Discutir sobre religión
“Discutir sobre religión es una cosa que ya no me gusta. Hace como treinta años que no discuto —ni siquiera con los «censores»— de mis obras. Cuando era joven era un gran discutidor.
Es cosa inútil. Al que pone objeciones religiosas, ordinariamente hay que recomendarle leer un buen Catecismo de Perseverancia. Ordinariamente habla de lo que no sabe. Si tiene interés en saber, sé tomará esa pequeña molestia; si no tiene interés, habla por hablar y entonces la discusión es inútil y aun peligrosa.
A los que vienen a uno en un barco o en un tren con el: «Vea Reverendo, ¿cómo responde usted a esto?», no hay que darles la solución, sino acrecentarles la objeción, urgiría mucho más todavía, que vea que uno la sabe y aun la «siente» tanto como él, o más. Es decir, hay que agudizarle (o crearle si acaso) el hambre de saber, porque si esa hambre no existe, darle la solución es perder tiempo”.
Leonardo Castellani, “Ni con elocuencia ni con dialéctica”, julio de 1957
…………………….
Confieso que, como le sucedió a Castellani, antes me gustaba más discutir. Me enzarzaba en discusiones interminable en el blog o fuera de él. Empecé a hacerlo mucho antes, claro, cuando era un muchacho y discutía interminablemente con mi mejor amigo sobre todos los temas del mundo mientras caminábamos por las calles de Madrid (la de kilómetros que habremos recorrido felizmente así).
Con el tiempo, sin embargo, me he ido dando cuenta de que Castellani tiene razón: la mayoría de la gente no quiere saber ni aprender. Cuando discute o comenta en el blog, lo hace para soltar su opinión, como quien pinta en una pared “fulano estuvo aquí”. En el mejor de los casos, si responde a lo que dicen otros es para atacar a quien tiene el atrevimiento de no compartir su opinión. La discusión no está basada en la razón, que reconoce la existencia de una verdad superior a los que discuten, sino en la mera voluntad, y la voluntad solo puede imponerse a la voluntad diferente de otro. Por eso la inmensa mayoría de las discusiones son estériles: falta el hambre de verdad, que era el presupuesto, por ejemplo, de las grandes discusiones universitarias de la escolástica.
Aristóteles decía que todos los hombres desean por naturaleza saber, y es cierto, pero también lo es que ese deseo se puede ver empañado y oscurecido por muchas cosas, desde los vicios a las malas filosofías o la desesperanza (este último es quizá el peor obstáculo, porque hace que el interesado tenga miedo de la verdad y rechace conocerla). Algunos de estos obstáculos son inevitables, porque vicios y pecados tenemos todos (como habrá comprobado cualquiera que haya seguido este blog), pero otros son, simplemente, la plaga de nuestra época. El irracionalismo, el relativismo y el materialismo de las malas filosofías, que son algo propiamente moderno, van haciendo poco a poco imposible la discusión, al tratarse de filosofías contradictorias consigo mismas, sobre las cuales es imposible construir nada. El espacio común que existía anteriormente y que permitía al menos comenzar una discusión está desapareciendo a marchas forzadas.
Ante esa situación, quizá de nuevo tenga razón Castellani y lo que haya que hacer, antes que ninguna otra cosa, sea despertar el hambre por la verdad en la gente. Sacarles de su modorra y complacencia, para que puedan admirar el esplendor de la verdad y del ser. Y esa admiración, si Dios quiere, los lleve a poner su mirada en lo alto, porque todo don perfecto viene de arriba.
P.S. Lo dicho, por supuesto, no se aplica a los excelentes comentaristas que sí desean conocer la verdad y están dispuestos a buscarla donde se la encuentra. Gracias a Dios, he conocido a bastantes a lo largo de estos años del blog y, al igual que los verdaderos amigos, son un auténtico tesoro. ¿Cómo no bendecir a Dios por haberme concedido conocerlos y aprender de ellos?
129 comentarios
Cuando veo alguna publicación en internet de gente que ataca la Iglesia sin fundamento te das cuenta que son personas resentidas que por mucho que argumentes, cites, des datos objetivos, no saben, ni quieren debatir.
Lo que les gusta es discutir. Y pasa no sólo a nivel religioso, si no en general con alguna publicación, noticia de cualquier tipo.
También me he dado cuenta de algo y es que es muy raro ver a un sacerdote o religioso comentar este tipo de publicaciones y defender a la Iglesia. Y si ellos no lo hacen porque lo voy hacer yo.
Por último cuando se habla de debatir es difícil ver hasta un buen debate formal, entre dos personas que son expertos en una matería que se respetan, que hay tiempos fijados, un moderador, etcétera.
Ya no te digo nada si es a nivel informal.
Yo me he tirado casi 20 años debatiendo sobre dogmas, doctrinas, concilios, Papas, etc, etc. Pero cada vez tengo más claro que San Ambrosio tenía razón cuando escribió:
"Non in dialectica complacuit Deo salvum facere populum suum"
No diré que he perdido el tiempo durante esas dos décadas de mi vida pues los debates me pusieron en la necesidad de formarme para no hacer el ridículo, sobre todo al principio cuando me dedicaba a la apologética católica y debatía con protestantes, pero sin duda Castellani acertó al describir lo que te encuentras al debatir sobre cuestiones religiosas.
Una vez retirado de la arena pública, he llegado a la conclusión de que es mucho más necesario e importante exponer la sana doctrina que debatir. Si lo que expones es conforme a la Revelación, a la Tradición, no hay nada que debatir. Si lo aceptan, bien. Si no, allá cada cual.
Casi no me preocupa tanto discutir con gente sin relación con la Iglesia: sus presupuestos racionales y vivenciales son diferentes, y es muy difícil cambiar lo que la educación sembró, salvo conversiones, claro. Lo que llevo peor es discutir ante gente de Iglesia, muchos sacerdotes, cuestiones que están más que fundamentadas por el Catecismo o las disposiciones eclesiales, por ejemplo de liturgia o disciplina canónica. Cuando le muestras la cita, negro sobre blanco, y aún así pasan olímpicamente, ya no se trata de usar la razón, sino de otra cosa: de una cuestión de rebeldía y de desobediencia ante lo que deberían aceptar y profesar, sobre todo los ministros ordenados. Y eso sí que me duele y afecta.
Santiago 2:19 dice: "Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan". No ha mucho un gran pensador católico ha sacado a colación esa gran realidad en un artículo, y yo creo que no vale la pena discutir con "los que creen, y tiemblan", si acaso, orar por ellos, son personas "cerradas al saber" y del bando del Diablo. Sí es recomendable discutir con los ateos o agnósticos "puros", aquellos que la religión no les importa lo más mínimo por muy diversas razones.
Se rumorea que han contactado contigo dos plutócratas del lejano Oriente que te quieren contratar como su coach espiritual para tiempo total, mañana, tarde y noche. Dicen que están alojados en un hotel de lujo de Madrid, y que aunque se presentan con nombres de raíz germánica y con unos apellidos muy españoles, sus ojos rasgados y su acento los delatan. Podrían ser de un polígono, pero no. Parece ser que se llaman Il Ta Láo y Un Chin Káo pero este dato no es seguro. Cuentan que te han ofrecido no menos de 20.000 euros al mes.
Otros dicen que son mensajes que te envían las altas esferas a las que criticas. Lo hacen para desacreditar tu labor apologética y publicar que te has vendido ofreciendo un sincretismo religioso. Y que tus correos y guasaps son del tipo “Lo importante no son las respuestas sino las preguntas, la respuesta está en tu interior, búscala, ahora vas y lo cascas, ¿y tú qué piensas? ,el tiempo es superior al espacio, pequeño saltamontes”, etc. Dinos, ¿qué nos puedes contar?
Yo tenía la idea de que provocar una discusión podía despertar la sed de saber, al estilo de los diálogos socráticos, pero estas palabras de Castellani me patearon el tablero, y veo que cuando están los obstáculos que menciona Bruno, lo único que despierta una discusión son las pasiones.
Pienso en el p. Jorge Loring, me parece que tenía claro esto, no discutía, pero se desahogaba cuando exponía la fe, ridiculizando hilariantemente a los que están en el error, y con sus brillantes exposiciones yo creo que habrá despertado la sed de saber en más de uno. Dios lo tenga en Su gloria.
Llevábamos una temporada yendo a un bar que tenía una terraza con las mesas muy separadas y un personal atento, y un día, a cuenta de que mi hermano le preguntó por un equipo de fútbol, de repente, el dueño nos dice tajantemente: " No soy de ningún equipo, me gustaría ser presidente solo para prohibir dos cosas: la religión y el fútbol, después dimitiría. Con eso se arreglaba el mundo". ¿Se puede polemizar sobre semejante chorrada? Pues eso es todo lo que he oído sobre la religión en muchos años.
Lo cierto es que tampoco saco el tema, no puedes meter algo de cualquier manera en cualquier parte. También yo me pregunto, como José Díez, si debería hacer otra cosa, pero no veo cómo. He acabado contactando con católicos y haciendo un círculo más o menos grande con ellos y, fuera de ahí, no hablo de religión.
Muy cierto que la inmensa mayoría de las discusiones son estériles, pero no deja de sorprenderme que a alguna piedra pequeña parezca incomodarle que alguien pida un email o contacto, y que luego el solicitado lo conceda. Si eso le incomoda o le causa broma a kefasín... qué pena la verdad!
En fin Bruno, siempre una gran lección de vida lo que escribes.
Se trata de partir de esta posición inatacable: no me da miedo avanzar en el conocimiento de la verdad ni tener, así, que replantearme ideas que defiendo desde hace tiempo.
A muchos discutidores les ocurre que no están dispuestos a apearse de su pensamiento ni siquiera al mostrarles objetivamente su error. Aparte de la posible pereza de aprender, quizá hay un miedo atroz a y escasa humildad para haber de desmontar el andamiaje de ideas a las que uno está aferrado.
En este terreno, el mejor católico es el que sin apenas debatir "rompe esquemas" del interlocutor, para lo cual se necesitan condiciones como fuerte presencia de Dios y la auctoritas que emerge de una vida fiel edificada sobre la piedra que desecharon los arquitectos.
En público, a veces de acuerdo.
Porque en privado, al no escuchar otras personas la disputa, si la otra parte esta cerrada, es pérdida de tiempo.
En público, a veces puede ser edificante, no al contrincante, sino a los oyentes. Así lo vemos en los hechos de los Apóstoles, con san Pablo y Apolo (Omito muchos versículos):
«Cada sábado en la sinagoga [san Pablo] discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos. Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó enteramente a la Palabra, dando testimonio ante los judíos de que el Cristo era Jesús. Como ellos se opusiesen y profiriesen blasfemias, sacudió sus vestidos y les dijo: «Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza; yo soy inocente y desde ahora me dirigiré a los gentiles.» Entonces se retiró de allí y entró en casa de un tal Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y otros muchos corintios al oír a Pablo creyeron y recibieron el bautismo. El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo y nadie te pondrá la mano encima para hacerte mal, pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad.» Y permaneció allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la Palabra de Dios. [...] Pablo se quedó allí todavía bastantes días; después se despidió de los hermanos y se embarcó rumbo a Siria; con él iban Priscila y Aquila. Arribaron a Efeso y allí se separó de ellos. Entró en la sinagoga y se puso a discutir con los judíos. [...] Un judío, llamado Apolo, originario de Alejandría, hombre elocuente, que dominaba las Escrituras, llegó a Efeso. Había sido instruido en el Camino del Señor y con fervor de espíritu hablaba y enseñaba con todo esmero lo referente a Jesús, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Este, pues, comenzó a hablar con valentía en la sinagoga. Al oírle Aquila y Priscila, le tomaron consigo y le expusieron más exactamente el Camino. Queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron a ello y escribieron a los discípulos para que le recibieran. Una vez allí fue de gran provecho, con el auxilio de la gracia, a los que habían creído; pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que el Cristo era Jesús».
Hechos 18
Sobre todo remarcar a Apolo. Dice el texto: «fue de gran provecho, con el auxilio de la gracia, a los que habían creído». Es decir, no a los no creyentes, sino a los creyentes, ¿y por qué fue de gran provecho? «pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que el Cristo era Jesús». Es claro, porque los judíos de aquél lugar turbaban la fe de los cristianos, por ende, en atención a estos, convenía refutar con vigor en público las falsedades que ellos proferían. Ahora, cámbiese "judíos" por cualquier otro tipo de personas (ateos, protestantes, musulmanes, etc) y "demostrando por las Escrituras que el Cristo era Jesús" por otra clase de demostración (demostración de la existencia de Dios, de la Iglesia Católica, etc) y tenemos ya el arquetipo para todo apologista de todos los tiempos. Allí donde abunden los ateos, hay que refutarlos a estos con vigor públicamente; donde protestantes, a estos; donde protestantes y ateos, a ambos, etcétera. Y no en atención a convertirlos (aunque siempre bendeciremos al Señor si así Él lo realiza) sino en atención a los creyentes, para provecho de ellos.
Por eso, es erróneo sostener que uno en público siempre debe debatir en orden a convertir al contrincante; a veces es suficiente para edificar a los que oyen (o leen). De hecho, como lo testimonia las mismas Escrituras y toda la historia eclesiástica, discutir en público ordinariamente no suele tener la consecuencia de la conversión de aquél con quién se debate; todo lo contrario. Pero, en atención a los oyentes, puede valer la pena el esfuerzo, porque «el que es de Dios, escucha las palabras de Dios».
Yo te quedo muy agradecido que leas mis comentarios, casi siempre torpes e incomprensibles. No me molesta de ti nada más que el desafortunado comentario en que me faltas al respeto y ya ni eso. Perdonado y olvidado. Ni siquiera me molesta que me llames "piedra pequeña". Me gusta. Kefasín suena a medicina para la artrosis. No suena mal tampoco. Me estás empezando a caer bien. Este puede ser el principio de una gran amistad. Y ahora yo en forma virtual paso mi brazo derecho por tu hombro y nos vamos caminando.
Lee este poema de León Felipe, que te va a gustar.
Así es mi vida, mi vida, piedra, como tú
Como tú
Piedra pequeña, como tú
Piedra ligera, como tú
Como tú
Canto que ruedas, como tú
Por las veredas, como tú
Como tú
Guijarro humilde, como tú
De las carreteras, como tú
Como tú
Piedra pequeña, como tú
Como tú
Guijarro humilde, como tú
Como tú
Que en días de tormenta, como tú
Te hundes en la tierra, como tú
Como tú
Y luego centelleas, como tú
Bajo los cascos, bajo las ruedas, como tú
Como tú
Piedra pequeña, como tú
Como tú
Guijarro humilde, como tú
Como tú
Que no sirves para ser ni piedra, como tú
Ni piedra de una lonja, como tú
Ni piedra de un palacio
Ni piedra de una iglesia
Ni piedra de una audiencia, como tú
Como tú
Piedra aventurera, como tú
Que tal vez estas hecha, como tú
Como tú
Solo para una honda, como tú
Piedra pequeña, como tú
Como tú.
Durante decenios, y hasta siglos, se ha dicho, con razón, que la fe que no se hacía cultura, servía de poco.
De ahí se entendió que había que dialogar (palabra mágica) con la cultura (moderna), a menudo ajena y hasta hostil a la fe.
Lo que, a la postre, ha significado acomodar la fe a la cultura, y como ésta es muchas veces extraña a la fe, y muchas veces inhumana, ha supuesto adulterar la fe, echar a perder la levadura, quitarle el sabor a la sal.
Entiendo que sólo una fe centrada en sí misma y en lo esencial de sí misma será capaz, como lo ha sido siempre, de generar grandes obras, y por ello mismo, entrar en contacto con las culturas que la rodean, desenmascarando la mentira, la fealdad y la maldad que hay en muchas de ellas, reconociendo y asumiendo la parte de verdad, bondad y belleza que otras contienen.
2. La discusión en religión es válida exclusivamente para presentar la Verdad. Todo apóstol y apologeta sabe esto. El mismo Señor Jesús discute con fariseos y saduceos y sus maestros de la ley, porque presenta la Verdad misma.
3. La Iglesia Católica posee y presenta la Verdad, no la discute si es verdad o no.
4. ¿Cuántas religiones hay? ¿Para qué discutir sobre esa pregunta si sólo hay una verdadera?
5. En todos los pueblos hay hombres que aman la Verdad y esperan a los que no conocen para que se la presenten. Ellos no van a discutirla, van a pedir las razones que su esperanza para confirmarla.
6. El que niega la Verdad va a discutir desde la cerrazón en la estulticia y la perversidad para justificar sus pecados derivados del pecado.
7. Una vez más, es necesaria la humildad en la razón para la apertura a una razón superior que acepta la Verdad y es iluminada por la fe. No debemos olvidar que los católicos somos instrumentos de la Divina Providencia y que nos descalzamos las sandalias para sacudirnos el polvo cuando no somos bien recibidos para dar testimonio de quien está contra Cristo.
Me gustó el poema, gracias.
Un abrazo en Cristo y bendiciones.
"Siempre me ha gustado debatir y defender a la Iglesia cuando es atacada injustamente, pero he dado cuenta que no merece la pena. Al final lo único que logras es perder tu tiempo que puedes ocupar en otra cosa como meditar la Palabra de Dios, leer la vida de los santos, rezar etcétera."
No pierdes tu tiempo, alguien (quizá muchos) lo leerá por la Providencia de Dios (como la buena semilla de la parábola) y contribuirás a ilustrar la conciencia de los que honradamente buscan la verdad e incluso la de algunos que no la buscan pero se encontrarán esa piedra en su camino.
"Cuando veo alguna publicación en internet de gente que ataca la Iglesia sin fundamento te das cuenta que son personas resentidas que por mucho que argumentes, cites, des datos objetivos, no saben, ni quieren debatir."
Es cierto, pero muchos otros anónimos que pasan por ahí se darán cuenta de que el enemigo de la Iglesia no es el amo de la colina, pues hay quienes, como tú, con buenos argumentos les hacen frente. Las convicciones de una persona, especialmente una persona con pocas o débiles convicciones (la mayoría de la gente), es un trabajo siempre en proceso y muchas veces abierto a quien le pueda con-vencer con sólidas razones. Como decía Emiliano Zapata: "la tierra es de quien la trabaja", si los católicos nos alejamos y cansamos de luchar en el frente, la batalla está perdida de antemano. Imaginemos si los apóstoles hubieran desistido de predicar por el sólo hecho de que muchos los rechazaban, hoy no estaríamos aquí.
Yo tampoco discuto. Es imposible convencer a alguien con argumentos cuando él se rige por confusos sentimientos. Yo tengo acreditada fama de "raro" y misteriosamente me respetan algunas personas, y como soy una mente perversa ridiculizo con donaire y elegancia las sandeces que tienes que escuchar pasando sin solución de continuidad a alabar las virtudes del perejil. Esto a los simples les parece desconcertante, pero es muy efectivo.
No es nada fácil librarse de los condicionamientos sociales "culturales" o familiares. Pero mi fe consiste en salir de mi mundo y mis circunstancias y lanzarme al vacío esperando que Él me recoja.
Por cierto:
¡VIVA LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS!
"Nada cura al progresista."
Yo voy a Misa todos los dias, mi esposa, no. Ni mi ejemplo le induce a ir con más frecuencia. Lo que digo de cuestiones de fe, me responde que la mayoria de la gente no lo cree. Y tiene razón.
Esta es la realidad que hay.
Nota: los comentaristas deberían haber indicado su edad. Eso explicaría el sentido de sus opiniones.
Yo paso de los cincuenta.
Aportar, datos, reflexiones, es interesante, no importa que todos los demás esten de acuerdo o no.
Partiendo de la base de que la Verdad completa solo la tiene Dios, los demás intercambiamos nuestros conocimientos, que deben de ser corregidos, solo si van en contra de la Fe de la Iglesia.
Aferrarse a las propias opiniones, sin escuchar las de los demás, y decidir que son las únicas validas, es la forma más esteril de discusión.
Argia, el artículo no trata sobre discutir en general, sino sobre discutir sobre religión, sobre aquellas verdades que están en el Catecismo, y sobre eso no se discute, se cree porque es Dios quien lo ha revelado.
En "Domingueras prédicas" comentando el Domingo de quincuagésima habla del valor de los milagros y las profecías como pruebas de credibilidad. Y cita un tal Mencken que se la pasaba escribiendo objeciones ridículas a la fe católica típicas de los autores del s. XIX:
"Aquí en el país tenemos un Mencken: Lisandro de la Torre, al cual va a hacer una estatua el Gobierno, con nuestro dinero por supuesto. A mí me parece bien que le hagan una estatua, con tal
me la dejen hacer a mí. Dos años antes de su suicidio empezó a
producir a todo vapor argumentos contra la religión; y Monseñor
Franceschi salió a disputar con él con otros argumentos y se
equivocó; porque un necio puede preguntar en una hora más de
lo que un sabio puede responder en un año. Franceschi publicaba
un artículo por semana en su revista "Criterio" y de la Torre un
artículo por día en el diario "Crítica", y lo ahogó bajo montones
de paja. Pero Carlitas Steffens Soler vio lo que había que hacer:
escribió un solo artículo en "La Fronda" y lo clavó a de la Torre
contra la pared. Franceschi andaba con su rifle tirándole a los
globos que el otro lanzaba al aire; y lanzaba diez cada día. Pero
Carlitas Steffens Soler tomó una escopeta, le apuntó a la barriga,
tiró un solo tiro, y lo dejó seco. Probó sin meterse en intríngulis
que De la Torre era un perfecto ignorante de la materia en que se
había metido."
Prosit... y, como ya dijeron varios, creo que no hay que perder el tiempo con los cerdos...
Por imaginar no más, cómo sería que la Doctrina bimilenaria discuta con el Progresismo en cada comunidad.
"Cuando le muestras la cita, negro sobre blanco, y aún así pasan olímpicamente, ya no se trata de usar la razón, sino de otra cosa: de una cuestión de rebeldía y de desobediencia ante lo que deberían aceptar y profesar, sobre todo los ministros ordenados"
Sí, es que el problema no es de ignorancia, sino de un ambiente eclesial en el que se ha hecho normal que los mismos sacerdotes (y obispos) rechacen partes de la doctrina moral o de fe que no les gustan. De hecho, a menudo les sorprende que su actitud pueda parecerle rara a alguien.
Todo entero mi comentario se refiere a temas de religión.
El catecismo es un compedio de las verdades de la Fe, y doctrina de la Iglesia, pero el tema religión abarca mucho más.
Y los que discuten por entretenimiento saben tan poco como yo de física cuántica.
¿Se imaginan que yo me pusiera a discutir con un físico sobre dicho tema?
El gran Castellani se tomaba la molestia de poner en evidencia al otro, porque sabía que era un rebotado que al menos conocía lo básico aunque tratara de negarlo o ridiculizarlo y además desmontaba las dudas que el otro pudiera infundir en la sociedad.
Hoy en día, para mí, discutir con esas personas es perder el tiempo. Es como si oyeran hablar en tagalo.
La excepción, lógicamente, ocurre cuando quién te interpela no quiere discutir contigo sino que muestra un interés real por Dios y la Religión.
Muy buen artículo, Bruno. Gracias.
Hoy en día, en que el internet con sus medios es una maquinaria que mal usada está haciendo destrozos suplantando la Mentira como Verdad......, quienes están en tiempo de combate y discusión y hablan con Verdad y Rectitud, hacen un inmenso bien......... más allá de que en unos años se sientan cansados por el tamaño esfuerzo de nadar contra corriente (¡y vaya que corriente!) y a algunos, hasta les parezca que no "avanzaron" nada, cuando lo que el Señor demandaba de ellos no era necesariamente avanzar o conseguir algo, sino RESISTIR.
Por eso considero muy importante pedirle al señor que nos de luz, para ver claramente en qué tiempo se está, no sea que uno se eche en la hamaca a buscar a Dios en La Luna y Las Estrellas, cuando le toca estar en la primera línea de Contención. Pues como sentencia Santa Juana de Arco:
"Dios desprecia la tranquilidad de las almas que destinó para la batalla".
Saludos
"Por cierto: ¡VIVA LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS!"
[aplausos] El mejor comentario de todo el hilo.
"Durante decenios, y hasta siglos, se ha dicho, con razón, que la fe que no se hacía cultura, servía de poco. De ahí se entendió que había que dialogar (palabra mágica) con la cultura (moderna), a menudo ajena y hasta hostil a la fe. Lo que, a la postre, ha significado acomodar la fe a la cultura, y como ésta es muchas veces extraña a la fe, y muchas veces inhumana, ha supuesto adulterar la fe, echar a perder la levadura, quitarle el sabor a la sal."
Claro, el problema es que esa postura era un sofisma. Primero, la fe no debe hacerse cultura. Si eso sucede, lo que en realidad ha pasado es que ha desparecido la fe y ha sido sustituida por otra cosa. La fe puede y debe plasmarse en la cultura, pero no ser sustituida por esta última. En segundo lugar, el efecto de la fe en la cultura no viene del diálogo, que es algo más bien abstracto y de élites, sino de lo contrario, de la vivencia intensa y sin complejos de la fe por los cristianos. Si tienen una fe firme, esa fe se plasmará inevitablemente en su cultura, como ha pasado siempre. Por último, está claro que nuestros "diálogos" actuales, a diferencia de esfuerzos admirables como la Summa contra gentiles, etc., están basados en la duda sobre la fe, el relativismo y el deseo de dejar a un lado lo que creemos para llevarnos todos bien. Ese diálogo no solo no fomenta que el catolicismo influya en la cultura, sino que es la más segura vacuna para evitar que pueda darse ese tipo de influencia. Es un diálogo de sordos de católicos que no creen en el catolicismo con gente de otras creencias que tampoco creen en ellas. Vanidad de vanidades y solo vanidad.
"En público, a veces puede ser edificante, no al contrincante, sino a los oyentes"
Eso es, me alegro de que alguien haya sacado el tema. Los norteamericanos acostumbran a decir que las discusiones en blogs y similares son un "spectator sport", un deporte de espectadores, porque, por cada persona que participa activamente en la discusión, hay mil que se limitan a leerla.
En ese sentido, aunque el interlocutor concreto esté cerrado a la verdad, como pasa muchas veces, los espectadores se pueden beneficiar. Si están buscando la verdad, porque pueden encontrarla, y si ya la conocen, porque se ven reafirmados en ella, pueden conocerla mejor y adquieren argumentos para defenderla.
Esa es una de las razones principales por las que continúo argumentando en los comentarios del blog y no me limito a escribir un artículo.
Otra razón es que nunca se sabe cuándo puede tocar Dios el corazón de alguien para que se encuentre con la verdad, por muy mala que sea su actitud. Además, estoy convencido de que muchos de los lectores del blog que más ostentosamente rechazan el cristianismo vienen por aquí porque, muy a su pesar, sienten la irresistible fascinación de la fe católica.
La última razón, por supuesto, es que a mí también me viene muy bien aprender y he aprendido muchas cosas de las discusiones en este blog.
Otra cosa es que hoy día, necesariamente, toda discusión bien llevada incluye su buena parte de clase de Catecismo, lo cual es muy bueno, por otra parte.
Es decir, hoy día, mucha gente, antes de no creer, ignora lo más básico y elemental. Eso exige que se predique la doctrina, y al hacerlo, inevitablemente vienen las objeciones y las discusiones.
Los más grandes genios del cristianismo han sido grandes discutidores: San Agustín, Santo Tomás, Bossuet, Newman, y tantísimos otros. La discusión apunta a algo más que a convencer al interlocutor puntual, es parte del gozo por la verdad que Dios nos ha hecho la gracia de conocer. Chesterton tuvo que ser una vez arrastrado por su esposa en una estación de tren para que no perdiesen el coche por culpa de la discusión en que estaba enzarzado con otro. "¿No ves que no vas a convencerlo?", le dijo ella. "Ya sé, respondió, pero me gusta discutirle". El secretario del Partido Comunista inglés, Douglas Hyde, se convirtió leyendo las obras de Chesterton, que no habrían sido escritas, seguramente, sin esa pasión por discutir.
Saludos cordiales.
Por ello me parecen perfectas las contestaciones de Bruno a dichas personas y a las que no les impacte de inmediato es seguro que la semilla queda en su interior. Por lo general yo no les contesto a estas personas pues Bruno además de tener más nivel que yo tiene una gran mano izquierda con ellos.
También me parece muy instructivo el otro modelo de blog en el que participo donde un sacerdote "chapeau" propone un tema y no interviene en los comentarios excepto si transgreden con evidencia las normas de los comentarios en cuyo caso no los publica.
1. El primer motivo, por lo mencionado por Castellani y Bruno, que el adversario no tiene sed de conocer la verdad (notemos los matices, Castellani habla de «ordinariamente» y Bruno de «la mayoría de las veces», luego, ninguno de los dos dice que siempre se deba evitar la discusión). En este caso enfrascarse en la discusión sólo aviva las pasiones, y se vuelve una acción inútil, y a veces, cuando el adversario es hábil para los sofismas, puede hasta extraviar a algunos espectadores.
2. Me atrevo a añadir un segundo motivo, por experiencia propia, que uno mismo no siempre tiene la debida pureza de corazón necesaria para enfrascarse en una discusión con sabiduría y caridad. Y a veces es motivo para faltar a la caridad, a la templanza de la lengua e inclusive a la propia verdad. Esto puede provocar grave escándalo.
Ahora, en este tema prudencial, más que en Castellani y Bruno, deberíamos buscar luz y guía en el Espíritu Santo, es decir, en la sabiduría que la Iglesia nos entrega en la Sagrada Escritura. Leyendo en las cartas del Nuevo Testamento se ve que los apósteles hablan de enseñar, exhortar, refutar, dar razones, pero no hablan de discutir. Luego se ve que hay que ser muy prudentes no solamente sobre la oportunidad de entrar en una discusión, sino también en el modo de hacerlo. Copio aquí algunos pasajes:
Comencemos por el final, el Apocalipsis. Ahí el Señor le dice a la Iglesia de Éfeso que es importante desenmascarar a los falsos apóstoles:
«Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos.»
Pero al mismo tiempo le recuerda que eso no debe ser motivo para dejar enfriar el amor:
«Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo.»
Sigamos con la carta del apóstol San Judas, que curiosísimamente habla de una discusión entre el mismo arcángel San Miguel, ese ejemplo de humildad, «quién como Dios», con el demonio respecto del cuerpo de Moisés, dice el Apóstol:
«no se atrevió a proferir contra él ningún juicio injurioso, sino que dijo solamente: «Que el Señor te reprima».»
Y a continuación habla de los impíos, extraviados en el error por sus pasiones, da una larga descripción del comportamiento que tienen, como para convencer a los elegidos de no tener contacto con ellos y dejar que el Señor los juzgue, reprima o convierta:
«Estos impíos, en cambio, hablan injuriosamente de lo que ignoran; y lo que conocen por instinto natural, como animales irracionales, sólo sirve para su ruina... A ellos se refería Henoc, el séptimo patriarca después de Adán, cuando profetizó: «Ya viene el Señor con sus millares de ángeles, para juzgar a todos y condenar a los impíos por las maldades que cometieron, y a los pecadores por las palabras insolentes que profirieron contra él». Todos estos son murmuradores y descontentos que viven conforme al capricho de sus pasiones: su boca está llena de petulancia y adulan a los demás por interés.»
Y luego aconseja a los elegidos:
«En cuanto a ustedes, queridos míos, acuérdense de lo que predijeron los Apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá gente que se burlará de todo y vivirá de acuerdo con sus pasiones impías». Estos son los que provocan divisiones, hombres sensuales que no poseen el Espíritu.»
Pero ustedes, queridos míos, edifíquense a sí mismos sobre el fundamento de su fe santísima, orando en el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna. Traten de convencer a los que tienen dudas, y sálvenlos librándolos del fuego. En cuanto a los demás, tengan piedad de ellos, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica contaminada por su cuerpo.
A aquel que puede preservarlos de toda caída y hacerlos comparecer sin mancha y con alegría en la presencia de su gloria, al único Dios que es nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, el honor, la fuerza y el poder, desde antes de todos los tiempos, ahora y para siempre. Amén.»
Luego también está el apóstol San Juan:
«Si alguien se presenta ante ustedes y no trae esta misma doctrina, no lo reciban en su casa ni lo saluden. Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras.»
De hecho, San Juan en sus cartas parece mostrar plena confianza en que quienes son de Dios, sus elegidos, reciben el Espíritu Santo para conocer a Dios y reconocer la verdad cuando la escuchan:
«Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el poder del Maligno. Y sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero; y nosotros permanecemos en el que es Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el Dios verdadero y la Vida eterna... Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque aquel que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, por eso hablan el lenguaje del mundo y el mundo los escucha. Nosotros, en cambio, somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha.»
Análoga confianza en el poder infalible de Dios para conducir a Sus elegidos a la verdad muestra el apóstol San Pedro, que aún siendo muy consciente de los peligros que representan para los elegidos los engaños seductores de los falsos profetas, parece no estimar discutir con ellos, sino recordar que Dios sabe librar de la prueba a los piadosos, porque «Su poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria.» En efecto, simplemente advierte el Apóstol:
«En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente perdición. Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias. Llevados por la ambición, y valiéndose de palabras engañosas, ellos se aprovecharán de ustedes. Pero hace mucho que el juicio los amenaza y la perdición los acecha... El Señor, en efecto, sabe librar de la prueba a los hombres piadosos, y reserva a los culpables para que sean castigados en el día del Juicio, sobre todo, a los que llevado por sus malos deseos, corren detrás de los placeres carnales y desprecian la Soberanía... Con sus palabras altisonantes y vacías, atraen, por medio de los deseos desenfrenados de la carne, a los que apenas acaban de librarse de los que viven en el error. Les prometen la libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción: porque uno es esclavo de aquello que lo domina. En efecto, si alguien se aleja de los vicios del mundo, por medio del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y después se deja enredar y dominar de nuevo por esos vicios, su estado final llega a ser peor que el primero.»
Pero sí exhorta a dar razones a quienes las pidan, e indica el modo de hacerlo:
«Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia.»
El apóstol Santiago, conocido por amonestar a los cristianos sobre el peligro de dejar la lengua suelta, llega inclusive a exhortar:
«Que no haya muchos entre ustedes que pretendan ser maestros, sabiendo que los que enseñamos seremos juzgados más severamente, porque todos faltamos de muchas maneras. Si alguien no falta con palabras es un hombre perfecto, porque es capaz de dominar toda su persona... El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría. Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad. Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca. Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera... Tengan bien presente, hermanos muy queridos, que debemos estar dispuestos a escuchar y ser lentos para hablar y para enojarnos. La ira del hombre nunca realiza la justicia de Dios.»
Bueno, veo que el comentario se me hizo extremadamente largo, me dejé llevar por la emoción de ver tanto que la Palabra de Dios nos dice sobre el asunto de evitar la mayoría de las discusiones. Dejo para el que se ha interesado, que lea las cartas "pastorales" de San Pablo a los santos obispos Timoteo y Tito sobre este tema, también les recomienda evitar las discusiones inútiles, y más bien dedicarse a enseñar, corregir, reprender a aquellos que quieren conocer la verdad y crecer en la piedad.
Dicho sea de paso, 2300 expectadores votaron por Chesterton como el orador más convincente, contra los 1100 de su contrincante. Menos mal (que la verdad no se decide por votos).
Y cambiando de tema (o no), me gustó el comentario que decía que debatir es convencer a un convencido.
Comentario digno de Aristóteles. Porque, para éste, la retórica consiste en cambiar juicios firmes, sin utilizar falacias. Es decir: lograr que los que tienen la certeza de algo, la pierdan; y luego, adquieran otra certeza. Para que ese nuevo juicio sea inamovible.
Y todo eso sin mentir ni manipular al otro.
Ahora bian: como dice Bruno, ¿cómo se convence al que no quiere realmente aprender?
La Gracia supone la naturaleza, pero la conversión sin oración es imposible. Encomendemos a nuestros interlocutores al Espíritu Santo.
También María une a su paciencia esta sabiduría suya de ser categórica ante una Iglesia que la rechaza sistemáticamente desde el Papa, a los Pastores, sacerdotes y muchos fieles.
Por eso, eluden, silencian, no lo dicen de frente porque son cobardes y cínicos; conferencias, entrevistas, publicaciones, en las que ni mencionan a la Virgen, a pesar de que Ella está librando la batalla final contra el mundo moderno, conducido por el anti-cristo.
María no discute: enseña, e invita a aceptar lo que enseña. Jesús afirma: “Quien rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza” (Mens. en San Nicolás).
La Iglesia no está dividida por una cuestión litúrgica, sino por la apostasía. Se rechaza a María, y se rechaza a Cristo. Todo con palabrerío ameno que se va por las ramas.
No hay espacio para argucias. O combatimos bajo la Conducción de María, o combatimos contra María.
Tampoco veo cómo un individuo corroído por las dudas pueda hacer labor apologética a no ser que lo que quiera decir es que todos son dudas y no hay ninguna certeza, razón por la cual huimos con el rabo entre las piernas de cualquier discusión y tú no para ahondar aún más las dudas que tienes. Es decir, tienes muchas cosas que aprender, casi todas en contra de la fe, pero nada que enseñar y nos aconsejas que hagamos lo mismo porque estamos en el error.
Con el desviado, menos ira y más real compasión. Es mucho más grato para ambas partes.
Pero, esto no es fomentar misericorditis.
De hecho me tomé mi fe más en serio, cuando la tuve que defenderla y exponerla ante numerosos ataques. Además recomiendo a mis hijos, que discutan de fe, así se verán obligados a profundizar en ella.
En la sociedad actual, que ataca constantemente la fe católica, hay que estar muy preparado para no dejarse llevar por la corriente. Y una manera de prepararse aprender para defender.
Hasta yo, que soy duro de mollera, acabaré aprendiendo que no está bien hacerme el graciosillo o el chistosín si con ello molesto a un hermano en Cristo que busca lo que yo, lo más importante, la vida eterna con el Señor.
Todos hemos de ir a su encuentro.
Quizás te sorprendas, pero incluso yo tengo mucho que aprender.
Guillermo, ¿Bruno avestruz? Nunca. Pero si recibe morlacos a porta gayola. Y a ovejitas y cabritillas. Lo que salga por la puerta del blog. Va a pecho descubierto. Como los socorristas de la playa. Aquí puede dejar sus comentarios o deposiciones quien quiera y cuando quiera. Yo no lo haría como Bruno. ¿Por qué? Porque soy un cobarde, un prudente.
Discutir sobre religión se entiende que es cuando dos personas, bien oral bien por escrito, se enzarzan en una polémica entre los dos, pero si, como aquí, un bloguero propone un tema lo que haces es comentarlo.
El que habla de religión es el bloguero pero, incluso él, lo hace en un medio que se llama Infocatólica, razón por la cual se entiende que está dirigido a católicos aunque pueda entrar quién quiera.
Ya he dicho que yo con católicos también hablo de religión personalmente en persona, como dice Catarella, el personaje de la serie Montalbano.
Es tan elevada la sabiduría de Dios, que sólo poniéndonos a nivel del mundo del “hombre viejo” se justifica nuestro empeño de discutir. Pero, ocurre que el tiempo histórico del “hombre viejo del pecado” se ha agotado, y si no fueran los “prodigios” de la ciencia y de la técnica, nada nuevo ocurre bajo el sol, porque nadie puede añadir nada a lo ya dicho y conocido. No nos ocupamos mas que de cuestiones secundarias, como hacen nuestros Pastores, enredados en torno a la Liturgia.
Entre tanto, vivimos ignorantes de la guerra tremenda que Conduce la Virgen al frente de los ejércitos celestiales contra el anti-cristo y sus secuaces. Sí, nos percatamos que algo anda mal, pero no comprendemos que la Iglesia en su dimensión humana y el mundo moderno se vienen abajo. Y si algo comprendemos, continuamos con nuestros argumentos de que algo anda mal, pero incapaces de dar solución.
Porque no nos alistamos junto y bajo la Conducción de la Señora Vestida de Sol. Ni hablar de ello, esto nos llevaría a enfrentarnos con lo mundano, y no deseamos que nuestro “primer mundo” se desplome. Eso nos humillaría, porque en él fundamos nuestro yo, con todo lo que implica de orgullo y de adhesión al bienestar que nos brinda.
La Iglesia vive la hora tenebrosa de su apostasía. Muchos se engañan, dicen defender los dogmas y doctrina tradicional, pero combaten contra la Virgen, combaten contra Cristo. Esta es la sustancia del momento que vivimos: con Cristo y con María, o contra María y contra Cristo.
Yo cuando leo a algunos escritores que se dejan la piel, las horas y los años en debatir y difundir de cualquier modo posible las enseñanzas y vida de nuestro Señor Jesucristo, siempre llego a la conclusión de que son como Mártires y lo veo tan claro que intento martirizarme siguiendo su ejemplo aunque carezco de dones.....pero cuando intento ser valiente queriendo defender al Señor.....en un especie de guiño le digo...." sé que algún fruto sacarás de esto, porque me amas" el dia que me calle, será porque Dios lo quiera, porque como dice la Palabra de Dios " sin Mi no podéis hacer nada".
Si sigues trabajando inútilmente por Dios....por algo será....aunq solo sea por animarle y consolarle de sus dolores.....es por Puro Amor.
2. Con el Catecismo de la Iglesia en la mano se puede presentar la Verdad. Discutir con el "geraseno" de nada sirve, pues a las primera de cambio ya rechaza la Verdad. Mejor marcharse como hace el Señor Jesús después de haber presentado la Verdad.
3. Para ser luz y sal en el mundo no hay que ser manco, ni mudo, ni sordo, ni ciego. La Caridad consiste en obrar con el valor del Amor de Dios en el que está errado corregirlo (obras de misericordia espiritual). Lo que no se puede es imponer la fe sino exponerla humildemente.
Podemos comprender que nuestros hermanos en la Fe se aferren al mundo de hoy, si bien, corrigiendo sus errores más escabrosos. Porque no es fácil a quienes viven y conviven con la moderna Babilonia, efectuar un giro de la perspectiva hasta vituperar la realidad en que viven y los constituye como seres humanos imbuidos de aquella cultura, mezcla de cristianismo y de paganismo. El "hombre viejo" construyó ese "primer mundo" que se derrumba sin remedio.
La visión católica del “primer mundo” es de un cristocentrismo no mariano, esto es, no reconoce que la Virgen esté llevando adelante la Misión que Cristo le ha confiado. No comprenden la Dimensión Eminente de la Virgen, ni su Intervención decisiva en esta hora del mundo. No conciben que el Plan de la Salvación dependa absolutamente de la ejecución confiada por Dios a Su Madre.
Entonces, si no entienden cual sea el Plan trazado por Dios, que hay un término temporal para la historia del “hombre viejo del pecado”, y que ese término ha sido alcanzado, que debe dar paso al triunfo del Corazón Inmaculado de María, a fin de que edifiquemos la Nueva Edad del Reino de Dios, será necesario esperar que la Misión de María alcance a aquellas tierras, y produzca el despertar que todos deseamos ver.
Con todo respeto le digo que acá y digo acá, no aquí, los españoles católicos que quedamos veneramos a la Virgen con total devoción y nos encomendamos a Ella.
Como nota folklórica le digo que muchos españoles no pisan la iglesia en todo el año, pero que se dan de tortas por llevar el paso de la advocación de su virgen en las procesiones de Semana Santa.
Y como nota real le comento que aquí los católicos seguimos considerando a España Tierra de María y siempre nos encomendamos a Ella.
Existe una profecía, no oficial, que indica que el último reducto católico de Europa estará en Portugal. Supongo que usted debe saber el porqué.
Para poder hablar con alguien de religión se necesita que no tenga ideas contrarias preconcebidas porque éstas solo las desmonta el Espíritu Santo, si no empezará a hablar de la Inquisición, de Galileo y ahí se perderá.
Hasta la conversión de Frossard fue de este tipo, es verdad que sus padres eran comunistas convencidos pero no hablaban de religión para nada como buenos materialistas, así que, cuando entró en aquella iglesia, se encontró de sopetón con algo que no estaba entre sus a priori: el espíritu, y el Espíritu de Dios que captó enseguida.
Es muy corriente hoy en día que se aliente la duda como un valor frente al dogmatismo, los creyentes "porsiacaso" que piensan que, si Dios existe, ya tendrá en cuenta lo difícil que resultaba la Fe y, al fin y al cabo, ellos no llegaron nunca a la negación, así que nada se les pude reprochar.
Después de leer a algunos de ellos opino que lo que les mueve a entrar aquí es el remordimiento. Lo cual tiene una parte muy positiva porque aún no están completamente sordos a la voz de su conciencia.
Assim como Nosso Senhor teve seu corpo físico martirizado, surrado, sua Sagrada Face desfigurada e pareceu ter sido derrotado antes de sua Ressurreição gloriosa; a Igreja que é o seu Corpo Místico antes de ressuscitar gloriosa na volta do Cordeiro, na segunda vinda de Nosso Senhor será martirizada, surrada, terá sua face desfigurada.
Na paixão de Nosso Senhor, Judas o vendeu, traindo-o; Pedro o negou 3 vezes e os outros discípulos com exceção de São João nem são mencionados, esses discípulos se calaram, acovardaram.
É o que vemos nos sucessores dos Apóstolos hoje: A maioria se cala, se acovarda; outros como Judas o traem; Pedro outra vez nega; mas poucos se mantêm fiéis como São João.
E o que fez São João para suportar o martírio? Agarrou-se a Nossa Senhora mantendo silêncio e contemplando aquele ato de amor que compreendera tão profundamente na Última Ceia.
Portanto, os que quiserem passar por esse martírio da Igreja devem agir como São João: Agarrar-se a Nossa Senhora, manter silêncio e se alegrar porque a volta de Nosso Senhor muito provavelmente está próxima.
Não é coincidência que Nossa Senhora em Fátima mandou rezar o Rosário, pois, nele contemplamos justamente todos os mistérios da fé católica mantendo-a nesses tempos de apostasia.
Creio que nesses tempos apocalípticos Deus queira somente nosso silêncio para que vejamos até onde o ser humano sem sua graça é capaz de afundar no mal.
E sobre o desânimo de falar sobre religião: É interessante observar como com Bento XVI houve um certo reanimo para defender a fé e hoje com Francisco isso se foi. Difícil encontrar católicos conscientes animados para fazer isso. Mas Deus amanhece devagar, esse período de trevas que rompeu o dique no último Concílio e que se acelerou desde 2013 vai passar em algum momento. Pessoalmente, até gostaria que Deus me desse a graça de ver esse retorno ainda em vida, mas creio ser pouco provável.
Tudo o que Deus quer, tem sido dito pela Sagrada Escritura e pela Tradição dos Apóstolos. A vontade de Deus, Onisciente, não muda segundo a época da história. O silêncio sempre é bom, mas quando for preciso, devemos dar razões de nossa esperança, e é o próprio Espírito Santo quem nos da as palavras pra falar. Não existe época alguma em que dar testemunho e confessar nossa fe em Jesus Cristo não será necessário.
Revelações privadas nunca devem substituir a Revelação pública, a Palavra de Deus.
Entendo o que dizes e também concordo.
Mas eu, pessoalmente, escolhi me recolher ao silêncio pelo bem de minha alma.
Prefiro rezar e oferecer meus pesares e sacrifícios a Deus pela minha salvação e do bem da Igreja.
Invirtiendo lo profetizado por San Ambrosio sobre San Agustín, digamos:”No ha de perderse una madre que dio a luz a tal hijo”. Porque lo que dio a luz España es mucho más que un inmenso continente, es el Nuevo Mundo, preñado de esperanzas que están esperando manifestarse de las Manos de María, según Ella colabora con el Plan de la Salvación. Y la gloria del Nuevo Mundo será gloria de España.
No es posible más que enunciar lo que es motivo de meditación,reflexión y diálogo entre quienes estudian la originalidad de este Nuevo Mundo.
No obstante, lo que deseo señalar es el hecho de que en la Iglesia no se reconoce públicamente el lugar Eminente de la Virgen en el Plan de la Salvación. Y que este hecho se complementa en el caso del “primer mundo” con un cristocentrismo engañoso, por cuanto no es mariano, no reconoce que María lleva en nuestro tiempo la Misión fundamental de derrotar al anti-cristo y traer a la humanidad toda a la conversión. Hasta tal punto se ignora la Misión de la Virgen, que no se menciona más el triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo, anunciado por Ella en Fátima. Este “cristocentrismo” prescinde de María, la silencia, la “ningunea”, no acepta que la Virgen esté empeñada en una batalla decisiva y final contra el anti-cristo y sus secuaces, conduciendo sus ejércitos celestiales.
Termino citando de S.J.P. II, sus palabras ante la IV Asamblea General del CELAM, 12 de octubre de 1992 en Santo Domingo, V Centenario del Descubrimiento:
“¡Dichosa tú, América, Iglesia de América, portadora de Cristo también, que has recibido el anuncio de la salvación y has creído en «lo que te ha dicho el Señor»! La fe es tu dicha, la fuente de tu alegría. ¡Dichosos vosotros, hombres y mujeres de América Latina, adultos y jóvenes, que habéis conocido al Redentor! Junto con toda la Iglesia, y con María, vosotros podéis decir que el Señor «ha puesto los ojos en la humildad de su sierva».[92] ¡Dichosos vosotros, los pobres de la tierra, porque ha llegado a vosotros el Reino de Dios!
«Lo que te ha dicho el Señor se cumplirá». ¡Sé fiel a tu bautismo, reaviva en este Centenario la inmensa gracia recibida, vuelve tu corazón y tu mirada al centro, al origen, a Aquel que es fundamento de toda dicha, plenitud de todo! ¡Ábrete a Cristo, acoge el Espíritu, para que en todas tus comunidades tenga lugar un nuevo Pentecostés! Y surgirá de ti una humanidad nueva, dichosa; y experimentarás de nuevo el brazo poderoso del Señor, y «lo que te ha dicho el Señor se cumplirá». Lo que te ha dicho, América, es su amor por ti, es su amor por tus hombres, por tus familias, por tus pueblos. Y ese amor se cumplirá en ti, y te hallarás de nuevo a ti misma, hallarás tu rostro, «te proclamarán bienaventurada todas las generaciones».[93]
Iglesia de América, el Señor pasa hoy a tu lado. Te llama. En esta hora de gracia, pronuncia de nuevo tu nombre, renueva su alianza contigo. ¡Ojalá escuchases su voz, para que conozcas la dicha verdadera y plena, y entres en su descanso!”
Quienes prescinden de los Mensajes de María, carecen de la guía que Ella nos ofrece para afrontar los sismos y terremotos que sacuden a la iglesia y a la humanidad. ¿Quién podría prever con certeza la proximidad del anticristo, el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado en el mundo, la caída de la moderna Babilonia, la proximidad de la Venida del Señor, si prescinde de los anuncios de la Virgen?
En los momentos dramáticos que vivimos, necesitamos comprenderlos, y sobre todo saber que la Victoria es nuestra, porque venceremos junto con María, Madre de Dios y nuestra. Sólo María, Madre de la Esperanza, que es Cristo, puede fortalecernos en esta hora de la gran prueba y tribulación purificadora.
Es que nuestra Iglesia y nuestra Fé es Cristocéntrica ante todo. Cómo bien enseña S. Pablo si Cristo no resucitó vana es nuestra Fé.
En todas las Misas que he asistido en los últimos años, tras la bendición del cura siempre se le reza una oración a la Santa Virgen y en el mes de María se le reza cantando.
Hay que recordar que mientras a Cristo se le adora por ser Dios, a la Virgen se la venera.
En cuanto a los últimos Papas. S. Juan Pablo II afirmaba que salvó su vida en el atentado de Alí Agca (ó Agka) por intercesión de la Santa Virgen María y BXVI siempre ha sido un gran devoto de la Virgen.
Ignoro el porqué tiene Vd. esa percepción de la Jerarquía y de Europa. Pero le puedo garantizar que aquí en España las niñas por su Bautizo y Confirmación reciben sendas medallas de la Santa Virgen María. (Hablo de hijas de católicos).
Saludos cordiales.
En cuanto al cristocentrismo no mariano, lo afirmo en cuanto se silencia el lugar Eminente que le corresponde a María en el momento actual del Plan de la Salvación.
Misión cuyas implicancias he expresado, y que son sistemáticamente silenciadas. Se habla de la cuestión de la Liturgia, de la Pachamama, de los silencios sobre tantos errores que conmueven a la Iglesia, de la penetración del luteranismo, de la masonería, del marxismo, del progresismo, del NOM, del cisma, de los graves errores del Papa, pero no se ofrece la esperanza de una salida mediante el triunfo de la Señora Vestida de Sol, la Virgen, sobre el dragón infernal.
¿Podemos hablar de una Presencia de la Virgen en una Iglesia a la deriva, de cuyas manifestaciones y mensajes dados en San Nicolás, con el reconocimiento de CARÁCTER DE SUPERNATURALITATER por el obispo competente, el Papa Francisco se permite chancear negando que la Virgen sea Jefa de Correos, para darlos todos los días; y que al regresar de Fátima en el avión se burle de las Apariciones que la Virgen anunció un mes antes a los Pastorcitos durante seis meses, negando que fuera Jefa de Telégrafos?.
¿Qué Cardenal, u obispo ha proclamado e implorado el triunfo del Corazón Inmaculado en el mundo? Ninguno.
Si no se cuenta con la Virgen, si el cristocentrismo cree poder prescindir de María, es un falso critocentrismo. “Quien rechaza a mi Madre, a Mi me rechaza” (Mens. de Jesús, en S. Nicolás).
Disculpe Vd. He tenido que buscar a qué se refería.
La incontinencia verbal de Francisco y los patazos que mete.
Supongo que no le va a servir de consuelo, pero al menos que le sirva para no incrementar su disgusto con Francisco: A todos los católicos que creemos en la Doctrina nos llamó cara de pepinillos en vinagre y a las mujeres católicas que deciden tener muchos hijos: conejas. Y de esas tiene varias más.
Lo de San Nicolás he tenido que buscarlo porque no lo conocía como ya he escrito.
Lamentable por parte de Francisco burlarse de una Aparición de la Virgen que ya el obispo del lugar ha proclamado como preternatural.
Es que pareciera que Francisco no da más de sí.
De todas formas recuerde usted Hornero, que la Revelación universal terminó con la muerte del último de los Apóstoles y que toda revelación aprobada por la Iglesia lo es como revelación particular sin obligación de creerla (esto ya lo señaló Feri, que sabe mucho más que yo).
Se lo comento porque a mí con Medjugorge me pasa que me cuesta mucho creer que la Virgen cite con hora exacta a los videntes para revelar sus mensajes. Aunque evidentemente yo soy muy respetuoso con lo que allí ocurre: Confesionarios llenos día y noche y Conversiones sin parar.
De todas formas ¿Vd. piensa que Francisco no es devoto de la Virgen por esa incontinencia verbal?
Se lo pregunto sin segundas intenciones, es que simplemente no sé si es mariano o no.
Saludos cordiales.
Hay una verdadera batalla por parte de la Virgen en esto de la no publicación: "Derribaré a cualquier enemigo que se oponga a dar a conocer lo que te doy" (Mens. a Gladys, la vidente).
Desde ya, Cristo y la Virgen son dueños de hablar cuando quieran, y no hay quien tenga autoridad para impedirlo, ni para "cerrar" sus revelaciones que nos orientan en medio de la más trágica confusión.
Estos señores y monseñores no advierten que la Iglesia hace tres siglos que intenta detener el mal que se agudiza por momentos, y que, no obstante una serie de Papas excelentes, santos y sabios, no lo han logrado. Si no atinan a pedirle a la Madre y Reina de la Iglesia, lo que sólo Ella puede hacer, esto es, parar al enemigo, es porque, o no tienen Fe (apostasía), o porque no quieren la solución que María va a dar: el derrumbe de la moderna Babilonia, o mundo moderno.
Cristo es la Revelación del Padre, cuya Plenitud constituye el Depósito de la Fe confiado por Él a su Iglesia. Pero, el conocimiento en acto de este Depósito divino de la Revelación por parte de la Iglesia, lo alcanza muy lenta y limitadamente, sólo en la medida que el Espíritu Santo lo permite. Porque la Revelación confiada a la Iglesia es un Misterio insondable, inagotable para los mismos ángeles y bienaventurados, es el Bien que ilumina la Eternidad.
La Iglesia ha demorado siglos para adquirir el conocimiento Infalible de alguno de sus dogmas, como es el caso de la Inmaculada Concepción, promulgado por Pío IX en 1854, o el de la Asunción, promulgado por Pío XII en 1950.
En este sentido, cuando Jesús y Su Madre afirman que nos revelan verdades nuevas, quieren decir que, si bien ya están contenidas en la Revelación, lo están en potencia en cuanto al conocimiento por parte de la Iglesia. Por ejemplo, cuando Jesús y la Virgen afirman en distintos Mensajes que Ella es Corredentora, Medianera, ofrecen por este medio una certeza indubitable para quienes reciben el don de creer en tales Mensajes sobrenaturales. No todos experimentan viva certeza ante las Apariciones y Palabras de Jesús y de María; es una historia demasiado conocida desde la duda del Apóstol Tomás. La Virgen nos dice que es un don de Ella, aceptarlas.
En estos tiempos finales, escatológicos, quienes crean poder conducirse por sí solos, se equivocan. Necesitamos de una Luz extraordinaria. Para irradiarla, Cristo envía a Su Madre con su Aurora, plena de la Luz de la Gloria de Cristo que ha de transfigurar la Iglesia, la humanidad y el universo.
Amar la Patria es el amor primero
y es el postrero amor después de Dios;
y si es crucificado y verdadero,
ya son un solo amor, ya no son dos.
Amar la Patria hasta jugarse entero,
del puro patrio Bien Común en pos,
y afrontar marejada y viento fiero:
eso se inscribe al crédito de Dios.
Dios el que no se ve, Dios insondable;
de todo lo que es Bien, oscuro abismo,
sólo visible por oscura Fe.
No puede amar, por mucho que d'Él hable
del fondo de su gélido egoísmo,
quien no es capaz de amar ni lo que ve.
Tan bien nos viene a los argentinos,hoy.....
Ella afirma con gran bondad, sencillez de lenguaje y paciencia de pedagoga, de modo que podamos de a poco, con la ayuda del Espíritu Santo, su Esposo divino, penetrar en el conocimiento del Misterio de la Salvación.
En sus Manifestaciones y Mensajes en San Nicolás (Argentina), María nos dice que la Misión que lleva a cabo desde aquí abarca al mundo entero; es un llamado a la Conversión. Nos dice también que “Desde el Sur puede el cristiano esperar la Nueva Alianza que ya está en camino”. Esto nos lleva a meditar en el Designio de Dios sobre el Nuevo Mundo.
Es necesario comprender el lugar que ocupa el Nuevo Mundo en la Misión actual de la Virgen. No es posible desarrollar aquí lo extenso de la cuestión. Baste decir que el Viaje del Descubrimiento de Colón está signado por dos Fiestas de la Virgen: el 8 de setiembre, Natividad de María y el 12 de octubre, la Virgen del Pilar. Una exégesis del Acontecimiento implica toda una gran y eminente labor a desarrollar.
Anclado en ambos océanos entre los extremos de Occidente y de Oriente, podemos pensarlo como un hito de la Historia de uno y otro mundos, es decir, de la Historia Universal.
Hito, a cuyo oriente está Occidente, y a cuyo occidente está Oriente, recibe la luz del sol que viaja de uno a otro mundo, como señalando su designio.
Tal pasaje de la luz sugiere un rasgo de su vocación. Continente de la Nueva Evangelización.
Heredero del pensamiento aristotélico-tomista infundido por la España del Descubrimiento, Conquista y Evangelización, cabe concebirlo protagonista de una nueva sabiduría, acrecida por la savia de su raigambre inédita, germinada bajo los desvelos amorosos y providentes de María que puso en él sus ojos de Madre de la Sabiduría, Esposa del Espíritu Santo e Hija del Padre.
El Nuevo Mundo emerge del silencio de los siglos y del ignoto mundo de los antiguos, bajo el signo del misterio del espacio y del tiempo, del hombre y de la historia.
Quizás haya nombrado su principio metafísico-teológico: el MISTERIO.
Quizás, sea esta su voz, el hálito rumoroso que lo impele. Porque su ser se agita en los abismos del logos que lo constituye como participación del Logos Creador.
Como la simiente caída en buena tierra, desenvuelve su vida oculta en una gestación que habrá de manifestarse.
Bajo la potente luz del Occidente cristiano, el Nuevo Mundo ahonda en su INTERIORIDAD.
Singularidad de un camino inverso al del mundo moderno.
Cobijado en la pobreza, ausculta los sones lejanos de una marcha de apóstol de la Esperanza; ofrecerá los dones de los pastores ante una nueva Gruta de Belén: a Dios que nace en la humanidad, traído por Su Madre, en el triunfo de Su Corazón Inmaculado.
Desde el abismo del ser, ha de levantar su voz para que la humanidad pueda beber las aguas incontaminadas de la Nueva Creación.: “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Apoc 21, 5).
Por consiguiente, es un itinerario hacia lo sacro. Su naturaleza es de orden metafísico, en tanto racional, y de orden teológico, en cuanto sacro.
Pensar el Nuevo Mundo implica reflexión, meditación y contemplación.
Implica desplegar el espíritu cristiano hacia la posesión de los bienes del Reino, que debe gobernar como administrador fiel.
Pero, ¿cómo lo hará si no profundiza en el misterio que los constituye, si el espíritu no es iluminado por el logos que resplandece en la interioridad de las cosas y de todo acontecer?
De ahí, que la misión del Nuevo Mundo sea también a su modo descubridora; develar la realidad oculta del ser de la Creación, y así dar a luz un Mundo Nuevo.
Misión profética presente desde los inicios del Descubrimiento. Conciencia de España de haber realizado no sólo una proeza, sino la de haber dado a luz un Nuevo Mundo, esto es, el fruto oculto que los milenios y generaciones esperaban, guardado por el silencio de los tiempos y el impedimento del espacio, es decir, por la ignorancia de los hombres y por la inmensidad de los océanos.
Una madre debe volver siempre sus ojos al hijo de sus entrañas, de su mente y de su corazón, de sus desvelos de amor. Debe contemplar al vástago que crece. Y cuando da sombra, flores y fruto, celebrar juntos la nueva primavera que renueva la vida. La madre se prolonga en la vida de los hijos.
Así, España, es nación señera ante el Viejo Occidente, que deambula extraviado entre errores, perversiones y apostasía. España dio a luz, continúa su misión de Madre Patria, unida a su herencia en razón de la Misión que la Providencia le confió, que ella cumplió con generosidad heroica, misionera y evangelizadora. España “eligió la mejor parte, que no le será quitada”. Cristo y María fueron plantados en estas tierras, descubiertas, conquistadas, evangelizadas y civilizadas, arrebatadas al enemigo de Cristo, y perfumadas por Su Madre con albricias tempranas. “La Justicia y la Misericordia se dieron beso de Paz”.
No es pensable el Nuevo Mundo sin referirlo a España. La vocación del Nuevo Mundo se integra con la de la Madre Patria en un anhelo común: evangelizar la humanidad, su conversión, para disponerla a constituirse como la gran familia de los hijos de Dios, y realizar, así, lo que es propio del todo, lo que ninguna de las partes puede realizar por sí sola.
Comprender, meditar y llevar adelante tal misión, es nuestro deber. Y un deber no se discute.
Expresa su opinión en un blog de un católico de excelente formación.
Lo cual al menos implica dos cosas:
1) Qué ha leído el post de un católico.
2) Qué ha leído alguno de los comentarios.
Lo señalo porque yo no entro a leer post de ateos o agnósticos, no tendría ningún sentido.
Pero parece necesitarse más claridad:
Ya conozco la Verdad y no tengo necesidad de entrar en blogs de agnósticos y ateos.
Respeto a quién lo haga y por los motivos que él considere, pero para mí eso revela una gran inseguridad.
Y sí, el ateísmo es la más fanática de las creencias porque renuncia por completo a la lógica y a la razón.
La capacidad de razonar es lo que nos distingue de los animales. Yo dialogo con personas.
En aquella intervención, nuestra Madre contemplaba ya la fecha del Descubrimiento y preparaba los acontecimientos que habrían de celebrarlo.
La Historia de España está trazada toda por su Misión eminente: dar a luz al Nuevo Mundo. Su acerbo, preparado por la Providencia, fue puesto en las Manos de María para llevarlo paso a paso a realizar su Obra Magna. En ésta, España revela, y se revela a sí misma en su ser auténtico de Madre Patria.
La conciencia que haya tenido de su entidad eminente desde los inicios, bajo la mirada deslumbrante de la Reina Isabel, del Rey Fernando y de Colón, puede estar velada por sombras, pero esa sustancia de su ser permanece inalterable en su camino, lo advierta o no, hacia la futuridad del Nuevo Mundo nacido de ella. España y el Descubrimiento marchan juntos bajo un designio trascendente.
Una y otro están signados por el itinerario hacia la interioridad. Tal como los selló la Virgen del Silencio, que “guardaba todas esas cosas en su Corazón” (Luc 2, 51).
María ha impreso en nuestros pueblos cristianos la vocación de su alma sumida en las profundidades de Dios.
El Nuevo Mundo es el Jardín de María donde Ella cultiva las flores y frutos que han de brotar del “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo, que se manifiesta (Col 3, 4) lentamente bajo los potentes rayos de su Aurora, resplandeciente por la Luz de la Gloria de Cristo que la colma.
España, Madre Patria crece junto con el Nuevo Mundo; se encaminan ambos a preparar el camino al Mundo Nuevo que viene, nueva Edad del Reino de Dios.
Mundo Nuevo que revelará la gran Liturgia que ordena a la Creación a la glorificación de la Santísima Trinidad.
La humanidad convertida, reunida en la Iglesia como Pueblo de Dios, “liberará a la creación de la servidumbre de la corrupción, para participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8, 21).
Así, unos y otros somos convocados por María para secundar sus trabajos y su batalla decisiva, en preparación del camino del Señor que Viene.
¡Marchemos juntos hacia la Victoria! ¡incendiemos el mundo con la Esperanza! ¡entonemos el canto de gloria que las Edades esperan!
Entendí su mensaje. Su preocupación es con la Jerarquía de Roma, que está en Europa.
En Europa tenemos similar preocupación.
No continué con el tema porque me pareció que ya todo estaba aclarado.
Saludos cordiales.
Pablo dice que el no entra a leer los posts de ateos o agnosticos, no le encuentra sentido por que el conoce la Verdad. Basicamente lo que contesta Pablo es la confirmación de mi experiencia discutiendo de religión con creyentes y que había expresado en mi primer comentario.
Y claro Pablo, me he leido el post y algunos comentarios. Y visito aveces la página, no por religión o por cuestiones de seguridad en lo que pienso sobre mi condición de no creyente, lo hago -si te interesa saberlo- por pura curiosidad sobre lo que piensan los que si creen. Llegue a este portal hace años, por unos post loquísimos de Milinko, un blogger que trataba de defender el geocentrismo del universo (así, a bocajarro, algunos lo recordareis, es una pena que su blog no pueda consultarse en archivos) y como te digo, desde entonces me paso a veces a leeros por que me parece interesante saber lo que pensáis sobre temas más allá de la religión y que podrían afectarnos a los no creyentes, política mayormente.
En relación con lo dicho, he meditado sobre España y el Nuevo Mundo, llamados a secundar la Misión que lleva adelante la Virgen.
Lo que tú digas, majo. Pero el que estás aquí eres tú y yo no estoy en ningún blog de tu gente.
Y este post no trata de política. Es por esta falta de honradez intelectual por lo que yo no discuto con vosotros.
gracias por el piropo.
El post no trata del hecho religioso, va más allá de religión, trata de discutir sobre la religión. Creo, el autor, cuando menciona esas palabras del que viene con 'objeciones religiosas', tiene en mente no precisamente al creyente mas ortodoxo y si al que puede serlo menos por sus objeciones o incluso ser un no creyente. A si que sí, me ha interesado el tema.
Y obviamente dije política, acompañado de un mayormente por que es lo que mas suelo leer. Mayormente no significa exclusivamente, pero eso ya lo sabías y habla mas de tu 'honradez intelectual' que de la mia.
Yo no tengo mayor problema en dialogar con 'vosotros' pero siéntete libre de ignorar mis comentarios presentes o futuros, perla.
Con todos los respetos le digo que no existe obligación de convertir a quién no desea convertirse.
El Evangelio con el mismo Cristo está cuajado de personas a quién Dios les dió la oportunidad y la rechazaron, desde el joven rico, pasando por Pilatos y llegando hasta el mal ladrón.
Usted obre según conciencia y Espíritu, pero para mí, hermanos son mis próximos. Hermanos adoptivos, es decir prójimos, todos los católicos y el resto de personas no llegan ni a primos.
¡Feliz Domingo!
Los hombres hemos sido todos redimidos por Cristo y confiados a Su Madre al pie de la Cruz como hijos. María es Madre de todos los hombres.
Todo hombre es nuestro prójimo, por ello es nuestro hermano.
"El que no ama a su hermano, a quien ve, no es posible que ame a Dios, a quien no ve" (I Jn 4, 20).
Usted es hermano mío en la Fe y es mi prójimo, el resto de seres humanos no creyentes son sólo creaturas de Dios.
Lo siento si no lo entiende, pero Cristo es muy claro en esto: ¿Quién es mi hermano? El que cumple los mandamuentos.
¿Cuál es el principal mandamiento? Amarás al Señor, tu Dios sobre todas las cosas con toda tu alma y con todo tu ser.
Ese panhermanismo no real es y ha sido muy perjudicial para los católicos y nos ha costado y nos cuesta a día de hoy muchos disgustos y muchas vidas.
La remisión de los pecados por Cristo en la Cruz fue por todos los hombres, pero únicamente se beneficia quienes libremente la aceptan.
Por eso en el canon se ha vuelto a traducir el "pro multes" como "por muchos" sustituyendo al erróneo "por todos".
Espero que lo entienda y si no es así: Lo siento por usted.
Esto significa que debemos trascender el mundo del “hombre viejo”, bajo la condición de “hombres nuevos” nacidos en Cristo por María y el Espíritu Santo.
La tarea es grande, hay cabida para todos. Porque todo ámbito de la realidad debe ser librado de la usurpación del enemigo. Contamos con la inteligencia y la voluntad, las manos que obran y los pies que avanzan por los senderos de la tierra a conquistar.
Como ejército en marcha combatimos en la tierra; las milicias del Cielo lo hacen desde lo alto. La tierra debe quedar libre de enemigos. Entre tanto, comprendamos de más en más qué sea el Reino; cuáles sus disposiciones, parámetros y leyes; cuáles su sabiduría, señorío, poder y amores.
“El abismo llama al abismo” (Ps 42, 8), lo divino a lo humano. Exploremos nuestro abismo remontando más allá de las cumbres, avizorando desde ellas nuestras profundidades.
María Medianera, intercede por nosotros; Corredentora, ejerce su poder soberano; Cocreadora, nos abre las puertas al universo. Ella es la Puerta del Paraíso; se ha retirado el querubín que la guardaba con espada de fuego (Gen 3, 24).
Grave error el suyo. ¿Pretende juzgar acerca de quien cumple los mandamientos?
¿A quien se dirige la evangelización, a hermanos, a prójimos, o a cosas?
Lea la lección del samaritano: “Quién fue el prójimo, el que hizo con él misericordia” (Luc 10, 36-37).
Usted, pienso, no ha de entender lo que es la evangelización, ¡si espera evangelizar a hermanos ya convertidos, bautizados!
1) ¿Usted pretende evangelizar en un post de otro blogger? Yo no. La evangelización que yo practico es personal y me apoyo en mi pareja de evangelización y las dudas que me planteen y que no sepa resolver las consulto con mis formadores. Pero suerte, Hornero: Ancha es Castilla.
2) Yo no juzgo sobre quién cumple los mandamientos. Cristo es quién dice: Mi hermano es aquel que cumple los mandamientos. Y si una persona se declara atea ¿acaso puede amar a Dios, que es el primer mandamiento y más importante? Esto es de parvulitos, Hornero.
3) La evangelización se dirige a hombres (seres capaces de razonar). Si Vd.quiere evangelizar a un burro, adelante, pero no es eso lo que nos manda Cristo.
3) Error: el samaritano cumplió la regla de oro: Trata al otro como te gustaría que te trataran.
Y Cristo escoge en su parábola al samaritano a tiro hecho, porque los samaritanos eran para los judíos lo que para nosotros los protestantes. ¿Lo entiende Hornero? Eran una secta.
Pero Cristo no afirma que el samaritano sea prójimo sino que actúó cómo al menos deberíamos actuar todos con los demás.
De hecho Cristo les pregunta a los Apóstoles ¿Quién de los tres actuó como un prójimo?
Hornero: Creo que le sobra milagritis y le falta formación. Lo segundo puede solucionarlo.
Por último decirle que: Entre su opinión y la de la Iglesia...
¡Qué Dios le bendiga hornero!
Lo tomé por bienintencionado pero veo que padece de soberbia.
Fórmese.
La sustancia invisible de la Historia Universal no es otra que la Historia de la Salvación que culmina en el Reino Glorioso de Cristo. “Todo ha sido creado por Él, en Él y para Él…Todo subsiste en Él…Es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura, del cielo y de la tierra, de las visibles e invisibles, tronos, dominaciones, principados, potestades” (Col 1, 15-17). “Y plugo al Padre que en Él habitase toda la plenitud, y por Él reconciliar consigo, pacificando por la sangre de su cruz todas las cosas, así las de la tierra como las del cielo” (id 20).
“El Padre nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor” (Col 1, 13). Por lo tanto, no hablemos como niños que balbucean, sino afirmando abiertamente lo que se nos ha enseñado por la Escritura.
La ciencia del “hombre viejo del pecado” no conviene para manifestar la condición eminente del mundo que nos aguarda, que “desciende del cielo de parte de Dios” (Apoc 21, 2). Es necesario que “nos vistamos del hombre nuevo” (Ef 4, 24), a fin de participar en los acontecimientos, no de una historia temporal que termina, sino en los que preparan e inician “algo que no ha sucedido desde la creación del mundo” (Mens. de la Virgen al Mov. Sacerdotal Mariano, P. E. Gobbi): la instauración del Reino Glorioso de Cristo.
Dios obra por medio de las causas segundas, somos instrumentos-ministros suyos que debemos ejecutar el plan trascendente de conducir la humanidad, la tierra y el universo todo a la Nueva Edad del Reino de Dios entre nosotros. Tarea sobre-humana que debemos realizar bajo la Conducción de María que nos convoca, nos toma con sus Manos y nos introduce en su Corazón Inmaculado, a fin de que secundemos su triunfo en el mundo.
Tales son los tiempos que vivimos. Cada cual tiene su lugar asignado en el plan de la Salvación. España y el Nuevo Mundo debemos “responder al llamado de la diana despertadora” (E. Hello, El Hombre). El Descubrimiento es el ingreso a un Nuevo Descubrimiento; no ya a un Continente; al Nuevo Mundo, un Mundo Nuevo lo aguarda, al que debe dar a luz a bordo de la Nueva Carabela Santa María, esto es, el Arca de María.
La Aurora de María, Luz dela Gloria de Cristo, está iluminando la Iglesia, la humanidad, las cosas y aconteceres de la tierra y del universo. Nos convoca hacia ella, que pensemos y obremos bajo su potente Luz que sana, extingue las tinieblas del error y del pecado, y demuele la cabeza del dragón.
“¿Cuánto hace que vengo hablando a todos mis hijos, para acercarlos a Dios. Leed Col. 3,4: “Cuando se manifieste Cristo, que es vuestra Vida, entonces ustedes también aparecerán con Él llenos de Gloria” (Mens.de la Virgen dado en San Nicolás, 20-9-85); “Os pido, oréis por vuestros hermanos ateos, para que ellos puedan marchar también hacia el Señor” (id 12-4-85); Jesús nos pide; “Evangelizad a vuestros hermanos que nada conocen de la Palabra de Dios” (id. 30-12-89); “Cristo ganará la gran batalla…Lo digo por el mundo entero. Leed I Reyes2, 3-4: …Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas; Miq 4, 2: y acudirán naciones numerosas que dirán:…Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas…(id 27-12-83).
Tiempo profético, el nuestro. No temamos dirigirnos hacia los caminos del Señor, porque su Reino dilatará los confines conocidos, del hombre y de la tierra que habita. Quizás mandemos a los fondos oceánicos elevarse hasta emerger y formar nuevos continentes, y a la tierra, ofrecer un clima habitable en toda su superficie de desiertos, montañas desoladas e inaccesibles, zonas tórridas, regiones polares congeladas, a fin de que la cubran plantas, animales y una humanidad inmensamente más numerosa.
“Leed Ageo 2, 5-8: Dentro de poco tiempo, Yo haré estremecer el cielo y la tierra, el mar y la tierra firme. Haré estremecer a todas las naciones” (id 25-12-83).
“Ha venido el Día. ¿Y no lo ven? Ha venido la Misericordia. ¿Y no la aceptan?” (Mens. de Jesús en San Nicolás).
¿Va usted a Misa?
Por favor, no me tome el pelo y vaya usted a reírse de quién le plazca, por ejemplo de su maromo de usted.
Y quede tranquilo que con sus actos, hasta ahora, usted queda exento del Pro multis.
Comprendo su airada reacción, su cerrada incomprensión incluso. Hasta sus formas. Pero entérese bien de que aquí, en todo caso, los cachondeados somos otros. Ni más ni menos que por la doble vara de traducir, que no es moco de pavo y de todos son conocidas las acostumbradas consecuencias.
Estamos viviendo la práctica abolición del ritual histórico de la misa. Nuestros abuelos tuvieron que asumir, en un chasquido de dedos, dos Eucaristías sorprendentemente desiguales. Así porque sí.
Otros crecimos rezando que "por todos" pero en realidad "por muchos". "Los hombres de buena voluntad" pero en realidad "los que ama el Señor". El "Dios de los ejércitos" pero en realidad "del universo". Ayer mismo Natanael pero en realidad Bartolomé. Los otros llevan 1.000 años separados por un quítame allá ese Filioque.
¿Y en medio de toda esa marabunta, no ya semántica sino en ocasiones descaradamente cultural, resulta que los pasajes que te competen a ti humanamente sí que están meridianamente claros e intocables, y allá tú que te vas a enterar? Pues también es mala suerte, vaya.
En absoluto airada reacción. Usted ni me importa, ni me interesa.
Así que en alguna ocasión va a Misa, pues me alegro por usted. Eso sí, yo que usted le pediría al cura que me devolviera el dinero.
Pero con tantos errores como encuentra en la Iglesia, yo probaría en otra confesión. En alguna hasta podrían ser bendecidos en su arrejuntamiento contranatura y hasta por "obispesa" lesbiana. ¿Acaso su maromo y usted no serían más felices entre personas que sí les considerarían casados?
El Pro multis, su traducción más correcta del latín es: Por muchos. Esto cualquier filólogo lo puede certificar, pero además evita la presunción herética de que la muerte y Resurrección de Cristo nos garantiza la Salvación de manera automática. Siento chafarle la fiesta y desmontarle la pseudoreligión a conveniencia que se ha montado.
Nuestro tiempo es de llamado del Señor: “La Palabra del Señor quema ya mi boca, arde mi Corazón de amor y todo esto no alcanza todavía a cubrir la tierra. Si llegara a suceder, la humanidad se salvaría…Que el mundo sepa, que el mundo se puede salvar” (Mens, de la Virgen en San Nicolás, 8-11-86).
Por esto, los cristianos tenemos gran responsabilidad frente a la Iglesia en crisis y ante el mundo que naufraga en el orgullo y en la apostasía.
España y el Nuevo Mundo deben acrecentar la conciencia de su vocación, asumida por España y heredada por el Nuevo Mundo desde la predicación del Apóstol Santiago, confirmada y proclamada por la Virgen del Pilar.
Todo hombre, o nación movidos por su vocación cristiana llevan un derrotero que no se detiene. Como “el pueblo elegido”, avanza tras la columna de humo por el desierto. Hoy el mundo es un pedregal poblado de ponzoñas y serpientes.
Día y noche la aurora de María guía la marcha y nos alienta. Primer objetivo: la CONVERSIÓN DEL MUNDO. Jesús nos lo pide, María nos conduce. Toda duda o incertidumbre están excluidas de modo absoluto y definitivo.
Vamos a construir la Ciudad que desciende del Cielo de parte de Dios, la nueva Jerusalén. Sus puertas siempre abiertas a los reyes de la tierra que llevarán a ella las glorias y honor de las naciones. (Apoc 21), y a los apóstoles de María que trajinan por la tierra y más allá de ella, expandiendo el Reino por el universo todo.
No hay poder enemigo que pueda impedir nuestros trabajos de Evangelizar. No requerimos pasaportes, ni hay guardias que puedan detenernos, ni distancias que no salvemos, ni multitudes que superen nuestra misión de evangelizar. Donde nos impele el Espíritu, allí vamos con nuestra mente y nuestro corazón. ¿Quién puede resistirnos?
“Iban allí donde el Espíritu los impelía” (Ez 1, 12 – cita de S. Luis de Montfort. Oración por los Misioneros de María – Trat. de la Verdadera Devoción a la Sma. Virgen).
“En el lugar donde estéis, Evangelizad” (Jesús, 30-12-89). Sea desde nuestras casas, sea desde la calle o desde los caminos, sentados en espera de algún trámite, en trabajos o descanso, despiertos o dormidos, prediquemos. En alas del viento, de las aves, o en alas de los ángeles, nuestras voces llegarán a donde el Espíritu Santo las dirija.
España y el Nuevo Mundo iniciemos juntos la Evangelización del mundo, no dependemos de nadie, sólo de María. Veremos los frutos de nuestros trabajos.
No entiendo lo de exigirle a mi párroco que me devuelva el dinero. La nulidad me costó un pastón, pero no veo la relación. No me líe, que me lío pronto.
¿Penitencia por usted? 9 de 10 en Comedia.
Ya coincidiremos en otra ocasión, o no.
Ahora sí me despido.
El ataque tenebroso desatado por el demonio desde siglos atrás ha esparcido una densa oscuridad que ha vuelto errático el pensar y obrar de la Jerarquía. “Los jefes, los conductores del pueblo de Dios han desdeñado la oración y la penitencia, y el demonio les ha ofuscado la inteligencia; se han transformado en estrellas errantes que el viejo diablo arrastra con su cola para hacerlos perecer” (Mens, de La Virgen de La Salette, 5).
Este rechazo a la Virgen es APOSTASÍA: “Quien rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza” (Mens. de Jesús en San Nicolás, ).
Se han empeñado en hacer callar a Jesús y a María cuando hablan en nuestro tiempo. Han apelado al ingenio de teólogos, no a la sabiduría de la que carecen, para reducir a “cosas buenas, aprovechables, piadosas” la Palabra de Dios pronunciada “después de la muerte del último Apóstol”, con la que dieron el portazo a Cristo y a Su Madre. “A nosotros nos ha sido concedido el Magisterio”. Sí, así es, pero ustedes permanecen dentro de los límites del “hombre viejo”, y buen trabajo tienen para discernir en la Escritura la Verdad revelada. Y mayor trabajo requieren para evangelizar, tanto que el mundo permanece en su mayor parte fuera de la Iglesia.
Por eso, porque Dios conoce los exiguos límites de Pedro, de los Apóstoles, y de sus sucesores, viene Jesús a ayudarlos a edificar el Reino, y pone a la cabeza de esta Misión a la Virgen. Pero, no lo entienden, y se empeñan en distinciones alambicadas entre Revelación pública y revelaciones privadas, poniendo cerrojo al derecho de Dios de hablar cuando quiera, y de revelar lo que los Pastores y teólogos no llegan aún a discernir. ¡Mil ochocientos cuarenta y seis años, necesitó la Iglesia para promulgar el dogma de la Inmaculada Concepción, y 1950 años ´para el dogma de la Asunción!.
Hoy los tiempos urgen, la Iglesia y el mundo se derrumban, abrazados mutuamente. Aún discuten y porfían si María es La Señora Vestida de Sol, si Su Corazón Inmaculado triunfará en el mundo, “¿Qué es esto?”, se preguntaba alguien cuando S.J.P. II mandó dar a conocer el Tercer Secreto de Fátima, y lo explicaba desnaturalizando el Acontecimiento anunciado: según su opinión, la Virgen lo cumplió cuando dio el Sí a la Encarnación del Verbo, pero es éste el que venció. Es decir, no debemos esperar que la Virgen pise la cabeza del anti-cristo, hoy vivo y coleando.
En fin, es demasiado ostensible el rechazo sistemático a la Virgen por parte de los Pastores, los une como una consigna: no atentar contra la moderna Babilonia que será arrasada por el triunfo del Corazón Inmaculado de María.
MARÍA vs. MUNDO. esta es la CAUSA de la crisis de la Iglesia.
Y no se haga el sueco, que en su parroquia también hay.
Las historias aunadas de España y del Nuevo Mundo deben RECTIFICAR el gran equívoco que pesa sobre el nombre y gloria de las tierras descubiertas.
. Una serie de informaciones confusas y contradictorias llevaron a un grupo de geógrafos y cosmógrafos alemanes a publicar en 1597 la obra de Martin Waldseemüller ”Cosmographiae Introductio”, que atribuía a Amerigo Vespucci los méritos del descubrimiento de un nuevo mundo. En su honor se le llamó por el femenino América, en semejanza con Asia, África y Europa Tal equívoco se difundió por Europa. Entre tanto, España no había bautizado las nuevas tierras descubiertas por Colón, llamadas Indias (cf. Vicente D. Sierra, Historia de la Argentina, t. I, c. 2, 9).
De todos modos, el nombre de Nuevo Mundo está registrado en escritos de Colón, y en “Décadas del Nuevo Mundo”, de Pedro Mártir de Anglería, escritas entre 1494 y 1595.
Esta cuestión del nombre del Continente descubierto, es cosa de la mayor cuantía, pues en él se resumen su ser geográfico-histórico; unidad de espacio y destino que determina su vocación singular.
Nuevo Mundo, Continente de la Esperanza, Tierra de María, cuyos ojos se posaron ya en él, el año 40 D.C., cuando el Apóstol Santiago predicaba el Evangelio, y Ella quiso alentarlo, apareciendo, en el Pilar junto al Ebro, mientras aún vivía en la tierra. Lo confirma el hecho de que Colón realiza el Descubrimiento el 12 de octubre, Fiesta de la Virgen del Pilar. Esta coincidencia parece confirmar por la Virgen el hecho histórico de la predicación del Apóstol Santiago en España, discutido por algunos.
Así, el Nuevo Mundo estaría ya en la mente de María desde 1452 años antes del Descubrimiento. Hoy, digamos que la historia de nuestras naciones en el Plan de la Salvación cuentan con casi dos mil años, si prescindimos de que en el Designio de Dios estaban ya presentes antes de la creación del mundo, como lo ha estado toda la Historia Universal de la humanidad, y lo estará en la eternidad.
Nuevo Mundo, Tierra de María, Continente de la Esperanza, señalan su destino profético. Los tiempos de su cumplimiento han venido con la Aurora de María. Elevemos nuestro espíritu hasta ella a fin de “trabajar en su causa”, como María nos pide.
Nuestra respuesta a su llamado supone docilidad, humildad, confianza, fortaleza y esperanza. Lo supone en una medida mayor que la pedida al “hombre viejo del pecado”, porque la Evangelización del mundo tropieza hoy con la gran oposición y astucia del demonio que redobla sus esfuerzos arrojando escombros en el camino. (cf. Apoc12, 12).
“A la maldad pisadla, y la destruiréis; eso debéis hacer, pisarla” (Mens. de Jesús en San Nicolás). No nos detengamos más de lo necesario en examinar los errores, avancemos. Saludemos la Aurora, despertemos, nos pongamos de pie, trabajemos su Luz. Así, permitiremos que su Luz haga MANIFIESTO en nosotros el “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo.
El horizonte de la Conversión del mundo abre incalculables posibilidades de edificar el Reino. En la medida que la humanidad se convierta, sus aportes se acrecentarán. “Si dijerais a esta montaña; arrójate al mar, lo haría” (Mat 21, 21).
Así, será permitido a la humanidad, bajo la autoridad y guía de la Iglesia, construir la “Civilización del Amor” (Pablo VI); “restaurar la armonía primitiva”, “edificar todo un mundo desde sus fundamentos” (Pío XII); “Cruzar el umbral de la Esperanza” (S.J.P. II).
Necesitamos tomar conciencia de los enormes recursos que nos ofrece la Aurora de María. Su Luz alumbra la mente y el corazón, la inteligencia y la voluntad.
El mundo se derrumba por incapacidad manifiesta de sostenerse a sí mismo. Los “prodigios de su progreso”, aún los meritorios, son insuficientes para impedir el término de su historia. Como a todo organismo vivo, la muerte le acecha irreversible.
“Vuestra vida, que es Cristo, está oculta con Cristo en Dios, cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros os manifestaréis en gloria con Él” (Col 3, 4).
“Vestíos del hombre nuevo” (Ef 4, 24). Entonces, “se nos abrirán los ojos, para ver que nuevamente hemos sido vestidos con las riquezas inauditas del Paraíso” (cf. Gen 3, 7).
Nuestra suerte común ha sido sellada por María desde su Aparición al Apóstol Santiago en el Pilar, hasta el Descubrimiento en la Fecha que la conmemora, continuada por la Aparición de la Virgen de Guadalupe (Méjico) hasta las actuales Manifestaciones y Mensajes en San Nicolás (Argentina).
Descubrimiento, el indio Juan Diego elegido como novísimo apóstol de María para las nuevas tierras, y San Nicolás, tres hitos que señalan a la España del Descubrimiento, Conquista y Evangelización, definitivamente unida en una Misión común, mediante las raíces echadas por María en hombres y tierras del Nuevo Mundo.
Entender esto es fundamental para comprender el pasado, el presente y el futuro que se avecina y convoca a nuestros pueblos y naciones.
Si obramos conforme al plan de la Virgen, el camino de nuestra Misión común irá de hito en hito, afianzando la conquista de los dominios hoy usurpados por el enemigo, y transfigurando de más en más el mundo del “hombre viejo”, en el mundo del “hombre nuevo” nacido en Cristo, que comienza a “manifestarse” mediante la Aurora de María.
María quiso llegar al Nuevo Mundo en las Carabelas de España, y ha anclado aquí: “Yo soy el Ancla, Yo he anclado aquí, Yo soy el Arca que quiere llevar los hijos al Señor” (14-10-84); “En este tiempo el Arca soy Yo, para todos tus hermanos. Soy el Arca de la paz, el Arca de la Salvación, el Arca por donde mis hijos deberán entrar, si desean vivir en el Reino de Dios ( 6-2-87); “Antes fue salvado el mundo por medio del arca de Noé; hoy el Arca es Mi Madre. Por medio de Ella, se salvarán las almas, porque Ella, las traerá hacia Mí. Aquel que rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza” (Jesús, San Nicolas, 30-12-89).
No todo nos es dicho por María de modo explícito en sus Mensajes, Ella desea que nos aboquemos a leerlos y meditarlos, que reflexionemos sobre ellos. Ella recompensa tal esfuerzo de nuestra parte, iluminando nuestra mente y corazón con la Luz de Gloria de su Aurora.
La Misión que la Virgen asignó a España desde los inicios, fructificó en el Descubrimiento del Nuevo Mundo, y volverá a fructificar cuando, unidos iniciemos las tareas de Evangelizar al mundo actual.
Esto implica que, bajo la Conducción de María, gestemos un movimiento espiritual que aúne nuestros esfuerzos para abrir camino al Mundo Nuevo que viene, la Nueva Edad del Reino. “Algo que jamás sucedió desde la Creación del mundo” (Mens. al Mov. Sacerdotal Mariano, P. E. Gobbi).
Misterio con esplendores de Amanecer, con voces altísimas que lo anuncian: tres Papas han hablado de él de modo explícito, y cada una de sus locuciones merecen ser objeto de meditación y reflexión.
“Dios es Amor” (I Jn 4, 8). La sustancia de todo ser creado es participación en el Amor del Logos Creador.
Esta es la fuerza que hace posible la Evangelización. Mueve a nuestros hermanos a abrir su interior, su mente y su corazón, a la Verdad. Como el fuego comunica la llama, así, el amor enciende al alma que lo recibe. Habrá resistencias, no desesperemos, Dios obrará.
La Civilización del Amor esperada por la Iglesia, pondrá de manifiesto que el amor es la “fuerza de gravitación” que sostiene el orden del cosmos, más allá del orden físico, y que anima a toda la Creación, ángeles y hombres, en la Sacra Liturgia en torno al Trono del Altísimo.
El más ínfimo de los seres materiales posee una “gravitación” de orden ontológico sacro sobre la estructura total del universo, superior en medida inconmensurable a la energía física desplegada en los espacios siderales o en el núcleo atómico.
Es la gravitación del amor participado por Dios, la que nos permite difundir en el mundo el Evangelio. Poder transfigurante que dispone a nuestros hermanos a ser verdaderos hijos de Dios, miembros del Cuerpo Místico de Cristo por el Bautismo.
Transfiguremos las naciones, culturas y pueblos llevando hasta ellos el amor del Evangelio. Nada nos impide hacerlo, ni el poder político, ni el económico, ni el militar. Está en nuestras manos, mente y corazón, es decir, en nuestra inteligencia y voluntad, responder a María, avanzar por el mundo llevando su Causa como nuestra causa. Desde el lugar donde estemos, “¡Evangelizad. No lo olvidéis, Evangelizad!” (Mens. de Jesús en San Nicolás).
¿Comprendemos la magnitud de la Misión y sus consecuencias?. Entonces aunemos nuestras fuerzas y EVANGELICEMOS desde donde estemos.
NADA NI NADIE NOS LO PUEDE IMPEDIR.
MARÍA NOS PRESIDE, LOS ÁNGELES NOS ACOMPAÑAN.
¿Cuántos misioneros serían necesarios? Contamos con casi quinientos mil sacerdotes en la Iglesia; si cada uno se hiciera cargo de mil hermanos para Evangelizar, lograríamos atender a quinientos millones, quedando fuera siete mil quinientos millones.
En cambio, si la Iglesia nos pidiera a los mil trescientos millones de bautizados, que oremos cada uno por la Evangelización de seis hermanos, cubriríamos la totalidad de los ocho mil millones.
No se trata de números, es sólo un ejemplo para comprender la magnitud de la cuestión. Es obra de la Gracia; un solo cristiano puede con sus oraciones, en especial el Santo Rosario, la Eucaristía, los sacrificios ofrecidos y la vida cristiana en general, convertir miles o millones.
Ahora bien, si nuestra respuesta lograra una creciente conversión masiva, será necesario que la Jerarquía examine cómo proceder litúrgicamente ante una situación que desborde los ritos actuales.
En este sentido, cabe esperar el nuevo Pentecostés que anuncia la Virgen; se refirió a él, S.J.P. II en su Discurso ante el CELAM, el 12 de octubre de 1992 en Santo Domingo; ya Pío XII había hablado de “una nueva primavera de la Iglesia”; Jesús nos dice en San Nicolás: “Soy el sembrador, recoged la cosecha, será grande” (15-11-83); “Tengan atentos los oídos, oigan lo que les digo. Les he dado el campo, les he dado las semillas, de aquí en adelante será tiempo de cosecha. No la descuiden, porque Yo la veré y ustedes la verán” (3-6-84).
Conviene prever.
El universo material contrajo por culpa de Adán la “servidumbre del pecado ”de la cual desea ser liberado para participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8).
De aquí, que el cosmos material está implícito en el concepto de Evangelización, en tanto por el Bautismo hemos sido constituidos “sacerdotes, reyes y profetas”.
No evangelizamos a sólo espíritus, sino a hombres dotados de espíritu y de cuerpo, ligados al mundo material que nos rodea y nos constituye partes indisolubles de él.
Cristo nos redimió de la culpa del pecado, librando a las cosas de su servidumbre. No obstante, permanecen en ella, pero con “esperanza de ser liberadas cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifieste, y nosotros nos manifestemos con Él” (Col 3,4).
Entonces asumiremos nuevamente nuestro señorío, que perdimos en Adán por el pecado. Contemplaremos el mundo en su sacralidad, por la cual se constituye en partícipe necesario de la Evangelización del Reino.
Porque Dios no creó un mundo profano e inerte, sino que le participó por el Logos Creador su Santidad, Sabiduría y Vida divinas, haciendo de las cosas de la tierra y de las de los espacios siderales, instrumentos de una sinfonía de amor sapientísima, “una como música callada, como soledad sonora, en la que las cosas dicen lo que cada una de ellas es en Dios, y lo que Dios es en cada una de ellas” (SanJuan de la Cruz, El Cántico Espiritual).
Este es el mundo que María pone en manos de Cristo al momento de la Encarnación, y que Él asume en Sí. Por lo cual merece con todo rigor teológico el Título de Co-Creadora de la segunda Creación: “He aquí que hago todo nuevo” (Apoc 21, 5).
Y Cristo asume en el seno de Su Madre no sólo el cosmos material, sino ante todo, asume como Hombre-Dios la humanidad y los ángeles, “todo subsiste en Él” (Col 1, 17). De aquí: “Soy la Madre de todo lo creado por Dios” (Mens. en San Nicolás, 3-8-1988).
Por consiguiente, la Evangelización encuentra en María a la Madre del Evangelio, Primera Evangelizadora. María nos convoca a colaborar bajo su Conducción en la obra magna de hacer efectivo el Señorío de Soberanía de Cristo Rey del Universo.
Fin absoluto de la Encarnación. “Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad oye mi voz” (Jn 18, 37).
La Realeza de Cristo abre un horizonte inconmensurable.
Tarea inmensa confiada por Cristo a Su Madre, la de preparar el camino a su Reino de Gloria.
Cada cosa es un arcano que guarda el logos participado por el Logos Creador; cada ente refulge en el abismo inconmensurable del océano ontológico que se agita en su interioridad.
A la Virgen le ha sido confiada la Misión eminente de regir la Creación toda, el Cielo, la tierra y el universo, los abismos interiores y los exteriores de las cosas. Toda está sostenido y gobernado por sus Manos, esto es, por la Sabiduría de su Corazón Inmaculado.
Partícipe necesaria en la obra de Cristo Redentor y Creador: “He aquí que hago todo nuevo” (Apoc 21, 5), María merece los Títulos de Medianera, Corredentora y Cocreadora. Por esta razón, las esperanzas en el próximo triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo, llevan a confiar en Ella la Conversión de la humanidad, de las naciones, culturas, y de modo especial la de la ciencia y técnica. Porque la edificación del nuevo Paraíso terrenal, en la que debemos colaborar, supone una profunda corrección del mundo actual, eliminando la cizaña de todos sus reductos, y recogiendo el buen trigo que ha de servirnos.
Es necesaria una purificación de nuestra mente y corazón adheridos fuertemente al mundo construido por el “hombre viejo”. Lo que parece necesario al sentido común, debe ser puesto en suspenso, en entredicho, porque sólo por la intervención del “hombre nuevo” nacido en Cristo y hecho manifiesto de modo creciente por la Luz transfigurante de la Aurora de María, han de operarse los cambios sustanciales en un mundo cristiano que no se regirá por el racionalismo-ateo, consumismo, marxismo, masonería, NOM, poder económico, ni militar. Debemos arrojar de nuestra convicción la perdurabilidad de tales antiguallas de la historia que llega a su término.
Despertemos a los “nuevos tiempos de María”, en los que La Señora Vestida de Sol está venciendo al viejo y decrépito dragón. Éste SE BATE EN RETIRADA, arrasando cuánto puede; disimula su derrota con ostentaciones de falso poder. No le creamos, está derrotado. Nos pongamos de pie, trabajemos por la Conversión de nuestros siete mil ochocientos millones de hermanos que aumentan cada día en número con rapidez inaudita. Signo éste que preanuncia la inminencia de un mundo de nueva magnitud. Cristo proveerá que la caída de la moderna Babilonia tenga el menor costo posible para la humanidad, que ya se encamina a su Conversión ante el llamado de María y de su Esposo el Espíritu Santo.
Despertemos a los “nuevos tiempos de María”, en los que La Señora Vestida de Sol está venciendo al viejo y decrépito dragón. Éste SE BATE EN RETIRADA, arrasando cuánto puede; disimula su derrota con ostentaciones de falso poder. No le creamos, está derrotado.
Nos pongamos de pie, trabajemos por la Conversión de nuestros siete mil ochocientos millones de hermanos que aumentan cada día en número con rapidez inaudita. Signo éste que preanuncia la inminencia de un mundo de nueva magnitud.
Cristo proveerá que la caída de la moderna Babilonia tenga el menor costo posible para la humanidad, que ya se encamina a su Conversión ante el llamado de María y de su Esposo el Espíritu Santo.
No obstante, el espíritu evangelizador de otros tiempos, ha decído hasta una cuasi parálisis. Cuestión que preocupa al pensamiento católico y metafísico del Dr. Carlos Daniel Lasa, como lo expone su artículo en Infocatólica “Hermenéutica de la continuidad vs. hermeneútica de la ruptura en la Iglesia Católica”. Se ha rechazado “la filosofía del ser” en razón de “la conciencia histórica”; “A partir del dogma de la fidelidad a la historia”, se buscará deconstruir el contenido de la fe católica…Creo que la metamorfosis de sentido que ha sufrido la fe no registra parangón en la historia de la Iglesia”.
El artículo me ha llevado a releer su conferencia “De una conciencia misionera a una conciencia conquistadora y de la necesidad del retorno” ante el Sexto Congreso Católico de Filosofía, celebrado en San Antonio de Arredondo (Córdoba-Argentina) bajo el lema: “América y Cristianismo en el V Centenario” – Octubre 1991. Cabe señalar que dicha Conferencia fue publicada en el Anuario Filosófico XV-XVI – Nros. 29-32 – 1991-1992, Director: Dr. Alberto Caturelli, Secretario de Redacción: Dr. Carlos Daniel Lasa. En dicho Congreso expusieron treinta intelectuales de primer nivel, como Mons. Dr. Octavio N. Derisi, R.P. Alfredo Sáenz S.J, Dr. Pedro Enrique Baquero Lazcano y otros. Por mi parte participé con una exposición.
En aquella Conferencia, el Dr. Lasa decía: “Al final de nuestra reflexión haremos hincapié en la necesidad imperiosa que tiene la Iglesia Católica de recuperar el impulso misionero puesto de manifiesto de modo harto palmario allá por el año 1492”. Y exponía el proceso filosófico seguido que desnaturaliza el contenido del pensamiento cristiano.
Los treinta años transcurridos desde entonces, le dan la razón a todo lo expuesto entonces sobre los intentos del nuevo orden mundial de avasallar el cristianismo.
Es el desafío que el anti-cristo ha lanzado siempre con astucia contra la Iglesia.
María responde: “El demonio es astuto; el Señor lo es más” (Mens. en San Nicolás, 27-6-2016).
Repuesta a la embestida furibunda del anti-ser contra el pensamiento objetivo del hombre racional anclado en el ser. Así, el enemigo intenta desquiciar el señorío del hombre que sostiene y gobierna la Creación por mandato divino: “Henchid la tierra; sometedla y dominad sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra” (Gen 1, 28).
Las palabras de María contienen el quid, la sustancia que determina la esencia y absoluta nulidad del demonio, con el consiguiente derrumbe de todo intento de destruir el Reino de Cristo. El odio demoníaco, que manifiestan sus secuaces contra lo absoluto de la conciencia metafísica cristiana, ha sido vencido por Cristo. María ejecuta la sentencia de aniquilar la cabeza de la serpiente con su Pie inmaculado.
Esta verdad hace tambalear al mismo infierno en su impotente intento de apoderarse de la tierra. Porque los apóstoles de María contraatacamos bajo su Conducción al grito de ¡VICTORIA!
María es Adversaria, terrible como ejército en orden de batalla, contra la licuefacción gelatinosa del racionalismo irracional, removido en su orgullo negador y suicida por todos los remolinos estrafalarios de la anti-inteligencia. No pudiendo negar la realidad que se impone al conocimiento como evidencia, niega a éste como potencia del espíritu que alcanza la verdad que lo trasciende, que reconoce su objetividad extra-mental.
Puede creerse que es una cuestión filosófica, lo es; pero es aún más, es una cuestión teológica-escatológica que se inscribe en el meollo de la lucha entre Cristo y el demonio. Es el golpe más artero y eficaz lanzado por el ángel tenebroso en los tiempos finales de su usurpado reinado.
Por esto, los secuaces de la modernidad están animados de odio feroz contra lo absoluto de la realidad, porque tal absoluto es participado por el Absoluto divino. Todo ser creado, cada cosa, por insignificante que nos parezca, es un abismo en el que el ser despliega todo su potencial ontológico sacro, en el que refulge lo divino participado.
María Cocreadora tiene la Misión de restablecer la salud de la inteligencia perturbada radicalmente por la astucia del tentador. Ella puede devolver la salud a la razón, la confianza cierta en la evidencia del conocimiento racional. Ella debe preservar a la ciencia de los desvaríos del ateísmo escéptico, con apariencias de rigor científico. Ella orienta a las ciencias a reencontrar el abismo sacro del que procede la realidad empírica. De este modo, la evangelización trabajará sobre la base de una cosmovisión armónica, en la que las cosas confluyen con la verdad revelada.
Fe y razón encuentran en María Cocreadora la razón de su conciliación fundamental. Allí, en el Seno Inmaculado de Su Madre, Cristo asumió la creación toda, haciendo indestructible la unidad del Logos Creador con la creatura, y la unidad del pensamiento racional con la Fe.
Todo el laberinto sin salida diseñado intencionalmente por el pensamiento anti-verdad y anti-realidad de la modernidad debe ser desechado como lastre que demora la edificación del nuevo Paraíso Terrenal anunciado por la Virgen.
España y el Nuevo Mundo debemos aunar los esfuerzos en la tarea inmensa de derrumbar la moderna Babilonia, insolente y blasfema, y encaminar nuestros esfuerzos espirituales a la conversión de la humanidad.
1 – Reconocimiento de que los gravísimos males que aquejan a la Iglesia tienen por causa la penetración del espíritu mundano en su interior, afectando al clero de modo específico, tal como lo denunció la Santísima Virgen en La Salette el 19 de setiembre de 1846.
2 – Ofrezcan a Dios y a Su Madre un MEA CULPA por tal complicidad con el mundo anti-cristiano.
3 – Reconozcan la impotencia demostrada por la Iglesia en los últimos siglos para contener el mal que la corrompe.
4 – Reconozcan la Misión que la Santísima Virgen ha recibido de parte de Su Hijo para acudir en defensa de la Iglesia y de la humanidad, ante el ataque extremo lanzado por el demonio.
5 – Proclamar que el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo es la esperanza que nos sostiene, que pondrá fin a la acción del demonio.
6 – Que la Santísima Virgen pisará la cabeza de la antigua serpiente, llamada diablo y anti-cristo, y lo aniquilará.
7 – Que los cristianos acompañamos a nuestra Madre en la batalla que lleva adelante contra las fuerzas del infierno.
8 – Que oramos fervientes a María a fin de que sean destruidos los planes del NOM, y juntamente sea derribada la moderna Babilonia construida por los impíos.
9 – Que nos sometemos a la Conducción por la Santísima Virgen en todo cuanto nos propongamos hacer como cristianos.
10 – Proclamamos nuestra absoluta confianza en la VICTORIA DE MARÍA.
Quizás, el orgullo que anida tras el desprecio de la verdad objetiva, oculte a sus víctimas la tragedia de su situación, la autodestrucción por penetración de la nada en su interior, y lleguen al ATURDIMIENTO del espíritu, que es el sustituto del verbo que habla a todo hombre racional.
El vértigo de los “prodigios” de un mundo científico-ateo y técnico, es buscado como busca el precipicio aquel que ha perdido el sentido del espacio. El movimiento por el movimiento mismo, sin importar para qué, ni hacia dónde. La tragedia de un vivir a la deriva; intentos infructuosos de asirse a algo inconsistente y fugaz. Un no ser con apariencias de ser.
El diagnóstico humano acerca de esta tragedia inédita en la historia de la humanidad, es fatal. Si los miembros de la Iglesia, o los miembros de la humanidad, no logran escapar del alud, seguirán su marcha hacia el fondo del precipicio, con las consecuencias de prever. María dice en uno de sus Mensajes de San Nicolás que “El mundo está cayendo por el precipicio, si llegara a tocar el fondo, muchos serán los que no tengan salvación”.
El mundo del “hombre viejo” termina para dar paso al mundo del “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo.
La Evangelización apunta a este Mundo Nuevo, lo hace disponiendo para ello de todos los recursos con que Dios nos ha dotado, los del cielo y los de la tierra. Debemos alegrarnos de contar con los ángeles y bienaventurados, porque ellos son una ayuda que supera todos los recursos materiales. Ellos nos posibilitan llegar a donde las distancias no nos permiten llegar, a donde los poderes mundanos de la masonería, marxismo, racionalismo, y diabolismo, nos resisten. Gracias a los buenos oficios de nuestros hermanos del cielo podemos superar todas las barreras que el mundo quiere oponer a la Evangelización y Conversión de la humanidad.
Pero, hablemos y pensemos claro. El mundo moderno del “progreso” y sus “benéficos” prodigios es incompatible con el mundo cristiano que debemos construir. Es incompatible la moderna Babilonia con el triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo. Sí, el derrumbe de ésta tiene un costo duro para una humanidad que está en dependencia de los medios técnicos-económicos; y cuanto más dependa de éstos, mayor es el estado de precariedad e inestabilidad del sistema en que vive.
Esto explica que muchos de los que predican contra la corrupción del mundo actual. se cuiden bien de afirmar la necesidad absoluta de que sea sustituido por un Mundo Nuevo cristiano. En verdad, desean y esperan algo irracional y contrario a la más evidente realidad: Que el NOM sea derrotado sin que el mundo padezca las consecuencias de tal derrota; esto es, que continuemos disfrutando del “bienestar” que hoy nos ofrece. Sabemos bien que si se derrumbara el poder mundial arrastraría toda la estructura técnica que hace posible la vida, sobre todo en los países más avanzados.
Pero de esto no se habla de ello, ni se quiere pensarlo. Admitirlo, tira por la borda nuestras euforias y suficiencias, pone de manifiesto que las sociedades más avanzadas son las más menesterosas del mundo, dignas de la mayor compasión. No se quiere aceptar la humillación de reconocer que se vive de ficción, en riesgo de volver a las cavernas que nos acechan, que estamos más expuestos que nadie a las catástrofes, de terremotos. volcanes, maremotos, climáticas, biológicas, económicas, técnicas, hambrunas, y demás, sin mencionar las nucleares.
Mundo del “progreso” ESENCIALMENTE DERROTADO, con fecha de vencimiento ineludible, porque es irracional, negar su elemental precariedad material, a la que debemos añadir su trágica y decisiva precariedad humana. Si contara con pueblos y dirigentes cristianos, siquiera con una Iglesia que responda a Dios, podríamos buscar alguna forma de transformación progresiva hacia un orden cristiano.
Pero se rechaza a Cristo que envía a Su Madre: no se la acepta, se la hace callar, se ironizan sus Mensajes, se elude y silencia el triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo, porque saben bien que implica el derrumbe del mundo moderno del “progreso y bienestar”, en el que se apoya nuestro orgullo de creernos más, al que acariciamos enternecidos. Entonces, ¿cabe esperar que esta situación se prolongue indefinidamente, que el derrumbe continúe sin que nos resulte catastrófico?
“Ha venido el Día. ¿Y no lo ven? Ha venido la Misericordia. ¿Y no la aceptan?” (Mens de Jesús en San Nicolás).
Luz que transfigura la condición decaída del “hombre viejo del pecado”, y recupera el perdido señorío del hombre sobre la realidad que lo rodea.
Así, María Cocreadora, se constituye garantía de esa “armonía primitiva” que, afirmaba Pío XII, “se puede y se debe restablecer”. Ella, “Madre de todo lo creado por Dios” (Mens. en S. N. 3-8-1988), pone la Creación en manos del “hombre nuevo” a fin de que, en tanto se manifieste, conduzca las cosas a “participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8).
Frente a la acción corruptora del demonio en el mundo, el “hombre nuevo” dispone de los recursos necesarios para detener su ofensiva y colaborar con La Señora Vestida de Sol en la derrota definitiva del anti-cristo.
Por esto, urge que los Pastores comprendan la importancia fundamental de la presencia de la Virgen en los “nuevos tiempos” iniciados por Ella; que acepten y comprendan la magnitud del triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo.
El demonio “sabe que le queda poco tiempo” (Apoc 12, 12), que sus días están contados; por eso “ataca con todo su furor” (id). Ha logrado oscurecer la presencia de María en la Iglesia. Pero, María ha tomado la iniciativa de arrojarlo fuera de los dominios usurpados por él y por sus secuaces.
Preparemos los arados que abrirán los nuevos surcos para edificación del Reino.
Tomamos las apariencias visibles de las cosas, por su auténtica y última consistencia.
En efecto, vivimos y vemos un mundo de apariencias que ocultan su Misterio, su verdadero ser sacro, inteligible, su abismo, mayor que el de los espacios siderales.
E ignoramos la eminente condición del hombre, nuestro hermano.
Nos contentamos con un mundo profano, desconocemos que en él palpita lo participado por el Logos Creador.
Si tomamos como únicas realidades las apariencias visibles de las cosas, nos engañamos; nos contentamos con la superficie insustancial conocida por los sentidos.
Es necesario que tengamos conciencia de la condición sacra de las cosas.
Que las apariencias no nos impidan contemplar el patrimonio de la Creación: debe ser puesta al servicio de la Evangelización. Supera todos los poderes que el enemigo pueda desplegar.
Así, el universo resuena como palabra o idea sacra; como Discurso de la Sabiduría y Amor divinos que nos ha sido dado como don participado, a fin de que celebremos con él la gran liturgia cósmica en torno a la Santísima Trinidad.
Para edificar el Reino, debemos Evangelizar la humanidad, y para esto contamos con el fluir del verbo de las cosas. Porque este su discurso es una contribución inestimable a la predicación del Evangelio: “Mirad los lirios del campo…las aves del cielo..” (Mat 6, 26-29 ).
Evangelicemos ayudados por las creaturas, que nuestros trabajos espirituales broten dentro de las naciones, pueblos y culturas, al son de los montes, desiertos, océanos y truenos. Que retumbe el magno Discurso del Creador, que su Evangelio sea declamado por las aves, flores y bosques.
Apostamos los mundos y el universo todo contra las blasfemias del infierno. Lo ahogaremos en sus pestilencias y tinieblas, bajo la luz radiante de los cielos y sus mundos, bajo las potentes voces de la tierra.
En alas de los vientos, en los torrentes de los ríos, en las nubes y sus lluvias, depositamos nuestras oraciones y obras cristianas meritorias, las sonrisas y llantos de los niños, las labores de las madres, las responsabilidades de los padres, los afanes de todo el pueblo de Dios, la santidad de la Iglesia.
Inundemos y crucemos las fronteras de las naciones con el patrimonio de todas las creaturas, cada cual con su palabra, verbo participado, logos vivificante, don santificador del Padre, que nos viene por el Verbo en el Espíritu Santo, y por Éste, desde la Aurora de María.
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