¿La guerra en nombre de Dios?
Vivimos en una época poscristiana (o mejor dicho, apóstata) y es inevitable que las formas mundanas de pensar nos influyan sin que nos demos cuenta de ello, pero precisamente por eso debemos estar en guardia para evitar afirmaciones e ideas que sean contrarias a la fe de la Iglesia, aunque puedan sonarnos bien por influjo del ambiente.
En ese sentido, si bien ya comenté hace poco unas palabras del Papa Francisco en su viaje a Irak y nunca resulta agradable tener que cuestionar lo que dice el Santo Padre, me temo que hay otra afirmación suya que convendría examinar brevemente, antes de que las ocupaciones cotidianas hagan que me olvide de ello. En la ceremonia de oración por las víctimas de la guerra, el Papa dijo:
“Antes de rezar por todas las víctimas de la guerra en esta ciudad de Mosul, en Irak y en todo el Oriente Medio, quisiera compartir con ustedes estos pensamientos:
Si Dios es el Dios de la vida —y lo es— a nosotros no nos es lícito matar a los hermanos en su nombre.
Si Dios es el Dios de la paz —y lo es— a nosotros no nos es lícito hacer la guerra en su nombre.
Si Dios es el Dios del amor —y lo es— a nosotros no nos es lícito odiar a los hermanos”
(Oración de sufragio por las víctimas de la guerra, Mosul, 7 de marzo de 2021)
Partamos, por supuesto, de que todos entendemos y compartimos el rechazo por el sufrimiento que supone la guerra expresado en estas palabras del Papa. Especialmente en un lugar como Irak, cuyos habitantes han sufrido tanto en los últimos años. A eso se suma que, como es lógico, la última frase es irreprochable: no nos es lícito odiar a los hermanos. Ya enseñaba Santo Tomás (II-IIae, c. 34, art. 3) que el odio al prójimo siempre es pecado. Se puede y se debe odiar su pecado, pero no al propio hermano, que es criatura de Dios y, además, si está bautizado, es hijo adoptivo del Altísimo.
Los dos “pensamientos” anteriores del Papa, sin embargo, aunque suenan muy “evangélicos” a oídos poco catequizados, son inadmisibles para un católico. El error puede pasar inadvertido, porque coincide con la ideología dominante en nuestra época, pero no es cierto que sea ilícito hacer la guerra en el nombre de Dios y, en consecuencia, matar a alguien en nombre de Dios.
La Iglesia siempre lo ha dejado muy claro: el quinto mandamiento se refiere a matar al inocente. Así lo dice, por ejemplo, el Catecismo:
“La Escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: “No quites la vida del inocente y justo” (Ex 23, 7). El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador. La ley que lo proscribe posee una validez universal: obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes” (Catecismo de la Iglesia Católica 2261)
En cambio, es lícita la legítima defensa (incluso matando al agresor si es necesario para proteger la propia vida o la de otros):
“El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal” (CIC 2264)
También es lícita la guerra justa (CIC 2309). Y los militares participan legítimamente en ella, como un servicio a la nación y a la paz:
“Los que se dedican al servicio de la patria en la vida militar son servidores de la seguridad y de la libertad de los pueblos. Si realizan correctamente su tarea, colaboran verdaderamente al bien común de la nación y al mantenimiento de la paz” (CIC 2310)
Por lo tanto, no es cierto que nunca sea lícito hacer la guerra o matar, como si estas cosas fueran intrínsecamente malas. Podría sugerirse, sin embargo, que el Papa no se refiere a que siempre sea ilícito hacer la guerra o matar, sino solo a que estas actividades nunca deben realizarse “en nombre de Dios”. Para valorar esta posibilidad, basta recordar las palabras de la Escritura: todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él (Col 3,17).
El cristiano está llamado a hacerlo todo en nombre de Dios. Todo lo que sea lícito, claro, porque no se puede pecar en nombre de Dios. Pero, si como hemos visto, la guerra justa y matar a un agresor son actividades lícitas e incluso un deber en algunas ocasiones, resulta evidente que deben realizarse en nombre de Dios. Ojalá no haga falta hacer la guerra y ojalá no haga falta defenderse contra un agresor, pero, si en algún caso resulta necesario hacerlo, debemos hacerlo en nombre de Dios. Sé que esto resulta políticamente incorrecto, pero es la enseñanza de la Iglesia y de la Escritura.
No es, por desgracia, la primera vez que el Papa dice cosas que contradicen la doctrina de la Iglesia en este ámbito. En la encíclica Fratelli Tutti se afirma algo similar, con la manida excusa de no quedarse “en discusiones teóricas”, que parece significar que hay que dejar de lado la doctrina de la Iglesia sobre la guerra justa y sustituirla por consideraciones de carácter sentimental y políticamente correctas. También en un discurso en 2016 en Asís afirmó que “nunca se puede usar el nombre de Dios para justificar la violencia. Sólo la paz es santa. Sólo la paz es santa, no la guerra”. Supongo que esto habría sido una sorpresa para San Fernando, San Pío V, San Bernardo, San Francisco de Borja, San Ladislao, San Luis de Francia y una infinidad de santos más, que emprendieron la guerra justa como era su deber y rezaron por la victoria de los ejércitos cristianos.
A veces, estas afirmaciones no solo resultan contrarias a la doctrina, sino al sentido común. En un tweet llegó a afirmar el Papa: “¿Queremos verdaderamente la paz? Entonces prohibamos las armas para no tener que vivir con el miedo a la guerra”. Obviamente, esto no significa nada y muestra una concepción de la realidad ingenua y en extremo simplista, especialmente en boca de alguien que aparece siempre en público rodeado de guardias armados.
Parece pues, que el Papa se une a la cruzada del cardenal Turkson por abandonar la doctrina católica sobre la guerra justa y declarar que todas las guerras son ilícitas o que la violencia siempre es inmoral, cruzada en que no le faltan aliados entre multitud de eclesiásticos más preocupados por halagar los oídos del mundo que por preservar la fe entregada de una vez para siempre a los santos. De hecho, el propio cardenal ya nos advirtió hace cuatro años que el Papa quería abandonar esa doctrina (que él llamaba “teoría” de la guerra justa). No sería extraño que, en algún momento, se tomara la decisión de cambiar lo que dice el Catecismo sobre este tema. Es decir, algo similar a lo que se ha ido haciendo tan fácilmente con la doctrina sobre la pena de muerte, sin encontrar oposición por parte de los demás Sucesores de los Apóstoles.
En resumen, si bien las palabras del Papa expresan un loable e indiscutible rechazo por los sufrimientos que produce la guerra, es necesario recordar que no es cierto que sea ilícito hacer la guerra (justa) o matar a una persona (cuando se trate de un agresor) en nombre de Dios. Al contrario, podemos hacer esas cosas lícitamente y en ocasiones tenemos incluso el deber de hacerlo. Al menos eso ha enseñado siempre la Iglesia.
91 comentarios
Supongo que está claro que el artículo no está escrito en beneficio de los clérigos mencionados que rechazan la doctrina de la guerra justa, porque ellos no lo van a leer, sino para recordar la fe de la Iglesia a los católicos que podrían verse extraviados por ese clima de rechazo dentro de la propia Iglesia. Me parece que es una misión que InfoCatólica se toma muy a pecho y que hace bien a sus lectores.
Por otra parte, le ruego que mantenga en sus comentarios el respeto a los pastores. Es una de las normas de cortesía de este blog. Ya sé que no siempre es fácil, pero conviene intentarlo.
La Guerra Civil española es un reciente y paradigmático ejemplo. Un alzamiento cívico-militar contra el terrorismo de estado marxista y anticatólico que recibió la aprobación de todos los obispos españoles excepto de uno que estaba enfermo.
El Papa..........ufff. Me contengo recordando al rey David al ver su respeto a Saúl por ser el ungido de Dios. El Papa y Saúl son dos reyes tolerados y no queridos por Dios, ambos una vergüenza ajena para el que ama los mandamientos de Dios pero ahí están puestos. Esperemos que pronto venga un David con la marcha de Francisco, el más nefasto papa en más de dos mil años de Iglesia.
"No has puesto en la primera página este artículo"
No entiendo.
"Y los ocho siglos de Reconquista, Lepanto, las dos Guerras Mundiales ¿qué?"
Así es. Parece haber una tendencia entre los altos eclesiásticos de hoy a presentarse como los "buenos" frente a la Iglesia de los siglos anteriores, que era mala y poco evangélica hasta que ellos llegaron. ¡Buf!
Y me vuelve a venir a la memoria aquella otra polémica similar cuando la abolición de la pena de muerte en el Catecismo. Muy "razonable" y muy "justificada" pero luego la eutanasia qué mala es, claro.
"otro ejemplo más de no saber distinguir entre Dios y el César"
Gratis asseritur...
"pena de muerte en el Catecismo. Muy "razonable" y muy "justificada" pero luego la eutanasia qué mala es, claro."
Y no solo eso. Prepárese para una sorpresa: el adulterio es malo y la castidad es razonable y justificada. Robar es malo y dar limosna a los pobres es bueno y razonable. La soberbia es mala y la humildad buena. Y un largo etcétera. Aunque parezca mentira, hay cosas que son malas y cosas que son buenas. Ya sé que esto parece una discriminación insoportable y antidemocrática, sobre todo porque la Iglesia se empeña en basarse en la voluntad de Dios revelada en Cristo, en lugar de preguntar a D. Guillermo PF su opinión sobre lo que debe ser pecado y lo que no, pero qué le vamos a hacer. Cosas del oscurantismo católico.
DISCURSO DEL SANTO PADRE EN LA UNIVERSIDAD DE RATISBONA 12 de septiembre de 2006
Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones
Parece entenderse que nadie puede iniciar una guerra, bajo el supuesto que lo haga en nombre de Dios. Esto es muy distinto a ir a la guerra y defenderme porque hay un ataque previo.
No parece en las palabras del Papa Francisco que sea ilícita la legítima defensa, no parece oponerse a la guerra justa que admite CIC 2309-2310; si alguien desea interpretarlo así, bien es libre de hacerlo.
"No has puesto en la primera página este artículo"
No entiendo.
Cuando he leído este artículo todavía figuraba en la pestaña de tu blog el título del artículo anterior.
Cuando el Papa pronunció ese discurso, yo estaba en Egipto. ¡La que se armó y el miedo que pasamos!
"Cuando he leído este artículo todavía figuraba en la pestaña de tu blog el título del artículo anterior"
No sé por qué. La portada se actualiza automáticamente.
"Esto puede entenderse para el lado musulmán, que hacen la guerra según ellos en nombre de Dios"
Cuando algo solo debe entenderse de unos pocos, se especifica. Sería un escándalo que el Papa dijera: las mujeres son tontas. Aunque es cierto que hay algunas mujeres tontas (igual que hay algunos hombres tontos), no es cierto que las mujeres sean tontas. Del mismo modo, no es cierto que hacer la guerra en nombre de Dios sea ilícito, aunque algunas veces pueda serlo.
"Parece entenderse que nadie puede iniciar una guerra, bajo el supuesto que lo haga en nombre de Dios. Esto es muy distinto a ir a la guerra y defenderme porque hay un ataque previo"
Podría ser así, si no fuera porque:
-Lo de "iniciar" es un añadido suyo que no sale en el original. El original habla de hacer la guerra.
-La guerra la hacen tanto el que ataca como el que defiende. Y la demostración es muy sencilla: si nadie defiende, no hay guerra. Simplemente el que ataca se queda con el país invadido y no hay conflicto. Hay guerra cuando el atacado se defiende. La Iglesia (y el sentido común) siempre lo ha entendido así, ya que de otro modo, no hablaría de "guerra" justa.
-Como ya he mostrado, no es la única vez que el Papa ha hablado de esto y siempre dice lo mismo: que la guerra siempre es mala. El cardenal Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, nos confirmó que eso es lo que piensa el Papa y él mismo lo ha dicho varias veces.
-No es cierto que la única guerra justa sea la que no se inicia. Por ejemplo, a veces es justa la rebelión contra un poder tiránico y esa rebelión se inicia (justamente) cuando no hay guerra. Otro ejemplo es el de un país que daña a otro sin declararle la guerra (por ejemplo, con un atentado como el de las torres gemelas o cortando un río que el otro país necesita para sobrevivir, etc.). También sería justa una guerra que se hiciera para parar una masacre interna de otro país (por ejemplo, si empezaran a masacrar a los cristianos de un país, sería justo que otro país iniciara una guerra para detener esa masacre). Etcétera. Todo eso puede y debe hacerse en nombre de Dios.
"No parece en las palabras del Papa Francisco que sea ilícita la legítima defensa, no parece oponerse a la guerra justa que admite CIC 2309-2310; si alguien desea interpretarlo así, bien es libre de hacerlo"
No hay que interpretarlo. Es lo que dice. La doctrina de la guerra justa enseña que es lícito hacer la guerra en ciertas circunstancias, entre otras las defensivas. El Papa ha dicho literalmente que "no nos es lícito hacer la guerra" en nombre de Dios.
A eso se suma que, en la frase anterior, hace exactamente lo mismo con matar a un ser humano, diciendo que es ilícito. Y no siempre lo es.
Y a eso se suma que hizo exactamente lo mismo con la pena de muerte, afirmando que es "inadmisible" en contra de lo que siempre ha enseñado la Iglesia.
No sé qué más clarificaciones queremos. Es cierto que este Papa es de pensamiento confuso y perfectamente capaz de decir una cosa un día y la contraria al siguiente, pero poco a poco ha ido dejando (más o menos) claro lo que piensa sobre varios temas a lo largo de los años.
"Acepto que el pensamiento expresado en las breves palabras en Irak, en forma tan elemental y breve, podría ser mejor expresado"
Podría ser que se tratara solo de una forma desafortunada de expresarse, si no fuera porque, como he mostrado en el artículo, el Papa ha dicho lo mismo otras veces. Y ha caído en exactamente el mismo error en relación con la pena de muerte.
Esos malentendidos eran posibles hace siete años. Después de todo lo que ha hablado el Papa (porque, como él mismo dice, le gusta mucho hablar) ya no hay malentendidos. Amoris Laetitia y la comunión a los adúlteros impenitentes no era un malentendido. Lo de la pena de muerte no era un malentendido. El repetido nombramiento de "expertos" que rechazan la Humanae Vitae para la Pontificia Academia de la Vida y el Instituto Juan Pablo II no fue un malentendido. El indiferentismo religioso no es un malentendido. Y el rechazo de la guerra justa no es un malentendido. Ojalá lo fueran todos ellos, pero desgraciadamente me parece imposible pensar racionalmente que es así.
Yo no tengo ningún deseo de que el Papa niegue doctrinas de la Iglesia ni gano nada con señalarlo, pero después de siete años me es imposible no constatar que lo hace. Otra cosa es la cuestión de su responsabilidad, porque nuestro Papa no es precisamente un teólogo y las cuestiones complejas parecen superarle, así que puede que rechace doctrinas porque no las entiende o simplemente porque le enseñaron mal cuando estudio, pero que las rechaza me parece indudable.
"Eso de "viva Cristo Rey" en la Cristiada habría producido una excomunión o algo similar"
Literalmente estaban haciendo la guerra en nombre de Dios, así que, según el pensamiento del Papa, no sabían que Dios es el Dios de la paz.
"...y en ocasiones tenemos incluso el deber de hacerlo": eso refuta a los autoproclamados objetores de conciencia.
"eso refuta a los autoproclamados objetores de conciencia"
Bueno, durante siglos los sacerdotes y religiosos, las mujeres y los niños estaban exentos de pelear en las guerras, por ejemplo. En ese sentido, entiendo que, en caso de guerra, el deber es colaborar con la defensa, pero no necesariamente luchando en el frente. En cualquier caso, la objeción no debería ser contra una supuesta inmoralidad intrínseca de luchar, que no existe, aunque sí podría ser contra una guerra en concreto, por no considerarla justa, que es una cuestión prudencial. Por ejemplo, la segunda guerra de Irak fue injusta en opinión de Juan Pablo II, si no recuerdo mal.
Siempre se puede hacer como me parece recordar que hacían los franceses en alguna época: dedicar a los objetores a hacer operaciones de desminado.
Las boludeces porteñas de consenso y diálogo a la hora de defender a tus padres, a tu esposa o a tu hija cuando corren peligro de muerte, me parecen tan bobas como intentar dialogar con una boa constrictor.
JAJAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAA
q rebueno.
estos son los creyentes q no creen lo q dicen creer.
Aunque intenta salvarlo con un socorrido paréntesis
RE-BUENíSIMO!!!
Ya que acusamos, por cierto, de afirmar sin pruebas...
Y ojalá el oscurantismo se contentase con enumerar pecados.
"si nadie defiende, no hay guerra.". Es que al revés es lo mismo, si nadie ataca no hay guerra. De allí que no es lo mismo iniciar ataque un bélico, que defenderse y contraatacar.
"No es cierto que la única guerra justa sea la que no se inicia." Todos los ejemplos que citas luego de esta frase suponen inherentemente un ataque o agresión previos, militares o no, y por tanto la defensa es válida.
Ninguna de las frases del Papa van taxativamente en contra de la legítima defensa. Es su común forma de expresarse la que crea todos estos desvíos, por llamarlo así, que tu mismo has explicado has explicado muy bien hasta la saciedad hacia donde pueden llevar. Pareciera que fueran a propósito estas expresiones papales, dejando siempre margen para la interpretación sin aclaraciones posteriores.
En el saludo antes de la oración, el Papa dice lo siguiente:
"Es cruel que este país, cuna de la civilización, haya sido golpeado por una tempestad tan deshumana, con antiguos lugares de culto destruidos y miles y miles de personas —musulmanes, cristianos, los yazidíes, que han sido aniquilados cruelmente por el terrorismo, y otros— desalojadas por la fuerza o asesinadas."
En ese contexto, entiendo que quien "hace la guerra" es el terrorismo musulmán, supuestamente en nombre de Dios.
Si usted no tiene ni repajolera idea de lo que es ser creyente con un poco de formación (no mucha, tampoco vaya a creer) ¿Por qué escribe como un adolescente drogado con sus q en lugar de que y falsas risas histéricas demostrando que no ya la EGB, que le pilla lejos, sino que al menos no tiene ni la ESO?
Si estuviera sobrio le escribiría de manera más contundente, pero con su botellón a cuestas no lo entendería.
Como diría scritti entre carcajadas: est son crey que no cre en lo q dic cre
He conocido gente más sabia.
No hace falta tener poca, mucha o entremedia idea, tampoco hace falta más resolución, hombre de Dios.
noooooo
Es suficiente con leerle para saber lo q es un "creyente" con un par de líneas es suficiente, ya ve si es fácil.
Ore, ore y reflexione, es mejor.
Ah! que eso no sirve, aunque contribuya mucho (pero cuánto?)
🥰👍
Iba a borrar sus comentarios, pero creo que es mejor dejarlos, porque muestra usted perfectamente su propia indigencia moral, además de su ignorancia. Es usted una demostración con patas del desastre que ha sido la apostasía de Europa.
Para hacer la guerra en nombre de Dios habría que tener una honestidad de creyente muy clara.
EE.UU es el país que hace guerras por todos lados estratégicos. Los palestinos tienen sus territorios ocupados.
En la Biblia está también la enunciación el Dios de las Venganzas.
Tengo la impresión de que a Su Santidad la doctrina católica lo tiene sin cuidado y él simplemente expresa sus propias opiniones, algunas coinciden, otras no. No reconoce con humildad que fue electo para servir a la Fe y no para servirse del ministerio para proyectar y prestigiar su agenda personal. Así como Luis XVI de Francia, presuntamente, dijo alguna vez: "el Estado soy yo", referido a su poder omnímodo, el Papa Francisco con sus actitudes y expresiones pareciera afirmar hoy: "la Iglesia soy yo". Y a quien no le guste, la puerta es grande, eres súbdito y te haces a la idea de quién manda.
Si Dios es el Dios de la paz —y lo es— a nosotros no nos es lícito hacer la guerra en su nombre.
Si Dios es el Dios del amor —y lo es— a nosotros no nos es lícito odiar a los hermanos”
Al margen de las ya señaladas e importantes inconsistencias con la doctrina de la Iglesia, siendo tales pensamientos del Papa dirigidos a los dos bandos, pero especial y sutilmente dirigidos por Su Santidad a los "hermanos" musulmanes para que reflexionen acerca de las contradicciones de su actitud violenta y destructiva hacia sus "hermanos" cristianos, (presuntamente para servir a Dios), habría que reconocer un intento hábil del Papa para tratar de inocular algo de sensatez y respeto al prójimo en la tozuda actitud de los radicales islamitas.
El único problema es determinar cuando una guerra es "justa", cosa que siempre queda a criterio de quien más fuerza bruta tenga para imponer su idea de Justicia.
Por lo demás, no veo el problema. La legítima defensa (que incluye la guerra justa) no está en discusión. Y la pena de muerte al culpable de graves delitos, con las condiciones que la propia iglesia impone, hoy tiene poquísimo sentido.
Francamente, cuando el Papa dice cosas de esta clase, las meto en el cesto de "el Santo Padre no ha pensado bien lo que ha dicho". Pasa demasiado... Espero que el próximo Pontífice reduzca drásticamente sus declaraciones públicas.
Ya te digo yo. Menos mal que no soy como estos fariseos, yo sí amo a mis enemigos y no los voy insultando por ahí, no como este Bruno y estos comentaristas. Yo sí tengo misericordia y amo de verdad al prójimo, no como estos fariseos retrógrados e intolerantes, que pretenden imponer la fe con la espada. Yo sí predico el Evangelio con amor y sólo proponiendo, no imponiendo, no como estos que sólo se aman a ellos mismos y desprecian a los que no piensan como ellos, porque yo sí aprecio a mis enemigos, no como esta turba farisea.
El decir que no existe el derecho a defenderse es un arguento que los anticatólicos lo usan incontables veces y, por desgracia, hay cristianos que parecen aceptarlo. Habría que preguntarles si, en defensa de su familia, de su patria o de su religión, permitirían, sin luchar, que mataran a su hija, su madre su esposa.
Favor de notar que las guerras justas son la respuesta a una agresión previa y, podemos nombrar, a la guerra cristera, la guerra civil, las cruzadas.
Cierto, hubo eventos injustos dentro de esas guerras justas, pero en principio, son guerras que estamos llamados a pelear.
Humanamente podemos entender y justificar la idea de una guerra justa y la idea de la legítima defensa (a los nazis y a los japoneses hubo que chafarles la cabeza para doblegarles utilizando una violencia sin límites).
Lo que no tengo tan claro es que evangélicamente esto se pueda entender; ¿dónde queda el poner "la otra mejilla" o perdonar hasta "setenta veces siete"? ¿o estamos en los mismo; depende de como se interprete, de las circunstancias y momentos, etc, etc, etc?
Porque entonces, todo es interpretable y en cierta manera justificable.
Jesús se deja matar en la cruz por todos. Podía haber hecho una "guerra justa" contra judíos y romanos, totalmente justificada.
" Yo bendigo la paz , no la guerra ".
Una anécdota para meditar .
"y sus boutades"
Las boutades no tienen importancia, más allá de que puedan causar escándalo o confundir a veces. El problema es que, en este caso, puede ser más que eso. Por eso he señalado otras declaraciones en el mismo sentido y la campaña del cardenal Turkson a favor de abandonar oficialmente la doctrina de la guerra justa.
"Pero pretender que, al proscribir las guerras en nombre de Dios, esté proscribiendo lo que nunca nadie jamás ha proscrito, es decir, la legítima defensa y la guerra justa, son ganas de sobreinterpretar"
No. Lee tu frase y lo verás: "pretender que, al proscribir las guerras en nombre de Dios, esté proscribiendo ... la guerra justa". La guerra en nombre de Dios es precisamente eso, la guerra justa. Si no está proscribiendo eso es que sus palabras están vacías y no tienen significado (lo que sería un problema también, aunque por otras razones).
De todas formas, insisto en que el mismo Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que ha dicho varias veces expresamente que hay que abandonar la idea de una guerra justa, también nos ha explicado que eso mismo quiere el Papa, sin que el Papa le haya desautorizado. No sé qué más necesitamos para convencernos.
"El único problema es determinar cuando una guerra es "justa", cosa que siempre queda a criterio de quien más fuerza bruta tenga para imponer su idea de Justicia"
Bueno, suele suceder así, pero eso es exactamente lo mismo que sucede con todos los pecados del mundo. Todos pecamos con excusas. El pecado sin excusas es, de hecho, imposible para el hombre, que ha sido creado por Dios para el bien y solo puede hacer el mal so capa de bien. Pero la Iglesia no debe dejar de hablar de lo bueno porque haya malvados que usen ese bien como excusa para hacer el mal. Sería como dejar de hablar de la humildad por el hecho de que, a menudo, los soberbios intentamos hacer pasar nuestra soberbia por humildad. En el mismo sentido, la Iglesia no debe dejar de anunciar la verdad de la guerra justa por el hecho de que otros abusen de ese concepto.
"Por lo demás, no veo el problema. La legítima defensa (que incluye la guerra justa) no está en discusión. Y la pena de muerte al culpable de graves delitos, con las condiciones que la propia iglesia impone, hoy tiene poquísimo sentido"
Que la legítima defensa está en discusión en nuestro mundo me parece evidente. En España, lo peor que puedes hacer si te roban o te atacan es defenderte, porque es muy probable que acabes tú en la cárcel. Recuerdo que, al construir una casa, pensamos si convendría poner pinchos en la valla y nos dijeron que era una locura, porque, si un ladrón entrara en ella y se pinchara, te denunciaría y le darían la razón. Cualquier obispo se desmayaría por la impresión si le hablaran de la posibilidad de un levantamiento contra los Estados modernos, a pesar de que probablemente no haya habido ningún régimen tan criminal en la historia de la humanidad (en España, van dos millones de niños asesinados a sangre fría, una cifra tan horrorosa que nuestro cerebro es incapaz de procesarla y, en el día a día, hace como si no existiera). No digo que haya que levantarse en armas, ante todo porque ahora la probabilidad de éxito sería muy pequeña, pero es que la misma idea les parecería absurda y la condenarían a priori. Los eclesiásticos constantemente condenan la violencia, así, en general, sin distinguir que hay violencia buena y necesaria. El propio Papa ha pedido varias veces que se prohíba la guerra o se prohíban las armas, sea lo que sea lo que eso signifique.
Lógicamente, el párrafo anterior es una apreciación prudencial acerca de un tema de hecho y sobre la que cada uno pensará lo que quiera, pero me parece que hay que tener en cuenta algo aún más importante: que la razón por la que se niegan, atacan o desestiman las doctrinas sobre la guerra justa y la pena de muerte es que son el punto débil de la doctrina hoy. Son las cosas que resulta más fácil atacar porque a nadie le apetece defenderlas, van contra el buenismo imperante y son políticamente incorrectas. Pero la intención final (no del Papa, pero sí de la tendencia), como muestran los obispos alemanes, es crear una brecha en la muralla para romper el edificio entero de la moral de la Iglesia, que es una unidad y no se puede sostener por partes.
Si la doctrina sobre la guerra justa y la pena de muerte son ciertas, hay que defenderlas por sí mismas, al margen de épocas, circunstancias y lo políticamente incorrectas que resulten. Y si no son ciertas, ¿qué sentido tiene fiarse de la Iglesia que las ha enseñado durante dos milenios?
"Espero que el próximo Pontífice reduzca drásticamente sus declaraciones públicas"
Un consejo excelente, a mi entender.
"La única guerra justa , es la guerra donde ningún inocente muere"
Eso no tiene sentido. Es como decir que el único autobús bueno es aquel que nunca atropellará a un peatón. Lo que hay que decir es que la guerra justa es aquella que no busca intencionadamente la muerte de ningún inocente.
"Yo bendigo la paz, no la guerra"
Si San Pío X realmente dijo eso (porque hasta donde puedo ver es una anécdota de autenticidad dudosa), lo hizo cuando acababa de empezar la primera guerra mundial y el emperador le pedía que se pusiera de su lado. Si hay un ejemplo claro de guerra innecesaria es la primera guerra mundial, que, además, y no por casualidad, ha sido una de las más mortíferas de la historia. En ese sentido, la frase equivaldría a: no voy a decir que Austria tiene razón, porque lo que hay que hacer es detener esta guerra absurda.
La demostración es muy sencilla: ese mismo Papa, que supuestamente dijo eso, mantenía capellanes en el ejército austriaco y en el italiano (que entraría en guerra el año siguiente en el bando contrario) y en todos los demás ejércitos donde le dejaban hacerlo. Igual que no hay capellanes de casas de citas, si la guerra fuera intrínsecamente mala no podrían existir los capellanes castrenses. Además, el propio Papa enseñó en su catecismo la doctrina de la guerra justa (y de la pena de muerte):
415.- ¿Hay casos en que es lícito quitar la vida al prójimo? - Es lícito quitar la vida al prójimo cuando se combate en guerra justa, cuando se ejecuta por orden de la autoridad suprema la condenación a muerte en
pena de un delito y, finalmente, en caso de necesaria y legítima defensa de la vida contra un injusto agresor.
P. S.: Conviene mantener siempre el mismo seudónimo, en la medida de lo posible, y no ir cambiándolo.
Markus es un troll, de esos que solo entran para insultar y no tienen el menor interés en discutir sobre los temas. En cuanto veo sus comentarios, los borro, así que no merece la pena contestarle.
"Los viernes de Cuaresma son días de penitencia en que no se puede comer carne en España. ¿Este viernes 19 de marzo, dia de San José, es también día de penitencia y de abstinencia o no?"
En principio, y a no ser que los obispos hayan determinado otra cosa específica (y que yo sepa no lo han hecho), en las solemnidades no hay abstinencia. Dice el Código de Derecho Canónico:
"1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo".
No cabe duda de que TEÓRICAMENTE es posible imaginar una guerra justa. Pero, ¿de qué sirve eso? La cuestión no es saber si es posible que haya una guerra justa sino dirimir si ésta o aquella guerra concreta es justa. El problema es que en las guerras reales, hay tantos factores y tan complicados que su justicia acaba siendo cuestión de opiniones.
DJL lo ha captado y ha ido al grano:
"La Guerra Civil española es un reciente y paradigmático ejemplo. Un alzamiento cívico-militar contra el terrorismo de estado marxista y anticatólico que recibió la aprobación de todos los obispos españoles excepto de uno que estaba enfermo."
Ese (y el de otras guerras reales) es el debate ético que importa y que tiene sentido.
Otra cosa sería si Dios nos dijese directamente qué guerras son justas y cuáles no, pero siempre lo hace a través de personas, todas ellas de dudosa objetividad.
Y hasta el más obtuso de los obtusos sabe que si una nación es objeto de invasión o intento de invasión por otra, el ir a la guerra para evitarlo no sólo es justo sino un deber.
Si el actual Pontífice y el cardenal Turkson no son capaces de entender algo tan simple, no es que se aparten de la fe católica, algo típico en ellos, sino que también se apartan del más elemental sentido común.
"la guerra, fenómeno absurdo y siempre injusto" (Visita a la Argentina, junio de 1982, durante la Guerra de las Malvinas)
Yo que quieres que te diga. Solo me hago eco de lo que dice el Evangelio, que me recomiendas que lea y ya lo tengo muy leído (vivirlo es otra cosa, claro).
El hecho de que Dios se deje matar en una cruz y que nos marque ese camino a sus discípulos lo podrás llamar buenismo o como quieras, pero no hay otro camino para llegar a la salvación ("el que no cargue con su cruz y me siga.........etc, etc).
Luego los hombres nos inventamos" guerras justas"; "legítimas defensas"; que están muy bien en el plano humano. El apóstol Pedro estuvo dispuesto a empuñar la espada para defender a su Señor en el huerto de los olivos y Jesús le paró los pies.
La cruz ha sido es y será escándalo para los judíos y necedad para los gentiles............¿y para nosotros? O nos hacemos una religión "a la carta", que es lo más fácil que existe, y a vivir que son dos días.
Y yo comparto su reflexión. El fenómeno de la guerra es absurdo y siempre injusto. Otra cosa es que aquellos que sufren una situación injusta y absurda tienen derecho a entablar una guerra justa contra sus enemigos que invaden su territorio o les atacan con bombardeos o misiles.
También dice el Magno: "Fiel a mi condición de humilde servidor de la causa de la paz y entendimiento entre los hombres, no puedo menos de extender desde aquí mi mirada también sobre el mundo entero.
El espectáculo triste de perdidas de vidas humanas, en consecuencias sociales que se prolongarán por no poco tiempo en los pueblos que sufren la guerra, me hace pensar con profunda pena en la estela de muerte y desolación que todo conflicto armado provoca siempre."
La guerra trae muerte de inocentes y desolación que podrían evitarse. Algo absurdo e injusto.
La Biblia dice lo que dice, cada bando entiende literalmente unos textos y simbólicamente otros que contradigan.
"Guillermo PF: Si fuera ilícito guerrear en nombre de Dios, tendríamos serios problemas con el Antiguo Testamento".
- Es que, de hecho, no somos pocos quienes tenemos serios problemas con el Antiguo Testamento (por no decir con ambos), y no solamente a cuenta de la costumbre, esperemos cada vez más en desuso, de destrozarse salvajemente.
"¿No mataron los levitas a unos cuantos israelitas siguiendo órdenes divinas?"
- Me imagino órdenes semejantes a marzo de 2021 y no quiero ni pensar en la implacable respuesta enemiga...
"Espero que el próximo Pontífice reduzca drásticamente sus declaraciones públicas".
- Con que no diga hoy "quién soy yo" y mañana "ante la duda mejor que no entren en los seminarios", lo mismo da que sean públicas que Ex Cathedra que en el aseo.
A mí me parece que el Papa habla en Irak para las otras religiones más que para la católica, en concreto a los "hermanos" musulmanes que matan gratuitamente en nombre de Dios.
El error, según mi punto de vista, es el uso de la palabra "hermanos" (contaminada de la doctrina expuesta en Fratelli tutti).
Claro que a los musulmanes les importa un bledo lo que diga el Papa...
Use el sentido común, hombre, use el sentido común.
Además, para algo fundó Nuestro Señor la Iglesia: para que interprete la Escritura. Y en el Catecismo de esa misma Iglesia Católica, que aparece citado en el artículo de Bruno, se explica que "el mandamiento de no matar siempre se entendió de no matar al inocente".
Porque si no, ¿Por qué habría Dios ordenado todas esas matanzas en el Antiguo Testamento si Él mismo había ordenado "no matarás"?
¿O acaso Nuestro Señor al centurión le ordenó que abandonara una profesión que debería ser intrínsecamente injusta, según usted?
¿Y por qué permitía que san Pedro portara una espada, en primer lugar?
¿No se da cuenta de que Él mismo se entregó por nosotros, y por lo tanto, no quería que Pedro lo defendiera?
He dicho.
Luis:
San Juan Pablo II dijo "la guerra, fenómeno absurdo y siempre injusto" en el 82; y en el 92 aprobó el Catecismo, donde se defiende la guerra justa. En el 2002 dijo "No hay paz sin justicia..."
Con un magisterio tan abundante como el de Juan Pablo II, hay que tener cuidado de estudiarlo todo en su conjunto y no sacar conclusiones contradictorias.
Y los católicos neotradicionales ¿ tienen potencia demográfica para repoblar el mundo con las consecuencias de vivir según Éxodo 32:27 ?
¿ O serían los musulmanes quienes repueblen la Tierra ?
En realidad tienes un problema con Dios. No te cae bien lo que Él ha revelado. O sea, no eres cristiano.
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Señores, ¿cómo creen ustedes que Israel tomó posesión de la Tierra Prometida? ¿Pidiendo permiso a los que allí estaban?
"¿Es correcto interpretar textos bíblicos y doctrinales con algo tan personal y subjetivo como el sentido común?"
El sentido común no es algo subjetivo, sino la aplicación práctica de la razón, algo que estamos acostumbrados a hacer para vivir (porque, si no lo hiciéramos, no sobreviviríamos).
Sin duda, no es lo único que hay que utilizar para comprender la doctrina y la Biblia, pero también sin duda hay que utilizarlo. Muchos teólogos dicen grandes tonterías por una notable falta de sentido común.
"la guerra, fenómeno absurdo y siempre injusto"
Sí, también dijo en otra ocasión (al menos según El País) que "El concepto de guerra justa es una cosa que pertenece al pasado". Leyendo sus escritos, se ve Juan Pablo II estaba muy influido, como casi todo el mundo en nuestra época, por las ideas pacifistas y el rechazo de la pena de muerte. Lo recibimos como por ósmosis del pensamiento ambiente, sin darnos cuenta y es muy difícil sustraerse a esa influencia. Hay que tener en cuenta, además, que él era especialmente susceptible a esas ideas por su propia historia: las guerras que había vivido habían destrozado su país y la justicia comunista no era precisamente digna de crédito.
La diferencia fundamental es que, cuando Ratzinger, si no recuerdo mal, le mostró que tanto la guerra justa como la licitud de la pena de muerte eran parte de la doctrina católica, Juan Pablo II las aceptó y las puso en el Catecismo, añadiendo su opinión prudencial de que en esta época la pena de muerte normalmente no es necesaria.
Mucho me temo que al Papa actual ninguno de sus colaboradores se atrevería a decirle algo así y, aunque se lo dijeran, dudo que hiciera caso o incluso que comprendiera que eso era un problema.
"Supongo personal y subjetivo el sentido común por aquella expresión que reza "El sentido común es el menos común de los sentidos", lo que sugiere que basta que uno socialice un poco fuera del círculo habitual y encuentra una variedad amplia de sentidos comunes diferentes pero funcionales todos para quienes los usan"
Ese razonamiento no tiene el más mínimo sentido. Que algo sea poco común no quiere decir que sea subjetivo. El oro es poco común y no tiene nada de subjetivo. Además, como es evidente, la frase es cómica e irónica.
El mismo hecho de que no se dice nunca "sentidos comunes" como ha hecho usted, sino "sentido común" muestra que se refiere a algo común a todos, aunque unos lo utilicen mejor y otros peor.
"a mí me puede parecer ilógico y absurdo lo que alguien hace pero si obtiene los resultados que quiere para como quiere vivir, ese sentido común es correcto aunque alguien lo vea extraño"
De nuevo una frase que carece de sentido, me temo, mezclando sin ton ni son conceptos como "correcto", lo "que quiere", "extraño", "ilógico". Con esos mimbres no se puede construir un razonamiento.
"Un proceso similar observamos con la multitud innúmera de interpretaciones bíblicas"
No hay una multitud innúmera indiferenciada de interpretaciones bíblicas y ciertamente el objetivo de interpretar la Escritura no es obtener los resultados que cada uno quiere para como quiere vivir.
La interpretación que importa es la de la Cristo, que es la contenida en la Tradición, y las demás son irrelevantes. Y su objetivo no es vivir como cada uno quiere, sino como Dios quiere.
"Guillermo, ciertamente tú tienes problemas con el Antiguo y el Nuevo Testamento. En realidad tienes un problema con Dios. No te cae bien lo que Él ha revelado. O sea, no eres cristiano".
- Es lo que yo decida ser o dejar de ser, no lo que tú me vengas a opinar y etiquetar. Y por ahora decido que me quedo, aun con tantas limitaciones.
Con Dios tengo el mismo problema que tú. Yo como hijo pródigo y tú como hijo desairado. No es que me "caiga bien" lo que se dice que Él ha revelado. Es que finalmente he comprobado que no estoy capacitado para deglutirlo como "pack completo" y sin rechistar. Unas cosas me atañen personalmente y otras, no porque no me afecten para nada, quiere decir que me crea que han bajado directamente de arriba.
"Señores, ¿cómo creen ustedes que Israel tomó posesión de la Tierra Prometida? ¿Pidiendo permiso a los que allí estaban?"
- Peor que pidiendo permiso. Afirmando que venían por revelación, como tú dices. Pero lo más brutal es que igual los presentes afirmaban estar allí por lo mismo. Demencial. Hoy en día ya sabemos todos quiénes son los que siguen opinando así.
Nadie más que un auténtico esquizofrénico sería capaz de exponer: "Mi opinión definitiva es esta, sin embargo el sentido común nos dice que tal y tal".
No hay UN sentido común, llamémosle así o de otras maneras, todas subjetivas. Ni desde luego se limita a solas cuestiones de supervivencia, sino de todo tipo y de toda relevancia e irrelevancia.
¿No le llama la atención que el comprensible deseo de que sus pecados sean considerados algo bueno haya terminado por convertirle en un escéptico y un cínico, que una y otra vez niega la verdad y la capacidad humana para conocerla? A mí eso me preocuparía, la verdad, al margen del pecado en sí. Se parece sospechosamente a haber puesto el propio ombligo en el centro del universo.
Es fácil responder que yo soy el que pone mi propio ombligo en el centro del universo (cosa que, en efecto, hago de vez en cuando), con un ingenioso juego verbal, pero se lo digo con sinceridad, porque me preocupa. El cinismo es una de las cosas que más destruyen a la persona, porque viene a consistir en el pecado endurecido y en la falta de esperanza. Corcho, peque usted todo lo que quiera, pero no caiga en el cinismo de despreciar la verdad y retorcerla en un vano intento de justificarse. Peque si quiere, pero aléjese todo lo posible del pecado contra el Espíritu Santo. Eso es cerrar la puerta a la salvación y nunca, nunca, nunca merece la pena. Y menos aún por una supuesta tranquilidad en el pecado que no existe, como muestra que usted venga por aquí una y otra vez, precisamente al sitio donde sabe que le van a fastidiar esa tranquilidad que dice haber alcanzado. Sea usted listo y, si va a caer en una tentación, que no sea la peor de todas, que es la de la desesperanza que niega la necesidad de conversión.
Oremus pro invicem.
¿De verdad usted ha llegado al convencimiento de que yo me dedico a "pecar porque quiero y todo lo que quiero"? Que no me dedico a reventar cajeros, por Dios. Que simplemente no me gustan las mujeres, como ya le he dicho alguna vez, ¿tan durísimo es de comprender y aceptar?
Oremus pro invicem. Gracias de nuevo.
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(Y también si algo me fastidia es parecer el centro de atención, sea cual sea el tema. Yo no soy más que un botón de muestra, no ya de la sociedad, sino dentro de la propia Iglesia, que es lo que nos ocupa y preocupa).
¿Y que importa que no le gusten las mujeres? ¿Es que acaso si a mí me gustara la vecina y no me gustara mi mujer eso convertiría en bueno el adulterio? ¿O si no me gustara ser pobre y me gustara mucho el dinero eso sería una excusa para el robo? ¿O si me gustara vaguear los domingos sería una buena razón para no ir a Misa? ¿O si... etc., etc.?
Todo esto ya lo sabe y lo ha oído muchas veces, pero sigue pretendiendo que los pecados que le apetecen a usted se traten como no se ha tratado nunca ningún pecado. A pesar de que sabe perfectamente que esa pretensión es ilógica y que a usted mismo le parecería absurda con cualquier otro pecado. Y repite invariablemente que cada uno tiene su verdad (que es lo mismo que decir que no existe la verdad) para quitarle fuerza a las verdades que no le gustan, como si eso no destruyera la validez de cualquier cosa que pudiera usted decir, incluida la misma afirmación de que cada uno tiene su verdad. Y se considera católico, a la vez que rechaza lo bueno que tiene ser católico, que es poder conocer lo que Dios quiere a través de su Revelación y de su Iglesia. Y repite una y otra vez esos argumentos que tiene que saber que no argumentan nada. Eso es un signo de desesperanza tremenda, de dar vueltas en círculo sin llegar a ninguna parte.
A mí no me escandalizan nada sus pecados. Me conozco y sé que yo no soy mejor en absoluto y que sería capaz de cualquier cosa si la gracia no me sostuviese. Pero la desesperanza me angustia. Nunca he visto a nadie tan desesperanzado y, francamente, me da miedo. Hace mucho tiempo, no sé por qué, escribí un poemilla en inglés que me vino a la cabeza y, por alguna razón, me he acordado ahora de él:
Do not cross, my friend, the Doors of Darkness,
for here there is night and day, and joy and sadness,
but beyond the Doors of Darkness,
there is nothing
but darkness.
Eso es la desesperanza.
En fin, quizá todo esto sea una llamada a que rece más por usted (y viceversa). A ver si así me convierto esta cuaresma.
«No se puede utilizar la violencia en nombre de Dios». Benedicto XVI, exhortación apostólica Verbum Domini.
- La comparación es injusta, y lo sabe. Es inconsistente, y lo sabe. Carente de caridad alguna, y lo sabe. Vuelve a recurrir a la táctica de "mismo saco", en el que necesita amalgamar el robo, el adulterio, la impiedad... y la afectividad intrínseca de alguna gente.
Además, me hace gracia que, para formular la hipótesis de la infidelidad, tiene que dar por sentado el requisito previo que por lo visto unos traen de serie y otros no: poder vivir en pareja.
"Y se considera católico, a la vez que rechaza lo bueno que tiene ser católico, que es poder conocer lo que Dios quiere a través de su Revelación y de su Iglesia".
- Lo será, no digo yo que no, pero no me parece lo mejor de ser católico. Ni creo que siguiese siendo católico si no contase, además, con una cultura, un pensamiento, una religiosidad popular, una tradición (con minúscula), un patrimonio histórico-artístico, literario, musical... Para el viaje de gozar una revelación (o creencias) y una congregación, valdrían las alforjas de cualquier confesión religiosa en su contexto social y geográfico, y a mí me ha tocado este, afortunadamente.
"Y repite una y otra vez esos argumentos que tiene que saber que no argumentan nada".
- Si mi propia existencia y su equilibrio mental no son suficiente argumento (no digo que únicos), ¿entonces qué me queda, nada?
"Eso es un signo de desesperanza tremenda, de dar vueltas en círculo sin llegar a ninguna parte (...) la desesperanza me angustia. Nunca he visto a nadie tan desesperanzado y, francamente, me da miedo".
- Que no, hombre, que no, que de verdad no hace falta que me dedique tanta inquietud. Que ya le he dicho alguna vez que, si no fuera precisamente por la Esperanza (y creo que más que por la propia fe), iba a estar yo por aquí...
"Me conozco y sé que yo no soy mejor en absoluto y que sería capaz de cualquier cosa si la gracia no me sostuviese".
- Para nada. Sería como tantos agnósticos que pasan por la vida en plenitud de autoestima y sin matar una mosca. Agradecen a "la vida" los buenos momentos y se resignan a los malos sin invocar trascendencia alguna. Dedican su instinto de cooperación a que sus facultades puedan servir a otros como él necesita servirse de las de otros.
Pero con esto volvemos a aquello de la dicotomía entre querer ser nada menos que ¡santo! o meramente buena persona, que no es ni mucho menos poco.
"LIteralmente dice que no se puede hacer la guerra en nombre de Dios Esa proposición es correcta. Cabe una guerra en legítima defensa pero la defensa no es en nombre de Dios, simplemente es conforme a la voluntad de Dios. Igualmente si se mata a alguien en una guerra justa no se mata a esa persona en nombre de Dios, sino que esa muerte no se opone a la ley de Dios. En mi opinión, lo que dice el Papa es correcto."
En el Antiguo Testamento Dios ordenó a su pueblo hacer la guerra y conquistar la tierra prometida como parte de su designio, si Dios ordena una guerra esta es justa por corresponder a Su Voluntad Santa, y Él tiene la delicadeza de explicar clara y continuamente el porqué ordena lo que ordena, no es un capricho absurdo. Ha habido muchas guerras hechas en nombre de Dios e incluso dirigidas por Papas y obispos. La reconquista española hubiera sido imposible con esa actitud pacifista a ultranza. Si los ejércitos cristianos no se hubieran avispado en su momento, Europa y América no serían hoy sino un arrabal turco. Es cierto que el sufrimiento que trae la guerra nos tienta a repudiarla por completo, pero cuando la integridad de uno mismo, de la nación, la familia, la Iglesia, etc. están en riesgo, el quedarse cruzado de brazos puede ser hasta pecado de omisión.
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