Cambió nuestra suerte
Antes de que en la Iglesia primitiva se conmemorara la Navidad, ya se celebraba la Anunciación. Y no es extraño, porque la Encarnación del Verbo es el quicio del universo y el punto de inflexión del devenir de este mundo, la respuesta del cielo a todas nuestras quejas y preguntas, el día en que se acabó para siempre la soledad y el resquicio por el que Dios entró de lleno en la historia de los hombres.
Como idea, la Encarnación sería suficiente para pasar la vida meditando sobre ella. Como realidad, nos empuja a hincarnos de rodillas y adorar en silencio lo que supera todo conocimiento. Día tras día, rezamos el ángelus, quizá sin pensar mucho lo que decimos, pero acostumbrando a nuestros labios y a nuestro corazón a descansar en el Misterio de los misterios, que lo cambió todo para siempre.
Este día, mi memoria vuela inevitablemente a la Basílica de la Anunciación de Nazaret, construida sobre la sencilla casita en que vivía María. Allí acudió Gabriel, para anunciar a nuestra Señora que Dios la había elegido para ser Casa de Dios, Arca de la Alianza y Madre del Altísimo. Allí María respondió con la humildad de una sierva y se convirtió en Señora y Reina. Allí cambió nuestra suerte, llegó el tiempo de la gracia, la creación entera se alegró al recibir a su Señor y cielos y tierra presenciaron el gran Milagro.
Qué bueno fue Dios conmigo al permitirme viajar allí, para ver, pisar y besar aquellos santos lugares. Espero que me perdonen si escribo unos versos recordándolo.
Recuerdo de Nazaret el día de la Anunciación
No es tan solo un pensamiento,
una idea, una ilusión,
tampoco un bonito cuento
que urdió mi imaginación.
No es lo que yo quiero o siento
fruto de la sugestión,
ni menos un argumento
dentro de una discusión.
Por la divina bondad,
yo de rodillas caí
sobre el suelo que lo vio:
el lugar donde en verdad
puede decirse que ¡aquí!
un día Dios se encarnó.
27 comentarios
Y por la Encarnación vino la salvación,
Dios Todopoderoso se hizo carne en la Virgen de Nazareth.
Quién podrá rebatir tal afirmación,
Nuestra Señora colaboró a la Redención con el sí en el chalé
Bendiciones Bruno!
Yo no. Yo enmudecería y le pediría a Dios de rodillas que la vejez o la enfermedad arrebaten todos los recuerdos de mi vida, pero que éste me lo conservase.
Quién puede dudar que toda la luz del mundo quepa entre cuatro paredes.
Si hay un centro del Universo, ese lugar se encuentra en la humilde habitación de esa casita de Nazaret. Que es el centro al menos en la dimensión temporal, la Madre Iglesia ya nos lo ha dejado bien claro a toda la humanidad situando el tiempo 0 en ese instante. Pero no ha hecho iguales esfuerzos para dejarnos claro que también es el centro en la dimensión espacial, tal vez por falta de espíritu del Bautista, de no permitir que Roma disminuya para que crezca Nazaret... que sin Nazaret, Roma no vale nada.
"Antes de que en la Iglesia primitiva se conmemorara la Navidad, ya se celebraba la Anunciación."
Cuánta alegría y paz de espíritu me ha dado esta noticia. Ya me sentía raro por considerar que esa tendría que ser LA fiesta para celebrar. Obviamente también la Navidad, ya que desde el nacimiento recién nuestros ojos han podido ver, nuestras manos tocar y nuestros oídos escuchar la Palabra de Vida. Pero el acontecimiento de la existencia de una naturaleza humana hipostáticamente unida a la naturaleza divina tiene la verdadera primacía, a no ser que seamos "pro choice" y digamos que la hipóstasis recién ocurre cuando se corta el cordón umbilical.
Tal vez fue natural que se vaya exaltando más la celebración de la Navidad, porque la Anunciación suele caer en el período en el que nos estamos preparando para el otro gran misterio, el de nuestra Redención en la Cruz y de la gran victoria de Dios sobre el pecado y la muerte en la Resurrección, victoria también de todos los que creemos que Jesús es el Hijo de Dios enviado por el Padre.
Es al revés, creo yo. La fiesta de la Anunciación determinó la fecha de la Navidad. Prácticamente desde siempre, la Iglesia consideró que el 25 de marzo era el día de la Anunciación (y, a veces, también se pensaba que era el de la muerte en la cruz, lo que mostraría que Dios no es tan cuadriculado como nosotros en cuanto a la división en fiestas "alegres" y fiestas "tristes").
La Encarnación y Anunciación es la primera gran humildad de Dios. El prodigio de los prodigios para salvarnos a nosotros. Y como es lógico y en España siempre hemos tenido bastante claro, eligió como Sagrario a un ser muy especial, la Inmaculada Concepción. Sin la Virgen, no podría haber Salvación. Forma parte de la misma, no solo como vehículo material, o como recipiente inmaculado, sino con una presencia continuada en la vida de Cristo y en las nuestras. María siempre destila una misericordia especial, hacia todos, hacia su prima, hacia sus primos, y hacia nosotros. Dice poco, pero con contundencia de siglos. Haced lo que el os diga...Y luego la suprema misericordia de Maria es recordarnos una y otra vez nuestra necesidad de arrepentimiento, precisamente nosotros que somos la causa de que le diesen todo y se lo arrebatasen de aquella manera. A lo largo de la Historia la Virgen no hace mas que guiarnos a la Salvación. Es mucho mas corredentora que todos los Apostoles juntos. Solo que la inmensa misericordia de Maria nunca se enfrenta a la Verdad, al contrario nos la muestra constantemente.
Yo se que Mariá no es una Diosa, no hace falta que nadie me lo diga, pero es la madre eterna, el primer y mas seguro refugio de pecadores arrepentidos. El lugar al que es mas facil volver se venga de donde se venga y la mejor puerta para ir hacia Cristo.
Curiosamente en la misa celebramos la Pasión de Cristo ese momento trascendental, y cada vez que rezamos el avemaría estamos rememorando la Anunciación y la Encarnación. Al venerar a Maria adoramos a su Hijo. ¿Como es posible que cualquier católico consciente y sincero tenga la mas mínima duda sobre el papel corredentor de María como Hija de Dios Padre, Madre de Dios hijo y Esposa de Dios Espiritu Santo?
Yo creo que es evidente que el concepto de Corredentora es innegable, a la luz de la doctrina católica. Otra cosa es la oportunidad y la manera de proclamarlo como título, dogma, etc., que es una decisión prudencial.
Pero nuestro Papa no se caracteriza precisamente por su habilidad a la hora de hacer distinguos teológicos.
Y si optamos por creer algunas profecías que mariposean por la red, Dios hará su gran fiesta, que será la combinación más dramática de alegría y tristeza de toda la historia, la Parusía, precisamente un día que coincida el 25 de marzo con el viernes santo. Pero bueno, ya el tiempo (especialmente estos tiempos más recientes) me ha enseñado a no prestar mucha atención a esas profecías. Voy comprendiendo cada vez mejor la verdad y sabiduría de la respuesta del Señor a sus discípulos, ante la ansiedad y curiosidad sobre su segunda venida:
«¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en su trabajo!»
¿Y qué trabajo es ese? El trabajo de manifestar al Espíritu Santo, siendo dócil a Él:
«No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra».
¿Cómo ser dócil al Espíritu Santo, cómo dejarlo actuar? Eso que respondan los santos, soy el menos autorizado para hablar de eso, porque la incoherencia entre lo pronunciado y lo obrado provocaría repugnancia al lector. Pero hay algo que vale la pena que lo sepa quien aún no lo sabe: la consagración a la Virgen María, provoca, por una gracia especialísima, que su Esposo, el Soplo Divino, se sienta irresistiblemente atraído a cubrir a esa alma consagrada y manifestar a Cristo en ella. Y sucede que hoy es el día especial para que los cristianos nos consagremos al Inmaculado Corazón de María, porque hoy es el día en que el Espíritu Santo ha engendrado a Cristo en María, y de igual manera, místicamente, en este día quiere Dios engendrar a Cristo en los bautizados a través de María, por este acto de consagración, que por supuesto no es mágico, debe ser hecho con fe, devoción, sincero amor y compromiso... Dios nos conceda la gracia de una buena consagración a Su Madre, por la que de verdad intercambiemos nuestros corazones, y podamos agradar al Padre con las virtudes del propio Corazón Inmaculado de María.
Los necios que dicen que los cristianos adoptaron sus fechas para apropiarse de una fiesta pagana, la de "Nacimiento del sol invicto" yerran.
Esa fiesta fue instituida por el emperador Aureliano, hostil a los cristianos, que la creó en el 274, pero Sexto Julio Africano 50 años antes en sus Chronographiai estableció la Concepción un 25 de marzo, siendo el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre un corolario.
Quizás Sexto Julio se equivocó, pero es lo único que tenemos al respecto.
No podemos esperar más por ahora.
A saber a qué se refiere con eso, porque no parece tener muchos conocimientos de teología y es muy posible que sea simplemente que no le gusta el título, que le parece antiguo o que cree que les disgustaría a los protestantes o a los progres católicos. Pero no hay duda de que, teológicamente hablando, el contenido sustancial que tiene el título es parte de la fe católica. Eso no tiene que decirlo el Papa, simplemente es así.
El Ángel del Señor anunció a María...
Diría que no vas en absoluto desencaminado, Feri del Carpio. En rango, creo recordar que la de hoy es la fiesta (solemnidad) más importante en honor a la Virgen María. Bien mirado, el acento se pone hoy 25 de marzo en la Madre, y el día 25 de diciembre, en su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, para celebrar y culminar un mismo acontecimiento, que es que nos ha sido dado un Salvador; Dios mismo hecho hombre, igual a nosotros en todo, menos en el pecado.
Gran negocio es para cualquier cristiano, hasta el más tibio, consagrarse a Nuestra Señora, la Virgen Maria porque jamás va a permitir que ningún hijo a Ella consagrado se pierda. Hoy era el día perfecto, desde luego, pero en realidad cualquier festividad o advocación de la Virgen lo es! Personalmente, ánimo y recomiendo a cualquiera que se plantee ponerse bajo el patrocinio de nuestra Señora a hacerlo por el método de San Luis María Grignion de Montfort: la "consagración total a Jesús por María". Son 33 días de oraciones, el último de los cuales suele hacerse coincidir con alguna festividad mariana. No importa la edad, ni la formación, ni el estado de vida, ni el pasado que traiga cada cual en su mochila.... Como con María, el Señor hace maravillas en quienes se confían y consagran a través de Ella de todo corazón. Lo ha hecho conmigo y veo cómo lo hace con los que se han ido consagrando a mi alrededor; y muy especialmente, con los sacerdotes.
Basta con poner en Google "Preparación para la Consagración total a Jesús por María" y podréis comprobar por vosotros mismos lo que digo. Una joya preparada por un gran santo para ayudarnos a ser precisamente eso: santos.
Es la reparación del Paraíso. En ambos casos los protagonistas son ángeles y mujeres, en ambos casos hay un diálogo y en ambos se espera el consentimiento de la mujer, pero son un espejo invertido. En el Paraíso es el ángel caído el que busca que la mujer consienta a la Caída al arrastrar al hombre. En Nazaret, es el arcángel el que espera a la respuesta de la Mujer para que consienta a la Redención al atraer al Dios-Hombre. Si Adán es el esclavizador y Eva, la co-esclavizadora con él; el Nuevo Adán es el Redentor y la Nueva Eva, la Corredentora con Él.
Para que luego digan que en la Iglesia las mujeres no tienen un papel destacado cuando Dios quiso que la Redención dependiera de que una virgen aceptara voluntariamente ser madre. Por eso tampoco sorprende que Dios la preparara, para que aceptara con una libertad perfecta, mucho mejor que la nuestra, que está herida por el pecado original.
"Pero no hay duda de que, teológicamente hablando, el contenido sustancial que tiene el título es parte de la fe católica."
Pienso que ahí está el problema en torno a toda esta controversia de María Corredentora, que no se aclara el contenido de sustancial de ese título. Me parece ver muchos católicos que ideológicamente usan este título como caballo de batalla contra el modernismo, pero que ni siquiera saben explicitar su contenido sustancial, simplemente se limitan a proclamar el título y a exigir que se declare dogma, pero... ¿qué es lo que tendría que decir ese dogma? Pensemos en los dogmas marianos, cada uno de ellos dice algo muy específico y concreto: la Inmaculada Concepción, Madre de Dios, Siempre Virgen, Asunta al Cielo. No hay vaguedades ahí. Ahora, Corredentora: cooperó en la redención. ¿En serio? Ese no es ningún título especial para la Virgen, ya San Pablo dice a los colosenses que es cooperador en la redención con sus sufrimientos, y la Iglesia nos dice a todos que somos corredentores con nuestros sufrimientos, oraciones, apostolado. Entonces ¿qué es lo que queremos que sea defendido y proclamado por la Iglesia? Dicen algunos que es que la Virgen es Corredentora en un grado especialísimo, pero ¿qué significa eso concretamente (vuelvo a remitir a lo concretos y específicos que son los cuatro dogmas marianos)? ¿Un dogma que diga simplemente que el grado de corredención de María es superior al de todos los demás? Ese grado de superioridad ya está claramente incluido en los cuatro dogmas marianos.
Que no se me entienda mal, yo no pretendo respaldar al Papa en su irresponsable afirmación, tampoco me opongo al título de Corredentora, ni a un posible dogma, siempre y cuando se realice una formulación precisa del mismo, y quede claro que está diciendo algo que no está ya contenido en los otros cuatro dogmas. O sea, me parece que en la dialéctica entre modernismo y tradicionalismo, muchos católicos fieles caen en una ideologización en torno al título de Corredentora, y reclaman un dogma cuya formulación ni siquiera pueden balbucear... ni siquiera entienden qué características debe tener un dogma para ser tal.
https://www.corazones.org/maria/ensenanza/corredentora_vs_objeciones2.htm
Pero creo que el problema creo que es mas de fondo, en la actualidad, parece que se niega la necesidad de la Redención: si el infierno está vacío, entonces no había necesidad la Divina Encarnación. Si Dios perdona siempre, te arrepientas o no... ¿Para que molestarse en salvarnos si ya somos salvos? Y, por supuesto la conclusión lógica es que siempre lo hemos sido.
¿Quién fue entonces ese Jesús "histórico"? Depende del progre, pero me imagino que mas de uno cree que un simple humano con padre humano. Y si no cree que nuestro señor Jesucristo fue "Redentor" ¿por que creer que su madre es "Corredentora"?
Estaba respondiendo a la pregunta, pero se ha alargado demasiado, así que la convierto en un post para poder discutir sobre el tema.
gracias por esa información. Pero el problema es que yo no planteo ninguna objeción al dogma, por la sencilla razón de que ¡no conozco ese dogma! Esa es mi objeción: que no he visto una formulación clara y precisa del supuesto dogma de María corredentora, en el mismo grado de precisión que los cuatro dogmas marianos.
Sólo es cuestión de tiempo.
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