales Monseñor Schneider es una víctima. ¿Quiere explicarme qué hacía una familia de alemanes católicos en Kirguistán? ¿Cómo fueron a parar allí? O prefiere explicarme lo que hacía Anton Walter en Kolymá (https://biographies.library.nd.edu/catalog/biography-0361)
Mire esas biografías, son católicos represaliados en la URSS de las que Putin no quiere que oigamos hablar.
Mas vale callar cuando no se sabe de lo que se habla. No estoy a favor de unos ni de otros, pero no pongamos a Putin en el lado de los buenos y a los demás en el de los malos. Aquí son malos todos.
No tenemos porqué tomar partido, pero no crean a Putin, miente como mintieron siempre. Ni en 1939 había por qué escoger si ser nazi o comunista, ni ahora tampoco hay por qué posicionarse en este conflicto.
Ucrania no es el tema. A todo el mundo le apasionan los temas políticos, que inmediatamente ahogan los propios del blog. Hay miles de otros lugares en Internet donde se puden discutir esas cosas.
Usted se sorprende de mi elogio a Putin, es verdad que lo considero un hombre perspicaz que ha enfrentado abiertamente los propósitos anglo-americanos de instaurar el NOM. Y lo ha hecho de forma contundente: habrá guerra nuclear total si E.U. pretende por vía de las armas imponer la tiranía del NOM. En esto estoy de acuerdo con Putin. Mas allá de eso, sobre su pasado en la KGB, o su política con Cuba o Venezuela, así como las objeciones que usted presenta, no entran en mi evaluación. He considerado su conducta en relación a la actual situación planteada de una eventual guerra ruso-europea, vía Ucrania, y juzgo que los anglo-americanos han urdido la trampa de militarizar a Ucrania a fin de obligar a Rusia a llevar adelante una contraofensiva. A la que la inmensa prédica de mentiras de los medios de difusión europeos y americanos controlados por el NOM ha señalado como una intensión de invadir Ucrania. La maniobra viene desde tiempo atrás, cuando dieron el golpe de estado contra el gobierno pro ruso de Ucrania, al que Putinn contestó apoderándose de Crimea. Así como ahora puede llegar a reconocer las regiones pro rusas separatistas de Ucrania, como respuesta a las provocaciones anglo-americanas.
Son forcejeos que por ahora demoran una salida bélica.
Queda en pie, la gran cuestión que planteo en mi comentario: ¡EUROPA, DESPIERTA!.
Como católico sostengo que la masonería necesita remover el obstáculo que a su plan ofrecen Europa y Rusia. Europa, después de la Segunda Guerra Mundial cayó bajo los tentáculos de la masonería vencedora de Alemania. Desde entonces se adormeció mecida por las ayudas y misiles norteamericasnos, predispuesta a ello por los largos siglos de racionalismo, apostasía, Revolución Francesa, democratismo liberal, marxismo, hasta disfrutar de la economía y “progresos” del bienestar consumista, aliado del aborto, de la homosexualidad, de la disolución de la familia, de la infiltración de la masonería en la Jerarquía católica, de toda perversión moral.
Pero, Europa no pertenece a la masonería anglo-americana-europea, sino a Cristo que por medio del triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo la va a librar de la trampa tendida.
En cuanto a la herejía, Bruno, la propia pertinacia impide hablar de buena intención. Nuestros teólogos fueron en tiempos muy finos. Una cosa es decir una herejía, que no es punible, pero sí susceptible de corrección fraterna, y otra decirla con pertinacia, es decir, advertido por quien tiene autoridad para ello, mostrado que eso es herético, y seguir sosteniéndolo. La pertinacia implica en sí misma un exceso sobre la razonable intensidad o vehemencia con la que cabe sostener una opinión. Sobre todo al tratarse de verdades de fe, reveladas y establecidas mediante dogma, que dependen de la autoridad, no de una demostración lógica. Puedes, en todo caso, justificarte de que la dices con buena intención, para salvar almas (por ejemplo, negar la divinidad de Cristo para que entren en el gremio de la Iglesia, qué sé yo, los musulmanes), pero si te dicen que esa buena intención no invalida tu error en la fe y te empeñas en él (puesto que te están diciendo que a quienes entren en la IGlesia se les enseña lo contrario, que es la verdad revelada), lo haces con maldad -soberbia- o locura, como lo han hecho todos los herejes. El hereje de buenas intenciones parece más el caso de una novela para Dostojevsky, que de la historia y realidad humanas.
El traje jurídico de la Iglesia está mucho más ajustado a su cuerpo sobrenatural de lo que se creen esos curas que lo desprecian y que prefieren ir desnudos. Y claro, se hacen daño y hacen daño al cuerpo.
Parece que sigue sin entender. No se admiten comentarios sobre la moderación. Si a alguien no le gusta como modero, tiene millones de otros lugares en Internet a los que ir.
Es llamativo que no lo entienda, pero sí, es así: usted no puede dedicarse a corregir las supuestas faltas morales de los demás comentaristas, mientras que yo sí puedo señalarle que está usted actuando de forma inaceptable en un blog, porque da la casualidad de que está usted en mi casa y las normas las pongo yo y las hago cumplir yo. Yo soy el que modera el blog y eso es lo que hago, moderarlo. De nuevo, si no le gusta cómo modero, nada le obliga a comentar aquí.
Deje de insultar encubiertamente a los demás, de hacer ostentación de fingida humildad, de decir lo contrario de lo que piensa y de revestir sus insultos de frasecitas piadosas. Deje en paz a los demás, céntrese en los temas y todo irá bien. Me da igual que sea con buena o mala intención, todo eso está de más y hace imposible la discusión razonable. Cualquier comentario en que vuelva a las andadas, lo borraré sin más aviso ni explicación.
No podemos hablar en abstracto, no son tiempos de hacer divagaciones teológicas como lo permitieron los tiempos de la teología medieval. Hoy estamos bajo un torrente de culpas que arrastran a la Iglesia a una crisis de gravísimas proporciones en su sustancia y en su extensión humana.
También el torrente, en su brazo secular arrastra al mundo moderno, esto es a la Babilonia del Apocalipsis a su derrumbe y extinción.
Son culpas concretas que sólo Dios puede juzgar en cada uno de nosotros, en cada pueblo y nación. No se trata de que nosotros juzguemos los casos particulares, eso no nos corresponde; se trata de comprender que pesa sobre la humanidad en general, y en la cristiandad de modo específico, una GRAN, MÁXIMA CULPA. Que esta culpa debe ser extinguida, pagada por medio de la tribulación purificadora conforme a los anuncios proféticos de María.
Lo que implica que la sociedad del bienestar, del paroxismo económico, de la dilapidación de los bienes, de la irresponsabilidad risueña que mira para otro lado mientras en sus naciones el aborto abominable se enseñorea de las gentes, la homosexualidad degenera al ser humano, la familia se disuelve en parejas de precaria duración, los estados se transforman en agentes de la corrupción violentamente impuesta, los gobiernos son títeres del poder mundial oculto del NOM, mientras los pueblos van a la deriva como ovejas sin pastor, como autómatas programados, cobardes amansados por el temor y por la dádiva. Mundo corrupto por el que Cristo no oró, mundo moderno primero o cuarto, que va a padecer la caída dolorosa de su infamia, porque si Dios por medio de María no lo purifica, se extinguiría en el fuego eterno.
Por eso se teme y no se habla del triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, porque implica el derrumbe del disfrute de la corrupción, la humillación de los triunfalismos, la develación de las mentes y corazones entregados secretamente a la idolatría, cómplices mudos que eluden confesar su pertenencia íntima a los beneficios del materialismo científico y tecnológico en que viven.
La palabra final pertenece a Dios, por eso nos tiene sin cuidado los acontecimientos próximos. De algo estoy seguro, que esta situación de corrupción y catástrofe no puede prolongarse indefinidamente. Dios tiene un plan, para esto Cristo vino, vivió, padeció muerte de Cruz y Resucitó. Si el mundo no escucha, hablarán las piedras, o las armas nucleares.
En el AT se emplean ya nombres de pecados, lujuria, por ejemplo, y de virtudes, como la paciencia, porque seguramente los comportamientos humanos visibles hicieron posible pasar al concepto al menos en algunas lenguas.
Siempre me he preguntado cómo se las arreglaron los misioneros que predicaban en lenguas americanas o asiáticas para enseñar el Catecismo. Si en náhuatl, por ejemplo, determinados nombres abstractos, como belleza, no tenían palabras para definirlas (utilizaban nombres comunes de cosas que eran bellas como flor, quetzal o jade) ¿cómo se podría hablar de virtudes y pecados sin dar un larguísimo rodeo? Tomemos el nombre de Quetzalcóatl y veremos que unos lo traducen por "Serpiente Emplumada" y otros como "Gemelo Precioso", dejando aparte el hecho de que cóatl es palabra polisémica y significa tanto serpiente como gemelo, quetzal está tomada en la primera traducción como "plumas de pájaro" y en la segunda como "bello, precioso". Vete a predicar el Evangelio en ese idioma y los pecados y las virtudes. A ver si en el Cielo, si Dios me lo concede, aunque sea tras un periodo de Purgatorio, consigo encontrar a algún misionero que me lo explique o me eche una buena bronca diciéndome: "¿Sabes por qué has estado tanto tiempo en el Purgatorio? Por lo curiosa que fuiste en vida".
Sus posts son admirables y sus respuestas a ciertos comentaristas tienen la contundencia de un escopetazo con posta lobera. Tiene comentarios de lujo, entre los cuales evidentemente los mios no pueden figurar.
Pero a mí no me engaña, perillán: Usted respondiendo a trolls, a mal intencionados, a eruditos de google, a falsos mansurrones, etc, lo que busca egoistamente es desgravar purgatorio,
Que nos conocemos desde cuando en el patio del colegio me ganaba las canicas y se las llevaba a casa "por si acaso".
"desgravar purgatorio"
Con que no me lo aumente, me doy con un canto en los dientes.
"me ganaba las canicas y se las llevaba a casa"
Me encantaban las canicas. Veo que ahora los chicos no juegan con ellas, no sé por qué. Es verdad que las perdíamos, que de vez en cuando alguien se tragaba alguna y cosas así, pero tampoco era para tanto. Y las canicas eran, no sé cómo decirlo, tan sólidas, tan de verdad, tan bonitas. Recuerdo una azul oscuro que tenía y que valía más para mí que todos los zafiros del mundo. Podías dejar que rodarán por tus manos como perlas de los mares del sur y sentirte un marajá. Mis tías me hicieron una bolsa con cordón para llevarlas, como corresponde a tan gran tesoro, y me enseñaron el magnífico truco de cruzar los dedos, cerrar los ojos y descubrir que la canica se había convertido mágicamente en dos canicas. Ah, et ego in Arcadia vixi.
Los comentarios, muy instructivos e interesantes.
Pero, Bruno, con tu pequeña remembranza de las canicas me has puesto un nudo en la garganta: "tan sólidas, tan de verdad, tan bonitas"
Como el tesoro de nuestra fe y de la Iglesia.
Gracias.
Recuerdo también que en todo México solo había un franciscano capaz de predicar en otomí y, como ya estaba viejo y aquejado de múltiples enfermedades, tenían que llevarlo en parihuelas hasta que entregó su alma a Dios y, en el entretanto, se supone que los otomíes aprendieron suficiente español para entender las prédicas en ese idioma.
Me pasé treinta años maravillándome de las cosas que esos benditos misioneros hacían. Y, de hecho, la última conversa que hicieron fui yo (a no ser que hayan hecho más después de mi) porque en la época que seguí su épica andaba bastante perdida. Digo épica porque dignos son de largos poemas de ese estilo y se quedarían cortos.
¿De modo que San Pablo desprestigió a la Iglesia cuando reprendió públicamente a San Pedro? ¿O los teólogos cuando hicieron lo mismo con Juan XXII? ¿O el concilio de Constantinopla cuando lo hizo con el Papa Honorio? ¿O Santo Tomás cuando, como he citado más arriba, dice que debe hacerse?
16/02/22 12:52 AM
Supongo que tendrían cuidado de no desprestigiarla, y en todo caso tendrían en cuenta si lo positivo era mayor que lo negativo.
San Ignacio de Loyola no pensó quedarse en Roma. Solo pasó por allí con sus compañeros para pedir las autorizaciones necesarias para ir a Jerusalén a llevar una vida de contemplación y recogimiento.
Pero al ver la lamentable situación de Roma, pensaron que deberían quedarse para evangelizarla.
No fue bien escuchado y tratado por el Papa, pero hasta la hora de la muerte pidió y suplico la Bendición del Papa e hizo el voto especial de obediencia. Corregir sí, con respeto y consideración como debe hacerlo un hijo a su padre.
La unidad y consideración de San Pablo con la Iglesia de Jerusalén queda patente en las colectas que realizó para ayudarla.
Claro que la corrección oportuna es una obligación y una gran obra de caridad, que hay que hacer con Caridad.
A pesar de que luego pidió perdon a cuantos haya podido ofender.
Empieza la persecución directa, dependiendo que pase en este caso, se verá como reaccionan nuestros obispos y sacerdotes.
Ahora bien, si un obispo habla de algo que es Doctrina de la Iglesia y por eso le amenazan lo que no debe de hacer nunca es disculparse. Se puede pecar por omisión, pero disculparse es una traición a la Doctrina que está obligado a defender. Los griegos, que se sabían todos los trucos, a eso le llamaban "cantar la Palinodia". Cuando Estesícoro afirmó rotundamente que la culpa de la Guerra de Troya fue de Helena, y por eso se quedó ciego, se disculpó en una larga oda que, desde entonces se esperaba de todo aquel que, por castigo de los dioses o los hombres, mudaba de parecer.
Creo que el Obispo de Tenerife debería sostenella y no enmendalla aunque eso le cueste multa o cárcel. Con respecto a que la Conferencia Episcopal lo respalde, no caerá esa breva porque, si cayera, con gran alegría cantaría yo la Palinodia.
Me pregunto si se puede denunciar a un fiscal por comportamiento improcedente al investigar a una persona por declarar su Fe, cosa que está aprobada en la Constitución.
Lobbies, haberlos haylos, pero lo que abunda más es la cobardía. A ver si los catolicos canarios se manifiestan para apoyarle.
Eso lo dictaminan los obispos y el Papa. Y no le corresponde inmiscuirse al poder civil.
Bueno... a veces también se atreve a ello algún enteradillo que se mete donde no le corresponde y se olvida de lo suyo... Pero eso es otro problema.
Lo de pecado mortal no es la forma de determinar un delito por la autoridad civil.
Por tanto que no se metan con la Iglesia ni con ninguna institución que tiene sus normas y nombra de la forma que le parece las infracciones a esas normas.
La Iglesia determina que es pecado consumir determinados alimentos, de lo mas saludables, en determinados días y el poder civil nada tiene que decir.
Como tampoco tiene nada que decir si se determina que un futbolista comete falta si toca el balón con la mano, ni si la falta es más gorda según el lugar donde la toque.
Quizás la Fiscalía tiene abandonados la investigación de delitos que lo son de acuerdo con las leyes civiles, por meterse en si la Iglesia determina que la homosexualidad es pecado o comer un alimento determinado día.
A nadie le debe importar que los musulmanes digan que en determinados días es pecado comer o beber desde la salida a la puesta del sol
O sea lo mismo que hacía el listillo a que merecería anteriormente.
Dice Argia que se movilicen los Canarios.
Y digo yo por qué no todos los católicos?
Luego echamos la culpa a los obispos de flojitos.
Dijo la sartén al cazo:
Apartate que me tiznas.
Seguramente que los musulmanes sí que se movilizarán y a lo mejor en vez de criticarles deberíamos imitarles.
Por supuesto con respeto a la Constitución y las leyes, que eso sí le corresponde al poder civil
Que yo sepa el Ministerio Fiscal no es quien para instruir causas penales; en todo caso, si ve delito que denuncie ante el Juzgado de Guardia competente, porque en España es "una parte más del proceso", el Estado que acusa. "Instruir" y "acusar" a la vez sólo lo puede hacer Fiscalía por ley en la jurisdicción penal de menores de edad.
La sartén y el cazo son dos utensilios de cocina de la misma utilidad y, por lo tanto igualmente sirven para su función aunque ésta sea distinta: con el cazo hierves, con la sartén fríes. Un obispo y un laico no son iguales en sus funciones, ni en sus responsabilidades, ni en su representatividad. Es que ni para poner ejemplos sirve.
La que tiene que apoyar al Obispo de Tenerife es la Conferencia Episcopal y, si ella nos conmina, nosotros deberemos responder, pero no al revés.
Las batallas católicas casi siempre están organizadas por soldados y muy pocas veces por generales, de vez en cuando puede aparecer un general, pero nunca el Alto Mando.
Así que váyase usted a freír espárragos, Fraileví, o si le va a molestar menos se lo digo en euskera: Joan adi antzarrak perratzera! (Vete a errar gansos) y no me importa lo que piense porque tiene una agresividad más que notable. Haga lo que tenga que hacer y no se meta con los demás, y después nos lo cuenta si quiere para que le sigamos todos a una.
No sólo a mí, sino a la mayoría de comentaristas y al blogero les está cansando y aun agotando con sus comentarios interminablemente vacuos y untuosos de buenismo de baratillo.
Le pido que no me responda, porque si lo hace , UNA SOLA VEZ yo le responderé de manera más recia y contundente que le hará arrebujarse en sus sábanas de lagarterana que heredó de su santa abuela y es desde donde mira el mundo.
Es que usted cansa hasta al lucero del alba.
Nostalgias aparte, el hecho es que existen dos organizaciones formadas por excelentes cristianos que el resto por mor de la unidad y la justicia debemos apoyar hasta el límite de nuestras posibilidades: Abogados Cristianos y Fundación Santo Tomás Moro.
Ellos sí son capaces de dar la batalla judicial en defensa de la Fé con nuestro apoyo.
En el Pais Vasco, ya lo hemos vivido, y sabemos lo que la ideólogia puede llegar a hacer.
Juan Mariner, el fiscal le está investigando para ver si ha cometido delito de odio, y para eso el obispo ha tenido que ir a la audiencia a declarar. Espero que asi te guste más.
A S. Atanasio, obispo que lucho contra el arrianismo, el pueblo le ayudo mucho. Entonces no habia conferencia episcopal, sino que cada obispo se arreglaba como podia, pero junto a los fieles. No siempre es el pastor el que tiene que salvar a las ovejas, también las ovejas en un momento determinado tienen que dar la cara por él.
Para Cristo somos todos ovejas, porque el verdadero Pastor es El.
Un obispo es otro catolico pero con autoridad y responsabilidad, en los momentos que hay persecución del exterior, pienso que no importa que sea obispo, o sea lo que sea, a no ser de que sea un apóstata, cosa que no puede ser, porque entonces no le perseguirian los paganos, es un hermano en la Fe, y juntos formamos la Iglesia.
"Yo creo que nadie puede decir a la Iglesia lo que es pecado mortal. Eso lo dictaminan los obispos y el Papa"
Es llamativo que, en cada uno de sus comentarios, mete uno de los grandes errores de la época, como si fuera lo más natural del mundo.
Dejar un comentario